Un momento en el tiempo
Autora: The Shadow Bandit
Traductoras: Alima 21
Pareja: Harry/Draco
Clasificación: R
Nota de Traductoras: Esta historia está publicada en ffnet bajo el nombre de Maria-Jonan, pero no se preocupen, somos las mismas. Besitos.
Capitulo veintiséis
El
largo camino.
Poco a poco, Harry comenzó a darse cuenta de lo que lo rodeaba. Lo que parecían ser voces le llegaban de todas partes; además, sentía una leve molestia en su brazo izquierdo, como si algo afilado estuviera presionando contra él. Al fondo, podía escuchar el bajo pitido repetitivo de los monitores médicos y el fuerte olor de desinfectante que de inmediato asoció con la Enfermería de la escuela. Se sentía confundido, ¿estaba de vuelta en Hogwarts?
Harry intentó levantar su brazo, alejarlo de lo que fuera que lo estaba molestando, pero se dio cuenta de que no tenía fuerza para moverlo lo más mínimo. Con un ligero gemido, cedió, derrotado.
Ante ese ligero sonido, la habitación cayó en un extraño silencio. La conversación paró, como si todos los ojos se giraran hacia la figura de pelo oscuro que había estado en la cama por tanto tiempo. Harry había permanecido inconsciente cerca de una semana y durante ese tiempo, Draco rara vez se había alejado del lado de su compañero, temeroso de que pudiera ocurrir algún ligero cambio en el estado de Harry y él no estuviera allí. Sólo se iba cuando Nicole, Severus o Sirius lo amenazaban con una fuerte maldición, e incluso entonces, era sólo por unos instantes, para ducharse y asearse antes de volver con Harry. Sirius y Nicole no estaban mucho mejor, sólo lo dejaban por cortos periodos de tiempo también.
Harry
había recibido muchas visitas durante la semana que siguió
a la emboscada y Albus juraba que en el castillo había una
habitación cercana a la lechucería llena de regalos y
cartas deseándole una pronta recuperación esperando a
que Harry se encontrara mejor.
Draco había rehusado dejar
a Harry solo, incluso por las noches, así que Madame Pomfrey
dejó sus protestas y permitió a Draco quedarse en la
cama de al lado de Harry, siempre y cuando intentara descansar un
poco cada noche.
La magia de Harry tardó en estabilizarse, después de la batalla y de la perdida del bebé. Un par de veces, a lo largo de la semana, incluso pareció que su magia estaba tan inestable que podría dañarlo irreparablemente o, Merlin no lo quisiera, matarlo. No hacía falta decir que había sido una semana muy estresante para todo el mundo.
En ese momento, Sirius, Nicole, Severus, Remus y Draco estaban comiendo en una pequeña mesa que había sido instalada para ellos en la enfermería. Desde la caída de Harry y el posterior aborto, Draco se había negado a comer a menos que fuera en la enfermería, donde pudiera continuar observando como seguía Harry. Él y Sirius habían consumido casi todas sus comidas en esa pequeña mesa y Severus y Remus habían tomado el hábito de unírseles para las cenas. De vez en cuando, Nicole también se les unía, cuando no estaba con los gemelos y sus obligaciones en la enfermería se lo permitían. Ahora, sin embargo, todos estaban enfocados únicamente en Harry, cada uno rezando para que el joven finalmente despertara y se les uniera.
Draco escuchó el gemido y su cabeza se giró automáticamente a mirar a Harry. El sonido había sido tan suave que Draco ni siquiera estaba seguro de si lo había escuchado o había sido producto de su imaginación. Pero entonces, con bastante certeza, lo volvió a escuchar. Y no fue el único que lo escuchó, porque Sirius y Nicole saltaron de sus sillas y corrieron al lado de Harry.
Draco hizo rápidamente su camino hasta Harry y gentilmente tomó la mano de su pareja. Usando su otra mano para acariciar las vendas que cubrían la frente del enfermo, se agachó y, en voz baja, comenzó a suplicar una vez más a su amado inconsciente.
– Vamos Leo, tienes que hacer esto... Necesito que despiertes. ¿Crees que puedes hacerlo por mí? Hace tanto que no veo tus preciosos ojos verdes, ¿por qué no los abres y me dejas comprobar si son tan verdes como recuerdo?
Dracó jadeó por la sorpresa de recibir un ligero apretón en su mano. Por primera vez desde aquella trágica noche, Harry había respondido; había apretado su mano. No era mucho, pero al menos Draco supo que Harry lo había oído y que sabía que estaba junto a él. Severus vio la mirada en la cara del rubio y dándose cuenta de lo que estaba pasando, fue a notificarle a Poppy y a Albus que el Gryffindor por fin estaba mostrando signos de despertar.
- Está bien, Leo, quiero que aprietes de nuevo mi mano si puedes oírme. ¿Crees que podrías hacer eso?- esperó unos tensos momentos antes de sentir de nuevo un pequeño apretón. Miró las caras preocupadas de Nicole, del padrino de Harry y del mejor amigo de Sirius y en su cara se dibujó una tenue sonrisa-. Me ha oído. Apretó mi mano.
Sirius parecía que iba a echarse a llorar en cualquier momento, mientras Remus lo atrapaba y le daba un amistoso abrazo.
-Harry va a despertar pronto y entonces todo estará bien. Sólo espera y lo veras- le aseguró Remus a Sirius, mientras el animago luchaba por mantener a raya sus emociones.
Harry escuchaba voces, voces familiares que le hablaban. Sonaban preocupadas. Reuniendo las pocas fuerzas que tenía, intentó moverse de nuevo, esta vez para abrir los ojos. Gruñó audiblemente y rápidamente cerró los ojos, mientras la luz los quemaba dolorosamente y pulsaba directamente en su cráneo.
Draco no podía creer lo que estaba viendo mientras las pestañas de Harry comenzaban a moverse tras muchas horas de espera y oración. Harry había abierto los ojos. La maravillosa vista no duró mucho ya que el moreno se quejó de dolor y cerró de nuevo los ojos.
–Que alguien atenúe las luces, le molestan- ordenó Draco.
Justo en ese momento entraron en la enfermería el director y la señora Pomfrey, seguidos enseguida de Severus. Poppy comprobó como Nicole terminaba de tomarle los signos vitales mientras Draco le explicaba a la medibruja lo que había pasado con la condición de Harry. El rubio alargó la mano y gentilmente limpió una lágrima que había escapado de uno de los ojos de su pareja y que había comenzado a rodar por su mejilla.
–Leo, las luces fuertes ya no están, lo prometo. Por favor, despiértate para mí.
Harry escuchó la solemne promesa y tentativamente abrió los ojos de nuevo. Esta vez la habitación estaba sumergida en las frías sombras de la mañana temprana o de la tarde avanzada. Aun así, Harry no podía decir cual era. Tan pronto como se le aclaró la vista, la primera imagen que vio fue la de un muy cansado pero muy aliviado Draco Malfoy. Un sentimiento de estar donde pertenecía lo inundó, mientras sonrió a su compañero que le daba besos en la cara.
