CCS pertenece al grupo CLAMP. Esta es una historia que hago sin fines de lucro, solo por diversión. Si deseas reproducirla, espero me lo hagas saber.

"Normal" – hablando.

"Cursiva" – Pensando.

------------------------------------------------------------

Cuando Sakura abrió los ojos eran las cinco y media de la mañana. Estaba recargada en el sofá y al parecer había pasado la noche allí. Se sentó cansadamente y se estiró para poder despertarse mejor. Se tocó la cabeza sintiendo un fuerte dolor y se fue a la cocina para tomarse una pastilla. Después fue y tomó un baño de agua fría para relajarse un poco y así empezar el día con la resaca que tenía.

Salió del baño y tomó un conjunto de falda y chaqueta negra con una blusa blanca por debajo. Se vistió aunque todavía se sentía muy mal. Y de un momento a otro la imagen de su beso con el novio de su amiga llegó a su mente.

"¿Qué hice?" – Se preguntó preocupada al recordar lo sucedido la noche anterior. La culpa la estaba matando – "No debí tomar tanto" – Se replicó mientras se disponía a arreglar los papeles que había dejado pendientes.

Sakura Kinomoto era una joven trabajadora. Administradora de empresas especializada en finanzas, aunque también se desempeñaba en el área de personal de la compañía para la que trabajaba. A sus veinticuatro años estaba alcanzando logros que muy pocos jóvenes alcanzarían y eso era un orgullo para ella y su familia de orígenes japoneses.

Su padre, Fujitaka Kinomoto era un muy buen abogado. Había trabajado toda su vida con derecho comercial y ahora era un señor retirado de su trabajo. Vivía en una cabaña a seis horas de Nueva York, donde recibía visitas periódicas de Sakura y de su hermano mayor, Touya Kinomoto, quien siguiendo los pasos de su padre, había estudiado para ser abogado y se desempeñaba en eso. Él vivía en New Jersey donde se encargaba del despacho de su padre con la ayuda de Nakuru Akizuki, esposa del mayor de los Kinomoto y madre de los tres sobrinos de Sakura.

A las siete de la mañana, la joven tomó su portafolio, su bolso y sus llaves y se encaminó hacia su oficina. Todavía faltaba mucho tiempo para que fuera hora de comenzar a trabajar pero si se quedaba en su casa perdería la cabeza pensando en lo que había hecho la noche anterior.

Condujo distraída todo el camino. Sabía que Camille la llamaría a cualquier hora del día para comentar los acontecimientos de la salida y no tendría el valor para enfrentarla. Estacionó el vehículo y subió hasta la sede de la compañía donde no había nadie, puesto que era temprano. Se acomodó en su oficina y se pasó las manos por el cabello suspirando pesadamente. Hablar con su amiga le preocupaba mucho. Fue a la cafetería y se sirvió un café muy cargado para poder ayudar a quitarse la resaca. Después tomó un vaso con agua y al salir se encontró con su compañera Kim.

"Llegas temprano, Sakura" – Le dijo la joven.

"Si, tenía algunas cosas pendientes" – Respondió la ojiverde mientras comenzaba a caminar hasta su oficina.

"Oye, te ves pálida ¿Sucede algo?" – Preguntó Kim al notar el semblante de su amiga.

"nada Kim, nada" – Respondió Sakura secamente – "No dormí muy bien, es todo"

"De acuerdo" – Respondió – "Si necesitas algo, solo avísame ¿si?"

"Está bien, si necesito algo te avisaré" – Dijo la joven para después entrar a la oficina.

Se sentó cansadamente y comenzó a revisar los papeles. Como encargada del personal tenía que seleccionar a alguien para una vacante en sistemas. Había comenzado desde el día anterior, pero debía escoger entre tres preseleccionados que se presentarían en su oficina a las ocho de la mañana. Y así fue. Tres hombres de mediana edad, al parecer muy experimentados llegaron puntuales a la cita junto con sus currículums. La joven comenzó a entrevistarlos y a revisar los papeles que le habían entregado y encontró algo muy llamativo. Un hombre, David Anderson, venía recomendado por una compañía llamada Li International.

