Card Captor Sakura pertenece al grupo Clamp. Los personajes que no reconozcas son de mi propiedad y si deseas usarlos o reproducir la historia, espero me lo hagas saber.
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CAPÍTULO SEIS: De complicaciones y malos entendidos.
Salir de compras había sido una buena elección. O al menos eso creía ella. En el centro comercial había podido despejarse y pensar bien las cosas. Además había comprado ropa muy linda y adecuada para el paseo a la cabaña de su padre. Recorrió tranquila los corredores observando detenidamente cada vitrina. Y hubo una en particular que le llamó mucho la atención. Dentro de un almacén de joyas estaba una joven de cabello corto y liso, color rojo, no pudo detallarla bien puesto que le estaba dando la espalda, pero eso no era todo. La acompañaba un hombre de cabellos marrones revolcados y espectaculares ojos ámbar – "No puede ser" – Pensaba Sakura mientras se acercaba más para distinguir bien las figuras. Sus sospechas eran ciertas. Eran Shaoran y Camille quienes estaban allí. Parecían estar muy felices midiéndose unas argollas doradas. Sin darse cuenta, ya estaba parada justo en la entrada de la tienda y él la estaba mirando estupefacto. Retrocedió dos pasos y siguió su camino naturalmente, evitando saludarlos.
"Supongo que decidieron casarse..." – Se dijo con tristeza mientras seguía su recorrido y llegaba al estacionamiento del centro comercial. Subió a su auto y condujo desesperada hacia su departamento mientras algunas lágrimas rodaban por sus mejillas. Shaoran la había usado, había estado con ella sin importarle sus sentimientos... Al llegar a casa empacó su ropa en una maleta y se cambió. Le esperaba un largo recorrido, pero estaba decidida a irse por esa semana. No podía estar más tiempo en New York.
Con mucha dificultad bajó las maletas y los paquetes hasta el estacionamiento y los acomodó en el auto. Respiró profundamente y encendió el vehículo último modelo que tenía. Decidida, arrancó con dirección a la cabaña de su padre en New Haven a alrededor de cuatro horas de New York. Allí se encontraría con su familia y pasaría una agradable semana, se olvidaría de todo y podría comenzar a reconstruir su vida.
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"Shaoran..." – Murmuró Camille por segunda vez tratando de sacar a su novio del trance en el que estaba.
"¿Ah?"
"¿Por qué miras la entrada tan fijamente?" – Cuestionó la joven al notar que la mirada de él se dirigía hacia la puerta.
"Es que... bueno, yo... Olvídalo" – Sugirió él mientras se quitaba la argolla y se la devolvía al joyero – "Es mejor que nos vayamos".
"Pero Shaoran... Ni siquiera hemos elegido las argollas..." – Protestó ella.
"Camille, en ningún momento te dije que fuéramos a casarnos, simplemente accedí a probarme estas sortijas" – Le explicó él perdiendo la paciencia.
"Pero amor..." – Suplicó la joven mientras era examinada de pies a cabeza por el joyero quien la miraba con lástima.
"¡Pero nada!" – Exclamó Shaoran furioso mientras salía y encendía un cigarro – "¿En qué demonios estaba pensando?" – Se preguntó desesperado mientras tomaba asiento en una banca y pensaba frenéticamente en la reacción que podía tener Sakura ante lo que había visto.
"Shaoran..." – Susurró Camille después de salir del almacén muy apenada por todo lo que había sucedido.
"Es mejor que te lleve a casa" – Dijo él mientras se levantaba y recogía los paquetes.
"Yo... yo no quize presionarte, es sólo que... Pues... la idea de pasar contigo el resto de mis días me llena de emoción..." – Trató de disculparse la joven.
"Camille, eso es una decisión que toma tiempo... No puedes presionarme así..." – Le dijo Shaoran un poco más calmado mientras iban llegando al estacionamiento.
"Lo siento" – Dijo ella un tanto avergonzada.
"Déjalo así" – Le dijo él mientras acomodaba los paquetes en el auto y la ayudaba a subir para después encaminarse hacia el departamento de la joven.