- Oh, Merlin, Harry. Oh, gracias
Merlin- repetía una y otra vez Draco, mientras continuaba
besando a Harry. Éste sonrio e intentó abrazar a su
amado, pero sólo consiguió mover ligeramente el brazo
antes de caer de nuevo en el colchón, gimiendo una vez más,
exhausto.
Poppy comenzó a preguntarle al hombre de pelo
color negro.
- ¿Harry, sientes dolor?- el aludido asintió despacio y la bruja inyectó una poción en su vía intravenosa-. Esa poción te ayudará con el dolor. Ahora, ¿sabes dónde estás?- de nuevo, Harry asintió-. Bien, Harry, sé que tienes muchas preguntas, pero temo que ahora no estás suficientemente fuerte para eso. Creo que lo mejor que puedes hacer es dormir, así que te voy a dar una poción con la que dormirás unas doce horas más, espero que cuando despiertes te encuentres un poco mejor.
Harry desvió su atención de la bruja y se dio cuenta de que estaban en la habitación también se encontraban Sirius, Remus, Severus y Dumbledore. Quedó impactado por sus apariencias, demacradas y cansadas, y sonrió ligeramente con la esperanza de asegurarles que estaba bien. Cuando sintió que la poción para dormir estaba haciendo efecto, reunió las energías que le quedaban y lentamente levantó su mano hacia su compañero de alma.
– Dray.
Draco vio como las medibrujas examinaban a Harry y le inyectaban varias pociones en el tubo de plástico que le suministraba los líquidos que lo alimentaban por medio de una vía a través del brazo. Se sintió casi en una nube mientras el alivio lo inundaba ahora que Harry había despertado y era seguro que Harry se pondría bien. De pronto, escuchó a Harry susurrando una palabra, 'Dray' y vio como levantaba su mano hacía él. Sabiendo que la necesidad de contacto físico era mutua, Draco tomó rápidamente la mano que su pareja le ofrecía y la levantó hasta sus labios. Sintió una lingera presión que lo empujaba hacia la cama. Aceptando la invitación, se tumbó junto a Harry y estrechó al más pequeño entre sus brazos.
–Quédate- la palabra fue susurrada contra su pecho.
- Por siempre, mi amor. Me quedaré contigo por siempre.
ººººº
La siguiente vez que Harry despertó estaba rodeado por la calidez. Se giró lentamente mientras levantaba la vista y los ojos verde esmeralda se encontraban con unos gris pizarra. Harry se sintió perturbado al darse cuenta de que Draco había estado llorando. Levantó tentativamente la mano y acarició la mejilla del otro hombre.
- ¿Por qué?
La voz de Harry sonó casi como un graznido, pues su garganta estaba muy seca. Identificando el problema de Harry, Draco se levantó y le ofreció un vaso de agua helada de una jarra cercana. Esto también sirvió como distracción que permitió a Draco serenarse un poco antes de responder la pregunta de sólo dos palabras de Harry.
Agradecido, aceptando el agua, Harry continuó esperando pacientemente por la respuesta de Draco, mientras daba algunos sorbos. El agua helada se sentía bien mientras resbalaba por su reseca garganta.
- ¡ Por todos los demonios, Harry! ¿Tienes una idea de todo lo que he pasado a lo largo de la semana? ¿Todo lo que me ha pasado desde que fuiste herido?- Draco se paró y miró lejos, sintiéndose incapaz para continuar. Respirando profundamente, se giró de nuevo hacía Harry-. Cuando desperté esta mañana y te sentí en mis brazos, tuve miedo de que todo hubiera sido un sueño; de que no fuera real. Hasta hace unos instantes, realmente no creía que pudiera volver a tenerte entre mis brazos otra vez. Te he echado tanto de menos. No me hagas esto otra vez, nunca, ¿entiendes?
- Nunca Draco, si pudiera elegir, nunca te dejaría.
- Lo sé amor. Ahora que regresaste al mundo de los vivos, no creas que te voy a dejar solo ni por un segundo.
Harry sólo sonrió y luego, con un semblante serio, agregó:
- Te amo.
Las lágrimas inundaron una vez más los ojos de Draco, convirtiéndolos en plata fundida.
–Yo también te amo.
Tras depositar un casto beso en los labios de Harry, Draco salió de la cama. Ante la mirada interrogante del moreno, le explicó que todo el mundo sabría que había despertado y que seguramente irían a visitarlo. Draco puso varias almohadas en la cabecera de la cama y se agachó para ayudarlo a sentarse.
Mientras Harry luchaba por sentarse, sintió un dolor punzante en la parte baja de su abdomen. Respiró profundamente, consiguiendo apartar parte del dolor, y esperó que el dolor punzante se alejara antes de intentar pensar en qué estaba pasando. La última cosa que recordaba era la emboscada y ser alcanzado por algunas maldiciones mientras caía. Pero aunque hubiera caído de su escoba, algo de lo que Harry estaba bastante seguro, no podía pensar de donde venía ese dolor en su parte inferior. Cautelosamente, llevó su mano derecha hacía la fuente de dolor.
Draco contuvo la respiración cuando Harry se quejó del dolor inesperado al intentar sentarse. Colocándose tras su pareja, ayudo al hombre de pelo oscuro a soportar parte de su peso, en un intento de aliviar la presión en su nueva y re- cicatrizada incisión. Había temido este momento casi tanto como lo había deseado desesperadamente. Sabía que él era el que tendría que contarle a Harry sobre el aborto, pero no esperaba tener que hacerlo justo cuando acababa de despertar.
Sabía que las razones de Harry para mantener en secreto la identidad del verdadero padre de los niños eran válidas, pero de alguna forma se sentía mucho más aliviado ahora que algunas personas conocían que él era el otro padre biológico de Matthew y de Evan. Era tan difícil intentar ocultar cuanto amaba a aquellos dos pequeños niños y lo orgulloso que se sentía de ellos. En su interior, estaba muy ansioso por que la guerra acabara y que, oficialmente, Harry, los niños y él pudieran finalmente declararse una familia auténtica. Desde que había encontrado a sus hijos, ellos se habían convertido en su principal razón para luchar.
Sin ser capaz de prevenir ese descubrimiento inevitable, Draco endureció y se preparó para la inevitable pregunta.
Los ojos de Harry se entornaron cuando sintió la tensa piel sobre la cicatriz, recientemente abierta, producto del nacimiento de los gemelos.
- ¿Dray?
- ¿Si Harry?- Draco sabía exactamente lo que Harry estaba preguntando pero hizo una pausa, dándose unos momentos más. Necesitaba asegurarse de que podría mantener sus emociones bajo control, para que pudiera estar allí para Harry cuando éste descubriera sobre su trágica perdida. Su pensamiento debía ser sólo Harry y no él.
-
¿Qué me pasó tras caer? ¿Por qué
me duele tanto el abdomen? ¿Tuve alguna herida interna?- Harry
estaba confundido, la única vez que había sentido ese
tipo de dolor persistente, había sido tras la cesárea
que le practicaron cuando los niños nacieron.
