Nada de Katekyo Hitman Reborn me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Extra 2: Varia

Sentir algo demasiado cerca fue lo que despertó a Xanxus Vongola, disparando miles de balas a la presencia que no debería de estar allí. No obstante, sus manos estaban agarrando aire y su dedo estaba apretando un gatillo imaginario.

- Tsk. – Maldijo internamente, dando con una persona rara. Decía rara, porque no sabía qué otro nombre darle.

Esta persona, vestida de blando con solo una camisa y un short, descalza, y de baja estatura tenía la máscara de un conejo en la cabeza. No podía verle el pelo ni ningún otro rasgo facial, solo podía ver la mascara con grandes orejas, de color blanco, que parecía un conejo de peluche.

- Será mejor que me digas qué diantres haces aquí antes de que… - El Décimo Vongola se apagó, notando que no sabía en dónde diablos estaba.

No había nada mas que negro, y ahora que se fijaba ni siquiera había piso. No tenía armas encima, solo su ropa. Esta no era su idea de pasar la noche de Halloween, honestamente. No quería tener nada que ver con la fecha, nada, porque se había llevado a más de una persona querida de ellos. Los últimos años no habían sido nada buenos…

- No necesito armas para hacerte pedazos. – Amenazó, aunque por dentro tenía pánico porque ni sus llamas podía sentir. No estaba enteramente indefenso, pero sin sus armas o sus llamas…

La persona que hasta ahora no se había movido, mirándolo atentamente aparentemente, ladeo la cabeza antes de bajarla, sumisamente. Eso no quería decir que tomara bien que esta persona se acercara, por más indefensa que se viera.

- ¿Qué se supone que haga con eso? – Preguntó sin esperar, quitándole el papel de las manos tan pronto se acercó lo suficiente.

No hubo respuesta verbal y Xanxus no esperaba una. Tan pronto viera a Fran iba a meterle una paliza. Estas cosas no se hacían, le importaba un colmillo que fuera Halloween.

"No aceptes ningún trato.

No creas todo lo que te dicen, Tiger es el más sincero.

Si vuelves a verme, corre."

Al alzar la vista se encontró completamente solo, miles de demandas muriendo en la punta de su lengua ante la falta de alguien a quien exigirle. No había oído pasos, respiración, nada. Solo habría demorado algunos segundos, nadie podía esfumarse en tan poco tiempo. No tenía lógica.

~o~x~o~x~o~

- ¿Estás seguro de querer ganarte la atención de Usagi-sama tan pronto? – Tiger se detuvo a unos pasos de la puerta, tocando la madera con una mano.

Leopard bufo por lo bajo y negó con la cabeza tristemente. Usagi no se lo iba a perdonar fácilmente si intervenía tan pronto, no lo había tomado bien la última vez y no lo haría ahora. El primer juego ya debía de haber iniciado de todas formas, nadie podía intervenir sin ganarse la ira de Usagi.

Tiger era un tonto, no había nada que pudieran hacer por Xanxus sin importar cuando lo desearan, ese hombre ya estaba muerto tan pronto llego. Desde antes, podría decirse, Usagi había estado esperando este día desde hace meses. Tenia todo preparado, todo, desde las mascaras a como seria el primer asesinato.

Bueno, Tiger no podría quejarse luego de que no le advirtieron. Él mismo estaba buscando la atención de Usagi, y sabía perfectamente que hoy de todos los días no sería la más grata compañía. Si no lo dejaba con una estaca en la cabeza por días otra vez no le sería una sorpresa.

- ¿También quieres estar de malas con él? – Pregunto sin darle mucha importancia a la otra presencia que, con toda honestidad, Leopard desearía que no estuviera allí.

- Ma ma, no seas así. – Shark sonrió de buena forma, para nada perturbado o asustado, colocándose una máscara de tiburón en su cabeza con más cuidado de lo que se esperaría por ser solo una máscara. – Sabes que no interferiría con lo que lo hace feliz a menos que lo haga más divertido. – Dicho esto, Leopard finalmente se vio solo.

Rodó los ojos, colocó los pies sobre la mesa y se acomodo en la silla, tomando una gran calada de su cigarrillo y preguntándose cuánto tiempo tardaría Usagi-sama en volver y de qué humor volvería. Si estos idiotas lo molestaban, no sería lindo para nadie.

- Tsk, no es como si importara. – Feliz o enojado Usagi no cambiaba mucho, no con ellos al menos.

Sentía pena por las nuevas víctimas, pero no lo suficiente como para intentar hacer una diferencia. A la final, nada de eso-

- ¿Usagi-sama? - ¿Qué hacía aquí?, ¿cuándo-

El ser con máscara de conejo ni siquiera lo miró, como si no lo hubiera oído o no le importara su presencia, cabeza extrañamente baja y caminando sin sonido alguno en una dirección extraña. Un cigarrillo cayó al suelo tan pronto el ser se desvaneció ante sus ojos, como si solo hubiera sido alguna clase de espejismo.

Leopard tenía allí el tiempo suficiente como para saber que tal cosa no era en verdad posible, Usagi no era de hacer esa clase de juegos. Aun así, algo de ese evento lo dejó lo suficientemente sacudido como para verse imposibilitado a quedarse allí por más tiempo.

Para bien o para mal, Leopard tardaría un buen rato en dar porque ese evento lo había perturbado. Después de todo, no era común ver a Usagi sin sangre en su ser, de verlo tan limpio porque no le veía propósito o razón de hacerlo, no le encontraba tanta diversión. La cabeza baja tampoco era exactamente común, pero Usagi a veces lo hacía para asustar o burlarse.

La razón recaía en las orejas caídas de esa máscara, cosa que jamás había visto hasta ahora.

~o~x~o~x~o~

Más contrariado que otra cosa, la nota aún en su mano sin saber qué diablos pensar sobre ese mensaje o qué hacer con el mismo, Xanxus deambulo por el lugar. No tardó en dar con sus guardianes y la única razón por la cual no los pisoteo por andar durmiendo en el suelo era porque no creía que estuvieran durmiendo por elección. Ninguno estaba en sus prendas para dormir, y las posiciones no eran cómodas para tal actividad. En todo caso, parecían haber sido arrojados como sacos de papas alrededor, sin tener mucho cuidado sobre en donde habían terminado.

En medio de este lugar oscuro, en donde aún no daba con un suelo como tal, no podía evitar pensar que lo que sea que los había traído aquí no le importaba mucho su comodidad. Las preguntas eran como esto era posible, porque estaban aquí, y cuanto alcohol le habían puesto a su cafe. Y no precisamente en ese orden, porque-¿Uh?

Pestañeo varias veces ante otra persona con una máscara rara en su cabeza. Era la de un tigre esta vez, y la vestimenta le iba en juego. Mayormente blanco, y estaría estupendo para un ambiente frío. Por alguna razón no creía que esa chaqueta fuera hecha de piel animal, aunque tal detalle u observación era lo de menos dadas las circunstancias.

- ¿Tiger? - La figura se tenso, manos yendo a parar en un par de tonfas que no había visto antes. Hmmm, solo conocía a una persona que le gustaba usar tales armas. No era buen momento para los recuerdos, por más pequeños que fueran. - Eres Tiger, ¿no es así? - Solo para cerciorarse, tomó la nota y la leyó otra vez, un ojo en esa persona que parecía todo menos calmado. - Un asentimiento me basta. - Tenía la impresión de que no iba a hablar, o quedarse.

Una risilla oscura le puso la piel de gallina, y al ver aparecer magicamente a un ser familiar y al mismo tiempo no, entendió perfectamente la última parte de la nota. Ver a "Tiger" estremecerse y apartarse del camino de este ser… No podía ser humano, definitivamente no podía ser humano.

- ¡Bienvenido! - La voz joven, pero oscura y alegre no daban buena pinta. - ¿Qué te parece si empezamos?, el tiempo corre~ - Canturreo al final, la máscara pareciendo tener una sonrisa mucho más grande y con algo raro que no sabría definir.

Este ser estaba cubierto de sangre, para empezar. En todos lados, y goteaba de la misma sustancia a pesar de no parecer tener heridas visibles. El cuchillo de carnicero entre sus manos, jugueteando con él como si estuviera aburrido, no hacía mejor la imagen. Era un gran contraste al ser de antes, el completo opuesto, a pesar de que no parecía presentar un reto como tal. Lo creería si no lo hubiera visto aparecer de la nada.

- Muy bien, este es el trato especial, solo para ti. - No, debía decir que no. No sabría que queria esta cosa, y no se quedaría si no fuera porque tenía a sus guardianes noqueados y no iba a permitir que le arrebataran nada mas, no si podía hacer algo para evitarlo. - Si juegas conmigo y ganas, los dejaré ir a todos. - Otra risilla que no decía nada bueno, y a duras penas se contuvo de no moverse al tener a este ser tan cerca que podía oler la sangre maloliente que tenía encima, y admirar los ojos de la máscara que juraría que no eran botones. - Al escondite, simple, ¿no?

No creía que fuera algo tan absurdo, pero tampoco creyó ver a alguien con una máscara de conejo de felpa lucir tan peligroso. Era la sangre, y la forma en la que hablaba, nada más. Si era otra cosa, no quería saberlo.

- Si te atrapo, morirás… - La última palabra fue dicho seductoramente, como si fuera algo obvio y solo lo estuviera diciendo para que luego no le dijeran que estaba haciendo trampa. - Si logras ganar, ya sea ganando el juego o sobreviviendo por 6 horas, serán todos libres. - Abrió los brazos y todo, señalando a las personas que estaban justo detrás de él. - Si pierdes… - La sonrisa de esa máscara se amplió de tal forma que era imposible no notarlo, en especial con los dientes que podían verse solo por su brillo, indicando que había mucho más por ver que realmente no deseaba ver. - Tendré que jugar con alguien más, shishishi…

Solo un tonto no entenderia lo que queria decir con eso esta criatura, este ser, lo que sea que fuera, y la risilla no ayudaba en lo absoluto.

- No. - Tal y como un títere cuyas cuerdas fueron cortadas, este ser dejó de reír, dejó de moverse. Solo por un par de segundos.

- ¿No? - No había sonrisa, la máscara solo comenzaba a presentar muchos colmillos y a alargarse, orejas bajando y cambiando de forma. Los ojos brillaban con algo que era más que frustración ante la respuesta.

- No. - Repitió tratando de no demostrar miedo. Difícil de hacer, la sola forma en la que esa máscara cambiaba, el tono helado, y la falta de movimiento que antes lo tenía intranquilo ahora solo lo asustaba de sobremanera.

Esta criatura no era algo que pudiera caerle a golpes o enfrentarlo de la manera tradicional. Por más que quisiera llenarlo de balas, ni siquiera tenía tal opción y si la tuviera dudaría que le hiciera algo. Tal y como lo veía, ponerse a "jugar" con algo extraño que quería matarlo de uno a uno sin nada más que sus puños para defenderse no era una de las mejores ideas.

Xanxus ignoró como su mano quemaba en donde tenía ese trozo de papel, como si esa nota fuera fuego sobre su piel. Esa era la razón por la cual no saltó de inmediato a un sí, incluso con probabilidades tan bajas de ganar y que sus guardianes no se vieran en este predicamento ellos también. Que salieran todos vivos.

- Jugaran conmigo. - Lo dijo bajo, oscuro, y muy frío. Nada de diversión como antes de decirle no.

- Mi respuesta sigue siendo no. - Un cuchillo voló y pasó extremadamente cerca de su cuello.

Por un largo momento nadie se movió. Luego, una sonrisa macabra cobró vida en esa máscara, boca comenzando a abrirse para mostrar miles de colmillos ensangrentados junto a risas oscuras y muy alegres que en otras circunstancias Xanxus no le hubiera parado metra. La sangre corriendo por esos dientes, goteando sin tregua alguna por las comisuras de esa boca que parecía estarse haciendo cada vez más larga, era solo un preámbulo a dos puntos brillantes que podían verse brevemente entre las risas.

- Viviras para verlos morir, si eres lo suficientemente entretenido. - Esto fue una promesa muy oscura sin lugar a dudas.

La sonrisa lobuna con grandes ojos rasgados y orejas cortas, no era la misma linda máscara de conejo que había visto antes. Desde su lugar, Tiger parecía estar mirando en su dirección, sin moverse en lo absoluto, a pesar de que eran solo ellos dos. Sangre siendo lo único que marcaba la presencia del ser de antes, la única prueba, a sus pies.

Esperaba no haber-Algo ardió entre sus manos, o al menos así lo sintió, recordandole porque había dicho que no en primer lugar.

- Así que… - Tosió en su palma, tratando de aparentar una tranquilidad que no tenía. - Tiger, ¿cierto?

La nota implicaba que había más de uno de estos seres. Tal vez el de antes, el que no se veía como más que un niño disfrazado de conejo, solo quería advertirle que había alguien similar a él y que no era de confianza. Si, debía de ser…

Esperaba que fuera eso y que no hubiera cometido un gravísimo error.

~o~x~o~x~o~

- Si… - El ente ahora conocido como Tiger respondió, dudoso gracias a los últimos acontecimientos. - ¿Cómo sabes mi nombre? - No se suponía que hablara, pero aun no procesaba lo ocurrido.

Esta persona le había negado a Usagi, le había negado. Eso no había pasado antes. Más que eso, seguía vivo y sin marca alguna. Usagi se las iba a cobrar, Xanxus estaría marcado por el resto de su estadía y Usagi no iba a ser piadoso en lo absoluto. Lo haría sufrir por haber sido negado y de tal forma, por tener que esperar más de la cuenta. Un juego de uno a uno era divertido para Usagi, un aperitivo en cierta forma. Y aquí estaban…

- Una corazonada. - Ah. ¿Pero si fuera una corazonada porque no Tigre? - ¿Quién era ese? - Debatió en qué decir.

Todos sus planes habían sido descarriados por lo que había pasado, pero no sabia que tanto pagaría por siquiera estar aquí antes de tiempo. Usagi no estaba feliz, menos con esto.

- Usagi. - En el nombre no debería de tener un problema. Esperaba. No era como si Usagi mantuviera eso oculto. Así deseaba ser llamado y no de otra forma. - Dijiste no. ¿Por qué? - Nadie le había dicho que no a Usagi, al menos no tan de esa manera tan cortante.

- Uno de ustedes me dijo que no aceptara ningún trato. - Mientras que la persona frente a él dijo esto con cuidado, midiendo su reacción, Tiger no podía decir lo mismo.

- ¿Uno de nosotros? - Y creía que él era el único dispuesto a arriesgar tanto, y aun así no se atrevería a interferir cuando Usagi prohibía interferir. - ¿Quién? - Tiger no estaba seguro de querer saber, Usagi torturaria al idiota por mucho, mucho tiempo por arruinarle algo que llevaba tanto tiempo esperando…

- Uno con máscara de conejo. - Esa fue la respuesta que dejó a Tiger en shock. - No estuvo más que por unos segundos.

Debía de haber visto mal. Si, debía de ser eso. Solo había alguien con máscara de conejo y no andaba de los mejores humores ahora. Usagi no vendría a sabotear su propio juego. Y si alguien agarra una de las máscaras sin terminar de Usagi sin permiso…

Tiger no quería saber como terminaría el infeliz luego de que Usagi diera con él. Ocultar algo de Usagi por mucho tiempo era imposible.

~o~x~o~x~o~

- No deberías de estar aquí. - Tiger en ningún momento le negó o le asintió, pero no era necesario que lo hiciera. - Gracias. - No había otra forma en la que Xanxus pudiera expresar su gratitud, en especial viendo como todo comenzaba a tomar forma.

Suelo de granito apareciendo como si siempre hubiera estado allí, paredes siendo puestas en su sitio, al igual que puertas, muebles y más, todo como si solo fuera alguna especie de espejismo. Tal y como estaba, intentó grabarse lo mejor posible el lugar que se estaba formando frente a sus ojos. Tendría que volver aquí, tenían que volver a este sitio.

- ¿En dónde mierda estoy? - Cerró los ojos y apretó el puente de su nariz, pidiendo paciencia. - ¿Jefe?

- En un aprieto. - En un tremendo aprieto. Eso le recordaba…

- ¡Hey! - Suficiente siesta. - ¡Sin patearme! - A más de uno iba a patear, pero todo sería más sencillo si…

Sonrió divertido, esto sería fenomenal...

~o~x~o~x~o~

- ¡VOOOOOIIIIIIIII! - Estalló la alarma, una vena palpitante en su frente y de inmediato arriba queriendo cortarle la cabeza a alguien, solo para toparse con la sonrisa socarrona de su jefe. - ¿Por qué rayos me pateó? - A parte de encontrarlo divertido, obviamente.

- Maldita sea, ¡termina de dejarlo sordo a uno desgraciado! - Con los oídos retumbando, más de una persona no estaba feliz. No era de extrañar porque.

- Por esto digo que no hace falta una alarma contra incendios. - Squalo se agacho para nada, porque ningún paraguas pasó volando para golpearlo y electrocutarlo, pero si hubo el intento. Solo que dicho intento falló.

Fue en este punto en donde Squalo y Leaviathan cayeron en cuenta de que ninguno tenia armas, buscando casi con desesperación sus instrumentos de asesinato y defensa personal y dar con solo aire. No estaban en ningún lado. Tal cosa terminó de despertar a los demás, y dejar los insultos y maldiciones a un lado.

- Así que, ¿lugar nuevo? - Bel pregunto con una sonrisa, pero era una bastante tensa, mirando a su alrededor. No recordaba haberse quedado dormido, lo último que había estado haciendo era afilando sus cuchillos, que… no tenía, en ningún lugar.

- Parece que estamos en problemas, Bel-senpai. - El tono de Fran no fue tan neutral como usualmente seria.

- Jefe. - Se limitó a decir la mano derecha del Décimo Vongola, su forma de pedir una explicación.

Squalo no tenía su espada, ni sus dagas, ni el gas venenoso y tampoco sus bombas de humo. Nada. Solo la ropa que tenía encima, y al menos su prótesis. No reconocía el lugar, en lo absoluto. Por más que mirara no veía nada útil que pudiera indicarle en donde estaba o darle una pista sobre qué estaba pasando. Cielos, no veía nada que pudiera usar como un arma. A menos que destrozara una de las sillas, y francamente un palo de madera no sería-

- No te molestes. - Su jefe atajó al guardián del rayo de hacer precisamente lo que Squalo acababa de pensar. - No servirá de mucho. - Su jefe dejó de sonreír, mostrando una expresión que no había visto en muchísimo tiempo.

No desde que la noticia de la muerte de Tsunayoshi y sus guardianes llegaron a sus oídos, con la confirmación y una caja de anillos.

- No se en donde estamos o cómo llegamos aquí. - Fue el tono grave lo que mantuvo el silencio por parte de todos.

Squalo sonrió sin poder evitarlo, queriendo reír. No de felicidad.

Nada había estado bien desde que esos mocosos fueron asesinados. El golpe de orgullo de perder algo que era suyo, de ellos, era más fuerte al no poder hallar a los culpables aun ahora. Varia era calidad, eran los mejores en lo que hacían. Y no podían hallar a quien o quienes tomaron algo que no era suyo…

~o~x~o~x~o~

- No se como funciona la cosa, como terminamos aquí, o porque. - Sin embargo, Xanxus sabía algo perfectamente bien: - Hay otros seres aquí, y no creo que sean humanos. - Era imposible que ese tal Usagi lo fuera. Ni a golpes. - Uno de ellos quiere jugar con nosotros. - Por si no entendían: - Disfrutara nuestras muertes.

No les iba a dar una muerte simple o rápida, si es que tuvo la intención, no después de lo de antes. De por si tenía que hacer esto rápido, así que ignoro lo mejor posible la incredulidad con la que lo estaban viendo y continuo:

- El de la máscara de conejo se llama Usagi, aléjense de él, corran, huyan, lo que sea, pero no se le acerquen ni dejen que se les acerque. - Un tanto difícil de hacer contra algo que podía desvanecerse y aparecer como un fantasma, pero dejarle las cosas más fáciles no estaba en sus planes.. - Esa cosa no es humana, es un monstruo. - No tenía otra explicación para lo que vio. Excepto, quizás, un demonio. - Y está molesto. - Increíblemente molesto.

Señaló la sangre en el suelo con la cabeza, sin detenerse, no sabía cuánto tiempo tenían:

- Quería hacer un trato conmigo y le negué. - Señaló ahora al cuchillo de carnicero atorado en la pared de atrás. Era una advertencia. - Pasó tan rápido que no lo vi venir, no es humano. - Miro a Leviatán y a Lussuria esperando que el mensaje lo recibieran inmediatamente. - Su juego es el escondite, debemos hallarlo y correr a este punto o sobrevivir 6 horas sin que nos mate. - Por más irreal que sonara, aún no había pintado todo el cuadro: - Hay más de ellos, no sabemos si van a ayudar o no. - Finalmente: - No creo que nos dejen ir en grupo, y me pesa decir esto: puede que algunos de nosotros no salgamos de aquí.- Al menos no con vida.

No era ciego, no era tonto, y por mas que quisiera negar la realidad no podia. Había perdido a su cielo, Vongola había perdido a su futura generación en un abrir y cerrar de ojos. Cualquiera podría morir en cualquier momento, de eso estaba claro. Ahora, en esta situación, en donde solo tenían su ingenio en un lugar desconocido lleno de monstruos…

Si todos eran como Usagi, no creía que el ingenio valiera de mucho.

- No los molesten. - Porque solo Dios sabía que podían hacerles si lo hacían. - Nuestra prioridad es sobrevivir. - Ya había un monstruo sumamente peligroso que estaba muy molesto. No hacía falta agregar más.

Su único alivio por el momento era que, le creyeran o no, habían tomado su palabra en serio de que había alguien que los quería matar y estaban a su merced. Esto no era un juego, y con que entendieran eso era suficiente. Hasta que no vieran lo imposible no lo entenderían, y era más que comprensible tomando en cuenta que él estaría en la misma situación si no le hubiera pasado el susto de ver a Usagi, incluso si fue en un tiempo muy corto.

- ¿Cómo sabes que siquiera mantendrán su palabra? - No lo sabía, pero:

- No cambia que estamos indefensos con monstruos. - Siseo la última palabra, dando a entender que no tenían muchas opciones.

Su única misión era sobrevivir, y rezar porque mantuvieran su palabra o-

- ¿De dónde diantres...? - El susto fue de corta duración, para él al menos.

Al menos habían entendido el dilema en el que estaban, si las caras pálidas, sonrisas tensas, y reacciones de atacar decían algo. La figura que apareció detrás de ellos no lo noto, o quizás no le importaba. Cualquiera que fuera el caso no cambiaba la situación, por desgracia, solo le decía que no presentaban ninguna clase de amenaza ante estos seres.

- Hey. - Era la misma figura que había visto al despertar aquí.

Sabía que debería de correr, pero este ser no se sentía como los otros. No sabía porque, tal vez ni siquiera era importante o tuviera una explicación, pero así era. En lugar de responder, el ser con orejas caídas levantó la cabeza, movió una mano a su muñeca y sabía que les estaba advirtiendo que debían de moverse ya.

Este ser les señaló deliberadamente a la derecha y luego hacia delante, alguna especie de instrucción, antes de inclinarse mucho en lo que parecía ser una disculpa. Desapareció a los segundos, como si nunca hubiera estado allí.

- Usagi luce igual a él. - La verdad: - Me ayudó antes, pero no vale la pena buscarlo, son idénticos. - Solo que uno era de verdad un peligro como tal. Por no hablar que si podían aparecer y desaparecer de la nada... - Debemos irnos. - Quien sabe que venía, pero estaba casi seguro de que sería Usagi.

De cualquier manera, quedarse mucho tiempo en un solo sitio era pedir problemas. Más problemas.

~o~x~o~x~o~

Al cruzar la esquina, dando con otro pasillo con múltiples puertas, Bel dejo de sonreir. Una pequeña figura, la máscara de un león, los hombros de una serpiente y una cabra, la vestimenta yendo de tres temas totalmente distintos sobre los animales antes mencionados, los esperaba con los brazos cruzados. Había estado caminando a paso rápido hasta que los vio. Era imposible de no ver, no con esa mezcolanza de colores y temas que no tenían que ver uno con el otro, la ropa teniendo distintos tamaños incluso, como si hubieran agarrados tres atuendos distintos, cortado cada uno y cocido tres partes, una de cada una, sin importar nada más que fueran uno de cada uno.

- ¿Sigues vivo? - Era la voz de una mujer, y no cualquier mujer.

- ¿Mammon? - La incredulidad en el tono de voz de la mujer se reflejó en la suya.

El tamaño concordaba, la figura también, la voz-

- ¿Cómo...? - "Mammon" negó con la cabeza, brazos estirándose hacia Xanxus, sin poder creerse lo que veía. - Le negaste a Usagi. - No era una pregunta, pero igual repitió: - Le negaste a Usagi. - Era tanto de admiración como de horror puro.

- Uno de ustedes le-

- Debemos movernos. - Xanxus recordó a todos, tajante.

- Cierto. - "Mammon" tragó pesadamente, haciendo señas de que la siguieran.

Corriendo, nada de caminar. "Mammon" estaba mucho más asustada y paranoica que ellos, cada rato mirando hacia atrás, deteniéndose a cada esquina y mirando a todos lados antes de continuar. Si uno de estos seres tenía tanto miedo, temía preguntar qué tan mala era la situación en la que se encontraban.

- Aquí estaremos a salvo por un rato. - Murmuró para sí "Mammon", cerrando la puerta con llave. - Cualquier cosa, corran a esas puertas. - Señaló tres direcciones distintas, ignorando por completo que estaban en lo que parecía ser un cuarto de máscaras.

