Un momento en el tiempo
Autora: The Shadow Bandit
Traductoras: Alima 21
Pareja: Harry/Draco
Clasificación: R
Nota de Traductoras: Esta historia está publicada en ffnet bajo el nombre de Maria-Jonan, pero no se preocupen, somos las mismas. Besitos.
Un momento en el tiempo
Capítulo 29
Un Juego Empatado
Penetrantes gritos y el olor a ácido de hechizos y maldiciones amenazaron con abrumar los agudos sentidos de Harry mientras trataba de enfocarse en su contrincante frente a él. La batalla más prolongada en la que Harry había estado involucrado acababa de comenzar violentamente quince minutos antes, una vez que ambos bandos se habían reunido. Dejando sólo un puñado de miembros de la Orden para velar de la protección de las familias que estaban atrapadas en el interior de Hogwarts si acaso ellos caían, el resto de los Aurores y miembros de la Orden capacitados se habían distribuido en pequeños grupos de cuatro alrededor del perímetro de la escuela.
Sus órdenes eran claras: defender la línea, no dejar que los Mortífagos la atravesaran, y en el caso de una confrontación final entre el Señor Oscuro y Harry, distraer a sus seguidores el tiempo suficiente como para que Harry tuviera oportunidad de cumplir su destino.
Incluso la gente que no había participado habitualmente en los grupos de guerreros, y tenían responsabilidades y asignaciones en otras zonas del castillo, estaban ahí esa noche, listos para defender, y si fuera necesario, dar sus vidas para proteger a aquellos que todavía se acurrucaban en el interior de las formidables murallas de piedra.
Harry se agachó mientras otro maleficio mortal era lanzado en su dirección. Se sintió agradecido al no escuchar que impactara en alguien más. Siempre odiaba esquivar ese maleficio en particular, temeroso de que alguna víctima insospechada cayera en su mortal abrazo en su lugar. El hombre moreno apartó todos sus pensamientos de culpa potencial mientras otra maldición volaba hacia él desde algún lugar a su izquierda.
Harry construyó rápidamente un escudo protector y el poderoso maleficio fue absorbido por la energía mágica que rodeaba al joven, alimentándose de sus propias reservas mágicas. Habitualmente, Harry hubiera elegido rebotar cualquier maldición de vuelta a su origen, pero esa noche sabía que necesitaría tanta energía como pudiera mantener, así que alternó entre rebotar y absorber los hechizos, en un esfuerzo por mantener los recursos mágicos a plena capacidad. Quien sabía cuanta energía extraerían de él las actividades de esa noche hasta que todo hubiera terminado.
Lo que había planeado para su invitado especial nunca antes había sido realizado. Con toda honestidad, nadie sabía lo que el Heredero de Gryffindor tenía planeado; sólo él tenía alguna clase de idea sobre cómo destruir al Señor Oscuro de una vez por todas. Harry no había querido arriesgarse a que alguien pudiera trastocar sus planes, permitiendo que el jodido enfermo escapara y dándole tiempo a prepararse. Sólo otra persona conocía sus verdaderas intenciones, y para todos los intentos y propósitos, no iba a decirle a nadie más. No que alguien pudiera ser capaz de entenderlo aunque tratara.
Un suave trino resonó a través del frío aire de la noche y Harry levantó la vista al cielo para ver a Fawkes dirigiéndose hacia él. Eso era bueno. Significaba que Draco había sido capaz de encontrar una salida de su departamento. Aliviado de que su familia estuviera segura, Harry disparó tres maleficios en repetida sucesión, en tres direcciones diferentes, inmovilizando con efectividad a quienes estaban siendo una amenaza inmediata.
ºººººº
-¿Wow, viste esto?- exclamó Nicole, mientras captaba la maravillosa vista que la rodeaba. Habían estado caminando durante lo que habían parecido horas, pero que no debía haber sido más que media hora o algo así, cuando el estrecho pasaje que estaban atravesando comenzó a iluminarse. Incluso los gemelos estuvieron inclinados a acelerar su paso perezoso ante la oportunidad de caminar en algo que no fuera completa oscuridad. La luz de la varita de Nicole delante de ellos, y de su padre detrás, apenas había provisto de una débil fisura en la profunda oscuridad que los había rodeado. En su apuro por ver el origen de la pálida luz verde que parecía expandirse a medida que ellos se aproximaban, Matthew tropezó y golpeó la espalda de su hermano, antes de sentir las fuertes manos de su padre estabilizándolo.