El camino fue largo y silencioso. Camille se sentía mal por lo que había hecho. Era verdad que ella quería casarse con Shaoran, pero no quería obligarlo. Ella quería formar una familia y así poderle decir a su novio un secreto que estaba guardando hacía poco. Él por su parte, se sentía culpable ¿Qué estaría pensando Sakura? Ella los había visto probarse los anillos, había visto el sonriente rostro de Camille. Estaba seguro de que estaba muy mal. Pero no podía hacer nada. No podía ir a su departamento y hacerle el amor a manera de disculpa, no podía llamarla, no podía hacer nada, porque si la volvía a ver se caería rendido a sus pies y no estaba dispuesto a dejarse llevar por sus impulsos y a arriesgar la relación que tenía. No de nuevo. Además estaba seguro de que pronto tendría que pedirle matrimonio a Camille puesto que ella lo amaba. Él estaba comprometido con ella de una u otra forma. No podía fallarle. Estaba entre la espada y la pared. Y de allí no había salida.
Dejó a su novia en el departamento y se fue sin siquiera darle un beso de despedida. Condujo varias horas por la ciudad muy pensativo. No sabía que estaba haciendo. Estaba completamente seguro de que para Sakura el haber visto aquella escena en la joyería no había sido algo agradable. Se sentía culpable. No quería que ella sufriera. A las tres de la tarde decidió ir al departamento de la hermosa castaña y hablar con ella. Se encaminó hacia el lugar con la determinación de aclarar las cosas. Se estacionó y fue directo hacia el portero.
"Joven, lamento decirle que la señorita Sakura ha salido" – Le informó el anciano y amigable portero.
"¿Salió?" – Preguntó Shaoran sorprendido – "Pero ella... No me dijo que fuera a salir..."
"No dejó nada dicho para usted" – Explicó el anciano para después seguir con sus cosas.
El ambarino salió del edificio furioso. Subió al auto y suspiró fuertemente. ¿Estaría con otro? Se preguntaba lleno de ira. Necesitaba hablar con ella, quería besarla, abrazarla, hacerla suya. Pero su mente le decía que era hora de cortar cualquier tipo de relación con ella. Encendió el vehículo y condujo hasta el bar donde la había conocido. Se sentó en la barra y pidió un wisky. Lo bebió de un sorbo y pidió otro más. Se la pasó así hasta las siete y media de la noche. Estaba 'Desahogando sus penas'. Salió de nuevo y en medio de su ebriedad, con mucha dificultad condujo hasta su departamento. Llegó y se sirvió un trago de vodka. Acabó con la botella rápidamente y entonces continuó con un jarro de vino que tenía. Necesitaba licor, necesitaba beber más para soportar la ausencia de ella. Necesitaba verla, acariciarla, hacerla suya una vez más. El día que la conoció jamás imaginó que llegarían hasta esa situación. Definitivamente se estaba volviendo loco.
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El camino hacia New Haven había sido agradable. Hacía muchos años no se dedicaba a observar detenidamente el paisaje y a parar en cuanta parte quisiera. Siempre que viajaba había sido manejada por Kevin. Él le daba órdenes y ella siempre aceptaba. Todo por no estar sola. Después de un largo trayecto, a las siete de la noche, llegó a una gran parcelación de cabañas. Ubicó el lugar donde vivía su padre y se estacionó, estudió detenidamente la gran casa de dos pisos que estaba ante ella y suspiró con una sonrisa en el rostro. Bajó las maletas y los paquetes y tocó el timbre espectante hacia lo que sucedería en esa semana.
"¡Sakura!" – Exclamó Fujitaka al ver a su hija parada en el recibidor de la cabaña.
"Hola papá" – Saludó ella – "Lamento no haberte avisado de mi visita pero..."
"¡Oh! Hija, me encanta que estés aquí" – La calló el hombre mientras le indicaba que pasara.
"¡¿Sakura!" – Exclamó una joven de hermosos ojos amatistas y cabello negro con ligeros toques azules – "¿Eres tú?" – Preguntó mientras se levantaba y se acercaba.
"¡¿Tomoyo!" – Preguntó Sakura mientras caminaba hasta la joven – "¡Qué gusto volver a verte!" – Exclamó mientras la abrazaba fuertemente – "¿Qué haces aquí?"
