Capítulo 9
Fate quedó totalmente estática. No podía creer lo que estaba viendo. Frente a ella se encontraba una agitada mujer de cabello rubio oscuro y ojos bicolores. No podía ser. Ella murió aquel día. Su mejor amiga y prima le dieron la noticia. Fue por ese motivo por el que ahora era la madre de Vivio. Debía estar delirando. Era imposible que estuviera viva. Himeko y Chikane jamás le habrían mentido. No. Ellas no… Su tren de pensamiento se vio interrumpido cuando la mujer tomó su rostro entre sus manos y la besó castamente.
- Olivie… –la llamó tras separarse de ella– ¡Estás viva! –exclamó muy sorprendida.
- Sí, Fate-chan… –sonrió antes de besarla de nuevo en el momento en el que la cobriza se asomó al escuchar a la rubia algo alterada.
- Fate-chan… –murmuró con un nudo en la garganta y la rubia reaccionó, volviendo a separar a la de ojos bicolor de ella.
- Olivie, para. ¿Qué crees que estás haciendo? –dijo jadeante.
- ¿Estás con ella? –preguntó la rubia, señalando a la cobriza.
- ¡No! ¡Sí! –respondieron al unísono la oji borgoña y cobriza.
- ¡Fate-chan! –le reclamó la de ojos color lavanda.
- ¿Nanoha? –cuestionó en un arrullo y alzando una ceja.
- Te agradecería que no te vuelvas a acercar a mi Fate-chan, mucho menos delante mía. –miró a la de ojos bicolor con dureza antes de situarse junto a la rubia y acercarse a su oído– ¿Ya no recuerdas nuestro beso en el parque? –le dijo de manera casi inaudible.
- ¿No ves que no significas nada para ella? Ha dicho que no estáis juntas. Si os habéis acostado juntas, lo siento, no supiste ganártela. Así que, si nos disculpas, puedes marcharte. –trató de acercarse a la rubia de nuevo, pero el objeto de la discusión tomó a la cobriza por la cintura y la pegó a su cuerpo, dándole un cariñoso beso en su frente.
- No le hagas caso. –susurró la oji borgoña mirando a la oji lavanda con devoción– Significas todo para mí y tú no te vas a ninguna parte, mi amor. –le sonrió con extrema ternura, provocándole un sonrojo y que tomara su rostro para darle un corto, pero cariñoso beso en los labios.
- ¿Estás realmente con ella? –preguntó la de ojos bicolor, deteniéndose abruptamente.
- Sí. –afirmó tras separarse de esos suaves labios– ¿Qué haces aquí, Olivie? Me dijeron que habías muerto.
- Es el cumpleaños de nuestra hija. –oji lavanda y oji borgoña se tensaron– He venido a verla.
- ¡Olivie! –exclamó un joven peli azul– No puedes hacer esto.
- ¿Chrono? –se sorprendió su hermana al verlo– ¿Qué está pasando aquí?
- ¡Fate! –la llamaron, jadeante.
- ¡Olivie! ¡Lo prometiste!
- No entiendo… –la rubia miró a las tres personas que acababan de llegar– ¿Vosotras lo sabíais? ¿Tú también, Chrono? –preguntó dolida.
- Lo sentimos, Fate. –habló su hermano– Olivie está en protección de testigos. –su hermana abrió los ojos como platos– Olivie, no puedes ver a Vivio y lo sabes. Renunciaste a tus derechos en aquel acuerdo. Si ellos descubren la verdad, vendrán a por ella…
- Lo sé… –bajó la cabeza– Sólo quería verla una última vez… Es su cumpleaños… –ahogó un sollozo– Ella ha sido lo más bonito que he podido hacer en este mundo gracias a Fate-chan... Cuídala y dale tanto amor como me diste a mí alguna vez, Fate… –miró a la cobriza– Siento mucho lo que dije e hice, pero pensé que aún tenía alguna posibilidad de recuperar a esta bella mujer. Por favor, hazla muy feliz y no cometas la misma estupidez que yo… –dio media vuelta.
- ¡Olivie! –la de ojos bicolor se sorprendió al verse abrazada por la rubia– No sabes cuanto me alegra saber que estás viva. –sollozó– Prometo que cuidaré a Vivio con mi vida de ser necesario. –se separó de ella– Cuídate y sé feliz. Vive la vida que no pudiste. –le sonrió antes de darle un beso en su frente.
