((ACLARACIÓN: el capítulo que puse antes me pareció un asko y por eso lo cambie. Arigatou))
Katana no Ai
Primer capítulo...
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Primer día de clases. Una chica de cabello liso y de un color azulado oscuro, ojos rojo vino, no muy alta y de apariencia temerosa entra lentamente a la escuela preparatoria Tomoeda.
Mira hacia todos lados como si temiera ser atacada de un momento a otro.
Su oído ya de por sí bastante agudo se afina más de lo acostumbrado.
Lentamente, se lleva una mano a la cara, y se la pasa cautelosamente por ambas mejillas y nariz. Las dos cubiertas de pecas color miel.
Finalmente llega al aula que pone en grandes letras "PRIMER SEMESTRE". Entra. Hace menos frío en el aula que afuera, pero huele a encerrado, así que sale nuevamente.
Suspira. Aún está obscuro, es la primera en llegar. Y entonces escucha ruidos provenientes de algún lugar lejano. Ruidos metálicos, golpes...
¿Desde cuándo se escucha eso en una escuela?
Umi Nagawara siente entonces el fuerte impulso de salir corriendo... Por suerte razona a tiempo.
¿De qué huía?
Dicen por ahí que la curiosidad mató al gato... Pero en Japón no se conoce esta sabia frase, si que Umi se dirigió hacia donde se escuchaban esos extraños sonidos.
Atravesó un campo de foot ball, y llegó a un área rodeada de paredes de madera, con una abertura por donde fácilmente cabría una persona de estatura media.
Nagawara asomó cautelosamente la cabeza por ahí, y pudo distinguir entre las oscuras brumas del amanecer a un hombre con una gran gabardina, cabello largo y negro atado en una coleta, y una especia de palo en la mano.
Era alto, y se encontraba de espaldas a ella, mirando un tronco seco.
De improviso, en una ráfaga de movimiento apenas distinguible, el hombre flexionó las rodillas, puso aquella cosa alargada (Umi había comprobado que no era un palo al verla reflejarse en la escasa luz) a uno de sus costados, para, acto seguido, estrellarla contra el tronco, cortándolo limpiamente, en una mitad perfecta.
De la garganta de la joven salió una exclamación ahogada, producto de la emoción y el asombro que le provocaba ese hombre.
Entonces, la figura se volvió y la miró, y Umi pudo ver entonces aquello que al principio había tomado por un palo.
Sus ojos se abrieron al máximo y sus pupilas se dilataron.
"¡Una espada japonesa!" exclamó ahogadamente. Subió la mirada hacia aquel hombre, y se encontró de golpe contra dos profundos ojos verde aceituna.
Aquel hombre, por mucho, fuera quien fuera, era uno de los más apuestos que hubiera visto.
Sino el que más...
"¿Quién eres tú?" preguntó el hombre, con una voz templada que no hizo sino atemorizar un poco a la joven.
"Eh... E-etto..."
"¿Te has olvidado de tu nombre? ¿O te comió la lengua el gato?"
"Yo... yo soy..!! ¡¡Umi Nagawara, dieciseis años, soy de nuevo ingreso, señor!!"
El hombre sonrió divertido.
"Nagawara, eh?"
"¡Hai!"
"Mi nombre es Seijuuro Hiko" el hombre hizo una pausa "Profesor de esgrima de la preparatoria Tomoeda" se encogió de hombros (los hombros más anchos que hubiera visto) "Supongo que eres bienvenida"
Y entonces, Hiko dio un paso, y su rostro se iluminó con la luz del amanecer. A Umi le pareció ver durante una fracción de segundo un dejo de tristeza en el rostro del profesor, que velozmente fue reemplazada con una expresión de triunfo.
"¡Deberías sentirte halagada! ¡El gran Seijuuro Hiko te da la bienvenida! ¡¡Jojojojo!!"
"Ah... Hiko-san..." la joven estudiante le sonrió al hombre, y justo entonces sonó un timbre ensordecedor.
"Ah, que fastidio. Será mejor que te vayas ya, las clases están a punto de comenzar"
"Hai... Debo irme. Ja ne!"
"Nos veremos pronto. Ja ne"
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Las horas pasaron, cada maestro se presentó y les hizo presentarse, uno por uno.
Umi no ponía mucha atención, e incluso uno de los maestros la riñó.
"Nagawara, es su primer día de clases y se encuentra en las nubes. Debe poner más atención"
"Hai... Gomen Nasai, no volverá a suceder"
Y es que no podía sacarse a aquel hombre de la cabeza, y la forma en que había cortado aquel árbol. Ya una compañera suya –Kaoru Kamiya –le había comentado lo fuerte que era aquel profesor.
...Y también... Había agregado que en muchos años solo el alumno Kenshin Himura había resistido todos sus entrenamientos...
Pero ella no desistiría. No era de esa clase de personas que hacen todo por que sí, por que les parece divertido, y cuando se dan cuenta de que no lo es, lo abandonan.
Ella...
...Ella... Quería ser fuerte...
Cuando era muy pequeña, varios ladrones habían entrado violentamente a su hogar, y herido a su madre de muerte, cuando su padre no se encontraba. ¡Qué no hubiera dado en ese momento por poderla defender!
"Mamá..." pronunció en voz baja.
"¿Nagawara-kun? ¿Dijiste algo?"
"¿Huh? Iie, Kamiya, no dije nada... nn"
"Puedes llamarme Kaoru, si quieres. Y ella es Misao Makimachi"
"Arigatou... Vosotras también podeis llamarme Umi"
"Hai!!" dijo Misao sentándose a su lado "No nos gustan los formalismos, no como a Himura... ne, 'Kaoru-dono'" rió imitando al joven pelirrojo
"Psst. No deberías meterte con el ¬¬ Además, es muy guapo"
"Aoshi-sama es mucho más guapo que el..."
Umi rió mientras veía a sus nuevas amigas discutir defendiendo cada una al chico que le gustaba.
"¡¿PODRÍAN GUARDAR SILENCIO AHORA ?!" tronó de pronto una potente voz
Cada risa, cada comentario murió en boca de los ruidosos estudiantes.
"¡Hiko-san!" susurró Umi desde su asiento.
Como si el profesor la hubiera escuchado, dirigió su mirada hacia ella un momento, antes de esbozar una de las sonrisas más encantadoras que muchos hubieran visto.
sonrisa colgate... (copiado de Misao, gomen nasai U) "He venido aquí para informarles acerca de los clubs que habrá en esta escuela. Como muchos ya sabrán, soy el profesor de esgrima, Seijuuro Hiko. Los clubs son cocina, kendo, foot ball, basket ball, gimnasia, kick boxing, baile, ajedrez, y por supuesto, esgrima... Habrá una clase de dos horas cada lunes, miércoles y viernes. Clases extra para quien lo desee"
Un coro de murmullos se extendió por la sala.
"Apuntad el club en que deseeis estar y dádmelo. Haced bien su elección. Y de paso, advierto que la esgrima no es para débiles. Buena suerte"
La joven Nagawara fue la primera en entregar su decisión.
Cuando Hiko miró su decisión, no pudo hacer menos que sorprenderse. Allí, en ese trozo de papel y con una extraña letra garigoleada, se encontraba, inconfundible la palabra esgrima.
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Umi parlotea sin sentido:
Para mi, esta version es mucho mejor ke la anterior. Dejen reviews, onegai!!
