Capítulo 14: A los ojos de un hipogrifo

"Harry¿estás b..."

"No quiero hablar del asunto, Ron."

Harry levantó la cabeza, despegando la barbilla de su pecho, y su mirada se perdió en los brillantes reflejos del lago. Había corrido a este lugar tan pronto como salió de la clase de Snape, y, juzgando por como el Sol se ponía detrás de las montañas, llevaba tres horas sentado bajo el árbol de haya, un solo pensamiento pulsando en su cabeza.

'Nunca hubo una poción... nunca hubo una poción...'

¿Quién podía pensar que tan directa declaración significaba que ya nada volvería a ser igual?

"¿Ni siquiera vendrás a comer algo?" Preguntó Ron con un suspiro.

"No tengo hambre," susurró Harry con voz ronca. No estaba mintiendo; su estómago estaba en tal estado que sabía que ningún alimento podría permanecer dentro.

"Mira Harry," escuchó la voz de Ginny decir, "creemos que hay algo que debes saber." Frunciendo el ceño, se volteó desganado para mirar a su mano derecha. No tan sorpresivamente, Ron se encontraba de pie con sus compañeros conspiradores a su lado a unos cuantos pasos del árbol.

"¡Que sorpresa! Si no son Fred, Daphne, Vilma y Shaggy. ¿Dónde dejaron a Scooby?" dijo Harry de manera sarcástica y cortante. Respiró profundamente, tratando de ignorar como sus pulmones ardían dolorosamente, antes de continuar, "Si están aquí para hablar acerca de lo que pasó en Pociones – que estoy seguro que Ron ya les dijo – ni se molesten. Ya sé que yo me metí a mí mismo en este problema."

"En realidad, parece que tuviste algo de ayuda," comenzó a decir Luna, quien metió la mano en el bolsillo de su capa y sacó un viejo libro con cubierta en piel. Cuidadosamente lo abrió, y comenzó a leer en voz alta a mitad de una página marcada, "La Poción de Ardeo Candor." Dándose cuenta que tenía la atención indivisa de Harry, la joven continuó su lectura.


La Poción de Ardeo Candor

La poción de Ardeo Candor, también conocida como el Elixir de la Brillante Lucidez, se utiliza para traer a la mente consciente los asuntos más urgentes que se encuentran flotantes en el inconsciente personal. De esta manera, el mago o la bruja puede trabajar con estos asuntos utilizando una método lógico y empírico.

Sin embargo, la poción de Ardeo Candor no debe ser usada frívolamente, ya que hay la posibilidad de efectos secundarios dañinos. Un mago que en una ocasión estuvo bajo los efectos de la poción lo comparó con "sentirse como un hombre que ha vivido con un pañuelo sobre sus ojos toda su vida, y repentinamente se lo quita durante en pleno solsticio de verano."

Las sensaciones de desorientación, confusión y violentos cambios de ánimo que podría causar este elixir pueden ser tan intensas que algunos han perdido la cordura permanentemente, mientras que otros han recurrido al suicidio para no tener que confrontar lo que se encontraba enterrado en su inconsciente. Sueños perturbadores y alucinaciones tampoco son poco comunes cuando te encuentras bajo los efectos de la poción.

Si se encuentra tentado a utilizar esta poción para ganar una mayor comprensión de su persona, tenga mucho cuidado.

Hay cosas que quizá no este listo para descubrir.

Los ingredientes y las instrucciones para preparar este poderoso brebaje son las siguientes...


El rostro de Harry se encontraba tan blanco como un papel mientras Luna aun leía de las instrucciones, y se le estaba haciendo difícil respirar.

La única diferencia entre el Philtrum Casses Amador y el Elixir de la Brillante Lucidez parecía ser 200 miligramos más de polvo de lirios.


No existe antídoto para el Ardeo Candor, y ningún hechizo ha sido capaz de curar al sujeto de sus efectos. Sin embargo, la poción deja de ejercer influencia cuando el mago o la bruja en cuestión acepte y entienda la noción ahora consciente.


Luna cerró el libro y lo colocó nuevamente en el bolsillo de su capa. "Encontramos eso en la biblioteca," explicó Neville.

"E hicimos inventario de los ingredientes para pociones de Ron," añadió Ginny, tomando a Neville de la mano.

Ron se acuclilló al lado de Harry antes de añadir, "Falta un poco mas de 200 miligramos de polvo de lirio." Tomando una piedrita del suelo, la tiró con fuerza hacia el lago, murmurando, "Lo siento, amigo."

"No es tu culpa," susurró Harry, sus uñas enterrándose inconscientemente en los músculos de sus muslos.

Lo que Luna acababa de leer explicaba todo... su repentina alegría y sus inesperados enojos, los enloquecedores celos cuando pensaba en Roger... las sensaciones de inmensa pérdida cuando ella rehusó sus avances la noche anterior... los torturantes pensamientos que lo plagaban cuando se imaginaba a Hermione con otro hombre. ¡Hasta las pensadillas tenían una razón de ser!

Casi perdía la cordura... y todo era un simple error.