Matthew lanzó a su padre una sonrisa agradecida, mientras captaba la sonrisa que su hermano había girado para lanzarle. Procediendo con un poco más de cautela, el cuarteto siguió adelante, hacia la claridad creciente.
Después de otro centenar de yardas, Matthew de nuevo encontró su rostro presionado apretadamente contra la espalda de su hermano, sólo que esta vez no había sido su culpa. Nicole se había detenido repentinamente y sin advertencia, creando una pequeña reacción en cadena. Matthew dejó escapar un suave 'auch' cuando su padre chocó contra su pequeña espalda. Gracias al cielo, Draco había estado muy atento de por donde iban y casi había logrado contenerse cuando hizo contacto con su hijo.
Le sonrió con ternura a Matthew, quien una vez más envió a su padre una sonrisa avergonzada.
-Ey, ten cuidado- bromeó Draco, reprendiendo al guía de su pequeña expedición-. Algo de aviso, o alguna clase de advertencia ante paradas repentinas, sería muy apreciada.
Draco se preocupó ligeramente cuando su comentario no consiguió la reacción deseada en Nicole; de hecho, no había obtenido ninguna reacción de la mujer.
-Nikki, ¿qué pasa ahí? ¿Puedes ver algo?
La preocupación en la voz de Draco sacó a Nicole del asombro que la embargaba en ese momento.
-Draco, espera a que veas esto. Es sencillamente asombroso.
-Bien, si fueras tan amable como para avanzar unos pocos pasos, quizás sería capaz de ver qué es exactamente a lo que te refieres- replicó Draco, sarcástico, mientras trataba de ver por encima, sin alcanzar a percibir qué era lo que tanto asombraba a Nicole.
-Pero por supuesto, mi lord, déjeme mover mi despreciable humanidad de forma que su estimada presencia pueda disfrutar de tan increíble vista. Quizás así usted sea capaz de decirme exactamente ¿DÓNDE ESTAMOS?
La voz de Nicole aumento durante su corta perorata desde un susurro hasta ser casi un grito. Draco hizo una mueca mientras las últimas palabras de Nicole rebotaban sonoramente en el confín de las paredes y corrían una y otra vez, hasta que el eco se debilitó hasta ser inexistente.
ººººº
Harry hizo una mueca de dolor ante el estrangulado grito que hizo eco en el paisaje. Hubiera reconocido esa voz en cualquier sitio, aún cuando no hubieran estado en términos amistosos durante más años de los que podía recordar. Era Ron. No pudo evitar escudriñar la figura caída y vio un destello rojo inclinado sobre otra figura tirada en la nieve. Así que Ron no había sido el herido, era alguien más; alguien que obviamente le preocupaba mucho.
Como en cámara lenta, observó que dos Mortífagos se aproximaban a su antiguo mejor amigo, descendiendo en picada cual buitres listos para matar. Ni siquiera dio una segunda mirada a los Mortífagos, mientras les lanzaba dos hechizos aturdidores. La suerte estaba de su lado, y los brujos oscuros apenas tuvieron tiempo de mandar un pequeño maleficio a Ron, antes de caer al terreno como la inútil basura que eran.
El hechizo de los Mortífagos golpeó a Ron en la espalda; sus gritos explicaron más de lo que podría haber dicho cualquier palabra el porque ese maleficio en particular se consideraba imperdonable. Gracias al cielo, la maldición terminó en cuanto el hechizo enviado por Harry hizo blanco en el mago que lanzaba el Cruciatus; el dolor de Ron, aunque intenso, fue de corta vida. Harry sólo lanzó al pelirrojo una mirada más para asegurarse que seguía moviéndose antes de alzar su varita y lanzar chispas de color azul rey al aire. Habiendo hecho todo lo que podía al convocar al curandero, se movió en busca de su presa, que ese día había probado ser sumamente esquiva.