"Vinimos de visita. Acabamos de llegar" – Le informó mientras tomaba asiento y le indicaba a Sakura que hiciera lo mismo.
"Que grata sorpresa..." – Dijo mientras su mirada llena de felicidad se ensombrecía.
"¿Estás bien?" – Preguntó la amatista al notar el rostro triste de su amiga y prima.
"Si, no te preocupes" – Dijo la ojiverde mientras miraba a un hombre que había estado sentado atento a la conversación.
"Lo olvidaba, él es un amigo... Eriol Hiragisawa. Vino conmigo desde Londres" – Explicó Tomoyo.
"Mucho gusto, señorita" – Dijo el joven después de levantarse y besarle la mano a Sakura educadamente.
"Mucho... mucho gusto..." – Dijo la menor de los Kinomoto asombrada ante tal caballerosidad.
"Eriol, ella es Sakura Kinomoto. Mi prima" – Explicó la amatista para que su amigo saliera de sus dudas.
Tomoyo Daidouji era la prima de Sakura. Hija de Sonomi Daidouji, la prima de la madre fallecida de la castaña. Habían sido muy unidas durante toda su vida, pero cuando la familia Kinomoto viajó a los Estados Unidos desde Japón se habían distanciado. Sin embargo, siempre que se veían recuperaban el tiempo perdido. Eran por demás, muy buenas amigas. Estaba radicada en Londres desde hacía ya varios años, donde era dueña de una exclusiva boutique. Era una mujer independiente. Como su prima.
"¿Cuánto tiempo te quedarás, hija?" – Preguntó Fujitaka al ingresar a la amplia sala llevando una bandeja con refrescos.
"Una semana" – Respondió ella calmadamente. Aún tenía la mirada ensombrecida.
"Tenía planeado llamarte para ir a pasar un tiempo en tu departamento en New York" – Comentó Tomoyo mientras bebía un poco de su refresco.
"¡Sería fantástico!" – Exclamó Sakura emocionada – "Tengo un mes de vacaciones. Podríamos hacer muchas cosas allí"
"Hace años que no voy a New York" – Comentó la amatista.
"Cuando regrese a casa pueden ir conmigo" – Dijo la ojiverde mirando a ambos jóvenes – "Tendremos unas buenas vacaciones".
"¿No sería mucha molestia?" – Preguntó el joven inglés que había estado pendiente de la conversación.
"Para nada. Los amigos de Tomoyo, son también amigos míos" – Explicó ella para después dedicarle una hermosa sonrisa.
Eriol asintió y le devolvió la sonrisa. Él era un prestigioso ingeniero en Inglaterra. Había conocido a Tomoyo por intermedio de una amiga común. Al verla quedó visiblemente impactado. Le había parecido una joven hermosa e inteligente. Siempre tenían largas y amenas conversaciones. Se llevaban muy bien. Eran los mejores amigos, aunque él andaba en busca de algo más...
Sakura se levantó y se excusó diciendo que tenía que descansar. El joven inglés la ayudó con las maletas y la dejó en la habitación. Una vez allí, la joven se tumbó en la cama, puso sus manos detrás de la nuca y fijó su verde mirada en el techo. No estaba pasando por un buen momento en su vida. La torturaba pensar que Shaoran y Camille contraerían matrimonio. Le atormentaba saber que él la había usado sólo por una noche y después había corrido a los brazos de Camille. No soportaba la idea de estar involucrada en un triángulo amoroso que involucraba a su mejor amiga. Aún así, no dejaba de recordar cada una de sus caricias, de sus besos llenos de pasión... recordaba el momento en que la había hecho suya, en que le había sembrado sentimientos inexplorados por ella. Para evitar recordar todo eso, cerró sus ojos y se durmió, esperando despertar y olvidar todo lo sucedido.
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Shaoran abrió sus ojos ámbar lentamente. Miró a su alrededor y vió varias botellas de diferentes licores tiradas en el suelo. Se levantó del sofá donde había pasado la noche y miró su reloj de pulsera esperando a que no fuera demasiado tarde. Eran las seis de la mañana. Caminó hacia su habitación, sacó unas maletas y empacó su ropa cuidadosamente. Se dio un baño y se tomó dos pastillas para el dolor de cabeza que lo estaba matando. Maldijo en voz alta el haber tomado tanto la noche anterior. Tomó su celular y descubrió siete llamadas perdidas de Camille. Presionó un botón y le devolvió la llamada.
