CCS pertenece a CLAMP. Los personajes que no reconozcas son de mi propiedad y si deseas usarlos o reproducir la historia, espero me lo hagas saber. Respeta mi trabajo.

"Normal" – Hablando.

"Cursiva" – Pensando.

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"¿Dónde estabas?" – Preguntó Tomoyo a Sakura a media noche una vez que la castaña cerró la puerta del departamento.

"Estaba con Kevin" – Respondió la ojiverde mientras se quitaba los zapatos y los hacía a un lado.

"¡Pero saliste desde hace mucho tiempo!" – Exclamó la amatista mientras seguía a su amiga hasta la habitación.

"Lo siento, me demoré. ¿Me estaban esperando?" – Preguntó la menor de los Kinomoto haciéndole ver a su amiga que la estaba reprendiendo sin razón aparente.

"No... Es solo que... nos preocupamos. Es todo" – Respondió la hija única de Sonomi.

"No me pasó nada. Estoy bien" – Comentó Sakura mientras se quitaba el vestido que llevaba y se ponía un camisón de seda.

"¿Y qué estabas haciendo con Kevin?" – Preguntó Tomoyo.

"Cosas" – Respondió la castaña un poco acalorada.

"A... Ya veo" – Dijo la amatista con una sonrisa pero a la vez con un rostro lleno de preocupación – "¿No crees que estás actuando precipitadamente?" – Preguntó.

"No" – Respondió la hija de Fujitaka – "¿Acaso no soy libre para hacer mi vida?"

"Si, pero lo del joven Li está muy reciente..." – Explicó la ojiazul.

"Eso no es excusa, amiga" – Contestó Sakura con calma mientras encendía un cigarro.

"Sakura..."

"No pasa nada Tomoyo. Estoy bien" – Concluyó la joven.

"Espero que así sea. Buenas noches" – Finalizó Tomoyo mientras se levantaba de la cama y caminaba hasta la puerta con dirección a la habitación que compartía con Eriol.

"Estoy bien" – Se repitió Sakura a sí misma mientras acariciaba suavemente las sábanas de su cama. Súbitamente abrió uno de los cajones de su mesa de noche y tomó su celular. Lo había dejado a propósito para desconectarse del mundo. Lo encendió y vió que tenía un mensaje de voz. Suspiró resignada y oprimió un botón que le permitió escuchar dicho mensaje.

"Sakura, soy Shaoran. Necesitamos hablar. Por favor Llámame cuando puedas"

La joven apagó de nuevo el teléfono. ¿Cómo podía ser tan cínico de llamarla? ¡Camille estaba esperando un hijo de él!... Suspiró fuertemente y apagó el cigarro. Se recostó y apagó la lápara que alumbraba la habitación. Cerró los ojos y recordó la tarde que había pasado con Kevin. Había estado con él a pesar de que ya no lo amaba. Esa tarde le había entregado su cuerpo, más no su corazón. Porque ése ya le pertenecía a otro.

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Shaoran estaba recostado en su cama con las manos detrás de la nuca y mirando hacia el techo. Iba a ser padre. Pero su familia iba a ser una farsa. ¡Él no amaba a la madre de su hijo! ¿Viviría en una mentira por el resto de sus días? No. Esa tarde habían ido a hablar con los padres de Camille pero no les habían dicho nada. Habían preferido callar hasta que tuvieran todo preparado. Eso significaba más tiempo para él. No quería vivir engañando a Camille y a su hijo. Ellos no lo merecían. Estaría pendiente de su hijo y lo amaría como ningún otro padre. Ya había entendido que no podría estar nunca con Sakura, así que ya no importaba con quien hacía su vida.

Suspiró y apretó los ojos intentando despejar todos sus pensamientos y poder dormir tranquilo. Pero llevaba dos semanas sin poder conciliar el sueño – "Voy a ser papá" – Se repetía una y otra vez en su mente.

