CAPÍTULO 17: UNA CELEBRACIÓN

-Nicole, ¿has visto a Harry?- indagó Draco mientras caminaba hacia el
comedor. En las últimas dos semanas su contacto con el Gryffindor había
sido limitado, ya que Harry se había dedicado casi cada momento
despierto a terminar el CD. Draco había esperado que esa tarde estuviera
en casa, de modo que pudieran pasar algún tiempo juntos. La ausencia del
hombre de pelo oscuro estaba poniendo una verdadera llave inglesa en sus
planes para seducirlo.

Sin siquiera darse cuenta que Nicole había descuidado contestarle, Draco
notó que el comedor no había sido puesto para la cena.

-Entonces, ¿tomo esto como que Nola está intentando conseguir adaptarse
en su nuevo trabajo, o simplemente que no vamos a comer esta noche?-
comentó Draco, goteando de sarcasmo cada palabra mientras que miraba
sobre la mesa vacía.

Sin dejar que la actitud del hombre rubio la molestara, ya que se habían
convertido en amigos, ella sonrió.

-Bien, querido Draco, los gemelos y yo hemos comido ya, y sí, Nola está
encima de los Henderson consiguiendo ordenar su nueva cocina bajo sus
especificaciones exactas- ante esto, Nicole y Draco compartieron un
estremecimiento mutuo, pues ambos habían sido receptores de la severidad
de Nola
cuando algo estaba un poco fuera de lugar en su cocina-.Sin embargo,
Harry debe regresar a casa pronto y creo que mencionó algo sobre cenar
afuera, en el patio, quizá...- Nicole ni siquiera tuvo la ocasión de acabar
su oración antes de que Draco se hubiera ido del comedor en dirección a
su dormitorio.

Cuando Nicole había mencionado que Harry estaría en casa para la cena,
una cena privada sólo para ellos dos, Draco supo que no podía perder esta
oportunidad. Frunciendo el ceño mientras miraba a los pantalones cortos y
la camisa que usaba en ese momento, decidió que no lucía lo
suficientemente irresistible y decidió cambiar su atuendo.

Abriendo su armario, evaluó sus ropas nuevas. Cuando había decidido
permanecer en California mencionó a Harry que necesitaría un guardarropa
nuevo, las pocas cosas que había traído con él de Inglaterra no eran
apropiadas para el San Diego muggle, y serían apenas suficientes. Harry
lo había sorprendido llevándolo de compras al día siguiente. Habían
visitado los mejores almacenes de ropa de hombre y lo que no pudieron
comprar por no haber existencias, lo mandaron a hacer. Ciertamente, Harry
no había reparado en gastos, y ni siquiera alguien tan meticuloso como
Draco tuvo queja alguna.

Seleccionando una camisa verde mar de seda suave y un par pantalones
negros confeccionados por el sastre, Draco se vistió muy cuidadosamente
para la cena. Finalmente, con un vistazo de pasada en el espejo, se
encaminó hacia el patio.

Se olvidó de respirar ante la visión que lo esperaba cuando abrió la
puerta corredera de cristal y caminó afuera. Una mesa pequeña para dos
había sido instalada en el patio de azulejos que daba la piscina y a la
playa. La mesa había sido puesta con fina porcelana, brillante cubertería
de plata y copas cristalinas. Una botella de costoso vino reposaba en un
enfriador. Había dos candelabros en la mesa y antorchas dispersas
alrededor del patio, iluminándolo. La apacible brisa del océano hacía a
las llamas parpadear creando una atmósfera muy romántica. Sin embargo,
Draco apenas había notado todo esto, pues algo más había capturado y
conseguido su atención.

Harry estaba parado al otro lado de la mesa. Draco sentía como si su boca
estuviera llena de algodón mientras apreciaba al alto hombre de pelo
oscuro, vestido impecablemente con una camisa azul intenso y pantalones
negros, prendas que tenían que haber sido hechas a la medida por como se
pegaban al Gryffindor, casi como una segunda piel. Apartando sus ojos del
delicioso cuerpo, Draco sentía como estaba siendo recorrido por una
mirada de deseo que vio brillar ardiente en los propios ojos de Harry.

Andando a grandes zancadas hasta donde Draco estaba parado, Harry se
detuvo justo enfrente del Slytherin.

-Gracias por acompañarme para la cena de esta noche

Draco apenas pudo animarse a asentir, tan abrumado estaba ante todas las
molestias que Harry se había tomado.

