Card captor Sakura pertenece al grupo CLAMP. Los personajes que no reconozcas son de mi propiedad y espero que si deseas usarlos o reproducir la historia, me lo hagas saber.
"Normal" – Hablando.
"Cursiva" – Pensamientos.
Cursiva sin comillas – para hacer énfasis en algunas palabras.
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Eriol y Tomoyo ingresaron al departamento de Sakura después de haber pasado la noche acompañándola y apoyándola con todo lo que había sucedido ¡Había sido una noche espantosa! No habían dormido absolutamente nada y se encontraban muy cansados. La pareja entró a su habitación, él se quitó la camisa y ella se quitó su abrigo y ambos se recostaron en la cama para así relajarse un poco.
"Es una pena" – Comentó Tomoyo mientras tocaba suavemente con sus dedos el pecho desnudo de su acompañante.
"¿Te refieres a lo del aborto del hijo de la amiga de Sakura?" – Preguntó Eriol.
"Así es" – Confirmó la amatista – "Camille debe estar pasando por un momento muy difícil" – Agregó con pesar.
"Es de suponerse. Y también me da pena por el señor Li, él parecía estar muy ilusionado con la idea de ser padre" – Dijo el joven inglés mientras acariciaba el cabello de su novia.
"La maternidad debe ser un sentimiento muy bonito, pero también una gran responsabilidad" – Comentó la hija de Sonomi mientras cerraba los ojos y seguía acariciando tiernamente el cuerpo de Eriol.
Hiragisawa asintió sin mucho que decir. Él había pensado en ser padre, de hecho, le encantaba la idea de ser el padre de los hijos de Tomoyo, pero siempre pensó que a la joven no le gustaría. Sin embargo, en ese momento ella le estaba diciendo que la maternidad era un sentimiento muy bonito. Tener hijos... una responsabilidad, sí. Pero también es todo un placer y una realización personal para quien está preparado, y sin duda, Eriol Hiragisawa lo estaba.
"¿Sucede algo?" – Preguntó Tomoyo mientras se levantaba y miraba a su compañero directo a sus profundos ojos color índigo.
"Bueno, yo... olvídalo" – Balbuceó el inglés mientras se levantaba y la besaba suavemente en los labios tirándose suavemente encima de ella.
"Eriol..." – Murmuró la joven mientras se deshacía del resto de la ropa de ambos que les estrobaba.
"Eres tan hermosa..." – Dijo él mientras admiraba detenidamente el cuerpo desnudo de su novia.
Tomoyo se sonrojó y lo atrajo hacia sí intentando desviar la mirada índiga de su cuerpo. Con mucha fuerza abrazó a su novio con las piernas por la cintura haciendo que la poca distancia entre sus cuerpos se hiciera nula. Los jóvenes se besaron apasionadamente disfrutando del contacto tan íntimo y personal que tenían, era como si estuvieran hechos el uno para el otro y viceversa. El joven inglés repasó la espalda de su acompañante con las palmas de sus manos, haciendo que ella se estremeciera a cada contacto, a cada roce que él le ofrecía. Y a Eriol le fascinaba saber que era él quien producía aquellas sensaciones tan placentaras en Tomoyo.
Por su parte, la joven amatista besaba con suma suavidad el rostro del joven, pasando por su frente, sus mejillas, su nariz, su boca, hasta llegar al cuello y al pecho deleitándose con cada caricia y con cada contacto que tenían – "Eriol..." – Le susurró al oído mientras lo besaba suavemente dándole algunos mordiscos delicados que hacían que él se excitara más.
"Eres muy juguetona, pequeña" – Le dijo el inglés mientras besaba de la misma manera la oreja de ella.
Tomoyo hizo una presión en sus torneadas piernas haciendo que Eriol entrara dentro de ella – "Te amo, Eriol..." – Le dijo en medio de su afán por sentirse suya.
"Yo... también te amo..." – Dijo él mientras comenzaba a moverse en forma de vaivén embistiéndola suave pero deliciosamente. Estar encima de ella le proporcionaba un sentimiento de dominación y control de la situación, cosa que a él disfrutaba. Le encantaba hacerla suya, sentirla suya, saberse el dueño de ése cuerpo y de esa alma.
Después de un largo rato, la situación llegó a su clímax, haciendo que ambos cayeran exhaustos en la cama – "Eres lo mejor que me ha sucedido, Tomoyo" – Susurró Eriol mientras acariciaba suavemente el cabello de su novia y aspiraba su aroma.