"No sé tú, pero yo pienso que saber la verdad no es tan malo," dijo Luna con su acostumbrada calma.

"¿Has estado tomando del whisky de fuego de Ron¡El libro decía que continuaré sintiéndome como mierda hasta que acepte y entienda la noción ahora consciente¿Cómo diablos se supone que haga eso?" Gruñó Harry, molestó de que ella estuviera tan calmada cuando el se sentía como una rata atrapada en un laberinto.

"¿Qué tal si empiezas por hacer algo en vez de solo quejarte?" sugirió Ron de manera parca. Harry le dio una mirada que haría que cualquier otro saliera corriendo.

No gustándole la dirección que la conversación estaba tomando, Ginny intentó un acercamiento más razonable. Acuclillándose al otro lado de Harry y descansando su mano sobre el hombro del ojiverde, la pelirroja dijo con suavidad, "Harry, estar enamorado de Hermione no será como estar enamorado de Cho."

"Grandioso. Gracias por recordarme lo malo que fue aquello," murmuró Harry, sus ojos enfocándose nuevamente en el lago, esperando que sus amigos tomaran la indirecta de que su presencia ya no era ni requerida ni deseada.

"Bueno, si no estas pensando en Cho¿cuál es el problema?" preguntó Neville con sorpresiva certeza.

Harry se levantó lentamente, aguantando los deseos de gritar. Respiró profundamente, trató de recordar el hecho de que estos eran sus mejores amigos, y que solo querían lo mejor para él.

Abriendo sus ojos, miró a cada uno de ellos antes de decir en voz clara, "Les he tratado de explicar: Hermione es mi mejor amiga. MI.MEJOR.AMIGA. ¡Estar ENAMORADO de ella lo cambia todo! Ya no seremos Harry y Hermione, mejores amigos, compañeros, y fieles camaradas. Seremos el Niño-Que-Vivió y ¡La-Chica-Qué-No-Tiene-La-Mas-Mínima-Idea¡Es una receta para el desastre!"

"Para ser alguien que se ha enfrentado a Señor Tenebroso en tantas ocasiones," comenzó a decir Ron sin una onza de humor, "eres más cobarde que Gilderoy Lockhart." A todos los tomó de sorpresa, incluyendo a Harry.

"¡No soy cobarde!" Respondió el ojiverde.

"¡Sí lo eres!" contestó Ron con absoluta certeza. Con una calma que irritaba a Harry, el pelirrojo continuó, "Reconozco lo que sientes porque me pasó a mí también. Conoces a Hermione tan bien que crees que conoces todo lo que hay que saber sobre ella y todo lo hay que saber sobre ti con ella... eso es lo que cambia el amor." Ron caminó unos cuantos pasos hacia Harry antes de decir, "No tienes miedo de hacerle daño porque sabes que nunca podrías hacerle daño... ¡tienes miedo de que ella te haga daño!"

"Ya me esta haciendo daño," murmuró Harry a la defensiva.

"¡Por tu culpa!" dijo Ron con convicción.

Las manos curvándose en puños, Harry dijo entre dientes, "¿Y por qué¿Por qué es mi bendita culpa?"

"Porque rehúsas aceptar lo que todos saben," dijo Ron, sacudiendo la cabeza suavemente.

"¿Y qué demonios es lo que todos saben?" Preguntó Harry sarcásticamente, sus ojos divagando nuevamente hacia la tranquilidad del lago.

"Que Hermione y tú están hechos el uno para el otro."

Harry volteó la cabeza hacia Ron instantáneamente. Esta era la segunda vez en menos de cinco minutos que Ron había logrado sorprenderlo.

"¿Nos pueden dar un poco de privacidad?" Ron murmuró a Luna, Ginny y Neville, "los veré adentro." Luna le dio un beso en la mejilla como despedida, y lentamente ella, Neville y Ginny comenzaron a caminar de vuelta al castillo.

Ron los miró por unos momentos antes de devolverle su atención a Harry. El chico de los ojos esmeralda aún miraba a Ron como si este le hubiese dado una bofetada. "¿D-d-d-de qué estas hablando?" tartamudeo Harry.

Ron dio otro paso hacia su amigo y colocó su mano sobre el hombro del joven, "Estoy hablando de lo que todos han estado hablando desde hace años, Harry. ¿Por qué tú crees que Cho te dejó como si fueras leproso¿Por que crees que Krum estaba celoso de ti y no de mí¿Por que crees que Rita Skeeter escribió que Hermione era tu novia y todo el mundo se lo creyó¿Por que crees que le dejaste de gustar a Ginny después que ella y Mione se hicieron buenas amigas?...

¿Por que crees que yo deje mi capricho con Hermione?"

"¿Huh?" balbuceó Harry, mirando a su amigo con una expresión de absoluta sorpresa en el rostro.

La boca de Ron se contorsionó en una mueca, sacudiendo la cabeza mientras decía, "¡Por el amor de Dios, Harry¡A veces eres más tonto que un gusamoco!"