Sintiéndose casi tímido, el Gryffindor entregó a Draco dos rosas rojas de largo tallo.

-Toma, conseguí esto para ti.

Sorprendido, Draco tomó las flores ofrecidas e inhalo su maravillosa fragancia. Eran de un rojo sangre profundo, cada suave pétalo perfectamente formado, eran exquisitas. Tocado por las atenciones de Harry, el rubio respiró profundamente y susurró:

-Gracias Harry, nadie nunca antes me ha dado flores.

-Entonces ellos se lo perdieron- sonrió Harry –. Ven y siéntate, no quisiera que nuestra cena se enfriara.

Habiendo recuperado su agudeza, Draco permitió que Harry lo condujera a la mesa. Una vez que estaban sentados, no pudo evitar preguntar.

-Así pues, ¿Por qué te tomaste todas estas molestias?

Harry extendió el brazo sobre la mesa y tomó la cálida mano de Draco entre las suyas antes de contestar.

-Bien, realmente por dos razones. Primero, porque sé que no he estado por aquí mucho últimamente y siento que te he estado descuidando y quise hacer algo así para ti.

Draco estaba satisfecho con la respuesta de Harry hasta ahora y oprimió suavemente su mano.

-¿Y la segunda razón?

-Bien, también sirve como una pequeña celebración; terminamos de grabar el CD hoy.

Draco podía ver el entusiasmo en la cara de Harry.

-Felicitaciones, sé que has trabajado muy duramente en él, es todo un logro.

Harry se sintió orgulloso bajo la alabanza de Draco.

-Gracias Dray; eso significa mucho, especialmente viniendo de ti.

-Pero Harry ¿por qué estás aquí conmigo? ¿No deberías estar con el grupo, allá afuera en alguna parte, completamente ebrio?

La palabra feliz no describía ni de cerca como se sintió Draco al darse cuenta que Harry había querido pasar este tiempo con él; sin embargo, no podía evitar sentir como si se entrometiera en un momento que Harry debía compartir muy probablemente con otros.

-No Dray, no hay persona alguna con la que compartiría algo esta noche más que contigo-. La sonrisa de Draco ante estas palabras fue instantánea y Harry sintió que la calidez que le producía llegaba hasta el fondo de su estómago-. Además, ya hicimos lo otro después que grabamos el primer CD.

Draco sintió que Harry no bromeaba sobre esa última cosa, pero en lugar
de regodearse con el pasado, Draco
quiso tomar ese momento para construir su futuro.

-¿Qué tal si vemos qué se nos ofrece bajo esos platos de allá?- sugirió
Draco, mientras llamaba la atención de
Harry hacia la mesa de servicio que había sido instalada.

Luego de servirse un poco del lomo de cerdo asado, las patatas trituradas
con ajo, guisantes dulces asados
y calabaza de verano, Draco se sentó echándose hacia atrás. Mientras que
había estado llenando su plato,
Harry descorchó el vino y lo vertió en las copas.

Después que Harry hubiera seleccionado su propia comida y estuviera sentado a la mesa, Draco levantó su copa.

-¿Por qué brindamos?

Harry pensó en muchas posibilidades, pero decidió aferrarse a algo seguro.

-¿Qué te parece si brindamos por esta noche?

Un parpadeó decepcionado apareció brevemente en la cara de Draco, antes de que tintineara su copa contra la de Harry diciendo:

- Por esta noche.

-Por esta noche- respondió Harry, bajando su copa y alcanzando sus cubiertos.

Mientras tomaba otro sorbo de su bebida, Draco estudió a su compañero.

-¿Nunca te preguntaste por qué peleábamos tanto cuando éramos más jóvenes?

Harry intentó no atragantarse con su cena ante la inesperada pregunta.

-Asumo que porque siempre fuiste un estúpido presumido.

Draco levantó ambas cejas.

-Pues también podría ser porque siempre eras el pequeño Gryffindor perfecto, rompiendo todas las reglas y nunca consiguiendo problemas por ello- viendo que Harry no pensaba picar el anzuelo, tomó otro trago de vino y continuó-.Pero, ¿y si era algo más?

Harry puso cuidadosamente el tenedor sobre su plato.

-Bien, viendo que no vas a permitir que acabe mi cena hasta que me digas lo que quieres quitarte del pecho, yo morderé.¿Por qué piensas que peleábamos tanto?

Girando la copa de vino entre sus dedos, Draco miraba cómo la luz de las velas se reflejaba en el tallado del cristal y en el vino rojo profundo.