Bel no pudo evitar notar que todas esas máscaras eran similares a las de "Mammon" y a las del otro ente con máscara de conejo. Demasiado similares. Máscaras y peluches, y una mesa de trabajo en donde habían varias sin terminar. No podía evitar notar lo que parecía ser un showcase oculto con una sabana, probablemente algo valioso o espeluznante allí-

- No. - "Mammon" negó muchísimas veces con la cabeza, tomando de la muñeca para que no viera. - Usagi sabrá que estamos aquí, no toques eso. - Definitivamente este ser estaba mucho más asustado que ellos, al punto de temblar de miedo.

Ante su asentimiento, fue soltado. El ser llevo sus manos a su máscara y se la quito.

- Ha pasado un tiempo, ¿eh? - Mammon. Era la misma cara. Bueno, el mismo tono de piel, de cabello, y las marcas bajo los ojos. Quizás esta era la primera vez que veía a Viper sin la capucha de siempre. - Si, soy yo, Mammon, pero llamenme Chimera. - La sonrisa que les dio era muy triste y dolida, el susurro que siguió era rompecorazones: - Pensé que no llegaría a tiempo jefe, nadie cree que sobrevivan, pero no podía quedarme sin al menos… - Sin al menos intentar ayudar.

Por más que Mammon siempre se quejara y pidiera dinero por todo, no estaba tan interesada en solo dinero como se podría pensar. Era Varia, y en Varia había lealtad. Asesinos o no, eran familia así no lo pareciera a los ojos de nadie.

- No puedo decir mucho, no hay tanto tiempo, y cuando Usagi me vea me sacará del camino. - Las lágrimas no estaban ayudando a que la situación fuera mejor. - No mentiré: todos los que estamos aquí estamos muertos, y ustedes se verán en esta situación si mueren aquí. - Por como hablaba, por su expresión, ella no creía que fueran a salir vivos: - Pase lo que pase, recuerden que estoy muerta y no puedo volver a morir, al igual que los otros, no se detengan por nada o nadie, tienen que durar las 6 horas o llegar a la meta luego de ver a Usagi. Pase lo que pase recuerden eso, Usagi no miente, cumplirá su parte si logran ganar. - Y como siempre la mala noticia: - Usagi hará todo en su poder por atraparlos aquí, con nosotros, en especial si los encuentra aburridos. Nadie nunca le ha ganado. - Qué esperanzas eran esas.

- Pero estás aquí. - Bel no pudo evitar comentar, dándole vueltas a la información.

- ¿Cómo siquiera terminaste aquí? - Esta demanda vino de dos voces, jefe y mano derecha mirándose con sorpresa al dar la misma demanda.

- Estamos en un lugar maldito, ¿no? - Lussuria comentó, por una vez no había nada más que seriedad en él. - No puedes ir al más allá, ¿por qué?

Bufo por lo bajo, obteniendo la mirada de Fran, quien lo molesto con un dedo comentando que eso no fue muy respetuoso. Dadas las circunstancias, lo de menos era ser respetuoso o no. Este lugar tenía que estar maldito, si había un ente que quería matarlos de buenas a primeras.

- Nadie puede salir de aquí. - Repitió Mammon lentamente, dándoles una mirada muy triste. - Solo los que están vivos y si el que está a cargo lo permite. - En pocas palabras estaban atrapados allí hasta que lograran ganar un juego con un ente malévolo…

- ¿Este tal Usagi es el que está a cargo? - Explicaría porque Mammon estaba tan asustada. A menos que también estuviera tan asustada de los demás entes, lo cual quizás era cierto. Si era así, nada de esto sería fácil.

- Usagi es el más poderoso actualmente. - Esto fue dicho cuidadosamente, justo antes de que Mammon saliera de inmediato a una de las puertas, abriendo con cuidado para mirar, como si hubiera oído algo que ellos no. - El más fuerte es el que manda. - Esto fue en un susurro muy, muy bajo. - Vengan, ahora.

Como una flecha, Mammon tomó su máscara y se la colocó, de inmediato yendo a una de las puertas que había mencionado antes como alma que lleva el diablo. Una risilla oscura fue lo último que se oyó, momentos antes de cerrar la puerta, sin ver que o quien producía tal sonido.

~o~x~o~x~o~

- Usagi no tendrá piedad de ti, Quimera. - Se oyó perfectamente, a pesar de que no se veía a nadie en todos esos pasillos.

Quimera se detuvo de golpe, muy tensa. Debido a esto, Varia hizo lo mismo. No se veía a nadie, así que fue una completa sorpresa ver a un ente algo pequeño, con la máscara de lo que parecía ser un pato, asomarse por una de las puertas de tantas que había en ese pasillo. En realidad, había puertas en todos lados.

- Duck, no deberías de estar aquí. - Quimera se relajo un poco al ver quien era, pero no mucho.

- Deer me mando. - Esta simple sentencia cambió todo el ambiente, solo porque Quimera pareció encogerse en el sitio y comenzar a temblar. - Te manda a decir que lo mejor que puedes hacer es darles ideas, y distraer a los otros. - El ente que había sido llamado Duck ladeo la cabeza, como si estuviera curioso de algo. - Usagi te está buscando.

Tan pronto lo último fue dicho, Duck se desvaneció en donde estaba, como si nunca hubiera estado allí. No obstante, si estuvo allí, y eso se podía ver reflejado en Quimera.

- Ya lo oyeron. - Quimera habló primero, antes de que alguien abriera la boca y preguntara quién demonios era Deer. - Será mejor que nos separemos desde ya. - No hacía falta explicar porque.

Si Usagi estaba buscando a Quimera, entonces Quimera debía usar eso para darles aunque fuera un par de minutos a los que alguna vez fueron sus compañeros de trabajo. Por más que Quimera no quisiera hacerlo, no era lo suficientemente tonta o ingenua como para dudar o creer que Usagi no fuera a encontrarla y con ello a quienes quería salvar.

Las probabilidades de que eso pasara eran casi 0, pero eso no significaba que quería o podía quedarse con los brazos cruzados. Si al menos uno de ellos salía vivo de aquí, si no quedaba atrapado en esta pesadilla, entonces el castigo que recibiría por días por venir valdría la pena.

No fue extraño o inesperado para Quimera quedarse sola sin al menos una despedida verbal. Solo un gesto, nada más. A veces ni siquiera se podía hacer tal cosa, era común no hacer nada en todo caso. Agradecia eso, y agredecia que se fueran rápidamente.

Tan pronto el nombre de Deer fue pronunciado, Quimera sabía que no estaba sola. Debido a esto, no fue una sorpresa para ella sentir una presencia justo detrás de un segundo a otro, para luego sentir una mano en su hombro.

Duck o Deer posiblemente salieran castigados por darles un escape al grupo, por avisarle que Usagi ya sabía en dónde estaba y en cualquier momento saldría a darles a todos un mal susto. Cerrando los ojos e intentando ignorar el filo de algo muy cercano a su cuello, se prometió darle las gracias a ambos.

~o~x~o~x~o~

Los gritos que resonaron un par de minutos después de haber dejado atrás a Quimera no era algo que no hubieran oído antes, y por ello no era difícil imaginar que estaba pasando, que estaba ocasionando tales gritos de dolor. Lo difícil era aceptar que eso le estaba ocurriendo a uno de ellos, y que no podían hacer absolutamente nada.

Saber que uno de ellos, posiblemente más de uno en cuanto acabara esto, estaría atrapado aquí con entes malévolos, con algo que podía hacerle algo tan horrible a uno de ellos, quienes no eran presas fáciles, era una horrible y trágica realidad que tenían que aceptar y seguir adelante. Si Mammon pudiera escapar, lo habría hecho hace rato.

- Hey. - Esta vez, por más que se quisiera negar el hecho, el ente fue encontrado de frente. - Que extraño, esperaba encontrar uno o dos, no un… - El ente con una máscara de tiburón se detuvo, quedando muy quieto. - ¿Cómo sigues aun vivo? - La incredulidad en ese tono era casi palpable.

La única razón por la cual no lo dejaban a un lado y se alejaban lo más posible era que estaba bloqueando una de las dos salidas de esa habitación. Devolverse no era una opción, no con los gritos desgarradores aun sonando. La habitación estaba vacía, no había en donde esconderse o que usar para defenderse.

- ¿Acaso le negaste a Usagi? - En un dos por tres el ente estaba justo frente a Xanxus, tan cerca que se hubieran terminado tocando si no fuera porque Xanxus dio un paso hacia atrás de la impresión. - ¿En serio le negaste a Usagi?, ¿y sigues vivo? - La incredulidad pura aún seguía allí. Era como si Xanxus fuera algo fuera de este mundo para este ser.

- Si. - Xanxus no veía razón para mentir, pero tampoco la veía para charlar: - ¿Puedes hacer lo que venias a hacer o te vas? - Porque francamente devolverse no era una opción que pudieran tomar.

Por desgracia este ser no compartía las mismas ideas:

- Soy Shark. - A ninguno le importaba saber tal información, pero eso no parecía importarle a Shark. - ¿Por qué?, nadie le niega a Usagi. - Como si la información fuera nueva, agrego: - Al menos no sin salir así. - Señaló con la cabeza hacia atrás de ellos, diciéndoles perfectamente que Usagi no aceptaba ser negado. Si alguien tenía las agallas de negarle, saldrían con las tablas en la cabeza.

Por un corto momento Xanxus debatió en qué responder. No tenían el lujo de perder el tiempo, y eso se le fue duramente recordado por Lussuria, quien lo jalo de la chaqueta con rudeza cuando no respondió inmediatamente. No tenía idea, ninguno tenía idea de si se podía confiar en este ser o si decirle algo que no quería oír podría terminar mal. En todo caso, lo único que era cierto era que nadie aquí era un aliado o un neutral.

- Uno de ustedes me dijo que no aceptara tratos. - Tiger ya sabía. Era posible que dijera a los otros cómo era posible que no.

- ¿Uno de nosotros? - Tal información como que era extremadamente alarmante. - Nadie podría haberte advertido, Usagi lo dejaría fuera por meses… - Shark se estremeció, alejándose un poco, como si hubiera recordado algo muy feo.

En lugar de responder, le mostró el papel a Shark, impaciente. Por un momento Shark fue una estatua, y luego preguntó con miedo:

- ¿Quién te dio esto? - Shark sabía la respuesta, pero no podía creerlo. O se negaba a creerlo.

- El otro ente con máscara de conejo. - Xanxus guardó la nota, miles de escenarios pasando por su cabeza. Tiger había reaccionado de forma similar, pero Shark estaba más asustado que él. - ¿Podrías dejarnos pasar? - Perder el tiempo por culpa de un ente que no tenía nada mejor que hacer…

Shark, por desgracia, no se apartó. Aun así, este ente hizo algo que nadie se espero:

- Si uno de nosotros con una máscara de conejo… - Murmuró para sí, incrédulo, y pareció tomar una decisión al terminar: - Si no se separan Usagi hará que lo hagan. Separados o no eso no lo detendrá de nada. - Asintiendo para sí mismo, extendió una mano hacia ellos: - La mejor forma es que se separen, Usagi no puede estar en dos sitios al mismo tiempo.

Era un ofrecimiento. Shard estaba ofreciendo llevarlos, específicamente llevar a uno de ellos a quien sabe donde. Algo cambió ante la nota, ante la noticia, de que Xanxus había sido ayudado por el ente de la máscara de conejo que no era Usagi.

- Vayan con el. - Xanxus cerró los ojos un momento, preguntándose internamente que había cambiado, qué significado tenía este ente que no era Usagi para los demás entes.

Por lo visto, Shark no había venido con buenas intenciones, no si ese cambio radical de actitud decía algo. Aun así, Xanxus no se fiaba de nada. Era mucho esperar que solo la mención de un ente pudiera hacer algo, mucho menos una nota.

Solo esperaba que no fuera a morderles el trasero confiar en Shark. Se separó de ellos en la primera oportunidad, dando con una habitación que, si no supiera mejor, diría que era solo un cuarto de huéspedes.

A diferencia de los otros, él tenía un papel que, por lo visto, podría funcionar para algo más que una simple, pero muy apreciada, advertencia.

~o~x~o~x~o~

Leopard estaba dando vueltas, murmurando cosas de vez en cuando, miles de preguntas en su cabeza de las cuales no tenía respuesta. Su única compañía, Tiger, lo estaba ignorando por los momentos. Tiger estaba buscando algo que pudiera servir, pero como la última vez no encontraba nada. Era un intento inutil, pero por unos minutos de búsqueda no pasaba nada. De igual forma, Tiger tenía que esperar y planear bien su siguiente jugada. No podía hacer lo mismo de la última vez. Por más que quisiera no podía hacer eso si no quería ser inutilizado rápidamente.

- ¡Leopard! - Ante el llamado inesperado, ambos entes miraron en dirección a la única entrada de ese sótano, dando con otro ente que abrió la puerta de par en par sin importarle nada. - ¡Leopard!

- Aqui estoy idiota, ¿que pasa? - Leopard no estaba de ánimo para tonterías. Estaba alterado, lo que había visto no tenía explicación, era una imposibilidad. Pero había ocurrido, Leopard no estaba loco. - ¿Molestaste a Usagi-sama sin querer otra vez? - Se mofo, irritado.

Luego de hacer la pregunta, se encontró con que Shark no estaba solo. Al ver al montón de gente, se preguntó qué demonios había poseído a Shark a traerlos allí de todos los lugares. ¿No era que iba a ayudar a Usagi-sama?, esto era-

- ¡Tiger!, que bueno que estás aquí. - Ignorando la incomodidad de los vivos detrás de él, Shark se acercó como siempre, solo…

Shark no había estado tan nervioso desde los primeros meses que se vieron en esta realidad.

- Shark, ¿por qué los has traído aquí? - Leopard se pregunto, no por primera vez, que diantres pasaba por la mente de ese idiota.

- Si los ayudamos tendrán más posibilidades de ganar. - Leopard abrió la boca para decirle si acaso se había vuelto loco, si en verdad planeaba ir en contra de Usagi-sama, cuando algo descabellado salió de esos labios: - Bunny-chan salvo a Xanxus, Leopard. - No había más que seriedad en esto. - Tiger, toma uno y escóndelo lo más que puedas. - Esto fue un susurro, Shark pasando de un segundo a otro frente a Tiger, como si fuera un secreto en lugar de una petición.

Tiger no diría que no, y esto se vio de inmediato: Tiger acercándose en silencio al grupo, esperando a que alguien fuera con él.

Leopard se ahorró un mal comentario, por supuesto que el grupo conocía a Tiger. Más bien hubo un momento de duda sobre quién iría con él. En todo caso, Tiger soluciono el problema tomando dos al azar y saliendo a toda prisa. No era de extrañar la razón.

No, la mente de Leopard estaba en otra cosa. Shark había usado "Bunny-chan". Ese era el sobrenombre que Shark le había dado a Usagi la primera semana. No paso de alli. Usagi detestaba el nombre, no lo toleraba. La segunda parte, la parte en la que Xanxus seguía vivo…

"Bunny-chan salvo a Xanxus, Leopard."

Usagi-sama salvo a Xanxus. Eso no tenía sentido alguno. Usagi-sama había estado esperando esto por meses. Usagi-sama jamás se sabotearía a sí mismo de tal manera, prefería el juego de uno a uno con el más capaz de todos. Debía de estar sumamente molesto…

- No me estas mintiendo, ¿verdad? - Si no fuera porque Shark estaba con él en complacer a Usagi-sama…

- Lo juro, Leopard. - Tal vez…

La imagen de Usagi-sama con las orejas caídas le volvió a la mente con venganza. No sabía qué pasaba, pero…

- Deer. - Se limitó a decir, antes de sugerir: - Okami, busca a Okami. - Finalmente, al grupo: - Tu, el del sombrero de sapo, vienes conmigo.

Si iba a tener que ayudar a alguien, que fuera el que tenía más probabilidades de meterse en sitios angostos. Eso alargaría su vida, incluso si no era por mucho.

~o~x~o~x~o~

Bel se preguntó una vez más que tenía de especial Bunny-chan para causar tales reacciones en los otros entes. En Leopard había habido un cambio radical, y en Shark también. En Leopard especialmente. Esperaba que Fran estuviera bien, pero sabía que no había nada que pudiera hacer.

Estos entes estaban en la mira de que sobrevivieran el mayor tiempo posible en lugar de ganar el juego. No era tonto, no hacia falta que se lo dijeran, lo habian implicado. Eso no daba buena señal. Ellos, estando tan indefensos, era de esperarse que no quisieran ver a este Usagi. A ninguno de estos entes.

Y, por alguna razón, solo mencionar al ente que había aparecido ante su jefe había cambiado por completo las cosas. El mensaje decía que no se confiara en todos, y aun así eso era lo que estaban haciendo. Xanxus había tirado una moneda al aire que no pensaba jugar, más no tenía muchas opciones, y aquí estaban.

Un ente algo hostil había cambiado de actitud al ser comentado por el otro ente que Bunny-chan había salvado a Xanxus. Ese ente, Leopard, no planeaba ayudar. Shark tampoco, luego del cambio de corazón que de la nada había tenido al ver esa nota.

¿Qué clase de ente era Bunny-chan?, ¿quién era para los otros?, no era cualquier ente, sin duda alguna.

Ninguno de estos entes quería ver a Usagi, no realmente. Le tenian miedo. De otra forma al menos intentarían que lo vieran en lugar de saltar directamente a intentar ocultarlos el mayor tiempo posible. Por Dios, Shark estaba jugueteando con la funda de su espada como si esperara una pelea en cualquier momento. No, nada de esto pintaba bien.

- ¿Este lugar es infinito? - Lussuria preguntó en voz baja, luego de pasar por una sala de solo ropa.

- No, pero sin duda parece así. - Shark miraba a todo como si algo fuera a saltar. Los entes tenían miedo de Usagi. - No creas en todo lo que ves, nada es real. - Justo a tiempo, pensó para sí, viendo que entraron a una cocina de cosas de una morgue.

Y aun así, teniéndole miedo a Usagi, la mención de Bunny-chan los había puesto en esto, probablemente desobedeciendo a Usagi. Si los gritos desgarradores de Mammon decían algo, lo que les esperaba no era lindo. Los entes debían de saber mejor que ellos lo que les esperaba, y aun así…

- ¿Podrías hablarnos de Bunny-chan? - Solo para suavizar un poco la pregunta: - Lo único que sabemos es que Xanxus nos dijo que era idéntico a Usagi.

- Usagi debe ser bastante lindo, Bunny-chan lo es. - Lussuria agregó, recordando al ente con máscara de conejo que vestía de blanco.

- ¿Lindo? - Shark preguntó sin pensar, tomado por sorpresa. - Bunny-chan vino primero que nosotros, murió primero… - Había algo más que solo dolor y remordimiento en esto. - Trató de salvarnos de esto, pero falló, y desde entonces no ha sido él mismo. - Eso le sonaba… oh.

Sonaba casi igual a lo que se le había propuesto a su jefe, por lo visto. Usagi no era buena cosa, en lo absoluto. Como si necesitara más puntos a favor para saber eso…

Se llevó por delante a Lussuria gracias a una parada abrupta por el ente que los guiaba, quien hasta desenvainó su espada y… ¿les estaba señalando que siguieran hacia la izquierda?

La razón de esto la encontró en un momento, bajo la forma de un ente de blanco, con una máscara de conejo con las orejas abajo.

- ¡Bunny-chan! - Quizás no debió de haber abierto la boca, pero en su defensa solo fue sorpresa.

Las orejas del ente fueron de inmediato hacia arriba, como un verdadero conejo, y la cabeza de ese ser subió y giró para verlos. Mientras que Shark se preparaba para una pelea, tenso e incierto, Bunny-chan ladeo la cabeza, orejas bajando otra vez. Detrás de Bunny-chan, a sus pies, parecía haber una especie de grabado, cosa que tomaba fuerza ante el destornillador que Bunny-chan tenía en sus manos.

Bunny-chan levantó una mano e hizo un gesto inconfundible antes de desaparecer. Por un momento creyó que era dirigido a ellos, pero un leve jalón y seña de Lussuria le mostró que, a pesar de las apariencias, estos entes podían derramar lágrimas. Incluso con una máscara en la cabeza.

- Vamos a ver que dejo, Shark. - Era poco visible, pero las lágrimas estaban allí. Jalandolo de la manga, agregó: - Creo que estaba escribiendo algo con ese destornillador, vamos a ver. - Bunny-chan era algo raro, pero ya que Shark había mencionado hace solo un rato que no había sido la misma persona desde que murió a manos de Usagi…

Era una imagen cruda de lo que parecía un pollo en llamas.

- Phoenix… - O quizás no, si el asombro y el bajo aliento de Shark ante la imagen decía algo. - Por supuesto…

- ¿Un amigo? - La risilla casi histérica no daba buena pinta.

- Es uno de los más fuertes, no sé si ayudará. - Viendo la imagen… lo dudaba.

- Bunny-chan no ha hecho más que ayudar. - Lo quisiera o no: - Nos guio a Quimera. - A Mammon. A su querida amiga Mammon.

Shark pareció mirarlo por un momento, y Bel estaba casi seguro de que estaba sonriendo al decir:

- Primero tenemos que buscar a alguien más y separarlos. - Ah.

Solo para aumentar las probabilidades de supervivencia. Cierto.

~o~x~o~x~o~

Todo iba perfectamente bien, en lo que se podía decir tal cosa, hasta que de un momento se oyó una risilla que le puso la piel de gallina inmediatamente:

- Shishishishi… - No fue al único, porque Tiger inmediatamente sacó sus armas.

No hubo tiempo de nada, nada de nada, cuando vieron a un ente lleno de sangre con una máscara de conejo que tenía demasiados dientes para ser normal o saludable para él. Tiger había parado un cuchillo de carnicero a duras penas, y por ello comprendió la paranoia de Tiger. Usagi era un ente increíblemente veloz y fuerte, había movido dos pies a Tiger con solo un ataque.

Lo peor era que el ataque no era para Tiger, era para ellos. No quedó en un solo ataque, y por desgracia Tiger no logró detener el tercero.

- Quítate del camino. - Era una orden en forma de sugerencia. - ¿A menos que quieras ocupar su lugar?, estoy sumamente aburrido. - Tal comentario, en medio de una lluvia de cuchilladas, fue un golpe bajo por la reacción desfavorable de Tiger.

- ¡Idiota! - Usagi recibió el golpe de lleno, y quedó mortalmente quieto, con la cabeza hacia atrás luego de un chasquido enfermizo. - Nunca, nunca, le demuestras a un enemigo temor.

- ¡Es un mal momento para enseñarle Leviatán! - Sin poderlo evitar, tomó a ambos de lo primero que vio y jalo. - ¡Esa cosa no puede estar muerta!, ¡muevanse! - Porque por más chasquido enfermizo y por más ángulo antinatural que esa cabeza estuviera, ese cuerpo no había caído y Usagi no era humano. Ni siquiera había soltado el-

- Parece que no serán tan aburridos como creí… - Lo que parecía ser una lengua demasiado larga salió de esa máscara, justo antes de que ese ser se moviera y levantara la cabeza como si nada hubiera pasado, mostrando más colmillos que otra cosa. - Te castigare mas tarde, Tiger.

Maldijo por lo bajo y soltó rápidamente antes de quedarse sin brazos, corriendo en cualquier dirección sin mirar atrás, las risas divertidas justo detrás antes de que hubiera sonido de golpes. Igual no se detuvo, y menos mal que no lo hizo, porque el sonido de risas volvió al poco tiempo.

Su suerte era pésima y estaba a punto de maldecir en voz alta, porque no tenía siquiera un tubo con qué defenderse, cuando sintió un dolor agudo en su hombro. No necesitaba ver para saber que, a pesar de todo su movimiento, tenía un cuchillo de carnicero clavado en el hombro izquierdo.

- ¿No podías perseguir a alguien más? - Se quejó, mirando a todos lados solo para confirmar que no había más salida que la entrada. ¿Por qué siquiera había una piscina en todo esto? - ¿O darnos armas? - Siquiera un tubo para parar esa cosa…

- Has sido muy, muy aburrido~ - ¿Que supone que significaba eso?

- Pues perdón por serlo, majestad. - Hacer esto no era muy inteligente, pero si solo pudiera… - ¡VVVVVOOOOOOOOOOIIIIIII!

Solo podía oír las risas divertidas del ser que le había parecido una buena idea romper el piso no sabía ni quería saber cómo. Maldijo por lo bajo y agradeció que aún tenía su prótesis, salvándose de morir por un cuchillo en el pecho por un ente lunático que no tenía nada mejor que hacer.

Ni siquiera pudo entretenerlo un minuto, fue lo ultimo que paso por su cabeza antes de que todo se volviera negro

~o~x~o~x~o~

- Maldita sea. - Esperaba que Squalo estuviera bien, pero con eso…

Era como ver a un tigre con un ratón. Con razón todos le tenían miedo a ese ser. Tiger de broma pudo detener algunos ataques, nada más. Y Tiger era otro ente.

- Quedatelo. - Fue lo que le dijo Tiger, de malhumor, cuanto le presentó su tonfa robada. - La necesitas mas que yo. - Ah. Tiger estaba molesto porque perdieron a Squalo.

- ¿Siempre es así de salvaje? - Correr y hablar no eran la mejor combinación, pero… luego de ver eso quería poner la mayor distancia posible.

- Está molesto. - Fue la única explicación que dio el ente con máscara de tigre, como si eso por sí solo explicará todo.