"Disculpe señor Anderson, ¿Usted trabajó con Li international?" – Preguntó Sakura tratando de confirmar lo que leía.

"Así es señorita Kinomoto" – Respondió el aludido.

"Ya veo... ¿Trae alguna referencia?" – Preguntó la joven siguiendo el conducto regular para la contratación de un nuevo empleado.

"Así es señorita, el señor Shaoran Li era mi jefe inmediato y ahí en mi currículum puede ver el teléfono donde puede contactarlo" – Explicó David pacientemente.

Sakura palideció. Según el reglamento de trabajo de la empresa donde trabajaba, debía llamar a quien estaba referenciando al aspirante para el nuevo empleo y esa persona era nada más ni nada menos que Shaoran Li, el hombre con el que se había besado apasionadamente la noche anterior y que era el novio de su amiga. Eso seguía sonando en la mente de la joven el novio de su mejor amiga.

David Anderson era el aspirante adecuado para la vacante, a lo cual Sakura no tuvo más remedio que llamar a Shaoran y preguntar las referencias. Cuando los aspirantes salieron de la oficina, la joven tomó el teléfono y marcó el número que el currículm le indicaba.

"Li international, muy buenos días le habla Hillary ¿En qué puedo ayudarle?" – Respondió una joven al otro lado de la línea.

"Quisiera... quisiera hablar con... Shaoran Li, por favor" – Dijo Sakura entrecortadamente presa de los nervios.

"Por supuesto" – Respondió la recepcionista – "¿Quién lo llama?"

"Sakura... Sakura Kinomoto..." – Respondió la ojiverde mientras comenzaba a mover frenéticamente el lapicero que tenía en las manos.

"Un momento" – Dijo Hillary para después dejar a Sakura esperando unos segundos mientras escuchaba la música de espera.

"Sakura yo..." – Fue lo primero que dijo Shaoran cuando tomó la llamada.

"Hola Shaoran ¿Cómo estás?" – Preguntó la joven alegremente fingiendo no recordar nada de la noche anterior.

"Bien... ¿y tú?" – Respondió el ambarino sorprendido al notar el 'olvido' de quien le hablaba.

"Bien. Ya sabes, con algo de resaca, pero bien" – Respondió honestamente la castaña – "Primero que todo, muchas gracias por traerme a casa... Porque tú me trajiste a casa ¿Cierto?" – Dijo disimulando un poco.

"Si, yo te llevé a casa" – Respondió Shaoran – "Fue con mucho gusto, no te podíamos dejar por ahí tirada"

"Gracias" – Dijo Sakura mientras el movimiento del lapicero en su mano comenzaba a adquirir mayor velocidad.

"¿A que debo el placer de tu llamada?" – Preguntó intrigado el joven al notar que no era para hablar de la noche anterior.

"Pues verás... Quisiera pedirte unas cuantas referencias sobre el señor David Anderson" – Respondió la ojiverde mientras halaba una hoja de papel para poder anotar lo que Shaoran le diría.

"David Anderson trabajó por mucho tiempo en la compañía, Sakura. Se retiró por un problema personal con la jefe de personal, pero en general siempre fue un buen trabajador" – Respondió el ambarino – "¿Acaso donde trabajas piensan en contratarlo?" – Preguntó interesado.

"Así es" – Afirmó Sakura – "Tengo a mi cargo la selección de personal" – Le explicó.

"Ya veo..." – Dijo él – "Cambiando un poco de tema, ¿has hablado con Camille?"

Sakura se estremeció. Estaban volviendo a tocar el tema de la salida de la noche anterior y eso era algo que no quería – "No, no he hablado con ella aún" – Dijo – "Pero bueno, me disculparás, tengo mucho trabajo pendiente. Hablamos en otra ocasión" – Le dijo despidiéndose.

"De acuerdo. Que estés bien" – Dijo Shaoran algo descepcionado porque quería seguir hablando con la amiga de su novia.