-Bien tengo una teoría; se basa en una historia que mi abuela Malfoy me contaba cuando era un niño pequeño -viendo que Harry estaba de verdad interesado, continuó-. Algunos magos creen que la tierra y el hombre fueron creados no por un Dios sino por un grupo de Dioses. Cada Dios tenía su propia especialidad, similar a lo qué se describe en la mitología muggle. Ahora, cada uno de estos Dioses era poderoso por si mismo y como ocurre con cualquier grupo de seres poderosos, había desacuerdos. En particular, había dos Dioses que casi nunca estaban de acuerdo en nada. La mayoría de los desacuerdos eran solucionados pacíficamente; sin embargo, algunos no lo eran.

Tomó un esfuerzo común de todos los Dioses crear a un hombre, pues era una empresa muy grande y complicada dado que éramos las primeras criaturas creadas que tenían alma. Nuestras almas permitirían al hombre superar la muerte pues se levantarían y serían reunidas con otras que habían pasado previamente.

Draco vio que tenía la completa atención de Harry.

-Pero no paso mucho tiempo antes que los Dioses comenzaran a discutir sobre qué hacer con estas nuevas creaciones. La lucha explotó, peor que nunca antes y los Dioses se dividieron básicamente entre los que querían que viviéramos en la tierra sin su interferencia y los que querían crear un nuevo reino solo para los hombres.

La batalla entre los Dioses llegó a ser feroz, siendo el hombre el centro del conflicto. La energía generada por cada lado era una fuerza tan enorme que terminó dividiendo por la mitad aquellas criaturas que habían creado tan amorosamente, originando lo que conocemos hoy como hombre. Entonces los Dioses se dieron cuenta que su maravillosa creación estaba arruinada, estropeada y lo peor de todo era que las complejas almas de las que habían estado tan orgullosos se habían dividido en dos mitades.

Ninguno de los dos grupos quiso seguir reclamando para si a tan imperfectas criaturas; por lo tanto, el hombre fue expulsado a la tierra. Así la historia cuenta que cada hombre tiene, en alguna parte de este planeta, una persona que posee la otra mitad de su misma alma. Un compañero de alma. Y si eres muy afortunado, las dos personas se encontrarán y solo entonces tendrán sus almas completas.

Harry estaba fascinado por la historia que Draco estaba contando.

-Así pues, ¿eso es lo que piensas que somos?, ¿dos mitades de la misma alma? Pero todavía no entiendo cómo eso tiene algo que ver con que nosotros peleáramos siendo niños.

Draco llenó su copa nuevamente y después tomó otro sorbo, su garganta estaba levemente seca de tanto hablar.

-Bien, míralo de esta manera, Harry; teníamos once años cuando nos conocimos en la tienda de túnicas. Me gustaría pensar que nuestras almas se reconocieron, pero éramos demasiado jóvenes para saber como lidiar con las emociones que fueron invocadas. Claramente, siempre nos sentimos fuertemente atraídos el uno hacia el otro; es solo que en vez de amarnos, era más fácil que nos odiáramos hasta que maduramos lo suficiente como para darnos cuenta de lo que realmente sentíamos el uno por el otro.

Harry pensó en todo lo que Draco decía y que sonaba bastante razonable, pero no estaba seguro de haber odiado siempre al rubio.

-¿Me odiabas?

-¿Acaso no estabas allí? Todas esas veces que intenté que te expulsaran, todas las peleas, bromas, e insultos, y esas horribles insignias que hice durante el Torneo de los Tres Magos. Cuando ahora pienso en ello, creo que hice todo eso para conseguir tu atención, porque sabía de alguna manera, en un cierto nivel subconsciente, que necesitaba que me prestaras atención.

-Bien, hice ciertamente eso, ¿verdad? Tuvimos algunos grandes momentos en escuela, ¿no? -meditó Harry.

El siguiente par de horas las pasaron como dos viejos amigos recordando los tiempos pasados, cuidadosos de evitar cualquier tema que pudiera causar a Harry más dolor en relación con la traición que había sufrido.

* * *

-Se está haciendo tarde, creo que estoy listo para ir a la cama- dijo suavemente Harry, mirando la luz de la luna reflejarse en las calmadas aguas de la piscina.

Draco suspiró decepcionado; todo había estado yendo tan bien, pero todavía parecía que Harry no estaba listo para reasumir su relación íntima.

Cuando Draco no respondió, Harry miró a su compañero de cena y le extendió la mano. El profundo bosque verde encontró y sostuvo a las tormentosas orbes grises.