ºººººº
El hombre rubio aspiró entre sus dientes cerrados, la única respuesta que dio a la vista que lo recibió cuando Nicole se movió hacia delante. Era completamente asombroso. Estaban encerrados en lo que parecía ser un túnel hecho completamente de agua. El líquido verdoso estaba presionado apretadamente contra alguna clase de barrera, que le recordó a Draco un acuario que había visitado con Nicole y los niños en California, mientras Harry terminaba con sus responsabilidades allí.
Con cautela, el hombre estiró una mano y tocó la barrera tentativamente, asegurándose de que fuera sólida y que no corrieran peligro de caer a través de ella, si entraban en contacto de alguna forma. Lo último que necesitaba justo ahora era que Matthew tropezara de nuevo y terminara en el lado equivocado de la muralla de agua. Con bastante certeza, pudo decir que la barrera era sólida.
La vida marina y el suave balanceo del bosque de madera negra que Harry le había descrito una vez que conversaron sobre la segunda tarea en el Torneo de los Tres Magos se obsequiaba ante su vista. Claramente, se encontraban en el fondo del lago.
Draco sacudió la cabeza ante la vista que lo rodeaba y por un breve segundo pensó que había captado un vistazo de uno de los seres marinos que sabía habitaban allí; sin embargo, cuando miró nuevamente, sea lo que fuera que había visto se había ido. Con suerte, el calamar gigante estaría ocupado en otro lugar. Draco no quería probar las barreras si el calamar se daba cuenta que era el anfitrión de nuevos compañeros de juegos.
Lentamente, dejó salir el aire que no se había dado cuenta que estaba conteniendo desde que habían entrado en esa maravilla de agua. Inseguro sobre lo que era más asombroso, ser capaz de caminar bajo el agua en ese túnel protegido o la expresión en los rostros de los gemelos, Draco instó al grupo a continuar. Matthew y Evan empezaron a lanzar risitas cuando un grupo de peces plateados revolotearon por encima de sus cabezas. Rieron observando al grupo y sus risas se hicieron contagiosas. Sintiendo que parte de la tensión abandonaba su cuerpo ante este alivio divertido tan necesitado, Draco secó una lágrima de risa de la comisura de su ojo. Prometiéndose intentar regresar cuando tuvieran más tiempo disponible, finalmente logró que los niños siguieran avanzando, para adentrarse bajo el agua turbia.
ººººº
-¿Dónde demonios está?- murmuró Harry en voz baja mientras se deshacía de otros dos Mortífagos. Pero cada Mortífago que dejaba fuera de juego, parecía ser reemplazado por al menos dos más; y todavía no había señal de Riddle.
El viento frío mordía como alfileres a través de su pesada capa. El frío helado se incrustaba en sus huesos haciéndolo sentir mucho más viejo de lo que era. Un espeluznante silencio empezó a descender a su alrededor, mientras Harry observaba desconcertado la tregua en la batalla. Las brillantes estrellas que habían sido previamente visibles en la noche sin luna, palidecieron mientras la oscuridad amenazaba con tragarse todo. Harry cayó de rodillas, abrumado por un sentimiento similar al que imaginaba sentiría alguien en el pecho si una mano helada apretara su corazón. Jadeó, sabiendo que necesitaba zafarse de lo que fuera que le estuviera pasando. No se había sentido de ese modo desde… Rompió su pensamiento en medio de la oración, mientras lo inundaba la urgencia de convertirse en su forma canina de animago.
Acudiendo al mecanismo de defensa tan bien desarrollado durante su permanencia en Azkaban, Harry se esforzó en aclarar su mente.
Dementores. Voldemort debía estar cerca si finalmente había enviado a sus aliados más cercanos. Mordiendo su labio tan fuerte que sangró, Harry gimió suavemente, mientras sentía como las putrefactas criaturas empezaban a sondear sus pensamientos.
"No de nuevo… no de nuevo"
Harry reunió sus fuerzas y se levanto tembloroso. Cerró los ojos ante la horrible vista con que se encontró; alrededor de un centenar de Dementores habían acudido al llamado de Voldemort y estaban descendiendo lentamente sobre la mayoría de los Aurores y miembros de la Orden que continuaban batallando.
