CAPÍTULO 23: EL PRIMER ENCUENTRO
El plan había funcionado, pero para el momento en que la Orden y, Harry y Draco llegaron, los Mortifagos ya habían destruido varios hogares Muggles y estaban haciendo su trabajo sistemáticamente, bajando por la calle, como si fueran una plaga de langostas, consumiendo todo en su camino. El ataque había llegado sólo dos días después de que el Fénix había informado a los miembros de la Orden de su posibilidad.
Harry se separó por un momento, valorando la situación antes de tomar alguna acción. Las rojas y azules túnicas de los miembros de la Orden y los Aurores estaban ya entremezcladas con las negro profundo que los Mortifagos usaban.
-¿Qué pasa, Leo?- Draco estaba sorprendido al ver a Harry todavía allí parado mirando la batalla en vez de participar.
-Es sólo que no lo entiendo, Dray. ¿Por qué atacan esta aldea, por qué ahora? Simplemente no le encuentro sentido- Harry estaba escudriñando la masa para ver si distinguía alguna señal de Voldemort, pero en vista de que su cicatriz ni siquiera le latía, suponía que el Señor Oscuro no había hecho una aparición, por lo menos no todavía.
-Harry, estás asumiendo que Voldemort use la lógica, no cometas esa equivocación. Créeme, yo he pasado bastante tiempo escuchando a ese jodido enfermo para darme cuenta que la mayoría de las cosas que hace no tienen mayor propósito que su propio placer pervertido. Él ordenó este ataque, por ninguna otra razón que simplemente demostrar que podía. Y si consigue matar a alguien de la resistencia al mismo tiempo, mucho mejor- Harry se quedó un poco desconcertado por la actitud casi desdeñosa de Draco.
-Bueno, A pesar de que odiaría privar a cualquier persona de su felicidad, déjame ocuparme de cerciorarme de que no suceda.
Draco había perdido a Harry por un tiempo durante la lucha. Se pensaría que con esas horteras túnicas púrpuras que Harry insistió que usaran, sería difícil perder de vista al otro, pero se la habían apañado. Parte del razonamiento detrás de la decisión de Harry para usar esas monstruosidades púrpuras hechas a la medida era para que pudieran identificarse fácilmente. Sabiendo que posiblemente no podrían usar negro en batalla, pues serían muy probablemente confundidas con la de los Mortifagos, y Harry rechazó usar el rojo como la Orden hacía o azul como esas que los Aurores usaban, apareció con las púrpura. Para ser sincero, realmente no eran tan feas como a Draco le gustaba pintar. A él sólo le gustaba enfurecer un tanto a Harry. Las túnicas encapuchadas eran de un profundo color ciruela oscuro y estaban elaboradas de un material grueso que asombrosamente no parecía obstaculizar los movimientos del portador. Los túnicas de ellos no estaban adornadas, a excepción de algún adorno de plata alrededor del dobladillo, cuello, y puños.
Draco limpió rápidamente un poco de sudor de sus ojos con la parte de atrás de su mano mientras aturdía a otro Mortifago. Con ese ya había puesto a cuatro fuera de combate. La batalla llevaba ya sus quince minutos largos sin que hasta ahora ninguno de los lados hubiera ganado mucho terreno. Por el lado positivo, la atención de los Mortifagos había sido desviada de los aldeanos y ahora estaba centrada sólo en los guerrilleros.
Harry y Draco estaban cuidadosamente refugiados debajo de sus capuchas, que cubrían su pelo y la mayor parte de sus caras, no sólo por protección sino también por mantener sus identidades un secreto tanto tiempo como fuera posible. Evidentemente, Voldemort sabía que Harry estaba de regreso en la ciudad, por decirlo así, y Draco sentía que una vez que lo identificaran, la túnica púrpura se convertiría en un obstáculo, pues ambos serían fáciles de distinguir ya que eran los únicos que las usaban. Pero hasta ese momento, Draco decidió que era simplemente más fácil sucumbir a los deseos de Harry. Además, ¿quién habría pensado jamás que Draco usaría el color púrpura?
Al oír un grito agudo proveniente de alguna parte a su izquierda, Draco dio la vuelta. Seis Mortifagos habían conseguido rodear a uno de los miembros de la Orden y ahora torturaban a la pobre alma con lo que parecía la maldición Cruciatus. Draco estaba lejos para ser de alguna ayuda, así que comenzó a moverse rápidamente en esa dirección. Antes de que consiguiera llegar a más de 15 pies, miró con asombro como una voz fuerte gritó, "¡Expelliarmus!" y cuatro de los Mortifagos volaron lejos del hombre al que acababan de atormentar. Con todo y lo que odiaba a los Mortifagos, Draco hizo una mueca de dolor ante el ruidoso crujido que resonó en el aire, pues uno de ellos había golpeado contra una pared de ladrillos detrás de él con tanta fuerza que su cabeza dejó una hendidura.
El poder detrás de ese hechizo era inimaginable. Draco, que había estado a menudo en la presencia de su padre y del Señor Oscuro, dos de los magos más fuertes del mundo, nunca había visto un hechizo lanzado de cerca con la fuerza con la que aquél lo había sido. El encantamiento dejó un leve olor en el aire, casi como el tufillo de un trozo de tostada quemada.
-"Stupify"- uno de los Mortifagos que quedaban se había recuperado lo suficiente como para intentar aturdir a su atacante.