Para cuando Sakura colgó el teléfono, había arrugado varias hojas, no había escrito nada, las manos le sudaban y estaba muy pálida – "¿Cómo es posible que haya tenido que volver a hablar con él?" – Se preguntaba.

"Sakura ¿estás bien?" – Preguntó Kim al entrar a la oficina.

"Si, estoy bien" – Respondió – "¿Sucede algo?"

"¿Ya escogiste la persona para sistemas?" – Preguntó la compañera – "Es urgente que contratemos a alguien"

"Si, ya averigüé sus referencias. El elegido es David Anderson" – Respondió Sakura mientras se levantaba de su asiento.

"¿A dónde vas?" – Preguntó Kim interesada al ver que su amiga salía de la oficina.

"Iré a tomar agua. Necesito refrescarme" – Dijo mientras iba a la cafetería. Una vez allí se sirvió el agua y consiguió un cigarrillo. Subió a la terraza del último piso del edificio y se sentó en uno de los muros que la rodeaban. Tomó el cigarrillo y lo encendió. Ella no solía fumar, pero estaba realmente tensa por toda la situación en la que se había metido y esa era la única manera de calmar un poco la ansiedad y los nervios que estaba sintiendo – "¿Qué voy a decirle a Camille?" – Se preguntaba con mucha preocupación.

-------------------------------------------------

Para cuando Shaoran colgó el teléfono, las manos le sudaban y estaba totalmente pasmado. Pidió un café muy cargado y siguió trabajando. El ser gerente de la compañía familiar acarreaba muchas obligaciones y no podía distraerse con semejante problema. Además, todavía tenía que hablar con su novia... ¿qué iba a decirle?

"Sakura Kinomoto... Creo que el destino se empeña en que hablemos..." – Pensaba mientras encendía un cigarro y bebía un sorbo del café que había pedido.

Pero el sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos. Tomó el aparato y miró el identificador. Era la llamada que tanto estaba esperando y que quería evitar, pero sabía que en algún momento tenía que contestarle a su novia, así que presionó un botón para tomar la llamada.

"Hola, Camille" – Saludó sin ánimo.

"Hola, amor ¿Cómo estás?" – Le saludó ella efusivamente.

"Bien" – dijo secamente para después aspirar su cigarillo con fuerza.

"¿Sucede algo?" – Preguntó la joven al notar la frialdad de su novio.

"Nada en especial" – Respondió él sin ningún interés.

"¿Cómo te fue ayer con Sakura?" – Le preguntó Camille inocentemente.

Shaoran titubeó un poco debía ser certero en la respuesta sin darle muchas especificaciones – "Bien, la llevé a su casa y tomé un taxi" – Le dijo.

"Que bien" – Respondió ella – "¿Cómo te pareció mi amiga?"

Responderle a su novia que su amiga le había parecido una belleza, una mujer encantadora, hermosísima y seductora no era una respuesta correcta, aunque era lo que en verdad pensaba de Sakura – "Una mujer muy amable e inteligente" – Dijo mientras volvía a aspirar su cigarrillo y llegaban a su mente las imágenes de lo acontecido la noche anterior.

"Sakura es una mujer especial, Shaoran" – Agregó Camille.

"Muy especial..." – Pensó esbosando una sonrisa.

"Shaoran..." – Le llamó ella al no recibir respuesta.

El joven salió de nuevo de sus pensamientos – "Disculpa, estaba leyendo unos documentos" – Mintió.

"Veo que estás muy ocupado" – Dijo ella con tristeza – "¿Qué te parece si vas a mi departamento esta noche? Te prometo que te compensaré con lo de ayer y te haré relajar un poco" – Le dijo ella seductoramente.

El ambarino quería cualquier cosa menos pasar la noche con su novia – "Tengo... Una cena de negocios, Camille... Nos vemos otro día" – Se excusó él – "Y si me disculpas, estoy un poco ocupado" – Le dijo tratando de terminar la llamada.

"De acuerdo, entonces hablamos después" – Dijo ella – "Un beso, adiós"

Shaoran apagó su celular y suspiró pesadamente. Estaba decidido a sacar a Sakura Kinomoto de sus pensamientos, a costa de lo que fuera. Pero no podía verse con Camille y mucho menos 'estar' con ella, no era un hombre tan miserable.