Ella sonrió y siguió tocando el pecho desnudo de él.
"Es mejor que nos levantemos y nos pongamos la ropa. Sakura no tardará en llegar y no quieres que nos vea así ¿O me equivoco?" – Preguntó el pelinegro mientras le entregaba el vestido que llevaba puesto.
La amatista asintió mientras se vestía – "Sólo espero que todo salga bien" – Comentó.
"Yo también lo espero" – Respondió él – "Además, pronto regresaremos a Inglaterra y no será bueno dejar a tu amiga en malas condiciones".
"Sí, solo nos queda una semana aquí en New York" – Dijo la joven japonesa – "Me dará mucha tristeza dejar a Sakura" – Agregó.
"Lo sé. Pero tenemos que regresar... pronto se acabarán las vacaciones" – Apuntó Eriol mientras caminaba con rumbo a la sala para sentarse a ver televisión en espera de Sakura, siendo seguido por Tomoyo.
Ambos se quedaron recostados en el sofá, abrazados y buscando algo que ver, hasta que Sakura abrió la puerta y entró con un rostro lleno de angustia y tristeza.
La amatista se levantó y miró a su amiga con detenimiento percatándose del triste semblante que ella traía – "¿Qué sucedió?" – Preguntó al notar algunas lágrimas brotar de los ojos verdes de la joven.
"¿Crees que soy mala?" – Sollozó la castaña mientras se sentaba en un sillón de la sala.
"¡Por supuesto que no!" – Exclamó la hija de sonomi – "¿Le dijiste la verdad a Camille?" – Preguntó.
La menor de los Kinomoto asintió con la cabeza para después taparse el rostro con las manos y llorar desconsoladamente.
"¿Tu crees que hiciste lo correcto?" – Preguntó Eriol que había estado pendiente de toda la escena.
"No... no lo sé..." – Respondió Sakura mientras seguía llorando.
"Entonces heriste a tu amiga por la razón equivocada" – Apuntó Eriol con un semblante serio.
La castaña alzó su rostro y le dirigió una mirada llena de confusión al inglés – "¿A qué te refieres?" – Preguntó intrigada.
"¡Tienes que estar segura de que amas al joven Li!" – Exclamó el pelinegro – "Si no estás segura... tal vez no valga la pena el sacrificio" – Le dijo.
"Yo lo amo... Lo amo demasiado... Pero..." – intentó decir entre sollozos.
"Si lo amas, entonces valdrá la pena el sacrificio de tu amistad con Camille" – Agregó Tomoyo.
"Pero es que me duele... me duele verla así por mi culpa" – Expresó la ojiverde con todo su dolor.
"¡Oh, Sakura!... Por favor, no llores más, me partes el corazón" – Le dijo la hija única de los Daidouji mientras una lágrima rodaba por su mejilla.
"Pero es que... Me siento muy mal..." – Intentó decir Sakura.
"Ya sacrificaste tu amistad con Camille por estar con Li. Ahora, has que ése sacrificio valga la pena. Disfruta de tu relación, porque estar enamorado de una persona que te corresponde, es maravilloso" – Señaló Eriol mientras miraba detenidamente a Tomoyo.
La castaña miró al joven inglés con sincero agradecimiento. Por fin había entendido que, sin importar lo que pasara, tenía a Shaoran y que eso no lo cambiaría por nada. Después de eso, los tres jóvenes se acomodaron para seguir conversando más calmadamente.
"Sakura... hay algo que tenemos que decirte" – Habló Tomoyo suavemente pero a la vez mostrando un rostro angustiado.
"¿De qué se trata?" – Preguntó la aludida al ver la suavidad y la angustia con la que su amiga hablaba.
"En una semana... regresaremos a Londres" – Informó la amatista.
El rostro de la castaña se ensombreció – "Ya veo... es una lástima, en este momento lo menos que quiero es quedarme sola..." – Dijo con pesar.
"Lo sabemos" – Agregó Eriol – "Pero no podemos quedarnos más tiempo. Tenemos que regresar a nuestros respectivos trabajos..." – Dijo.
"Entiendo" – Comentó la ojiverde – "Pero espero que vuelvan pronto por aquí" – Dijo para después dedicarles una hermosa sonrisa.
Eriol y Tomoyo suspiraron aliviados al ver que la joven no había tomado tan mal la noticia. Después de eso, se quedaron en la sala charlando un rato mientras Sakura dormía un poco para descansar de la agotadora madrugada que había tenido con todo lo del accidente, además, sus ojos estaban bastante enrojecidos e hinchados por haber llorado tanto. Ciertamente, ella no era una persona depresiva, pero estaba pasando por un mal momento y llorar era la única salida para su dolor.