Draco se
sentó junto a Harry, sabiendo que debían mantener esta
conversación frente a frente. Acariciando el pelo oscuro de su
amado, Draco recorrió el despeinado cabello con sus
dedos.
–Harry- comenzó, despacio-. ¿Recuerdas el ataque?
Harry asintió.
- Después de que fueras alcanzado varias veces por la maldición, caíste de unos sesenta y cinco pies.
De nuevo, Harry asintió, lo había imaginado.
- Casi habíamos
llegado a Hogwarts cuando nos dimos cuenta que no estabas con
nosotros. Tan pronto como lo notamos, dimos la vuelta y volvimos a
ayudarte, pero no llegamos a tiempo y yo te vi caer. Fue uno de los
momentos mas aterradores de mi vida.
Draco silencio a Harry cuando
vio que iba a contestar a su comentario.
- He dicho que fue uno de los peores momentos de mi vida porque el peor no había pasado aun. Fuimos capaces de mantener a los Mortifagos lejos de ti hasta que llegaron los refuerzos. Dios, hasta el mismo Dumbledore vino cuando se dio cuenta de que estabas realmente en peligro- Draco se sentó de nuevo en la silla y pasó los dedos a través de su cabello.
Harry intentó sonreír pero terminó con una mueca mientras más dolor lo atravesaba. Todo el mundo sabía que Dumbledore nunca abandonaba el castillo; era demasiado valioso, era decisivo para que las protecciones de Hogwarts continuaran. Su máxima responsabilidad en tiempos de batalla era la de proteger el castillo y monitorear y mantener las defensas que lo rodeaban y a sus seres queridos a salvo.
- Con la ayuda extra pudimos perseguir al resto de los Mortifagos, incluyendo Voldemort. Él no estaba muy contento de dejarte atrás, debo añadir. Una vez que se fueron, aterricé y corrí hasta donde te encontrabas- la voz de Draco se quebró cuando recordó el horrible estado en el que encontró el cuerpo retorcido de Harry, cubierto de sangre y cuando no sabía si estaba vivo o no.
- Realmente estabas mal, Leo. Había sangre por todas partes. Al principio ni siquiera sabía si... si...- la voz de Draco volvió a quebrarse y cuidadosamente Harry alargó su mano para coger la del rubio.
- Está bien, Dray, estoy aquí y estoy bien, y cualquier cosa que tengas que decirme la superaremos juntos- Harry se sintió terrible al darse cuenta de lo mucho que Draco había sufrido.
- No fue sino hasta que estuvimos de vuelta en Hogwarts y nos dimos cuenta de que seguías sangrando cuando Nicole imaginó lo que podía haberte pasado- la voz de Draco estaba ronca y rota.
- Harry, cariño, tuviste un aborto- por fin lo había dicho. Draco miró atentamente la reaccion de Harry. Primero se preguntó si lo habría escuchado, porque el hombre de pelo oscuro sólo se quedó sentado en la cama. Luego, lentamente Draco se dio cuenta de la reacción de Harry pues sus ojos se abrieron de par en par y, si fuera posible, su piel casi traslúcida palideció aun más.
-¿Qu..Qué?
Draco no le contestó y sólo observó como su pareja intentaba comprender el significado de lo que acababa de oír. Una parte de Harry había escuchado las palabras pero no podía entender lo que significaban exactamente, su significado era demasiado espantoso para ser comprendido.
- Pero eso no es
posible. Tendría que haber estado embarazado para tener un
aborto, y no lo estaba. Yo lo hubiera sabido si hubiera estado
embarazado. No lo estaba. Tienes que estar equivocado- la voz
suplicante de Harry había llegado a un tono desesperado al
final de su discurso-. No es verdad; por favor, dime que no es
verdad. Oh, Dios, dime que no es verdad.
Sabiendo que no habría
palabras que pudieran consolar a su compañero, Draco se puso
de pie y lentamente empujo a Harry a sus brazos, preocupado tanto por
cómo este último y devastador descubrimiento golpearía
su espíritu, como por los restos de las heridas físicas
en su cuerpo, que se recuperaba lentamente. Aferrándose uno al
otro con su vida, los dos hombres compartieron una pena sólo
conocida por aquellos que habían sido obligados a sufrir un
dolor por encima de cualquier dolor imaginable; un dolor peor que el
más duro de los Cruciatus, un dolor sólo conocido para
aquellos que habían perdido un hijo.
ººººº
Un rato más tarde, cuando sus lagrimas se habían agotado, Draco sintió que quizás Harry ya estaba preparado para hablar sobre lo que había pasado. Seguro, éste había sido el primer asalto de lágrimas, porque seguramente habría muchos otros, pero Draco sabía que para que Harry comenzara a superar este último turno de eventos desafortunados, tenía que comenzar a lidiar con ellos.
Se sintió mal acerca de sacar el tema de nuevo, cuando Harry levanto sus claramente exhaustos ojos llenos de dolor. Sólo había visto un dolor semejante cuando siendo Mortifago había sido obligado a participar en torturas y asesinatos de familias, sin importar si eran muggles o mágicas, todos los padres lucían como Harry en ese momento, mientras veían a sus hijos morir.
-No lo sabía, Draco, te juro que no lo sabía. Si lo hubiera sabido habría hecho las cosas de manera diferente – la voz suave de Harry apenas era reconocible.
- Harry, amor, está bien, yo no lo sospechaba y tampoco lo hacía Nicole. Sabes lo difícil que es detectar el embarazo en un mago, no puedes comenzar a culparte por esto- el corazón de Draco empezó a romperse de nuevo cuando via a Harry estremecerse, amaba tanto a ese hombre.
- ¿De cuánto tiempo?
Draco apoyó sus labios gentilmente sobre la frente de Harry antes de contestar
– Nicole dice que cree que alrededor de 14 semanas.
- Así que tuvo que ser concebido un mes o algo así después de que volviéramos aquí.
Draco asintió afirmando el cálculo de Harry.
- ¿Sabes...? – la voz de Harry se quebró y no pudo terminar la pregunta.
Conociendo exactamente lo que Harry quería saber, Draco le respondió.
–No, Harry,
era demasiado pronto. Nicole no pudo saber cual era el sexo.
El
hechizo utilizado para determinar el sexo del bebé podía
ser realizado desde el primer día tras la concepción,
pero como el hechizo leía el aura mágica del bebé,
no podía funcionar con un feto muerto.
Por un momento
ninguno de los dos hombres dijeron nada, sólo se sentaron
inmersos en sus propios pensamientos de cómo hubieran sido las
cosas de haber ocurrido de forma diferente.
Finalmente, Harry
susurró.
–Me hubiera encantado tener más niños contigo. Siempre pensé que sería estupendo tener una niña, aunque no me hubiera importado si solamente hubiéramos podido tener un montón de chicos, siempre que fueran nuestros.
Draco se estremeció momentáneamente mientras las palabras de Harry "un montón de chicos" le creaban la imagen visual de Harry y él con los gemelos y como otros seis niños, todos apretados en una casa pequeña al estilo de los Weasley. Pero apartó esa imagen, sabiendo que aunque desearan tener más niños, de acuerdo con Nicole aquello no era probable.