La mañana siguiente se levantó muy temprano y salió a trotar. Él siempre había sido un buen deportista y le gustaba ejercitarse en las mañanas, además así se desentendía del mundo. Ja, él que había sido un hombre mujeriego sin ningún problema, ahora se veía atado de pies y manos frente a la paternidad. Esas eran las ironías de la vida.

Cuando regresó a su departamento se arregló y se encaminó hacia su oficina. Tenía que seguir trabajando, no podía despreocuparse de sus negocios, puesto que siempre había sido un excelente empresario. Llegó y saludó por cortesía a sus empleados. Se acomodó en su despacho y encendió el típico cigarro de las mañanas. Revisó el correo y esperó la visita matutina de su amigo Henry. Cuando el hombre llegó quedó estupefacto ante el rostro demacrado y ojeroso de Shaoran.

"Pensé que estabas en Florida, no en el infierno" – Comentó mientras tomaba asiento.

"Estoy viviendo en el infierno. Literalmente" – Respondió el ambarino mientras seguía leyendo su correo.

"¿Sucede algo?" – Preguntó Henry preocupado al notar el tono de voz de su acompañante.

"Camille está embarazada" – Respondió Li.

En el despacho se produjo un gran silencio. El joven amigo de Shaoran estaba en estado de shock. Shaoran Li, un hombre exitoso y seguro, amante de la buena vida, los lujos y las mujeres, sería padre – "¿Hablas en serio?" – Balbuceó Henry mientras se recuperaba de la sorpresa.

"Sí. Seré papá" – Respondió el hijo de Ieran sin ánimo alguno.

"¿Estás bien?" – Preguntó el joven al notar el desgano de su jefe.

"Si, estoy bien. Pero tendré que casarme. No hay remedio" – Sentenció el castaño.

"¿Estás feliz?" – Inquiró Henry.

"Eso depende del lado por el que se mire. Seré padre y te juro por mi vida que haré todo lo posible para que a mi hijo no le falte nada. Sin embargo, yo siempre he creído en el matrimonio con amor y yo... yo ya no amo a Camille" – Dijo Shaoran mientras dejaba los papeles a un lado y miraba a su amigo en busca de consejo.

"Puedes ser el mejor padre del mundo si tú lo quieres, pero nunca serás el mejor esposo del mundo si te casas con Camille. No necesitas estar casado con ella para darle todo a tu hijo"

"¿A qué te refieres?" – Preguntó el ambarino muy interesado.

"Si te casas con Camille, lo más seguro es que peleen todo el tiempo y estarás casado por obligación y cuando tu hijo crezca lo notará. Si viven separados, cuando estés con tu hijo, él podrá tener la certeza de que su padre lo ama y de que no es una obligación para él" – Explicó Henry.

Shaoran reflexionó unos segundos. Era un punto de vista totalmente diferente. Y le daba la salida a su gran problema – "No había pensado en ello" – Confesó.

"Analízalo. Y ah, Felicitaciones por ser padre" – Dijo Henry para después abandonar la oficina.

"Si te casas con Camille, lo más seguro es que peleen todo el tiempo y estarás casado por obligación y cuando tu hijo crezca lo notará. Si viven separados, cuando estés con tu hijo, él podrá tener la certeza de que su padre lo ama y de que no es una obligación para él" – Se repitió el ambarino. Tal vez tenía en sus manos la solución a sus problemas. Hablaría con Camille. Así no engañaría a nadie, mucho menos a su hijo que ahora era lo que más le importaba.

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"Es una ciudad hermosa" – Comentó Eriol mientras caminaba junto con Sakura y Tomoyo por New York.

"Si, lo es" – Convino la amatista mientras miraba fijamente las vitrinas de las boutiques de la ciudad.

"Cuando quieran pueden volver a mi departamento. Ya saben que está disponible para ustedes" – Propuso la ojiverde con una sonrisa.

"Gracias" – Respondió el joven inglés – "Cuando quieras puedes ir a visitarnos en Londres" – Le ofreció.

"Lo tendré en cuenta" – Respondió la menor de los Kinomoto mientras entraban a un restaurante para almorzar.