- ¿Y cuando no lo está? - Porque no podía imaginar estar atrapado con una cosa así sin siquiera poder morir para librarse de tal destino.

- La cacería será más larga, dependiendo de cuanto se divierta con la presa. - Hizo una mueca. No se ganaba una con ese ser, huh.

Tiger no era muy hablador. Y no sabía que podría preguntarle sin hacer las cosas peor. Por los momentos solo podía pensar en Squalo, y la posibilidad de que sus otros compañeros hubieran pasado ya por ese terror.

Usagi era un demonio, no tenía duda de eso.

~o~x~o~x~o~

Cuando Squalo abrió los ojos, lo primero que pensó era que estaba muerto. No tardó en darse cuenta de que no era así, tenía mucho dolor como para estarlo. Primero su cabeza, como si lo estuvieran golpeando con un martillo, luego su espalda, y de último su hombro. Intentó levantarse, solo para caer de bruces casi inmediatamente. Gracias a esto, noto el accesorio extra en su brazo. Genial, ahora solo podía un solo brazo.

- Desgraciado… - Masculló con amargura, levantándose con dificultad.

Tan pronto lo hizo se topó con dos entes. Una máscara de búho y la otra… ¿eso era una oveja?

- ¿Amigos de Bunny-chan? - Porque si no lo eran… - ¿Por favor sean amigos de Bunny-chan? - Parecían solo estarlo mirando, uno de ellos tenía… ¿vendas?

Ambos entes se miraron entre sí, cómo se estuvieran diciendo algo entre ellos. Squalo no sabría decir qué podría ser eso, pero eso era lo de menos. De hecho, ni le importaba. La verdad lo único importante era si estos entes eran amigos de Bunny-chan o no. Si no lo eran, ya estaba más que muerto. Sin embargo, viendo que aún estaba vivo, viendo cómo estaban las cosas, Squalo no creía que ese fuera el caso.

- ¿Bunny-chan? - Preguntó uno, en voz baja, más Squalo no sabría decir quién.

Años de entrenamiento fue lo que le permitió detectar la incertidumbre en smbos entes, uno bajo la forma de apretar nerviosamente las vendas que tenía en manos, y el otro por cómo apretó un puño cuándo creía que no estaba siendo visto.

- Mascara de conejito de felpa. - Squalo no perdió como ambos entes se estremecieron ante tal descripción. Era como si… oh. - No, no Usagi. Se parecen mucho… - Quizás eran familia, hermanos. Para saber… - Diganme que son amigos de Bunny-chan y no del psicópata bañado en sangre con un cuchillo de carnicero. - Y hablando del cuchillo de carnicero…

Metal y plástico hicieron un chasquido enfermizo, pero no solo rodo los ojos y maldijo por lo bajo. Inutilizable, tendría que lanzarselo a alguien en la cara y eso si quería estarlo cargando encima como alguna especie de recuerdo con el cuál no haría absolutamente nada. Quedar con solo un brazo funcional… Al menos aún estaba vivo, Usagi no andaba jugando. ¿No era algo un tanto contraproducente?, supuestamente todo esto era un juego de supervivencia en la forma del juego del escondite. Si no quería pasar por todo esto, ¿por qué Usagi no los mató desde el comienzo?

No era como si estuviera dándole puntos a favor. Por todo lo que a él le valía, Usagi tenía todos los negativos posibles que se le podía dar a alguien qué buscará matarlo y de paso hacerlo de la forma en la que quisiera con lujo y detalles. ¿Cómo siquiera terminaron en esto?

- Bunny-chan es solo una mentira de tu parte. - ¿Ah? - Aquí solo-

- Lo que mi amiga quiere decir es que se nos dificulta mucho creerte. - La interrupción fue abrupta, al punto de que uno golpeó al otro para que no dijera más. - Usagi es el gobernante, nadie se atrevería a usar su máscara.

- Bunny-chan es casi una copia, si le quitas toda la sangre y las malas pulgas. - Squalo tenía el presentimiento de que Bunny-chan no era cualquier ente. Usagi aún no debía de saber, o lo estaba buscando. - En fin, ya que no van a matarme… - Y no parecían creerle o querer hacer más: - Muchas gracias por tratarme. - Lo menos que podía hacer, suponía, era dar las gracias.

Ninguno de los entes dijo nada más o trato de seguirlo, pero podía sentir el peso de sus miradas en su nuca. Quizás gran parte de eso se debía a qué no veía nada útil ni una puerta, solo un espacio extrañamente vacío. Tenía el presentimiento de que, aparté de tratarlo, estos entes lo habían movido de sitio. Solo esperaba que, si eso era cierto, entonces sirviera para colocar distancia entre el y el ser que lo quería muerto con el resto de su familia.

Saber que, muy posiblemente, estos dos entes y los demás que había visto y vería podían no ser más que víctimas de Usagi no ayudaba a su confianza de que pudieran lograr salir de aquí con vida. A pesar de eso, la idea de quedarse atrapado en este lugar con ese psicópata… No hacía falta pensar mucho o ser un genio para saber porque los demás entes parecían temerle a Usagi.

- Genial, justo lo que me faltaba. - Murmuró para sí con los ánimos bajando aún más. - ¿Para qué demonios hace falta una sala de bolos? - Y uno cuyas bolas de boliche eran nada más y nada menos que cabezas cercenadas.

Ver los rastros de sangre y seguirlos con la vista para dar con huesos haciendo las veces de blancos, dando con paredes y vayas con parches de piel y sangre… La leve luz no ayudaba, amenazando con desaparecer por completo.

- Un asco, un completo asco. - No daba miedo, sino asco. Tanto por la vista como el horrible hedor de la putrefacción. En su opinión, no había peor olor que eso. - ¿Quién anda ahí? - Llamó, buscando en vano su espada a pesar de que sabía que no estaba, buscando con la vista tanto el causante del extraño ruido como la salida más cercana.

- ¿En serio viste a Usagi siendo bueno? - Suave, muy suave y temerosa, como si el ser temiera siquiera pronunciar las palabras.

Squalo se congeló, temiendo que esto fuera una trampa para bajar su guardia o que Usagi hubiera cobrado niños entre sus víctimas. Honestamente prefería que fuera la primera que la segunda, pero viendo como ha sido su suerte últimamente…

Su temor se volvió una realidad cuando oyó el sonido de lo que supondría eran pisadas y dio con una pequeña figura de negro y grandes ojos verdes, de felpa.

- Usagi no. - El niño no podría tener mas de 5 años. - Bunny-chan. - Corrigió suavemente, aún sin bajar su guardia.

Si no era una trampa, igual tenía el pelogro de que viniera alguien más o de que Usagi volviera. No creía poder sobrevivir una segunda vez, pero eso no quería decir que no iba a intentarlo y si no podía… buscaría lograr distraer a Usagi el mayor tiempo posible. No había nada más que pudiera hacer.

Tal y como estaban las cosas, sería ideal volver al punto de partida. Ya que había visto a Usagi, hacer tal cosa sería ganar el juego y, si en verdad se podía confiar en la palabra de un ente malévolo, salir de aquí. La realidad era que no sabía en dónde demonios estaba, así que no tenía idea de como volver, o a donde esconderse. Ni siquiera tenía un indicio de a donde ir. En conclusión, nada había cambiado: su misión era sobrevivir el mayor tiempo posible. Si lograba llegar al inicio, bien, pero no era su prioridad.

- ¿Bunny-chan? - La voz fue un poco más fuerte, ilusionada. El pequeño incluso sacó un poco más la cabeza detrás de la puerta en la que se escondía.

Nuevamente maldijo todo internamente. Como si saber que muy posiblemente en verdad estsba viendo una víctima extremadamente joven…

- Si, Bunny-chan. - Confirmó, mirando de reojo al ente. Mejor prevenir que lamentar, se dijo así mismo mientras se acercaba a la salida más cercana, la cual estaba a unos pasos y extrañamente estaba cerca de las bolas de boliche. Sitio raro para una puerta, pero no tanto como todo lo demás.

- No entiendo, solo Usagi usa máscara de conejo. - No había tanto miedo ahora, solo pura confusión.

Hizo una pausa al ver al ente que se había acercado a un paso alarmante, casi en un pestañeo, sin hacer más ruido que suaves pisadas. Pequeño, vestido de negro, la mascara de un gato con grandes ojos verdes. ¿Por qué la temática de máscaras y animales?, ¿era siquiera necesario?

- ¿Solo Usagi? - Preguntó sin pensar, su mente aún enfocado en el ser pequeño demasiado cerca, solo mirándolo y probablemente esperando alguna respuesta a lo que sea que tenía dudas. Sea lo que sea. - Extraño, porque vi a Bunny-chan y también a Usagi. - Y el punto en común era que todos le temían a Usagi. - Ambos son muy parecidos, pero Bunny-chan no va por ahí bañado en sangre y con armas encima. - No es que las armas hicieran mucha falta, tenía esa horrible impresión y no solo por la fuerza y velocidad descomunal de ese ente en específico.

- Tipo raro no entiende. - El niño hizo énfasis en la última parte, como cualquier niño exasperado.

- ¿Acabas de llamarme tipo raro? - Preguntó divertido con una ceja arqueada. En fin, estaba perdiendo mucho tiempo en tonterías. Con eso en mente, colocó la mano en la maniña y comenzó a girarla.

- Solo Usagi usa una máscara de conejo. - El niño estreso el nombre de Usagi con un tono peculiar. - No existe otra máscara igual, es única. - Con más énfasis: - Usagi no permitiría a nadie más portarla, el castigo es horrible. - En voz muy, muy baja, el niño murmuró con tristeza: - Usagi rara vez se la quita, odia estar sin ella…

- Oh… - Solo por no pensar mal aún: - ¿Me imagino que pueden aparentar otras formas o hacer ver cosas…? - Porqué de otra forma…

- Se puede intentar, pero no de verdad. - El ente con la máscara de gato se encogió de hombros antes de preguntar: - ¿De verdad viste a Usagi siendo bueno?

Según este ente, que dudaba ahora que estuviera mintiendo por dos razones, Bunny-chan no existía. La primera era porqué era un niño, aparentemente. La segunda era el énfasis que estaba haciendo en ese hecho, al punto de dar razones, explicaciones, al porqué el ente conocido como Bunny-chan no existía. Razones que, si eran ciertas, podrían ayudar, así fuera en molestar a Usagi de sobremanera si hacía falta. Squalo no creía que fuera buena idea molestar a ese ente aún más, pero nunca estaba demás, así solo fuera para provocar que Usagi se centrará en él. Volviendo al punto, si el ente conocido como "Bunny-chan" no existía…

Squalo abrió la boca, sin realmente saber cómo responder tal cosa, cuándo el ente con máscara de gato chilló con miedo y corrió detrás de su piernas. Tal y como un niño escondiéndose detrás de la falda de su madre. No entendía que posible defensa pudiera presentar para este pequeño ente, pero no tenía tiempo para cuestionar lo que sea que pensaba dicho ente. Su alarma duró unos segundos a máxima potencia, para luego relajarse al ver a un ente con una máscara de conejo y nada de sangre, y su alarma volviera a un nivel más moderado. Si "Bunny-chan" en verdad no existía…

El ente tenía pinta de llevar un rato allí, en completó silencio, una oreja arriba y la otra abajo. Ambas manos entre ellas, la cabeza un poco hacía un lado, como si estuviera interesado en la conversación y hubiera estado escuchando sin ser invitado. No tenía ni una gota de sangre encima, y realmente esa máscara parecía la cabeza de un conejo de felpa.

- Él es Bunny-chan. - Presentó sin realmente saber que pensar de todo esto gracias a la información que se le había presentado en los últimos minutos. - ¿O debería decir Usagi? - No sabía qué pensar, si era honesto.

Shark, Leopard, Tiger y Chimera… ninguno dijo nada más que un nombre, si mal no recordaba. El que comenzó tal cosa fue Shark, o a menos fue el primero en-

- Cree que eres Usagi. - El pequeño de ente había comenzado a llorar a lágrima viva, mientras que "Bunny-chan" solo se agachó y extendió una de sus manos al pequeño.

"Bunny-chan" levantó la vista hacía él y por un momento no hizo nada más. Luego, se oyó un profundo suspiro antes de que volviera a levantarse, jugueteando con algo en su otra mano.

- ¿Uh? - ¿Un papel? - ¿Gracias? - No había nadie para cuando dijo esto, quedando solo con un papel en mano y un pequeño ente apaciguado su llanto al ver que "Bunny-chan" se fue.

"Pide ver a Deer,

busca a Cerberus.

Si me ves, corre."

La última advertencia era muy similar a la que le había dado a Xanxus. Esto no pintaba bien, en nada.

- ¿Conoces a un tal Deer? - No entendía el mensaje, pero esos eran nombres. - ¿O a Cerberus? - Hasta ahora Bunny-chan no había hecho más que ayudar, incluso si solo era dando direcciones.

"Bunny-chan" no había negado ni afirmado que era Usagi.

Si antes creía que había algo fuera de lugar, ahora aún más.

- ¡Mamá! - El pequeño ente asintió rápidamente, ahora alegre. Squalo se sintió enfermo ante la nueva información. - Por aquí, por aquí~

~o~x~o~x~o~

- Así que… - De seguro lo llamaria meriche, pero no podía más con la curiosidad: - ¿Es Bunny-chan algún familiar tuyo? - Porque tal reacción solo por el nombre…

Casi se lleva por delante al ente con máscara de leopardo, quien se detuvo abruptamente ante la pregunta. Muy bien, tal vez Leopard no solo le diría metiche, no con tal abrupta parada y tal silencio. En medio de lo que parecía ser una carnicería de cosas que no quería ni mirar, esto no se veía bien. Debió de haber mantenido la boca cerrada. No le había costado tanto con todas las habitaciones raras, ¿no podía haberlo hecho con esto también?

- En cierto modo. - El ente asintió de todas formas, lentamente, como si considerara la pregunta. Huh, no debían de ser familia de sangre, mínimo. - Era mi mejor amigo. - Arqueó una ceja ante tal lamento.

- ¿Era? - Fran debería de mantener la boca cerrada, pero le valía un colmillo. - No parece, de otra forma no hubieras tomado la noticia de forma positiva, rarito. - Y sea como sea: - Con todo y todo, a pesar de que este lugar es horrible y sea peor de lo que aparenta, y tengan a ese psicópata de Usagi encima, ¿no siguen juntos? - Ahora que lo decia, se le hacía bastante raro tal situación.

Fran no notó como Leopard se tensó ligeramente ante estas palabras, su siguiente duda en la punta de la lengua:

- ¿Cómo siquiera oír de Bunny-chan es tan sorprendente?, a Shark le iba a dar algo también. - Abrió la boca para comentar que, si todos estaban juntos, tal cosa no tenía sentido, pero no llegó a decir nada cuando fue jalado bruscamente del brazo.

- Esperemos que nunca lo entiendas. - Esa fue su respuesta, y en poco tiempo estaba jadeando y tratando por todos los medios de mantenerle el paso a un ente que, por alguna razón, estaba casi volando en lugar de correr.

Si esto era un desquite por haber abierto la boca, Fran lo entendía más no lo apreciaba. Podría haber sido algo peor, así que no se quejaba-¡Crash!

Se vio en el suelo, sentado con dolor en la retaguardia, viendo el cuerpo inmóvil de Leopard sostenido a la pared por una lanza que lo atravesaba en la cabeza. Sangre goteaba por dicha arma al suelo, y a la mano del ente que había atacado. Era un ente con una máscara que parecía un lobo, uno con grandes ojos y muchos colmillos. No se veía para nada amigable.

- Luego me haré cargo de ti, no te preocupes, me asegurare de que sea muy especial~ - No había más que irá y rencor en ese tono, el culpable soltando la lanza y dejando el cadáver de quien era su guía colgar de la lanza. - Recibir ayuda es hacer el juego demasiado fácil, ¿no lo crees? - Este ente, un poco más pequeño que Leopard, no deseaba una respuesta a pesar de haber hecho una.

Viendo las fauses de esa máscara, mostrando dos pequeños y extraños puntos detrás del montón de dientes ensangrentados en una negrura sin fin…

- No. - Más que intimidarlo, solo le daba curiosidad. - No tengo nada con que defenderme y ni siquiera tengo un mapa, tu eres el tramposo. - Acusó levantándose, tratándose de ignorar como ese ser sonreía cada vez más, una lengua demasiado larga para ser normal saliendo de esa máscara. Era una advertencia. - Te sabes todo el lugar, tienes acceso a armas y a mucho más, y tienes fuerza y velocidad desconocidas más no humanas. - Se arrepentiría horriblemente de todo esto, estaba plenamente consciente de ello, pero: - ¿Que tanto se puede estirar?, ¿puedes sacar otra lengua de allí?

Si salía vivo de aquí estaba haciendo una copia de este ser, para hacerle la vida triste a la gente en las salas de tortura. El resto no lo querrá ni ver, pero eso no quería decir que no podría divertirse a costillas de los idiotas que igual iban a pasar por cosas feas para sacarle información. No era nadie para negar una buena idea, incluso si esta venía de un ente demoníaco que quería matarlo porque sí.

- ¡Qué mal anfitrión! - Se quejó, esquivando algo que no creyó tener que esquivar.

Mientras corría lo más rápido posible, tumbando cosas para que el ser no pudiera darle y quizás retrasarlo, se dijo así mismo que tal vez debería de guardarse más sus opiniones. Los sonidos similares a gruñidos de lobo potenciados con un chirrido alarmante que de seguro podría despertar a los muertos, y las enormes garras que no habían estado allí antes, solo eran lindos aditivos. Lo verdaderamente interesante era la máscara que se había abierto lo suficiente, imposible para un ser vivo y probablemente también para un peluche sin romperlo, mostrando lo que parecían ser ojos. Tenían el tamaño necesario, dos esferas brillantes, de un color naranja tirando a rojo. Era interesante saber que detrás de la máscara había una cara, era una lástima que no pudiera ver más que los orbes brillantes que. Más ttiste era la incapacidad de poder verlo bien, de apreciar tal cosa como quería, para poder replicarlo si salía vivo de-

- ¡Esto si que es una trampa! - Se quejó lo más fuerte posible, sin molestarse en tratar de aferrarse a algo para salvarse.

Primero por qué no iba a lograrlo, y segundo porque si lo hacía no le daría el tiempo de salir de allí antes de que el ente demoníaco le saltara encima y lo empalara con esas garras.

Como si no fuera suficiente con estar en un lugar gigante y tenebroso con monstruos sin tener idea de nada y sin siquiera un mapa, también tenían que agregarle trampas ocultas. Que suerte la suya pisar un interruptor y-¡Clic!

Pestañeo tontamente varias veces, justo a tiempo para oír el sonido inconfundible de un grito furioso a unos pocos metros. Tal distracción le hubiera costado la vida si el monstruo de antes supiera en dónde estaba. Ni él mismo estaba seguro de que había pasado exactamente, paso de caer a de la nada ser empujado por una pared a solo Dios sabe dónde.

Pestañeo otra vez luego de girar la cabeza para ver, tratando de ignorar los chirridos y ruidos de algo que lo quería matar. La razón no eran las sillas, la mesa, ni siquiera las tazas de té. Tampoco los cofres en un rincón ni el baño algo escondido. No, nada de eso.

- ¿Hola? - Saludo dudosamente en voz baja, levantando una mano solo para hacer una mueca. Mejor un mal golpe que ser empalado vivo.

Con una taza de té en mano, sentado en una de esas sillas, estaba un ente que, con todo respeto, parecía salido de una pirámide. Una esfinge.

- Y yo que pensaba no interferir… - Arqueó una ceja ante esto.

- Solo dime por dónde salir. - Y se evitaba todo este problema de saber si el nuevo ente era de fiar o no. - Definitivamente, Bunny-chan es el más decente de todos ustedes. - No era un psicópata de primera, un mal educado o un infeliz. Bueno, la última era debatible porque francamente no sabía qué motivación tenía Bunny-chan en siquiera aparecer.

- ¿Bunny-chan? - El ente con máscara de egipcia indagó, ladeando la cabeza ligeramente.

No perdió el interés y el desconcierto que este ente estaba intentando pasar solo como mera curiosidad.

- ¿Es Bunny-chan alguna clase de leyenda o que? - Porque francamente: - Es como si dijera que ocurrió un milagro. - Incluso si este ente estaba haciendo un gran esfuerzo en aparentar que nada le importaba tal noticia. - El hermano no psicópata de Usagi, ya sabes, el que no va por ahí cubierto de sangre como si fuera moda. - Definitivamente estaba recreado ese monstruo en cuanto tuviera la oportunidad. Haría el trabajo mucho más fácil en las salas de torturas, eso era seguro.

- Me temo que no conozco a Bunny-chan. - El ente aclaró con cuidado, dejando la tasa de té a un lado. No tenía ni idea de como iba a tomarse eso teniendo una máscara encima, pero bueno, eso no era importante. - Solo quienes lo conocieron en vida pueden decir tal cosa, me temo. - ¿Ah? - ¿Me cuentas como es?, te llevaré a la sala de recreación a cambio. ¿Suena bien?

Ni idea de a dónde quedaba eso, para qué podría servirle, o quién podría conseguirse allí. De por si este ente no era de fiar.

- Solo llévame lejos de Usagi. - Los chirridos aún sonaban, solo que un poco lejos. En cualquier momento podría venir a buscarlo y lo último que necesitaba era volver a huir de algo que estaba más que dispuesto a destriparlo tan pronto lo viera. - Muy, muy lejos. - No servía de mucho poner distancia con un ente que, aparentemente, podía teletransportarse a voluntad. Eso no quería decir que tuviera un mejor plan.

No es como si pudiera volver, no estaba tan pendiente del camino como de escaparse de Usagi, y tampoco era como si pudiera rescatar o ayudar a Leopard. ¿Tal cosa era siquiera posible?

No valía la pena el riesgo de cualquier forma.

~o~x~o~x~o~

-... sano. - Concluyó Shark, ignorando completamente lo mal que sonaban sus palabras. - Usagi no siempre fue una mala persona. - Aclaró en voz muy baja, añorando algo que solo él era capaz de ver.

- Shark, por más buena persona que haya sido, eso no disculpa o justifica lo que hace ahora. - Pero podía entender, los demás también, estaba seguro de ello.

Bel encajó sus uñas en su brazo, una clara advertencia de que no olvidará con quién rayos estaban hablando. Un ser que, si no fuera por la mención de Bunny-chan, bien podría haberlos intentado matar el mismo.

- No. - Shark se encogió de hombros, confirmando que este ente era leal a Usagi. Extrañamente parecía ser más leal a Bunny-chan que a Usagi. - Pero no es su culpa ser así ahora. Podría ser peor, podría ser alguien más quién estuviera a cargo. - ¿Peor cómo?

- ¿Alguien más? - Tal vez algo así sería mejor, pero no creía tal cosa.

- Hmmm… - Shark pauso, mirando por las esquinas antes de salir y darles la señal de continuar. - Quién mató a Usagi ama la cacería humana, al igual que sus amigos. - Ese comentario, un tanto alegre para tales palabras, era la respuesta de Shark. Al igual que su forma de decir que no preguntaran más porque no querían saber más.

- Plural… - Dio un vistazo al príncipe, solo para que le susurrara con más énfasis: - Hablo en plural. - Arqueó una ceja ante esto, y abrió la boca para preguntar sobre tal observación cuando un chirrido horrible llegará a sus oídos.

Un horrible chirrido que congeló inmediatamente a Shark, y siguió con lo que parecían ser golpes y… ¿acaso esos eran gritos?

Lo próximo que sabía era que fue jalado con suma rudeza, viendo a una criatura horrible que dejaba a Usagi tonto en el nivel de terror. Lo que más vio, o lo que sus ojos captaron más que nada, eran los grandes orbes naranja tirando a rojo, demasiado brillantes para ser humanos, envueltos en negrura y cerca de muchísimos dientes largos y afilados, cubiertos en sangre y restos de carne, como si hubieran atacado a alguien recientemente.

- ¿A qué demonios juegas Shark? - Fue el susurró molestó que lo trajo de vuelta a la realidad.

Bel estaba extremadamente pálido, su vista dando al pasillo vacío, siguiendo los chirridos que se oían demasiado cerca para su comodidad. Las manos le temblaban, pero eso podría ser tanto miedo como emoción. Él tenía el corazón en la garganta, por lo menos.

- ¡Bear! - Al menos alguien estaba feliz, incluso si sonaba más aliviado y aterrado que otra cosa. - ¡Sheep!

- Usagi está súper molestó, ¿qué demonios hiciste? - Bear si no estaba alegre, regañando a Shark en susurros. - No es momento para juegos, Usagi nunca te lo agradece Shark, nunca lo hace-

- Bunny-chan apareció Bear, ¡Bunny-chan! - En otro momento sería divertido y chistoso ver a un ente tan grande actuar como un niño de 5 años que había recibido una bolsa de dulces entera. O había sido llevado a la tienda.

- Chicos, no quiero arruinarles nada, pero no me siento muy cómodo con esa cosa rondando tan cerca. - Bel tampoco, eso era seguro.

Los dos entes discutiendo se detuvieron abruptamente, justo a tiempo para oír repentino y escalofriante silencio en lugar de chirridos.

La verdad, Lussuria no fue sorprendido de verse jalado y arrastrado a máxima velocidad. Tampoco se vio sorprendido de que Bel lo usara como transporte al no poder seguir bien el paso. Nadie habló ni dijo nada, no por un buen rato, no hasta que terminaron en lo que parecía ser una sala de billar cerca de un bar.