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En la noche, Shaoran llegó presuroso al departamento de su ahora novia, y tocó el timbre expectante y emocionado. Se había vestido con un traje de pantalón y saco negros, que combinaban perfectamente con su camisa blanca sin corbata qu lo hacía ver muy sexy y a la vez muy elegante. Había hecho lo posible por peinar sus revolcados cabellos, aunque eso era muy difícil. Se había puesto la mejor colonia y todo su esfuerzo había dado frutos, pues estaba más apuesto que nunca.
Eriol abrió la puerta y miró impactado al joven chino – "Buenas noches, señor Li. Veo que la salida es formal" – Fue lo primero que dijo al verlo.
El ambarino asintió – "Buenas noches, Señor Hiragisawa" – Dijo mientras seguía al departamento y tomaba asiento.
"Sé que no es mi casa, pero Tomoyo y Sakura están encerradas en la habitación mientras su novia se arregla, así que... ¿Quiere algo de tomar?" – Preguntó el joven inglés haciendo gala de su impresionante cortesía.
"Un wisky, estaría bien" – Aceptó Shaoran mientras encendía un cigarro.
"Espero que les vaya muy bien ahora que están juntos" – Señaló Eriol mientras le entregaba la copa de wisky y se sentaba en otro asiento.
"Yo también lo espero así" – Dijo el ambarino mientras suspiraba cansadamente. No había dormido en al menos dos días y se sentía agotado, física y mentalmente hablando, sin embargo, solo por ver a su novia... por estar con ella un momento, su cansancio se desvanecía y su energía volvía al máximo límite.
"Espero que le haga mucha compañía cuando nosotros regresemos a nuestro país" – Comentó el joven inglés pensativo.
"¿Cuándo regresan a Londres?" – Preguntó Shaoran.
"En una semana" – Respondió Eriol algo confundido por el repentino interés del novio de su amiga.
"Ya veo..." – Dijo el joven chino para después quedarse reflexionando.
"Disculpa la demora, Shaoran" – Dijo Sakura entrando a la sala apresuradamente – "¿Nos vamos?" – Preguntó con inocencia.
El joven chino estaba totalmente impresionado. Su novia llevaba un hermoso vestido corto, color negro de tirantes. Era lo suficientemente ajustado como para dejar ver el esbelto cuerpo de ella. Su cabello lo llevaba suelto, cayéndole sobre sus hombros casi desnudos y su rostro tenía un leve maquillaje que hacía que sus hermosos ojos verdes relucieran.
"¿Estás bien?" – Preguntó la castaña al ver que su novio no respondía.
Shaoran salió de su shock y sacudió la cabeza – "Si... estoy bien. Vamos" – Respondió mientras le ofrecía su brazo – "Muchas gracias, joven Hiragisawa" – Dijo a manera de despedida mientras salían del departamento.
"¿Descansaste?" – Preguntó la ojiverde mientras iban en el camino al restaurante donde iban a cenar.
"No mucho, a decir verdad. Pero estoy bien. Esta noche dormiré tranquilo" – Comentó mientras conducía.
"Tal vez hubiera sido mejor si hubiéramos salido mañana u otro día. No quiero que te excedas, Shaoran" – Dijo Sakura muy preocupada.
"Prefiero mil veces verte, que estar solo en mi departamento pensando en ti sin poder estar contigo" – Respondió él mientras le dedicaba una hermosa sonrisa y una tierna mirada.
La hija de Fujitaka se sonrojó ante el comentario. Nunca nadie, ni siquiera Kevin, la había tratado de ésa forma – "Gracias por ser tan especial conmigo" – Susurró.
"No tienes que agradecerme nada" – Dijo Shaoran mientras estacionaba el auto y ayudaba a su acompañante a bajar – "Espero te guste el lugar que escogí" – Comentó mientras ambos miraban fijamente el elegante y exclusivo restaurante donde se encontraban. Según el ambarino, su novia merecía lo mejor, así que... no escatimaría gastos y esfuerzos para hacer que ella se sintiera bien.
"Este lugar es grandioso, Shaoran" – Exclamó ella impresionada.
"Para ti, siempre lo mejor" – Respondió él mientra le corría el asiento indicándole que se sentaran.