Sabiendo que no faltaba mucho tiempo para que los miembros de la Luz sintieran sus desagradables efectos, Harry evocó sus recuerdos felices. Sabiendo que sólo un pensamiento de amor puro le daría alguna oportunidad de producir un Patronus lo bastante fuerte como para poder atacar a tantos Dementores, se concentró en el momento en que había sostenido a sus hijos en sus brazos por primera vez. Se concentró fuertemente en cómo había lucido Matthew la primera vez que había abierto esos brillantes ojos verdes y como Evan se había acurrucado en la seguridad de sus brazos, aferrando su dedo con tal fuerza que Harry no estaba seguro de que lo fuera a dejar ir alguna vez.
Levantó su varita en el aire y gritó: '¡EXPECTO PATRONUM!'
Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había convocado a su protector guardián que casi lloró cuando vio la familiar figura del ciervo plateado estallar de la punta de sus dedos. Parpadeó mirando fijamente la imagen. No se parecía a ningún Patronus que conociera, éste era más grande y parecía ser casi sólido. Realmente era una hermosa visión para contemplar. Al ver que los Dementores casi alcanzaban la primera línea de las defensas, lanzó un último vistazo a la imagen de su padre.
-Ve Prongs, ya sabes que hacer.
El ciervo sólo lo miró con lo que podía ser inconfundiblemente una sonrisa y partió al galope lleno de vapor, hacia el grupo de Dementores. Harry se sintió aliviado al ver que Prongs se reunía con varios Patronus más, aunque ninguno era tan fuerte ni intimidante como su ciervo. Lanzó un suspiro de alivio cuando reconoció los Patronus de Sirius, Severus y Remus ayudando a batallar contra los Dementores.
-Mierda.
Harry jadeó al sentir un maleficio aturdidor golpear su costado. Se había descuidado al estar enfocado en los Dementores; había olvidado la horda de Mortífagos que todavía estaban luchando en los terrenos, aguardando nada más para poder entregar su cabeza en un plato a su Amo. Una vez más, sintió que el hechizo atravesaba su sistema, siendo absorbido. Apartando el ligero mareo que permaneció luego del hechizo, bajó a los terrenos y lanzó su propio juego de maleficios.
Un ruido sordo confirmó que había dado en el blanco. Antes que pudiera enfocar su atención en otra víctima potencial, su cicatriz ardió con un dolor insoportable. Bajó la varita y ambas manos volaron a cubrir su frente, mientras sentía como si alguien estuviera clavando un hierro ardiente entre sus ojos. Tomando una bocanada de aire, Harry se impulsó para alzarse sobre sus rodillas, antes de finalmente pararse. Empujando el dolor al fondo de su intranquilo estómago, Harry supo algo con absoluta claridad: Voldemort estaba allí; era hora de enfrentar a su abuelo.
ººººº
Gradualmente, el suelo del lago comenzó a inclinarse hacia arriba, lo cual era una buena cosa ya que la maravilla de estar bajo el agua había desaparecido hacía tiempo y los niños estaban cansados de caminar. Notando que deberían estar cerca de la orilla, Draco tranquilizó a los gruñones gemelos y trató de decidir qué hacer a continuación.
Visualizando lo que sospechaba era el lugar más lógico donde el pasadizo podría regresar a la superficie, dedujo que debían estar cerca del Bosque Prohibido. De inmediato, rechazó la idea de resguardar a los niños y Nicole en algún lugar en lo profundo del bosque, pues sería demasiado peligroso, así que paseó en silencio a través de todas sus opciones lógicas.
Los planes eran rechazados casi en cuanto pensaba en ellos, hasta que lo golpeó lo que parecía ser la mejor y más segura de todas las posibles circunstancias. Sencillamente, podía dejarlos allí, bajo el lago. Nadie pensaría en buscarlos en ese lugar, y una vez que la batalla terminara, podría regresar y recuperarlos. Además, si se los llevaba demasiado lejos de Hogwarts, era posible que no pudiera regresar a tiempo para el enfrentamiento final entre Harry y Voldemort. Quizás fuera egoísta, pero sabía que nunca se perdonaría si algo le pasaba a Harry y él no estaba allí, tratando de apoyar y ayudar a su pareja.
No había habitaciones en los pasillos del pasaje bajo el agua, pero esporádicamente había notado la existencia de secciones lo bastante anchas como para albergar dos adultos parados hombro contra hombro. La próxima vez que encontraran un lugar donde el túnel se ensanchara ligeramente, lo bastante como para que se pudieran sentarse cómodamente, Draco insistiría en que debían descansar y le diría a Nicole lo que estaba pensando.
