Todos los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi, a excepción de los creados por las presuntas escritoras. Este fan fiction es sólo una obra de entretenimiento sin fines de lucro.

L.O.U. & Pao-chan Fanfictions

PRESENTAN:

--¿Quien está ahí? –la voz del chico permanecía apenas audible para él mismo. Bajo la absorbente oscuridad, aparentemente parecía estar solo.

No lo estaba. Podía sentirlo en la brisa.

Un par de pasos crujían sobre la mullida hierba, muy cerca de él. Se dio la vuelta, esperando ver señal de vida alguna.

Nada.

Comenzó a andar, a paso regular. Las calles estaba completamente solas, ni un alma, salvo él. En algún lugar, muy alta en el cielo, debía brillar la luna y enviar sus rayos a la tierra, pero aquí, en Nerima, una tormenta de enero había ocultado el cielo tras grotescos y ennegrecidos nubarrones.

El viento comenzaba a soplar violentamente, como un presagio. El muchacho aceleró el paso, con las manos en los bolsillos de su pantalón. Su respiración se volvía agitada. Alguien le estaba siguiendo. Lo presentía.

No muy lejos, le pareció sentir como si alguien hubiese lanzado un agudo grito. Él se detuvo, volviendo su vista hacia su retaguardia por un breve instante, regresando de nuevo los ojos hacia el camino. ¡Al fin y al cabo sólo podía tratarse del viento!

Pero el viento no suele dar la sensación de pasos o gemir. . .

De nuevo aquel ruido, esta vez sea lo que sea, se estaba acercando. El chico no miró atrás, seguía andando, esta vez a paso rápido. Los pasos a su espalda se volvían más constantes. Él se echó entonces a correr. El viento continuaba aullando y gimiendo.

Pero el sonido de los pasos cesó. Al menos por un breve instante. El muchacho se detuvo repentinamente, girándose a sus espaldas. Silencio. A excepción de una cosa, una tenue respiración entrecortada. Un jadeo.

No era él. .

Alargó un brazo, buscando apoyo de la pared, se volvió a su derecha sintiendo cómo la sangre se le congelaba ante una visión a la que sus ojos no daban crédito.

Bajo el leve resplandor de la luna oculta tras el nublado cielo, sólo pudo distinguir una sombra amorfa, grotesca. . animal. El brillo de dos ojos amarillos y resplandecientes, mirándole fijamente. Las orejas echadas atrás, parecían pequeños triángulos de piel casi pegados a la cabeza. La lengua le colgaba jadeante.

Con un rugido el animal saltó para atacar a Ranma Saotome, quien cayó violentamente al suelo..

--¡AAAAAAAHHHHHHHHH! –su voz se hizo casi inaudible, ahogándose entre las sombras de la noche.

Un grito de auxilio perdido en la oscuridad de las calles de Nerima.

CAPÍTULO 1

"LA BESTIA DE NERIMA"

Algo golpeó contra la cabeza de Ranma.

En ese momento, logró despertarse. Se incorporó dificultosamente sobre el futón. A su izquierda, Genma, convertido en panda le miraba ceñudamente, mientras sostenía un letrero de madera, esto era con lo que le había propinado un buen golpe a Ranma.

"¡¡YA CALLATE!", decía. Levantó otro letrero: "¡ALGUNOS AQUÍ NECESITAMOS DESCANSAR!".

--¡déjame en paz! –Ranma tomó ambos letreros y se los arrojó a su padre en la cabeza. Pasó una mano por su cabello, tratando de despejarse. Se había despertado temblando y bañado en sudor, con la mirada fija en las estrechas ventanas de la habitación. La luz de la luna entraba por las ventanas con sus tranquilos rayos plateados—. . ha sido un sueño. . –suspiró, pensando en volver a echarse a dormir.

. . .Sólo un sueño. . .

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--. . . que callado estas. . .—murmuró Akane, caminando a la izquierda de Ranma. Éste andaba casi trastabillando, y con una expresión de insomnio en su rostro. Miró a la chica, con una mueca de desenfado.