------------------------------------------------------

Eran las once de la mañana y Sakura había tenido un día espantoso. El dolor de cabeza causado por la resaca no se iba, había tenido que hablar con Shaoran a causa del trabajo, además, por ser final de año, tenía los balances pendientes y mucho trabajo acumulado. Aprovechando su falta de apetito, decidió quedarse en la hora de la comida trabajando para lograr adelantar algo y poder salir temprano en la tarde.

Pero los recuerdos de la noche anterior no la dejaban en paz. Ese hombre, varonil, apuesto, inteligente, tierno y extremadamente sexy la estaba volviendo loca. Además la idea de que haberse besado con el novio de su mejor amiga, la estaba matando.

A la una y media de la tarde y después de haber adelantado mucho del trabajo pendiente que tenía, salió de nuevo a la terraza y tomó un café acompañado de un cigarrillo. La resaca la estaba matando. La culpa también. ¿Cómo decirle a tu mejor amiga que te besaste con su novio del que ella está realmente enamorada? Sakura no tenía el corazón para hacer eso. Así que estaba decidida a guardar silencio y dejar que su mejor amiga fuera feliz al lado del hombre en cuestión.

Volvió a su despacho y encontró en su celular nueve llamadas perdidas. Era Kevin. Esperó unos minutos y su celular volvió a sonar. Contestó la llamada sin mucho ánimo y se dispuso a comenzar una nueva pelea. Porque estaba segura que eso era lo que iba a pasar. El se enojaría porque ella no le había contestado el télefono. Y efectivamente, así fue.

"¡¿Se puede saber por qué demonios no me contestas el teléfono!" – Gritó el joven al otro lado de la línea.

"Kevin, estaba en la terraza" – Trató de explicarle pacíficamente.

"¡Tienes que llevar el celular contigo, maldita sea!" – Le gritó él – "¡¿Y se puede saber dónde demonios estabas anoche! ¡Te llamé infinidad de veces!" – Le reclamó.

"Llegué a casa y me quedé dormida, Kevin, entiende por favor. Y deja de gritarme que me duele mucho la cabeza" – Le suplicó ella.

"¡No me digas lo que tengo que hacer!" – Gritó Kevin indignado – "¡Espero que ésta noche no estés dormida, porque iré a tu casa!" – Le gritó y le colgó el teléfono.

Sakura puso el celular en el escritorio y suspiró pesadamente. No era la primera vez que su novio la trataba de esa manera, es más, ésta vez había sido menos duro con ella. Unas cuantas lágrimas rodaron por sus mejillas. ¿Hasta cuando tenía que dejarse tratar así?

"Disculpe que me entrometa, Sakura, pero si usted en verdad no lo ama, no debería estar con él..." – Recordó que Shaoran le decía – "Estoy seguro que hay muchos hombres que morirían por estar a su lado..."

La joven se secó las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Tomó el teléfono y marcó un número.

"Despacho Kinomoto, le habla Nakuru, ¿En qué puedo ayudarle?" – Le contestó una amable voz al otro lado de la línea.

"Hola Nakuru, habla Sakura" – Se identificó.

"¡Sakura, que gusto oírte de nuevo!" – Exclamó la joven al oír a su cuñada.

"¿Podría hablar con Touya?" – Preguntó la joven espectante.

"Por supuesto" – Respondió Nakuru gentilmente – "En un momento te lo comunico".

"Gracias" – Le dijo Sakura para después esperar a que su hermano le contestara.

"Hola, monstruo" – Le saludó Touya con su misma ironía de siempre.

"No molestes, hermano" – Le replicó ella – "¿Puedes ayudarme en algo?"

El mayor de los Kinomoto notó el apuro en la voz de su hermana – "¿Qué sucede?"

"Quiero que investigues a mi novio, Kevin Jones" – Pidió Sakura.

"¿Qué lo investigue?" – Preguntó Touya confundido – "¿Por qué?"