- Adiós, Fate-chan… –sollozó también.
Chrono se llevó rápidamente a Olivie de allí. Nadie podía saber que estaba viva, mucho menos su hija. Si lo descubrieran, ambas estarían en peligro porque sus padres y suegros irían a por ellas y las llevarían de nuevo a casa, haciendo que sus vidas fueran un infierno porque buscarían venganza por la muerte de Veyron. Olivie prefería renunciar a su hija antes de condenarlas eternamente a una vida cruel e infeliz. Como ella había dicho, su hija era lo más bonito que había hecho en su vida y jamás permitiría que le hicieran daño.
…
Himeko y Chikane entraron a la casa de Fate para hablar calmadamente y darle todas las explicaciones a su prima y amiga, respectivamente. Jamás pensaron que ese día llegaría. Se suponía que Olivie cumpliría su promesa de no acercarse a Fate y Vivio para garantizar la seguridad de todas. Se sentaron en el sofá y aguardaron por Fate, quien había ido a la cocina a por un poco de té. Nanoha la acompañó y la ayudó a prepararlo ya que se veía un poco nerviosa. Cuando estuvo listo, puso los vasos en una pequeña bandeja y se dispuso a volver al salón para enfrentarse a dos personas que quería demasiado, pero Nanoha la detuvo.
- Fate-chan… –la llamó en un murmuro, bajando su rostro– Yo… creo que debería irme… Es una conversación íntima que debéis tener entre vosotras.
- Entiendo. –dijo simplemente sin mirarla y con tono sombrío– Gracias por todo, Nanoha. –se acercó para darle un beso en la mejilla, pero la cobriza, en un acto audaz, volteó el rostro para que el beso acabara en sus labios– Lo sien… –iba a disculparse, pero la cobriza la detuvo poniendo dos de sus dedos sobre sus labios.
- Me quedo. –sonrió, retirando sus dedos y dándole otro beso en sus labios.
- Nanoha… –la miró sonrojada, pero con una brillante sonrisa que hizo revolotear el corazón de la oji lavanda– Gracias.
- Vamos. –tomó ella la bandeja y la llevó al salón.
- Gracias, Nanoha-chan. –dijo la rubia amablemente cuando recibió la taza de té y antes de mirar hacia la oji borgoña– Fate-chan… –su prima la detuvo, alzando su mano.
- No, Himeko. No quiero escuchar ni una disculpa. –le habló por primera vez con tono frío– Confiaba en vosotras. Os habría confiado mi vida. –ambas bajaron el rostro– Me habéis traicionado.
- ¡No, Fate-chan! –exclamó su prima– Eso no es cierto. Sabes que yo no…
- Himeko, lo habéis hecho. –la interrumpió de nuevo– Jamás imaginé que dos de las personas más importantes y a las que más quiero, me harían esto. Sabíais lo que sufrí cuando Olivie me abandonó y visteis lo que me afectó su supuesta muerte. ¡Por todos los cielos! –se puso en pie– ¡Vosotras me disteis la noticia! –exclamó– ¿Cómo pudisteis?
- Fate… Cúlpame a mí. Himeko sólo cumplió mis órdenes. Ella quería decírtelo y se sintió realmente mal por tener que ocultarte algo así. Ella…
- Chikane, no me vengas con esas… –la miró fijamente antes de dirigir su mirada a la rubia– Veo que ella se ha ganado toda tu lealtad de un plumazo. –sonrió abatida.
- ¡Fate-chan! –se puso en pie y se acercó a la nombrada– Sabes muy bien que eso no es cierto. Sabes lo importante que eres para mí y lo que te quiero… –la detuvo otra vez.
- Parece que no lo suficiente… Por favor, marchaos. Necesito estar sola. Necesito pensar y tomar decisiones.
- Fate-chan… –su prima la tomó del brazo y la nombrada se separó como si le quemara el contacto– Fate-chan… –lágrimas comenzaron a bajar por su rostro– Por favor, Fate-chan… No me alejes de ti.
- Quiero estar sola. –pidió de nuevo sin mirarlas.