"Entonces... ¿Volviste con Kevin?" – Preguntó Tomoyo a su amiga una vez que se acomodaron en el lugar.

"Si, volví con él" – Respondió Sakura mientras se le ensombrecía el rostro.

"Supongo que estás aplicando la teoría de 'un clavo saca a otro clavo'" – Comentó Eriol – "Sin ánimo de ofenderte" – Complementó.

"Si, puede que sea verdad lo que dices. Pero lo mejor es estar con él" – Respondió la ojiverde.

"Como quieras" – Dijo Tomoyo mostrando toda la desaprobación hacia la actitud de su amiga.

"Tomoyo... Lo menos que necesito ahora es pelear contigo" – Dijo Sakura tratando de calmar a su prima.

"No estoy de acuerdo con esa teoría ¿Sabes?" – Expresó la amatista.

"Es lo mejor..." – Trató de decir la castaña sin estar muy convencida de sus palabras.

"Sólo el tiempo dirá si es lo mejor. Por ahora dejemos el tema clausurado ¿Les parece?" – Propuso Eriol notando la fuerte tensión en el ambiente. Sabía que Tomoyo se preocupaba por su amiga, pero era mejor dejar que las cosas tomaran su rumbo. Sakura había lo había decidido así y nadie podría entrometerse en ello.

"De acuerdo" – Dijeron las dos jóvenes al unísono.

El joven inglés sonrió mientras pedía el menú del restaurante. Estaba de acuerdo con Tomoyo en que para Sakura, la mejor opción no era volver con Kevin, pero no se sentía con la suficiente confianza para decírselo a la amiga de su novia. Además, estaba seguro de que la ojiverde se daría cuenta por sí sola. Él podía reconocer cuando dos personas estaban enamoradas y ese era el caso del joven ambarino del día anterior y Sakura. Pero sólo el tiempo le daría la razón.

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Shaoran estaba exasperado. Había buscado a Camille todo el día sin éxito. ¿Sería una señal? Un momento. ¿Desde cuando él creía en señales? Si, se estaba volviendo loco. Pero ahora que había tomado una decisión no se echaría para atrás. Necesitaba seguir buscando a Camille. ¿Pero dónde demonios se había metido? No contestaba el celular y no estaba en su oficina. Ya era hora de la salida y no había podido encontrarla así que iría a su departamento y descansaría un poco. Comería y se relajaría hasta que ella apareciera. Ya se le hacía raro el no tener que contestar una llamada de ella cada hora. ¡Lo buscaba a cada momento!

Salió del despacho sin afán. Estaba mucho más relajado que en la mañana. Por fin había encontrado una solución a sus problemas. Era verdad que le daba miedo convertirse en padre, puesto que se llenaría de responsabilidades, pero también era verdad que creía que los matrimonios sólo funcionaban con amor y por eso no se casaría. El día que encontrara a la mujer de sus sueños, aquella que amara con intesidad absoluta, se casaría. Lo irónico era que había creído amar de esa manera a Camille, pero todo había sido una farsa. Entre ellos no había más allá que pura atracción sexual. La deseó y mucho. Pero en su momento. Pero más irónico aún era saber que aquella mujer de la que estaba verdaderamente enamorado era Sakura. Su amor imposible, su amor prohibido. Ja, esas eran las ironías de la vida.

Condujo sin prisas hasta su departamento. Al llegar se preparó una exquisita cena y se puso a leer algunas revistas económicas. Hacía ya dos semanas que no lo hacía. A las nueve y media de la noche, llamó a Camille y por fin le contestó.

"¿Dónde te habías metido?" – Le preguntó una vez que pudo comunicarse con ella.

"Lo siento, amor. Estaba comprando algunas cosas para el bebé y para nuestra casa. El celular se quedó sin batería" – Le explicó la joven.

El ambarino se incomodó un poco. En especial con eso de que estaba comprando cosas para su casa – "Necesito hablar contigo" – Le dijo calmadamente.

"¿Sucede algo?" – Preguntó Camille al notar el tono serio de la voz de su novio.