Draco miró en la dirección que el Mortifago apuntaba su encantamiento, intentando ver quién había lanzado el poderoso hechizo de desarme anterior. Draco sólo levantó una ceja, sin mostrarse verdaderamente sorprendido, cuando su mirada fija cayó en una figura vestida en forma casi idéntica a si mismo.
Harry estaba aturdido. Esta era la primera vez en su vida que realmente experimentaba las vistas, sonidos y olores de una batalla de primera mano. Le tomó un momento darse cuenta de que no experimentaba esto por algún sueño o visión; que esto era verdad y él estaba realmente aquí. Finalmente, todo el tiempo que había querido hacer algo con toda su fuerza sobre las terribles visiones que había estado teniendo vinieron a la luz. Ésta era su ocasión, su oportunidad de marcar la diferencia.
Teniendo la precaución de utilizar su varita, para no revelar sus capacidades de hacer magia con las manos, Harry de deshizo rápidamente de sus tres primeros oponentes. Oyó repentinamente a alguien lanzaba un hechizo en voz alta, uno que no reconocía. Antes de que tuviera la oportunidad de moverse, instintivamente elevó un escudo protector a su alrededor con la magia de sus manos. El hechizo golpeó su protección y rebotó en una dirección diferente, golpeando finalmente a otro Mortifago en la cara. El Mortifago herido chilló ante el terrible dolor y miedo y asió su cara con ambas manos, cayendo a sus rodillas.
Harry se atragantó cuando vio lo que había hecho el hechizo, era algún tipo de maldición con ácido y pudo ver como corroía lentamente la carne del mago. Murmuró un rápido "Finite incantatem" sobre el Mortifago que se retorcía con dolor, y al mismo tiempo, lanzaba otro imponente hechizo contra el enemigo que había intentado atacarlo originalmente. Después de cerciorarse de que había aturdido a su agresor con éxito, una vez más hizo frente al hombre que se había llevado la maldición que había sido lanzada para él. El hombre estaba dichosamente inconsciente. Sabiendo que no había nada que pudiera hacer por él en ese momento, lanzó un nuevo encantamiento que le permitió vendar el cuerpo del hombre y partió a grandes zancadas en búsqueda de nuevos oponentes.
No había ido lejos cuando oyó a alguien gritar de pura agonía. Que Harry supiera, había sólo una maldición que hacía que alguien aullara como ese mago lo hacía, y desafortunadamente para el joven, estaba íntimamente familiarizado con ese particular hechizo oscuro. Cómo odiaba esa maldición. Harry sentía su adrenalina bombear, consciente de que tenía que detener esa maldición sin perder un segundo más de tiempo.
Corriendo en dirección de donde le parecía que había venido el griterío, vio a un hombre con túnica roja tirado en la tierra y siendo torturado por un grupo de Mortifagos. Sin detenerse, sacó su varita y luego de avanzar media zancada más, lanzó un encantamiento de desarme sobre el círculo de magos oscuros que rodeaba al miembro de la Orden.
Su atención se centró en la silueta inmóvil del miembro de la Orden que estaba tumbado boca abajo sobre la tierra, sin siquiera darse cuenta de que su encantamiento había conseguido incapacitar a cuatro de los Mortifagos. Sintiendo una sensación de cosquilleo en el aire que lo rodeaba, se sobresaltó, alejándose de su objetivo. Con el rabillo del ojo, vio como uno de los Mortifagos rezagados le lanzaba un imponente hechizo. Esquivando fácilmente la maldición, Harry hechizó a su vez a su atacante, que acertó en el blanco deseado.
Harry echó un vistazo buscando posibles Mortifagos remanentes. Sonrió mientras miraba como Draco desarmaba al último hombre de ese grupo, y después lanzaba otro hechizo que lo ataba firmemente con las cuerdas que había conjurado. Ese Mortifago en particular no iba a ir a ningún sitio en un futuro próximo.
Dedicando una mirada rápida al miembro inconsciente de la Orden, Harry presionó sus labios suavemente contra los de Draco antes de susurrar:
-Ocúpate de él- y sin otra palabra, corrió una vez más para ver qué ayuda adicional podía proporcionar.
Levemente contrariado por ser abandonado con el miembro de la Orden herido, Draco se arrodilló al lado de la silueta caída. Lentamente, rodó al hombre sobre su espalda de modo que pudiera determinar cuan herido estaba realmente. La capucha del caído se soltó mientras rodaba y resbaló parcialmente descubriendo la cabeza del hombre, mechones de cabello escandalosamente rojo escapando de sus confines. Draco ni siquiera se inmutó cuando la pálida cara le fue revelada.
-¿Qué demonios estabas intentando hacer, Fred, matarte a ti mismo?
Una vez concluida la batalla, Draco se encontró envuelto protectoramente en los fuertes brazos de Harry. Se sentía tan bien estar ahí, rodeado por el amor y la preocupación de su compañero. Los brazos que lo rodeaban comenzaron a bajar lentamente por su espalda y a subir otra vez por su costado, casi como cerciorándose de que Draco estaba en una sola pieza, que no lo habían herido.
Una explosión de energía estalló de algún profundo lugar dentro del hombre rubio seguido por una cálida sensación de ardiente calma que fluyó a través de todo su cuerpo, saturando cada poro. Draco se apartó bruscamente del abrazo de Harry al darse cuenta de que se estaba sintiendo como la vez en que Harry lo había curado después de la batalla en el Ministerio de Magia, hacía ya tres años.
-Harry, para eso. Estás agotado; parece que estás a punto de caerte. Además, hay otros aquí cuyas heridas son mucho más graves que las mías. Si te apetece curar a alguien, cúralos.