- Himeko, vámonos. –dijo suavemente la ojiazul– Fate… Realmente lo sentimos. Ojalá algún día puedas perdonarnos. Estaremos esperándote. –tomó a la rubia de la mano para hacerla caminar, pero ésta no se movió– ¿Himeko? –negó llorando.
- Himeko-chan… –se acercó a ella la oji lavanda para darle un abrazo y así poder susurrarle al oído– Voy a quedarme con ella. No me voy a marchar hasta hablar con ella. Te prometo que haré todo lo posible para que entre en razón. –le dio un beso en la mejilla– Ve a descansar, te hace falta. –miró a la ojiazul– Cuídala. –la peli azul asintió y se marcharon.
Fate quedó de espaldas a la puerta en completo silencio. Había quedado totalmente aturdida y abatida. Las personas en quienes confiaba la habían traicionado. Había estado meses hundida por la muerte de Olivie. A pesar de que la dañó en el pasado, destruyendo su confianza en las personas y su capacidad de volver a amar, la quería. Había vivido los mejores momentos de su vida a su lado y la apreciaba mucho. Además, gracias a ella, ahora tenía a Vivio. Ahogó un sollozo, pero no pudo evitar que su cuerpo temblara por el llanto contenido. No quería despertar a Vivio. Era su cumpleaños. Se sobresaltó a la vez que se estremeció al sentir unos brazos rodear su cintura y que la llevaron a chocar con un cuerpo muy suave y cálido.
- Fate-chan… –susurró la cobriza– Sé que has pedido estar sola, pero me gustaría estar contigo.
- Gracias, Nanoha… –acarició sus manos– …pero es mejor que te marches. –se separó del cálido abrazo.
- Fate-chan… Sé que tienes que asimilar lo ocurrido, pero…
- ¡No te atrevas a defenderlas! –se volteó con furia en sus ojos y sin dejar de llorar.
- No pensaba hacerlo. –dio un par de pasos hacia atrás ante la rabia que vio en la rubia.
- Lo siento, Nanoha… Es por eso que te pido que te vayas. No quiero pagarlo contigo. Tú no has hecho nada malo. –la oji lavanda volvió a acercarse a ella.
- Te equivocas… –limpió sus lágrimas– Sí que lo he hecho… –la rubia la miró sin entender– El día del parque, yo… –la oji borgoña la detuvo.
- Tú no hiciste nada malo, Nanoha.
- Lo hice. Me callé frente a ti después de que Tiida… –volvió a interrumpirla.
- No. Nanoha, no. –se iba a alejar, pero la cobriza se lo impidió.
- ¡Fate! ¡Déjame hablar o tendré que besarte de nuevo! –exclamó y, cuando se dio cuenta de lo dicho, se sonrojó furiosamente, al igual que la rubia. Respiró hondo para tratar de relajarse– Me gustas. –dijo finalmente, sorprendiendo a la oji borgoña– Por eso te pido disculpas por haber callado frente a ti. Yo no debí dejar que te echaras la culpa de lo sucedido. Fui yo quien te besó.
- Nanoha, por favor… –lágrimas volvieron a recorrer sus mejillas– Vete, por favor. –se separó de ella– Yo… no puedo. No puedo estar contigo. –a la cobriza le dolió profundamente su rechazo– Tú eres heterosexual. No voy a ser tu experimento hasta que te canses y decidas que esa no era la vida que querías. Ya pasé por eso una vez. Lo siento, pero… –la oji lavanda la interrumpió robándole otro beso.
- Te equivocas nuevamente… –habló con suavidad– No soy heterosexual.
- Bueno, pues bisexual, pansexual, demisexual o lo que sea. Será por orientaciones... –ese comentario arrancó una carcajada a la cobriza.
- Definitivamente eres una idiota, Fate-chan. –siguió riendo antes de suspirar– Yo jamás me había cuestionado mi orientación. Siempre pensé que era ley de vida el que una mujer y un hombre estuvieran juntos sin importar nada más. Era lo lógico y normal. –la rubia la escuchó atenta– Sin embargo, yo nunca pensé en tener una relación amorosa porque estaba concentrada en mis estudios. Hasta que… –la miró indecisa– …hasta que me acosté con tu prima. –cerró los ojos para no ver la cara que ponía la rubia y aguardó por alguna palabra.