"Te explicaré mas tarde. ¿Puedo ir a tu departamento?" – Preguntó el castaño.

"Sí, por supuesto. ¿Preparo la cena?"

"No, ya cené. Además no creo que tarde mucho. Tienes que dormir bien" – Dijo refiriéndose al bebé que estaba esperando.

"Eres muy dulce" – Dijo la peliroja con ternura – "Te espero aquí" – Le dijo para después terminar la llamada.

Shaoran se levantó del sofá de su sala y se puso los zapatos. Se sintió nervioso por un momento, pero después se calmó. Encendió un cigarro y salió con dirección a la casa de su novia.

De nuevo condujo sin prisas, pensando en la mejor manera para explicarle todo a Camille. Lo único que tenía seguro era que no mencionaría a Sakura para nada. No podía permitir que su novia sufriera tanto, además lo último que quería era arruinar la amistad que tenían. Al llegar, tocó el timbre con un pequeño tic nervioso en el pie. Si, él había terminado muchas veces relaciones con otras personas ¡Pero nunca una novia suya había estado esperando un bebé!

"¡Hola!" – Exclamó la joven al ver a su novio – "Pasa" – Le indicó mientras le servía un wisky.

"Hola..." – Respondió Shaoran mientras se bebía el trago de un sorbo.

"Y bien... ¿Qué sucede?" – Preguntó la peliroja sin imaginarse lo que estaba sucediendo.

"Camille... yo... bien... tengo algo... que decirte" – Balbuceó el ambarino.

"¿De qué se trata? ¿Es algo malo?" – Preguntó la joven al notar el nerviosismo de él.

"Yo... Camille..."

"Dime..." – Le animó ella con curiosidad.

"Bueno... verás... yo creo que... que lo mejor es que cancelemos el matrimonio..." – Dijo Shaoran dejando los rodeos a un lado.

Camille soltó el vaso con agua que tenía en las manos – "¡¿Qué estás diciendo!" – Exclamó ella mientras se levantaba y lo encaraba.

"Yo no puedo seguir con esto" – Dijo el4 ambarino sintiéndose miserable.

"¡¿Por qué!" – Le reclamó ella – "¡Estamos esperando un hijo!" – Le recalcó.

"¡Pero yo no te amo!" – Gritó Li con todas sus fuerzas mientras se levantaba y se alejaba un poco de ella tratando de recuperar el control sobre sus acciones.

Camille se quedó sin palabras. El hombre del que ella estaba profundamente enamorada le había dicho que no la amaba... no la amaba... ¿Cómo podía ser posible?...

"Lo siento tanto... de verdad... pero yo no puedo casarme contigo, pero te juro que a nuestro hijo no le faltará nada" – Se disculpó Shaoran mientras trataba de calmarse.

"¿Hay otra persona?" – Preguntó la joven mientras las lágrimas brotaban de sus ojos negros.

El ambarino dudó un poco – "Eso no importa ahora" – Respondió sin seguridad.

"¿Entonces?" – Dijo ella sin percatarse de la poca firmeza de él a la hora de responderle.

"Simplemente... ya no te amo" – Dijo Li – "Lo siento mucho, es mejor que me vaya" – Comentó mientras caminaba a la puerta y dejaba sola a su antigua novia.

"¡Shaoran! ¡Shaoran, no te vayas! ¡No puedes dejarme así!" – Gritó ella sin resultado alguno. Estaba sola. Todos sus planes se habían ido al piso. Caminó lentamente y tomó su bolso. Se puso los zapatos y caminó hacia el estacionamiento. Encendió el vehículo y prendió un cigarro. Y después arrancó sin rumbo fijo. Estaba destrozada. Su vida se había derrumbado en un instante ¿En qué momento Shaoran había dejado de amarla? Lo más seguro era que hubiera otra persona, por más que él se empeñara en negarlo... pero... ¿quién era ella? ¿A que horas había llegado a su relación para destruírla?