Draco no estaba realmente enfadado con Harry; estaba preocupado. Verdaderamente parecía que su pareja estaba a punto de derrumbarse; y no le asombraba. Incluso ahora, sólo momentos después de que los Mortifagos que eran físicamente capaces habían desaparecido de la aldea, las historias sobre la actuación de Harry durante la batalla ya comenzaban a propagarse. Draco verdaderamente esperaba que algunos de los fragmentos de las conversaciones que oyó por casualidad fueran exageraciones, pero mirando la ojerosa y pálida cara de su chico, dudaba que lo fueran. Las exclamaciones tales como "imparable", "asombroso ", y "nunca lo habría creído si no lo hubiera visto por mi mismo", eran comunes.
"Bien, Harry ciertamente ha revelado algo de su verdadera fuerza hoy" pensó Draco mientras el moreno se inclinaba contra él para sostenerse.
-Vamos Leo, déjame llevarte a casa antes de que pierdas el conocimiento- Draco apenas logró emitir una palabra antes de que el peso a su costado se hiciera exponencialmente más grande. Viendo que era demasiado tarde y Harry se había desmayado, el rubio sacó de su bolsillo el traslador que habían hecho para su viaje de vuelta. Sosteniendo a Harry firmemente, activó el dispositivo que iba a llevarles a casa.
Un solitario Mortifago estaba apartado al lado, mirando. Apretó fuertemente los dientes imaginando la recepción que conseguirían cuando informaran esta derrota a Lord Voldemort. El Señor Oscuro no iba a estar feliz con esta actuación. Por lo menos veintitrés Mortifagos que habían sido aturdidos o incapacitados de alguna otra manera, y otros tantos, si no más, habían sido heridos. Hasta ahora Lucius no había visto ninguna pérdida fatal, pero por lo que sabía, cualquier cosa podía haber pasado.
Los Mortifagos sólo habían conseguido herir a un puñado pequeño de aldeanos antes de que llegara la resistencia, y no habían matado a nadie. Parecía que la resistencia había ganado algunos refuerzos y que estos nuevos combatientes habían hecho ciertamente una perceptible diferencia en esta batalla. "Ese no será siempre el caso" se dijo Lucius con desprecio mientras miraba de soslayo a un mago desconocido que usaba un capucha púrpura.
Justo entonces el viento se levantó haciendo que la capucha del mago se moviera levemente. Lucius retuvo la respiración mientras vislumbraba el cabello de dicho mago. Reconocería ese color del pelo en cualquier lugar pues le era íntimamente familiar, dado que lo veía cada vez que se miraba en un espejo.
¿Qué demonios estaba Draco haciendo aquí y por qué en el nombre de Salazar estaba usando esa horrible capucha púrpura? Lucius estaba asombrado mientras comenzaba a comprender la traición de su propio hijo. Mientras continuaba corriendo, comenzó a reflexionar. Si Draco era uno de los magos que usaban esa capucha de diferente color, ¿entonces quién demonios era el otro? Antes de que el pensamiento hubiera cruzado totalmente la mente del mago rubio, surgió una furtiva sospecha en cuanto a quien era exactamente esa otra persona. Prometiéndose que su querido hijo pagaría su doble traición, dio la espalda a los últimos restos de la batalla, sabiendo que tenía mucho que sopesar antes de aparecerse delante de su señor.
Harry gimió suavemente mientras intentaba moverse. Sin embargo, sus brazos no parecían querer responder. "Merlín, no puedo recordar cuándo me he sentido así de cansado antes." Reuniendo la suficiente fuerza, abrió lentamente los ojos. Se alegró al ver que estaba de regreso en su propia suave cama en el Pasillo de los Fundadores, pero por más que lo intentó, no pudo recordar cómo había llegado allí.
Girando parcialmente la abeza a un lado, se sintió aliviado al ver que la silueta durmiente de Draco se acurrucaba al lado de él. Ignorando la protesta de sus músculos, se inclinó y presionó un suave beso en la sien del rubio. Desechando los recuerdos de la batalla que frecuentaban su mente, regresó dentro del abrazo de su amante mientras que una vez más alcanzaba el sueño rápidamente.
Hermione no lo habría visto de no haber sabido exactamente dónde mirar. Pero años de amistad y de saber muchos de los secretos del chico, hacían que supiera con precisión dónde podía ir si quería ocultarse y apartarse de todos. Durante la escuela, éste era el lugar secreto de Harry, adonde iba cuando necesitaba estar solo. Él no sabía que Hermione sabía sobre su lugar especial para ocultarse; pero un día durante su sexto año, ella se había cansado de que se desapareciera por cortos períodos de tiempo y lo había seguido. Ver a su amigo sentarse solo, con todo el dolor que generalmente guardaba oculto detrás de su habitual máscara expuesto y abierto, hizo que Hermione se diera cuenta de cuan discreto era una persona como Harry. No queriendo molestarlo más, lo había dejado solo, sin decirle jamás que sabía a donde iba en esas ocasiones, cuando intentaba escaparse de la sala común inadvertidamente.
Después de pasar todo un día y medio en la cama recuperándose ante la insistencia de Draco, Harry había conseguido zambullirse en la oscuridad y escaparse buscando una muy necesaria cuota de soledad. Sabía que Draco se enfadaría cuando volviera, pero se estaba sintiendo un poco abrumado con todo lo que había sucedido recientemente y quería algún tiempo a solas para ocuparse de sus cosas. Atrapado en los confines de sus propios pensamientos arremolinados, no escuchó que alguien se acercara hasta que una suave voz vino de en alguna parte directamente detrás de él.
