Card Captor Sakura pertenece al grupo CLAMP. Los personajes que no reconozcas son de mi propiedad y si deseas usarlos o reproducir la historia, espero me lo hagas saber.
"Normal" – Hablando.
"Cursiva" – Pensamientos.
-----------------------------------------
Capítulo 15: Un amor permitido.
Tomoyo y Eriol ingresaron a su habitación y se tendieron en la cama por unos segundos. Ambos miraban hacia arriba y sus manos estaban entrelazadas.
"¿Sabes lo que nos espera en Londres?" – Preguntó Tomoyo con una sonrisa.
Eriol sonrió y suspiró – "Sí, sé que tendremos que hablar con tu madre para poder formalizar nuestra relación" – Respondió resignado – "No creo que ella vaya a estar muy feliz por nosotros" – Agregó.
"Mi madre es un poco difícil de tratar, cariño. Pero es una buena persona y sé que estará muy feliz porque por fin puedo estar con alguien que me quiere de verdad" - Le dijo ella mientras se giraba y lo miraba a los ojos – "Porque tú me quieres de verdad ¿Cierto?"
Él la abrazó y la besó fuertemente, cuando se separaron la miró a los ojos – "Por supuesto que te quiero de verdad, Tomoyo... Si no fuera así, no te habría seguido hasta este país sólo para estar contigo..." – Le respondió mientras acariciaba el sedoso cabello de la joven.
"Pero te divertiste en este lugar ¿Me equivoco?" – Preguntó ella en tono pícaro mientras le daba suaves besitos en las mejillas.
Él sonrió – "Claro que me divertí en este lugar, en especial en las noches" – Le dijo mientras la atraía aún más – si era posible - hacia él.
"Eres un picarón, Eriol..." – Comentó la amatista mientras se disponía a levantarse de la cama.
"¿Para donde crees que vas?" – Le preguntó el joven inglés mientras la tomaba por el brazo e impedía que ella se levantara.
"Tenemos que terminar de recoger las cosas, cariño. Si no nos apresuramos, nos dejará el avión" – Le respondió ella para después levantarse y dirigirse al baño para ducharse y cambiarse de ropa.
Eriol siguió tumbado en la cama con los brazos tras la cabeza – "Supongo que tiene razón" – Dijo en voz alta – "Es hora de partir"
El joven se levantó y metió las últimas cosas en la maleta, observó el lugar y sonrió. En esa habitación había pasado las mejores noches de su vida al lado de la mujer a la cual amaba con locura. Ella se había convertido en poco tiempo en la persona a la cual Eiol adoraba por sobre todas las cosas y por la cual haría cualquier sacrificio con tal de permanecer a su lado. ¿Sacrificio? Ir a la mansión Daidouji para hablar con Sonomi, la madre de Tomoyo era un sacrificio. Pero valía la pena. Esa mujer podría ser la madre de su novia, pero no controlaba su vida, por lo cual no se trataba de ir a pedirle permiso para algo... Sölo se trataba de ir a su casa a comentarle sobre su relación con la joven japonesa.
"Supongo que tendré que ir bien presentado" – Dijo él en voz alta mientras se quitaba la ropa y se metía al baño en busca de su novia.
Ajeno a lo que estaba sucediendo en el departamento de su novia, Shaoran llegó a su casa cansado, pero feliz. El último mes había sido para él una experiencia completa y de eso había aprendido muchas cosas y sacado provecho de otras. ¿Conclusiones? Bastantes. Por una parte, había aprendido que la vida es mucho más sencilla si se toman las decisiones correctas. Él había actuado en busca de su felicidad, y ahí estaba, apunto de tomar un avión para irse del país con la mujer que lo complementaba. Fantástico. Habían pasado muchas cosas para que él pudiera llegar al punto de sentirse totalmente feliz.
Shaoran Li, o Xiao Lang Li, como sonaba su nombre en chino, fue un hombre solo desde temprana edad. Su comportamiento serio y maduro le permitieron avanzar mucho en cuestiones de negocios, se había convertido en el líder absoluto y supremo de todo el consorcio de empresas que su familia poseía. Su cuenta bancaria era una de las más codiciadas por aquellos ambiciosos que solo buscaban dinero y riqueza. Millonario, joven y atractivo. Pero solo. La experiencia le había enseñado que no podía confiar en nadie, por el simple hecho que las personas de la actualidad eran interesadas en el dinero, más no en los sentimientos. Tuvo la oportunidad de disfrutar de muchas mujeres con quienes se relacionaba sólo físicamente. Nunca se había enamorado de una forma seria, hasta hacía un mes, cuando conoció a esa bella joven de ojos verdes, que con su fuerza e inocencia le había demostrado que ella veía al hombre detrás de la mirada ámbar y no al hombre exitoso y rico que podía ofrecerle el mundo entero si así ella lo deseaba.