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Sakura había estado intentado dormir durante varias horas, pero no lo había logrado. Eran las tres de la mañana y aún seguía despierta. Encendió la luz de la habitación y se sentó en la cama. Tomó un cigarro y lo encendió. Aspiró fuertemente el humo e intento calmar su mente. No podía dejar de repetirse una y otra vez las palabras de su amiga – "Estoy embarazada" – Sacudió la cabeza y se levantó. Corrió las cortinas de una ventana y observó la ciudad desde lo alto. Casi todas las luces estaban apagadas, no había gente en las calles. Estaba sumida en sus pensamientos cuando el sonido de su celular la interrumpió. Se volteó asustada puesto que pensó que era Shaoran. Caminó hasta la mesa de noche y tomó el teléfono. Observó el número y vió que era Camille. Contestó preocupada, pensando que lo único que ella quería era llamarla a restregarle su felicidad en la cara, aunque la joven ni lo sabía.

"Hola" – Contestó Sakura.

"¿Sakura? Sakura..." – Balbuceó Camille al otro lado de la línea.

La castaña se preocupó un poco al escuchar música en la línea – "¿Camille? ¿Dónde estás?" – Preguntó alarmada.

"No lo sé" – Respondió la peliroja con un dejo de ebriedad en su voz.

"¿Acaso estás bebiendo?" – Preguntó la menor de los Kinomoto al escuchar a su amiga.

"Sólo un poco. ¿Pero sabes? Lo necesitaba" – Comentó sin preocupación alguna.

"¡Por Dios, Camille... Estás esperando un hijo!" – Exclamó la ojiverde con rabia. Si, tal vez ella no era la más beneficiada por el embarazo de su amiga, sin embargo, ese niño no tenía la culpa de nada.

"¿De qué me sirve? Este niño no tendrá padre..." – Musitó la peliroja sin medir el peso de sus palabras.

Sakura palideció – "¿A... A qué te refieres con que ese niño no tendrá padre?" – Preguntó temiendo lo peor.

"Shaoran... me dejó... me dijo que ya no me amaba..." – Dijo Camille entre sollozos.

La hija de Fujitaka abrió los ojos como platos. Si Shaoran había dejado a Camille porque ya no la amaba... entonces le había dicho también toda la verdad – "¿Qué... qué te... qué te dijo...?"

"¡Me dijo que ya no me amaba! Sakura... yo me quiero morir..." – Dijo llorando desconsoladamente.

"¿En dónde estás? Iré para allá inmediatamente" – Dijo Sakura mientras comenzaba a buscar sus cosas para no perder tiempo.

"No estoy segura. Tal vez sea mejor si yo voy a tu casa" – Propuso la joven.

"Pero..."

"Si, yo iré a tu casa. Espérame allí" – Dijo antes de terminar la conversación – "Sakura... Gracias por todo"

Camille apagó el teléfono dejando a Sakura muy angustiada. ¿Qué demonios estaba haciendo Shaoran? Además, Camille no estaba en condiciones de conducir un auto. ¿Y si algo le pasaba? No, no podía ser tan pesimista. Esperaría a que su amiga llegara al departamento y la llevaría a un hospital para que le hicieran un lavado de estómago. Tenía que proteger a ese niño, porque él no tenía la culpa de nada.

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Shaoran estaba física y mentalmente agotado. Había intentado dormir sin mucho éxito. Si, tal vez había terminado con Camille de la mejor manera que pudo, pero aún así... no se sentía bien. Tal vez le hacía falta algo y él sabía muy bien de qué se trataba. Sakura. Pero no, él no podía estar con ella, así que trató de dejar todos esos pensamientos de lado. Además estaba esperando un hijo. Ese niño tendría el mejor padre y era en eso en lo que tenía que concentrarse y por eso trabajaría mucho, para que no le faltara nada.

Suspiró pesadamente y volvió a cerrar los ojos. Ahora era una nueva persona. Con un hijo a bordo. Toda esta mala racha pasaría, Camille lo superaría y tal vez en un futuro lejano, él podría rehacer su vida. Lo sentía por Camille, pero él no podía estar con ella. No podía mentirle y por eso preferió decirle la verdad de una vez, que engañarla por el resto de sus días.