- Lo sé. –respondió calmadamente la oji borgoña– Conozco la historia. –la oji lavanda la miró con los ojos desorbitados– La ayudaste a aclarar sus dudas. Fuiste muy amable y gentil con ella.
- Yo… –se sonrojó– No sólo lo hice por ella. –exhaló– Yo también tenía dudas, pero nunca se lo dije. Aproveché ese momento para aclararme también. Descubrí que me gustaban las chicas en lugar de los chicos. –sonrió débilmente.
- Pero tú… –no terminó la frase.
- Me entró pánico. No estaba preparada para enfrentarme al rechazo de todos. Mucho menos de mis padres. –suspiró– Comencé a acostarme con chicos porque yo no quería ser lesbiana… –admitió finalmente– Pero todo eso cambió cuando te conocí en la clínica. ¡Cielos! Cuando te presentaste y tu mano tocó la mía, sentí una corriente eléctrica que atravesó todo mi ser. ¡Por todos los cielos! Me dejaste hipnotizada y parecía que no sabía hablar. Todo y todos desaparecieron de mi alrededor. –la rubia abrió los ojos como platos– Estoy locamente enamorada de ti desde ese mismo instante en el que sentí una conexión. –la oji borgoña se dejó caer en el sofá.
- Nanoha… –la miró aún aturdida– Pero tú estás con ese chico… –la cobriza negó y a la rubia le dio un vuelco el corazón.
- Lo utilicé para tratar de convencerme de que no era posible que yo fuera… –se detuvo unos segundos– …lesbiana. –volvió a repetir– Desde que te conocí no he podido sacarte de mi cabeza… Por eso te debo mis más sinceras disculpas, Fate-chan, porque yo debí haber hablado y no haber callado frente a ti. Lo siento mucho. –bajó la cabeza.
- Nanoha…
…
Chikane ayudó a Himeko a subir al auto. La rubia de mirada lavanda estaba totalmente hundida por el rechazo de su prima a escucharla. Se sentía un ser despreciable. No merecía tener en su vida a tan hermosa persona. Fate siempre la había defendido de todos y frente a todos. Jamás le dio la espalda y siempre estuvo ahí para ella. Nunca le importó la distancia, si la necesitaba, Fate tomaba el primer vuelo para estar con ella. Lágrimas sin control comenzaron a bajar por sus mejillas, aunque no emitía ningún sonido. Chikane la miró por unos segundos antes de poner su mano sobre su hombro, acto que provocó definitivamente el llanto de Himeko, cubriéndose el rostro. La ojiazul no lo dudó ni un segundo y la atrajo a un apretado abrazo. Por su culpa, había arrastrado a Himeko a contarle una mentira a Fate. A ella también le había dolido el rechazo de Fate, pero más le dolía haber roto esa valiosa confianza que se profesaban ambas rubias. No sólo eran primas, eran mejores amigas. Trató de tragarse el intenso y amargo nudo que se le había formado en la garganta, pero fue en vano, pues varias lágrimas surcaron su rostro también. Le ofreció reconfortantes caricias a Himeko para tratar de calmar su desgarrador llanto, pero no funcionó. Le dio varios dulces y cariñosos besos en su cabeza y la estrechó más fuerte aún. Se quedó en esa posición hasta que la chica se tranquilizó. Se separó lentamente y, en un silencioso mutuo acuerdo, puso el auto en marcha. Una vez que llevó una velocidad constante, retiró su mano de la palanca de cambios y tomó la de la rubia, entrelazando sus dedos. Quería, de alguna manera, hacerle saber que estaba ahí para ella y que no iba a dejarla sola. Quería ser su apoyo, su fuerza. Quería ser todo para Himeko y haría lo que fuera necesario. Al llegar a casa de la oji lavanda, la peli azul se quedó en silencio, sin saber qué decir ni hacer. ¿Querría compañía o preferiría estar a solas? Un apretón en su mano le dio la respuesta. Volvió a poner el auto en marcha y lo aparcó en la cochera. Ambas bajaron y entraron a la casa de la rubia. Himeko fue directa a la cocina para prepararse una tila, o muchas. Chikane la siguió y, en cuanto vio el temblor en las manos de la rubia, la llevó al sofá y ella se hizo cargo de preparársela. Cuando estuvo lista, se la llevó y se sentó a su lado.
