Disclaimer: Repito, y no me cansaré de decirlo, que Hellsing no me pertenece, porque todos sabemos lo que estaría haciendo Alucard en estos momentos si fuera mío (eh, y no penséis mal)…(bueno, si, pensad mal…XD).
Capítulo Tres
Una exhausta Seras Victoria entró en su habitación, y después de cerrar la puerta, se dejó caer pesadamente sobre ella.
"Oh… ¡estoy taaaan cansada! ¿Por qué estarán reapareciendo los Freaks? Semanas sin un miserable ghoul (N/tr: los zombis necrófagos), y después, de repente, ¡bam! Freaks y ghouls por todas partes… Creo que me voy a morir de cansancio…" Inspirando profundamente, se separó de la puerta y se arrastró hacia la mesa.
Esa noche había sido particularmente dura, tres Freaks y al menos un centenar de ghouls… sin mencionar que había perdido a varios miembros de su equipo. Con la cabeza en las manos intentó retener las lágrimas. Aunque perder a miembros de su equipo se convertía en una dificultosa rutina, aún no le gustaba, y odiaba hasta que alguno saliese herido. Peor que eso, algunos de ellos se habían convertido en ghouls, y Seras había sido la encargada de acabar con su miseria.
Como un autómata, Seras se dejó caer en la silla de madera y comenzó a quitarse las botas. Una vez que se las quitó, extendió las puntas de sus pies y bostezó, estirándose como un gato. Mientras bostezaba, vio algo extraño por el rabillo del ojo, algo que no había visto antes de salir esa noche.
."¿Huh? ¿Qué es esto?" Estando tan cansada, no se había fijado bien en su mesa. Allí, al lado del paquete de sangre había una pequeña caja. Con tanto sueño Seras probablemente no habría notado la pequeña caja de cartón. Sin embargo, lo que fuera que contuviese se estaba moviendo.
Seras tragó saliva y pensó en llamar a Walter para que la ayudase a abrirla. No era sensato abrir una caja que se movía, uno no podía asegurar lo que contenía, especialmente viviendo con su Amo. Él podría haber puesto algo peligroso u horrible para asustarla…
Justo cuando estaba a punto de salir a buscar a Walter, un familiar sonido salió de la caja. Sus ojos se ensancharon, pues conocía ese sonido muy bien. Dio un salto y comenzó a andar alrededor de la mesa a grandes zancadas, procurando poder huir en caso de que estuviese equivocada. Aquel sonido se oyó otra vez, y ahora Seras estaba completamente segura de lo que era.
Temblando de excitación, abrió la caja lentamente. No había sido cerrada completamente, las cuatro paredes estaban entreabiertas, manteniendo al animal en la caja. Una vez que estuvo abierta Seras dio un grito desgarrador.
"¡OH! ¡ERES LA COSA MÁS BONITA QUE HE VISTO NUNCA!" Dentro de la caja, estaba el gatito calicó más pequeño que esta vampiro había visto jamás. El gatito parpadeó varias veces, acostumbrándose a la lúgubre luz que Seras acababa de encender. Un momento después, cuando parecía que se había acostumbrado, se acercó al borde de la caja.
"Mew…" La miró con ojos implorantes. Sin poder resistirse a una cosa tan pequeñita, Seras lo sacó de la caja y se lo acercó a la cara. Siendo lo más discreta posible, comprobó si era chico o chica.
"¡Aw, una chica! ¡Eres lo más bonito que he visto en mi vida! ¿Pero de dónde has salido? ¡No recuerdo que estuvieras aquí cuando salí a la misión! Fue… ¿Walter?"
Mientras cavilaba esto, se oyó un golpeteo en la puerta. Solo había una persona que llamaba cuando la visitaba, que llamaba así.
"¿Walter? ¡Entra!" La ahora increíblemente nerviosa vampiro se giró hacia la puerta, sosteniendo al gatito como un bebé en los brazos.
"¡Seras! ¿Va todo bien? Te oí gritar y temí que… ¿qué es eso?" El fiel aunque bastante sorprendido mayordomo permaneció en la puerta, con su única lente ligeramente torcida. La rubia estaba sorprendida. Si Walter no sabía nada del gatito, ¿quién podría haberlo dejado para ella?
"Pero… ¿No fuiste tú quien lo dejó para mí?
"Desde luego que no. Odio tener que recordártelo, Seras, pero no se permiten mascotas aquí. No importa lo monas o cariñosas que parezcan… ¿De dónde la has sacado?"