-¿Vienes?

Draco se detuvo brevemente, sin estar seguro de entender correctamente lo que preguntaba Harry. El Slytherin intentó refrenar el frenético golpeteo de su corazón mientras se decía que Harry tal vez sólo quería decir que era hora para que se retirara a su propio cuarto. Lamiéndose los labios, susurró roncamente

-Me encantaría acompañarte pero me temo que olvidé de mis pijamas.

Draco sintió una opresión en el pecho ante la brillante sonrisa que cruzó la cara de Harry.

"Debería ser ilegal ser tan condenadamente hermoso"

-Bien, entonces sólo tendremos que convenir en que los pijamas para esta noche son opcionales.

Empujando su silla con un gemido, Draco se puso de pie, sin hacer caso de la mano de Harry, y jaló al levemente más pequeño hombre hacia sus brazos. Sintió todo su cuerpo temblar ante el contacto.

-¿Tienes idea de cuánto te amo?- logró susurrar finalmente en el oído del hombre de cabello oscuro.

Harry atrajo la cara de Draco hacia la suya, capturando los labios del rubio en un beso salido del corazón. Cuando comenzó a mordisquear su labio inferior, Draco gimió y abrió su boca, dándole la bienvenida. Harry tomó su tiempo explorando, trazando los cálidos límites de la boca del otro. En ese momento, el rubio entregó el control total de lo qué sucedía a Harry, queriendo acompañarlo hacia donde quiera que se dirigiera. Cuando la lengua del Gryffindor se retiró suavemente, Draco asumió el control del beso haciendo lo mismo a Harry y entonces todo pareció irse difuminando, allí no había tiempo, ni brisa del océano acariciando, ningún embate de las olas del océano. Todo lo que existía en ese momento eran Harry y Draco y la apacible caricia de dos labios y el latir de dos corazones. Finalmente, llegó a estar claro que necesitaban más aislamiento que el del patio que en ese momento los cobijaba.

Con voz temblorosa, Harry finalmente respondió:

-Creo que lo sé, ¿pero por qué no me lo demuestras?

No necesitando más invitación, Draco lo tomó en sus brazos, lo llevó a través de la casa y subió al dormitorio de Harry.

* * *

Draco no paró hasta que golpeó la puerta cerrada del cuarto de Harry con el pie y lo depositó suavemente en su gran cama. Rodando al otro lado del lecho, Harry levantó su mano en dirección a la puerta y susurró un encantamiento.

-¿Qué hiciste?- preguntó Draco suavemente al no oír el encantamiento exacto pues estaba centrado en lo que estaba a punto de suceder.

-Sólo un hechizo que permite que sepa si cualquiera de los gemelos me necesita, y también puse un encantamiento de bloqueo y un encantamiento silenciador en este cuarto- explicó Harry mientras caminaba hacia donde Draco estaba parado.

Sin apartar sus ojos de las piscinas gemelas de plata líquida, Harry comenzó a desnudarse lentamente. La respiración de Draco se atascó en su garganta cuando lo vio alzar los brazos lentamente y comenzar a desabrochar su camisa. Los largos dedos bronceados se movían agraciadamente a través de la suave tela de su camisa de seda. La boca del rubio estaba totalmente seca para el momento en que Harry acababa con el tercer botón. Con un gemido, intentó alcanzar a su amante, sólo para hacer que Harry sacudiera su cabeza y diera un paso atrás alejándose de él, sin dejar de quitarse la ropa.

Pronto, la camisa de seda se deslizó por los hombros y la fuerte espalda del moreno, cayendo como un pequeño charco a sus pies. Con un destello de claridad, Draco se dio cuenta de lo que hacía Harry. No estaba jugándole una simple broma; se ofrecía a Draco, totalmente y sin reservas. El rubio sintió un relámpago de luz correr desde la base de su cuello hacia sus piernas, haciéndole sentir débil y mareado. Nunca soñó que Harry pudiera hacer algo tan erótico como esto.

Draco luchó para calmarse, intentando pensar en cualquier cosa menos en lo que Harry estaba haciendo, para no perder por completo el control y avergonzarse a si mismo. Sin embargo, cuando vio a Harry alcanzar sus pantalones y escuchó el sonido de su cremallera al ser bajada, perdió el poco control que había poseído previamente.