Ambos se acomodaron y pidieron su comida. Estuvieron un rato en silencio disfrutando de su mutua compañía y admirando el elegante y exclusivo lugar afuera de la ciudad.
"Me preocupa el estado de ánimo de Camille... Espero que esté bien" – Comentó Sakura para interrumpir el silencio.
"Ella es una mujer muy fuerte. Sé que estará bien" – Le animó el ambarino mientras tomába la mano de ella y enlazaba sus dedos con los suyos.
La ojiverde sonrió y se sonrojó ante el acto de su novio. Su novio. Ya no tenía por qué esconderse, ni ocultar su relación. Se sentía querida, amada y apoyada, sabía que en cualquier momento de su vida podría contar con él porque si de algo estaba segura era de que él la amaba por sobre todas las cosas del universo. Después de reflexionar, el camarero les entregó su cena y ambos comieron amenamente dándose a probar de cada uno de sus platos. Luego, salieron a la terraza del restaurante a admirar la ciudad que se veía a lo lejos.
"A pesar de todo lo que ha sucedido, me siento muy feliz" – Dijo la menor de los Kinomoto mientras suspiraba aliviada y relajada.
"Si, yo también me siento muy feliz por estar contigo" – Respondió él tomando la suave y delicada mano de su novia y acariciándola sutilmente.
"Shaoran..." – Dijo ella en un susurro – "Lamento mucho que... ya no vayas a ser padre" – Murmuró apenada.
El rostro del joven se ensombreció y dirigió su mirada hacia la ciudad – "No voy a decirte que no me siento triste" – Dijo – "Pero sé que en el futuro tendremos la oportunidad de tener muchos hijos..." – Comentó volteando su cabeza para mirarla directamente a sus ojos esmeralda.
Sakura se ruborizó un poco y evitó la mirada penetrante de él – "¿A qué... a qué te refieres...?" – Balbuceó.
Él sonrió ampliamente – "Puede que lo que te voy a decir te parezca absurdo y atrevido, pero... Quiero que nos vayamos de aquí y comencemos una nueva vida en otro lugar..." – Propuso.
Los ojos verdes de la joven se abrieron de par en par, las palabras intentaban salir de su boca, pero ni un murmullo salía de ella. Estaba impactada y su cerebro analizaba una por una las palabras de su novio. Llevaban un poco menos de tres semanas de conocerse y ni siquiera un día como novios oficiales y ahora él le decía que quería irse a empezar una nueva vida junto con ella... No podía ser cierto. No había ninguna duda de que lo amaba, lo amaba con todas las fuerzas de su ser, pero... ¿Irse y comenzar una nueva vida?... No era una decisión fácil de tomar en ese preciso instante.
Shaoran, al ver el rostro confundido de su acompañante apretó su mano fuertemente – "No tienes que darme una respuesta ahora, piénsalo, no te precipites..." – Le dijo tratando de animarla y de no presionarla. Tal vez ella estaba pensando que se había vuelto loco, y si, él estaba loco de amor por ella. Se había enloquecido desde el primer día que la vió en aquel bar. Tres semanas atrás jamás se habría imaginado que algún día podría estar con ella y saberla suya, saber que podía amarla libremente sin ataduras, sin restricciones. Pero ahora, tres semanas después, de lo único que estaba consciente era de que la amaba y que quería huír de la vida que había llevado por veintiseis años, sólo para estar con ella.
Sakura asintió aún muy confundida – "De verdad que estás loco, Shaoran" – Comentó con una sonrisa ya mucho más calmada.
Él la atrajo hacia sí y la besó tiernamente en los labios – "Tú eres la razón de mi locura" – Le susurró una vez que se separaron.
Ella volvió a sonreír – "Déjame pensar y analizar tu propuesta" – Le dijo.
Shaoran asintió y la abrazó fuertemente. Ya la tenía, ya por fin podía estar con ella, ahora no se la dejaría quitar nunca, no dejaría que nadie ni nada los separara. Porque por fin había entendido que las cosas pasan porque tienen que pasar. Él la conocío porque tenía que aprender de ella el verdadero significado de la palabra amor. Y eso era lo que sentía en ese preciso instante, amor puro y verdadero.
La pareja se quedó un rato más en el restaurante, un poco más avanzada la noche, se dirigieron al departamento de Shaoran para seguir disfrutando un rato juntos.
"Debes tener mucho sueño, es mejor que vaya a mi casa" – Comentó Sakura una vez que entraron al departamento.
"Para nada, señorita. Yo estoy bien" – Respondió él mientras le entregaba un trago y la invitaba a sentarse. Después puso un poco de música suave y se sentó al lado de ella.