--mmmm –replicó éste, adormilado.—. . últimamente me cuesta trabajo dormir. . sueños extraños, los ronquidos de mi padre, no sé. .

--¿Qué clase de sueños?

Ranma se detuvo por un instante, extrañado por la pregunta. No era común ese tipo de preocupación en ella, bueno, era de esperarse, esta había sido una mañana tranquila y caminaban sin prisa rumbo a la escuela.

--oh. . es algo extraño. . –empezó a decir—. . siempre es igual, estoy yo solo, no se donde y de noche. . y luego. . .—de repente acortó la conversación, algo atrajo su atención. A un par de cuadras adelante, una multitud de gente se arremolinaba en torno a una de las casas de la esquina.—eh ¿Qué es todo eso?

--RAAAAANMAAAA! –una chica de cabello violeta saltó con todo y su bicicleta por encima de Ranma.

--¿Shampoo, que estas haciendo aquí? –inquirió Akane, tratando de poner a Ranma de pie.

La chica se bajo de la bici, ignorando a Akane.

--¡¡Nihao Ranma! –dijo esbozando una de sus típicas muecas, Ranma aún estaba en estado de knock out por el tremendo golpe—¿Por qué Ranma tener tan mal aspecto, parecer muerto

--¡¡será por que le caíste encima, tonta! –Akane apartó a Shampoo de un empujón.

Ranma se incorporó, dificultosamente. Shampoo le abrazó repentinamente, y por poco Ranma casi cae de nuevo.

--¡Ah ya! . .Sigue si quieres con tus jueguitos, que a mi se me va a hacer tarde por tu culpa! –gritó furiosa Akane, levantando su mochila del piso—¡Me voy!

--eh. . espera. .¡Akane! –Ranma forcejeaba por tratar de safarse del asfixiante abrazo de Shampoo.

Pero Akane ni siquiera le escuchó.

´--mejor así. . si Ranma faltar a la escuela hoy, Shampoo pasar el día entero con él –sonrió Shampoo. Vio alejarse a Akane, y alzó la voz—¡¡Después de todo, Ranma prefiere salir con Shampoo por ser más linda y fuerte!

--¡Shampoo, suéltame!

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El cielo se nubló temprano, cerca ya del mediodía. Últimamente el temporal de lluvias de invierno era casi continuo, a pesar de que el mes de enero casi estaba por terminar.

El salón estaba abarrotado, aun tratándose de la hora del receso. El clima era despiadadamente frío como para salir al patio de la escuela.

--¿oyeron las noticias esta mañana? –la voz de Sayuri casi pasó inadvertida ante el murmullo del resto de la multitud de alumnos del 1-e de la escuela Furinkan. Ella estaba sentada sobre el escritorio del maestro; Yuka le escuchaba de pie, a su derecha, y detrás de ella estaba Akane, mirando distraídamente por la ventana.

--mm. . –Yuka miró de reojo hacia Sayuri, mientras balanceaba levemente una lata de refresco que tenía en la mano derecha—. . ¿te refieres a lo del incidente de anoche?. . .—dio un trago corto, para refrescar un poco su garganta—¿. . lo de ese lunático. .?

Yuka arqueó las cejas, en señal afirmativa.

--Es la tercera vez este mes. . nunca había pasado algo así en Nerima –dijo—y en esta ocasión ocurrió casi cerca del centro. –murmuró pensativa—. . . ah claro, Akane tu te debiste haber enterado esta mañana, fue como a cuatro o cinco calles antes de llegar al dojo. . –miró a Akane, pero esta éstaba absorta en sus pensamientos.

--¡¡Akane! –gritó Sayuri.

--Eh. . ¿que?

--Que si nos estabas escuchando –dijo Yuka. Se cruzó de brazos, fingiendo interés—¿Ranma y tu han vuelto a pelear?

--¡claro que no! –respondió Akane a la defensiva.