Feliz con su plan, aceleró el paso, ansioso por salir de allí y ver qué estaba pasando afuera. Ahora que sabía que tenía un lugar seguro para dejar a los muchachos, sus pensamientos regresaron una vez más al peligro que Harry estaba enfrentando. Ofreciendo una pequeña plegaria en voz baja por la seguridad de su amado, Draco y su familia siguieron adelante.
ººººº
Draco apartó cuidadosamente un gran mangle que mantenía oculta la entrada al pasadizo bajo el lago; afortunadamente, la superficie del lago estaba congelada por lo que no había ondas en el agua que pudieran delatar sus movimientos.
Nicole no había estado muy feliz cuando le dijo que quería que se quedara con los niños mientras él se unía a la batalla, pero sabiendo que no había nada que pudiera decir o hacer para que él desistiera de la decisión tomada, cedió eventualmente. Aceptó permanecer con los niños bajo el lago hasta que Harry o Draco pudieran ir a buscarlos y transformó algunas piedras que encontró en el piso en almohadas y cobijas para Matthew y Evan. Aunque no parecía muy probable que los niños cayeran dormidos, siempre existía la posibilidad.
Después de informar a Nicole de su inminente partida, Draco se detuvo un momento para lanzar algunas protecciones que pudieran alertar a Nicole si alguien intentara entrar en el túnel desde la dirección por la que habían venido. Si ese fuera el caso, ella sólo tendría que tomar a los niños y correr hacia la superficie, que basados en lo que se habían inclinado, no debería quedar mucho más adelante. Esperaba que eso no pasara, pero no quería pecar de relajado ahora que el fin estaba tan cerca.
Levantándose del lago, se detuvo un momento para verificar que la capucha de su capa cubriera su cabello antes de salir a la orilla. Maldiciendo al ver sus huellas en la nieve recién caída, rápidamente asumió su forma de lobo, sabiendo que las huellas de un animal alejándose de las aguas no se vería como algo fuera de lo común, a diferencia de la atención que seguramente atraería la evidencia de huellas humanas.
El lobo gris oscuro aulló cuando finalmente su oído captó el inconfundible sonido del dolor y sufrimiento que llegaban hasta cerca del bosque. Marchando tan rápido como sus cuatro patas podían, Draco cruzó rápidamente el terreno hacia el lugar donde la batalla aún continuaba.
ººººº
Los fríos ojos grises escudriñaron el escenario de la batalla, moviéndose lentamente de derecha a izquierda, no dejando ningún detalle desapercibido, sin importar cuan pequeño o insignificante pareciera. Ni el creciente número de figuras que continuaban cayendo y ensuciando el terreno, ni el azote del viento invernal, traían un atisbo de lágrimas a sus ojos. El propietario de esos extraordinarios ojos era inmune a cosas tan triviales. Cosas que lograrían derrumbar a la mayoría de personas, al ver de primera mano la cantidad de atrocidades que los humanos podían inflingirse unos a otros.
No, este hombre tenía una misión y sólo una.
Lucius permitió que sus ojos revolotearan una vez más por la congelada vista frente a él, persistiendo en la única gota púrpura en el campo. No había dudas en su mente de que esa horrenda túnica púrpura no estaba siendo llevada por otro que Harry Potter. Nadie más sería lo bastante fuerte como para ejercer el poder necesario para sostener un número de maleficios defensivos y ofensivos como ese individuo había hecho desde que la batalla comenzara una hora antes.
Cuando Zabini le había informado al Señor Oscuro sobre la única e inesperada herencia de Potter fue una revelación; una que no le hizo feliz. El saber que la maldición de su existencia era de hecho su propio nieto, su descendiente, era alucinante. Después que el revuelo se calmó y la historia del joven Zabini había sido confirmada a través de algunos hechos adicionales encontrados en las misiones, las piezas perdidas del rompecabezas que era Harry Potter cayeron en su lugar.