"Hazme ese favor, hermano" – Le dijo ella suplicante – "Investiga su vida, sus cuentas bancarias, su pasado judicial... Todo"

"No sé que estés tramando, Sakura..." – Comentó él un poco dudoso ante la actitud de su hermana – "Pero te ayudaré"

"Muchas gracias, hermano" – Le dijo alegremente – "Esperaré los datos esta tarde por mail ¿De acuerdo?"

"Haré todo lo posible" – Le dijo él para después terminar la llamada.

"Voy a descubrir qué es lo que escondes, mi querido Kevin..." – Pensó Sakura mientras se disponía a seguir trabajando.

-----------------------------------------------------

Eran las cinco de la tarde y Shaoran no había podido trabajar. Los labios, los besos y las caricias de aquella joven que conoció la noche anterior no lo dejaban concentrar. También sabía que era una mujer inteligente, luchadora, pero también tierna y sensible y sabía que estaba sola. Si por él fuera, sería su compañía permanente, su apoyo incondicional, pero no podía, no debía hacerlo. Ella era la mejor amiga de su novia, lo cual le dificultaba la situación.

"¿Qué haré contigo, Sakura Kinomoto?" – Se preguntaba mientras apagaba su cigarrillo en un cenicero repleto de ceniza.

Súbitamente la puerta de su oficina se abrió, dando paso a Henry, su compañero y amigo – "Hola" – Saludó mientras tomaba asiento.

"Hola, Henry" – Respondió el ambarino con voz cansada.

"¿Sucede algo?" – Preguntó Henry al notar el tono de voz de su amigo y jefe.

"Ah... Ayer conocí a la mujer de mis sueños" – Confesó Shaoran mientras encendía el enésimo cigarrillo del día.

"¿Y qué?" – Preguntó el compañero descomplicadamente – "Si una mujer te gusta, simplemente dejas a tu compañera actual y listo." – Dijo con una sonrisa pícara – "Es lo que siempre haces con las mujeres..."

"No puedo hacer eso, Henry" – Dijo el castaño con pesar – "Camille es una mujer muy importante para mí y no puedo hacerle eso, además la mujer que conocí es su mejor amiga"

"¡¿Su mejor amiga!" – Exclamó Henry mientras abría los ojos como platos.

"Baja la voz ¿quieres?" – Pidió Shaoran algo fastidiado – "No hay nada que hacer ahí" – Dijo.

"Te ves afectado, amigo" – Comentó Henry – "Si tanto te gusta esa mujer, ve y búscala y confirma tus sentimientos" – Le aconsejó.

"Pero..." – Trató de decir Shaoran.

"Pero nada..." – Le calló su amigo – "Con verla no pierdes nada ¿O si?"

"Ayer nos besamos" – Confesó pesadamente.

"¡¿Qué!" – Exclamó Henry tratando de calmarse – "Pero ¿Cómo...?"

"Creo que me aproveché de que estaba ebria" – Comentó Shaoran pensativo.

"Dicen que el que menos corre, vuela..." – Apuntó Henry mientras se levantaba del asiento – "Piénsalo, amigo... No vaya a ser que arruines tu relación con Camille..."

"Mi relación con Camille..." – Pensó Shaoran una vez que se quedó solo en la oficina.

Rápidamente recogió unos papeles y los puso en el portafolio, se puso la chaqueta y salió del edificio. En la calle, tomó un taxi con dirección al departamento de Camille. El camino fue largo debido al tráfico pesado. Llegó al lujoso edificio y, como era de esperarse, el departamento estaba solo. Abrió la puerta con el juego de llaves que su novia le había regalado para que fuera cuando quisiera y entró.

En una mesita al lado de la puerta encontró las llaves de su auto. Bajó al estacionamiento y subió en su vehículo. Salió sin rumbo fijo por las calles de Nueva York tratando de despejar su mente. Eran ya las seis y media de la tarde.