"Pero Shaoran... Mañana tienes que ir al trabajo..." – Le dijo ella tratando hacerlo entrar en razón. Cosa que fue imposible.
"Si no lo recuerdas, yo soy el presidente de la empresa y si quiero, puedo llamar para avisar que no iré a trabajar" – Le informó él con una sonrisa en el rostro.
"Me había olvidado de ese pequeño detalle" – Respondió la joven también con una sonrisa mientras le daba un tímido beso en los labios.
"Es más, quédate conmigo está noche y te prometo que mañana tendrás el mejor de los despertares a mi lado" – Le propuso el ambarino mientras le quitaba el trago de la mano y lo ponía en la mesa central de la sala, para después besarla apasionadamente.
"Shaoran... No debes ser tan irresponsable..." – Murmuró la ojiverde mientras pasaba sus manos por la espalda de él sintiendo su fuerte musculatura a pesar de la ropa que llevaba.
"Y tú no debes ser tan responsable... Además, tú estás en vacaciones..." – Le recordó Shaoran mientras comenzaba a desabrochar los botones traseros del vestido de su novia.
"Pero..." – Intentó decir Sakura sin mucho éxito pues de un momento a otro vió como su vestido caía al piso.
"Shhh... No digas nada..." – Le susurró él al oído mientras comenzaba a recorrer con sus manos el cuerpo de ella yendo de arriba hacia abajo disfrutando el contacto con la piel suave y tersa de su novia.
Sakura guardó silencio y comenzó a despojar a Shaoran de su ropa dejándolo desnudo. Acarició de nuevo su espalda, ésta vez disfrutando el contacto libre del saco y la camisa, sintió sus músculos fuertes, para después pasar por sus hombros y sus brazos, mientras él la besaba apasionadamente y la liberaba del resto de la ropa que le quedaba atrayéndola hacia él y sintiendo sus majestuosos pechos chocarse con su cuerpo. La sentía tan suya, tan libre... Tan... Tan perfecta. Su excitación lo incitó a levantarla y cargarla por el departamento mientras ella lo abrazaba con las piernas por la cintura. Dificultosamente abrió las puertas de su habitación, pero en vez de acostarla en la cama, la recostó en una pared y la besó pasionalmente introduciendo su lengua en la boca de ella, saboreándola, probándola, tal y como alguna vez ya lo había hecho.
Por otra parte, Sakura respondía a ese pasional beso con todas sus fuerzas, haciéndole saber a Shaoran que le pertenecía, que ya no había nada en el mundo que les impidiera estar juntos y hacer sus más grandes deseos realidad. Con sus manos, revolcó un poco más el cabello de él presionando su cabeza para que sus labios se unieran más y más, si es que era posible. Cuando la excitación y el deseo se hicieron inaguantables, el ambarino entró suavemente dentro de ella tratando de no herirla o lastimarla. Una vez que todo estuvo listo, comenzó a moverse lentamente y a medida que sus cuerpos se acostumbraban a esa unión, aumentó sus movimientos embistiéndola lo más placenteramente posible. Después, caminó cargándola hasta la cama y la recostó para seguir haciéndola suya, para seguir entregándose sus cuerpos... Para seguir entregándose sus almas.
"Me iré contigo" – Exclamó ella en medio de su excitación.
Shaoran se detuvo por un momento en su labor y la miró atónito – "¿Lo dices en serio?" – Preguntó.
Sakura tomó aire y asintió – "Me iré contigo hasta el fin del mundo, si es necesario" – Le confirmó mientras lo besaba.
"Me haces el hombre más feliz del mundo, Sakura" – Le dijo en medio del beso para después continuar en lo que estaban haciendo. Ahora sí, se sentía totalmente aliviado y feliz. Se irían y vivirían el resto de sus días juntos. Después de esto, ambos llegaron al tan anhelado clímax sintiéndose extremadamente bien. Por un lado, sus deseos carnales se estaban haciendo realidad, y por otro lado... Ya no había ningún obstáculo. Ya su amor, no era un amor prohibido.
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"Buenos días..." – Susurró Shaoran mientras le entregaba a Sakura que todavía estaba somnolienta, una bandeja con el desayuno – "¿Dormiste bien?" – Preguntó interesado.
La joven se frotó los ojos y lo miró sorprendida – "¿Te levantaste hace mucho?" – Preguntó.
"Hace un rato" – Respondió él mientras se sentaba a su lado en la cama.