Aún aturdida por la nueva información, Seras explicó rápidamente como lo había encontrado en una caja de cartón en su mesa cuando había vuelto de su misión.
Cuando terminó, Walter no solo sostenía al pequeño felino, sino que lo acariciaba afectuosamente.
"¿Ves, Walter? ¡No puedo dejarla! ¡Si la doy a la perrera, la matarán!"
"Lo siento, Seras, pero conoces las reglas." Walter se dio la vuelta y salió de la habitación aún con el gatito en brazos. A medida que alcanzaba el hall, Seras aún podía oír al gatito maullando. Seras sabía que lo llevaría a la perrera, pero no se iba a dar por vencida con tanta facilidad. Pensando rápidamente, salió de su habitación y gritó a Walter, "¡Alison!"
Walter paró en seco y se giro, mirándola con una expresión perpleja en la cara.
"En caso de que lo haya olvidado, Srta. Seras, mi nombre es Walter…" La joven vampiro corrió para alcanzarle. "Su nombre es Alison. ¡No puedes darla si tiene nombre! ¡Devuélvemela!" Walter suspiró y miró a Seras. Técnicamente, él podía dar al gatito, con nombre o sin él.
Sin embargo, Seras permanecía allí con los brazos extendidos en una clara señal de que quería al gatito de vuelta. Sus ojos mostraban una necesidad emocional más profunda de la que ella pensaba posible.
Lo supiera o no, realmente necesitaba compañía. Tenía a Walter, claro, pero no era alguien con quien se pudiera hablar de, ahem, ciertas cosas. Y tenía a su Amo, pero era alguien imposible y que solo estaba cuerdo unos cuantos días al mes, e incluso entonces era raro…
Walter suspiró una vez más, más profundamente que antes. ¿Qué otra cosa podía hacer?
"Está bien, Seras… pero quedas a cargo de que nadie la descubra, ¿está claro? Puedes salir a comprar ahora y me encargaré de cuidarla hasta que vuelvas. Pero si yo fuese tú, me daría prisa, se acerca el amanecer y apostaría que no hay muchas tiendas abiertas tan tarde. ¿Suficientemente claro?" Seras era bastante escéptica sobre eso, no sabía si confiar en Walter, pero necesitaba comprar cosas para ella y el gatito…
"Está bien, Walter… y ¿Walter?"
"Si, Srta. Seras?" Estaba cansado y Seras pudo oír eso en su voz. Le sonrió afectuosamente antes de atraparlo en un fuerte abrazo. El viejo mayordomo empezó a jadear, sintiendo como si estuviese a punto de partirle las costillas.
"Por favor… Srta. Seras… mis costillas…"
"Oh, claro… Lo siento. ¡Muchas gracias, Walter! ¡Estaré de vuelta lo más pronto posible!" Lo soltó y bajó por las escaleras. Mientras se iba, Walter se preguntó si Seras sabía que no llevaba zapatos…
…
"¡Ya estoy aquí, Alison!" Sus brazos estaban ocupados por dos grandes bolsas, a la vez que también llevaba bolsas en ambas manos. Sus pobres calcetines estaban en un estado lamentable, y había sido realmente interesante explicarle al hombre de la tienda por qué no llevaba zapatos. Había tenido suerte de que fuera un poco pervertido…
"Creo que se me fue un poco la cabeza… pero realmente, ¿quién habría pensado que había una tienda abierta?... el hombre que la estaba cerrando me miró de una forma extraña…" Se ruborizó profundamente y sacudió la cabeza, no queriendo saber la razón de que la hubiese dejado entrar incluso cuando la tienda estaba cerrada. Por otra parte, realmente necesitaba comprar, y no solo había conseguido cosas para el gatito, también había hecho algunas compras personales.
Cuando era pequeña tampoco le habían dejado tener mascotas, ni siquiera un gato. Incluso cuando preguntó por un ratón no había recibido otra cosa que un 'no'. Aún recordaba el día en que le preguntó a su padre sobre aquel gato que había encontrado…
Principio del Flashback…
"Papá… ¿por favor? Estaba justamente fuera de casa!"
"Lo siento, cariño, pero no podemos tener un gatito…"
"Oh, pero papa… está lloviendo fuera. ¡No puedo dejarla ahí!" Una pequeña Seras estaba de pie frente a un hombre alto. Él se puso de rodillas y suspiró. La niña, de no más de seis años, sorbió mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla. En sus brazos, un andrajoso y flaco gato, que ella sostenía de las patas superiores, mientras las inferiores rozaban el suelo.