Harry levantó la mirada cuando sintió que Draco mentalmente se alejaba, casi como si estuviera preparándose para darle más malas noticias.
- ¿Qué es Dray? ¿Qué más paso?
Queriendo tranquilizar a su compañero, Draco rápidamente añadió:
-No, Harry, no pasó nada más, todos los demás estaban bien. Es solo que después de tu operación, Nicole me llamó aparte y me dijo de tu condición – Draco hizo una pausa, odiaba todas las palabras del vocabulario ingles que parecían escapar de él en ese momento critico. –. Verás, Harry, estabas bastante malherido, es un verdadero milagro que hayas sobrevivido a la caída y al aborto. Pero la verdad, Leo, es que probablemente no podamos tener más niños, había mucho daño. Lo siento, amor.
Harry comenzó a sacudirse cuando más lágrimas comenzaron a caer, dándose cuenta de la extensión del daño del que era responsable el monstruo. No sólo era que Voldemort había causado la muerte del bebé que ni él ni Draco habían tenido la oportunidad de conocer. También se había llevado cualquier oportunidad de tener más niños.
Las sacudidas de Harry aumentaron con su ira. Cuando sus ojos parecían estar prácticamente ardiendo y la energía en el aire aumento hasta tal punto que su magia comenzó a ponerse de manifiesto físicamente haciendo que las luces brillaran más y que el aire alrededor de ellos comenzara a arremolinarse, Draco supo que tenía que hacer algo pronto o Harry perdería completamente el control. Esa era una situación realmente peligrosa con un mago del calibre de Harry, especialmente ahora, ya que era muy pronto para que realizara ningún tipo de magia, acabando de despertar del coma.
- Leo, tienes que calmarte. Por favor, Leo, si continúa así lo único que harás será hacerte daño. Por favor, cálmate. Realmente preferiría que no nos hicieras volar ahora mismo.
Harry pudo sentir su frágil control comenzar a alejarse e hizo su mejor esfuerzo en concentrarse para mantenerlo unido. Su magia era tan poderosa, que si ahora perdía el control sobre ella, podía causar verdadero daño, y sin importar que, Harry no quería que sufriera más gente inocente.
Draco suspiró aliviado cuando sintió que los niveles de energía en el aire circundante comenzaban a descender hasta niveles más normales. Aunque su alivio fue corto cuando vio que Harry se giraba hacía él y observó que sus ojos estaban extrañamente iridiscentes
- Esto se acaba ahora, Draco- para estar tan débil como había estado hacía solo unos momentos, la voz de Harry sonaba sorpresivamente fuerte y diligente-. Quiero decir, Dray, que él se va a hundir y pronto. He tenido suficiente de esta mierda y renuncio a tener que soportarla mucho más- la voz de Harry creció para ser más fuerte y poderosa-. Ese bastardo mató a nuestro bebé antes de que tuviera la oportunidad de tomar su primera bocanada de aire. Morirá, morirá pronto y lo hará por mi mano.
Sabiendo que había muy poco que pudiera decir acerca de eso, Draco besó suavemente a su compañero en los labios. Esa guerra había tenido demasiadas victimas. Voldemor había cometido sin saberlo, el segundo gran error de su reinado como Señor Oscuro, cuando había lanzado aquel hechizo aturdidor sobre Harry. El primero, por supuesto, había sido el equivocado ataque a los Potter en aquella desgraciada noche de Halloween que había puesto el resto de los hechos en acción. Ahora Harry vería cómo acabarlo, algo de lo que Draco no tenía duda, y planeaba estar con su pareja en cada paso del camino.
ººººº
Estaban tan ensimismados en el torbellino emocional que estaba teniendo lugar en la habitación privada del hospital, que ni Draco ni Harry se dieron cuenta que su intensa conversación privada estaba siendo observada por tres pares de ojos.
Draco había estado en lo correcto, había muchas personas ansiosas de visitar a Harry para asegurarse de que él estaba en camino de su recuperación. Desafortunadamente, algunos de ellos acababan de darse cuenta lo largo que ese camino sería. El más viejo de los pares en el grupo se aseguró de que sus acompañantes no dijeran nada hasta que estuvieran seguros de oídos indiscretos y de vuelta en su oficina.
Tan pronto como la gárgola estuvo de vuelta en su lugar, Ron Weasley no pudo contenerse más.
- ¿Qué demonios está pasando? Pensaba que Harry sólo tenía algunas heridas internas debido a su caída, ¿por qué estaban hablando de un aborto?
El comentario de su marido sacó pronto a Hermione de su estupor.
– Pero claro, ahora todo tiene sentido, no sé como no me di cuenta antes.
- Sí, parece que eso responde un montón de preguntas, ¿no Hermione? Y pensar que la respuesta ha sido tan obvia todo el tiempo, pero no estábamos preparados para verla – los ojos de Albus parpadearon con fuerza cuando vio la que comprensión llegaba lentamente a las caras de los fueran los primeros mejores amigos de Harry.
Viendo que Ron no estaba llegando a la conclusión adecuada lo bastante rápido, Hermione decidió ayudarlo.
– Sólo piensa Ron, piensa con la mente abierta. ¿ A quién se parecen los hijos de Harry?
- Se parecen a Harry – respondió Ron con cabezonería.
-Bien,
aparte de su pelo y de los ojos verdes de Matthew, ¿no se
parecen a alguien más? Claro que el otro parecido es más
sutil, pero está ahí si lo buscas. Piensa en la forma
de sus caras y como sus narices se elevan un poquito al final, y si
necesitas más ayuda, piensa en los ojos de Evan. La forma de
sus ojos es la misma que la de Harry y la de su hermano, pero el
color...- Hermione se sentía frustrada, aquel viejo dicho
muggle que rezaba que era posible llevar a un caballo hasta el agua
pero no hacerle beber le parecía muy real ahora.
Seguro,
ella sabía que Ron no era siempre el más rápido
en coger algo, pero una vez que lo hacía, era un gran
estratega. Su incansable trabajo tras el escenario había
ayudado a salvar cientos de vidas desde que la guerra había
comenzado.
Torciendo la cara con concentración, Ron comenzó a poner las pistas juntas. Imaginándose a Evan Potter como la última vez que lo había visto, lentamente comenzó a concentrarse en su linda carita. Apartando el pelo desordenado y negro de Harry, Ron estudió las facciones del niño. La barbilla le era familiar, no era de Harry pero sabía que la había visto en algún lugar antes. El sentido de familiaridad se incrementó cuando Ron siguió recorriendo la cara del niño. De pronto, la respuesta lo golpeó cuando se fijó en un par de ojos grises, unos ojos que sólo podían pertenecer a un Malfoy.
Hermione supo el momento en el que Ron había encontrado la conexión cuando su respiración comenzó a ser ligeramente errática.
–Respira Ron, respira. Está bien; realmente no cambia nada. Ya sabías que estaban involucrados románticamente. Harry incluso te dijo que lo amaba, así que cálmate.