--¿Tenía algo que ver otra vez con sus supuestas prometidas?. Eso explicaría por que él llegó tan tarde a clases–Insistió Yuka.

--no, no es por eso. . –Akane apartó su vista de la ventana—¡Como si me importara!

--cuarta vez. . .—corrigió Sayuri, volviendo al tema—. Con lo de anoche es la cuarta vez que sucede.

--aja. . –asintió Yuka. Tomó un lápiz que estaba sobre el escritorio, balanceándolo entre sus dedos—. . alguien o algo que ha estado atacando de noche. . –comenzó a hablar con un tono de voz terrorífico y haciendo pausas, como lo hacían ciertos personajes de películas de terror—. . y coincidencialmente por las noches. . y sólo ha atacado a perros y gatos, ningún ser humano. . .aún . .

Lo que había comenzado como un rumor, hace apenas cinco semanas, desde finales de enero para ser exactos, se estaba convirtiendo en algo mas que una simple nota amarillista ocasionada para llamar la atención de cualquier televidente infantilmente crédulo. No era falso, había testigos, y mas de la mitad de los habitantes de Nerima estaban consientes de que algo sobrenatural se cernía al oscurecer, cuando la ciudad caía ante las tinieblas de la noche.

Comenzó durante la mañana de un veinticinco de enero, cuando la nieve había llegado casi al borde de la entrada del jardín de los Katsui; una familia pequeña que vivía casi a las afueras de la ciudad. Esa mañana, el señor Katsui se disponía a limpiar la entrada de su casa con la pala para nieve, cuando cavó la primer capa de ésta, encontró el cuerpo tieso y desmembrado de Jun, el perro de la familia. El señor Katsui asegura que el cuerpo del can había sido totalmente destrozado por lo que parecían garras y colmillos de alguna especie de animal salvaje. Esta nota apareció sin importancia, hasta dos días después, cuando el incidente se volvió a repetir, esta vez teniendo como víctimas dos gatos pertenecientes a una anciana que vivía sola; y ambos tenían las mismas marcas que el primer caso. El tercer ataque se había suscitado hace una semana, en una de las casas que estaban cerca de la avenida central de Nerima. De igual manera, el cuerpo de los animales mostraba los mismos indicios, todos aparecían casi completamente descuartizados, y con marcas de colmillos en el cuello (si es que aún lo tenían) y garras.

No podían haber sido hechas por algún ser humano, eso era obvio, pero también las especulaciones acerca de algún animal grande, como lobos o perros salvajes, eran por demás poco creíbles, analizando que Nerima estaba en medio de una zona metropolitana, no había bosques o espacios abiertos cerca, lo mas acercado a eso habían sido las escasas hectáreas que dividían el distrito de Nerima con el resto de Tokio oriental. Así que las autoridades comenzaban a negar cualquier otra hipótesis semejante, mencionando únicamente que el supuesto atacante debería (según las posibilidades) ser probablemente algún desquiciado mental, o en el peor de los casos, algún perro grande con rabia. Pero eso no aseguraba que la gente, sobretodo los jóvenes y la gente mayor, sacasen sus propias conclusiones y tomasen sus propias medidas precautorias.

--. . En las últimas notas de los periódicos, lo han llamado "la bestia de Nerima"—comentó Sayuri—¡¡tétrico!

--¡¡por favor chicas! –Akane dio una leve palmada sobre el escritorio—¿no creerán todas esas patrañas?. . yo creo que se trata sólo de un tipo chiflado, no veo la razón de que la gente arme tanto alboroto por eso –su voz se oía superficialmente despreocupada. No solía ser muy supersticiosa. . en algunas cosas. Después de todo, las posibilidades de que la verdad acerca de ese rumor se tratase de algo mas allá de una simple persona común y corriente, eran, para ella algo bastante fantasioso e infantil.

--¡pues yo creo que no se trata de una persona!. . –alegó Sayuri.