Harry dio un paso hacia atrás, deslizando las manos por su salvaje cabello. ¡No podía creer lo que Ron le estaba diciendo¿Cómo puede ser que él no supiera eso? Caminó hacia la orilla del río hasta que pudo ver su reflejo sobre las oscuras aguas.

"¿Tú... tú estabas enamorado de Hermione?" finalmente dijo Harry después de encontrar su voz.

"No sé si era amor. Pero me gustaba. Me gustaba mucho, mucho, mucho. Quizás si estaba enamorado... ya es muy tarde para averiguarlo," contestó Ron con sinceridad.

"¿Le... le dijiste?" susurró Harry.

"No me moleste," Ron se encogió de hombros, metiendo las manos dentro de los bolsillos del pantalón. El pelirrojo levantó la vista hasta que sus ojos se posaron en el horizonte antes de decir, "¿Quieres saber por que no me moleste?" Harry asintió vagamente.

Ron caminó hacia al lago hasta que se encontró parado al lado de su mejor amigo antes de decir, "Porque muy dentro de mí ya sabia que ella nunca podría sentir por mí lo que yo sentía por ella... porque pensé... y aún lo pienso... que ella esta enamorada de ti."

"¿P-p-por qué... por qué piensas eso?"

Ron soltó una gran exhalación y esperó unos momentos antes de contestar, "La manera en que te mira... la manera en que coloca su mano sobre tu brazo cuando te habla... como siempre esta lista para perdonarte cuando te comportas como un verdadero idiota... como siempre esta a tu lado, pase lo que pase... las sonrisas que reserva solo para ti... la manera en que se vuelva loca de preocupación por tu bienestar." Una sonrisa se coló en las esquinas de la boca de Ron antes de decir, "¿Quieres que siga?"

'¿Ella... ella esta enamorada de mí?'

"No... no lo esta. Sí, ella me quiere... mucho... porque ella es mi amiga... y los amigos se tienen cariño. Eso es todo," balbuceó Harry.

"Estas delirando," Ron dijo, sacudiendo la cabeza impacientemente.

Las manos de Harry temblaban mientras decía, "Y... y... y... ¿cómo puedo saber si en realidad estoy enamorado de ella? Quizás solo estoy confundido... quizás como ella es mi mejor amiga y... y soy emocionalmente dependiente de ella... bueno, quizás este confundiendo el hecho de que la quiero como una amiga con la fantasía de estar enamorado de ella. Luna dijo que la poción causaba confusión ¿o no?"

Ron habló en voz clara, "Déjame preguntarte algo, amigo. Cuando miras a Hermione a los ojos... ¿sientes que conoces todo lo que hay que conocer de ella¿Todos sus sueños¿Todos sus pensamientos¿Todos sus deseos? Y, a la misma vez, piensas que ella es un misterio... algo que quieres conocer... explorar... ¿un tesoro que necesitas descubrir?"

"Sí," susurró Harry, sintiendo como le comenzaba a temblar todo el cuerpo.

"Cuando te toma de la mano... ¿sientes que has encontrado a quien estará a tu lado por el resto de tu vida¿La que nunca te dejará caer¿La que te da la fuerza para continuar no importa cuan loca e injusta se vuelva la vida?" Preguntó Ron.

"Sí," Harry gimió.

"¿Te hace reír¿Te hace llorar¿Quieres rodearla con tus brazos y nunca dejarle ir?"

"Sí... sí... sí..." susurró Harry sin aliento mientras miraba los últimos rayos de sol desaparecer detrás de las montañas.

Ron esbozó una gran sonrisa y, dándole una palmada en el hombro a su compañero, declaró, "Entonces, tengo noticias para ti." Esperó a que Harry volteara la cabeza para mirarla antes de continuar.

"Verdaderamente estas locamente enamorado de Hermione."

Harry suspiró, dejando caer su cabeza hasta que la barbilla descansaba sobre el pecho. No había manera de no poder enfrentar ese hecho.

'Estoy enamorado de Hermione... estoy enamorado de Hermione... estoy enamorado de...'

"Harry, escúchame," solicitó Ron con suavidad. Harry levantó la cabeza para ver que ya Ron no sonreía, pero que su expresaba el hecho de que le hablaba con el corazón en la mano.

"Soy muy feliz con Luna, y estar enamorado de ella me ha demostrado que en realidad nunca estuve enamorado de Hermione. Pero siempre me he preguntado... ¿qué tal si era cierto¿Qué tal si Hermione estaba enamorada de mí¿Qué tal si ella era con quien yo estaba destinado a estar?"

Descansando su mano sobre el hombro de Harry, Ron dijo, "No quieres pasar el resto de tu vida preguntándote, amigo."

Ambos desviaron la mirada al mismo tiempo, sus miradas perdidas en lo poco que podían ver de la luna en la superficie del lago. Ya las palabras no eran necesarias. Ron ya había hecho su jugada, y ahora le llegaba el turno a Harry para tomar el siguiente paso.

Después de unos minutos, Ron le dio otra palmada en el hombro a Harry y dijo, "Me tengo que ir. Ya es hora de ponerme el maldito disfraz. ¿Vendrás a la fiesta luego?"