-Pensé que podrías estar aquí.
Harry se envaró, reconociendo la voz de Hermione; realmente no había cambiado desde sus años allí juntos. Apartándose de la pared donde había estado agachado, en el pequeño rincón en la repisa de la ventana de uno de los pocos cuartos abandonados en lo alto de la torre sur, enderezó su alta silueta. Frotando distraídamente su espalda dolorida a causa de haber estado en una posición incómoda por tanto tiempo, el hombre de pelo oscuro hizo amague de salir del cuarto sin decir ni una palabra a la indeseada intrusa.
-Harry, espera, por favor no te vayas- Hermione llegó hasta él.
Deteniéndose sólo para apartar la mano en su brazo que estaba intentando evitar que saliera, Harry dio la vuelta para mirar dentro de los ojos marrones llenos de dolor de quien una vez había sido una de las dos personas más cercanas a él en todo el mundo.
-¿Qué quieres?- preguntó Harry cansadamente. No quería llamarla Weasley o Hermione, así que no se molestó en llamarla de ninguna forma.
Quitando LA mano de su brazo como si hubiera tocado un hierro ardiendo, Hermione mordió su labio. Siempre la valiente y confidente Gryffindor, ahora que estaba realmente sola cara a cara con Harry por primera vez en cinco años, no estaba segura de que decirle. Oh, interiormente sabía a donde quería llegar con esta conversación, habiéndolo representado repetidas veces, usando muchos diferentes escenarios, desde el día que Dumbledore les había dicho que Harry no había matado a Ginny y Colin. Cada escenario, sin importar las palabras exactas que fueran habladas o la atmósfera en que fueran dichas, terminaba siempre de la misma manera, con Harry perdonándola. Pero ahora, de alguna manera, estando frente al hombre que había dañado tan terrible e irrevocablemente, dudaba de alguna manera que el perdón fuera a ser concedido ese día.
-Harry, por favor, sólo quiero un momento de tu tiempo- Hermione no podía evitar que su voz temblara levemente-. Yo...necesito hablar contigo, por favor-, suplicó, temiendo que él una vez más se apartara de ella.
Harry estiró el brazo y pasó una mano a través de su pelo desordenándolo, pues tenía el hábito de hacerlo cuando estaba nervioso o inseguro sobre algo. Hermione era la única persona que realmente no había tratado desde su regreso a Hogwarts. Ella estaba presente en las reuniones de la Orden, pero su papel estaba relacionado sobre todo con la investigación y estrategia y no participaba en las sesiones de entrenamiento físico o en las batallas reales. Harry había conseguido ser lo bastante bueno para evitarla totalmente, esperando que si la ignoraba por suficiente tiempo, ella sólo desaparecería y lo dejaría en paz. Sin embargo, debía haberla conocido mejor, Hermione era demasiado persistente para dejarlo ir cuando algo era importante para ella y sea cual fuera la razón, aparentemente esta conversación era importante.
Cuando estaban en le escuela, una noche un grupo de sus compañeros de clase se habían quedado hasta tarde en la noche, especulando sobre qué forma tomarían sus transformaciones de animago, si eran bastante afortunados como para convertirse en uno. Había sido una decisión casi unánime que Hermione habría sido una lechuza, debido principalmente a su inteligencia y claridad mental. Pero Harry se había mostrado disidente, creyendo en su lugar que Hermione habría sido un bulldog, conocido por su tenacidad y poca disposición para ceder. El moreno argumentó que por esa razón el sombrero seleccionador había puesto a la chica en Gryffindor en vez de Ravenclaw. Había sido una antigua broma de muchos años por toda la torre.
Asintiendo su consentimiento, Harry se puso cómodo en el alféizar de la ventana e indicó a Hermione que se le uniera.
-Primero de todo, Harry, quiero agradecerte por salvar la vida de Fred. Si no hubiera sido por ti, él estaría probablemente loco o muerto ahora, y la familia no habría podido manejar el perderlo, no tan poco tiempo después de perder a George- sacudió su cabeza cuando parecía que Harry iba a interrumpirla. Ella recordó cómo Harry siempre odio que le agradecieran por algo que sentía que cualquier persona hubiera hecho de haber estado en su posición.
Hermione tragó, su boca repentinamente muy seca, antes de continuar.
-Mira, Harry, he tenido intención de hablar contigo desde hace mucho tiempo, pero ha sido difícil encontrarte solo alguna vez. Parece como si hubieses estado evitándome... no que yo te culparía si así fuera- Hermione agregó rápidamente el último pedazo cuando Harry levantó sus cejas en acusación.
-Esto es realmente duro, y apreciaría si me dejas hablar sin interrupciones, y entonces cuando termine puedes decir lo que quisieras. ¿Bien?
Harry asintió otra vez, no se fiaba de si mismo para abrir su boca; seguro que algo sarcástico y áspero saldría.
Hermione le ofreció una pequeña sonrisa, luego la sonrisa se desvaneció tan rápidamente como había llegado y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Oh Dios, Harry, lo siento tanto. Ni siquiera puedo imaginar qué horrores pasaste directamente, y sé que sentirlo es tan insuficiente- estaba retorciendo sus manos con tanta fuerza que Harry estaba temiendo que pudiera dislocarse los dedos-. No te culpo por no perdonarnos a Ron o a mí por el papel que hicimos en el séptimo año y tienes razón. Lo tendríamos que haber sabido. Debimos haber tenido más fe en la persona a quien amamos como un hermano. Debimos haber confiado en lo que gritaban nuestros instintos. Pero Harry, no lo hicimos. Y porque no lo hicimos, una persona que significaba el mundo para nosotros tuvo que sufrir más de lo que cualquier persona común sufrirá alguna vez.