Tirando bruscamente del Gryffindor hacia él, las manos de Draco quitaron hábilmente el resto de la ropa de Harry. El moreno se entregó totalmente a las atenciones de Draco, quien lo recostó sobre la cama. Deshaciéndose con urgencia de su propia ropa, no se cansaba de ver a Harry totalmente desnudo tendido ante él, esperándolo. Harry sintió como el colchón se hundía mientras Draco se le unía en las sabanas de seda color crema.

Mientras Draco se inclinaba sobre él, Harry envolvió los brazos alrededor de su cuerpo y tiró hacia abajo para unirse en un beso. El moreno se tomó su tiempo con este beso, permitiendo que todas las emociones que sentía actualmente fueran expresadas. Vertió en él todo el amor que había mantenido reprimido durante los tres pasados años.

El beso apasionado continuó por lo que pareció una eternidad y tal como había pasado en el patio, parecía como si todo lo que no fuera estas dos almas dejara de existir. Harry comenzó a temblar de deseo, mientras el beso se iba tornando más urgente y la necesidad de pertenecer a Draco amenazaba con consumirlo. Lentamente se fue haciendo consciente de la cuidadosa exploración de Draco en su cuerpo: las caricias de mariposa en su bajo estómago, los dedos frotando en pequeños círculos la suave piel sobre su ingle.

Harry jadeó cuando las manos inquisitivas de Draco se sumergieron aún más abajo. Cerró los ojos y lanzó su cabeza hacia atrás mientras que una onda del placer intenso lo golpeaba. Sintiendo que Harry estaba a punto de alcanzar el orgasmo, Draco comenzó a susurrar estimulantes palabras en su oído, mientras presionaba suaves besos detrás de su oído y a lo largo de su cuello. Cuando Harry se arqueó, la abrumadora obligación de marcar a ese hermoso hombre como suyo lo superó, y mordió fuertemente el pequeño espacio en la curva de su cuello. Harry gritó.

Besando suavemente a su pareja, dándole ocasión de recuperarse, Draco sonrió, preguntando:

-¿Buen rato?

–No tienes idea- finalmente pudo jadear Harry a través de sus labios hinchados por los besos.

-¿Donde guardas el lubricante?

No deseando perder energía en una respuesta verbal, Harry señaló a su mesita de noche.

Extendiéndose sobre Harry, Draco abrió el cajón y cogió un pequeño tubo de lubricante.

Reclinándose, procedió a preparar a su amor. Una vez que Harry estuvo profundamente relajado y llevado nuevamente a la cumbre del éxtasis, Draco se arrodilló entre sus muslos extendidos y se puso en posición.

-Te amo tanto, no tienes ni idea de cuánto esto significa para mí -Harry prensó sus labios con los de Draco previniendo cualquier otra observación mientras el rubio empujaba hacia delante y lo tomaba.

Harry gimió profundamente en su garganta, la sensación de ser poseído le hacia temblar. Nunca se había sentido tan completo como en ese momento, las últimas piezas de un rompecabezas muy complejo finalmente calzaban en su lugar. Sintiendo a su amante tan profundamente dentro de él, clamando por él, complementándolo. Este momento era tan correcto, tan perfecto. Un pensamiento efímero de las prueba a las que se tendrían que enfrentar cruzó por su mente antes de que se perdiera otra vez en las llamas que lo consumían. Harry desafiaría a cualquier persona o cosa que intentara meterse entre él y su compañero de alma. La posibilidad de una separación, no importa cuan limitada fuera, era impensable. Estaba donde necesitaba estar, aquí, a salvo y amado, con su fuerte compañero abrazándole.

Harry y Draco se movieron al compás de la música que solo sus cuerpos, corazones y almas podían oír, cada uno buscando la culminación. Dos mitades de la misma alma, moviéndose al unísono, unidas por siempre. Cuando ese perfecto momento fue alcanzado, se estremecieron juntos en la liberación, gritando cada uno el nombre del otro.

El cuerpo de Draco, satisfecho y relajado en el agotamiento, resbaló encima de Harry, sus labios se movieron cuidadosamente sobre el pecho empapado de sudor del otro. Después de unos momentos, se recuperó lo suficiente como para salir lentamente, cuidadoso de no causar a Harry ningún malestar.

-Te amo- susurró Harry somnoliento, claramente necesitando descanso, mientras se acurrucaba contra el pecho de Draco.

-También te amo- fueron las últimas palabras que cualquiera de ellos oyó antes que se sumergieran en un profundo y tranquilo sueño.