- Todo es culpa mía, Himeko. Lo siento mucho. Yo te obligué a… –la rubia la interrumpió.
- No, Chikane-chan. No es tu culpa. Soy médico y el código ético y moral dice que hay que salvar al paciente, aunque eso signifique mentir a la gente que quiero. Olivie estaba gravemente herida y fue un milagro que consiguiera sobrevivir. Teníamos que hacerlo para protegerla, a ella y a la niña. Es normal que Fate-chan se sienta traicionada y tiene todo el derecho a estarlo, pero que comprenda cómo se siente sólo me hace sentir más miserable.
- Ella te ama, Himeko. Sé que más temprano que tarde, volverá a ti.
- Lo sé, pero… –se calló.
- ¿Por qué no te tomas una ducha y te vas a la cama? Necesitas descansar. –se puso en pie– Llámame si me necesitas y vendré enseguida. –le dijo con extrema dulzura.
- Quédate, por favor. –le suplicó en un murmuro– No quiero estar sola. –tomó su mano.
- Está bien. Vayamos a dormir. –la instó a caminar hacia el dormitorio– Nuestros últimos turnos fueron demasiado largos e intensos.
- Es el cumpleaños de Vivio-chan. –murmuró con tristeza.
Chikane no dijo nada más. No sabía qué hacer ni qué decir para hacer que Himeko se sintiera menos culpable. No podía hacer nada tampoco para tratar de que Fate la culpara solo a ella y no a su prima. Lo único que podían hacer era esperar a que Fate pensara fríamente y entendiera por sí misma que no pudieron hacerlo de otra forma. Desgraciadamente, la espera sería algo que no llevarían bien ni Himeko ni ella misma. Exhaló. La oji lavanda le prestó un pijama a Chikane y, cuando ambas se cambiaron, se tumbaron en la cama. La peli azul la atrajo al capullo de su abrazo tratando de darle toda la contención que necesitaba Himeko.
…
Fate fue incapaz de decir nada más. Su cerebro estaba trabajando a mil por hora tratando de analizar y asimilar las palabras de Nanoha. ¿Sería una broma? La miró fijamente y se la veía un poco nerviosa y cabizbaja ante la no respuesta. Fate quería creerla. Quería creer ciegamente en ella porque también sintió esa conexión inmediata en cuanto vio a la cobriza en la clínica. Su respiración se cortó al ver a tan hermosa mujer y, cuando estrecharon las manos, también sintió esa corriente eléctrica que atravesó todo su ser como la oji lavanda había mencionado. Ella también se había enamorado con tan solo ver sus ojos. Al encontrar ese brillo en ellos. Su corazón se revolucionaba cada vez que la veía y cada vez que hablaban juntas. Y cielos, cuando la besó en el parque pudo visualizar toda la gama de colores en su cabeza. Quería creerla y amarla, pero la decepción sufrida con Olivie le impedía lanzarse. No quería salir de nuevo lastimada porque sabía que, si Nanoha la utilizaba y después desechaba, sería su fin. Quiso explicarle nuevamente que no podía estar con ella, pero unos pasos apresurados y un grito se lo impidieron.
- ¡Nanoha! –exclamó la pequeña lanzándose a sus brazos– ¡Has venido!
- Hola, Vivio. –la estrechó con extremo cariño– ¿Cómo estás, corazón? –la oji borgoña sonrió al ver cómo le hablaba con tanta dulzura a su hija.
- Estoy malita. Vivio no quiere estar enferma. –dijo triste.
- Ya verás que muy pronto te pones bien, Vivio. –le dio un beso en la frente y la pequeña sonrió– Te he echado de menos. –le susurró y la niña enterró el rostro en su cuello– Feliz cumpleaños, Vivio. –dijo dulcemente y la de ojos bicolor se separó de ella abruptamente para verla con los ojos llenos de felicidad, provocando en la cobriza una sensación de plenitud y alegría.
- ¡Fate-mama! –llamó a su madre– Nanoha recordó que hoy es mi cumpleaños. –dijo con ilusión– ¡Ha venido porque lo recordó!