Las aclamadas habilidades mágicas de Potter siempre habían excedido lo que era considerado normal según la mayoría de los sistemas de medida, especialmente al considerar que su línea sanguínea estaba contaminada con sangre muggle por el lado materno. La mayoría de los seguidores del Señor Oscuro se burlaban de las habilidades de Potter, desmintiendo que ellas hubieran frustrado a su Amo por años, y atribuyendo sus fallos personales a la buena fortuna del chico, pero otros seguidores murmuraban tras las puertas cerradas que Potter era un fenómeno sobrenatural enviado a destruir su modo de vida. Lucius, por supuesto, no apoyaba ninguna. Con los años, Potter se había ganado una rencorosa cantidad de respeto del Patriarca de la Casa Malfoy simplemente por ser quien era, un mago tremendamente poderoso y talentoso, y ahora que la permanente inquietud sobre la sangre muggle de Potter había sido disipada, su respecto por el descendiente de su Amo se había duplicado.
Ni siquiera se había enojado cuando se enteró que su hijo había estado jodiendo con Potter. Bajo cualquier otra circunstancia, Potter hubiera sido una encantadora adición al clan Malfoy; después de todo, por sus venas corría la sangre no sólo de Lord Voldemort, sino también del gran Salazar Slytherin.
Sin embargo, cuando Zabini le reportó que Draco había traicionado al Señor Oscuro influenciado por Snape, Lucius sintió hervir la sangre. Ya era bastante malo que alguien que había considerado uno de sus colegas más confiables lo hubiera apuñalado por la espalda menos de un año antes. Pero, escuchar que su propio hijo se había convertido en traidor a la causa a la que había dedicado toda su vida adulta, era demasiado. Que traicionara a su Señor era tan malo como si Draco hubiera traicionado a su propia sangre y carne.
El Patriarca Malfoy había declarado a la familia aliados de la causa y Draco no tenía derecho a desobedecer. Demonios, Draco había crecido rodeado de propaganda a favor de la 'causa', aprendiendo antes de que fuera lo bastante grande como para asistir al pre-escolar que los sangre pura eran superiores a los de sangre mezclada o a los, ¡Dios no lo quisiera, sangre sucia.
Lucius se permitió un breve lapsus en el control y apretó los dientes mientras pensaba que Narcisa se había equivocado en la crianza del que debería haber sido, y estuvo muy cerca de serlo, el Heredero del Señor Oscuro. Ahora ese futuro no era posible y Voldemort había posado su vista en un nuevo heredero. Sin consideración, Draco debería sufrir por su grave falta de juicio. Ningún hijo suyo le daría la espalda a su familia.
Una vez más maldijo a Narcisa por haberlo convencido para nombrar a ese cretino baboso del Maestro de Pociones como Padrino de su hijo. En ese tiempo parecía una elección inteligente, pero ahora la decisión sólo dejaba un amargo sabor en su boca. ¿Cómo podían haberlo traicionado de ese modo las dos personas en quienes más confiaba? Era algo inconcebible y lo pagarían… ambos.
El suave sonido de alguien moviéndose con rapidez sobre la crujiente nieve que cubría los terrenos, alejó a Lucius de sus pensamientos de venganza. Usando su capa para confundirse con el fondo del bosque, el mayor de los Malfoys se ocultó en las sombras mientras observaba un lobo que corría hacia él.
El animal era muy hermoso, su pelaje gris oscuro se movía al tiempo que sus poderosos músculos se contraían y relajaban en perfecta sincronización, mientras la bestia se movía con elegancia en dirección a la batalla. Era demasiado extraño que un animal como ese quisiera acercarse al olor y sonido de humanos, especialmente humanos enzarzados en un combate mortal. Además de astutos e inteligentes, los lobos eran notoriamente independientes y evitaban el contacto humano a toda costa.
Así que… ése no era sólo un viejo lobo, ¿verdad? Lucius levanto su varita con una sonrisa satisfecha en el rostro. Draco era un tonto si pensaba que podía mantener un secreto como ese ante él. Hacía años que sabía que su hijo era un animago no registrado. Pensando que eso resolvía al menos uno de sus problemas, apuntó su varita a la figura gris que desaparecía rápidamente y empezó a susurrar.