"No estoy seguro," dijo Harry con honestidad, mirando el reflejo de un ruiseñor que volaba sobre el agua.

"Bueno, te veré luego," dijo Ron, un extraño tono de tristeza colándose en su voz mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar hacia el castillo. Se había alejado bastante antes de escuchar nuevamente la voz de Harry.

"¿DE VERDAD CREES QUE HERMIONE ESTA ENAMORADA DE MÍ?"

Ron soltó una carcajada y, volteándose, respondió con voz fuerte, "¡TE DIO UN KIT PARA CUIDAR ESCOBAS, HARRY¡SI ESO NO ES AMOR, NO SÉ LO QUE ES!"

Harry le devolvió una pequeña pero sincera sonrisa, sus anteojos temporalmente reflejando la luz de la luna, "Gracias, Ron... por todo," dijo.

Dándole una reverencia dramática, Ron dijo, "Es mi deber, compañero." Asintió hacia Harry antes de darse la vuelta y resumir su camino hacia el castillo.

Bajo la luz de la luna llena, Harry recorrió los patios de Hogwarts, sus pensamientos perdidos en la poción, los eventos de la pasada semana, y la conversación que acababa de tener con Ron.

¿Acaso su mejor amigo tenía razón¿Le debería decir a Hermione lo que sentía¿Acaso tenía una oportunidad con ella después de todo?

¿Podría ella estar también enamorado de él?

No fue hasta que se encontró parado frente a la casita de Hagrid que se dio cuenta que sus piernas lo habían llevado hasta el cercado de Buckbeak, el lugar que el hipogrifo había llamado hogar desde el comienzo del sexto año de Harry.

La masiva bestia caminaba lánguidamente por el rancho, aleteando ocasionalmente, y tratando de atrapar a los pequeños pajarillos que volaban cerca de él como para tentarlo. Estaba solo; se había acostumbrado de tal manera a la interacción con humanos que ya no estaba preparado para vivir con otros hipogrifos.

"Hola, Buckbeak," llamó suavemente Harry. Buckbeak volteó la cabeza y posó sus ojos amarillos en Harry. El hipogrifo comenzó a caminar hacia él. En una reacción impulsiva, Harry brincó sobre el cercado de madera y se encontró con la criatura a mitad de camino.

Harry hizo una reverencia, y espero hasta que Buckbeak bajó su cabeza como respuesta. Entonces, el chico se incorporó y cerró la distancia entre ambos, acariciando las plumas de su cuello. Por un momento, sus propios problemas fueron olvidados cuando esos ojos amarillos se posaron en los suyos.

No sabía específicamente el porqué, pero siempre que cruzaba la mirada con Buckbeak, se sentía calmado, seguro, en paz, como si la criatura hubiese sido enviada para cuidar sobre él. Muchas veces se imaginaba que Sirius se había sentido de la misma manera cuando miraba los ojos de Buckbeak, y esa simple idea era lo suficiente como para hacerle sonreír.

"¿Cómo estas amigo¿Hagrid te esta cuidando bien?" Preguntó Harry con voz suave. Hablarle a Buckbeak era un habito que había aprendido de Hermione. El chico no sabía si la criatura le entendía o no, pero eso era lo menos importante.

El hipogrifo asintió levemente, dando un fuerte aleteo. Harry estaba por abrir la boca para despedirse de su amigo cuando algo extraño lo detuvo.

Una imagen de mucha estima.

Una memoria olvidada.

En esos ojos que brillaban como el sol.

Fue en el verano después de su quinto año. Había pasado solo tres semanas en casa de los Dursley, donde fue sometido a un nuevo nivel de abuso. Y esta vez, Harry no luchó para atrás. Fue la misma Petunia Dursley quien contactó a los miembros de la Orden y les informó que Harry rehusaba salir de su habitación, y que hasta ella temía por el bienestar del chico. Él aún no sabe si su tía hizo eso porque en realidad se preocupaba por él o porque tenía miedo de lo que la Orden le haría si algo le pasaba a él, pero fuera como fuera, había funcionado.

Lupin lo había llevado a Grimmauld número 12. Harry había heredado la casa cuando Sirius murió, pero Lupin era encargado del lugar hasta que Harry fuera un adulto.

Las cosas fueron de mal a peor.

Harry buscó refugio en la habitación que alguna vez le había pertenecido a la madre de Sirius, y ahora era el hogar de Buckbeak. Al hipogrifo, quien aun se estaba recuperando del ala herida por Kreacher, parecía no importarle la compañía; Harry pensaba que se beneficiaba de estar en un lugar donde nadie estaba constantemente tratando de hablarle de lo que sucedió esa noche en el Ministerio de Magia.

El problema era que... después que entró... rehusó salir.

Y las horas se convirtieron en días... y su entorno se baño de negro... y cayó en un sueño despierto.


Grimmauld #12
Verano después del Quinto Año

"Alohamora"

La puerta del cuarto de Buckbeak se abrió, inundando la oscura y polvorienta habitación con inoportuna luz. El hipogrifo levantó la cabeza y soltó un gemido suave, desconsolado, antes de acostarse nuevamente en el piso.