En ese punto Hermione estaba gritando tan fuerte que era difícil entenderla.
-Sólo necesito decirte que realmente te amo, lo sabes. Tú eras mi fuerza, mi sistema de apoyo, la única persona con quien podía contar para ayudarme a sacar mi nariz fuera de un libro y concentrarme en el mundo que me rodeaba- Gse detuvo brevemente para limpiar las lágrimas que corrían libremente por su cara.
Todo el tiempo que Hermione había estado hablando, Harry estaba intentando desesperadamente recordarse a si mismo que ésta no era la misma chica que le había ayudado infinidad de veces en Historia de la Magia y las clases de Pociones. Que ella no era la misma amiga que había creído en él en segundo año cuando la escuela pensaba que era el heredero de Slytherin y responsable de los ataques; y quien en cuarto año, cuando ninguna otra persona creía que él no había puesto por voluntad propia su nombre en el cáliz del fuego, había estado allí. Esta persona que se sentaba aquí, cerca de él, no era la misma que había trabajado incansablemente para ayudarle a aprender el Hechizo Convocador y muchos otros hechizos y maldiciones durante sus primeros seis años en Hogwarts. Harry estaba en una confusión emocional. Cada instinto le gritaba para que llegara a esta alma doliente y aliviara su miseria. Pero, simplemente no podía hacerlo. No podía perdonarla por no apoyarlo en ese momento crítico que había vuelto su vida al revés.
-Ron y yo no merecemos tener a alguien como tú en nuestras vidas, Harry. Es asombroso cómo incluso después de todo por lo que has pasado, sigues siendo tan bueno, tan puro- sus lágrimas había comenzado a reducir un poco.
-Al principio, no podría creer que realmente habías vuelto aquí a luchar en este tremendo desastre de Dios, pero siempre te subestimé, ¿verdad? Eres la única persona que conozco que constantemente antepone lo que quieren y necesitan otros antes que lo suyo propio, incluyendo la presente. Y eso es algo para estar muy orgulloso- Hermione respiró hondo-. Estoy orgullosa de ti, Harry. Has hecho maravillas con tu vida. Tiene dos hermosos y asombrosos niños y gente en tu vida que te ama verdaderamente- los pensamientos de Hermione retornaron brevemente a su obvia relación con Draco Malfoy. Al principio el hecho de que los dos hombres eran amantes y compañeros fue duro de aceptar. No porque ambos eran hombres, sino porque ese del que estaban hablando era Malfoy. El mismo Draco Malfoy que constantemente había salido a su camino para hacer desgraciadas las vidas del trío de Gryffindor. Pero el verlos juntos estos últimos meses, hizo a Hermione darse cuenta que había mucho más en Draco de lo que ellos habían imaginado nunca. Él era sólo otra persona a la que habían juzgado mal. Era muy evidente que Draco y Harry compartían un amor que pocas personas eran lo bastante afortunadas como para presenciar, mucho menos para participar. Estaba igualmente claro que Draco amaba a los niños de Harry con locura. Era comúnmente aceptado por todo el castillo la idea de que Harry, Draco y los gemelos eran una singular unidad familiar.
Sabiendo todo esto, Hermione levantó los ojos suplicantes y miró fijamente a Harry.
-Sé que nunca me perdonarás por lo que te hice. Arruiné nuestra amistad y pude haber arruinado tu vida. No merezco tu perdón, pero sólo quería que supieras que estoy tan terriblemente arrepentida y que aún me preocupo por ti muy profundamente.
Casi como el aire que salía de un globo, Hermione pareció desinflarse justo delante de los ojos de Harry cuando terminó su discurso. Con toda la otra mierda que llenaba su mente, el joven realmente no quería tener que tratar con esto esta noche también, pero ahora no había manera de ignorarlo. Reclinándose contra la pared de piedra y cruzando los brazos defensivamente, puso tanta distancia como pudo entre los dos. Tomando una decisión, se dirigió a la afligida mujer.
-También te amé. Además de Sirius, tú y Ron eran los únicos seres que consideraba familia- Harry estudió el marco de piedra de la ventana mientras intentaba expresar lo que estuvo sintiendo todos esos años-. Nunca podré transmitir como me sentí cuando me di cuenta que tú y Ron pensabais que era capaz de hacer tales despreciables actos hacia dos personas que consideraba que eran mis cercanos y personales amigos. Demonios, Ginny era casi como una hermana pequeña para mí. Estás en lo correcto Hermione; nunca podré perdonarte. Casi me destruiste.
Harry oyó un suave sollozo en confirmación de su anterior declaración.
-Si algún otro hubiera estado en el tipo de problemas que tuve, las primeras personas que habrían salido para ayudarlo serían sus padres, su familia. Pero ves que mis padres habían dado ya sus vidas por mí y por todos en esta comunidad abandonada de Dios. Era un huérfano; no tenía ninguna familia que hablara por mí. No había nadie que pudiera salir para ayudarme. Demonios, Sirius todavía estaba huyendo del Ministerio cuando me arrestaron.
Habría podido perdonarte por como me trataste en el Gran Comedor. Estábamos todos en estado de shock; pero después había esperado que vieras las cosas como eran verdaderamente, pero no lo hiciste nunca. Tú y Ron erais mi familia, y me abandonasteis cuando más os necesité.