"Te lo explicaré cuando seas mayor, cariño, ahora déjala fuera…"
Fin del Flashback…
La ahora mucho mayor Seras sacudió la cabeza varias veces, vaciando su mente de sus recuerdos. Alison estaba frotándose contra sus piernas y maullaba suavemente. Seras suspiró de felicidad y recogió a gatito, abrazándolo contra su pecho.
Después de abrazar al gatito y ejecutar una pequeña danza, Seras se sentó y comenzó a sacar las cosas fuera de las bolsas. Después de un rato, la caja de arena de Alison, los platos del agua y la comida, la cama y algunos juguetes estaban fuera. Una vez que la comida estuvo allí, el gatito pareció teletransportarse hacia ella. ¡Seras no podía creer que un gato tan pequeño pudiera moverse tan rápido!
"¡Chico, si que eres rápido! Creo que la única persona a la que he visto moverse tan rápido es al Amo…" Cuando dijo su nombre ella cerró la puerta, rogando para que él no entrara, al menos, no en ese momento.
"Espero que sepas usar la caja de arena…" Sacudiendo la cabeza Seras sacó también unas cuantas velas perfumadas. ¿Qué mejor manera de camuflar el olor de un gato que quemando una vela? Cerciorándose de que no hubiese nadie, sacó unos cuantos productos femeninos y los puso en su cama.
Mientras el gatito exploraba el cuarto, Seras terminó de sacar las cosas y encendió una de las velas con perfume de avellana.
"Ahh, esta huele genial."
"Si que lo hace, Chica Policía. ¿Es una ocasión especial?" La joven vampiro saltó y miró a su alrededor, esperando que el gatito estuviera escondido en alguna parte… Habla del diablo, y éste aparecerá… Suprimió una carcajada por su propia broma y puso su atención en su Amo. Como siempre, estaba sentado en su silla, con los pies sobre la mesa. Estaba mirando su paquete de sangre.
"Eh… no hay ninguna razón…Amo…" Tragó saliva y empezó a dar golpecitos con el pie nerviosamente. Alucard esbozó su típica sonrisa como si supiera algo… ¡Pero él no lo puede saber! ¿no?
"Chica Policía, conoces las reglas de este lugar tan bien como yo, ¿cierto? Y que quieres decir exactamente con "Habla del diablo, y éste aparecerá" ¿Estás intentando decirme algo, hm?" Las orejas de la jovencita rubia empezaron a enrojecer.
"S-Solo era… una broma Amo… y si… yo conozco las reglas de este lugar…" Claro que las reglas están hechas para romperlas… Oh, no ¿acabo de pensar eso? Casi se golpeó por haberlo hecho. En la mesa, Alucard dejó que sus gafas deslizarse para que sus ojos fueran visibles. Alzó una ceja y le sonrió aún más ampliamente. Seras palideció. ¿Por qué estaba actuando así? ¿Sabría algo del gatito? O quizás… ¡No, él no sabía que cantaba! ¡Era imposible! Seras le había suplicado a Sir Integra, y ella había mantenido a Alucard ocupado cada vez que ella salía… así que eso no podía ser, ¿verdad?
Tan rápido como había aparecido, Alucard desapareció. Visiblemente perturbada, la joven vampiro suspiró y dejó salir el aire que había estado reteniendo.
"Eso ha estado cerca… ¿Alison? ¿Dónde estás?" Una sonrisa cruzó sus labios al darse cuenta de que había llamado al gatito con su falso nombre, el que usaba en el karaoke. ¿Qué haría el Amo si lo supiera? Probablemente solo reírse de mí…
"¿Saber qué, Chica Policía?" Los vellos del cuello de Seras se erizaron cuando se giró para ver a Alucard echado en su cama. Justo cuando estaba a punto de hacer una escena sobre lo maleducado que es echarse en la cama de otro, ella vio, gateando sobre el estómago de él, a su gatito.
El poco color que normalmente quedaba en la cara de Seras desapareció. Ahora, estaba segura de que él sabía o que cantaba, ¡o que tenía un gato! Rogó que al menos pudiera esconder lo primero. Sabiendo que solo le quedaba intentar, escondió ese pensamiento concreto en lo más profundo de su mente que pudo.
Seras se figuraba que su Amo lanzaría el gato contra la pared, o incluso se lo comería. Sin embargo, empezó a acariciarlo, y poco después, estaba jugando con él, lanzándolo sobre la tapa de su ataúd y recogiéndolo cuando llegaba abajo.