Sentando en una esquina con su espalda recostada contra la pared, Harry cerró los ojos, temporalmente cegado por la inesperada luz. Como si la voz no hubiese sido lo suficiente como para determinar la identidad del intruso, el aroma a lavanda y vainilla que le acompañaba penetró la pestilencia de su santuario.

"Hermione," susurró Harry roncamente. Su voz sonaba extraña hasta a sus propios oídos, honda y brusca por no haber usado sus cuerdas vocales en sabe-Dios-cuanto-tiempo. Escuchó sus delicados pasos mientras ella se acercaba lentamente hasta que se paró frente a él.

"Hola Harry," fue lo primero que Hermione dijo ese día. Sonaba débil y cansada, y no tan diferente de cómo él se sentía. No era de mucho consuelo.

"¿Qué haces aquí? Pensé que ibas a Toscana con tus padres," el chico preguntó, no molestándose en abrir los ojos. Mientras menos la viera, mejor.

"Vine a verte," fue su honesta contestación.

Harry se rió sin una onza de humor, "Bueno, ya me viste. Te puedes ir. Espero que disfrutes tus vacaciones."

"No voy a ninguna parte, Harry," contestó Hermione en un tono de voz que dejaba claro que hablaba muy en serio. Sintió como ella se puso de cuclillas frente a él, su rodilla rozando contra la de él.

"Me parece que has estado hablando con Lupin," gruño Harry, demostrando la molestia con la intervención de su guardián.

"¿Y¿Qué hay de malo en eso?" Su amiga suavemente contestó. Harry comenzaba a molestarse con ella también. ¿Por qué no podían dejarle solo?

"Para ser un hombre que no habla mucho, Lupin tiene una boca grande... para comerte mejor, supongo," replicó Harry, tratando de esconderse detrás de una sonrisa cínica. Le brincaban los ojos detrás de los párpados; él quería verla, quería asegurarse que estuviera mejor, y simultáneamente, jamás quería volver a posar los ojos sobre ella.

"Está preocupado por ti... también lo está Dumbledore... y Ron... y todos los Weasley... y también lo estoy yo," susurró Hermione en una voz irritantemente paciente. La escuchó moverse y, al siguiente momento, sintió la delicada mano de su amiga sobre la piel de su antebrazo.

Sintió como si lo estuvieran quemando con hielo seco.

Inmediatamente, Harry liberó su brazo del agarre de la chica. Hermione respiró profundamente, pero no intentó tocarle nuevamente.

"No tienes nada de que preocuparte. Estoy bien," murmuró bruscamente, dejando caer su cabeza hasta que la barbilla le tocó el pecho. Estaba tan débil... tan cansado... Solo quería dormir... y nunca despertar.

"¿De verdad? Lo ultimo que escuche es que apenas has comido y dormido desde que estás aquí. Rehúsas hablar con Remus. Y no has salido de esta habitación desde hace cuatro días... Así que perdóname si estoy en desacuerdo con que no hay nada de que preocuparse."

Harry abrió los ojos por primera vez desde que ella había entrado a la habitación de Buckbeak. Lo que vio le provocó un nudo en la garganta. Aún cuando estaba vestida con un sweater color verde y pantalones de mezclilla negros, no había nada relajado en su postura. Había perdido peso desde que se habían dicho adiós en la estación del tren, y los rizos marrones que rodeaban su rostro hacían nada para suavizar los oscuros círculos debajo de sus ojos... esos dulces ojos color caramelo que estaban enrojecidos con muchas noches sin dormir y brillantes con lágrimas no derramadas.

Nunca cruzó la mente Harry que él se veía diez veces peor.

"Déjame solo, Hermione. Por favor," susurró Harry, hablando con honestidad por primera vez. Ojos verdes conectaron con los de ella y, por un momento, él pensó que se le concedería el deseo.

"Sabes que no lo haré," ella contestó. Harry respiró profundamente y bajó la mirada, tratando de mantener su temperamento bajo control. ¿Qué podía hacer para hacerles entender que solo quería que le dejaran solo?

Un silencio pesado prosiguió, donde el único sonido que se escuchaba eran los ruidos de sus respiraciones y el fuerte ronquido procedente de Buckbeak. Hermione finalmente penetró el silencio con un suave, "Harry, tenemos que hablar."

"Si es acerca de las tareas, ni te molestes," murmuró débilmente Harry. Parecía estar mas interesado en una mancha en su camisa blanca que en la presencia de su amiga. Por supuesto, era una mentira; su visita era como una piedra que caía en el agua. Había causado una reacción en cadena en él de emociones que prefería no enfrentar.

"No es acerca de las tareas," ella suspiró, "para decirte la verdad, ni las he comenzado."

"Ya veo que siempre hay una primera vez para todo."

"Quiero hablar acerca de lo que paso en el Departamento de los Misterios... quiero hablarte sobre Sirius," dijo ella.