En un mes había enfrentado más problemas y emociones que los que había enfrentado en toda su vida. Había pasado de la paternidad a la pérdida, del encantamiento al amor, de la rabia hasta la flaqueza. Todo en un mes. Había destruído la vida de una persona significativa para él sólo por buscar la felicidad propia, pero no se arrepentía. ¿Cómo arrepentirse si lo que había conseguido había llenado ese eterno vacío de su solitario corazón? No, no podía arrepentirse ni quería hacerlo. Simplemente quería irse de ese lugar y comenzar una nueva vida al lado de Sakura, esa mujer encantadora de ojos verdes que le había enseñado a mirar el mundo de una manera totalmente diferente.
Shaoran sonrió para sí mismo y recogió sus maletas. Todos los muebles de su departamento estaban cubiertos por sábanas, los objetos valiosos estaban guardados en cajas fuertes, su ropa estaba toda empacada en sus maletas. ¿Sus sentimientos? Esos estaban en con la mujer de ojos verdes que esperaba por él para partir juntos a un lugar lejano, donde podrían hacer a un lado todos los recuerdos dolorosos y comenzar a vivir juntos.
Antes de cerrar la puerta, echó un último vistazo. Ahí había vivido los años más solos de su vida, pero esos malos recuerdos allí se quedaban. Sonrió de nuevo y cerró. Guardó las llaves en sus bolsillos y se dirigió a tomar un taxi.
Afuera del edificio, un hombre de cabellos y ojos negros lo observaba desde lejos, procurando no ser visto. Al ver al hombre de cabellos marrones salir y tomar un taxi, el espía, o mejor dicho, Kevin sonrió – "Gracias a la obsesión de Camille contigo me hice algunos millones" – Pensó mientras abordaba su auto. Camille le había pagado una gran cantidad de dinero sólo para que él consiguiera unos documentos en donde implicara a Sakura en sus enredos crediticios. Kevin lo consiguió con mucha facilidad y ahora podía proclamarse millonario. ¿A quién le importaba? A él. Finalmente todo el plan de Camille se había ido abajo, por lo cual ella había perdido considerables sumas de dinero, pero a él ya no le importaba, tenía su dinero y era lo único que lo hacía feliz.
Sakura había sido víctima de la ambición de Kevin Jones. Se había convertido en su objeto o cajero automático, por lo cual había sufrido mucho. Ella fue reservada por muchos años en el tema amoroso y le había abierto las puertas de su corazón a él quien sólo la utilizó. Esas heridas ya estaban sanadas y cicatrizadas. Su corazón latía con fuerza por otro hombre, el joven de ojos ámbar que le había mostrado que la vida es más que sufrimiento y dolor. Que le había enseñado a amar de verdad y hacer cualquier clase de sacrificio por ello. Y sí, ahí estaba ella, apunto de cerrar por última vez la puerta del departamento donde había vivido momentos de pena y de gloria, sintiéndose feliz.
La joven de ojos verdes miró a Eriol y a Tomoyo, quienes a su vez la observaban comprensivamente y ambos con una sonrisa en los labios y tomados de la mano. Volteó su mirada esmeralda y observó sus maletas y por último su departamento. ¿Sería feliz en Inglaterra? Si, estaba segura de ello. ¿Por qué? La respuesta era simple: Estaba enamorada de alguien que le correspondía. Satisfecha, cerró por última vez la puerta y ella, junto con la pareja, tomaron el elevador. Una vez afuera tomaron un taxi y se encaminaron hacia el aeropuerto.
Nueva York. Allí había vivido los peores momentos de su vida y también los mejores. Había estudiado, se había convertido en una profesional, había hecho amistades y había crecido como persona. Entonces... ¿Por qué se iba de la ciudad? Pues porque le había fallado a alguien muy importante para ella, su mejor amiga Camille. Le había fallado por haberse enamorado del mismo hombre que ella, por haber aceptado luchar por ese amor sin importar las consecuencias. Pero tampoco se arrepentía. Si de algo estaba segura era de que en el corazón no se mandaba y ella no había elegido enamorarse de Shaoran para hacer sufrir a Camille. Eso simplemente había sucedido como cosa natural de la vida y Sakura no había podido hacer nada para evitarlo. Lamentaba sobremanera hacer sufrir a alguien, en especial si era su mejor amiga, pero ella sabía desde el primer momento en que supo sus sentimientos hacia Shaoran que había en juego dos cosas. Por un lado, la amistad con Camille y por otro lado, su felicidad al lado de Shaoran. Y por primera vez en su vida, la hija menor de Fujitaka se había decidido por su felicidad.
Al llegar al aeropuerto, el rostro sonriente del señor Kinomoto les esperaba. El hombre sonrió y abrazó a su hija y a su sobrina de manera paternal.