"Hola" – Respondió ella secamente – "Es tarde" – Le informó con un tono de reproche.
"Lo lamento, me quedé dormido" – Se disculpó él – "¿A qué horas sale el vuelo?"
"A las ocho" – Le dijo la joven con la misma frialdad.
"Pasaré por ti en veinte minutos. Pediré un taxi" – Propuso el ambarino esperando a que ella accediera.
"No es necesario. Nos encontraremos en el aeropuerto" – Explicó Camille – "Y si de verdad quieres viajar, te sugiero que te des prisa"
"Camille..." – Susurró el joven con pesar. Ella no tenía la culpa de lo que le estaba pasando. No tenía por qué haber sido tan duro con ella – "De acuerdo. Nos vemos allá" – Dijo y después terminó la llamada. Tomó las dos balijas que había preparado y llamó un taxi. Se encaminó hacia el aeropuerto luciendo un jean y una camisa de manga corta color café, que combinaba a la perfección con su hermosa mirada y con su cabello rebelde.
"Pensé que nunca llegaría" – Dijo Shaoran agitado después de haber corrido varios metros intentando llegar a tiempo.
"¿Tus maletas?" – Preguntó Camille secamente sin siquiera mirarlo a los ojos.
"Ya las entregué a la aerolínea" – Explicó él adoptando la misma seca actitud que tenía su novia.
"Vamos. Se nos hace tarde" – Ordenó la joven mientras caminaba rápidamente hacia la puerta de embarque. Se veía hermosa con un jean y una camisa roja de tirantes.
"Por supuesto" – Aceptó Shaoran mientras la seguía. No podía dejar de mirar sus curvas. Pero la imagen del cuerpo desnudo de Sakura llegó a su mente – "¡maldición!" – Pensó para después sacudir la cabeza y acomodarse los lentes oscuros que llevaba para evitar el sol y no aumentar su dolor de cabeza.
Entraron al avión y se acomodaron en sus asientos de primera clase. Shaoran estaba al lado de la ventana, puesto que a su novia le daban miedo las alturas. Iba muy pensativo. Deseaba con todo su ser que la mujer a su lado fuera Sakura y no Camille. Deseaba hacer suya de nuevo a esa joven esmeralda que lo tenía loco. Pero se dio cuenta que sus más bajos deseos se estaban haciendo presentes de nuevo así que dejó el tema a un lado y decidió hablar con su novia.
"Camille" – Murmuró seriamente.
"Dime" – Respondió ella mientras lo miraba de reojo.
"Yo... No quiero que peleemos, es solo que... no me gustan las presiones y lo sabes" – Explicó él mirándola fijamente a sus negros ojos.
"Lo sé, Shaoran... Pero... Hay algo que tengo que... tengo que... decirte..." – Balbuceó ella a la vez que su rostro palidecía.
"¿Qué sucede?" – Preguntó el joven alarmado.
"Es que..." – Comenzó ella antes de ser interrumpida por la azafata.
"¿Desean algo de tomar?" – Preguntó una joven que llevaba el uniforme de la aerolínea.
"Dos wiskys" – le respondió Shaoran visiblemente enojado ante la interrupción.
"¡No!" – Gritó Camille sorprendiendo a algunos pasajeros – "Yo... yo tomaré agua..." – Dijo mientras se calmaba.
"De acuerdo" – Dijo la joven mientras servía el wisky y el agua.
"¿No quieres wisky?" – Preguntó el ambarino extrañado, sabiendo el gusto de su novia por la bebida.
"No..." – Respondió ella para después voltear su cabeza y cerrar los ojos.
Shaoran se encongió de hombros y dirigió su mirada ambarina hacia la ventana. Habían despegado hacía unos minutos y ya podía ver los edificios en pequeño tamaño. Suspiró intranquilo, puesto que su novia estaba extraña, pero no le dio importancia. En el cristal de la ventana vio reflejados unos hermosos ojos esmeralda e inmediatamente sacudió su cabeza ¡Se estaba volviendo loco!. Suspiró nuevamente e intentó dormir para dejar que su mente descansara.