Concentrándose en respirar, Ron finalmente jadeó.
– Demonios, una cosa es que duerma con él, pero es que ha tenido sus hijos. Harry es un hombre y ha dado a luz a los hijos de Malfoy. Harry y Malfoy...- estaba tan enfadado que no pudo continuar.
La reacción de Ron destilaba el antiguo sentimiento de protección presente cuando se hablaba de Harry.
– Ahora escúchame, Ronald Weasley. No quiero que hagas ningún problema con Harry y su familia. ¿ME ENTIENDES?- no había error posible en las repercusiones que Ron sufriría si no obedecía.
- Harry y Draco están lidiando con un trágico evento y todo lo que tenemos que hacer es apoyarlos.
Ante la mirada incrédula de Ron, Hermione no pudo evitar añadir.
– Sí, tenemos que apoyar a Malfoy también. Harry y Draco no habrían sido capaces de tener niños en primer lugar si no fueran compañeros de alma, así que sin importar lo que tú o cualquiera pueda pensar acerca de esto, ellos están juntos y estarán juntos para el resto de sus vidas. Yo, por mi parte, me aseguraré de que esa vida sea tan larga y feliz como les sea posible dadas las circunstancias.
- ¿Son compañeros de alma?
- Sí Ron, son compañeros de alma- dijo Hermione, haciendo una pausa para lanzarle su mirada de "¿ES que nunca lees?"-. Los embarazos masculinos son extremadamente raros y sólo ocurren cuando dos magos muy poderosos están unidos mediante una conexión en su alma.
- Sí, como siempre, Hermione, estás en lo correcto- Albus rió entre dientes; los Weasleys siempre eran una fuente de entretenimiento-. Pero por ahora sugiero que mantengamos el secreto de Harry y Draco. Ellos necesitan tiempo para llorar su perdida. Y estoy seguro de que ustedes dos se darán cuenta de que si esta información sale a la luz, podría poner a su familia en un peligro incluso mayor que el actual. Si la gente descubre que Harry no sólo ha llevado a un niño sino a dos a buen término, bueno, esa indicación de su tremendo poder puede hacer que comiencen a temerle. Eso es algo que no nos podemos permitir ahora que estamos tan cerca del fin.
Dumbledore dejó a los Weasleys reflexionar un poco más en la conversación que acababan de oír antes de añadir:
– Creo que el fin está cerca. Esto pronto será otro pasaje a estudiar en alguna clase de historia.
ººººº
Harry estaba se sorprendió al darse cuenta de que habían pasado al menos seis horas antes de que despertara de nuevo. Esta vez fue recibido con el delicioso olor a comida. Madame Pomfrey le había asegurado que tan pronto como pudiera comer por si mismo le quitaría la vía intravenosa que en ese momento le suministraba nutrientes.
Una vez más, Draco ayudó a Harry a sentarse en la cama y a ingerir su comida. No era mucho, sólo un poco de sopa de pollo con fideos, judías verdes y un rollito con mantequilla y leche, pero para Harry era maravilloso. Desafortunadamente, tras no haber comido durante un largo tiempo, debido a su coma, su estómago no era capaz de soportar mucho y encontró difícil terminar ni siquiera la mitad de la comida. Tras haber terminado, se tumbó de nuevo contra las almohadas, sorprendido de lo cansado que se sentía sólo por haber comido una pequeña parte de su almuerzo.
Poppy no estaba demasiado impresionada con el progreso, pero aceptó quitar la vía más tarde si Harry, antes de dormir, comía otra comida, al menos tan grande como la primera. Poco después de que la bruja se fuera, Nicole y Sirius llegaron a visitarlo.
Sirius, en su apariencia de Hocicos, saltó a la cama de Harry y se situó entre los dos hombres. Harry todavía se sentía extremadamente lento pero apreció los esfuerzos de Sirius para sacarle una débil sonrisa, mientras Hocicos comenzaba a lamerle la cara. Por si eso fuera poco, Draco rápidamente adoptó su forma de animago y comenzó a competir con Sirius en lamerle la cara al moreno.
-Basta, basta – Harry intentó gritar –. Ya es suficientemente malo ser asaltado por un perro, pero dos... yuck.
Draco pareció insultado al ser llamado perro y Harry pasó un mal rato intentando ser firme mientras miraba los conmovedores ojos marrones del perro negro y los suaves ojos grises del lobo. Viendo que había saludado lo suficiente a Harry, Hocicos saltó de la cama y se transformó en humano. Draco, mientras tanto, decidió quedarse como lobo y se tumbó al lado de Harry, protectoramente.
Tanto Nicole como Sirius estaban alegres de ver que Harry lucía mucho mejor. Ambos se sentaron en las sillas junto a la cama y lo pusieron al día de las cosas que habían pasado mientras había estado inconsciente, siendo cuidadosos con no nombrar el aborto. Antes de que la conversación avanzara mucho, Severus y Remus, que habían ido a comprobar que Harry se estuviera recuperando apropiadamente, se les unieron.
-Bueno, ¿cuándo piensas que podré salir de aquí y volver a mis habitaciones?- preguntó Harry, cansado del blanco que lo rodeaba y echando muchísimo de menos a los niños. Sabía que no estaba ni cerca de la recuperación necesaria para que lo dejaran ir, pero pensó que nada perdería con preguntarlo.
-Bueno Harry, sé lo mucho que odias estar aquí en la enfermería, pero la verdad es que cuando te trajimos de vuelta a Hogwarts, bueno... creo que no hay forma sencilla de decirlo- Sirius miró a Nicole en busca de ayuda. Nicole asintió para darle valor-. Bueno... casi mueres- Sirius consiguió escupir este último trozo mientras observaba cuidadosamente a Harry, intentando calibrar su reacción. Harry, sin embargo, no parecía sorprendido o preocupado y simplemente rascó tras las orejas a Draco, quien dejó escapar un aullido para expresar lo que sentía por la situación.
– Creo que todo el mundo va a tomarse las cosas despacio para asegurarse que estés completamente recuperado y que no hay ningún efecto secundario que pueda afectarte antes de que te vayas. Creo que tienes que pensar en este lugar como tu hogar por un tiempo aun.
Nadie quería sacar el tema del aborto y el tiempo de recuperación que necesitaría su cuerpo para volver a la normalidad tras el trauma. De nuevo, era tan poco lo que se sabía sobre el embarazo masculino y Harry necesitaría recuperarse tanto física como mágicamente del aborto; sabían que no iban a tener muchas oportunidades.
-Harry, no he podido
evitar notar que no pareciste sorprenderte cuando Sirius comentó
el estado en el que te encontrabas cuando te trajimos aquí-
musitó Remus, vacilante.
Su relación con Harry
estaba progresando lentamente, aunque no era ni de cerca tan estrecha
como lo había sigo una vez. Remus estaba agradecido tanto a
Sirius como a Severus por incluirlo en las reuniones familiares, lo
que le permitía volverse a familiarizar con Harry y al moreno,
acostumbrarse a la presencia de Remus en su vida una vez más.