* * *

Draco despertó con la sensación de una cálida respiración húmeda en su cuello. No era una sensación incómoda, sólo una a la que no estaba acostumbrado, pues había hecho un hábito de siempre dormir solo. Sin advertencia, los recuerdos e imágenes de lo que había pasado exactamente la noche anterior volvieron a él. Sin atreverse a creer que estaba finalmente aquí, en la cama con Harry, rodó lentamente sobre su costado de modo que pudiera conseguir una buena vista del hombre dormido a su lado.

Harry estaba tumbado de espaldas con un brazo echado sobre su cabeza y otro envuelto alrededor de su cintura y su cabeza estaba vuelta frente a la cara de Draco. Con un destello rapaz en sus ojos, Draco notó con satisfacción que durante la noche, la sabana de seda se había enredado alrededor de las piernas de Harry y estaba actualmente cubriendo solo la mitad inferior de su cuerpo.

Cuidadosamente, apartó las sabanas de forma que sus errantes ojos pudieran continuar su estudio del hombre dormido. Draco se entristeció al ver un par de pequeñas cicatrices que estropeaban la perfecta piel cremosa. Una cicatriz en particular llamó su atención. Cerca de la base de su vientre, donde comenzaban los suaves rizos púbicos; era una larga y fina cicatriz absolutamente decolorada por el tiempo. Incapaz de resistirse, remontó lentamente la trayectoria de la cicatriz con la extremidad de uno de sus dedos.

–Sabes, hace cosquillas.

Draco sonrió tristemente, pero no paró de mover el dedo lentamente hacia adelante y hacia atrás.

Harry frunció el ceño ante la carencia de respuesta de Draco.

-¿Qué pasa?

La mano en su bajo estómago paró y entonces Draco lo miró, su expresión melancólica.

-Solo estaba pensando en todo lo que perdí, es todo.

Ambos habían perdido tanto de las vidas del otro, pero sabía que Draco tenía que lamentarlo aún más de lo que él lo hacía. No sólo perdió el ser una parte de la vida de Harry durante esos tres años y medio, sino que perdió los primeros casi tres años de la vida de sus hijos. Sin estar seguro de lo qué podía decir para tranquilizar a su amante, Harry permaneció silencioso y dejó a Draco continuar con lo qué le estaba preocupando.

-¿Es aquí donde te cortaron cuando diste a luz?- le preguntó, señalando la cicatriz que acababa de remontar, su voz cuidadosa y lenta. Harry asintió.

-Merlín, habría dado cualquier cosa por verte embarazado. Apuesto que te pusiste enorme- Draco dirigió una mueca bromeando con el hombre de cabello oscuro, pero Harry aún podía ver la tristeza en sus ojos-. ¿Andabas mucho como pato?

Alegre de que el humor de su pareja hubiera mejorado considerablemente, Harry rodó sobre si mismo y clavó al no muy resistente Draco en el colchón.

-¡Andares de pato!- bufó Harry. –Ni siquiera puedo creer que sugieras tal cosa. Ya te voy a demostrar quien andaba como pato-. continuó, mirando en su cautivo y dándose cuenta repentinamente de la precaria posición en que Draco estaba-. ¿Dime señor Malfoy, eres cosquilloso?

Draco, ante la peligrosa pregunta planteada, dejó de reírse de la imagen mental de Harry del tamaño de un pequeño hipopótamo embarazado de nueve meses, andando como un pato y cantando una de sus canciones de hip hop.

-No seas ridículo Harry; por supuesto que no soy cosquilloso. Ahora bájate de encima de mi, necesito utilizar el cuarto de baño.

-No pienso permitir que escapes de mi tan fácilmente. Además, creo que me estás mintiendo y estoy a punto de probártelo.

-Ni siquiera pienses en ello, Potter. Debí imaginar que cualquier persona de tu edad que todavía duerme con juguetes de peluche intentaría recurrir a algo tan infantil como hacer cosquillas- replicó, el centelleo en sus ojos ablandando la dureza de sus palabras.

Harry se bajo y se sentó con un desconcertado presentimiento ante las palabras de Draco.

-¿De qué estás hablando ahora, Malfoy?

Viendo la confusión de Harry, Draco rodó sobre al borde de la cama y buscando entre la cama y la mesita de noche, sacó el lobo que había sido acuñado allí.

-¿Este pequeño peluche te suena de algo?

Harry miró como Draco sacaba la mano de debajo de su cama y mostraba el lobo gris que él había comprado hacía tanto tiempo.