Nunca seremos como éramos el uno con el otro; simplemente no puedo acercarme a ti otra vez. La primera vez el daño fue demasiado aplastante y tengo demasiadas pérdidas en mi vida como para causarme otra caída emocional como esa. No te evitaré, y seré cortés contigo, pero eso es todo lo que puedo ofrecer ahora- no queriendo que ella llorara más, Harry sintió la necesidad de seguir hablando-. Tengo la esperanza de que algún día, quizás podremos sentarnos y recordar el pasado, hablar sobre los buenos tiempos como los viejos amigos que éramos, pero simplemente no puedo ser ese amigo para ti justo ahora.
Habiendo dicho todo lo que sentía que era necesario ser dicho, Harry se levantó una vez más para irse. Mientras se dirigía hacia la puerta, Hermione hizo una última pregunta.
-Antes, en el séptimo año, ¿por qué nunca nos dijiste que encontraste el libro de almas y que tu madre era la hija de Molly y Tom Riddle?
Dando la vuelta, Harry reparó en la desplomada figura aún sentada en el alféizar de la ventana.
-Realmente no lo sé. Creo que fue en parte porque era un secreto tan terrible que necesitaba mucho tiempo para procesarlo yo mismo. Tampoco quise más atención que la que tenía ya, y sabía que si se filtraba que Voldemort era mi abuelo esa publicidad sería terrible, por no mencionar que no quería que Voldemort descubriera sobre nuestra relación. Te lo habría dicho eventualmente, pero no estaba listo en el momento en que me arrestaron. Sin embargo, me hizo feliz cuando me enteré que Molly era mi abuela. Hasta el momento de mi detención, ella había sido siempre mi madre sustituta, así que fue agradable descubrir que era verdaderamente una madre para mí de cierto modo. Sólo necesitaba algún tiempo para ordenar mis propios sentimientos sobre la materia antes de divulgar sobre ella.
Hermione levantó la vista hacia el fuerte hombre y vio que vulnerable había sido con diecisiete años; algo de esa vulnerabilidad todavía hoy estaba en evidencia. Las palabras 'Era un huérfano ' la habían golpeado fuerte. Todo el tiempo que habían sido amigos, ella nunca había visto a Harry como huérfano. Seguro que todos sabían que habían matado a sus padres, pero la realidad de eso nunca pareció real. Quizás era porque todos siempre pensaron que Harry era tan fuerte, casi más grande que la vida. Nadie quiso ver a su héroe como un solitario pequeño, asustado y sin padres.
-Por favor, excúsame, pero me he ausentado por demasiado tiempo y mi familia de seguro está preocupada- librándose de la joven mujer con sólo un breve vistazo adicional, Harry dio la vuelta y salió del cuarto.
Desde el balcón de sus dependencias, Draco observaba con tristeza como Harry corría a través de los terrenos. Para la mayoría de los observadores, sólo parecía como si el joven estuviera fuera ejercitándose, pero Draco sabía que no. Harry estaba haciendo más que trabajar en su forma física; estaba escapando. Corría como si los mismos demonios del infierno lo persiguieran. Parecía que la batalla había hecho las cosas aún más reales para él, y el heredero de los Fundadores una vez más sentía todo el peso del mundo apoyado sobre sus delgados hombros.
Más rápido y más rápido, corrió hasta que físicamente no podía moverse rápido. Sólo cuando Draco pensó que Harry tendría que reducir la velocidad, una vez se sorprendió cuando Harry gradualmente comenzó a variarla. Entonces a medio ritmo, dos pies moviéndose sobre la suave hierba larga se convirtieron en cuatro.
Draco nunca antes había visto la tercera forma de animago de Harry, aunque había sospechado que la tenía y cuál era. Las pistas habían estado allí, en la pintura que Harry tenía colgada sobre la cama en California. La oscura, negra forma de un poderoso gato grande si aumentaba un tanto su velocidad, y pronto todo lo que Draco pudo ver fue un pequeño punto donde el lustroso animal salió corriendo de su campo visual.
Draco estaba preocupado. Había tomado a Harry mucho tiempo recuperar su fuerza después de la batalla. Incluso ahora, alrededor de una semana más tarde, la cara de su pareja todavía lucía círculos oscuros debajo de sus ojos.
Eso podía ser debido en parte al hecho de que su cuerpo no estaba acostumbrado a agotar mucha energía, pero Draco no estaba convencido que el agotamiento de Harry fuera atribuible sólo a eso. Evan todavía se levantaba de vez en cuando durante la noche teniendo pesadillas y Harry se levantaba y consolaba siempre a su hijo, incluso cuando Draco insistía en que él lo cuidaría. Pero incluso en aquellas noches en que Draco estaba seguro de que Harry había conseguido dormir la noche entera, aún despertaba cansado, evidencia de lo cual se mostraba prominentemente en su cara. Allí tenía que estar sucediendo algo más, pero Draco estaba perdido en cuanto a lo que podría ser.
Desde la batalla, Harry se presionaba incluso más fuerte. Entrenaba por horas sin fin, con muy pocos o ningún descanso. Casi como si estuviera determinado en forzar su cuerpo para poder acomodar a la gran efusión de magia que últimamente necesitaría para ser usada en el futuro encuentro con los Mortifagos. Su duelo había llegado a ser tan feroz que Draco y Severus eran los únicos que siempre se ofrecían voluntariamente a combatir con él, ya que todos siempre terminaban magullados y heridos. Su cuerpo, que había estado previamente en gran forma, había llegado a ser incluso más definido y levemente más musculoso.