Pasar el tiempo con los nietos de Prongs era sencillamente un dulce
bono.
Harry estudió el solemne hombre que estaba frente a él . Sabía que Remus estaba realmente arrepentido por lo que había pasado cuando estaba en el colegio y aunque no lo había perdonado del todo, intentaba comprender por qué había puesto su confianza en Dumbledore. Demonios, casi todo el mundo lo había hecho. Pero recordando su promesa a sus padres, sabía que tenía que superar la traición de Remus y si fuera posible, perdonar al hombre.
– Bueno, verán, hay algo de lo que quería hablar con ustedes – Harry no se sentía seguro de cómo proceder a repartir los mensajes de sus padres-. Pero primero quiero que ambos me prometan que no se enfadarán y que me dejarán terminar lo que tengo que decir antes de hacerme preguntas.
Curioso ante lo que el ahijado de Sirius tenía que decirles para que les hiciera hacer esta promesa, ambos hombres aceptaron de buena gana.
- Después de que cayera – Harry fue interrumpido por un aullido –. Si no puedes estar en silencio, sólo tienes que irte hasta que termine esto –. Apropiadamente castigado, el lobo dejó de aullar y apoyó su cabeza en el regazo de Harry-. Como iba diciendo, después de que cayera y golpeara el suelo, creo que perdí la consciencia por un tiempo. Cuando la recobré, pude sentir un terrible dolor y la sensación de estar perdiendo mucha sangre, y simplemente supe que no iba a salir de esa. Todo a mi alrededor era negro y perdí la consciencia de nuevo, y cuando volví en mi había una luz brillante. La luz era calida e invitante y yo fui impulsado hacia ella. Mientras me iba acercando a la luz, pude observar que había gente esperándome allí. Había un montón de personas que no había visto antes; supuse que eran mis abuelos y el resto de mi familia. Pero lo más importante es que mi madre y mi padre estaban allí.- Sirius jadeó y rápidamente cogió la mano de Remus en busca de apoyo.
-Me explicaron que había muerto pero que ustedes estaban haciendo todo lo que podían para traerme de vuelta. No pasé demasiado tiempo con ellos, pero pude visitarlos un poquito. Antes de volver, me pidieron hacer algo por ellos. Querían que les dijera algo.
Sirius, a ti, que dejes de culparte por sus muertes. No te culpan y odian verte culpándote. Remus, quieren que empieces a cuidarte más. Te perdonan por no haberme creído y por no ayudarme cuando me mandaron a prisión- Harry se paró, realmente estaba muy cansado por tener esa conversación tan emotiva en ese momento, además de todo lo demás-. Aunque mi padre dijo que le gustaría, en un futuro, hablar con ustedes dos sobre algunas cosas.
Tanto Sirius como Remus miraban a Harry incrédulos.
-Finalmente, mi madre quería que les dijera que 'Lily manda su amor al chucho sarnoso y al adorable lobo.' Sólo quiero que ambos sepan lo mucho que aun les importan a ellos– la cara de Harry estaba pálida debido al esfuerzo de hablar tanto y su voz se fue reduciendo a un suave susurro.
Remus apretó tan fuerte la mano de Sirius que hizo crujir algunos de los huesecillos mientras las lagrimas recorrían su cara.
– Pero, ¿cómo?
- ¡Oh, Merlin...! Harry, ¿Estás
seguro de que ellos dijeron eso? –preguntó Sirius, mirando a
Harry como si su respuesta pudiera significar el fin del mundo.
Sin
tener apenas energía, Harry sólo pudo asentir.
- Harry, ¿te dieron tus padres algún otro mensaje?- preguntó el Director mientras se acercaba a la cama. Harry no se había dado cuenta de que él estaba en la habitación hasta que habló.
-Sí, de hecho sí – Harry miró al hombre mayor pensando lo que su padre le había dicho sobre los peligros de creerte tu propia prensa-. Estaban muy tristes de que me hubiera mandado a vivir con los Dursley mientras crecía- la atención de Harry volvió al lobo gris en su cama –. También hablamos de mi relación con Draco y me dijeron que la aprobaban y que querían que nosotros nos cuidáramos mutuamente y cuidáramos de Matthew y Evan- Draco, como lobo, lamió la mano de Harry para mostrar conformidad y apoyo-. Mi padre me preguntó sobre el Quidditch– con esto, todo el mundo en la habitación rió ahogadamente-. También me dijo que la muerte de Cedric no era mi culpa, que Cedric no me culpaba.
Finalmente me dieron algunos consejos y me pidieron que hiciera algo por ellos que yo prometí que iba a intentar. Por último, me dijeron que estaban orgullosos de mí y que me querían- Harry se detuvo y sonrió, una pequeña sonrisa llena de tristeza-. Ha sido la única vez que puedo recordar haberles oído decirme eso.
Con un pequeño pop, Harry se encontró arropado en los brazos de Draco. Muy suavemente, el Gryffindor añadió:
–Es probablemente uno de los mejores recuerdos que tengo.
Sabiendo que sólo el momento emocional era lo que mantenía a Harry hablando en su estado tan débil, gentilmente Draco tumbó al otro hombre en la cama.
Captando la indirecta, casi todo el mundo dejó a la pareja sola mientras salían para discutir este inesperado giro en los acontecimientos. Con otro fuerte abrazo y una sonrisa final, Sirius se enderezó y se giró para abandonar la habitación. Mientras se acercaba a la puerta, tuvo que reprimir una risita cuando escuchó a Harry exclamar medio dormido:
– Hey, ¿alguien sabe lo que le pasó a mi escoba?
ººººº
Harry mantuvo los ojos cerrados y fingió estar dormido cuando escuchó el suave sonido de zapatitos que sólo podían ser sus hijos. Estaba realmente ansioso de recibir su visita pero Poppy le había hecho esperar hasta que se encontrara un poco más fuerte, antes de permitir a los pequeños ir a la enfermería a hacerle una pequeña visita. Finalmente, Draco había convencido a la medibruja de que los niños echaban muchísimo de menos a su papi y que necesitaban verlo cara a cara para convencerse de que estaba bien y que pronto iría a casa con ellos. Como los demás, Poppy no tuvo oportunidad contra el encanto Malfoy y pronto se encontró ayudando personalmente a planear la visita.
Por mucho que le doliera darse cuenta de que él y Draco no tendrían mas niños, también le hacía sentirse agradecido por los dos hermosos hijos que tenían. Echaba muchísimo de menos a Matthew y Evan y no podía esperan hasta que fuera capaz de tenerlos entre sus brazos de nuevo.
Harry trató de no reír, ya que seguía fingiendo estar dormido, cuando escuchó la voz aguda de Evan decir en un susurro exagerado.
– Shhh... papi está durmiendo.
-Lo sé tontito.
Harry frunció el ceño cuando escuchó la replica de su otro hijo. Aquellos que pensaban que los dos años eran 'terribles' seguramente no habían criado a un niño con tres. Los tres eran exactamente como los dos, si no peor.