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--¡¡Akane! –Ranma gritó, a tan sólo unos tres metros de distancia de Akane. Ella le ignoró completamente. Ni siquiera volteó a verlo. Corrió detrás de ella.—¡¡Akane! . . ¡Ehh. . por lo menos escúchame!

Ranma trató de adelantársele, dando pasos largos. Tomó a la chica por el brazo, antes de que esta abriese la puerta de la entrada de la casa. Durante el día entero, ella no le había prestado atención, de hecho, había actuado como si no existiese, a pesar de que Ranma había tratado de aparentar que no pasaba nada. Y de hecho así era, no pasaba nada salvo el berrinche de Akane, siempre era lo mismo cada vez que Ranma se encontraba con una de sus incómodas "novias de adorno" (así solía llamarlas). . pero que mas le daba a ella?. . después de todo, no sentía nada por él. . ¿o si?

--¡¿Qué es lo que quieres! –preguntó ella, molesta y quitándose la mano de Ranma del brazo.

-Que me digas que te pasa. . –Ranma bajó la vista hacia el piso, con resentimiento.—mira, si es por lo de la mañana yo no tengo la culpa de que. .

--no me importa --Akane no le escuchó, abrió la puerta y entró, azotando ésta en la cara de Ranma.

--¡¡eyyy !—gritó Ranma desde el otro extremo, detrás de la puerta. Tenía la mitad del rostro marcado por la nudosa madera. Jaló la puerta hacia adentro. No había nadie, y si Akane le hubiese escuchado, probablemente lo ignoraría.

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--¡¡¡YAAAAHHHHH! –el grito de Akane sonó con estridente eco en el interior del dojo Tendo acompañado del débil sonido de dos gruesas tablas de madera al romperse. Llevaba casi un par de horas entrenando, desde que llegó de la escuela. Ahora ya era casi cerca de las ocho de la noche. Se inclinó para levantar los tablones que había roto de un solo golpe con el puño. Una de las tablas estaba astillada y no se había roto totalmente. –¡rayos, todo me sale mal! –dijo, contemplando el tablón y arrojándolo a un lado, con desdén. Se apoyó de espaldas contra la pared, cruzándose de brazos. Una voz familiar resonó en su mente; ". . Ranma prefiere salir con Shampoo por ser mas linda y más fuerte". .

Suspiró.

--¿Akane? –Kasumi la llamó desde la entrada del dojo, volviéndola a la realidad.—. Ya casi esta lista la cena.

--. . si ya voy. Iré a ducharme y bajo enseguida –dijo secamente.

--Bien, recuerda cerrar el dojo, la puerta esta ya algo oxidada y suele abrirse con facilidad.

Akane asintió en silencio. Levantó otras tres tablas que estaban en el piso, dejándolas cerca del marco de la puerta. Tomó su jersey y se lo puso distraídamente con la mano izquierda mientras que con la derecha sujetó el interruptor de luz, apagándolo. Cerró la puerta, con un leve rechinido en los goznes de ésta. Echó a andar hacia la entrada de la casa, mirando desinteresadamente hacia la puerta principal, ésta estaba entreabierta.

--ese tonto, olvidó cerrarla –dijo para si, recordando que por la tarde el último en entrar había sido Ranma, y no era la primera vez que olvidaba cerrar la puerta. O tal vez Kasumi había salido. Se detuvo en el marco de la puerta, echando un breve vistazo hacia el exterior de la casa. Completa oscuridad, como era de esperarse de una noche de finales de enero; una noche cubierta en penumbras, carente del brillo de la luna.

Algo llamó su atención. Una silueta se movía lentamente por entre las negras sombras proyectadas por las casas de alrededor, una figura que se deslizaba sigilosamente, acompañada de un fugaz sonido de pasos; pasos humanos.

--¿hay alguien ahí? –preguntó, casi a media voz.

Nada en medio de la oscuridad tuvo respuesta. Akane salió, mirando hacia amos lados de la calle, buscando señal alguna del dueño de esos pasos. Los había escuchado, y ese algo la había escuchado a ella.