Estaba a medio camino de pronunciar una maldición imperdonable cuando se detuvo. Tenía que admitir que sentía curiosidad sobre lo que Draco había estado haciendo todo el tiempo que había pasado lejos de su amado. Como guerrero habilidoso, su hijo nunca había rehuido una batalla, y conociendo al joven como lo conocía, sabía que Draco no se perdería ésta. No cuando estaba por darse el golpe final. Sin importar qué lado cayera derrotado, Draco querría estar allí.
Entonces, ¿qué era lo que estaba hacienda el traidor de su hijo, lo suficientemente importante como para perderse la pelea más importante de su vida? Sólo había una cosa, o dos cosas en realidad, pensó Lucius con una sonrisa, que podían distraer a Draco de un evento que cambiaría la historia. Según lo dicho por el joven Zabini, era bastante molesta la actitud de Draco hacia los cervatillos bastardos de Potter. Prácticamente se había convertido en una especie de padre adoptivo de los mocosos del Gryffindor. La conclusión lógica era que Draco y Potter los hubieran ocultado en algún lugar, al no confiar en sus propias habilidades para defender la escuela.
Sabiendo que su Amo le premiaría sobre todos los demás si podía entregarle a sus bisnietos al final de la batalla, Lucius decidió que su venganza podía esperar un poco más. Además, si Voldemort caía, por muy impensable que pudiera ser dicho escenario, sería muy útil lograr un trato. Y que mejor modo de motivar a la luz que tener control sobre los niños de su salvador.
Con eso en mente, se dio la vuelta y empezó a seguir las huellas que dejara el lobo en su camino a la batalla.
ººººº
-Harry Potter, nos volvemoss a encontrar. Quién creería que ibass a ser tan tonto como para regressar a ayudar a los cobardess que ayudaron a condenarte y dejaron que te pudrierass en la cárcel. Ciertamente, excediste mis expectativass una vez más. Te di el crédito de ser máss inteligente de lo que aparentemente eress.
Harry se envaró mientras las palabras en parsel lo asaltaban y levantó la cabeza desafiante ante el monstruo que, esa misma noche, finalmente pagaría por todos sus crímenes.
-Riddle
Voldemort rió entre dientes, pero el sonido salió seco y sin humor.
-Ya, ya, Harry. ¿No querrás decir 'Abuelo'?
Harry se tomó un momento para estudiar a su Némesis mientras sentía crecer su furia. Cada palabra que pasaba a través de aquellos labios de serpiente, encendían el fuego que crecía sin control en el interior del alma de Harry.
-Tú violaste a una chica inocente y la abandonaste con su niño, pero nunca has sido, ni serás, mi abuelo. Tú no eres nada- espetó Harry.
Sus años separados le habían sentado bien al Señor Oscuro. Lucía saludable y más fuerte de lo que Harry recordaba haberlo visto antes. La delgadez y la figura esquelética habían desaparecido, remplazadas por una forma delgada pero en la justa medida. Sin embargo, había algo que jamás cambiaría, y Harry sintió el poder y la vileza que era Voldemort, reflejada en los mismos ojos rojo sangre de siempre.
Apartando ligeramente la mirada de Riddle, Harry vio que la mayoría de la lucha a su alrededor había cesado. Allí estaba; el único evento que decidiría el futuro de su modo de vida y nadie quería perdérselo, ni una pequeña parte.
No le sorprendía que Voldemort todavía no levantara su varita. Riddle sabía tan bien como él que sus varitas eran hermanas y no podían ser usadas con éxito contra el otro. La estrategia de batalla de Harry no incluía usar su varita, y se dio cuenta que Voldemort había adoptado un enfoque similar cuando había preparado la confrontación.
-Eress un tonto. Penssaba que habíass madurado, pero ssupongo que tu ssangre Gryffindor ssimplemente ess demassiado fuerte- siseó Voldemort, notando a sus muchos observadores mientras pasaba del inglés al parsel. De ese modo podía asegurarse de la privacidad de su conversación, además de intimidar y confundir al grupo de la Luz que escuchaba a ambos, su más virulento enemigo y su única esperanza, conversar usando un talento que se creía era propio de los magos oscuros.
Los ojos verdes relampaguearon mientras Harry intentaba controlar sus emociones; cuanto odiaba esa cosa parada frente a él.