- Matthew, ¿qué te he dicho acerca de ponerle motes a la gente?- Draco reprendió a su hijo con suavidad. Harry realmente estaba pasando un mal rato intentando no demostrar que estaba escuchando intencionalmente la conversación. Por mucho que amara a Draco antes, encontraba al Draco familiar completamente irresistible. Sabía que su pareja tenía sus dudas sobre qué tipo de padre sería, pero honestamente, había tomado el hecho de ser padre con una naturalidad tal que incluso a él le sorprendía. Simplemente, Draco era un padre fantástico.
- Dijiste de no llamar a nadie por un mote cuando alguien pudiera oírte.
Harry no pudo evitarlo, dejo escapar un gruñido ante la solemne tontería con la cual Draco había estado llenándoles la cabeza a sus hijos.
–¿Le dijiste Qué?
Levantando ambas cejas en la clásica forma Malfoy, Draco sonrió a su amado mientras acercaba dos sillas pequeñas al lado de la cama de Harry para que los niños se sentaran.
– Así que estabas despierto después de todo.
No queriendo sentarse en la silla, Evan trepó hasta la cama de Harry, dándole a su papá un gran beso y un abrazo.
– Te he echado de menos, papi.
Harry parpadeó rápidamente para limpiar las lágrimas que inmediatamente llegaron a sus ojos, ante las palabras de su pequeño hijo.
– Yo también te he echado de menos cariño.
No queriendo ser superado por su gemelo, Matthew empujó a su hermano de su camino para poder darle también un beso y un abrazo.
– Yo te eché más de menos papi.
Después de darle un beso y un abrazo a su hijo de ojos verdes, Harry se movió para hacerle sitio a ambos niños, de forma que todos pudieran acomodarse en la pequeña cama individual.
-Yo también te eché de menos, Matty. Chicos, los he echado más de menos que lo que eché de menos al chocolate, si pueden creer eso.
Los gemelos comenzaron a reír, era una chiste muy viejo; mientras estaban en California y Harry, en su papel de Emrys kigston tenía que viajar lejos de ellos alguna noche, tan pronto como regresaba a casa les decía que los había echado de menos, pero no tanto como había echado de menos al chocolate. El chocolate era la comida favorita de Harry y pensaba que debía ser servido como un plato principal en cada comida. Draco, lentamente sacudió la cabeza, deseando que le hubieran pagado un galeón por cada vez que había oído a Harry decir que 'una comida sin chocolate estaba deplorablemente incompleta.'
Draco sonrió aliviado ante el racimo de pelo oscuro en la cama; los niños hacían maravillas en el ánimo de Harry. Tras haberle dicho lo del aborto, Harry había caído en una leve depresión y su pareja estaba preocupado de que su estado mental pudiera interferir con su recuperación física. El dolor de haber perdido un hijo nunca lo abandonaría, algo de lo que Draco no tenía dudas, pero esperaba que el tiempo y el amor de sus hijos hiciera su perdida más soportable.
Aceptando la invitación en los ojos de Harry, Draco se unió a su familia en la cama agrandada mágicamente.
ºººººº
Nicole entró a la silenciosa enfermería e se encaminó hacia el final del ala, donde estaban las pocas habitaciones privadas. Desplazando la pesada bandeja que lleva en ambas manos a su derecha, lentamente abrió la puerta de la habitación de Harry.
Cruzando la habitación silenciosamente, puso la bandeja con el almuerzo de Harry en una pequeña mesa junto a la cama antes de darse el lujo de mirar alrededor. La calidez la inundó cuando vio la familia acurrucada, durmiendo en la cama de Harry, contentos de estar juntos de nuevo.
Había estado asombrada esas noches atrás, cuando se había dado cuenta de que Harry había abortado. Nunca había habido un hombre capaz de quedarse embarazado una segunda vez. Pero tampoco antes había habido alguno que hubiera tenido gemelos. Nunca había pensado que Harry y Draco pudieran tener más niños y de acuerdo a sus reacciones cuando se dieron cuenta de lo que había pasado, ellos tampoco lo habían hecho. Quizás la razón por la que no había pasado antes era que muy pocos magos eran capaces de concebir en primer lugar, y de los que lo habían conseguido, la mitad habían muerto en el proceso.
Sabía que le tomaría mucho tiempo superar el miedo que la había inundado al ver a su mejor amigo tumbado y cubierto de su propia sangre. Estaba inmensamente agradecida a cualquier deidad que hubiera permitido que Harry estuviera de vuelta con ellos, sabiendo que, sin algún tipo de intervención divina, de seguro habría muerto. No podía siquiera considerar lo que podría haber pasado si lo hubieran perdido; el pensamiento era demasiado horrible como para contemplarlo.
Intentaba robar algunos momentos de privacidad con su amigo cada vez que podía, que no eran muchos, viendo como Draco rara vez lo dejaba solo. Pero en uno de sus turnos de noche, cuando Harry se sentía particularmente descansado tras haber estado durmiendo casi todo el día, pudieron tener una buena charla de corazón a corazón. Se sentía bien estar sentada allí con Harry, frente a frente, y dejar salir todo su dolor y rabia. Había echado de menos la cercanía que habían compartido mientras vivían en California. Tras muchas lagrimas y abrazos, ambos comenzaron a sentirse mejor y supieron que no importaba lo que sucediera porque siempre el uno estaría allí para el otro.
Las tres cabezas oscuras juntas en la pequeña montaña de almohadas, junto a la rubia plateada, era algo adorable. Nicole estaría eternamente agradecida a la presencia de Draco en sus vidas. Él había sido verdaderamente un pilar de fuerza durante la recuperación de su amigo, y los niños simplemente lo adoraban. Cualquiera que conociera a Harry antes podría decir que algo le faltaba, y la primera vez que los había visto juntos le fue muy fácil ver que la pieza que faltaba era Draco. Ellos se completaban mutuamente.
Por un lado, odiaba interrumpir su vínculo, pero por el otro, sabía lo importante que era que Harry tomara su almuerzo. Las vías intravenosas hacia poco que habían sido retiradas, y Poppy amenazaba a su paciente con volvérselas a poner si su apetito no mejoraba
- Ey chicos, es hora de despertarse... Papi tiene que comer su almuerzo y yo los tengo que llevar al colegio.
Tal como sospechaba, sólo Draco hizo un movimiento ante su primer intento de despertar a los Potter. Había llegado a la conclusión hacia mucho de que ser muy difíciles de despertar era algo que debía estar en los genes de los Potter.
Sin dejarse amedrentar por la mirada protectora del rubio, Nicole se acercó a donde los gemelos estaban acurrucados entre sus padres y comenzó a sacudirlos gentilmente. Normalmente los habría despertado con cosquillas, pero no quería que accidentalmente le dieran a Harry una patada cerca del lugar de su incisión.
Matthew levantó sus ojitos somnolientos hacía su cuidadora.
- ¿Almuerzo? ¿Nuggets de pollo? – intentó preguntar entre bostezos.