"Muchas gracias por todo, papá" – Le dijo la ojiverde – "Estaré llamando seguido" – Le dijo.
"Eso espero, hija. Eso espero" – Mencionó él mientras miraba a Shaoran que se acercaba.
"Señor Kinomoto" – Dijo el ambarino interrumpiendo el abrazo – "Gracias por venir".
Fujitaka se separó de las jóvenes y se acercó a él – "Cuídela, es nuestro tesoro" – Le dijo para después estrechar su mano.
El joven chino asintió con una sonrisa y después Sakura se acercó a él – "¿Ya es hora?" – Le preguntó con cierto temblor en su voz.
"Si, ya es hora" – Respondió él también un poco nervioso.
"Entonces, monstruo... Supongo que nos volveremos a ver" – Le dijo Touya mientras la abrazaba fuerte – "Cuídate mucho, hermana" – comentó en un susurro apenas audible para la castaña.
"Shaoran me cuidará" – Respondió ella, a lo que el hijo mayor de los Kinomoto bufó no muy contento.
"Muchas gracias por todo, Señor Kinomoto. Fue un placer conocerle" – Se despidió Eriol que llevaba a Tomoyo tomada de la mano.
"Fue un gusto, señor Hiragisawa... Tenga mucho cuidado con Tomoyo, ella es como mi hija. Espero verles de nuevo en este país..." – Respondió el hombre mientras estrechaba la mano del joven inglés.
"No se preocupe, señor. La cuidaré como a mi vida" – respondió el ojiazul para después hacer una reverencia y comenzar a caminar hacia la sala de abordaje.
"Papá, hermano... Creo que esto es todo. Cuídense mucho, por favor" – Dijo Sakura a manera de despedida.
"Ustedes también, hija. Cuídense mucho" – Le respondió Fujitaka para después ver a su pequeña niña caminar al lado del hombre que amaba con rumbo hacia su felicidad.
La ojiverde miró por última vez a su alrededor y de nuevo se sintió satisfecha. Observó a Shaoran quien caminaba con la frente en alto y con una sonrisa dibujada en sus labios. Sabía que él también estaba feliz y nervioso a la misma vez, pero sabía también que pronto estarían en un lugar donde todo quedaría en el pasado y podrían hacer realidad su amor... ése que alguna vez, fue prohibido.
¿Quién quedaba? La persona más afectada por la historia. Camille Higgins. Ella había sido derrotada por su propia codicia. No, ella no quería el dinero de Shaoran, sólo quería sentirse querida, amada y respetada por él. Y a causa de su desesperación por conseguir lo que deseaba, se había quedado totalmente sola y abandonada. Había hasta jugado con la propia vida, causando la muerte de su hijo. Y la vida le estaba enseñando que las cosas o son para uno o no lo son.
Ella seguía siendo una muy buena abogada, con un gran trabajo y un gran salario. Seguía siendo una mujer reconocida y hermosa, pero ya no tenía un gramo de dignidad. La había perdido toda luchando contra un amor mucho más fuerte que los problemas y la adversidad. Se sentía traicionada, con toda la razón del mundo, claro está, y también se sentía sola. Tal vez el futuro le traería cosas mejores.
------------------------------------------
Después de muchas horas de viaje, las dos parejas arrivaron a Londres. Eriol y Tomoyo llevaron a Shaoran y a Sakura hasta el departamento que la empresa de Li había conseguido para ellos. Al llegar, se encontraron en uno de los barrios más lujosos de Londres, en un departamento amoblado y muy grande, hermosísimo.
"Bien, éste es su departamento. Nosotros nos retiramos, estamos algo cansados" – Dijo Eriol a manera de despedida, mientras estrechaba la mano de Li y se despedía de Sakura con un beso en la mejilla.
"Muchas gracias por todo" – Se despidió la ojiverde mientras veía a sus amigos partir.
El joven chino y su novia vieron como la otra pareja se iba. Ahora eran ellos dos solos, desde ese día, para el resto de su vida.
Saliendo del edificio, Eriol llamó un taxi y él junto con Tomoyo se dirigieron hacia el departamento de la joven japonesa.
"No puedo creer que Sakura esté viviendo en esta ciudad" – Comentó ella durante el trayecto con una sonrisa – "¡Me alegra tanto!" – Exclamó.
El joven inglés sonrió ante la expresión de su novia. Ella sí que quería a Sakura, se notaba en sus ojos – "Me alegra que te alegre, pequeña"
"¡Podremos hacer tantas cosas juntas!" – Volvió a exclamar ella sintiéndose feliz.
Eriol rió por segunda vez y de ahí en adelante, el camino fue silencioso. Al llegar al departamento de la joven amatista, ambos subieron y se tumbaron en el sofá. ¡Estaban agotados! Y era lógico, después de un viaje de tantas horas.