"Y, ¿de dónde lo has sacado?" Aún en shock, la vampiro respondió tartamudeando.
"No lo sé… la encontré cuando volví de mi última misión…"
"Que nombre más estúpido, Alison… ¿de dónde has sacado ese nombre?"
"Yo… de ningún sitio…Amo…"
El silencio siguió durante unos minutes, Seras en la mesa observando a Alucard, quien seguía en su cama jugando con un gato. Seras deseó tener una cámara, ¿volvería a tener la oportunidad de ver a su Amo jugando con un gatito? Un bostezo especialmente grande se escapó de sus labios y cubrió sus ojos de pequeñas lágrimas.
"Una última pregunta, y me iré, aprendiz." Ella asintió y bostezó otra vez, preparada para que se fuera y la dejase dormir.
"¿Qué es un Tampax?"
Seras se quedó boquiabierta mientras su cara entera enrojecía. Desafortunadamente para ella, había dejado sus 'productos' sobre la cama, y ahora Alucard estaba sentado en el borde sosteniendo un paquete en las manos.
"¡Dame eso!" Le arrancó el paquete de las manos y lo escondió detrás de su espalda, con la cara entera de un rosa brillante.
"Este gatito, parece estar pidiendo a gritos algo. No sé" El gran Nosferatu se había levantado y le tendía el gatito. Seras cogió a Alison, aún escondiendo sus cosas detrás de su espalda, con cara de desconcierto y confusión. ¿De qué está hablando el Amo? ¿Alison pidiendo algo?
Después él atravesó las paredes del cuarto, dejándola cansada, confusa y sosteniendo a un gatito ronroneante. Seras puso a Alison en el suelo y comenzó a desvestirse. Se movió despacio, pues usaba la mayor parte del cerebro pensando.
"El Amo se ha comportado raramente, me pregunto si se ha dado cuenta de algo… espero que no… además, ¿qué era todo eso de que le estabas pidiendo a gritos algo? ¿Puedes hablar?" Rió suavemente ante su propia broma y terminó de quitarse la camiseta.
Ya desvestida se deslizó dentro de su ataúd. Se dio cuenta de que su cama estaba agradablemente cálida, probablemente donde su Amo había estado. Se ruborizó profundamente ante este pensamiento, pero de todas formas… Se acurrucó en el centro de la calidez. ¡No pudo evitarlo!
Justo cuando iba a cerrar el ataúd, Alison maulló suavemente. Seras se sentó y miró sobre el borde de su ataúd para ver a Alison arañando uno de los lados, mirándola implorantemente.
"Oh… ¿cómo resistirse a una carita así? Ven Alison…" Se inclinó y cogió al gatito, metiéndolo en su cama. Éste parecía increíblemente feliz y empezó a gatear alrededor de la pequeña cama, disfrutando enormemente. Seras se echó a reír mientras pulsaba el botón que llenaría la cama de oscuridad.
Mientras la joven se acurrucaba en su cama, Alison se acercó a Seras, acurrucándose a su lado, cerca de su estómago.
"Awww… ¿no eres la cosa más bonita?" Poco después, el gatito estaba dormido y ronroneaba ruidosamente mientras Seras acariciaba su cabeza con un dedo. Pronto Seras empezó a quedarse dormida, y entonces una idea apareció en su mente.
"Espera…¿P-Pudo ser el Amo quien te trajo aquí, Alison?"
Con éste último pensamiento en mente, Seras se deslizó lentamente al mundo de los sueños, donde cualquier cosa puede suceder…
N/A: Ha! ¿No os lo esperabais, verdad? Y no te atrevas a decirme, "¡Claro, por supuesto que Alucard iba a darle un gatito a Seras, ¿por qué no?". Sip, éste es básicamente un capítulo de relleno, solo algo de fluff, que es de lo que está hecho mi cerebro. Por favor, mandad reviews pronto, OK? Os queruu!.
Yujuuuuu! Por fin! Siento haber tardado tanto, y eso que he tenido toda la semana libre, sin ir al colegio, pero es que… ahem… tenía cosillas que hacer ¬¬x.
Muchas gracias otra vez a todos los que habéis mandado reviews, la escritora (recuerdo que el nick es Cheza's Despair) está que babea con vosotros, los reviews le hacen muchísima ilusión (y a mi tb, para que negarlo XD).
Hasta la próxima!
¤WEST¤
Psdt: Los reviews anónimos ya están activados, así que please! Solo es pulsar un botoncitooo!