Una suave mano en su brazo lo alertó de la presencia de Nicole. Ella también debía haber estado observando a Harry.
-Simplemente no lo entiende, ¿verdad?- preguntó ella tranquilamente.
Estaba en la punta de la lengua de Draco preguntar lo que específicamente pensaba Nicole que Harry no entendía, pues sabía que había muchas cosas que el obstinado hombre rechazaba reconocer. Sintiendo que era más seguro sólo encogerse de hombros, volvió a mirar fijamente al último punto en donde había visto a Harry.
-No entiende cuánto significa para todos- continuó ella.
Draco estaba por lo menos un poco conmocionado ante la perspicacia de Nicole. Ella era una bruja muy brillante y realmente no le había llevado mucho tiempo para ver cómo la gente en Hogwarts trataba a Harry. El joven era el centro de atención inmediata desde que entraba en un cuarto, sin importar quién estuviera allí o qué más sucediera en ese momento. En reuniones o discusiones, raramente ofrecía sus opiniones, pero cuando lo hacía, sus sugerencias o comentarios eran tratados como si valieran oro. La gente le tenía deferencia en todas las cosas. No que a Harry le preocupara o quisiera la atención.
Harry ni siquiera notaba cómo todas las caras de los niños se iluminaban sólo al verlo, incluso en la guardería cuando iban a recoger a los gemelos después de que su sesión de juego terminara. Harry sencillamente tenía un efecto asombroso sobre la gente. Sólo que era mala para ver todo esto por si mismo. Era demasiado crítico consigo mismo, poniendo expectativas irracionales sobre si mismo que nadie podía ver.
Draco suspiró abatidamente sabiendo que Harry no volvería hasta que hubiera podido contener a los demonios que lo frecuentaban, por lo menos sobre una base temporal.
Algunos días más tarde, Harry y Draco fueron a recoger a los gemelos de su sesión de juego de la tarde en la guardería. Sin embargo, cuando llegaron allí, vieron a una muy agotada bruja de guardería que estaba de pie al lado de Evan, quien estaba gritando suavemente y luciendo un labio ensangrentado.
Harry ni siquiera tuvo tiempo para evaluar correctamente la situación, antes de que Draco comenzara a hacer un mohín.
-¿Qué demonios sucedió aquí?- exigió el hombre rubio enojado, inclinándose para examinar más de cerca del labio de Evan.
-Señor Malfoy, por favor modere su lenguaje, está en un centro de guardería para niños pequeños- reprendió la matrona del lugar.
Draco comentó desdeñosamente a la mujer más vieja.
-Usted ni siquiera ha comenzado a oír la extensión de mi lenguaje; ahora sugiero que haga algo útil y comience a explicar por qué Evan está aquí de pie sangrando.
Dando a Draco una mirada de desaprobación, la matrona comenzó su explicación.
-Evan se metió en un altercado con otro de los estudiantes. Le dio un puñetazo al otro niño en el ojo primero y ella tomó represalias golpeando a Evan en la boca.
Harry se agachó y tomó a Evan, sin importarle la sangre que manchaba su túnica. Tan pronto como el pequeño cuerpo estuvo acurrucado contra el suyo propio y los gritos de Evan habían sido reducidos a gemidos, le preguntó por qué había entrado en la pelea.
-Ella fue una niña mala, papá.
-¿Quién te golpeó Evan?- la suave voz de Draco enmascaró su cólera ante el hecho de que alguien hubiera lastimado a su hijo. Harry sacudió la cabeza, advirtiendo al Slytherin, que perder el control no sería apropiado en ese momento. Realmente, Harry intentaba contenerse para no reírse de Draco. Era tan exagerado. Evan realmente no estaba lastimado, y por lo que dijo la trabajadora de la guardería, él había sido realmente quien comenzó la pelea, así que en todo caso, los padres del otro niño tenían más derecho de estar enojados que ellos. Pero Draco era malditamente lindo cuando se portaba todo protector.
-Becca lo hizo- contestó Matthew, mientras se encaminó hacia el lugar donde sus padres y hermano estaban de pie en el frente del cuarto.
-¿Quién?- inquirió Harry, mientras que Draco miraba alrededor del cuarto intentando identificar qué niño había asaltado a Evan.
Matthew lanzó a su padre una mirada de contrariedad, era claro que esperaba que él supiera inmediatamente de quién hablaba.
-La conoces papá, Weasel (la comadreja).
Harry intentó bajar a Evan al suelo de modo que pudiera dirigirse apropiadamente a su otro hijo, pero Evan tenía un firme apretón en su cuello; sabía que su hijo no iba a moverse pronto.
-Matthew Harrison, ¿qué te he dicho sobre insultar a la gente?- reprendió Harry.
Matthew puso ambas manos en sus caderas y piso fuerte con su pequeño pie, colérico.
-No estoy insultándola, ese es su nombre, 'Becca Weasel'.
Harry echó un vistazo en su compañero quien tenía una expresión avergonzada en la cara. Desde su vuelta a Hogwarts, Draco había vuelto de nuevo a llamar a Ron por el nombre con que le había insultado tan a menudo al pelirrojo en la escuela, y desafortunadamente lo hacía muy a menudo cuando los niños estaban presentes.
-¿Asumo que la hija de Ron está en esta clase?- ahora era el turno de Harry de mantener su temperamento bajo estricta vigilancia.