- ¿Bunny-chan? - Fue lo primero que se dijo, y fue por nada más y nada menos que el ente con máscara de oso y buen cuerpo. Era el único ente musculoso que había visto hasta ahora. - Si Usagi te oye-

- ¿Supongo que Usagi no le gusta tener un gemelo? - No creía que fuera buena idea interrumpir, pero Bel ignoró su advertencia.

- Así que es verdad… - Bear no parecía feliz o molesto por esto. - Sheep vino a preguntarme, oyó algo similar de parte de un tipo de pelo muy largo. - Squalo, solo podía ser Squalo.

- Usagi no está feliz, fue más agresivo de lo esperado. - Sheep era una dama, una bastante joven, sólo por la voz.

No hacía falta mencionar tal cosa, no después…

- No me digan que el monstruo de hace rato es Usagi. - Los tres entes se miraron y luego lo miraron a él antes de sentir lentamente. - Maldición…

Esto hacía las cosas mucho más complicadas

- ¿Puedes llevar uno con Okami o Cerberus? - Esto, por más que se deseará decir otra cosa, fue una súplica y no una petición.

- ¿Y que Usagi me castigue otra vez? - Bear bufó, cruzándose de brazos. - No vale la pena, no van a sobrevivir. - Que esperanzas, cielos.

Ignorando el hecho de que estaban hablando de ellos como mercancía de contrabando o algo similar, no hacía falta recordarles que estaban en una situación muy mala, y que las probabilidades de que salieran vivos eran muy bajas. De verdad que no hacía-

- Yo lo haré. - Interrumpió el único ente feminino del grupo, cortando la discusión de los otros dos entes de tajo.

- No. - Bear sentenció inmediatamente. - No harás tal cosa Sheep.

- ¿Quieres que me quede mirando y esperando como la última vez?, ¿mientras Usagi igual hizo de las suyas como siempre? - Shark miró entre ambos entes como si quisiera desaparecer. Auch. - Hoy es el único día que importa, Usagi no va a cambiar, sobreviva alguien o no. Déjame hacer algo mientras podamos hermano. - Oh. Ya entendía la incomodidad de Shark.

Y también quería estar lejos de la discusión familiar. Por desgracia, tal cosa no se podía. La discusión no parecía que fuera a ser de corta duración tampoco...

~o~x~o~x~o~

Dolor. Dolor, solo dolor. Eso era lo único que podía registrar, lo único que sentía y lo único que sentiría por solo Dios sabe cuánto tiempo y no había nada que pudiera hacer al respecto. Al menos no por su cuenta. Pensar no era posible, el dolor era inclemente, insoportable e inescapable. Moverse, hacer algo era imposible. Había sido inutilizado, su cuerpo no respondía en nada. Lo último que recordaba era correr y luego un dolor indescriptible. No sabía cuánto tiempo llevaba así ni cuánto tiempo pasaría de tal modo. No era, exactamente, algo nuevo. Podía reconocer levemente su situación, podía recordar brevemente lo último que había estado haciendo. Antes no podía ni recordar su propio nombre.

Al principio creyó que era solo su imaginación, que el suave tacto de algo pequeño sobre su cara no era más que un posible delirio o un sueño. Por tanto, fue tomado completamente por sorpresa ante un dolor muy fuerte, uno que duró muy poco. Tampoco era algo precisamente nuevo. Aún así, cualquier cosa que espero no fue sentir manos sobre su rostro y su cabeza al recobrar un poco el sentido. Lo mismo iba con sentir algo suave debajo de su cabeza. Todo eso era nuevo, una experiencia nueva.

Usagi no esperaría más que unos minutos antes de continuar con su juego, con su castigo, o simplemente molestarlo. No era nada personal, Usagi era así. Las otras veces, en especial si era alguien más, no sentiría nada más que dolor mientras dicho dolor iba desapareciendo poco a poco hasta que estuviera como si nada hubiese ocurrido. Este no era ninguno de esos casos.

Por más qué quería que su cuerpo respondiera, por más que quería ver qué pasaba, quién estaba con él, no podía. Realmente quería saber quién. Dudaba mucho que fuera alguno de los otros, nunca habían hecho esto entre ellos para no darle más razones a Usagi de molestarse. Usagi, obviamente no era el caso. No podía serlo.

Mientras el dolor bajaba, sus sentidos volvían, su atención también. Eran manos humanas, suaves y cálidas manos humanas. Había alguien con él, alguien que lo tocaba como si fuera vidrio. Sea quien fuera, no podía sentirlo como tal, no como a los otros. No parecía tener un aura, no había nada que indicara que estuviera allí excepto el tacto que estaba teniendo en su cabeza, en su cabello mayormente. No había siquiera una respiración, porque no podía oírla. Si bien no era necesario para ninguno de ellos respirar, por razones obvias, no era algo de lo cual habían podido deshacerse del todo.

Las manos se retiraron, y sea quien sea que estuviera allí dudo por un momento o dos. El tiempo suficiente para que al fin su cuerpo respondiera, sus brazos se movieran y con ellos sus manos. Honestamente todo lo que pensó fue que daría solo con aire, no que daría con algo.

Algo que hizo un corto, pero inconfundible, sonido. Algo que era cálido, incluso si era muy leve. Algo que no había podido tocar en tanto tiempo que sus ojos hicieron falta, porque no recordaba a quién pertenecía esa mano, solo que era extrañamente familiar.

- Juudaime… - Había pasado tanto tiempo que tal palabra se sentía como una ilusión.

El ser frente a él se encogió inmediatamente en sí mismo, ocultando su rostro como si la máscara no estuviera. Las orejas cayendo aún más solo confirmaban que la persona frente a él estaba avergonzada y asustada. Le confirmaban quién era, porque solo una persona reaccionaba de tal forma a muchas cosas.

- No. - No iba a dejarlo ir, no iba a soltarlo. - Te hemos echado mucho de menos. - No había creído en verdad lo de "Bunny-chan", pero ahora… - Por favor Juudaime… - No lo iba a dejar ir, no cuando apenas…

El ser frente a él dejó de luchar, pero su ánimo no cambió. No quería estar allí, no así, no ahora. Leopard sabía que no quería ser visto de esta forma.

- ¿Juudaime? - No veía el problema, la verdad, pero suponía que era de esperarse. - Todo está bien, ¿ve? - No esperó nada, y quizás eso no ayudó.

No pudo evitar reírse entre dientes, con gusto, ante el ser que casi salta en el sitio solo porque tomó su mano y la acercó a su cabeza, tal y como dicho ser dudo en hacer hace solo unos segundos.

- Creí que Takeshi me estaba tomando el pelo. - Susurró más para sí que para el otro ser, quién lo oyó si esas orejas subiendo por un momento o dos decían algo. - Estás realmente aquí. - Incluso si era una imposibilidad, estaba con la persona que creyó que jamás volvería a ver, al menos no de esta forma. - ¿Puedo…? - Acercó su mano libre, sin atreverse a soltarlo porque temía que desaparecería si lo hacía, a esa máscara.

Era una tontería, porque no importaba que hiciera. Si el ser frente a él decidía desaparecer, no podría detenerlo. Estaba casi seguro de eso.

- No, ¿uh? - ¿Por qué no le sorprendía? - Pero quiero verte. - No era el único que suplicaría por tal cosa.

Rara vez se les permitía ver el rostro detrás de la máscara, pero jamás era algo positivo.

- No… - Pestañeó rápidamente, no iba a llorar ahora. Podría hacerlo en otro momento, en uno menos importante. - Okay. - Dos veces le había negado con la cabeza, rápido y contundente.

Suponía que era de esperarse. Tal y como estaban las cosas, esto era un milagro. O un sueño, una imposibilidad en todo caso. Si no quería revelar lo que había detrás de la máscara, estsba bien por-

- Oh. - El dolor era fugaz, nada en comparación con otras cosas. Un simple rasguño. - Juudaime-

Había sido un vistazo, nada más, pero había sido suficiente para él. De cualquier forma, no hacía falta ver las garras que se estaban formando en esas manos para saber porqué estas ahora estaban siendo escondidas como si fuera algo prohibido.

- Por favor. - Iba a irse, eso era lo que iba a hacer. No tenía duda en su mente. - Por favor Juudaime, no vaya a… - Se vio solo, completamente solo, como si el otro ser nunca hubiera estado allí en primer lugar. - irse, no sin mí. - Pero ya no había nadie que lo oyera.

Se levantó, a duras penas buscando su máscara e ignorando las lágrimas. Encontrarse con su máscara como nueva solo lo hizo llorar más fuerte.

- No era mentira… - Más no dejaba de ser una imposibilidad. Algo completamente ilógico, que no tenía sentido alguno.

Quizás no todo estaba escrito en piedra en este lugar. Ojalá y así fuera.

~o~x~o~x~o~

- Oh. - Esto era una agradable sorpresa. Inesperada, pero agradable. - Es preciosa, aunque no va mucho con la temática… - Después de todo: - Se ve muy lujoso, ¿en que se basan para los trajes? - Había creído que la temática era animal, al menos hasta que conoció al señor esfinge.

- Gracias. - La dama con un vestido blanco y líneas rojas, con joyas a juego por doquier, parecía tan extrañada de verlo como él a ella. - Sphinx, ¿no era que no ibas a participar? - Había algo no dicho entre ellos que no tenía idea. Sabía que estaba allí, mas no sabría decir que.

- Ah, si. - Un largo suspiro antes de que el ser chequeara por los alrededores. Estaba más paranoico que él y él era quien había molestado a Usagi. - Fran me ha contado algo bastante curioso y pensé que le gustaría oírlo, Okami. - ¿Okami?, se le era familiar ese nombre…

- ¿Lo trajiste para que me contará una historia? - Hola incredulidad.

- ¿Que tanto tiene de especial Bunny-chan con todos ustedes? - Lo tenía atontado. Loco. - Es como si nombrara a un Santo. - Sin poderlo evitar alzó los brazos a Okami, quién había quedado tan quieta que parecía una estatua. - ¿Ven?, ¿podrían decirme qué tiene de especial para que todos se pongan así? - Le iban a sacar canas verdes a este ritmo. Eh, cierto, él tenía el pelo verde. No pasaba nada.

- Pues-

Un horrible chillido inhumano detuvo todo y no de forma positiva. Venía de arriba. Justo arriba. De hecho, podía oír pisadas y maldiciones.

- Será mejor que nos vayamos a otro lugar. - No tuvo tiempo de quejarse o de pedir que alguno fuera a ver, porque uno de sus compañeros debía estar en graves aprietos, cuando fue empujado duramente por Sphinx.

- Si, es lo mejor. - Y ya no solo era Sphinx.

Esperaba que Usagi no fuera a cobrar ninguna víctima, pero eso era mucho esperar. No podía hacer nada, y estos dos entes no pensaban hacer nada. No iban a interferir, y no podía pedirles nada cuando lo estaban ayudando… incluso si era por solo interés.

¿A quién habían molestado tanto como para terminar en una situación tan extraña como esta?

~o~x~o~x~o~

- ¡¿Cómo demonios se supone que uno escapé de esa cosa?! - Había salido de la mismísima nada, estaba casi seguro.

Todo iba bien, y luego caía ese monstruo que parecía haber salido del mismo infierno del techo. No había tenido más advertencia que el aura asesina. Nada más. Y ahora el monstruo andaba de mal humor porque no se quedó quieto para que lo agarrara. Y pensaba que Usagi era malo. Al menos Usagi tenía una máscara y parecía un humano, esta cosa…

- Maldición… - Más dientes no podía tener porqué era imposible. No, espera, mejor no lo retaba porque cuidado y no conseguía sacar más dientes de dónde no había.

Si no supiera mejor, diría que era una máscara de lobo que salió mal. Diría hombre lobo, pero un hombre lobo no tendría una cabeza detrás de lo demás. Esos orbes naranja tirando a fuego tenían que ser ojos. Podía ver el contorno de un rostro, y si tan solo pudiera acercarse y tener un momento para mirar sin que quisieran empalarlo con garras que parecían sus preciados cuchillos… Quizás esa era la única razón por la cuál podía esquivar esas garras, solo porqué le recordaban a sus cuchillos. O tal vez era solo suerte y quizás el monstruo amaba perseguirlo y aterrorizarlo que hacerlo pedacitos. Claro que no estaba lo suficientemente delusional como para creer que no iba a matarlo si medio se descuidaba.

Tal y como era no creía que hiciera falta un descuido. La criatura era terroríficamente veloz.

Hizo una doble toma al ver huevos, el inició de huesos, por el piso y tomó una decisión de último minuto y se desvió hacía ello. Este desvío, por supuesto, le costó un mal momento con el monstruo. Detenerse de golpe y tirarse al suelo no era la mejor de las ideas para cambiar de dirección. Por suerte, el monstruo no tuvo tiempo de detenerse y pasó de largo, dejando la marca de sus garras en parte de su espalda.

Un pequeño precio a pagar, suponía. De cualquier forma no sabía si este plan de último minuto fuera a funcionar.

- ¿Hmmm? - El monstruo tampoco lo creía. Y gracias a la voz y al leve ladeo de cabeza sabía que estaba tratando con un ser perfectamente racional, enojado, y masculino.

Lo último en verdad solo le servía para saber, al menos pensando en circunstancias normales, que la fuerza de tal ser sería más alta y, si acaso funcionaba, podía intentar darle una patada en sus partes bajas. Eso nunca funcionaba en las películas de monstruos, ni siquiera lo intentaban, pero tal y como estaban las cosas…

- ¿Qué piensas hacer con un fémur? - ¿Debía de tomar como algo bueno que el monstruo estuviera hablando?

- No voy a poder correr por siempre. - No tenía tanta resistencia como Leviatán o Lussuria. Sabía sus límites, sabía que podía durar más, pero también sabía que gastar todas sus energías en colocar distancia entre él y este ser era una mala idea.

No iba a escapar, no si solo podía correr. El ser era un poco más veloz, atacando. Estaba seguro de que si dejaba de atacar, lo atraparía. No, correr no iba a servirle de mucho. Solo se cansaría y se convertiría en una presa fácil.

- Al menos eres listo. - Tomaría eso como un cumplido. - Pelear no servirá de nada. - El ser mostró sus garras, como si se tratara de algo especial.

- ¿Quién dijo que iba a pelear? - Primero las puertas raras, las cosas sangrientas, y ahora más huesos…

El monstruo solo tuvo tiempo de ladear la cabeza y dar un paso cuando un hueso le dio de lleno justo en la parte superior de la máscara. Bel sólo tuvo tiempo de oír un enfermizo chasquido, ya habiendo dado la espalda y corriendo escaleras arriba.

No hubo ruido, nada. Y aún así nada lo hubiera preparado para sentir una de las peores intenciones asesinas que había conocido en su vida. Toda dirigida a él. Enfurecer de sobremanera a ese ser no era parte del plan, solo quería distraerlo, suponiendo que el monstruo solo lo seguía mediante visión. Si era así, podía esconderse, pero necesitaba que el monstruo lo perdiera de vista por un momento.

Pues, en resumen, todo su plan se fue al caño al llevarse a alguien por delante de un segundo a otro.

La parte baja de la máscara quedó como una especie de collar, colmillos y más colmillos, al punto de que estos rozaban y dejaban rasguños a un pálido cuello que parecía no haber recibido la luz del sol en mucho tiempo. No estaba la parte superior de la máscara.

Oh mierda, eso fue lo que se le vino a la mente tan pronto registró este hecho. Al mismo tiempo, veía lo que estaba detrás de la máscara, y lo que veía hacía repetir el pensamiento anterior como un eco en su mente.

El ser era más pequeño que él, tenía grandes ojos naranja tirando a rojo. Grandes ojos, no veía la parte blanca. Eran fríos, muy fríos. Era como ver a los ojos a una serpiente. La piel era muy pálida, haciendo relucir los surcos rojos debajo de los ojos. Parecía ser sangre, en un intento extraño de maquillaje. Era todo el contorno inferior de esos ojos.

El cabello era más rojo oscuro que marrón, algo aplastado. Estaba manchado de sangre, pero aún era reconocible. El rostro, por otro lado, era más que reconocible, incluso con las leves manchas de sangre que tenía aquí y allá. Incluso con tal odio, tal furia silenciosa, tal frialdad, era reconocible. Incluso con los años de no haberlo visto, era dolorosamente reconocible.

Antes, este ser estaba jugando con él. Estaba molesto, pero estaba jugando. Aquí ya no estaba eso, aquí ya no había juego. Este ser lo quería muerto y lo quería muerto ahora.

Fue gracias a esto, al shock y al terror, porqué jamás ni nunca se hubiera imaginado esto, no con esta persona que lo miraba con odio puro, sin diluir, que no se movió cuándo una mano con garras muy largas y ensangrentadas estaba demasiado cerca para su confort personal.

- No tuviste una muerte linda, ¿eh Vongola? - No pudo evitar preguntar, voz temblorosa, lamentando muchas cosas en ese momento.

Con razón jamás pudieron dar con los culpables. Si iba a morir aquí y quedar atrapado, entonces pasaría el resto de su existencia haciendo la existencia miserable a quien sea que les habían arrebatado a quienes iban a ser la Décima Generación de Vongola.

- ¡NO SOY ÉL! - Fue el gritó cargado de odio y frustración profunda que recibió como respuesta, manos tomándolo del cuello y apretando con mucha más fuerza de lo esperado. - SOY USAGI, USAGI. - Si antes no estaba molesto, ahora si lo estaba. Y esos colmillos… no era solo la máscara la que tenía demasiados colmillos para ser saludable.

Quería comentar que, sin importar lo que hiciera, nada cambiaría a quién pertenecía ese rostro. Podía llamarse como quisiera, pero eso no cambiaba nada. Usar una máscara para esconder ese rostro…

- Tie… nes… - Era tan tonto. - su… ros… tro… - Si no era Sawada Tsunayoshi, entonces estaba robando su identidad. Si era así, ¿por qué se molestaba?

- No. Soy. Él. - Mira que verse apresados en un infierno en dónde el malo tenía este rostro…

Pobres chicos, ver a su amigo convertido en esto… y no poder hacer nada aparentemente

- Soy Usagi, nadie más. - Si pudiera reírse, lo haría.

- Tsu… na… - Iba a morir ahorcado por un ente que odiaba ser llamado por su nombre. ¿Que tan estúpido era eso? - yo… shi… - Y los otros siguiéndole el juego… ¡que tontería!

Se había ganado la lista negra de forma permanente, no hacía falta-¡Crash!

- ¡¿Otra vez?! - Verse como un saco de papas mientras tosía sin parar y buscaba aire desesperadamente era… inesperado. - Nunca aprenden la lección… - Sea lo que sea que siguió, sabía que no fue lindo por el sonido inconfundible de metal contra carne.

Quién lo cargaba no se detuvo en ningún momento, el sonido de peleas inconfundible justo detrás.

~o~x~o~x~o~

- Mierda. - Eso había sido tan de repente…

- Alguien lo molestó. - Como si hiciera falta aclarar. - Más. - Shark murmuró algo entre dientes, algo no muy lindo. - Hay que movernos, será impredecible. - Lo último era una advertencia y un signo de preocupación.

En ningún momento Shark intentó seguirlos, o buscar detener al monstruo. Fue muy rápido, fugaz. Shark era solo uno, no podía protegerlos a ambos y dudaba mucho que pudiera hacer mucho contra un ser así.

- ¿Usagi? - Parecía otro ente, sólo quería confirmar que-

- Si. - Shark respondió de forma apagada, señalándole un pasillo que parecía sangrar. Esto no sería tan sencillo como antes, podía resbalarse más fácilmente. Esperaba no tener que correr y esperaba aún más no tener que hacerlo con la parte de morir si resbalaba.

- ¿Perdón? - No lo había visto bien, fue demasiado rápido como para hacerlo, pero estaba bastante seguro de que no vio nada similar a un conejo. - Esa cosa parecía a un hombre lobo. - Solo uno sin pelo, más monstruoso, y tétrico.

- Usagi es más un lobo que un conejo. - Shark no espero para comenzar a caminar sobre los charcos. Ahora que veía, también había indicios de huesos aquí y allá. Ya no eran solo las puertas por lo visto. - Esa máscara no es común, y es muy expresiva. - Había algo extraño e incómodo en la última parte, pero Lussuria no sabría qué.

Shark no estaba de ánimo para contestar nada, la vista al frente y cara algo caída. Esto hubiera sido todo si, minutos más tarde, no hubieran encontrado a otro ente. Un ente con máscara de zorro, naranja con blanco, empalado en múltiples partes dando al mismo punto, tanto así que varias partes de su cuerpo se abrían para que el cuerpo pudiera amoldarse a tal extraña e inclemente posición. Empalado con tubos y cuchillos, el culpable fue bastante agresivo.

- Fox… - Murmuró Shark, dolor en su voz.

Lussuria no dijo nada, no creía que nada fuera bien recibido, no ahora. Fox debía ser un amigo de Shark, o al menos alguien conocido por el ente que lo estaba guiando en un laberinto de habitaciones y pasillos que no parecían tener nada que ver el uno con el otro.

Francamente no ayudó al estado de ánimo dar con otro tipo ente, similar al anterior. Muchos tubos siendo usados como estacas, anclando al ente a la pared. Como si eso y la daga hundida en la frente, había alambre de púas alrededor de la figura. No era tan grotesco como el anterior, pero aún así…

- Esto no es bueno. - Por supuesto que no Shark, por supuesto que no.

Si esto era lo que Usagi hacía con los demás entes, no quería saber que planeaba hacerles a ellos. Definitivamente Usagi era un monstruo, sin duda alguna. Y creía que había visto muchos monstruos como era…

Al menos Usagi solo parecía hacerlo por diversión, y no se molestaba en ocultarlo. Eso no quería decir que no dejará de ser retorcido o enfermo. ¿Que se podía esperar de un lugar tan tétrico como este?

- ¿Cuál es su nombre? - No creía que hubiera terminado así por cualquier cosa.

- White Fox. - Fue la respuesta baja, un ente mirando fijamente la sangre gotear y resbalar por el alambre de púas.

Debía de estar pensando en lo que le pasaría tan pronto Usagi lo viera.

~o~x~o~x~o~

Si había algo que le estaba causando suma irritación, y en verdad no tenía nada que ver con el problema, era la putrefacción y estar pisando sangre y cadáveres por dónde pasará. El que le estuviera lloviendo sangre encima en pocas cantidades era pasable en comparación. Sus botas nunca serían las mismas, y estaba quemando todo lo que tenía encima tan pronto saliera de allí. O al menos ese era su plan, pero…

- Maldición. - Se quejó, tratando de no pensar en lo que sea que había pisado esta vez. Ni siquiera quería ver.

- Todo lo que ves no es real. - La voz vino de la nada, y lo hizo maldecir varias veces porque no sintió a nadie cerca. - De hecho, nada de esto es real. La sangre, el suelo, las paredes, nada es real. - Hizo una doble toma ante el ente que parecía una mezcla de un león, un murciélago, y una cabra con aspecto humanoide. - En realidad, todo esto no es más que la interpretación del dueño del lugar. Podrías decir que todo lo que ves no es más que como Usagi quiere ver las cosas, o cómo desea que los demás lo vean. - Bajando el libro de su máscara, el ente se presentó de la misma forma informativa y neutra: - Manticore, un placer, aunque supongo que las circunstancias no son las mejores. - Haciendo el gesto de que lo siguiera, el ente llamado Manticore camino fuera de la vista.

Xanxus tuvo un mal momento en no decir cosas feas al dar con una pared qué bien podría simular piel humana. Y ojos, con muchos ojos.

- Como te decía, nada de esto es real. - Manticore ni siquiera miraba, centrado en su libro. - Al igual que las ilusiones producidas por las llamas de la niebla, nada te pasará si estás consciente de la verdad y crees la tuya. Sin embargo, me temo que eso solo funcionará mientras Usagi no esté presente o la zona no sea fortificada. Después de todo, todo es mental, creencia, en todo caso. - En ningún momento quitó la mirada de su libro, siguiendo su camino como si nada pasará. - Si crees que es real, es real para ti. Puede servirte tanto a favor como en contra. Por ejemplo, este hueso, si creo que no es real, no hará nada. - De dónde salió el hueso Xanxus no lo sabía y no quería saberlo.

El hueso traspasó la pared. Traspaso la pared.

- En cambio, si me concentró y creo que si es real… - ¡Bam! - No he tenido tiempo ni recursos ni aprobación para experimentar más con esta parte de los poderes de Usagi. Parece ser que son dados a quien sea que gobierne, si mis fuentes dicen la verdad. Por tanto, no es un poder exclusivo de Usagi. - El ente siguió como si nada, como si estuviera hablando solo, todo el tiempo mirando su libre. Solo Dios sabría que estaba leyendo.

- ¿Por qué me dices todo esto…? - No es que no apreciará la información, pero…

- No soy un peleador, y Usagi en ningún momento expresó que no debía hablar al aire. - ¿Ah? - Igual se va a molestar, si se entera. - Ah. Ya entendía. Cielos. - Ahora, Usagi rara vez construye la misma zona de juegos igual dos veces. No obstante, según mis investigaciones, hay un par de patrones. Generalmente hay tres pisos. El superior usualmente estará lleno de cadáveres, cuya sangre traspasará a los pisos inferiores. - Eso explicaba las paredes sangrantes que había decidido ignorar… - La inferior, por otra parte, se verá llena de huesos. Por movilidad, las superiores son más peligrosas, y también son las más inseguras. - Hubo una leve pausa, como si Manticore temiera decir algo. - Otro patrón es que el inicio suele encontrarse en una esquina o en el centro de los pisos intermedios. Esto puede deberse a que a partir de allí se desarrolla todo, o quizás solo sea una casualidad. - Estaba oyendo un documental, ¿no es así?

