Capítulo 6
Himeko cerró lentamente la puerta. Habían sido necesarias varias tilas y algún que otro calmante para que Fate al fin cayera dormida después del shock de la muerte de Olivie. Había sido un duro golpe para ella y para la pequeña Vivio, quien había vivido un calvario desde que nació. A pesar de que la custodia era provisionalmente para su prima, sabía que tendría que pasar por un largo proceso donde algún que otro psiquiatra la estudiaría y evaluaría para comprobar que fuese apta para el cuidado de la niña. Suspiró. Estaba agotada. Bajó al salón donde Chikane la estaba esperando con una taza de té.
- Por fin se han dormido. –exhaló– Por un momento pensé que tendría que usar un calmante para elefantes. –ambas rieron levemente– Gracias, Chikane-chan. –la peli azul sonrió– Espero que duerman toda la noche. Estoy exhausta.
- Descansa tú también, Himeko. Han sido demasiadas emociones por hoy. –se puso en pie.
- ¡No! Por favor, quédate un poco más, Chikane-chan. –la retuvo tomándola de la mano– Por favor. –la ojiazul suspiró y asintió, sentándose de nuevo– Gracias. –hubo un silencio– Chikane-chan… –la llamó suave– ¿Qué pasará cuando se entere de lo sucedido?
- No se enterará. –la rubia iba a refutar, pero la detuvo– No puede enterarse, Himeko. Lo hemos prometido. No podemos decir nada por el bien de todas.
- Lo sé, pero… –la volvió a interrumpir.
- No. Diste tu palabra. Nadie puede saber lo que ocurrió en aquel quirófano.
- Yo no voy a decir nada, Chikane-chan, pero mi prima no es tonta, aunque a veces lo pueda parecer. –ambas rieron ante la broma– Fate va a hacerse cargo de esa niña. ¿Qué ocurrirá si viene a por ella cuando le haya cogido mucho cariño o, peor, cuando obtenga el trasplante?
- No lo hará. No te preocupes, Himeko. –la oji lavanda asintió rendida– Además, si eso pasara, te ayudaré a manejar la situación con Fate, ¿de acuerdo? No estarás sola en esto. –tomó su mano y le dio un leve apretón.
- … –la rubia miró sus manos y entrelazó los dedos– Gracias, Chikane-chan. –la miró a los ojos y se perdió en el azul profundo de sus ojos.
Ambas volvieron a perderse en una burbuja en la que sólo existían ellas dos. No podían apartar sus ojos la una de la otra y el ambiente parecía crepitar. Sus corazones se calentaron y aceleraron, latiendo al compás, como si de un baile de vals se tratara. Ninguna sabía qué era lo que ocurría que no podían alejarse, al contrario, pareciera que un imán las estuviese empujando cada vez más cerca. Ambas sabían que debían hablar primero, pero ninguna ponía de su parte para detener sus movimientos involuntarios que las llevarían de nuevo a vivir una escena de pasión desembocada. Sus alientos estaban chocando y sus labios casi se rozaban, pero en el último momento, ambas se separaron. Era como si de mutuo acuerdo hubieran decidido detenerse justo a tiempo.
- Chikane-chan, yo… –comenzó la rubia– Quiero decirte que me gustan las chicas. –para su sorpresa, la peli azul rió– ¿De qué te ríes? –infló sus mejillas, haciendo un lindo puchero.
- Himeko, una persona heterosexual no habría actuado de aquella manera tan lujuriosa con una mujer, por muy atractiva que fuera. –explicó, sin dejar de reír– Además, no hace falta que me des explicaciones sobre tu orientación sexual. –se encogió de hombros.
- ¡Chikane-chan! –exclamó, haciéndose la ofendida y ruborizándose furiosamente– Es difícil actuar normal teniéndote enfrente, ¿sabes? Me haces actuar como una mujer desesperada. Es imposible no ver lo atractiva y hermosa que eres. –la ojiazul se sonrojó– Pero quiero pedirte disculpas, Chikane-chan. Te pido disculpas por cómo actué, pero no por mis sentimientos. No sé qué me pasa cuando te veo, pero siento algo muy cálido y bonito aquí. –se señaló su corazón.