----------------------------------------------------

Sakura estaba estática y sorprendida. Justo antes de dirigirse hacia su departamento, había recibido un mail de su hermano, donde le mostraba las canceladas cuentas bancarias de Kevin Jones y además mostraba las grandes deúdas en las que se había metido para adquirir carros y casas lujosas. También le decía que de buena fuente se había enterado que Kevin no tenía relación alguna con sus padres y que era un bueno para nada.

Sakura imprimió los papeles y los leyó tres veces más. Había estado engañada desde el primer día que conoció a Kevin y eso la indignaba. Decidida, introdujo los estractos bancarios que su hermano le había enviado, en el portafolio y salió hacia su casa.

Una vez allí se cambió. Se puso una falda negra de pliegues con una camisa rosa de manga corta y un escote pronunciado. Se preparó la cena y comió para calmar su dolor de estómago por no haber comido en todo el día y se sentó a esperar a Kevin mientras volvía a leer la información que le había mandado su hermano.

"Eres un mentiroso, Kevin..." – Pensaba descepcionada mientras tomaba un poco de cognac y fumaba un cigarrillo.

Justo a las siete y media el timbre sonó y Sakura atinó a guardar los papeles en un cajón de una mesa cercana. Se acomodó un poco el cabello y la ropa y abrió fingiendo no saber nada.

"Hola, Kevin" – Dijo sin ánimo.

Él la abrazó fuertemente lastimándole los brazos un poco – "¿Cómo estás, Sakura?" – Le preguntó mientras le daba un forzado beso en los labios.

"Bien... Bien..." – Respondió ella mientras intentaba liberarse del fuerte abrazo.

"Me alegra verte" – le dijo él mientras se servía un poco de cognac del bar del departamento – "Necesito pedirte un favor"

Sakura suspiró resignada – "¿De qué se trata ésta vez?" – Preguntó sarcásticamente.

"Estoy esperando a que me paguen un dinero, pero necesito pagar el alquiler de mi departamento" – Comentó – "¿Podrías prestarme el dinero hasta que mi amigo me pague?"

La joven dejó escapar una pequeña sonrisa – "Por supuesto, Kevin" – Le dijo – "¿También quieres que te pague las tres cuotas atrasadas del préstamo del carro? ¿O el dinero que le debes a mi padre? O tal vez quieres que vaya al mercado y te compre los víveres necesarios para éste mes..." – Le ofreció con sarcasmo mientras sacaba del cajón los estractos bancarios que su hermano le había enviado y se los entregaba.

"¡¿Qué forma de tratarme es esa, Sakura! ¡¿Me estás investigando!" – Le gritó él indignado mientras leía lo que su novia le había entregado y se levantaba lleno de furia para después comenzar a sacudirla y a pegarle golpes en la cara.

"¡Suéltame!" – Gritaba ella desesperada mientras la sangre comenzaba a salir de sus labios.

"¡A mí nadie me investiga, Sakura!" – Le reprochó él para después empujarla contra la pared y agarrarla del cuello – "Esto me lo vas a pagar..." – Le susurró mientras comenzaba a besarla frenéticamente.

"Kevin... Suéltame por favor..." – Le trató de decir ella entre sollozos.

"Ahora vas a ver de lo que soy capaz" – Le dijo él a manera de respuesta mientras comenzaba a tocar sus pechos desenfrenadamente y a desabrochar los botones de la camisa.

Sakura, con la mano libre que tenía, tomó de la mesa que había al lado de ellos el vaso en el que anteriormente había estado tomando cognac y con decisión lo estalló en la cabeza de Kevin quien se retiró unos pasos un poco aturdido por lo que había sucedido.

"Cómo te atreves..." – Le dijo mientras tomaba los papeles y salía del departamento rápidamente.

Sakura cayó de rodillas llorando inconsolablemente. Nunca había sido una mujer violenta, pero jamás iba a permitir que Kevin hiciera con ella lo que quisiera, ella estaba decidida a dejar a Kevin Jones en el pasado y comenzar una vida normal.