Por más extraño que esto fuera, este ente le estaba dando información. Y no cualquier clase de información. Ya había sido claro en que no lo iba a ayudar de otra forma, pero aún así… No espero algo como esto.

- El inicio solo tiene una puerta, pero hay multiples formas de entrar a una habitación, ¿cierto? - Información valiosa, incluso si estaba siendo dada de forma más rara. - Las ventanillas de ventilación, por un hueco en la pared, en el techo, o quizás en el suelo, se puede ser creativo. - ¿Ventanillas de ventilación?, había visto una o dos y había caminado un montón. - Alrededor de esta habitación solo hay pasillos, y suele ser el más tranquilo con la temática, por así decirlo. - En otras palabras, tenía que buscar el lugar menos extraño en todo este lugar macabro.

Genial. Eso, claro, si quería volver al inicio. Tal y como era su prioridad era sobrevivir, tomará jugar el juego o esconderse de Usagi hasta que el tiempo pasará. Cualquiera era válida, pero el objetivo era el mismo.

- Cada rey trabaja de una forma distinta. El anterior disfrutaba mucho de la cacería humana y duró mucho tiempo en el poder. O al menos así fue hasta que asesinó a Usagi, y Usagi tomó el mando. Como se puede suponer, todo lo que el anterior rey hacía era en la temática antes mencionada. Usagi es diferente. - ¿Diferente en qué?, ¿esto del escondite era nuevo? - Usagi solo hace este juego en ocasiones especiales. - ¿En ocasiones especiales?, ¿especiales?

- ¿Supongo que el resto del tiempo los atormenta? - Preguntó sarcásticamente. No necesitaba pensar mucho para saber que nada bonito debía de pasar con o sin estos "juegos" en "ocasiones especiales".

- Usagi presenta dos facetas, lo cuál tiene sentido porque Usagi posee dos máscaras. - El ente extraño siguió como si nada, como si Xanxus no hubiera hablado, como si siguiera solo y solo estuviera hablando en voz alta.

Este pequeño trozo de información dejó al Décimo Vongola frío en donde estaba. Las implicaciones de tal información eran enormes.

- En términos de visualización, he concluido que Usagi solo deja ver una. Si deja ver la otra, será mediante la transformación de la primera en la segunda. Puede detenerse en cualquier estado del proceso, sólo adquiriendo la segunda máscara en su totalidad en raras ocasiones. - Manticore no levantó la vista de su libro, pasando una página y cruzando la esquina sin necesidad de ver a dónde iba. - En la práctica, tengo la teoría de que la segunda máscara es la que más usa. Ninguna es buena, ninguna da buen presagio o significa algo bueno. No obstante… - Finalmente, Manticore se detuvo. Dejando el libro a un lado, el ente se enfocó en la puerta que tenía enfrente. - La máscara secundaria, la que suele estar más presente, es mucho más agresiva que la primera, y también es más sanguinaria. La primera, en comparación, es más dulce, solo que de una forma increíblemente retorcida. Por ejemplo, si está aburrido la primera faceta buscará compañía y será impredecible más no irá directo a causar daños graves, mientras que la segunda no dudará en hacerlo y no demorará en ser creativo con sus víctimas. - Una pausa, y finalmente Manticore se giró a verlo, dirigiéndose directamente a él al decir: - Usagi es un ente siente satisfacción al hacer daño a otros y sentirse poderoso. Se aburre con facilidad, es altamente impredecible en muchos aspectos, y busca entretenerse con otros.

Esto… esto…

- Este es el gimnasio, puedes ir a diferentes lugares desde aquí. Buena suerte. - Dicho esto, el ente desapareció ante sus ojos.

Como si nunca hubiera estado allí y como si no le hubiera tirado varias bombas de información encima. Ahora faltaba que todo eso fuera verdad, y no fueran mentiras o peor aún: una mezcla entre ambas.

- En qué lío nos metimos… - Y aún no tenía idea de cómo.

Si Usagi disfrutaba de sentirse poderoso, y se aburría con facilidad, entonces no debería de gustarle lo contrario. Enojar a alguien no era la mejor forma de conseguir algo, pero si hacía falta…

- No caeré sin una pelea, basura. - Incluso si eso significaba una muerte horrible. Una muerte rápida e indolora no tendría, al menos no a manos de ese monstruo, así que…

Inadvertidamente para él, Manticore apretó su libro con fuerza, un ceño fruncido que nadie podía ver. Ver a tal persona aún viva… Las probabilidades de que alguien saliera de aquí bien podrían ser 0. Aún así…

- No digas que no te ayude, Chimera. - Esto no lo merecía nadie. Nadie.

Esta existencia era una horrible y retorcida parodia de lo que debió haber sido.

~o~x~o~x~o~

- ¿Es aquí? - Le preguntó en voz baja al pequeño ente que bien podría ser un correcaminos.

- ¡Sip! - El chico al menos no lo habia llamado tortuga. Al menos. - ¡Mamá!

Cualquier cosa que Squalo esperó ver cuándo abrió la puerta no fue ver a un grupo de entes. Había otro más pequeño, disfrazado de lo que parecía ser una serpiente. Estaba uno con máscara de pato, llevando algo en manos, estaba… ya había visto al ente con la máscara de búho. ¿Qué hacía aquí?

- Bienvenido, gracias por cuidar de Cat. - Si antes Squalo tenía un nudo en el estómago, ahora sentía dolor de estómago al ver esto.

No había discriminación de ninguna clase, ¿eh?

- Creo que fue al revés. - Porque no había mucho que pudiera hacer si aparecía otro ente, y este no tenía buenas intenciones. Eso, por desgracia, ambos lo sabían. - Los más jóvenes son los que están aquí, ¿hmmm? - Quizás no era de extrañar. Esconderse de Usagi y de los otros era una buena idea dadas las circunstancias.

- ¿Una tasa se té y unos panecillos? - Ahora que lo veía, este era uno de los lugares más normales de este lugar. Incluso si solo era una sala de huéspedes con un estante de libreros y una mesa para tomar el té, por lo visto.

- No se si sea una buena idea-

- Tonterías. - El ente con máscara de venado desestimó inmediatamente, tomando la decisión por él.

Genial, no tenía el estómago para comer algo y ya este ente había decidido por él y todo. Esperaba que no le diera dolor de estómago si se veía obligado a comer algo. No creía que este ente aceptará un no, ningún no. ¿Por qué estás cosas tenían que pasarle a él?

Lussuria o Leviatán no tendrían tantos problemas en esta situación, pero claro, era a él a quién le tocaba.

- ¡Mamá! - Definitivamente el no era el mejor para estas situaciones. - ¡Mamá! - Cat era un ente increíblemente veloz. Los niños pequeños eran así, ¿verdad? - ¡Usagi fue bueno con Cat y el señor de pelo largo! - ¿Y tienes que dar vueltas como un trompo alrededor de tu madre para decir eso?

- Usagi no siempre es malo cariño. - A pesar de las palabras y el tono cuidadosamente neutral, Squalo no perdió como los movimientos del ente se volvieron tensos y nerviosos mientras acomodaba las cosas para el té. No se iba a salvar, ¿no es así?

- Creo que está confundiendo a Bunny-chan con Usagi. - La verdad es que estaba temiendo que no hubieran dos entes como creyó. No sabía qué pensar de tal revelación, excepto que tal vez Usagi tenía doble personalidad. - Un chico muy similar a Usagi, solo que sin la sangre. No se siente, honestamente. - Finalmente: - Cat me dice que solo existe un ente con máscara de conejo. - Quizás le diría una mentira, quizás-

- Usagi es el único ente que usa una, porque solo existe una. - El ente con máscara de venado sentenció mucho más tranquila de lo que se hubiera esperado, colocando una tasa de té en frente de él, seguido por una plato lleno de panecillos y varios acompañantes. - Usagi es quién hace las máscaras, dañar una no es algo que quieras hacer. - El ente se sentó, uniendo las manos entre sí. - ¿Qué viste exactamente?, Usagi no tomará bien saber que hay alguien mas robando su imagen, si es que te cree. - Squalo entendió rápidamente que ella ni nadie más le creía lo de Bunny-chan.

Tomaría como un positivo que no eran agresivos, o no hubieran intentado atacarlo por esto. El gran negativo era que no sabía qué hacer con la información de que Usagi estaba jugando con todos ellos al hacerse tanto aliado como villano. No era como si no pudiera hacer tal cosa, más no le veía lógica. Claro que buscarle lógica a algo ilógico era como buscarle solución a un error matemático. Las matemáticas no eran su materia favorita…

- Cat lo vio. - ¿Qué podía decir que no había dicho ya? - Es casi igual, solo sin la sangre, no habla y no se siente. - Y: - Sus orejas suelen estar abajo, muy abajo. - No había nada más. Quizás no existía Bunny-chan y era solo una broma de Usagi. Una horrible broma.

No era nada para sorprenderse, no con todo lo que había visto hasta ahora. Usagi no tenía reparó en herir a otros entes. ¿Que extraño tendría hacerse pasar por otro ser para darles esperanzas o guiarlos a dónde deseaba?, no sería-

- Dejen de mirarlo así, está diciendo la verdad. - Esto fue tan repentino, una voz nueva, que tardó un momento en entender porqué Deer se tensó y los más pequeños corrieron a esconderse detrás de ella. - Tsk, y pensar que creí que serían los más esperanzados con las noticias… - Este ente era… ¿Leopard?

¿Qué hacía Leopard aquí?, ¿que estaba haciendo aquí?, ¿en dónde estaba Fran?

- No sé, Usagi me sacó del juego de golpe. - Leopard suspiró profundamente, murmurando lo que parecía ser una maldición en voz baja. - Estábamos cerca del área Sphinx, hay un 50% de que haya dado con él o con alguien más. - Al menos no estaba siendo condescendiente o diciéndole mentiras. - Como sea, Bunny-chan en verdad existe. No es un invento, lo vi. - Leopard hizo mucho énfasis en las dos últimas palabras, como si retará a que lo contradigeran.

- Espera, ¿no te había inutilizado Usagi…? - ¿Cómo estaba aquí si eso era cierto?

- Bunny-chan me liberó. - Leopard se apoyó más contra la pared, los brazos cruzados, su vista en el suelo. - O, técnicamente hablando, Usagi me liberó. - Confirmando todo lo que había estado oyendo últimamente: - Usagi es el único ente con esa apariencia, puedes entender que en verdad no les creí. Pero lo vi, vi a quienes llaman Bunny-chan, vi quién solía ser Usagi hace mucho tiempo. - Subiendo la cabeza y con un tono de voz más serio: - Han estado viendo a alguien que murió hace mucho, tanto en cuerpo como en alma, una imposibilidad. Creo… - Leopard pauso, buscando las palabras: - Imposibilidad o no, sea real o no, alguien no desea que queden atrapados aquí como nosotros. Puedo asegurarte que Usagi jamás se mostraría de esa forma. - Por alguna razón, estaba casi seguro de que Leopard giro los ojos al decir lo último, a pesar de no poder ver su rostro.

Tenía muchas, muchas, preguntas, pero en verdad no tuvo tiempo de nada:

- ¿Entonces fue real? - La esperanza, el anhelo de esa voz tan infantil, tenue gracias al miedo de oír una negación…

- Si lo viste sin sangre encima, entonces creo que si. - Leopard, por una vez, sono completamente amable.

- Bunny-chan intento tocarlo, creo que queria consolarlo. - Explicó incómodamente con un nudo en el estómago ante el niño que de inmediato comenzó a llorar. - No se quedo mucho tiempo. - Y francamente fue mejor de esa forma. Cat creyo que era Usagi, no iba a creer que era…

No habían dos entes, eran el mismo ente.

- Nada de esto tiene sentido. - Murmuró para si, epro estaba seguro de que fue escuchado gracias al bufido bajo de Leopard.

- No tienes idea de la suerte que has tenido, de la que han tenido. - Lo que siguió fue tanto un lamento comp un frustracion: - Bunny-chan no es mas que un recuerdo que, por mas que supliquemos ver, solo existe en nuestras memorias.

Nadie contradijo esto, en su lugar solo lo afirmaron al bajar las cabezas inconcientemente. Sea quién fuera Usagi, sea quien fuera antes de todo esto, no era alguien cualquiera para esta gente.

- ¿Como siquiera se convirtio en Usagi?, ustedes se ven relativamente normales… - Como personas, como humanos, no como monstruos.

- Estás en un lugar maldito, ¿que puedes esperar? - Un bufido bajo. - Poco se sabe, poco sabemos, y algo de eso es que las almas mas piras son corrompidas. - Con suma amargura: - Por algo te digo que Bunny-chan es una imposibilidad.

Por un largo rato no hubo mas ruido que el de una madre buscando consolar a uno de sus pequeños y murmurmullos de preguntas sobre si tal vez su hermano mayor volveria, incluso si era solo por ratos. Tal cosa no ayudo a su inapetencia, eso era seguro.

Estuvo a punto de preguntar si era buena idea quedarse allí por tanto tiempo, pero nunca solto las palabras porque, al subir la vista, se topo con alguien que no sabría decir desde cuando estaba allo. Solo mirando.

La figura con mascara de conejo, las orejas caidas, sangre resbalando por su brazo gracias a un fuerte agarre con su mano en dicho brazo, nego sutilmente con la cabeza. Luego, señalo a la puerta antes de simplemente desvanecerse en el acto. Tal y como si nunca hubiera estado alli.

Por todo lo que sabia, quizas nunca estuvo alli. Quizas ni siquiera era real. Pero fuera como fuera, el mensaje era claro. Muy claro.

- Gracias por la hospitalidad, pero sera mejor que me vaya. - Cualquiera diria que estaba loco en tirar su suerte en un ente que lo queria muerto en una estaca, pero…

A este punto, habían arrojado su suerte entera a un ser que bien podría ser nada mas que un espejismo de alguien que ya no existía.

- Sugeriría que te quedaras un poco mas, pero Usagi esta molesto. No se como estará ahora… - Leopard titubeo un momento antes de tomar su máscara y quitarsela, mostrando a alguien que no pensó volver a ver. - El no quiere que mueran. - Se limitó a decir, como si eso explicará todo.

Squalo, de repente, tenía el mal presentimiento de saber quién era "él".

~o~x~o~x~o~

- Creo que mejor nos devolvemos… - Era casi seguro que no hacía falta decir tal cosa, no cuando la reacción de Tiger fue quedar como una estatua.

Sin poderlo evitar se estremeció y tragó saliva, los chirridos demasiado altos y atemorizantes como para ser ignorados. Creía escuchar murmullos, maldiciones, en medio de esos chillidos. Decía "chillidos", pero era más una serie de sonidos inquietantes que, al mismo tiempo, parecían palabras. No sabía que era, no sabía que podría saber, pero fuera lo que fuera no podía ser bueno y francamente no quería quedarse a averiguarlo. Esto era algo con lo que podía vivir sin saber.

Tomó a Tiger del brazo y estuvo a punto de jalarlo, porque Tiger estaba tardando demasiado en reaccionar y sus nervios ya estaban al límite, cuando todo volvió a quedar inusualmente callado. Esto, por supuesto, no lo hizo sentir mejor.

Sentir una presencia, la sed de sangre, la ira contenida a duras penas, malévola justo detrás de él no dijo nada nuevo, no realmente. Solo confirmó sus temores.

- Siempre has estado en mi contra, Tiger. - La voz fue completamente inesperada para él. Inexpresiva, sin emoción alguna, baja y sutil.

Tiger no se movió, no inmediatamente. Cuándo lo hizo se vio detrás de él, viendo… ese era…

- Sabes perfectamente por qué. - Sonaría valiente y todo, pero nadie perdió como la voz de Tiger tembló al final.

De hecho, no perdió como la mano de Tiger temblaba, con tonfa en mano y listo para atacar. Esta era su señal de salir corriendo como alma que lleva el diablo, pero no creía ni por un momento que pudiera escapar si este ente en particular lo tomaba como blanco principal.

El resto al descubierto, sin emoción alguna plasmada en su rostro, ladeo la cabeza, como si no entendiera a qué se refería Tiger. Las esferas naranja fuego, más rojas que naranjas a este punto y sin pupilas, brillaban como cristales al ser alumbradas con una luz externa. No había luces externas. Esos ojos alumbraban más que cualquier otra cosa en esa área, en especial la sangre y el gran conjunto de colmillos que tenía guindando del cuello, junto a… Un momento, ¿acaso esa era su máscara?

- ¿Estás seguro de eso? - Por sólo la forma en la que preguntó, a este ente podría valerle un colmillo la respuesta a esto. - ¿Completamente seguro? - Podría decirse que estaba curioso de la respuesta, más no era así.

¿Completamente seguro de qué?, Tiger afortunadamente compartía el mismo pensar porque no respondió absolutamente nada.

- Siempre me llevas la contraria… - La figura tomó otro paso más cerca, pero por alguna razón Tiger encontró algo raro en esto, porque bajó la guardia. - ¿Pero realmente lo haces? - Una mano con garras demasiado grandes subió, solo para acomodarse el pelo detrás de la oreja. - ¿No crees que si realmente hicieras algo que no quisiera serías capaz de hacerlo? - Oh. Oh.

Usagi, porque tenía que serlo, estaba haciendo cuestionar todas las decisiones que Tiger había tomado y estaba tomando. Eso no era bueno, eso no era-

- ¿No debería de estarnos intentando matar…? - Específicamente a él. Tiger no le respondió, no verbalmente. Solo hizo un leve asentimiento.

Usagi solo siguió arreglando su cabello, ignorando la pequeña conversación. Luego:

- No eres un carnívoro aquí, eres solo un herbívoro siguiéndole el juego a un carroñero. Esa es tu realidad. - Esa mano se detuvo, pasando a ser dos, moviendo el "collar" como alguna especie de señal. - Las reglas han cambiado, repararla está muy por debajo en la lista. - Finalmente, con algo diferente a un tono monótono: - Eres un herbívoro Hibari-san, ¿cómo sobreviven los herbívoros?

Tan pronto las últimas palabras fueron dichas, se vieron solos. Solos con los chirridos de antes, muy cerca.

- ¿Qué diantres fue eso? - Demandó a Tiger en un susurró, sin saber a dónde meterse porque no había muchos lugares para donde correr y no conocía el lugar.

En lugar de responderle, Tiger solo siguió su camino, como una bala. Sin tiempo de nada solo lo siguió. ¿Qué más podía-¡Crash!

Una máscara de tigre rodó por el suelo, olvidada, y Leavitan fue testigo de un segundo rostro en menos de 5 minutos que nunca esepro volver a ver. Ahora ya no tenía duda de que el ente de antes, el ente conocido como Usagi, era nada más y nada menos que el mismo mocoso que se convertiría en el Décimo Vongola antes de que su vida fuera tomada por alguien que aún no sabían.

La misma figura de antes salió detrás de una esquina, increíblemente rabiosa. No, espera, era similar, la de antes no tenía los ojos tan oscuros, no tenía colmillos y tampoco estaba tan-

- ¿Tu también quieres que te destripe? - La furia se apagó por solo 5 segundos, volviendo con más fuerza. Su atención estaba en Tiger, o quién solía ser Tiger.

Había tomado ofensa, este ser que goteaba sed de sangre y rabia pura había tomado ofensa solo por ver a Hibari Kyoya sin máscara.

- Hey Tsunayoshi. - Hibari bien podría haber cantado el saludo, sonriendo como el gato que comió el canario.

- ¡USAGI! - Hibari le estaba señalando hacia la izquierda con una mano detrás de la espalda, para que Usagi no lo viera. - ¡ES USAGI! - Caray, ni que su nombre real fuera tabú… - Me asegurare de que nunca se te olvide-

- ¿Te partieron la máscara grotesca? - La nueva voz detuvo todo, y no sabía si reírse o maldecir a Fran por llamar la atención de un ente sanguinario que quería matarlos. - ¿Aún puedes sacar los tentáculos de la boca por casualidad?, ya no metes miedo. - Si, Fran no tenía sentido de supervivencia…

Usagi había quedado de piedra, y ahora comenzaba a temblar y a girar la cabeza con los dientes apretados. Honestamente no fue para nada sorprendido de ver como las garras se hicieron tres veces más grandes, los colmillos también, y que una lengua demasiado larga se diera a conocer, como si Usagi quisiera complacer a Fran en lugar de quererlo-

- Maldita sea. - Soltó alguien nuevo, salvando a Fran de perder la cabeza y dándole una vista grandiosa del monstruo.

- Voy a matarte… - Fran no tenía ni un apice de miedo:

- ¿Algo más? - Iba a darle unos buenos coscorrones al mocoso después de esto. Muchos coscorrones. - ¿Por casualidad alguien tiene una libreta? - Finalmente, finalmente, Fran noto algo: - ¿No eres este chico que se suponía que sería el Décimo Vongola?, ¿un tal Tumayonesa?

En un pestañeo fue empujado con mucha fuerza y Fran fue arrojado como un saco de papas a sus brazos. Segundos después, un inconfundible grito de furia y promesas de que los dejaría irreconocibles tan pronto les pusiera una mano encima resonaron por todo el lugar.

~o~x~o~x~o~

-... también escupes fuego o algo Tumayonesa? - Tenía asiento de primera fila para ver con lujo y detalles al ente. Tenía que aprovechar.

- ¡Deja de enfurecerlo Fran! - No lo estaba enfureciendo, ¡solo le estaba haciendo preguntas razonables!

- No me pegue senpai… - Y no con tantas ganas. - Ughhhh…

- ¿Qué? - ¿Como se suponía que dijera que el que el monstruo ahora parecía un animal salvaje?

- Creo que Sphinx ya salió fuera de combate. - A menos que pudiera sobrevivir ser empalado vivo y arrojado a un lado como basura… Bueno, técnicamente hablando ya estaba muerto y por tanto estaría bien, probablemente.

- Mierda. - Ya iban dos, Okami no duró nada, y ahora solo quedaba el otro chico sin máscara.

Contra algo tan rápido y que no parecía sentir dolor, no había mucho que hacer. El pelo lo tenía más largo y alborotado y no sabía porque estaba tan ensangrentado, más, no estaba muy seguro, pero creía que su piel se estaba oscureciendo.

- ¿Tumayonesa? - No sabia porque diantres el otro chico se reía con ganas cada vez que llamaba al monstruo por ese nombre. Usagi ciertamente no lo apreciaba. - ¿Por qué la temática de conejo?, y por cierto, el uso excesivo de sangre está sobrevalorado. - Ya era ridículo.

Igual estaba haciendo una copia a este ser cuando volvieran a casa. Si volvía a casa. Podría no darle miedo Usagi y todo eso, pero eso no quería decir que no supiera que la amenaza era ciertamente real.

- Fran. - Siseo Leviatán y no fue sorprendido por una fuerte nalgada. Ya había sido advertido y a que fueran sus piernas…

- ¿Qué?, ¿vas a decirme que no es verdad? - Ni Okami le había dicho nada. ¿Cuál era el problema?, no es como si hiciera falta que el ente estuviera enojado para que quisiera matarlos. - Me preguntó quién le arruinó la máscara a Tumayonesa… - Porque eso que tenía de collar era bastante peculiar.

Tumayonesa no parecía ser capaz de sentir dolor, pasará lo que pasará no mostraba otros signos que no fueran ira. No era como si-

- Tsk. - El ente se apartó justo a tiempo de una tonfa que casi le parte la cara, pero no sin antes saborear la sangre nueva en sus garras.

Incluso sonrió.

Abajo, sintiendo algo humedo y caliente en sus manos y el pecho, no deseaba mirar abajo. No, no quería mirar y cerciorarse de lo que su mente ya sabía. No quería confirmarlo, no queria-¡Crash!

- Kyoya. - La orden resonó en sus oídos mientras una máscara giraba por el suelo, un ente moviendo la cabeza de un lado a otro, aturdido.

- Lo último que vio fue a Sphinx, sin máscara, abalanzarse sobre Usagi.

Tenía un rostro bastante similar a Tiger. ¿Tal vez eran familia?

~o~x~o~x~o~

- ¿Quién anda allí? - Que cálida bienvenida era esa, pensó para sí luego del pequeño susto.

Por todo lo que se podía ver, el lugar está desierto. Con calaveras aquí y allá y cosas que no iba a tocar, pero sin nadie. Así que oír una voz de la nada, pregunta o no, le subió el corazón a la garganta. Afortunadamente no era Usagi, pero ni idea si este ente iba a ayudar o no.

- Eso mismo podría preguntar yo. - Estaba casi seguro de que los únicos que no sabían nada de nada eran ellos, los vivos.

Hubo solo silencio por un rato, y luego una voz femenina contraatacó:

- Al menos ya sabemos que este todavía tiene agallas Long. - ¿Long?, ¿qué clase de nombre era ese?

- O no se ha topado con Usagi y los otros. - Hubo un bostezo al final, y por alguna razón eso lo sacó de quicio:

- Miren basuras, no tengo tiempo para andar en estas estupideces. Si no van a hacer nada productivo callense de una vez. - Siquiera Manticore fue útil, a su forma extraña, a diferencia de estos dos.

Hubo un silbido apreciativo y casi salta cuando una mano se posó en su hombro. El ente con una máscara de dragón y un traje muy refinado, mayormente en azúl y con aspecto de escamas, se rió a todo pulmón.