"No gastes tu saliva, Hermione. Estoy seguro que ya he escuchado todo lo que me tienes que decir," susurró Harry, su creciente enojo evidente en su voz.

"Ya no es tu decisión, Harry," replicó cansadamente Hermione.

Harry levantó la cabeza un poco y, mirándole con una expresión de incredulidad, le preguntó, "¿También me van a quitar el derecho a decidir?"

Hermione sacudió la cabeza, su mentón endurecido de manera resoluta, "No, Harry. Tú hiciste eso solo. ¿Acaso crees que esto es lo que quería Sirius para ti?"

El rostro de Harry se contorsionó con una desagradable y sarcástica sonrisa cuando cerró sus ojos. Recostándose nuevamente contra la pared, contestó, "Bueno, él es bienvenido a venir aquí y decírmelo."

Su cabeza se viró hacia un lado con gran fuerza cuando un crack resonó en la habitación. La mejilla le ardía como si cientos de pequeñas agujas le estuvieran penetrando. Solo cuando abrió los ojos, Harry se dio cuenta de lo que había pasado.

Hermione le acababa de dar una bofetada.

La mirada del ojiverde quemaba cuando le preguntó entre dientes, "¿Por qué carajo hiciste eso?"

Los ojos color caramelo de la chica mostraban igual fiereza mientras bajaba su mano enrojecida y contestaba, "¡Para ver si te podía devolver a tus sentidos¡Para ver si demostrabas una reacción propia de alguien que esta vivo!"

El joven se empujó de la pared hasta que se encontró sentado sobre sus rodillas, su cuerpo casi chocando contra el de ella. Su rostro estaba a apenas una pulgada del de la chica cuando escupió, "¿Quieres una reacción de mi parte? De acuerdo."

Harry se levantó del suelo y violentamente la agarró por el brazo, levantándole de mala gana. Hermione soltó un gemido de dolor antes de morderse el labio; el agarre que tenía en su brazo le estaba cortando la circulación, y él no daba señales de que la dejaría ir.

El chico comenzó a caminar hacia la puerta, obligándola a ella a hacer lo mismo al halarla por el brazo con fuerza. Ella se resistió al intentar sentarse en el suelo, pero Harry utilizó su brazo libre para agarrarla por la cintura y levantarla del suelo, mientras ella soltaba patadas al aire en un intento por liberarse.

Buckbeak chilló con fuerza, levantándose del piso hasta que se encontraba parado en sus dos patas traseras. Su cabeza tocaba el techo, creando un espectáculo verdaderamente intimidante al comenzar a aletear sus gigantescas alas.

El arranque del hipogrifo sirvió para distraer a Harry, quien falló en darse cuenta de que la mano de Hermione estaba alcanzando su bolsillo trasero hasta que fue muy tarde. Al siguiente momento, la escuchó susurrar el hechizo que provocó que la puerta a la habitación se cerrará con un sonido estruendoso justo antes de alcanzar la salida, bañando la habitación en sombras. Él le soltó la cintura para agarrar la perilla; la puerta no cedía.

Le trillaron los dientes a Harry cuando recordó que había dejado su varita en su baúl... el baúl que aún estaba en la casa.

Sus ojos verdes se aferraron a la puerta como si la estuviera tratando de abrir solamente con su fuerza de voluntad. Luego de algunos momentos donde solo se escuchaban sus agitadas respiraciones y el casquillo de los talones de Buckbeak, Harry finalmente susurró roncamente, "Abre la puerta, Hermione."

"Solo si sales conmigo," la chica contestó sin aliento, todavía apretando la varita con fuerza en su mano. Trató de liberarse del agarre que Harry tenía en su brazo, pero él rehusaba dejarla libre.

Harry volteó la cabeza para mirarla, y Hermione no pudo evitar el pequeño grito de asombro que salio de sus labios entreabiertos. Nunca había visto esa mirada tan amenazadora, ni siquiera cuando pelearon lado a lado en el Ministerio aquella terrible noche. Ella escuchó la orden que salió entre los dientes del chico, "¡Abre la JODIDA PUERTA!"

"¡NO LO HARÉ¡NO HASTA QUE ME PROMETAS QUE SALDRÁS CONMIGO!" Contestó Hermione. Casi se arrepintió cuando lo voy levantar la mano como si fuera a golpearla, pero el golpe nunca llegó. En vez de eso, hizo un puño con su mano antes de darle un fuerte golpe a la puerta, encolerizado. Apenas se dio cuenta de que pedacitos de madera habían penetrado la piel de sus nudillos.

La mirada de Harry se prendió a la de Hermione, ambos aún parados al lado de la puerta. La cara y los ojos del chico estaban rojos de la rabia, pero no dijo nada, ni tampoco la dejo ir. Lágrimas amenazaban con salir de los ojos de la joven, y no pudo mas que morderse el labio impulsivamente. "Harry... por favor," logró susurrar, levantando la mano para tratar de acariciar la mejilla de su amigo, pero él finalmente reaccionó, soltándole el brazo y empujándola violentamente contra la puerta.