"Me estás volviendo loco... Sakura..." – repetía una y otra vez en sus sueños.
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Por primera vez en una semana, Sakura había pasado una buena noche. La cama de la habitación en la que se hospedaba era bastante cómoda. Se levantó con un poco de pereza y se dirigió al baño. Se lavó la cara para despertarse un poco más y se puso encima de su camisón una bata. Bajó las escaleras y encontró en el comedor a su padre junto con Eriol y Tomoyo – "Buenos días" – Les dijo mientras se sentaba.
"Dormiste mucho" – Le dijo la amatista sonriente – "¿Segura que no estás enferma?" – Le preguntó.
"Creo que recuperé el sueño perdido" – Explicó la menor de los Kinomoto mientras bebía un poco del jugo de naranja que le había llevado una señora del servicio.
"Para eso son las vacaciones" – Comentó Eriol divertido ante la expresión de pereza en el rostro de Sakura.
"Si, las vacaciones son para descansar" – Apuntó Fujitaka – "¿Qué piensan hacer hoy?"
"Habíamos pensado en ir a la playa, ¿Qué te parece?" – Le dijo Tomoyo a Sakura.
"Sería genial" – Respondió emocionada – "Vamos después de desayunar".
"Me han comentado que las playas de este sitio son hermosas, señor Kinomoto" – Dijo Eriol de manera amable.
"Así es, joven Hiragisawa. Estoy seguro de que pasarán un rato agradable allí" – Respondió el padre de Sakura.
"¿No irás con nosotros?" – Preguntó la ojiverde.
"Tengo cosas que hacer, hija"
Sakura suspiró – "Está bien" – Dijo calmadamente.
Después de la conversación comieron en silencio. Se alistaron para su salida y a las once de la mañana estaban partiendo con rumbo a la costa. El trayecto solo tardaba treinta minutos, así que sería divertido. Además, el carro descapotable que Sakura tenía le agregaría mucha más emoción al asunto. Después del corto recorrido, llegaron a la playa y se acomodaron montando una pequeña carpa con la que se cubrirían del sol.
"La playa es hermosa" – Comentó Tomoyo visiblemente emocionada ante lo que veía.
"Si, lo es" – Dijo Sakura mirando fijamente al mar. No podía negar que le gustaría compartir ese paisaje con Shaoran.
"Te veo pensativa, amiga" – Apuntó la amatista al observar detenidamente la mirada nostálgica que Sakura tenía.
"Me enamoré, Tomoyo" – Susurró la castaña con tristeza en su voz.
"¿Y Kevin?" – Preguntó la joven al escuchar las palabras de Sakura.
"Kevin y yo ya no estamos juntos"
"¿Entonces? ¿De quién te enamoraste?" – Preguntó Tomoyo intrigada. Nunca había visto a su amiga así.
"Me enamoré del novio de mi amiga Camille" – Le respondió la castaña mientras una lágrima rodaba por su mejilla.
"¡¿Qué!" – Exclamó la joven amatista impactada ante lo que había oído.
"¿Sucede algo?" – Preguntó Eriol después de acercarse por el grito.
"No... no sucede nada..." – Balbuceó Tomoyo.
"Si necesitan algo, llámenme" – les ofreció el joven inglés para después irse a sumergir en el mar.
"Pero... ¿Cómo...?" - Preguntó la hija de Sonomi.
"Eso no es lo peor. Me acosté con él" – Murmuró Sakura para después sentarse en la arena y poner las rodillas a la altura de su pecho y llorar amargamente.
"Sakura..." – Susurró la amatista – "¿él te quiere?"
"No" – Respondió la ojiverde muy segura de lo que decía – "Ayer los vi en un centro comercial. Estaban eligiendo las argollas para su matrimonio..."
"Amiga... yo... de verdad lo siento..." – Balbuceó Tomoyo mientras se sentaba al lado de la joven.
"¡¿Cómo voy a mirar a Camille a la cara? ¿Qué demonios voy a decirle!" – Exclamó Sakura – "¡Yo le hice daño!" – Gritó desesperada mientras se cogía la cabeza con las manos.