- Deberías haber visto tu cara. - Otro comentario así, en especial si se seguía riendo, y le volaba la cara. - Soy Long, un placer… - Las risas murieron y por un momento lo único que hizo el ente fue mirarlo. - ¿No deberías estar muerto?, a menos que no haya comenzado el evento principal, lo cual por la hora ya más a que debió de iniciar…

La parte en la que todo el mundo y el perro de la abuela creen que aceptó el trato de Usagi y ya más que murió no se lo iban a dejar pasar ni siquiera una vez, ¿no es así?

- No acepte el trato. - A pesar de la máscara, podía sentir la incredulidad del otro ser. - Bunny-chan me advirtió. - Soltó a regañadientes.

Inadvertidamente para Xanxus, ambos entes quedaron estáticos por unos segundos ante la primera noticia. La segunda podría importarles menos, con toda honestidad.

- Alguien es mucho más listo de lo que aparenta. - Comentó un ente que cayó elegantemente, no se sabría decir con certeza de dónde se lanzó, colocando una mano en su cadera y avanzando con calma envidiable. - Una novedad. - Mientras caminaba, la parte de atrás de su traje se movía, indicando que era un traje mucho más largo de lo que a primera vista sugería.

Honestamente parecía un traje de noche, para fiestas, entre elegante e informal. El tema era, sin duda alguna, el de un dragón de fuego. Con el movimiento y con la luz, el traje simulaba fuego. La máscara del típico dragón que salía en casi todos lados solo lo acentuaba. Solo faltaban las alas, solo eso, pero sería mucho más impráctico que el vestido.

- ¿Dragon? - Internamente se preguntó porque la temática era tan rara. - ¿Y Long? - El otro ente asintió rápidamente, ahorrandole un dolor de cabeza más. - Solo diganme las salidas y los dejo en paz para que sigan su amorío en la oscuridad. - No tenía idea de si eso era verdad o no, pero no había mucho que se pudiera pensar de una parejita en un lugar como este, en plena oscuridad y estando solos.

- Ojalá. - Long bufó algo por lo bajo que no alcanzó a oír, todo en medio de detener a su acompañante de golpearlo por su comentario. - Este es el lugar más tranquilo y el más lejano al bullicio, si entiendes lo que quiero decir. - Desafortunadamente si entendía.

El lugar más lejano de los demás entes, quizás también de Usagi, y por tanto el mejor lugar para esconderse y no tratar con nadie. El completo opuesto a donde quería ir. Bueno, no deseaba encontrarse con Usagi o con entes que fueran a hacer todo peor, pero esto no era precisamente mejor. Aquí, solo Dios sabe dónde, con un par de entes extraños…

- Ya no sera tranquilo, no con este idiota aqui. - Dragón se cruzó de brazos, desistiendo de querer golpearlo. Por los momentos.

- Pues discúlpeme por estropearles la luna de miel. - Le valía un colmillo, pero como que no lo habían notado. - Por si no lo han notado, estoy escapando de un psicópata homicida que se cree conejo y notengo una maldita idea de donde estoy o de donde va a salir ese desgraciado, muchas gracias. - ¿Tendría que deletrearlo también?

- Lo dices como si no hubiéramos pasado por lo mismo. - Dragón negó con la cabeza, divertida. - No se como sigues vivo, honestamente. Usagi lleva meses preparando tu estadía. - Esto no lo hacía sentir mejor en nada. Aún así solo hacía todo más real.

Incluyendo que era el menos probable en que saliera con vida. Que debería de haber muerto hace rato si no fuera por Bunny-chan.

- Las probabilidades de sobrevivir son casi nulas. - Long solo estaba comentando esto, no había nada negativo o positivo en su tono. - Usagi ya los tiene a todos marcados desde antes de llegar, y si es por él los irá eliminando de uno a uno dependiendo de que tanta diversión le den. Si la persona es muy predictiva, o demasiado cuidadosa, serán las primeras en morir, solo por dar un ejemplo. - Se apretó el puente de la nariz.

- ¿Van a ayudarme en algo o buscó la primera puerta y ya? - Ya Manticore había hecho un buen trabajo en decirle lo que podría servirle.

Esto no le decía nada útil, no sabía nada de los otros, no sabía-

- No queríamos involucrarnos, ¿sabes? - Long le dio la espalda y luego hizo una seña de que lo siguieran, sin detenerse en ningún momento.

- Cuando llegamos aquí los entes estaban divididos, algunos ayudaron, otros no, y otros prefirieron no hacer nada. - Dragón comentó en voz baja, frustración en su tono.

- Solo uno fue guardado para el final, el especial, y por más que fue ayudado, igual murió. - Long se detuvo el tiempo suficiente para girar el rostro, mirarlo a los ojos, y decir: - El más hábil, el más fuerte dadas las circunstancias, de nosotros, perdió y lo más que pudo hacer fue romperle un par de huesos y torcerle el cuello a Usagi.

- Pelear no es una opción, no una favorable. - Bajo, increíblemente bajo. - Contra nosotros, es tonto. Nos regeneramos, a lo mucho puedes sacarnos de combate unos minutos y volveremos como si nada a menos que sea una herida constante que nos mantenga abajo.

- Tal y como una lanza atravesandonos en la cabeza o en el corazón. No podremos movernos hasta que alguien más nos libere de la lanza. - Y como un mal despertar: - Pero no tienen armas, y lo poco que podrías tomar como una no es de utilidad. ¿Sabes por qué no hay armas?

- ¿Por que Usagi nos prefiere indefensos? - Porque si era por lo que acababan de comentarle…

- A Usagi puedes romperle el cuello y a lo mucho te dará unos segundos si quiere darte falsas esperanzas. Usagi es diferente. - Gruño por lo bajo, sobándose la cabeza. Dragon golpeaba fuerte.

- No, me temo que no. A Usagi no le importa si estás indefenso o no, no representas una amenaza para él. Puedes convencerlo de que te de una, o puede presentarte alguna por el camino. - Finalmente, la respuesta: - Usagi quiere ser él quién te mate, por tanto eliminará todos los medios posibles para que tu no le robes la oportunidad. ¿Entiendes eso?

¿Que iba a entender?, Usagi los quería muertos y no quería-

- Ninguno de ustedes puede matarnos. - Oh cielos… ahora que lo pensaba…

- El castigo será horrendo si siquiera lo intentamos. - Canturreo Long, como si no hubiera dicho nada del otro mundo. - Usagi solo nos deja participar para aterrarlos más, para atormentarnos a nosotros, y para que ambas partes le den entretención gracias a lo que acabo de decir.

- Es preferible no participar, meterse en un rincón como este y esperar a que todo pase. Las probabilidades de que salga alguien vivo de aquí es casi 0. - Dragón no tuvo misericordia alguna al decir: - No vale la pena, honestamente.

Pelar era inutil. Herir o atrasar a Usagi era un no. Sólo sería prolongar las cosas y/o darle una oportunidad de matar a su víctima. No había armas ni nada para defenderse o atacar, no porque fueran inútiles, sino porque Usagi no deseaba que la persona las usara contra sí mismo y le arruinara la cacería. Los entes no estaban aquí para ayudar o para atacar, estaban allí sólo para la diversión de Usagi, porque sin importar lo que hicieran…

- Uno de ustedes me dijo que no aceptará ningún trato. - Necio o no, no iba a rendirse, no iba a esperar su muerte. - Uno de ustedes cree que tengo una oportunidad. - Y si era la única verdadera ayuda que iba a tener: - Diganme dónde puedo encontrar a Bunny-chan. - Al menos él querría ayudarlo.

Ignoró la voz en su cabeza que le recordaba que Bunny-chan también le había dicho que si lo volvía a ver, corriera.

- No vas a ganar. - Dijeron ambos entes, como si estuviera loco.

- No quiero ganar. - Al menos no de la forma que ellos estaban pensando. - Quiero durar.

Había solo dos condiciones. No creía poder llegar a la meta, cuando ni siquiera sabía en dónde diablos estaba. Pero también podía sobrevivir lo que sea que faltara para que el "juego" acabará.

- No voy a sentarme aquí y dejárselo en bandeja de plata. - Incluso si igual moría… - En lo peor, intentaré distraerlo todo el tiempo posible, tengo subordinados en juego. - Y francamente: - Si no quieren involucrarse, me parece bien, pero incluso si es imposible no voy a dejárselo fácil. - Tan simple como eso.

- Eso es lo que quiere idiota-

- Dragón, Deer murió rápido porque se rindió. No hay como ganar. - Long negó con la cabeza y tomó una respiración profunda. - No sabemos quién rayos es ese tal Bunny-chan. Solo hay un ente con una máscara de conejo, Usagi. Y Usagi hará fiesta contigo y con quien atrapé, los tortura. Tu solo quieres durar el mayor tiempo posible, ¿no?, creo que podemos arreglarlo.

- Long, no creo que… - Dragón se apagó, solo para suspirar profundamente. - Estar lejos del bullicio no es buena idea, será localizado más fácilmente. - Concedió, derrotada.

- ¿Crees Sphinx o Manticore se molesten si vamos a sus lugares?, esos dos siempre van a los mismos sitios sin importar cómo cambie todo…

- Manticore posiblemente, sabes que le tiene miedo a Usagi más que…

En medio de la conversación, Xanxus se preguntó qué rayos había pasado.

~o~x~o~x~o~

- Shark… - Llamó, señalando al cuerpo en pedazos con un dedo sin saber qué pensar.

Por las marcas parecía que un animal muy grande había arrancado las extremidades de ese cuerpo. Varias veces. También parecía haberse comido parte y le sacó las entrañas. Por alguna razón, habían dos estacas en los ojos de la víctima, su cuerpo regado por todo el pasillo.

- Maldición. - Esa fue la reacción de Shark, junto con un golpe contra la pared.

- ¿Shark? - Sacarle las estacas no haría-

Dos ojos rojos devolvieron la mirada, deteniendo a Shark de remover la segunda estaca y dejarlos como estatuas. O al menos así fue hasta que la figura dueña de esos ojos se movió.

Un brazo a medio comer cayó, siendo dejado en el olvidó, mostrando una sonrisa con muchos colmillos y sangre resbalando por el mentón. No hubo tiempo de captar detalles, de analizar que la criatura había estado allí, aún destrozando ese cuerpo y que no era un único cuerpo su víctima, cuando la criatura se lanzó hacia ellos. A shark, quién estaba más cerca.

Hubo un chasquido enfermizo, una cabeza giro a un ángulo anormal, pero no soltó a Shark.

- ¡Tienes que salir de aquí! - ¿A donde?, esa cosa lo perseguirla-¡Crack!

- ¡VVVVVVOOOOOOIIIIIIIII! - Squalo volvió a golpear al monstruo con su brazo falso como si fuera un palo. - ¡Muévanse ya que solo tengo un brazo!

Mal momento para anunciar y recordar tal cosa, Squalo, muy mal momento.

- Mierda. - Ese era… ¿quién? - Vámonos, vámonos, vámonos….

El monstruo eligió ese momento para moverse, cabeza volviendo a su lugar correcto como un chasquido enfermizo. Solo tuvieron segundos para salir de su camino, pero no sin percances.

- Los mataré a todos… - Era la promesa, la fría promesa que los perseguirá mientras el monstruo se detenía, mirando a alguien o a algo más.

~o~x~o~x~o~

- Gracias por la salvada. - Esa cosa era mayormente negra, aunque tenía características humanas.

- Dejó de perseguirnos, por eso nos salvamos. - Si es que se podía decir así.

- No creo que pueda hacer mucho… - Era demasiada sangre y no había con que auxiliar a nadie.

- Estaré bien por un rato más. - Frunció el ceño, pero no nego.

- Solo asegúrate de mantener eso presionado. - No había nada cercano con qué ayudar, y las leves risas que se podían oír afuera.

- ¿Qué era esa cosa? - Squalo no se molestó en dar señales de que escuchó, manteniendo la presión en su costado.

Era una fortuna que la criatura no hubiera logrado arrancar el trozo de tajo, gracias a Leopard y su pensamiento rápido.

- No lo sé. - Leopard no se molestó en mentir, caminando en círculos.

- Ma ma, debe ser Usagi. - Una máscara fue arrojada a un lado, mostrando un rostro que dejó a Squalo sin aliento por un momento. - Tiene que ser él, su máscara cambia y-

- Esa no era una máscara. - Manos golpearon con fuerza una mesa, dos entes mirándose con más miedo de lo que decían.

- No lo es.

- ¿Ves?, no soy el único que-

Leopard se cortó, quedando tan frío como ellos. Squalo no pudo evitar reírse, a pesar de que hacer tal cosa le dolía mucho gracias al movimiento.

- ¡Bunny-chan! - No sabía cómo Squalo podía reír tanto, que podía encontrar tan gracioso, en esta situación. Este ser no se parecía a Bunny-chan. - ¿O debería de decir Tsunayoshi?

¿Tsunayoshi?, pero…

- Tu tiempo está contado, lo siento. - El ser que parecía una copia casi fiel al monstruo de antes bajo un poco la cabeza, sin molestarse en responder la pregunta. - Su blanco, su próxima víctima. - Una garra demasiado larga señalo a Squalo, casi como si no quisiera hacerlo.

- Llevá rato queriendo matarme. - Desestimó su amigo como si no le importará la noticia. - ¿Podrias decirme como funciona?, no creo que seas bipolar. - Esto, por la mirada de reojo que les dio a los otros dos entes, no era por su propia curiosidad.

Estaba sentado sobre una mesa, cerca de la esquina, alejado. Una pierna arriba, más negra que de otro color, al igual que gran parte de su cuerpo. Garras demasiado largas, pelo pasando a negro, y perdiendo sus características humanas. Lo único humano, en verdad humano, que aún poseía era la forma de sus ojos, la boca, y la figura humanoide. Por la forma en la que algo parecía moverse detrás de él, quizás ya no era del todo humanoide.

Lussuria tardó un momento en notar que los ojos no eran tan rojos como el monstruo de antes. No, eran naranja fuego y no eran tan oscuros. Brillaban mucho en comparación.

- Cualquier respuesta que te de puede ser considerada una mentira. - La mirada de la criatura pasó a él, y se estremeció sin poder evitarlo. - Debes salir de aquí cuánto antes, si no deseas que el sacrificio de tu amigo sea en vano. - Si bien no fue dicho de mala manera, le cayó mal.

- Si no fuera por ti estaríamos todos bien. - Squalo se rió ante esto, como si hubiera dicho alguna clase de tontería.

- Ese es Bunny-chan, Tsunayoshi, no nos quiere muertos. - ¿Y por eso te ríes Squalo? - Dicen que eres una imposibilidad. - Esto fue al monstruo, conversacional.

- Por más que se desee, no puedes borrar por completo quién eres. - El ente miro sus garras tal y como una persona miraría sus manos. - ¿Para quién soy real cuando ya no existo?

Casi como una acusación sin filo, el ente dijo una última cosa antes de desaparecer:

- Nadie nunca me ha olvidado, nadie nunca me ha dejado ir, por más que grite que me dejen extinguir.

~o~x~o~x~o~

- ¿Y que esperan?, ¿la foto? - El tiempo corría y no necesitaba la visita de Tsunayoshi para saber que su tiempo estaba contado. - Solo asegurate de durar todo lo posible, no voy a morir en vano, ¿he sido claro?

Aparte del ceño fruncido y que Lussuria no estuviera de acuerdo con esto, no hubo cursilerías. Ambos sabían, todos sabían, que no había nada que se pudiera hacer. Si Usagi no lo mataba, moriría desangrado en menos de 15 minutos. Aceptar la realidad no era fácil, pero era un asesino, un mafioso, y era el mejor espadachín del mundo.

Todos morían algún día. Se iba a contentar con hacerle la vida miserable a todos aquellos que se habían llevado a la Décima Generación original de Vongola a este destino. Eso era seguro.

- Ha sido bueno verlos chicos. - Por qué a pesar de todo aún eran niños. No querían irse, pero sabían que no harían nada quedándose. - Takeshi, asegurate de cortarle un brazo a Usagi por mi si lo llegas a ver. - Eso, al menos, lo entretendrá por un rato.

Caras amargas, asentimientos, y las ganas de no irse. Se puso cómodo, y una vez que estaba solo le hablo a quién no se había ido como dio a entender:

- No estás tan ido como creen, ¿no es así? - Ver de la nada a Bunny-chan tan cerca no lo asustó. Debió, más no lo hizo.

- Este lugar corrompe las almas puras. - Esto fue lento, y garras trazaron su cara como si buscará algo. - No están errados en creer que no existo, pero tampoco olvidan. - Era casi un lamentó. - No soy real, pero quieres creer que si, ¿no es así? - Había algo ocultó en esas palabras, pero el ente no le dio de nada. - ¿Esto está bien? - Garras presionando su cuello de forma insistente, pero sin herir.

- ¿No debería ser Usagi quien lo haga?, un minuto es un minuto. - No es que fuera mucho, honestamente.

- Cierto. - Concordó el ente, solo para agregar de forma un tanto curiosa: - Pero yo soy Usagi. - Las garras bajaron a donde estaba herido. - Tu solo quieres que sea Bunny-chan. - Lade la cabeza cómo si de un niño curioso se tratará.

Fue aquí en dónde entendió algo. Y no pudo más que reírse. Era una verdadera lástima que no le podía decir a los demás, les sería bastante útil saberlo.

- ¿Entonces qué sería lo que más te molestaría? - Era pedir una masacre. - ¿Qué te haría perder la cabeza y que no pienses bien? - ¿Qué haría a Usagi dejar el razonamiento a un lado, lleno de rabia, y por tanto incapaz de planear?

- Qué tu muerte no tenga mi marca. - Fue la respuesta tranquila de un ente que dejó de tocarlo casi inmediatamente. - ¿Qué tal esto?

Hizo una doble toma al ver su brazo de plástico, y ante un clic entendió sin necesidad de ver el resultado. Estaba bastante seguro de que eso no estaba allí antes.

- Real o no, tú existes. - Y para no oír una negación, eligió ese momento para hacer la fechoría.

~o~x~o~x~o~

- Si saben que la razón por la cual ando aquí es para que no me molesten, ¿no es así? - Ese fue el saludo de Manticore tan pronto los vio.

Sabía que el ente estaba hablando más con el que con los otros dos, incluso si no lo estaba mirando y andaba detrás de los otros dos para que no le destruyeran la biblioteca. Era un espacio bastante agradable, más o menos oculto, podía ver muy bien porque Manticore se la pasaría aquí.

Se sentó en el sofá que vio más cómodo, preguntándose internamente cuánto planeaban molestar a Manticore antes de moverse a otro sitio. Según lo dicho por los otros dos, no pasaba nada si se quedaba un rato en una habitación, pero si pasaba mucho tiempo… Y claro, mucho dependía del estado de humor de Usagi y si acaso estaba ocupado en alguien o algo más. Eso, por desgracia, no había forma de saberlo sin ver a Usagi. Si, había preguntado. La respuesta sarcástica fue que sería encantador saberlo cuando quisieran.

Tampoco tenían idea de quién seguía vivo y quién no. Al menos sabía que sus subordinados eran todo menos fáciles de matar. Darían pelea y-

- ¡GGGGGGRRRRRRRRR! - El piso tembló, junto con todo en la habitación.

Se hizo un silencio opresivo luego de tal rugido de rabia. No tenía ganas de saber que había provocado eso, de verdad que no-

- Chicos, ¿qué mierda está haciendo eso? - Se oía como si lanzaran cosas de un lado a otro, cosas muy pesadas.

Long y Dragón se miraron, tensos y ubicando la dirección del sonido. Manticore, por su parte, tragó pesadamente antes de informarle en voz muy baja:

- Alguien ha hecho enojar a Usagi. - Y no cualquier clase de enojo, si todo el-¡crash!

- ¡Nos vamos! - Cuando veías media cama sobresalir de la pared cuando hace unos segundos no estaba, y casi te aplasta, por supuesto que te irías. - ¡Manticore!

Minutos más tarde hizo una doble toma al ver a una figura negruzca, muy grande, arrojar un sofá de un lado a otro. Fue solo por un par de segundos, ni siquiera lo vio completo, pero lo aterro.

Si había algo con lo cuál tuviera que compararlo, sería con un hombre lobo sin verse como un lobo. No tenía mucho sentido, pero las garras, la cola gigante, el pelo y las enormes orejas, por no hablar del collar de colmillos que cargaba en el cuello…

Esos rubíes que tenía de ojos no decían nada bueno, estaba seguro. Si ese era Usagi, temía preguntar qué lo había puesto así. Por otro lado, si fue alguno de los chicos, tenía que aplaudirles. Y lamentar su pérdida, porque estaba bastante seguro que no habrían molestado a Usagi si hubieran podido evitarlo.

- Maldición… - Eso era poco que decir, viendo partes de cuerpos cercenados, medio comidos, y regados, sangre por doquier.

Nadie comentó nada y lo apreció en gran medida cuando se topó con la cabeza de Leviatán. En todo caso, solo fue jalado en otra dirección, en silencio.

Saber que era casi imposible que todos salieran con vida de aquí no quería decir que hacía menos pesado o menos doloroso saber que uno de tus amigos estaba muerto, como murió, y más aún verlo así. No, nada hacía menos pesado el golpe.

- Okami y Sphinx están fuera. - Comentó Manticore con voz temblorosa. - ¿Vale la pena traerlos al tablero?

- No. - Dragón negó inmediatamente, la más serena del grupo dado lo ocurrido. - No sabemos si lo sentirá o no, lo último que necesitamos es llamar su atención. - Hubo una maldición en voz baja. - Jamás hemos visto a Usagi de esa forma…

Eso era tanto un lamentó como la declaración de un hecho terrorífico por parte de los entes. Ninguno sabía que y que no podía hacer Usagi estando así.

En pocas palabras, estaban a oscuras completamente.

~o~x~o~x~o~

- No sufrió. - Le recordó nuevamente Tiger, como si eso cambiara en algo lo que había pasado.

Leviatán estaba muerto. Muerto. ¿Qué importaba si sufrió o no?, estaba muerto y fue su culpa.

- Si no hubieras molestado a Usagi, no hubiera sido rápido. - La nueva voz no ayudó a sus nervios, eso era seguro.

- Usagi disfruta de torturar a sus víctimas, y no de formas convencionales. - Alguien más. ¿Cuantos putos entes había aquí?

- Sheep, Bear. - Saludo Tiger, arqueando una ceja a Bear.

- No deja de necearme. - Se defendió el ente con máscara de oso. - Temo que se vaya a meter con uno de ustedes sin decirme nada otra vez. - ¿Osea que ya había pasado? - No es peleadora, no hay mucho en lo que pueda ayudar, pero-

- Algo es algo. - Rodó los ojos en esto. ¿También había disputas familiares en todo esto?

- A menos que tengan algo-

Una horripilante sed de sangre detuvo la conversación justo a tiempo para ver a una criatura negruzca, con orejas muy largas que no parecían de conejo y aún así no sabría con qué otra cosa compararlas, garras enor… mes…

- ¡¿Es que no te cansas o algo?! - Maldita sea, ¿no podía perseguir a alguien más o conseguirse algo más productivo que hacer? - La forma de un ente fantasmagórico del inframundo no es tan terrorífica como la de antes Tumayonesa. - Aunque no estaba para nada mal la idea.

- ¿Acabas de llamar a-

- ES USAGI MALDITO DESGRACIADO DE MIERDA. - Wow, era rápido.

- ¿Te has fijado en que tu máscara ya no está Tumayonesa? - Si no podía hacer más que enfurecerlo, pues lo haría con gusto. - Me gusta más Tumayonesa, pelusa gigante. - Caray, la silla le rebotó.

- ¿De dónde diablos saco Tumayonesa? - ¿Ese no era su nombre?

Alguien lo agarró por el cuello de la camisa, justo a tiempo, porque la puerta que agarro de escudo no sirvió de nada.

- ¡SOLO ESPERA MEQUETREFE!, ¡TE DEVORARE VIVO!

- ¿Tú y cuántos más Tumayonesa? - Le valía un colmillo todo.

- Es Tsunayoshi, ¿por qué no lo pruebas? - Le dijo Tiger, y así descubrió quién lo estaba cargando como un saco de papas. Otra vez.

No era el único, Tiger también estaba cargando a Sheep. Hizo una mueca al ver cómo Bear no logró parar a Usagi ni por dos segundos. Fue movido como una mosca. Tal cuál.

- ¿Tsunayoshi? - Preguntó en voz alta, queriendo saber que tenía de divertido tal nombre. - ¿Por qué un nombre de pescado? - Iba a preguntar otra cosa, pero fue interrumpido por un rugido muy molestó. - Eso no mete miedo, Tsunayoshi. - El ente en definitiva odiaba de sobremanera el nombre.

- Hibari. - Siseo Sheep, no sabía por qué.

- No creo que cabalgar a Tsunayoshi sea una buena idea. - Aunque era una buena distracción.

- Es bueno recordarle exactamente quién es, ¿no lo crees Kyoko? - No veía la gracia, pero no se iba a quejar cuando podía ver a un ente tratando por todos los medios de domar un monstruo. Y fallando.

- ¡De eso es de lo que hablo Tsunayoshi! - Le daba cosa con Bear, pero wow.

Sheep no apreciaba la vista, y Bear seguramente menos. La forma negruzca que parecía humo estaba haciéndose… no, perdón, se estaba apartando. La boca se agrandó mucho y se unió al collar. El resto…

- Tiger, no es por nada, pero Tsunayoshi tiene un nuevo traje. - Y máscara.