- Himeko… –susurró su nombre– Acepto tus disculpas. Acepta tú las mías. –la rubia abrió los ojos como platos– No fuiste la única que se dejó llevar por el momento… –hubo una breve pausa– Sobra decir que tú también eres preciosa y atractiva, ¿cierto? –ambas se ruborizaron– Puedes tener a la persona que desees, Himeko.
- Chikane-chan… –se acercó de nuevo a ella– ¿Te gustaría…? –un mensaje las interrumpió.
- Discúlpame… –atendió su teléfono– Es del hospital. Debo irme. –se puso en pie– Avísame si necesitas ayuda con Fate y vendré lo más rápido posible. –la rubia la acompañó a la puerta– Por cierto, buen trabajo. Eres una excelente médica. –un pequeño rubor apareció en sus mejillas– Lástima que no trabajes en mi hospital. –le dio un rápido beso en la mejilla– Adiós.
…
Había pasado un mes ya desde que Fate se había hecho cargo de Vivio tras la muerte de Olivie. La pequeña tuvo unas semanas complicadas donde extrañaba a su mamá y lloraba todo el tiempo. Afortunadamente, Arf había acompañado a la pequeña en todo momento, haciendo que la niña se calmara de inmediato. Fate, a pesar de la insistencia de su prima en quedarse, volvió a su apartamento tras haberse recuperado del trasplante de médula ósea que había sido todo un éxito. Tenía que hacerlo por ella y por la niña. Ambas tenían que adaptarse la una a la otra y debían hacerlo en el lugar en el que iban a convivir. Para mayor sorpresa, se adaptaron sin problemas y un amor incondicional nació y creció entre ellas. Fate definitivamente quería a esa niña como si fuera su hija y la pequeña adoraba a su nueva madre. Todos los días iban al parque a pasear junto a Arf. Vivio aún echaba de menos a Olivie, pero ahora vivía sin miedo.
Flashback
- Vivio, tranquila. Estoy aquí. –trató de calmarla la rubia– Sólo ha sido una pesadilla.
- Él vendrá y me hará daño. –se encogió de miedo.
- Dulzura, no. Él no va a venir nunca más. Te lo prometo. Nunca más. –le sonrió con cariño, tratando de eliminar su miedo– Mamá te protege desde el cielo y yo te protegeré siempre a partir de ahora. –acarició su cabecita– Él no va a volver nunca más. Se ha ido para siempre.
- … –la niña la miró dudosa– ¿Se ha ido para siempre como mami?
- Sí… –confesó en un susurro.
- ¿Vivio vivirá siempre contigo? –la rubia asintió– ¿Entonces serás la nueva mamá de Vivio?
- ¿Te… te gustaría que fuera tu mamá? –preguntó con un nudo en la garganta y la niña asintió– Entonces seré tu… –la emoción no la dejaba hablar.
- Fate-mama….
- ¿Sí, Vivio? –la niña lloró.
Fin Flashback
Desde aquel día, Chrono se encargó de acelerar todo el papeleo necesario para que Vivio fuera la hija de su hermana oficialmente. Fate se encargó de hablar con el centro escolar donde ella impartía clases y consiguió que admitieran a Vivio. La pequeña, por primera vez, tendría amiguitos y una vida plena y feliz. Haría todo lo que estuviera en su mano para darle la vida que Olivie alguna vez habría soñado para ella.