- Sí, Vivio… –la rubia sonrió por primera vez desde que se enterara de la verdad– Ven, cariño. Tengo una sorpresa para ti. –alzó sus brazos, pero la niña negó– Oh… ¿Prefieres estar en los brazos de Nanoha? –la niña asintió riendo– Vaya… –fingió tristeza y la niña rió más– Nanoha me quitó el puesto de mamá… –la niña dejó salir una exclamación y miró a la cobriza.
- ¿Nanoha-mama? –a ambas mayores les dio un vuelco el corazón.
- No, Vivio. Nanoha no es tu mamá. –la niña entristeció.
- Pero lo seré muy pronto, ya lo verás. –le susurró la cobriza en su oído y la felicidad irradió su rostro– Ahora vayamos a ver esa sorpresa.
- ¡Sí!
…
La pequeña fiesta de cumpleaños le hizo mucha ilusión a Vivio, aunque no dejó de preguntar por su tía Himeko. Fate se sentía muy mal. Vivio adoraba a Himeko y viceversa. Que ellas hubieran discutido, no significaba que debía echarla de la vida de su hija. Suspiró. Había actuado como sus madres y la de Himeko en el pasado. Desgraciadamente, ya nada podía hacer. Había echado a su prima de su vida, al igual que a su mejor amiga. Se encontraba nuevamente sola. Sonrió con tristeza desde el marco de la puerta mientras veía cómo Nanoha arropaba a su hija. Realmente el rol de madre le sentaba de maravilla. Sería una madre grandiosa. Tras darle las buenas noches a la pequeña, salieron de la habitación y acompañó a la cobriza a la puerta.
- Gracias por quedarte, Nanoha. A Vivio le hizo muy feliz. –agradeció.
- De nada, Fate-chan. A mí también me hizo muy feliz poder estar con ella y… contigo. –habló sonrojada– Yo… será mejor que me vaya. Es realmente tarde y mañana tengo que ir a trabajar. –la rubia asintió– Fate-chan… –la miró a los ojos aún ruborizada– Todo lo que te dije antes, es cierto. Sé que no confías en mí, pero pienso demostrarte que realmente me gustas. Iré poco a poco, al ritmo que tú marques. Y por supuesto no pienso rendirme hasta que me conozcas por completo. Y cuando digo por completo, lleva implícita la parte sexual también. –la oji borgoña tragó pesado– No voy a hacerte daño, Fate. Te lo prometo. –se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla que provocó que la rubia se estremeciera– Buenas noches, honey. –ronroneó.
- Bue… buenas no… noches, Nanoha. –tartamudeó y la otra sonrió antes de marcharse.
ReaMir: Estamos acostumbrados a ver a una Himeko indecisa y débil. Era hora de cambiar eso ;) Aquí no sólo sabe lo que quiere, sino que lo consigue! En cuanto a Nanoha parece que cambió sus pensamientos en cuanto vio a Olivie besar a Fate. ¿Cómo se atrevió a besar a su Fate-chan? Si hubiera magia en esta historia, sin duda alguna le habría lanzado su Starlight breaker xD Olivie ha sido una chica con suerte y se ha salvado xD
Saizoh: Como ves, Olivie iba a por todas para conseguir el amor de Fate, pero se chocó de frente con una muy cabreada Nanoha por probar los labios de su Fate-chan xD No tuvo más remedio que desistir al ver esa mirada, aunque también en parte se debió a que Olivie está en protección de testigos. La familia Hückebein es muy poderosa. No podía permitir que le hicieran daño a Vivio y ella no estaba dispuesta a volver con su familia después de todo por lo que le hicieron pasar... Y sí, las ChikaHime no pierden el tiempo xD Hay que ser claros y directos en el amor ;)
Guest: I hope this chapter will answer your doubts. If not, let me know :) I think Nanoha was afraid of coming out of the closet because of the family rejection, but fortunately, her family accepts her. I have always said, "We are here to be happy, not to make others happy". Life is too short to be worried about what people think. They aren't allowed to judge your life and your happiness. I'm glad that Nanoha understood that and she's doing her best to get Fate's love. Well, she has Fate's love from the first time they met, but she needs to show Fate that she's not playing with her.
About Olivie, as I have said to Saizoh, Hückebein family is powerful (I don't know if it's the right word). If they knew Olivie was alive, they would find her, hit her, and torture her. And they would do the same with the kid... She needed to protect her daughter and it was the only way she found...