-Sí, su engendro comenzó a venir aquí algunos días después de que matriculáramos a los gemelos.
No que realmente le importara, pero Harry quisiera haber sabido que la hija de Ron y Hermione estaba en la misma clase con sus niños. ¡Narices!, biológicamente los gemelos eran primos en cierta clase de esta niña, Becca. Asintiendo para dejar a Draco saber que lo discutirían más tarde, después de que los niños se fueran a la cama, Harry bajo la mirada hacia Matthew.
-Amor, ¿viste lo qué sucedió?"
Matthew asintió.
-¿Me dirás por qué Evan golpeó a esa niña?
Matthew asintió otra vez y después habló en una ruidosa voz acusatoria.
-Ella dijo cosas malas.
-¿Qué clase de cosas?- preguntó Draco, mirando a una joven muchacha que estaba sentada en la esquina sosteniendo lo que parecía ser un paquete de hielo muggle en su ojo.
-Dijo que papá era malo; que papá había hecho que su mama llorara.
Harry suspiró, estaba temiendo que sucediera algo así. Compartiendo una mirada de complicidad con Draco por encima de la cabeza de Matthew, Harry tomó la decisión de posponer el resto de esa discusión para otro día.
-Bien, lo qué ella dijo no fue muy agradable, pero esa no era ninguna razón para golpearla. No quiero oír más informes de que cualquiera de vosotros de que entráis en peleas en la escuela, ¿entendido?
Viendo el cabeceo de Matthew otra vez, y el susurro de Evan "bien," contra su cuello, Harry estuvo satisfecho, por lo menos por ahora. No podía quedarse parado más tiempo mientras uno de sus niños sufría dolor, así que dirigió su energía curativa a la pequeña silueta de Evan y el labio sangrante de su hijo fue reparado rápidamente sin el más pequeño rastro de que hubiera sido dañado nunca.
-¿Amigos, qué decís sobre salir de aquí? Vayamos a recoger nuestras escobas y practicar vuelo por un rato; y luego, cuando entremos, estoy seguro que si lo pedimos agradablemente, podemos conseguir que uno de los elfos domésticos nos traiga un poco de helado, ¿qué pensáis?
Sabiendo que acababa de decir las palabras mágicas, miró las caras de Draco y Matthew iluminarse y Evan dejo de apretarle con tanta fuerza. Desde que los muchachos había conseguido las escobas para su cumpleaños, todo lo que ellos querían hacer era volar. Y con padres como los que tenían, ¿quien podría culparlos? No impresionaba a nadie cuando ambos muchachos pronto zumbaban en el aire tan rápido como sus escobas de entrenamiento lo permitirían, demostrando una excepcional habilidad natural.
Poco tiempo más tarde, compartiendo una cálida sonrisa con su compañero, Harry golpeó con el pie la tierra y pronto estaba zumbando alrededor, jugando con los niños que adoraba sobre todo lo demás.
Continuará..........
Hola Chicas, aquí dejamos la actualización, muy tarde, pero más vale tarde que nunca. Comentarios plisss. Pueden pasar por SlasHeaven (allí somos alima21), tenemos varias historias nuevas muy buenas, también una de la pareja Harry/Draco. Besos
Marla: Hola!! Muy tarde, pero aquí les dejamos un nuevo capi. Hasta el capi 31 nadie ha muerto, pero no garantizamos que no vaya a pasar. Besos y cuídate
Snivelly: Hola!! Evan no está conectado a Voldemort. No sabemos si Remus y Severus son algo más que amigos, tendremos que esperar a ver que pasa. Besitos
Txiri: hola!! Es normal no ha estado ni en los cumpleaños ni en el nacimiento, y se siente eufórico en su primer cumpleaños. Besitos amiga
Mint=Sak-Angel25: Vaya!! Muchas gracias!! Totalmente de acuerdo el fict es muy bueno, para nosotras de los mejores que hemos leído. Gracias por leerlo (aunque leerte 22 capítulos de este tamaño es toda una aventura jajaja). Besos
Sailor Earth: Hola amiga! Cuesta mucho traducirla pero luego lo pienso y me gusta tanto que al final ma merece la pena el desgaste de mi neurona jajaja. Draco es un amor, siempre tan protector y cariñoso...yo quero uno como él!!! Jajaja fue buenísima la guerra de comida, me imagino si hubiera sido una guerra de tartas como la de los cumpleaños jajaja. No, Harry no le dejo, ¿cómo le va a dejar? Nop, Draco ahora está sólo con Harry. Gracias mosquetera!! Besos
Malena: Wow los 22 de golpe, ¡¡¡gracias!!! Besos
Gala Snape: ¿¿¿Abandonado??? Eso nunca!!! Podremos tardar tiempo, pero no lo dejaremos a medias. Jajaja si antes fue un mes, ahora han sido más de dos, sorry se juntaron un montón de cosas. Besos
Murtilla: No lo sabemos, ya veremos que pasa con ellos...Sip, Harry estará al frente de la batalla. Besitos
Paula Moonlight: Hola!! Gracias!! Lo hacemos con gusto. Las actualizaciones siempre se nos retrasan, pero haremos lo posible para hacerlas cuanto antes. Besos
OneMomentInTime: Hi!! Tanks, this story is fantastic, we only hoped that the author finishes it, many more people will be able to enjoy the exitement, right? Greeting and thank you very much
Mickaelle: Jajaja, lo sentimos, no es apropósito. Vamos lo más rápido que podemos. Muchas gracias!! Besos