…
Himeko se dirigía a la cafetería donde Nanoha la había citado. La cobriza parecía estar algo ansiosa y le pidió que no faltara, que era importante. La rubia iba paseando tranquila y despacio. Aún era temprano. Desde que su prima se fue de su apartamento, se sentía muy sola. No que hubiera dejado de verla ni de pasar tiempo con ella y con la pequeña Vivio, quien resultó ser igual de adorable que Fate. Suspiró. A Chikane no la volvió a ver desde aquel día. Lo único que sabía de ella es que tenía muchísimo trabajo por falta de personal. ¿Cómo la conquistaría si no la veía? Exhaló. ¿Por qué tuvo que actuar como una adolescente que tenía las hormonas alborotadas? Por actuar así había perdido una gran oportunidad con Chikane. Si tan sólo hubiese pensado mejor antes de dejarse llevar por los sentimientos, ahora podría ser más cercana a Chikane y quedarían a tomar un café como hacía con Nanoha. Quizás su destino era estar sola. Entristeció. Alzó la vista y esbozó una sonrisa al ver a la cobriza acercarse. La saludó con un beso en la mejilla y ambas se sentaron.
- Gracias por venir, Himeko-chan. –agradeció– Espero no haber interrumpido tus planes.
- No hay de qué, Nanoha-chan. Desafortunadamente, tengo mucho tiempo libre. –exhaló.
- ¿Echas de menos trabajar? –la rubia asintió– ¿Por qué pediste la excedencia entonces?
- Mako-chan y yo rompimos nuestra relación. Fate sufrió el accidente y yo echaba de menos estar aquí, así que vi una oportunidad. –se encogió de hombros– En aquel momento sonaba a un buen plan. –rió y la cobriza la siguió.
- ¿Volverás a irte?
- No lo sé. –confesó en un suspiro– Me gusta este lugar y tengo a muchas personas aquí. Allí sólo tenía a Mako-chan y mi trabajo. Quizás aproveche este tiempo libre para volver a estudiar.
- Si te soy honesta, a mí me gusta que estés aquí. –le dijo con una sonrisa.
- Gracias. –contestó feliz– Y bien, cuéntame. ¿Qué ocurre? Parecía ser muy importante.
- Yo... –se puso nerviosa– ¿Podemos ir a un lugar más privado? –la rubia asintió– Quizás podríamos ir al parque.
- Si quieres privacidad, mejor vayamos a mi apartamento, Nanoha-chan. Si vamos al parque, nos encontraremos a Fate-chan y Vivio-chan. –la cobriza se tensó.
- ¿Có… cómo les va? –preguntó tímidamente mientras seguía a la rubia.
- Muy bien. Tendrías que verlas. Realmente parecen madre e hija. Vivio-chan es tan adorable como Fate-chan cuando era pequeña. –sonrió– Se han adaptado muy bien la una a la otra y, gracias al cielo, el trasplante fue todo un éxito.
- Sí, gracias al cielo. –ambas sonrieron.
- Vivio-chan te adora, ¿lo sabías? Aunque no es la única. –rió leve y la cobriza se sonrojó– Te han cogido mucho cariño las dos. Fate-chan no dejaba de repetirme que eras una chica encantadora que trataba muy bien a Vivio-chan. También me dijo que a Vivio-chan le gusta estar en tu regazo.
- Sí, eso es cierto. No las veo desde que salieron del hospital, pero fue muy agradable pasar tiempo con ellas. –la oji lavanda abrió la puerta de su apartamento– En aquel entonces ya parecían tener una conexión madre e hija. –dijo con sinceridad.
- ¿Quieres un té o algo de beber? –preguntó, yendo a la cocina.
- No, gracias, Himeko-chan. Estoy bien así. –la siguió y se sentó en uno de los taburetes de la cocina– ¿Cómo te va con la chica peli azul? –la rubia se sonrojó furiosamente.
- ¿Có… cómo…? –no pudo terminar la pregunta.
- ¿Lo sé? –terminó por ella y la oji lavanda asintió– Bueno, he de decir que eres demasiado obvia. –rió– El fatídico día que todo ocurrió, vi tus sonrojos y actuaste muy nerviosa cada vez que estabas a su lado.
- ¿Tan obvia soy? –suspiró– Creo que estoy enamorada de ella, Nanoha-chan… –su amiga sonrió ampliamente– Pero la he fastidiado. ¡Soy una tonta! –exclamó, frustrada– Casi la violo en mi sofá. –habló en un arrullo.