Buckbeak soltó otro estremecedor chillido, dando un golpe con su talón izquierdo amenazadoramente. Ignorando el nuevo arranque del hipogrifo, Harry se dio la vuelta y caminó hasta el otro lado de la habitación, finalmente sentándose contra la pared al lado del amontonado heno de Beaky. Cerró los ojos a medias y, mirando a la chica debajo de sus pestañas, comenzó a buscar en su cansado cerebro alguna manera de poderla sacar de su santuario.

"No voy a irme," dijo Hermione, adivinando certeramente su tren de pensamiento, frotando su brazo en el lugar donde Harry la había agarrado, sus ojos brillantes en la oscuridad. Él le creyó; había visto esa expresión resoluta en su rostro anteriormente. Ella no se echaría para atrás.

Tampoco lo haría él.

"De acuerdo," el chico contestó en un susurró que llegó hasta el otro lado de la habitación, "¿Quieres quedarte aquí? Haz como quieras. ¡Pero no voy hablar de... de lo que paso¿Entiendes?"

Hermione continuó acariciando su brazo dolido, su mentón levantado orgullosamente. Finalmente, asintió con la cabeza. Harry vio como Hermione metió su varita en el bolsillo de donde la había sacado antes de recostarse contra la pared. Suavemente, la chica se deslizó hasta el suelo, cruzando sus largas piernas frente a sí.

Solo en ese momento fue que Buckbeak se volvió a acostar en el suelo, cruzando sus talones frente a él y descansando la cabeza sobre sus rodillas.

Harry se sorprendió a sí mismo cuando se dio cuenta de que había derivado un perverso placer al comprende que le había herido al agarrarla tan fuerte. ¿Por qué? Él nunca había sido ese tipo de persona.

Encontró una razón: tenía que traerla de vuelta a sus sentidos, hacerla ver que, de una manera u otra, ella necesitaba alejarse de él... por su propio bien. ¿Cómo una chica tan inteligente no se daba cuenta de esa simple verdad?

Él cerró los ojos y tomó un trémulo respiro. Lentamente, bloqueó el olor a ella... sus sonidos... su presencia... hasta que se cayó en ese maravilloso estado que había descubierto unas semanas antes, un lugar que existía entre el sueño y el despertar, donde el tiempo y el espacio no tenían importancia, donde no conocía la diferencia entre la noche y el día... y el bien y el mal... y la vida y la muerte.

Era el nirvana.

Era la nada.

Era lo que más deseaba.

La próxima vez que Harry abrió los ojos, instintivamente sabía que muchas horas habían pasado. No podía escuchar a Hermione, y inútilmente pensó que ella finalmente se había cansado de él y le había dejado solo. Pero cuando miró hacia arriba, una sorpresiva estampa le estaba esperando.

Hermione estaba arrodillada frente a Buckbeak, alcanzando con su mano para acariciar sus grises plumas. Continuó acariciando a la criatura con inimaginable ternura, hasta que el malherido hipogrifo levantó la cabeza y soltó un triste gemido.

Harry miró maravillado como Buckbeak recostaba su rostro sobre la mano de su amiga, sus ojos dorados mirando con intensidad a la joven. Hermione también parecía estar bajo los efectos de un hechizo, porque acercó su rostro aún mas a la peligrosa criatura y, rodeando su ancho cuello con los brazos, descansó su frente sobre el suave plumaje.

Él descubrió que la boca de ella se estaba moviendo. Las palabras eran ininteligibles para él, apenas alcanzando un susurro, pero, sorpresivamente, Buckbeak parecía entenderla, juzgando por los suaves ruidos que hacía.

Las lagrimas ya corrían libremente por sus pálidas mejillas mientras continuaba hablándole a la poderosa criatura. Hermione no se había dado cuenta que Harry había regresado de su trance hasta que él habló.

"¿Qué estas haciendo?" él preguntó bruscamente. Pasó su lengua por sus secos labios, pero no sirvió de mucho. No recordaba cuando fue la última vez que había tomado agua.

Hermione levantó la cabeza y se recostó para atrás sobre sus piernas, extrañada de que él le hubiese dirigido la palabra. Cerró los ojos y respiró profundamente. Abriendo los ojos nuevamente y fijando su miranda sobre el chico, respondió, "Estoy hablando con él."

"¿Por qué?" preguntó Harry con verdadera curiosidad.

"Porque tú no eres el único que perdió alguien que amaba," Hermione tranquilamente respondió. Se limpió las mejillas con la manga de su sweater y, cuando volvió a mirarle, Harry había volteado el rostro, su mirada ahora perdida en algún punto de la pared frente a él.

Un extraño gruñido hizo eco en la habitación, y Harry se dio cuenta de que provenía del estómago de Hermione. Trató de obligarse a no darle importancia, pensando que era su propia maldita culpa por ser tan terca... pero la verdad era que si le importaba. Él estaba acostumbrado a pasar días sin alimento; después de 15 años con los Dursleys no le quedó más opción. Pero sabía que ella no estaba acostumbrada, y le dolía el pensar que ella estuviera pasando necesidad.