La forma de antes paso a una piel, como quien dice. Los ojos seguían allí, pero ya no estaban en el rostro de antes. Era como antes, cuando aún tenía la máscara intacta. Solo que ahora la máscara era la piel de una criatura horrible que cubría mucho, pero era piel y era una que parecía estar allí y no estar allí al mismo tiempo.

- Deja de molestar. - Hizo una mueca ante la cabeza cercenada que fue arrojada a un lado, al igual que un cuerpo inerte gracias a una cola que no debería de moverse por sí sola.

- ¿Podrías pisar el acelerador? - Aunque tenía el mal presentimiento de que la velocidad no valdría de mucho. - Tsunayoshi mato a Bear.

Luego entrarían en detalles de cómo Usagi no fue más que irritado por tener a alguien tan grande como Bear encima-

- Es Usagi, imbécil. - Ojos rojos como la misma sangre, sin pupilas y completamente vacíos, como rubíes con poco brillo, sin vida, unidos a un rostro increíblemente frío. Marcas de color rojo adornaban la parte baja de sus ojos, como maquillaje, mucho más brillante que los propios ojos.

- Tsunayoshi. - Ignoró el dolor de su hombro, ignoró el cuerpo bajo suyo, ignoró a la chica en pánico. - Ese es el único nombre por el cuál te llamaré.

Verse frente a frente otra vez en menos de un pestañeo no lo asustó como debió. Le daba risa, y no lo ocultó.

- Ni siquiera sabes quién es el poseedor de tal nombre. - ¿Oh?, ¿y era eso un impedimento?

- Él no, pero yo sí. - Escapar no era exactamente una opción, pero agradecía a Sheep por apartarlo. - Deja de ser un bravucón Tsuna-kun.

Usagi no lo había matado aún porque no le había dado la gana.

- Tsunayoshi no existe, los mataré tantas veces haga falta para que olviden tal nombre. - Arqueó una ceja, extrañado ante tal elección de palabras.

- ¿Pero ese no es tu nombre real? - Bajo la cabeza justo a tiempo, o la hubiera perdido. - Cielos, ¿todo esto por un nombre? - Quedó frío al dar con Sheep de reojo.

En qué momento Sheep había terminado con una lanza en la frente guindando de la pared…

- Soy Usagi, y ya es más que hora que todos entiendan eso de una vez por todas. - Esquivo a duras penas, tropezandose con sus propios pies.

Un dolor agudo en su hombro derecho lo desorientó, porque el ataque había sido a la izquierda. No tuvo tiempo de nada, porque todo dejo de tener sentido.

Sin importar cómo se moviera, recibía un golpe de todas formas.

~o~x~o~x~o~

-... idea de a donse vamos? - Bostezo profundamente, preguntándose quién demonios venia a molestarlo ahora. No quería saber nada hasta que todo hubiera pasado. - ¿O vamos a estar caminando en direcciones aleatorias?, si es asi, ¿podríamos ir a otro lugar en donde no estemos caminando en sangre? - Pues no, no por un buen tramo.

Había venido aquí precisamente porque a nadie le gustaba caminar por tanta sangre. A parte del asco, de las cosas flotando que era preferible no ver, de los huesos y demás cosas que eran mejor no mencionar, era peligroso. Una alta probabilidad de resbalar, y nauseas. Un terrible lugar para ser perseguido. Correr por un montón de huesos y/o cadaveres era… en su opinión al menos, relativamente más seguro.

-... mayor distancia, ¿acaso no oíste aquello? - Esos eran… ¿Shark y Leopard?, ¿que diablos hacían sin máscaras?

- ¿Que hacen?, si Usagi los ve sin máscaras los va a castigar. - No quería pasar por eso otra vez. Nadie lo disfrutaba, excepto Usagi por razones obvias.

- ¡Cerberus! - No, no señores, no se alegren por verlo. No se iba a meter en nada de esto, muchas gracias. - Usagi esta sumamente molesto, así que no importa si mucho una máscara.

- Si viene y los hace adorno colgante por dias luego no digan que no se los advertí. - No, definitivamente el no se estaba-

- Con que aquí están. - Abrió la boca para decir que no había hecho absolutamente nada, que no lo incluyera en el paquete, cuando notó quien hablo.

- ¡¿Qué demonios es eso?! - Ese no era Usagi, Usagi al menos parecía humano.

Pegó un chillido no muy masculino que no admitiría cuando de un segundo a otro el monstruo estaba en frente de él, garras demasiado grandes demasiado cerca-

- Te dijimos que anda sumamente molesto. - Explicó quién lo rescato de ser cortado en dos. Los cortes se arreglarian en un apr de minutos si tenía suerte.

- ¿Me estás diciendo que "eso" es Usagi? - No podía ser, no podía ser.

¿No podían haberlo dejado en paz hasta que todo esto pasará?

~o~x~o~x~o~

-... sentido! - Miro de reojo al ente de negro y purpura, cuya mascara era la de un perro y cuyos hombros tenian la forma de la cara de un perro.

Cerberus. El perro de tres cabezas que protegía las puertas del infierno. No se sentía muy protegido con él, pero tampoco podía culparlo por su pánico ante Usagi.

- Los mataré a todos, uno a uno, una y otra vez… - Lussuria estaba casi seguro de que Usagi sabía exactamente en dónde estaba cada quién, solo por la forma en la que esos orbes rojos se movían. - Una y otra vez…

Ahora de verdad parecía un monstruo. ¿Como diantres término en eso?, ¿que diantres le dijo Squalo?

- Te encontré. - Se oyó justo en su oído, a su lado, y no pudo evitar ñegar el grito al cielo cuando se encontro con la bestia tan cerca que podría tocarlo.

Maldiciones volaron y no miro atrás en ningún momento, corriendo sin saber a dónde y rezando porque no fuera a terminar en un rincón sin salida o resbalar de verdad porque correr en charcos y trozos de solo Dios sabe que no era sencillo. Señor, queria un baño a como de lugar tan pronto pudiera. Estaba hecho un asco, en todos lados. Y quería olvidar por completo esta pesadilla. No importa lo que le dijeran o como se lo dijeran, esto era una pesadilla. La cosa de atrás que lo seguía fielmente bien podria ser un demonio.

Oyó un chasquido enfermizo y una maldición, pero no volteo. No, siguio su camino a solo Dios sabe dónde. No iba a pelear con esa cosa, no creia que pudiera hacerle algo y nis iquiera tenía agua bendita o un crucifijo. Ni siquiera era religioso, para empezar.

Fue empujado duramente por alguien, justo a tiempo para ver al monstruo seguir de largo y perforar una pared como mantequilla. Su salvador no espero ni un segundo antes de obligarlo a levantar y prácticamente arrastrarlo, dejando atras a dos entes que desafiaron a Usagi. No necesitaba ver ara saber que los sonidos y quejidos que siguieron no significan nada bueno.

En todo caso, Usagi los descuartizó. ¿Como sabía?, porque Cerberus no fue lejos, solo los oculto y le tapo la boca. Por las ranuras vieron al monstruo pasar de un lado a otro con diferentes aprtes de cuerpos, pudieron oir los sonidos que eran mejor no mencionsr, estuvieron alli para el show. Uno que duro un apr de minutos cuando mucho.

- Los encontraré… - Salir de aquí no iba a ser sencillo. Quedarse no era exactamente una opción.

Por un largo tiempo se mantuvieron en esa posición, al punto en donde ya no sentía las piernas, hasta que algo pareció llamarle la atención a Usagi y despareciera del sitio. sin sonido alguno, sin nada.

- Su audición es muy buena, la mayoría de las veces es por el sonido que sabe en dónde estás. - Fue un susurro tardío, de alguien que no se confió hasta que pasara un buen tiempo en no ver ni sentir nada. - Será mejor que vayamos con los otros, Long nos ayudará. - Todo en susurros.

Hubiera sido grandioso si, justo después de salir, una risilla justo detras de ellos no hubiera sonado.

- ¿Realmente creían que los dejaría ir? - Sonó casi curioso. - No, por supuesto que no, nadie se salvará hoy, los mataré tantas veces hagan falta…

¿Falta para que?

~o~x~o~x~o~

- Algo no está bien. - No, claro que no. Llevaba rato mencionandolo.

El lugar estaba muy callado, muy silencioso, muy quieto. Oscuro de una forma en la que no estaba antes. Había algo que le ponía la piel de gallina desde hace-Maldijo a todos, su corazón en la garganta al sentir algo agarrarlo del pie.

- No quieres ir por allí. - Eso era… ¿una máscara de perro?, ¿en serio?, ¿un perro? - Nos ha estado matando, en sucesión, sin parar… - Ah, era un ente, era… espera, que. - No vayan por ahí, no hagan ruido, y no se confíen si se va. - Estaba hecho jirones.

No se sorprendió de que dejará de moverse, de respirar, tan pronto terminó de hablar. Los otros dos entes habían quedado muy callados, y eso no significaba nada bueno. Iba a preguntarles cuál era el camino más cercano a largarse de allí, cuando oyó claramente:

- Ya decía yo a dónde se metió. - El ente sonrió, Xanxus estaba seguro de eso, podía sentirlo. - Long, Dragón, gracias por ahorrarme el trabajo, pero no crean que no los voy a castigar igualmente. - ¿Cómo demonios se había convertido en esto?

Si antes no era obvio que estaba tratando con algo sobrenatural antes, ahora era dolorosamente obvio. ¿Como esto era posible?, ¿qué rayos había pasado?, ¿cómo terminó en esto?

- ¿Oh? - Sonó un enfermizo chasquido justo después de esto, como si algo hubiera sido pisado y quebrado como fruta debajo de pies humanos. - ¿A dónde creen que van? - Muy, muy lejos de-

No era alguien de dar gritos, pero esta vez fue una excepción al verse cara a cara con el ente que había dejado atrás, tan cerca que se lo llevó por delante y cayó gracias al impacto. El ente no se vio afectado en nada por esto. En todo caso, Xanxus estaba seguro de que sonrió a pesar de no poder verlo.

- Me temo que los juegos acabaron hace rato. - Ladeó la cabeza, sin ser afectado ante un golpe que Long le metió en la cara. La cabeza giro de una forma que hubiera significado la muerte a cualquiera, pero no a este ente que volvió a la "normalidad" en segundos. - ¿Quieres ir primero?, no hay problema~

Aprovechó la oportunidad para correr, correr lo más lejos que pudiera, y no miró atrás incluso cuando Dragón dejó de seguirlo, dándole más tiempo de huir.

Honestamente solo dejó de correr cuando ya no era capaz de oír nada más que los latidos de su propio corazón. Si al menos tuviera un arma con que darle un golpe a esa cosa no se sentiría tan inútil. Depender de otros para sobrevivir no estaba en sus planes-

- No podemos quedarnos aquí. - Casi salta en el sitio ante el repentino susurró. - Eso es nuevo, no creo que Long y Dragón hayan podido durar al menos la mitad de lo que podrían hacerlo. - Eso no daba buena señal, en lo absoluto. - Si sigues derecho y al final cruzas a la izquierda, terminarás en un área grande con múltiples salidas. Vete ya.

Si se lo decían por las buenas...

~o~x~o~x~o~

- ¿Tu también? - Más que una pregunta, era una observación. - Desearán no haberme apreciado. - Qué extraña combinación de palabras.

¿Apreciado?, eso era nuevo.

- No eres Tsunayoshi. - Era un hecho, por más que todos quisieran negarlo. - Usar su rostro no hará milagros. - Y francamente: - Si tanto lo odias, ¿para qué usas su rostro? - No es que alguien pudiera verlo, casi nunca en todo caso.

Detrás de su espalda, cruzó los dedos y contó desde 5.

- Es mi rostro insolente. - Sonrió, divertido.

- No puedes cambiarla, ¿cierto? - Todos podrían creer que ese era Tsunayoshi, pero no creía tal cosa.

Tsunayoshi Sawada había muerto hace mucho y en su lugar estaba una versión sumamente retorcida que buscaba toda forma posible de definirse como Usagi. Su identidad era un tema importante, así que…

- No puedes escapar de quién solías ser, Tsunayoshi. - Oh si, toda esta transformación era producto de la ira.

Una persona le saltó encima a Usagi justo antes de que esas garras dieran con él. Brazos de inmediato fueron al cuello, y si bien eso hubiera detenido a Usagi por un rato en circunstancias normales.

- ¿Podrías dejar de provocarlo? - No, no valía la pena.

- Es curioso, perdona mi mente científica. - Era una excusa tonta y Colonello lo sabia a la perfección. - Cortarle el flujo respiratorio no está haciendo nada. - Comentó con un repentino temor de que Usagi ya no fuera tan similar a ellos ahora.

En lo básico, Usagi no era diferente a ellos. En todo caso, había concluido que Usagi tenía gran tolerancia al dolor o no era capaz de sentirlo de la misma forma. Si no fuera asi, Usagi no volvería en sí tan rápido luego de una herida fatal o grave, sin tomar en cuenta su nivel de poder que era más alto que cualquiera de ellos. Viendo esto, Usagi no procesaba el dolor de la misma que ellos. Quizás no era más que un inconveniente.

- ¡Eso no sirve! - ¿Hayato? - ¡No respira!

La aclaratoria llegó tarde, y la risa oscura estaba demás. Ver a Hayato le daba un nudo en la garganta. Usagi lo había desmembrado más de una vez…

- No creo que haya algo que podamos hacer que le afecte. - Takeshi, quién acababa de llegar, señalo con una cara muy apagada. - Tsuna anda de un ánimo de-

- Es Usagi. U-S-A-G-I. - Colonello esquivó las garras a duras penas. - ¿Cuántas veces debo despedazarte para que lo entiendas? - Por todos los cielos, Takeshi tenía partes colgando.

- Si crees que luego de todo este tiempo va a cambiar porque lo mates un par de veces más, esperas mucho mocoso. - Lal no andaba de muy buen ánimo, pero en esa condición… - ¿Qué diablos esperas cuando usas su cuerpo?, ¿mágicamente ser alguien más?

Por un momento solo era él y sus pensamientos ante esas preguntas. Lal había dicho algo interesante por una vez…

- Supongo que es de esperarse… - Murmuró para sí. - Estamos hablando de Dame-Tsuna, ¿no es así? - Pero nadie lo llamaba asi, nadie lo-

~o~x~o~x~o~

- Mierda… - En un segundo Usagi estaba alli, buscando matarlo, y al siguiente Verde había sido atravesado como mantequilla y colgaba inerte de esas garras.

- ¿En serio? - Lal hubiera levantado las manos al cielo si hubiera podido. - ¿Solo por que te llamó Dame-Tsuna?

Lal no terminó la pregunta antes de verse en una situación muy similar a Verde, escapando por sus reflejos. Un par de veces. No había forma de esquivar algo tan rápido como lo era Usagi por mucho tiempo.

- Estoy harto. - Tragó profundamente ante los ojos que no mostraban nada más que odio. - Soy Usagi, no Tsunayoshi Sawada, y si tengo que pasar la eternidad asegurándome de que lo aprendan… - Garras y colmillos resplandecieron. En más zonas de lo esperado.

- ¡Es solo un maldito nombre!

No Colonello, era más que eso. Era más que un simple nombre, si esa sonrisa macabra que se veía a destellos decía algo.

~o~x~o~x~o~

Algo muy suave y afilado corrió por su cara, otra vez. Sea quién fuera que estuviera con ella no era nadie quien conociera. No había sido tan amable como Haru o su hermano. No había sido rudo como los chicos. Y no había sido tan desinteresado como el resto.

El único que se quedaba era su hermano. Este ser se había quedado, de inicio a fin, y su trato había sido sumamente gentil. Eso, por más que quisiera negarlo, era nuevo. No conocía a nadie con un-Grito, grito como nunca antes lo había hecho y terminó pegada a una pared.

La criatura no se movió, quedando con las garras extendidas, tocando el aire. Era una criatura sumamente tétrica, era… un momento.

- ¿Y la sangre? - Porque el único ser monstruoso era Usagi. A menos que hubiera otro y nadie le hubiera dicho nada.

- ¿Hace falta? - Fue la respuesta baja, garras bajando al suelo. La voz era familiar, demasiado familiar.

- ¿Tsuna-kun? - Era tan extraño, era tan… Oh, Nana mataría por esto…

En lugar de responderle, el ser frente a ella salió con:

- ¿Por qué no vas al teatro? - Tan pronto estas palabras fueron dichas, se vio sola, como si hubiera estado con alguna especie de ilusión.

Para ser una ilusión, eso se sintió tan real como el recuerdo de buena suerte que había quedado en el suelo y ahora estaba en sus manos.

~o~x~o~x~o~

- Mataré a quién sea que tuvo la magnífica idea de hacer laberintos macabros gigantes sin un maldito mapa. - Estaba bastante seguro de que había dado al menos 5 vueltas en el mismo sitio.

¡Estaba perdido!, ¡totalmente perdido!

Bueno, podría ser peor. Podría estar siendo perseguido por Usagi, así que andaba bien. Super perdido, cansado y queriendo dormir por un par de años, pero bien. Y pensar que marcar los pasillos no sirviera de nada, las marcas se borraban. Si alguien creía que era divertido, lo mataba.

- Sería grandioso si Tsunayoshi bueno apareciera y me diera un mapa. - Murmuró para sí, dejándose caer en una silla y preguntándose internamente si los otros estaban pasando por esta misma frustración de no saber en dónde diablos estaban yendo.

Le encantaría saber como hacían los entes para saber a dónde diablos iban. Le sería extremadamente u-

- ¿Tsunayoshi bueno dices? - Si no estuviera tan cansado y obstinado de seguro salta de la silla.

- Bunny-chan. - Aunque ahora que lo decía… - Bueno, Usagi, al final es Tsunayoshi. - Máscara o no, quién estaba detrás era el mismo. - Es confuso, ¿cómo diantres le hacen?

- Tal vez deberías de preguntarte cómo le haces tú. - Hizo una doble toma ante este ente, quien apareció de las sombras como si estas fueran de su propiedad. - Solo hay un Tsunayoshi, uno que odia con pasión recordarlo. - El ente rodó los ojos, diciendo solo con eso cuan estupido consideraba tal cosa.

- Todos los demás andan con máscaras. - Aunque con el traje que tenía… - ¿Reborn?

El traje era negro con tintes azules, al moverse parecia fuego magico. En realidad… eran plumas, su traje estaba hecho de plumas… Eran tan similares y translúcidas que no lo parecían a primera instancia. Menos mal que eran de colores oscuros, y estaba casi seguro de que el traje tenía fondo negro, pero aún asi...

- Esta es mi máscara. - El hombre se llevo una mano al sombrero y lo movió para que lo viera mejor por unos segundos. - Tsunayoshi aun no me lo perdona, pero no voy a soltar mi sombrero. - Pues era el sombrero típico del mejor asesino del mundo, solo… solo tenía plumas a un costado, y lo que parecía ser un pico. - Mi código es Phoenix, ¿tienes idea de lo ridículo que es ir con una máscara de pollo? - Solo falto decir que ni muerto lo verían usando algo así.

Tomando en cuenta que esta persona estaba muerta… pues de verdad estaba cumpliendo con lo no dicho. La imagen mental no ayudaba, ¡un pollo!

- Te crees bastante especial para creerte una ave mítica que es incapaz de morir, ¿eh? - Y altamente irónico, ya que esta persona estaba muerta.

- No fui yo. - ¿Ah? - Tsunayoshi prepará los atuendos y máscaras de todos con meses de antelación. - Algo oscuro pasó por esos ojos demasiado rápido como para analizarlo. - Ese idiota debió de pensar en mi como en alguien incapaz de perder. - La amargura al final no lo sorprendió.

- Hablas como si estuviera muerto. - Y técnicamente lo estaba, pero detalles. - No creo que Usagi crea algo así, no creo que te diera la representación de un fénix, pero Tsunayoshi si. - Quizás estaba hablando demás, pero: - ¿No eras su tutor?, para un mocoso civil bien podrías haber sido una catástrofe en forma humana. - O: - Tal vez algo mágico. Nunca lo dejabas caer, ¿no es así?

Pero no podías ayudar a alguien cuando ni siquiera se sabía en dónde estaba. Eso debió de comer a Reborn por mucho tiempo al igual que a ellos.

- ¿Has hecho sufrir a los desgraciados? - Reborn no iba a responderle lo anterior, se había ido a un lugar lejano. Tal vez no respondería esto.

- Como no tienes una idea.

- Bien. - Mucho más que bien. - Espero que no te moleste que me una si muero aquí. - Era seguro, en su opinión: - Tsunayoshi anda muy molesto conmigo y casi me mata, sin querer rompí su máscara. - Y hablando de eso: - ¿Cuál es el apego al nombre de Usagi?, no le agrado llamarlo por su nombre. - Aunque ya de por si andaba de malos ánimos por lo de la máscara así qué quizás no era tanto lo del nombre…

Reborn arqueó una ceja, tomando asiento en frente de él. No era el mejor lugar, pero hace rato que había tirado al suelo los huesos y el corazón que estaban de adorno.

- Tsunayoshi odia con pasión ser llamado por su nombre o que toquen su máscara. - Esto fue dicho lentamente, como si fuera algo muy tonto de decir.

- Eso no explica por qué. - Después de todo: - Los demás que he visto no se molestan, y no son psicópatas. - No es que hubiera visto muchos, pero aún así… - ¿Cuál es la insistencia en ser Usagi?, debe de haber una razón. - Porque simplemente: - La parte diabólica y psicópata no necesita de un disfraz o un nombre para funcionar. Y la doble personalidad no creo que sea cierta, pero es lo único que se me ocurre para explicar a Bunny-chan… - Eso o que Tsunayoshi estaba loco y dudaba que fuera eso.

- No lo sé, y podrías haber visto solo un espejismo. - El asesino se encogió de hombros. - A veces, Tsunayoshi aparece aquí y allá. No habla, no se siente, y nadie parece notarlo. No dura más que un minuto o dos, y pasa muy rara vez. No creo que sea real, muchas cosas aquí son sólo imaginación, como todo esto. - Reborn señaló la mesa y luego la habitación en donde se encontraban. - Eres la primera persona que me dice que lo ve.

- La primera sería Xanxus. - Y: - Se le apareció y le dio una nota, advirtiendo de no aceptar ninguna clase de trato. ¿Eso puedo hacerlo un espejismo? - Aunque andaba metido en una extraña realidad…

Reborn no respondió por un largo momento, y cuando lo hizo fue algo bastante diferente a lo que hubiera esperado:

- Tsunayoshi no era muy feliz con su vida, era un chico que no le iba bien en la escuela y no tenía amigos. Solo asistía por su madre, y tenía un amor de cachorrito con la chica popular de la escuela. Nada extraño allí. - Era de esperarse, ¿qué muchacho no se enamoraba por un rato de la chica popular? - Si fuera por él, no saldría de su cuarto. A nadie le hubiera importado, excepto su madre. - ¿Así de mal? - No era feliz, no realmente. La cosa cambió cuando comenzé a empujarlo a conseguir guardianes. La compañía lo hizo feliz, incluso si no sabía cómo tomarla. No quería el puesto del Décimo, pero tampoco quería soltar a su nueva familia. Es un cielo, al fin y al cabo.

En eso no había dudas, recordaba esas llamas, aunque no con la claridad que desearía.

- Este lugar corrompe las almas puras. No es de sorprender que Tsunayoshi aceptara el trato para que ninguno de los chicos pasara por esta pesadilla, pero perdió. - Reborn apretó el puño y de la nada golpeó la mesa varias veces. - Es un mocoso, y solo quería sacar a sus amigos de aquí, de seguro ni siquiera estaba pensando en él mismo. Este lugar tomó su alma y la retorció. - Otro golpe a la mesa, más fuerte. - Nadie está seguro de cómo funciona o que en verdad paso, pero Usagi apareció y se convirtió en el ser más fuerte y por tanto quién controla el lugar. O parte del mismo. No creo ni por un minuto que alguien pueda controlar un lugar maldito como tal, en especial cuando son creados por tal sitio… - Y justamente eso era lo que era Usagi.

- ¿Y el resto no? - Era extraño. - El mocoso de la tormenta te creo que no, ¿pero el de la lluvia? - ¿el niño del trueno?

- Y es allí en donde tengo mis dudas. Y en dónde no concuerdo con nadie. - Tomando una respiración profunda, Reborn lo miro a los ojos antes de decir: - Desde que Tsunayoshi está aquí, nadie más ha pasado por lo mismo. Y hay niños pequeños. - Haciendo imposible que no haya al menos un alma pura que destruir.

- Crees que el mocoso ha impedido que este lugar corrompa a alguien más. - Concluyó, sin ser sorprendido por esta conclusión.

- Más que eso, creo que nos está apartando de los efectos nocivos de este lugar. Tendrías que ver como existen los demás… - No debía de ser para nada bonito si un asesino experimentado como Reborn se mordía el labio. - Podrá decir lo que quiera, actuar como un perfecto desgraciado, y hacer cosas horribles, pero nada de lo que hace se compara a lo que impide que este lugar nos haga.

Asintió, y esperó. No fue decepcionado:

- El lugar corrompió a mi alumno, pero no lo destruyó. - En voz más baja, triste: - Usagi odia a Tsunayoshi porque Tsunayoshi no era feliz consigo mismo, Usagi es alguien más y es alguien que es bueno en lo que hace. Tsunayoshi se enamoró de su familia, de no estar solo, y Usagi no desea estar solo, pero su forma de dar afecto es a través del dolor y desprecia ser recordado y comparado con Tsunayoshi. - Como un lamento: - Tsunayoshi sigue allí, en el fondo, pero nadie lo ve porque no lo conocieron lo suficiente en vida.