-Eress tan predecible, Riddle, inssultando mi herencia Gryffindor. Pero claro, tiene ssentido que ataquess algo que nunca podráss entender. Ssí, mi lado Gryffindor puede hacerme temerario a vecess, pero también me da fuerzass de formass que tú jamás podráss experimentar- Harry estaba tan metido en el intercambio verbal que ni siquiera se había dado cuenta que la conversación estaba desarrollándose en parsel.
Voldemort se rió despectivo mientras veía la flotilla de miradas de desconfianza y miedo cruzar los rostros de los partidarios de la Luz ante la respuesta de Harry. Oh, esa gente era tan fácil de manipular. Era una verdadera lástima que todos fueran a ser destruidos esa noche, tendría que asegurarse de detener la ejecución inmediata de algunos de ellos para poder jugar más con sus emociones. Sus frágiles mentes y rostros, que no podían ocultar sus pensamientos o sentimientos aunque la vida les fuera en ello, serían una gran fuente de diversión. Y poco sabían que su incapacidad para ocultar sus almas de él, sería lo único que los mantendría con vida. Bueno, al menos hasta que hubiera ideado otro modo igualmente placentero de entretenimiento.
-Imagina mi ssorpressa cuando desscubrí que erass mi desscendiente, que compartíamos la estimable ssangre de Ssalazar Sslytherin. Esto ssiempre ha sido entre nosotros doss, Harry; inclusso ahora, todoss están essperando para ver qué passará. Todo lo que importa, todo lo que alguna vez ha importado, ssomos tú y yo
Voldemort observó a su nieto con cautela, sabiendo que tenía que lograr que el joven se enojara lo suficiente como para perder el control. Cuando eso pasara, él lanzaría el primer, y si había suerte, el último golpe.
Voldemort no abrigaba ilusiones respecto a Potter. Sabía que el joven era tremendamente poderoso, quizás incluso más poderoso que él mismo. Aunque el Gryffindor era un idiota, era un idiota muy poderoso y tenía la sangre de dos de los Fundadores, por lo que poseía algunas ventajas que él no tenía. Si quería tener éxito, tenía que llevar esa confrontación a una rápida conclusión.
Al ver que Harry no contestaba inmediatamente, continuó:
Sabess que essto no tiene que terminar assí. Si hubiera ssabido de tu exisstencia, te hubiera arrebatado de loss Potter ssiendo niño y te hubiera criado como merecíass. Hubiéramoss evitado todo esto y no hubierass tenido que passar tu niñez encerrado en una horrorosa alacena.
Al ver la rabia bullir muy cerca de la superficie de los ojos esmeralda ante la mención de sus parientes y su niñez, Voldemort se sintió victorioso y presionó.
- Ahora es demassiado tarde para ti, Harry, como esstoy seguro de que te habráss dado cuenta, pero no es demassiado tarde para tu hijo. Mi bissnieto será criado a mi lado, cómo tú deberíass haber sido. Él sserá mi único heredero.
-¿Hijo? Querráss decir hijoss, porque son doss - siseó Harry peligrosamente, sintiendo que la batalla en su interior luchaba contra el éxito del plan que había diseñado muchos meses antes.
Voldemort rió entre dientes, sin saber por qué había estado preocupado hasta entonces. El Señor Oscuro tomó una bocanada de aire, deleitándose con la pregunta de Potter antes de jugar su carta de triunfo.
-Tú ssiempre cayendo en lo missmo, Harry; yo no necesito dos heredeross- los ojos rojos se estrecharon-. Con uno sserá más que ssuficiente.
El pánico empezó a reptar por las entrañas de Harry.
-¿Qué quieress decir?- consiguió escupir entre sus dientes apretados.
-Ya que fuisste bendecido con una pareja, penssé que podríamos compartirloss. Generossamente, he decidido que me quedaré con uno, y enviaré al otro a reunirsse contigo y tus queridoss padres muertoss. Suena más que jussto para mí.
Las siniestras palabras quedaron suspendidas por un momento en el aire antes que todos los demonios se desataran.
Continuará…
Muchísimas gracias por sus lindos comentarios a Gala Snape, Mariet Malfoy y TiKiRiTa
Mariet: Esperemos que te recuperes sin problemas de tu vista, de momento es muy bueno que recuperaras tus anteojos.
Un beso enorme a las tres.
Alima