- ¿Qué?
- Que casi hacemos el amor en mi sofá. –habló totalmente avergonzada.
- ¿Pero qué diablos? ¿Quién demonios eres tú y qué has hecho con mi tímida amiga? –estalló en risas.
- ¡Nanoha-chan! –se puso roja como un tomate– No sé qué me pasó… ¿Recuerdas el día que trajiste a Arf a casa? –la cobriza abrió los ojos como platos– Nos interrumpiste… –exhaló.
- ¡Jesús! Pero Fate-chan estaba allí también… –la rubia desvió la mirada.
- Estaba durmiendo y después fue a la ducha. Aproveché ese momento. –murmuró– Si no hubieses aparecido, no sé qué habría pasado.
- Lo siento, no lo sabía…
- No te preocupes, no es culpa tuya. Yo debí controlar mis hormonas. De haberlo hecho, ahora tendría algún tipo de relación con ella. ¿Cómo demonios puedo acercarme a ella después de lo que hice?
- Si te sirve de consuelo, creo que a ella también le gustas. –la rubia la miró con sorpresa– Te mira con un brillo especial. –le sonrió– Seguro que encuentras la forma de acercarte.
- Gracias. –dijo más animada– ¿Y a ti cómo te va con aquel chico? Tiida-kun, ¿cierto?
- De eso venía a hablarte… –suspiró– Te he mentido durante muchos años, Himeko-chan… –la oji lavanda iba a preguntar, pero la cobriza la detuvo– ¿Recuerdas el día que nos acostamos juntas?
- ¿Cómo olvidarlo? Fuiste muy gentil conmigo y gracias a eso, acepté quién era y lo que quería.
- Fuiste muy valiente. –la rubia sonrió– Tú también fuiste muy gentil conmigo a pesar de que al día siguiente… bueno… yo…
- Tranquila, Nanoha-chan. Te entendí perfectamente.
- No, Himeko-chan, no lo entiendes. Te mentí. –la oji lavanda estaba confusa– Me… me gustó ha… hacer el a… amor contigo… –la rubia abrió los ojos como platos– Me gustan las chicas, pero tenía miedo a aceptarlo.
Gracias por desearme una pronta recuperación. Ya he vuelto y, aunque estoy muy cansada, lo prometido es deuda.
Thank you for your bear hugs :) I love bear hugs. Oh yes, I thought I was on holiday because I was really xD I'll go back to work on Monday T_T but I have rested a lot. Thank you for your wishes :)
Saizoh: Sí, Veyron fue todo un sorete... Pero afortunadamente, él también murió aquel fatídico día. Sé que no es el mejor escenario, pero desgraciadamente, cada año hay muchas mujeres que son asesinadas por sus parejas. Eso no se puede permitir y el mundo tiene que ver que eso ocurre de verdad y no sólo en las historias como esta ni en las películas. Hm... pero tengo una duda... ¿qué quisieron decir Chikane y Himeko cuando dijeron "nadie puede saber lo que pasó en quirófano? Uh... Quizás algo más profundo haya detrás de esta historia.
ReaMir: Sí, lo cierto es que fue muy intenso el capítulo anterior. Parece que Chikane no se tomó muy mal que Himeko la arrastrara al sofá y casi hicieran el amor allí mismo xD Ahora sólo tenemos que esperar a ver si Himeko consigue conquistarla, si es que no lo hizo ya...
Guest: I think I will be able to recognize you because you usually ask for my pets and of course, your good wishes :) You write informally as friends would do, so I think I'll recognize you :)
Nanoha knew about the relationship that Himeko and Fate had and now she has just admitted that she loves girls, too, so what will she do with Tiida now? What will Himeko say about it? Hm...
Oh no, I think Tiida is not a girly man like Yuuno xD
Vivio kissed Nanoha's cheek.
You'll have to wait a bit to see if Nanoha will have a competitor...