Viendo la expresión impactada en la cara de Harry, Draco no pudo evitar continuar bromeando con el hombre enmudecido.

- Hay algo que no me estás diciendo, Harry, pues este individuo tiene toda tu esencia sobre él.

Ese pequeño lobo había estado allí muchas noches en que Harry había creído que quizás no se levantaría para ver el sol la siguiente mañana. Debía a ese animal un montón de gratitud, pero ahora era tiempo que fuera regresado a su dueño.

-Realmente, Dray, no me pertenece- contestó Harry su voz calmada y serena.

Draco miró el lobo, sin creer lo que le decía Harry.

-Bien, ¿de quien entonces es, si no es el tuyo? ¿De uno de los gemelos?

Harry sonrió suavemente.

-Te pertenece realmente a ti.

Draco ahora estaba confundido a fondo.

-Nunca poseí un lobo de peluche, Harry, debes estar confundido; no es mío.

-Sí, te pertenece; la razón de que no recuerdes que lo posees es porque nunca te lo di después de que lo comprara- explicó suavemente Harry.

Draco parecía sorprendido.

-¿Lo compraste para mí? ¿Cuándo?

-En Nueva York- Harry se detuvo brevemente para reunir sus pensamientos antes de continuar -. Lo compré después de que Severus te hubiera enviado la carta y te fueras por primera vez. Cuando estuve solo allí por una semana, tropecé con este increíble almacén de juguetes y lo vi allí. Me recordó tanto a ti que quise que lo tuvieras. Pero cuando volviste, tu tiempo en el apartamento fue corto y lo pasamos haciendo otras cosas. Simplemente me olvidé de dártelo. Así pues, Draco, quisiera presentarte a Místico.

Profundamente emocionado ante el hecho de que Harry le hubiera comprado un regalo mientras estaban en Nueva York, Draco atrapó a su pareja en un abrazo.

-Gracias.

-De nada- contestó Harry, levantándose de la cama y encaminándose al cuarto de baño.

Todavía examinando su nuevo animal de peluche, Draco siguió tras Harry, sin prestar mucha atención hacia donde se dirigía.

-No puedo creer que le pusieras nombre.

-Bien, ¿qué sugieres que hiciera? ¿llamarlo ` lobo ´ indefinidamente?

Draco levantó la vista para decir algo sarcástico a su amante cuando se dio cuenta de donde estaba.

-Maldita sea Harry, este cuarto de baño es exacto al que estaba en el cuarto de los prefectos.

Harry se ruborizó.

-Sí, lo sé. Cuando construí este lugar, todo en lo que podía pensar era en cuánto amé ese cuarto de baño. Era la única vez que podía recordar en mi vida que había tenido mi propio cuarto de baño, así que decidí reconstruirlo aquí.

Riéndose de la vergüenza de su compañero, Draco rápidamente se dedico a arreglarse para comenzar su día.

* * *

Dos días más tarde, las pertenencias de la casa Potter estaban casi completamente empacadas. Por el momento, la mayoría de las cosas de la familia habían sido trasladadas a un almacén. Las cosas que iban a llevarse, tales como ropa, objetos personales y juguetes de los gemelos, habían sido cuidadosamente empacados en baúles y encogidos, para que pudieran ser llevados cuando regresaran a Hogwarts a través del traslador. Harry y Draco habían comprado muchas piezas de ropa para los gemelos y para ellos, las cuales necesitarían al dirigirse a un lugar cuyas temperaturas eran mucho más bajas. Planeaban partir en un par de días ya que Harry todavía estaba en el proceso de resolver algunos asuntos finales antes de concluir definitivamente con la existencia del alias que había utilizado por tanto tiempo.

Harry se había reunido con sus contadores y abogados y se había encargado de que una sustancial porción de las ganancias que había obtenido como Emrys Kingston fuera transferida a un banco de Londres. Sin que Draco lo supiera, también se había tomado un tiempo para que sus abogados redactaran su última voluntad, nombrando a Draco y a los gemelos beneficiarios de sus bienes y dando a su pareja la custodia de los gemelos en caso de que algo le ocurriera.

Harry acababa de colgar el teléfono luego de pedir una orden de pizzas a una pizzería local cuando Nicole irrumpió en la habitación. Estaba roja y ligeramente sin aliento, como si hubiera corrido para llegar ahí.