-------------------------------------------------------------

Shaoran había dado varias vueltas por la ciudad. Había tomado un trago en el bar de la noche anterior intentando relajarse y dejar de pensar en ella. Pero era imposible. Su cabello castaño casi rubio, sus hermosos ojos esmeralda, sus labios suaves, carnosos y deliciosos que había probado el día anterior, sus curvas, su cuerpo perfecto... todo de Sakura Kinomoto estaba en sus pensamientos. Salió del bar y subió a su auto. Recorrió de nuevo las calles y llegó a un edificio muy elegante. Dejó su vehículo en el estacionamiento y fue directo a la portería del edificio.

"Buenas noches, yo..." – Trató de decirle al anciano portero que estaba allí.

"Usted es el joven que estaba con la señorita Sakura anoche ¿cierto?" – Le preguntó el anciano.

"Si... yo..." – balbuceó ante la manera de ser tan directa de ese hombre.

"Bien pueda suba, el joven Kevin ya se fue" – Le dijo con una sonrisa llena de complicidad.

Shaoran asintió algo extrañado ante los pensamientos del hombre, pero no le dio mucha importancia. Tomó el elevador y al llegar al piso donde vivía Sakura titubeó un poco. Caminó hacia la puerta y quedó algo extrañado al notar que estaba abierta. Dio unos pasos más y entró al departamento. El lugar estaba lleno de vidrios en el suelo, estaba totalmente desordenado. A un lado de la puerta estaba sentada una joven abrazando sus rodillas y al parecer estaba llorando.

"¿Sakura?" – Preguntó inmediatamente el ambarino mientras se arrodillaba al lado de la joven.

Sakura alzó su mirada sorprendida – "Shaoran... ¿qué haces aquí?" – Le preguntó mientras se secaba las lágrimas que corrían por sus mejillas.

"Eso no importa" – Le dijo mientras le tocaba el labio – "¿Qué sucedió?" – Le preguntó para después ayudarla a levantarse.

"Nada..." – Mintió ella mientras se sacudía un poco y se acomodaba la camisa que había desabrochado Kevin

"No me mientas, Sakura" – Le replicó él – "¿Por qué tu labio está sangrando? ¿Por qué estás tan lastimada?"

La joven guardó silencio. Unas cuantas lágrimas comenzaron a salir de sus hermosos ojos y lo único que atinó a hacer fue abrazarce al cuerpo de Shaoran buscando un poco de protección.

"Sakura..." – Le dijo él mientras la abrazaba y acariciaba su cabello – "¿Fue tu novio, Kevin?" – Le preguntó al recordar lo que le había dicho el portero.

Ella asintió con la cabeza.

"Ese imbécil... Me las va a pagar..." – Susurró Shaoran mientras alzaba la cabeza de la joven y la miraba directamente a los ojos – "No permitiré que nadie más te ponga un dedo encima, te lo juro"

"Gracias..." – Le dijo Sakura – "Nunca nadie se había preocupado tanto por mí"

Él le regaló una hermosa sonrisa. Se acercó un poco y la besó suavemente en los labios – "Tenemos que hablar, Sakura" – Le dijo con preocupación después que se separaron – "Me estás volviendo loco" – Le confesó.

Ella se separó un poco y lo miró comprensiva – "Tienes razón, tenemos que hablar, Shaoran" – Le dijo – "Porque tú también me estás volviendo loca".

Continuará...

-----------------------------------------------------------

NOTAS DE LA AUTORA:

Ok, mátenme por dejar el capítulo ahí, pero ya me estaba quedando un poco largo y quería dejarlos con intriga para la próxima entrega, que espero sea la próxima semana (No les prometo nada). Y a propósito, ¿qué les va pareciendo la historia? Espero todos sus comentarios para este capítulo. Muchísimas gracias por su apoyo a:

Yelitza, Little-butterfly18, Sakura Ika, Sakurita14, Sonylee, Juna-chan, Vicky Kou.

También muchas gracias a los que leen y no dejan reviews, espero que algún día se animen. También si quieren, pueden escribirme a Lunita(guión bajo)mail(arroa)Hot...

Espero que tengan todos una ¡¡feliz navidad! Ojalá les regalen muchas cosas y pasen un fin de semana muy lindo.

Saludos,

Lunita Kinomoto.