- Hmmm… - ¿Qué podía decir a eso? - ¿Entonces solo nos anda reuniendo? - Por un lado era dulce, pero por el otro… - Más razón para hacerle la vida miserable a quién mató al mocoso, ¿no crees? - Eso saco un bufido por parte de Reborn. Algo era algo.

- Queda una hora. - ¿Y cómo demonios sabía eso si no había reloj fiable en ningún lado? - No sé cómo sigues vivo. - Francamente él tampoco.

- He tenido ayuda. - Porque por sí solo no fue. - Sabes, ahora que lo pienso, no me extraña porque fue por los Arcobalenos. - Todo por la persona que tenía enfrente, obviamente. - Estás muy alto en su escala. - Reborn fue puesto en un pedestal por el mocoso.

Un fénix. Un ser inmortal, mítico, mágico. Capaz de sanar cualquier herida. Poderoso. Y como si solo la temática no fuera suficiente, el traje.

- Lo sé. - Por supuesto que lo sabía. Había que ser ciego para no notarlo. - ¿Quieres pasear?

- Solo si sabes a dónde vas, estoy harto de dar vueltas. - Podría ser peor, lo sabía…

Esta era la forma de Reborn de decirle que lo acompañaría hasta el final. Fuera bueno o malo, estaría allí. Por todo lo que sabía, podría ser el único que quedaba.

Nunca se imaginó que volvería a ver a los mocosos de está forma. A nadie, con toda honestidad.

~o~x~o~x~o~

- Esto no es bueno… - Murmuró para sí, viendo el camino marcado por garras, sangre y restos humanos que intentaban reformarse.

Sin pensarlo mucho, removió los obstáculos y siguió su camino lo más rápido posible. No podía perder tiempo, y no podía por sí sola. Quedarse no era una opción, pero no hacer nada no era favorable.

- Revivanlos. - Ordenó sin molestarse en asegurarse que la oyera. - Qué nadie quede abajo. - Nunca hacían nada, por temor y porque su aporte era mínimo.

Sonrió ante las pequeñas sombras que se movieron por el rabillo del ojo.

Quizás no podían hacer la gran cosa, quizás ni siquiera sabían defenderse apropiadamente. Pero podían asegurarse de que nadie quedará inutilizado, incluso si solo era por un rato. Si estaban dispuestos a seguir este juego, quizás podrían hacer algo más que ver como Usagi ganaba con creces una vez más.

Esperaba que sirviera de algo. Esperaba que esto fuera lo que Tsuna quería que hiciera, ¿qué más podía pensar al conseguirse con esto?, había más de una forma de llegar a un lugar después de todo.

- Espero que sepas lo que haces. - Fue una advertencia de alguien que no se quedó a hablar o esperar una respuesta.

Oh Deer, ella también lo esperaba.

~o~x~o~x~o~

- ¿Ya te cansaste de correr pequeña rata? - Si no se sintiera perseguido como uno, hubiera respondido que no era tan grande como para decirle pequeño y si alguien se veía horrible no era él.

Tan pronto lo vio sabía que Usagi solo estaba jugueteando con él al darle la falsa creencia de que podía verlo venir. Eso no quería decir que no lo estaba intentando matar y lo hubiera logrado con un descuido o un paso en falso. O que pudiera seguir esquivando, corriendo y bloqueando el paso indefinidamente. La última ni siquiera era válida, Usagi aparecía y desaparecía dónde y cuándo quisiera.

- ¿No tienes otras ratas a que perseguir? - Le había tirado cosas, incluyendo un bastón que vio accidentalmente y valió de nada.

- Tu eres la más grande. - Genial.

- ¿Hay algo que te afecte? - No podía seguir en esto indefinidamente, ambos lo sabían.

- ¿Me crees tonto? - Había algo entonces, ¿pero qué? - Eres el último que falta, ¿crees que tienes oportunidad?

Con que todos los demás habían sido asesinados ya, ¿eh?

- ¿Por qué te ríes? - No iba a darle la satisfacción de ver su malestar ante las noticias.

- ¿Estás orgulloso por derrotar a otros cuándo eres invencible?, por favor, así nadie gana Tsunayoshi. - Ante esas condiciones era imposible ganar.

- Es bueno estar de este lado por una vez. - La única razón por la que aún tenía su cabeza intacta era por un trozo de tubo. Así de cerca podía ver ese rostro, en especial esos ojos que ardían en odio. - ¿Cómo se siente estar de ese lado?, ¿no poder hacer nada y aún así ser recriminado por ello? - ¿Uh? - Qué te acusen de no esforzarte, de no intentarlo, pero jamás tienes la oportunidad de hacerlo y si lo intentas no te lo permiten. - El no era Bel, o Lussuria. Esto no era lo suyo.

- ¿Y? - Un lugar monstruo lleno de resentimiento. Genial, justo lo que faltaba. - Los anillos me rechazaron, por algo tan estúpido como lo es la sangre. - Si iba a hablar de cosas que no se podían cambiar…

- ¿Qué importancia tiene un anillo? - Un bufido y un gran empujón que lo dejó en el piso. - Te quejas por una estupidez y estás arriba, y lo estarías más si dejaran de lado las tradiciones. - Con desdén y poniendo un pie en el pecho de su víctima, Usagi preguntó: - Siempre has estado arriba, ¿qué tal se siente estar abajo por una vez?

- Al menos veré a Bunny-chan. - No le iba a dar ninguna clase de satisfacción.

- Supongo que ya no verás a nadie. - Sentenció el ente, sin ser perturbado por los gritos o el cuerpo retorciéndose debajo.

~o~x~o~x~o~

- Si vas pierdes. - Fue la advertencia sin ninguna clase de piedad que recibió tan pronto se oyó el primer grito, resonando por todo el lugar.

Miro de reojo a Reborn y tomó una respiración profunda antes de asentir. No había nada que pudiera hacer, solo causaría que lo maten a él también. El objetivo era sobrevivir, no facilitarle las cosas al enemigo. Saber tal cosa ,estar consciente de ello, no lo hacía más fácil. No, definitivamente saber las cosas no lo hacía más fácil en esta ocasión. Después de todo, ¿cómo no desear ir a ayudar a uno de los suyos?

- No se como le han hecho. - La importancia corriendo por sus venas era imposible de ignorar.

- Casi nadie lo soporta. - ¿Ah? - Hacer de cuenta que no pasa es lo más seguro. - Podía… podía comprender eso, por desgracia. No lo hacía más fácil, por supuesto. - Concéntrate en tu objetivo y olvida lo demás. - Reborn ajustó su sombrero, hablando como si no se oyera nada extraño de fondo. - Todo lo demás es sacrificable, métete eso en la cabeza. Es imposible ir en contra de al algo a lo que no puedes herir ni detener, mucho menos por tu c

cuenta. - Había algo más que amargura allí.

- Hablas por experiencia, ¿no es así? - Ninguno de los Arcobalenos debió de caer sin dar lucha. Si alguien sabía de lo que hablaban, debían de ser ellos.

- Por supuesto. - Y aún así no estaba orgulloso de confirmar esto. - Nadie nunca ha salido con vida con Tsunayoshi, pero esta es solo su tercera vez. - Que esperanzas, cielos.

- ¿Seguro que deberíamos estarnos acercando? - Había creído que se estaban alejando, pero el sonido parecía ir en aumento.

- No. - ¿Debería de preocuparse por esa sonrisa tan engreída? - Consideralo una apuesta. En medio de muchos más, ¿crees que Usagi distinga la tuya si no llamas la atención? - En medio de… oh.

- Esconder una roca en medio de otras. - Podía salir con las tablas en la cabeza.

La otra apuesta era alejarse, lejos de todo. De cualquier forma era tirar una moneda al aire. Y sus probabilidades de sobrevivir no habían cambiado, seguían siendo casi nulas. Por tanto:

- No pierdo nada. - Excepto que tendría que controlarse en no reaccionar a lo que posiblemente vería.

Después de todo, ¿por que habían tantos reunidos cerca de Usagi y como Reborn sabía eso?, no es que quisiera una respuesta a eso precisamente, pero hechos eran hechos.

- ¿Solo Xanxus vió a ese tal Bunny-chan? - Ante la pregunta curiosa, que le extrañaba que saliera ahora, sonrío.

- No. - Canturreo como el gato que se comió al canario, una idea formándose en su mente.

Era posible que Bunny-chan hubiera dejado otro mensaje, como lo hizo con su jefe al inicio de todo este desastre. O un par de gestos. Era tonto, porque Usagi y Bunny-chan era lo mismo. Ambos eran el mismo ser, la misma persona, y eso era un hecho ineludible.

- Al menos será divertido. - La verdadera pregunta era si sería divertido para Usagi o para alguien más.

Usagi no debía de estar de los mejores humores, la última vez que lo vio estaba furioso por lo de su máscara. No creyó que fuera a romperla, pero bueno. No siempre se acertaba en todo, y a veces habían accidentes. Por todo lo que sabía, ese hecho bien podría haberlo ayudado así no pareciera.

De otra forma no sabría quién era Usagi, y Reborn no estaría aquí con él. En eso, para bien o para mal, estaba claro.

Si Reborn hubiera querido ayudar, hubiera aparecido desde el inicio, como Mammon.

- Oh. - Se mordió los labios para no comentar o reír.

Su jefe aún estaba vivo, pero no lo estaría por mucho tiempo. Lo había dejado sin ojos, inutilizado de extremidades, y a medio camino de abrirlo como un sapo en el laboratorio de biología durante una disección. Era, increíblemente, un trabajo bastante prolijo. Si fuera más brutal, no le dolería tanto.

- Esto es interesante. - Reborn se llevó una mano al mentón, pensativo. - Se un buen chico y escóndete. - No tuvo tiempo de nada, el Arcobaleno del Sol saltando de ese piso al de abajo como una sombra.

Resopló por lo bajo y negó con la cabeza. No habían buenos sitios en dónde meterse, y no podía irse lejos o hacer ruido. No si no quería perder la leve protección que era tener tantos entes en un solo lugar. Al menos tenía la seguridad de que Reborn mantendría un ojo en él y los otros saltarían a su favor, incluso si era un caso perdido como lo era Xanxus ahora.

No sabía que planeaba hacer Reborn, pero esperaba que valiera la pena. Usagi había cambiado demasiado y parecía un monstruo de pesadillas.

Fran estaría encantado de verlo, estaba seguro, incluso si nadie opinaba que Usagi fuera una buena inspiración para hacer ilusiones.

~o~x~o~x~o~

No podía dejar de reírse, era extremadamente divertido e irónico. Había estado esperando por algo así desde hace mucho. No creyó que fuera a suceder, había mucho más temor que valentía en todos estos chicos.

- Me preguntaba a qué se debía tanta conmoción. - Los suficientemente alto como para ser oído, para llamar a la atención, justo para ver a alguien hacer rodar esa cabeza de una forma antinatural con una patada aprovechando la distracción.

- ¿Qué diantres vienes a hacer aquí señor me vale un colmillo lo que pase? - Sonrió bajo su sombrero, divertido. Por supuesto que le sacarían eso.

- La curiosidad, y que no dejan dormir. - Se encogió de hombros, como si nada le importara. No dio reacción ante el pobre idiota que termino con su espina dorsal siendo arrebatada a la fuerza de su cuerpo… por algo no visto, o demasiado rápido para ser visto.

Esta nueva forma de Tsunayoshi no jugaba con las mismas reglas de siempre. Estaba rabioso. No necesitaba tocar a nadie para hacer daño devastador. Pero tampoco parecía estar pensando bien, o ya hubiera inutilizado a algunos.

No era tan difícil, había piedras, había muebles que podía terminar de destruir y usar sus partes para empalar a alguien… Había opciones, solo decía.

- ¿Que diantres le paso? - Sutilmente buscó su pistola. Usagi no estaría feliz de saber que había robado un arma cuando estaba prohibido tener una.

Nadie seguía eso, no cuando se podía. Era esperar mucho que nadie quisiera un arma para defenderse, incluso si no sirviera de nada. Era un confort, incluso si era inútil en la práctica.

- Enojo. - Rodó los ojos en esto. Obviamente.

- Parece una bestia. - Estaba actuando como una, no solo lucía como una.

- Ni idea. - ¿Incluso Verde?, vaya.

Y creía que lo más increíble era ver a Skull metido en este lío. Al menos nadie estaba siendo complemente idiota, solo buscaban mantener a Usagi lejos de Xanxus. No valía de nada, Xanxus ya estaba muerto. No iba a informarles de ese detalle, esto era demasiado bueno como para detenerlo. Además, la vida de alguien dependía de esto.

- ¡Hey! - Esta versión de su alumno era un peligro. Daba mucho que pensar verlo inutilizar temporalmente a Lal de un golpe. Si es que podía llamarse golpe. La cortó en dos y ni siquiera la tocó. - ¡Tsuna-

- ¿Que haces idiota? - Suspiró para sus adentros. ¿Era tan difícil de creer que apoyaba esto así no lo dijera?

- Dándoles tiempo. - Al ritmo que iba, inutilizaría a todos el tiempo suficiente para volver a sus cabales. Eso, por supuesto, no hacía falta. - ¡Dame-Tsuna!

Aún ahora funcionaba como un encantó. Casi nadie se-¡wow!

- Maldición. - Definitivamente era un peligro.

- ¿Reborn? - Luego se las cobraría. La incredulidad tan extrema estaba demás.

Al menos antes podía pelear contra su estudiante. No ganaría, porqué se recuperaría en segundos, pero podría durar un tiempo. Su estudiante no era más que un mocoso que apenas iniciaba un entrenamiento serio cuando esto pasó. Por combate, estrategia y tácticas, era un mocoso. La parte en dónde se recuperaba casi instantáneamente era lo que le daba la victoria en todo, ayudado por la aparente falta de sentir dolor. Ahora… ¿cómo combatía algo tan veloz y que no podía ver?

Había, más o menos, tres pares de brazos atacando. Un solo par era visible, las otras dos solo podía sentir la sensación. Y no era la única cosa, había algo más, similar a un látigo, que no podía ver. Y no estaba contando las garras ni los intentos de morderlo o derribarlo. No estaba peleando contra un humano.

- Maldita sea. - Definitivamente estaba luchando contra una bestia. Era tanto bueno como malo, pero el mordisco no era apreciado. - Gracias-

Quién lo salvó de perder un brazo término empalado. Hizo una mueca y aprovechó que Tsunayoshi estaba más ocupado quitándose el cuerpo de encima y a los otros dos recién llegados que tratar de matarlo a él. El tiempo suficiente, con toda honestidad.

- Reborn… - Faltaba el "¿que has hecho?", pero estaba más que implicado.

Se levantó rápidamente, colmillos desgarrando su traje porque no iba a darse el tiempo de sacar cada colmillo con cuidado, humo saliendo de su pistola. No dudó en apuntar y vaciar la carga entera en la nuca de su estudiante antes de que alguien intentará interferir.

Ignoró el shock y una que otra persona soltando un suspiro de alivio momentáneo. Tsunayoshi iba a levantarse, claro, pero así demoraría al menos-

- Oh Dios. - ¿Como que…?

Como si no hubiera estado abajo hace unos segundos, Tsunayoshi se abalanzó sobre él. No lo atacó, sorprendentemente.

- ¿Por qué? - Esa era su pregunta, honestamente.

- Deberías quedarte abajo por un rato. - No arriba, como si nunca lo hubiera herido.

Disparos sonaron, para nada. Su plan de tener a Tsunayoshi abajo por al menos 10 minutos no funcionó. Aquí estaba, aún arriba, sangre goteando, pero de resto como si nada hubiera pasado.

Ser salvado en verdad no le importo. No, su mente estaba muy lejos, lejos en el hecho de que una forma segura de noquear a su estudiante por unos minutos no servía de nada ahora. Había planeado un plan de emergencia para nada.

Al menos no era el único que tenía. Siempre había que tener más de un plan.

~o~x~o~x~o~

- Algo está mal... - Murmuró para sí, mirando con suma cautela detrás de los escombros.

Se veía en los rostros de los entes. Todo porque Tsunayoshi no cayó por más balas que recibió de lleno en la cabeza. Ni siquiera tenía idea de que algo así pudiera-

- Ssssshhhh. - El ser exactamente igual al monstruo haciendo trizas a todo, pidió suavemente, una mano con garras ensangrentadas tapándole la boca para que no hiciera ruido.

Miro de reojo al monstruo, luego a quién tenía justo al lado demasiado cerca como para no haberlo notado, varias veces. Eran exactamente iguales. Solo había un par de diferencias, muy pequeñas como para ser notadas sin buscarlas.

Los ojos, eran de una tonalidad un poco más naranja, más brillante, y más vacíos. No había esa ira o ese odio que tenía el otro. La sangre, era otra. Este sangraba, si, pero no era algo externo, venía debajo de lo negro, por la piel humana que casi no podía ser vista. El otro mayormente tenía sangre ajena.

Este debía ser "Bunny-chan", pensó para sí intentando calmarse. Asintió lentamente, diciendo que estaba escuchando, su corazón a mil. El ser lo soltó lentamente, como si no creyera del todo que haría silencio. Si hacía ruido, estaba muerto. No tenía muchas opciones.

- Adelante, izquierda, izquierda, abajo, busca cerradura, derecho, la pared pintada en rojo. Quedate. - Bajo, muy bajo, y lento, señas siendo dadas con garras con suma cautela.

Al terminar, no había nadie allí.

Sin poderlo evitar, sonrió enormemente y memorizó las instrucciones.

~o~x~o~x~o~

- Tsk… - Maldijo una vez más, sin saber que hacer.

Era imposible ganarle a algo que no podías herir, definitivamente. Inmovilizar no funcionaba. Nada funcionaba. Ya no tenía cartas con que jugar. Había planeado entorno a las pocas debilidades que había encontrado en Usagi y en las que ellos compartían. Nada de eso sirvió de nada.

Esto era sumamente injusto. Lo único que le quedaba era hacer que Usagi lo persiguiera, a ver si alguien se recuperaba pronto. Era muy dudoso, Usagi había arrancado partes y las hizo jirones. Eso tardaría en arreglarse, eso-

- Pierdes. - Eso fue lo último que oyó, aún sin saber qué había pasado con exactitud porque sentía dolor en todas partes.

~o~x~o~x~o~

Hizo una doble toma al ver una caja extraña, pequeña, con extraños símbolos, justo debajo de la pared pintada. Pintada en sangre y en lo que parecía ser un círculo satánico, claro está.

Sin pensarlo mucho, se sentó en donde estaba la caja, tomando esta entre sus manos, y se dispuso a esperar. Solo por si las dudas, se aseguro de que su espalda tocara la pared antes de abrir la caja. No había nada, estaba vacía.

Bueno, que sea lo que Dios quiera. No tenía en dónde meterse, y no creía poder escapar de Tsunayoshi cuando fuera encontrado.

Inadvertidamente para él, ciertas cosas comenzaron a evaporarse, una caja tornándose más pesada sin explicación a pesar de estar cerrada.

~o~x~o~x~o~

Para cuando Usagi apareció y, Bel estaba jugueteando con la caja, aburrido e impaciente. No había nada peor que tener que esperar lo inevitable. Solo sabía que Usagi estaba allí porque lo sintió. Era un aura muy oscura, pesada y sanguinaria como para no sentirla.

- Hey Tsunayoshi. - Saludo, esperando ser saludado con garras en su estómago. No paso nada. - ¿Te comió la lengua el gato?

El ente estaba parado a unos pocos metros, orbes rojos sobre él. La falta de movimiento lo extraño. Lo había visto hacer trizas a los otros, ¿por qué ahora la repentina calma?

- ¿Tsunayoshi? - ¿Debía preocuparse o no?

En todo caso, ¿había alguna razón por la cual no preocuparse?

- El tiempo acabó. - ¿Ah?, ¿eso significaba lo que creía que significaba? - ¿Cómo llegaste aquí?, este lugar está fuera de limites. - Vaya resentimiento.

Podía mentir y decir que llego por accidente, o podía decir la verdad, pero no creía que eso fuera buena idea.

- ¿Fuera de límites? - Entonces este era el último lugar al que vendría, porque no creería que hubiera alguien capaz de llegar a esa zona. - ¿Importa a estás alturas?, destrozaste a todos. - De formas muy grotescas.

Si le decía que él mismo le había dicho, no creía salir con vida. Además… no podían haber dos seres con la misma apariencia. Ya no sabía que era real y que no, honestamente.

- Tal vez no. - Concordó el ente, extrañamente. - Felicitaciones por ganar. - Bien podría haberle dicho que alguien murió con ese tono. - Diles que si tanto me desprecian, pueden pudrirse por todo lo que me importa. - "Pudrirse" fue arrastrado, como si quisiera escupir la palabra. - No habrá una próxima vez, disfrútenlo.

Abrió la boca para preguntar porque diablos estaba hablando en plural, pero por alguna razón no llegó a hacerlo. O no llego a oír la respuesta. ¿Por qué?, porqué lo próximo que sabía era que abrió los ojos, adormilado, en un sofá que no había visto en más de un año porque sin querer alguien lo ensució con tinta.

- ¿Belphor?

- ¿Mammon? - Estaba soñando, estaba soñando-

- ¿Chicos? - ¿Leviatan?

- ¡VVVVVOOOOOOOOOIIIIIIIIIIII! - El grito retumbó por toda la mansión, y estaba bastante seguro de que se oyó por cuadras.

- Es demasiado temprano para esta mierda… - Se quejo alguien, alguien que vio morir como quién dice.

Xanxus le devolvió la mirada, pestañeo varias veces, miro sus manos, se revisó el torso, y luego miro a cada persona presente.

- ¿Estamos todos? - No sabía, de verdad que no, pero…

- ¡Hey! - Como Squalo no rompió la puerta jamás lo sabría, pobre puerta. - No soñe toda esa mierda del mocoso queriendo matarnos con máscara de conejo y todo lo demás, ¿cierto? - Se le iban a salir los ojos de sus cuencas. - No estoy loco, ¿cierto?

Negó con la cabeza a duras penas, tratando de no reír a carcajadas.

- Será mejor que hagamos llamadas. - Porque Tsunayoshi nunca específico. - Esta no es la oficina… - Ahora que miraba bien…

- ¿Y de que es esa caja?, no la he visto antes. - Pestañeo varias veces, notando que tenía una caja en manos.

Era la misma caja que había tomado antes, la que estaba vacía. Estaba pesada. ¿Habría algo allí ahora?

- ¿Que dice? - ¿Es que no veían que estaba abriendo el sobre ahora?

Su buen humor cayó, al igual que unas cosas metálicas que no se molestó en ver.

- "Por si no logró salir de esta… - Recitó, tratando de mantener un todo de voz firme, sin ser sorprendido de que todos se acercaran de inmediato a ver. - lo siento mucho. Lo intente, pero no es sorpresa que haya fallado, ¿cierto?, no es nada nuevo." - Estaba escrito en sangre, tenía que ser sangre. Era demasiado irregular, difícil de leer, y demasiado grande. Estaba escrito con los dedos. - "Cuándo regresen a casa, diganle a mamá que la amo, y a Reborn que lo lamento por no dar la talla. Se que saldrán de esta, nada los detiene y esto no lo hará." - Finalmente, e innecesario: - Tsuna.

- Según los demás, Usagi fue uno de los más complicados de matar. - Mammon informó oscuramente, apesadumbrada. - El más entretenido en varías décadas. Reborn no lo soporto. - No hacía falta explicar qué quiso decir con eso.

El mejor asesino a sueldo del mundo era muy dado a sus estudiantes. No iba a tolerar que hablaran mal de ellos. No iba a tolerar que los lastimaran. No iba a tolerar que se metieran con ellos. No lo iba a tolerar.

- Esas máscaras nos van a perseguir por rato, ¿eh? - Eran prendedores, lindos prendedores, en las formas de las máscaras que habían visto.

Era más de caricatura, de peluche, con sonrisas y ojos brillantes, y con los nombres de cada quién justo debajo, los estilos diferentes apra cada persona.

A cierto set tuvieron que parar. Un león, para Xanxus. Una rana, para Fran. Un cocodrilo para Squalo, un toro para Leviatan. un pavo real para Lussuria y para el…

- Una pantera. - No sabía en diantres están basados estas cosas, pero… - Me gusta más esta versión. - Y no las máscaras.

En eso no estaba solo, por fortuna.

~o~x~o~x~o~

- ¿El último? - Había sido más rápido de lo que se podría haber esperado.

- Si. - Había sido un balde de agua fría entender porque no estaban en la oficina.

La confirmación había sido en la forma de llamadas. Primero Fran, queriendo que lo sacaran de donde estaba cuanto antes, y ahora Mammon, confirmando que todos los Arcobalenos estaban de regreso.

Todos estaban de vuelta, menos una persona. Una persona que, en lugar de aparecer descuartizada como debería para estás fechas, estaba enterrada como si el tiempo hubiera seguido su camino en lugar de volver atrás.

Ahora entendía perfectamente las palabras de Tsunayoshi, y el "disfrútenlo" tan amargo que le había dado. No es que eso hiciera nada mejor, honestamente.

Los únicos que parecían tener memoria de lo que pasó eran las víctimas. Incluso sin eso, Reborn estaba teniendo un mal momento en consolar a un grupo completo de mocosos, una madre, sin contarse así mismo.

- Una visita no estaría demás. - era necesaria, honestamente. - No creo que nadie proteste venir a Italia. ¿Cierto? - La última pregunta fue lanzada a un invitado inesperado.

Con tantos ojos en ti, ¿qué más puedes hacer que no sea asentir?