Drabble: "Uno de esos días"
Pareja: Naruto x Ino
Frase: "Cuando en los corazones de los hombres se siembra la semilla del miedo, en su espíritu crecen alas que le permiten volar"
Hacía casi tres años que Konoha no era la misma. Dos de los hijos de la tierra del fuego habían partido con un mismo pensamiento pero con distinto sentimiento; uno hacerse fuerte para matar a su hermano y el otro, hacerse fuerte para traer al que alguna vez quiso como tal. Dos muchachos y dos destinos que parecían unidos por un fino lazo que podría quebrarse en segundos.
Hacía tres años casi, que Ino se había centrado en sus entrenamientos. Había visto como Sasuke, su Sasuke se había marchado… Vio como Sakura había tenido el coraje de entrenar bajo las órdenes de la Godaime, como Shikamaru seguía escalando puestos, como Chouji hacía lo mismo… Y ella decidió ser por primera vez una kunoichi con todas las letras, aún cuando su padre no lo quisiera, la Yamanaka se levantaba todos los días antes del amanecer y se acostaba cuando la luna ya estaba muy arriba.
Y este era uno de esos días, aunque algo cambiaría cuando a sus oídos llegó de la llegada y posterior salida hacia la Arena de Naruto. Ella no lograba comprenderlo el porque su corazón se había saltado un latido en ese mismo momento y mucho menos el porque de aquel sonrojo en sus mejillas. Ino decidió no pensar más en aquello puesto que a la mente le llegaba el día en que Sakura le comentaba entre risas que lo que sentía era amor… Amor… ¿eso era aquello que le hacía cosquillas en la barriga cuando pensaba en todo lo que el rubio había crecido¿En que guapo estaría? O era por aquello¿Qué se había olvidado de Sasuke-kun?
Decidió volver a Konoha con paso tranquilo, la noche estaba calmada y traía mucha paz, demasiada. Una cancioncilla le entró en los oídos, una que llevaba mucho tiempo con ella; aquella que hablaba de hombres de palabra, como Naruto…
- Cuando en los corazones de los hombres se siembra la semilla del miedo, en su espíritu crecen alas que le permiten volar– canturreó la rubia camino de su casa, bajo la luz de aquellas farolas. Estaba cerca y la canción se le antojaba demasiado pegadiza…
- Ohayo Ino…
- ¿Naruto?
El muchacho del Kyuubi asintió mirándola a los ojos turquesas que se quedaron petrificados, el azul cielo de Naruto brilló por segundos con más soltura si podía. La Yamanaka sonrió;
- Bienvenido a casa… -tras de eso un abrazo y un juramento interior, contarle sus sentimientos al cabo de toda esta batalla por un ideal perdido.