"Gracias por prepararme el desayuno" – Le dijo ella mientras comía animadamente.
"Con mucho gusto" – Le dijo él mientras se recostaba – "¿Dormiste bien?" – Volvió a preguntar.
"Como nunca en la vida había dormido" – Respondió ella dedicándole una hermosa sonrisa.
"Me alegro"
"¿Acaso ya te bañaste?" – Preguntó la ojiverde al notar el cabello mojado de su novio.
"Así es" – Respondió el ambarino – "En un rato más iremos a tu departamento para que te arregles. Tenemos que solucionar muchas cosas antes de irnos" – Agregó.
Sakura palideció – "Antes de irnos..." – Susurró sabiendo que aún tenía pendiente avisarle a su familia que se iría y entregar su carta de renuncia en el trabajo.
"En una semana" – Indicó él.
"¡¿En una semana!" – Repitió ella espantada – "Shaoran... ¡Una semana es muy poco tiempo!" – Exclamó – "Además... ¿a dónde iremos?"
"Ésta vez, hagamos las cosas a mi manera. El resto de la vida, seguiré tus indicaciónes" – Respondió el joven mientras le tomaba la mano y la miraba suplicante – "Y el lugar al cual viajaremos, te lo diré esta tarde"- Anunció.
Sakura suspiró resignada – "Tienes un fuerte poder de convencimiento sobre mí" – Aseguró mientras se levantaba cubriéndose con una sábana y llevaba los platos a la cocina, para después buscar en el desorden del departamento su ropa para poder vestirse.
Shaoran sonrió y se dispuso a vestirse. Un rato después ya se encontraban en el departamento de Sakura, junto con Tomoyo y Eriol.
"Sakura ¿Qué te parece si me acompañas a comprar algunas cosas para el viaje a Londres?" – Propuso la amatista después de que su amiga salió ya arreglada.
"Me parece perfecto... Pero... Shaoran..." – Murmuró.
"Yo acompañaré al joven Hiragisawa a comprar los tiquetes para el viaje" – Indicó el ambarino.
"Está bien. Además, tengo que ir a mi trabajo para entregar mi renuncia"- Dijo ella con el rostro lleno de tristeza.
"Entiendo. Si deseas, puedo acompañarte" – Le ofreció él para apoyarla.
"No es necesario, Shaoran. Iré con Tomoyo" – Aseguró la ojiverde mientras los cuatro recogían sus cosas y salían. Eriol y Shaoran hacia la agencia de viajes y por otro lado Sakura y Tomoyo hacia un centro comercial para ir de compras.
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En el camino hacia la agencia de viajes, Eriol y Shaoran tuvieron la oportunidad de conocerse un poco más. El ambarino, supo que el joven inglés era hijo de una familia muy rica y poderosa en Inglaterra, mientras que el pelinegro, se enteró de todos los detalles sobre las empresas Li y además de todo lo relacionado con Camille. Estos dos jóvenes ciertamente eran muy afines en sus gustos, sus cosas y su vida.
"Buenas, tardes... Quisiera comprar dos boletos para Londres, Inglaterra, por favor" – Pidió Eriol mientras buscaba su tarjeta de crédito.
La joven que los atendía, se disponía a irse a buscar la documentación necesaria cuando Shaoran la interrumpió – "Que sean cuatro, por favor" – Le indicó a lo que ella asintió.
"¿Cuatro?" – Preguntó Eriol confundido – "Acaso..."
"Si, Sakura y yo viajaremos con ustedes" – Dijo el joven chino triunfante.
Continuará...
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NOTAS DE LA AUTORA:
¿Y bien? ¿Qué les ha parecido? Yo sólo espero que les haya gustado tanto como a mí. Espero que les hayan agradado las escenas lemon, porque ya había quedado olvidado con tanto problema, así que decidí recompensarlos por partida doble para fans de T+E y S+S... Falta muy poco. En menos de lo que ustedes esperan, tendrán el final de esta historia, haré todo lo posible por complacerlos a todos. Muchas gracias por su apoyo y por sus mensajes. Espero saber que piensan sobre este capítulo. Muchas gracias en especial a:
Katsumi00, Little-butterfly18 (Lady Fiorella), Vicky Kou, Cleopatra Cruz, Grunge Girl, Flor de Cerezo13, Sakume Nohara, Brisa Jael, Undine, Sakura Ika, Sonylee, Meii.Ko, Luna310, Paola, Kishuu Arashi.
Saludos,
Lunita Kinomoto.