El sonido comenzó a volverse más difuso. Logró identificar una tenue figura, llegando cerca de uno de los callejones de la siguiente calle, para después desaparecer entre las sombras. Akane le siguió. Las calles estaban completamente solas, desde hacía ya un tiempo debido a los múltiples rumores, comentarios y los incidentes ocasionados por la llamada " bestia de Nerima", y hasta ahora no era común encontrar a alguien a estas horas, a pesar de ser las ocho y media de la noche.

Caminaba dando pasos largos pero silenciosos, mientras que la helada brisa comenzaba a dejarle las mejillas pálidas. Se detuvo en seco a sólo diez pasos del callejón donde la misteriosa sombra había desaparecido, al igual que el sonido de sus pasos.

Escuchó algo, un nuevo sonido proveniente del fondo del sombrío callejón. Alguien respiraba profundamente.

Algo similar a un suspiro.

Akane dio un par de pasos. No logro ver nada, nada excepto una silueta alta, una chica se encontraba de pie, dándole la espalda, a sólo un par de metros de donde ella estaba. Al parecer, ésta aun no se había percatado de la presencia de Akane.

Algo brillo en medio de la helada penumbra, un brillo metálico.

La chica sujetaba con ambas manos un difuso objeto. El brillo de la hoja metálica de una daga, tintineaba bajo una lejana luz proveniente de una de las lámparas de alguna casa. El filo del arma se acercaba lentamente al cuello de la chica.

--¡¡Espera ¡! ¡¡no! –gritó impulsivamente Akane.

La chica volteó por inercia. Akane pudo observar más claramente sus rasgos. Se trataba de una muchacha alta, de cabello medianamente largo hasta los hombros, de color castaño oscuro, casi negro, piel blanca, casi pálida. Sus ojos resplandecían emitiendo un leve brillo color pardo. Era mayor que ella, incluso mayor que Kasumi, tal vez tendría alrededor de unos veinte o veintiún años. Nunca la había visto.

--¡¿Quién eres tu! ¡¿Qué estas haciendo aquí! –preguntó. Su voz era fría y cortante.

--no. . no tienes que hacer eso. . –Akane se encogió de hombros.

--¡no es asunto tuyo!. .

--ningun problema puede ser tan grave. . –continuó diciendo Akane—. . podría ayudarte. .

--¡¡LÁRGATE! –la voz de la joven se hizo más profunda. Los ojos de color pardo suave parecían haber adquirido una extraña luminosidad y un terrorífico color dorado-verdoso.

--. . yo. . –la voz de Akane se calló. Permaneciendo bajo la mirada de la extraña muchacha. La daga que ésta sostenía en ambas manos, calló al suelo, emitiendo un sonido metálico, pesado. Akane se dio cuenta de que las manos de la chica estaban temblando, tal vez por miedo. . tal vez por ira.

--¡¡¡AKANEEEEE!—gritó una voz conocida. Ranma se detuvo hasta donde estaba Akane.—¿dónde demonios te habías metido?. . Kasumi dijo que habías salido del dojo y . .

--Sali porque escuché algo y. . –Akane se dio la vuelta para ver mejor a Ranma—,y entonces vi que ella –se giró de nuevo hacia donde había estado la chica. No había nadie ya. –¿. . se ha ido?

--¿quien?. . ¿de que hablas? –Ranma le miró desentendido, luego puso su mano derecha sobre la frente de Akane—¿segura que estas bien, no tienes fiebre?

--¡Ya déjate de tonterías! ¡¡había una chica aquí, yo la vi!

--si como digas. . ¡¡vámonos ya, no tengo ganas de quedarme aquí congelándome! –Ranma se dio la vuelta, con las manos atrás de la nuca.

--mmnm. .—Akane asintió, siguiéndole de mala gana. Miró por sobre su hombro. No había nadie. Salvo la oscuridad y el silencio total.

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