La amatista pasó su brazo alrededor de los hombros de Sakura – "Lo hecho, hecho está. Tienes que sacarte a ese hombre de tu mente" – Le dijo en voz baja mientras la veía llorar desconsoladamente a lo que la ojiverde asintió.
Eriol había estado observando y escuchando todo. No sabía por qué, pero le producía pesar todo lo que le estaba pasando a Sakura. Algo que lo animaba, era saber que Tomoyo era una excelente persona y apoyaría a su amiga hasta el final. Poco a poco se iba enamorando de la joven amatista y no podía evitarlo. No quería evitarlo. Sonrió y siguió nadando.
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Shaoran había pasado la noche en el hotel en la misma habitación de Camille. Habían pasado en la misma cama. Pero él no había sido capaz de tocarla. Le había sido imposible. No podía negar que ella era una mujer hermosa que muchos hombres desearían, él mismo la había deseado. Pero ahora, la única mujer con la que él quería estar era con Sakura. Se levantó cuidadosamente para no despertar a su novia, se lavó la cara en el baño y se encaminó hacia la piscina del hotel. Tenía ese día libre para trabajar el resto de la semana. Pero una idea rondaba por su mente...
El ambarino se acomodó en una mesa aledaña a la alberca y encendió un cigarro. Pidió un coctel tropical y se dispuso a relajarse. Un rato después se sumergió en el agua para refrescarse y a la vez hacer un poco de ejercicio. Nadó un rato dejando a las mujeres que había en el lugar muy impresionadas. Su cuerpo perfecto relucía en el traje de baño que llevaba. Se veía impactante. Después salió y se secó un poco. Se sentó y comenzó a recibir el sol. Estar en Florida, exactamente en Miami era una buena experiencia. Pero le gustaría compartirla con Sakura...
"Hola" – Saludó Camille mientras se sentaba al lado de él.
Shaoran giró su cabeza y se encontró con la mirada amable de su novia – "Hola" – Saludó secamente mientras cerraba los ojos para evitar el contacto con el sol.
"¿Por qué no me despertaste?" – Le preguntó la joven calmadamente.
"Me pareció mejor dejarte dormir" – Respondió aún con los ojos cerrados.
"Me hubiera gustado acompañarte"
"Lo siento" – Dijo él mientras la miraba – "¿Vas a tomar algo?" – Le preguntó para cambiar el tema.
"Un refresco" – Le respondió ella mientras se quitaba la salida de baño que llevaba y dejaba ver un hermoso traje de baño de dos piezas color negro.
Shaoran le hizo una seña al mesero del hotel para que le llevara el refresco que su novia quería – "¿Dormiste bien?" – Le preguntó a Camille.
"Si, una noche tranquila" – Comentó ella con un dejo de rabia en su voz.
"Disculpa si no pudimos hacer nada anoche, pero estaba cansado" – Se excusó el ambarino sabiendo que el motivo del enojo de su novia era el no haber tenido relaciones la noche anterior.
"Últimamente siempre estás cansado" – Apuntó ella en forma de reproche.
"Camille..."
"Si, lo sé. Olvídalo" – Dijo la joven mientras se levantaba de la silla y se sumergía en el agua. Sabía que su relación con Shaoran estaba mal. Pero no entendía el por qué. ¿Qué había hecho ella para arruinar todo lo que habían construído?
Continuará...
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NOTAS DE LA AUTORA:
Hola! Disculpen la demora para actualizar, pero creo que mi inspiración se fue de vacaciones. Y bien, ¿Qué les pareció? Espero sus comentarios... Son muy importantes para mí. Espero que hayan tenido unas buenas vacaciones, porque por ejemplo yo, hoy empecé en la universidad de nuevo. Espero tener tiempo para actualizar. Haré todo lo posible.
Me despido nombrando como siempre a las amables personas que me dejaron review para el capítulo anterior. Espero los comentarios de todos los que lean para saber como voy con la historia. Bien, ellos son:
Little butterfly 18, Sakura Ika, Viridiana, Vicky Kou, Paola y en especial a Carolina.
Saludos,
Lunita Kinomoto.