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Camille estaba en un bar 'de mala muerte'. Nunca había estado en un lugar así, pero tampoco sabía como había ido a parar allí. Salió de su casa sin rumbo fijo y al recorrer la ciudad entera, encontró un lugar donde beber. Si, necesitaba alcohol. Era lo único que calmaría ese dolor que estaba sintiendo. En medio de su dolor y tristeza, llamó a Sakura y decidió ir a su departamento. Tomó sus cosas y salió hacia su auto. Lo encendió y comenzó a conducir como pudo hasta el departamento de la castaña. Tal vez ella nunca había escuchado eso de que el alcohol y la gasolina no son una buena mezcla. Y en efecto, unas cuadras más allá del bar en donde se encontraba, perdió el control de su auto por completo y se sometió a uno de los mayores riesgos que correría durante toda su vida. Y lo peor, era que en ese momento ya no debía cuidar sólo su vida, debía velar también por la vida del hijo que se formaba en su vientre.

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Había pasado hora y media y Camille no había aparecido en el departamento de Sakura. La menor de los Kinomoto estaba extremadamente preocupada ¿Le habría pasado algo? No, no, no. No podía pensar en nada malo. Fue a la cocina y se sirvió un vaso con agua para pasar el rato. Encendió el enésimo cigarrillo de la noche y siguió esperando. Estaba hecha un manojo de nervios. Tal vez lo único que quería Camille era encararla y hacerle admitir que había estado con Shaoran. O tal vez... él había callado todo. Pero si él había hecho ese sacrificio, ella no podía esconder todo. Si, se lo diría. Le confesaría la verdad a Camille, finalmente ella era su mejor amiga y lo que debía hacer era decir la verdad. Ya había estropeado todo, era mejor no engañar a Camille.

Un rato después, el celular sonó. Sakura lo contestó lo más rápido que pudo al ver que era Camille.

"¡Camille! ¿Dónde estás?" – Preguntó inmediatamente.

"Disculpe, señorita... usted conoce a la dueña de éste celular?" – Preguntó una mujer al otro lado de la línea.

La menor de los Kinomoto se estremeció – "Si, la conozco. Ella es mi amiga Camille... pero... ¿Usted por qué tiene su teléfono?"

"Señorita, lo siento mucho, pero su amiga ha tenido un accidente muy grave y es necesario que venga a la Clínica Central. Mi nombre es Tracy Collins, soy la enfermera en jefe. La estaré esperando" – Le informó.

Sakura colgó el teléfono y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos que estaban rojos e hinchados por haber estado llorando. Caminó torpemente y se cambió de ropa como pudo tomó su bolso y se dirigió a la habitación de Tomoyo y Eriol. Necesitaba ayuda. Todo se estaba saliendo de control.

Continuará...

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NOTAS DE LA AUTORA:

Ejem! Hola! ¿Qué tal? ¿Cómo les pareció? Bueno, ojalá les haya gustado. No sé que decir, disculpen tanto drama. Jejejejejeje. Vamos a ver que pasa, porque parece que S+S en vez de acercarse más, se separan. Por lo menos Shaoran ya tomó una decisión respecto a Sakura y ella... ya volvió con Kevin. Bueno, me despido. Espero muchos comentarios para este capítulo. Muchas gracias por su apoyo incondicional. De verdad sus reviews me sirven mucho. Se los agradezco, en especial a:

Carolina, Little-butterfly18, Sakura Ika, Cristina, Azuka Kwo, SAKURALACL, darthmocy, chii, Luna 310, sonylee, Helena, Camili, Meii.ko, Juna-chan.

Ahora, un poco de propaganda: Se trata de mi nuevo fic, "En busca del destino verdadero" también es de CCS, como siempre y espero que lo lean y me dejen sus comentarios. Sakura y los demás se reencuentran para enfrentar un nuevo problema, pero no saben que al hacerlo, descubrirán todo un pasado oculto por el cual tendrán que pagar muy caro... Espero que les guste.

Saludos,

Lunita Kinomoto.