- Vamos, cabecitas durmientes, hay que despertarse para que vuestro papi pueda comer y yo los llevaré al Gran Comedor para comer, prometido – Nicole sonrió mientras decía las palabras mágicas. Ambos niños estaban fascinados con el Gran Comedor y utilizaban cualquier oportunidad que tenían para usarlo y visitar el lugar, especialmente a las horas de las comidas.
La sonrisa de Nicole se desvaneció un poco cuando vio que Evan comenzaba a moverse. Si alguien necesitaba casi tanto sueño como Harry, era ese hombrecito. Aun sufría de terribles pesadillas, que parecían haber empeorado desde que su padre había sido herido y no era capaz de volverse a dormir luego de ellas. Los círculos oscuros que se estaban comenzando a formar bajo los ojos del pequeño eran realmente molestos.
Acercándose a Harry, Nicole ayudó a ambos niños a bajar de la cama y comenzó a prepararlos para ir a comer.
Echando de menos el calor que los pequeños cuerpos de sus hijos le daban, Harry gruñó y se giró sobre su espalda. El olor de más sopa de pollo, esta vez acompañada con un sandwich de queso caliente, llegó a su nariz.
– Espero que esta vez recordaras los encurtidos- se burló de Nicole, recordando cuanto insistía en tener encurtidos ligeramente agrios cada vez que Nola les preparaba sandwichs de queso caliente.
- Por supuesto que lo hice. ¿Cuándo se ha oído hablar de alguien que sirviera un sandwich caliente de queso sin encurtidos?- siguió bromeando con el hombre en la cama, quien acababa de abrir los ojos-. Vamos, siéntate y cómetelo antes de que tenga que ponerle un hechizo para calentarlo.
Mirando desinteresadamente a la comida que Nicole le había traído, Harry añadió:
– Bueno, siempre puedes dejarlo ahí y si se enfría yo puedo calentarlo por mi mismo- antes de que las palabras hubieran salido de su boca, Harry supo que su propuesta sería rechazada por dos razones. Desde que había despertado del coma, todo el mundo estaba obsesionado con que comiera apropiadamente, pese a que él no se sintiera con ganas de comer la mayoría del tiempo. Y en segundo lugar, estaba bajo órdenes estrictas de no realizar magia hasta que Poppy le diera permiso; ni siquiera le daban permiso para realizar los más pequeños hechizos de primer año. La última vez que había preguntado cuando podría practicar magia, la mirada que recibió de Poppy indicó que era incluso estúpido realizar esa ridícula pregunta, porque claramente aun tendría que pasar algún tiempo.
Ni Draco ni Nicole se molestaron en responder al hombre enfermo. Sabían que lo mejor que podían hacer era dejar que Harry refunfuñara durante un rato y que pronto se sentaría y comería el almuerzo como el buen chico que era.
Viendo que Harry estaba en las capaces manos de Draco y que éste no permitiría que dejara ni la más mínima migaja de su almuerzo, cogió a Matthew y Evan para ir en busca de su propio almuerzo.
– Ey chicos, no olviden sus gorros.
Rió al ver que ambos niños inmediatamente se ponían los gorros que habían quedado olvidados en las sillas vacías. Harry estudió las gorras de beisbol que Matthew y Evan acababan de ponerse. Eran verde oscuro y en lugar de un logo, tenían letras en el frente. Harry lanzó a Draco y luego a Nicole una mirada confundida, cuando leyó el obsceno dicho que sus hijos estaban llevando en sus cabecitas.
Aclarando su garganta, Harry dijo con voz engañosamente calmada.
-¿Podría alguien explicarme por qué Matthew y Evan llevan gorras de beisbol que dicen "Super Dooper Pooper"?
Aun sonriendo, Nicole le guiño un ojo a Draco.
– Es su recompensa.
Harry estaba empezando a preocuparse de que todo el mundo hubiera perdido repentinamente la cabeza.
– Si así es como los recompensan, me gustaría saber lo que hacen ustedes dos para castigarlos.
Nicole se agachó y besó a Harry en la mejilla.
– Tú más que nadie sabes que no haría nada que les hiciera daño a ti o a los niños, ahora, Draco aquí presente, es algo completamente diferente.
Sin dejarse distraer por Nicole y Draco atormentándose mutuamente como siempre, Harry examinó el tema de las desconcertantes gorras. Aunque ahora que lo pensaba, los niños parecían estar muy orgullosos de sus gorras, como si realmente fueran algún tipo de recompensa.
– Bien, ¿Por qué han sido recompensados?
- Te dije que no le costaría mucho averiguarlo- Draco sonrió a la mujer castaña.
- Bueno, aun no lo tiene, veremos cuanto le cuesta, sin más pistas.- respondió, intentando no reír ante la mirada asustada que Harry aun le estaba lanzando.
Las pistas físicas y verbales de sus acompañantes le llevaban a pensar que se había perdido algo importante. Lentamente, decidió leer las palabras que lucían tan intensamente en la gorra de Matthew... "Super Dooper Pooper". ¿Por qué aquella estúpida frase le sonaba familiar? De pronto, cayó en ello, "el video del orinal"
Harry no hubiera podido ocultar la gran sonrisa que recorrió su cara incluso de haberlo querido. Eso era un fantástico, monumental, incluso...
– Aprendieron a usar el orinal- logró decir en un jadeo, mientras miraba primero a Draco y luego a Nicole en busca de confirmación. Viéndolos asentir, Harry se las apaño para coger a sus hijos y acercarlos a él en un abrazo de grupo.
- Estoy tan orgulloso de ustedes- los estaba apretando tan fuerte que Draco comenzó a preocuparse.
- Ya sabes Leo, tenían que hacerlo alguna vez.
Reticente, Harry dejó su fuerte agarre sobre los niños, haciendo una ligera mueca de dolor al sentir un pinchazo que lo molestaba en la incisión, ante el repentino movimiento para abrazar a los chicos. Habían comenzado el entrenamiento con el orinal poco después de que los niños cumplieran los tres años con éxito limitado. Ninguno de los niños quería apartarse de su actividad para usar el baño. Viendo la falta de interés de los gemelos, Nicole sugirió usar un video muggle como instrumento. Después que un DVD y un reproductor de DVD muggle había sido modificado para que funcionara en Hogwarts, la diversión comenzó. Decir que desde el punto de vista de un adulto el video era ridículo era entendible. Mostraba un grupo de niños de tres años practicando buenos hábitos en el baño, pero por alguna razón, los niños parecían adorarlo. Lo veían una vez y otra, a veces hasta tres veces seguidas.
Ahora Harry tendría que replantearse su opinión inicial sobre el video, ya que parecía que lo había subestimado. Sin importarle realmente a quién correspondía el crédito para que ese logro tuviera lugar, Harry siguió celebrando otro hito en la vida de sus hijos.
Continuará………..
Mil gracias por el review, Mariet Malfoy. ¿Cómo no entenderte cuando nosotras a veces no podemos traducir tan rápido como quisiéramos hacerlo De igual forma agradecemos la intención de escribirnos para comentar la historia. Mmm, Draco no va a poder llevar niños, pero tampoco podemos decir mucho más. Besitos y mil gracias por el apoyo