"¿Cuándo iremos a hablar con tu madre?" – Preguntó Eriol esperando un No es necesario que hablemos con ella que jamás saldría de la boca de su novia.
"Cuando te sientas listo, cariño" – Respondió ella mientras se levantaba y se quitaba el abrigo negro que llevaba y también los zapatos, quedando así con un jean y una camisa de tirantes.
"Yo estoy listo, preciosa" – Le dijo Eriol en tono seductor mientras se levantaba y la rodeaba por la cintura – "Te demostraré cuan listo puedo estar" – Le susurró al oído a lo que ella rió y se dejó llevar a paso lento por los corredores del departamento, llegando así hasta su habitación, mientras se besaban apasionadamente y la ropa que tenían puesta quedaba regada por el piso, pues en ese momento estorbaba.
Ellos se amaban, no había duda. Se complementaban pero al mismo tiempo eran iguales. Ambos eran observadores y sumamente tiernos, aunque Tomoyo era mucho más reservada que Eriol. Él por su parte era un hombre galante e increíblemente atractivo, misterioso y muy interesante. Ella era una joven de delgada contextura, alegre y divertida, fuerte y conciliadora. Era una mujer muy atractiva, en especial por sus ojos amatistas, en los cuales Eriol se podía sumergir por horas y horas, sin importarle el resto del mundo. A él le encataba la alegría que ella podía aportarle a su vida, a ella le encantaba que él le pusiera los pies sobre la tierra. A diferencia de la pareja central de esta historia, su amor no había sido prohibido, lo que les había permitido conocerse más y convivir más entre ellos. Eran felices estando ahí, sintiéndose el uno para el otro, sintiéndose amados y complementados. Sintiéndose felices.
Sin saber en qué andaban sus amigos, Sakura y Shaoran estaban los dos tendidos en la gran cama matrimonial que se encontraba en la habitación principal del departamento. Se contemplaban con infinita ternura, observando sus cuerpos desnudos anteriormente cubiertos por caricias y besos del otro. Había sido una manera muy especial de comenzar su nueva vida. Se habían amado con locura, sabiendo que ya no había nada que se interpusiera entre los dos.
Shaoran atrajo a su novia hacia sí y la beso en la frente – "Te amo ¿Sabías?" – Le preguntó.
Ella sonrió – "Claro que lo sabía" – Le respondió mientras con sus dedos comenzaba a tocar el brazo de su acompañante – "Y yo te amo a ti" – Agregó.
"¿Tú crees que podamos ser felices juntos?" – Le preguntó él mientras acariciaba suavemente su pelo, haciendo que se estremeciera.
"Estoy totalmente segura. Si no fuera así, créeme que no habría arriesgado todo lo que puse en juego por ti" – Le dijo ella mientras seguía acariciándolo.
Él sonrió satisfecho con la respuesta – "Estoy seguro de que seremos muy felices" – Susurró mientras se movía un poco tomándo su chaqueta del suelo y sacando un cofre de terciopelo negro y extendiéndolo hacia ella quien lo miraba sorprendida – "Por eso, Sakura, y porque te amo... ¿Te casarías conmigo?" – Le preguntó sintiéndose completamente seguro de sus actos.
La ojiverde sonrió y dejó que el ambarino le pusiera el anillo en el dedo – "Sí, Shaoran... Por supuesto que me casaré contigo..." – Le dijo mientras se acercaba a él y lo besaba suavemente, sin ataduras, sin restricciones, sin prohibiciones y para la eternidad.
Fin.
------------------------------------------
NOTAS DE LA AUTORA:
Es el final... T.T que triste me siento... pero ya era hora. Disculpen el derroche de miel y de romance, esto me salió un poco cursi, pero ¿Qué puedo hacer si soy una romántica sin remedio:P. Espero que les haya gustado y hayan quedado contentos con el resultado. Ojalá hayan entendido todo lo que pasó con los personajes de esta historia y espero haber cumplido los deseos de los fans de ExT y de SxS. Esa era mi mayor expectativa.
Ellos se conocieron, se amaron a pesar de que la vida les impedía hacerlo y lucharon hasta el final por ser felices juntos. Espero que les haya gustado.
Este fanfic está dedicado todas ustedes, amigas mías que me dejaron reviews para apoyarme, espero haber cumplido todos sus deseos y les agradezco a TODAS por haberse tomado el tiempo de leer, apoyarme y sugerirme cosas.
Finalmente, un saludo muy grande para quienes dejaron review en el capítulo anterior que son:
Katsumi00, Flor de cerezo, Lady Fiorella, SonyLee, Saori-Luna.
Esperen dentro de poco tiempo el epílogo.
Saludos,
Lunita Kinomoto.
FINALIZADO EL 18 DE JUNIO DE 2006 A LAS 4:58 PM HORA DE COLOMBIA.