-¿Qué pasa, Nikki? ¿Ocurrió algo?- la interrogó Harry, preocupado por su repentina aparición. Ella había planeado pasar la noche despidiéndose de sus amigos ya que había aceptado la invitación de Harry y Draco para acompañarlos a Hogwarts. Habiéndose encargado de los gemelos desde que nacieron, no había manera de que permitiera que estuvieran fuera de su vista, al menos no hasta que estuvieran en sus treinta o algo así

Nicole todavía estaba intentando recuperar el aliento mientras lanzaba sobre el mostrador el Garra de Águila, el periódico mágico de la localidad.

Draco había aparecido por detrás de Harry y miró sobre su hombro para leer los titulares del día. Su estómago se llenó de pavor ante las noticias divulgadas allí. Habían sido reportados dos ataques de Mortífagos en Nueva York el día anterior y habían sido avistados algunos hombres con largas túnicas oscuras y máscaras esa mañana en San Diego.

-Creo que es hora que nos vayamos de aquí.

Harry no podía estar más de acuerdo con los sentimientos de Draco. Los Mortífagos estaban en camino de descubrir su ubicación, necesitaban partir ya.

Moviéndose rápidamente por la casa, reuniendo y encogiendo los objetos que quedaban rezagados, Harry y Draco se prepararon para una rápida salida. Luego de encoger los baúles y colocarlos en sus bolsillos, Harry alzó a Matthew y Draco hizo lo mismo con Evan. Sosteniéndose el uno al otro, ambos hombres y Nicole tocaron el traslador, mientras Draco gritaba el código de activación y la familia partía.

Continuará.......

Hola chic@s. Os pido disculpas por el gran retraso pero esta historia es bastante complicada de traducir y se me fue la concentración y sin ella no he sido capaz de sentarme a traducir dos párrafos seguidos hasta hace un par de dias. Así que no me voy a agobiar e intentaré traducir uno semanal para que no vuelva a ocurrir. Quiero agradecer a Ali su gran ayuda para que esta traducción esté bien hecha. A la gente que leéis Condenados de Kmy Kusanagui tengo que deciros que ha tenido un problema con su computadora y tardará algunos días en subir algún capítulo. Me gustaría recomendar las traducciones que Ali y yo estamos haciendo como alima21, son estas: Born of hate born of love, la venganza siempre llega, escapology, sleeping beauty, wanted: sigle, older male for a roommate u and another year. Y por último espero que os guste y disfrutéis leyendo el capítulo.

Snivelly: gracias por continuar con nosotras. El capítulo anterior la verdad es que fue muy divertido. No no estarán furiosos ellos lo comprenden. Cuando lleguen habrá mucho peloteo por parte de algunas persona ya lo verás. Besos

Txiri: hola guapetona. Gracias por continuar leyendo. Deseo cumplido, se han reconciliado del todo. En la playa no lo hicieron pero estuvieron a punto. Besitos

Kmy Kusanagi: Hey amiguita! Como verás dimos tu aviso en todas las historias así que creo que la mayoría de la gente se habrá enterado. Si el cuadro representa las transformaciones de Harry y si que fue muy divertido el capi. La verdad es que fue muy cruel con Draco al hacerle cambiar el pañal solo por diversión pero la verdad es que nuestro Draquito es demasiado asquerosillo porque cambiar un pañal no es para tanto jejeje. Creemos que la única razón de Harry para ir en su ayuda es por sus hijos y quizás por los niños que no tienen la culpa de lo sucedido en su vida pero por los demás no. Un besazo de las dos

LUZY SNAPE: muchas gracias por tu opinión. Nos alegra que te haya gustado. Saluditos.

niky_chan. Siento el retraso sobre todo porque sé que tenías ganas de continuar leyendo, mis disculpas por ello. Hasta lo que llevo leído no toma represalias porque no lo sabe pero en los dos últimos capítulos que lleva escrito la autora (27 y 28) no lo sé. Besitos y gracias por todo.

AnyT* Grandchester: gracias por tu opinión se la daremos a la autora. Lo de los ` supuestos amigos ´ de Harry es imperdonable que ni siquiera le dejaran defenderse. Los niños son preciosos. Saludos

Paola: nos alegra que te guste. Estamos esperando que actualices el de los errores que uno comete pues nos encanta a las dos. Mathew y Evan van a aceptar completamente a papá Draco. Saludos

Murtilla: nos alegra de que lo disfrutaras. Al viejo no se le engaña, menudo es él. El cambio de pañales y la carrera fueron muy divertidos no nos extraña que te gustara. De momento a Draco no le llamarán pero verás lo que ocurre más adelante. Saludos