"Es tarde," dijo Harry, aún evitando mirarle, "debes tener hambre."

"Lo estoy... y mucho," contestó ella con honestidad.

"Hay comida abajo," él ofreció.

"¿Irás conmigo?" preguntó Hermione suavemente. Él sacudió su cabeza como respuesta.

"Entonces, no me moveré de aquí," ella contestó, su mano acariciando debajo del pico de Buckbeak.

Harry flexionó sus nudillos nuevamente. Ella iba a hacer esto más difícil de lo que tenía que ser. "Al menos coge tu varita y haz aparecer algo de la cocina," sugirió el joven.

"¿Comerás conmigo?" preguntó Hermione con gentileza.

"No tengo hambre, Hermione," él contestó automáticamente.

"Si tú no vas a comer, yo tampoco comeré," respondió Hermione, devolviendo su atención al lesionado hipogrifo.

Harry ya no aguantaba más. Volteando la cabeza para mirarla, gritó, "¡Por Merlín, Hermione¡Ya deja de ser tan terca y vete de aquí!"

Para su decepción, ella simplemente levantó la ceja y, sonriendo irónicamente, dijo, "¿Terca? Siempre habla quien menos puede."

El chico se mordió la lengua antes de que salieran de su boca todas las palabras vulgares en su lengua materna. Haciendo lo mejor que podía para controlar su irritabilidad, trató de hacerle entender, "Escúchame... ¡aún estas débil por la maldición de Doholov! Necesitas mantenerte fuerte y descansar mucho. Por favor, Hermione, te lo suplico... ¡déjame solo¡Vete con tus padres y no regreses! Solo vas a sufrir más si te quedas."

"¿De verdad te importa mi bienestar, Harry?"

La respuesta de la joven le sorprendió. ¿Cómo podía ella dudar eso? Él moriría por ella... él estaba muriendo por ella... por todos ellos.

"Sabes la contestación ha esa pregunta."

Apenas podía ver esos ojos color chocolate, pero sentía el peso de su mirada en cada fibra de su piel, penetrándole hasta el alma. La intensidad de esa mirada contrastaba intensamente con su suave contestación, "Entonces, piensa en esto... si yo me estuviera comportando como tú lo estas haciendo ahora... si estuviera escondiéndome en un cuarto oscuro, ahogándome en mi dolor, alejando a todos mientras mi cuerpo se deshace... ¿me dejarías?"

"Hermione..."

"¿Me dejarías?"

Era la primera vez desde su llegada que Harry no tenía una sarcástica contestación para responderle.

"Eso pensé," dijo Hermione en voz baja. Buckbeak soltó otro sombrío gemido. Ella se acercó nuevamente a la criatura y, para la sorpresa de Harry, le plantó un tierno beso entre los ojos. Finalmente se levantó y caminó de vuelta hacia la puerta mientras Buckbeak descansaba su cabeza sobre el suelo, dando una extraña sensación de finalmente estar en paz.

Hermione se quitó el sweater antes de recostarse sobre la puerta y deslizarse al piso. Vestía una simple camisilla blanca sin mangas que ahora revelaba la enrojecida marca hecha por la mano de Harry en su brazo.

"Perdóname..."

Ella le miró, inclinando la cabeza hacía el lado en confusión.

"... por haberte agarrado tan fuerte. No quería... No quería hacerte daño," terminó diciendo Harry, su voz apenas cruzando al otro lado de la habitación.

Después de lo que pareció ser una eternidad, Hermione finalmente asintió con la cabeza en señal de que estaba perdonado. Pasaron los siguientes minutos en el ahora cómodo silencio acompañado por los ronquidos de la criatura que ahora dormía tranquilamente en medio del cuarto. Repentinamente, Hermione estiro los brazos hacia arriba, bostezando ruidosamente y provocando que la orilla de la camisa se levantara. Harry se hizo consciente de que su mejor amiga en realidad había perdido mucho peso. Su estómago se contrajo; era su culpa.

"Puedes irte a la cama," ofreció Harry, asintiendo hacia el sucio colchón en la esquina opuesta. No era mucho, pero era el único mueble en la habitación que se podría considerar remotamente cómodo.

Hermione sacudió la cabeza cansadamente, "Esta bien, Harry... mejor tú coges la cama."

Para la sorpresa de la chica, Harry utilizó las manos para levantarse del suelo. No tenía mucho balance, obviamente mareado por la falta de comida y agua y descanso. Uso la pared para recuperar el balance y, cuando el cuarto se dejo de mover, comenzó a caminar hacia ella.

Él se detuvo cuando ya estaba frente a Hermione, extendiendo la mano hacia ella mientras daba una simple orden, "Ven a la cama."

Ella permaneció en silencio, mirándolo a través de las cortinas de sus largas pestañas.

"Por favor... hazlo por mí," suplicó Harry. Hermione finalmente levantó el brazo y le tomó de la mano. La ayudó a levantarse del suelo, y hasta la tuvo que abrazar contra su cuerpo por un segundo cuando parecía que se iba a caer. Eso fue lo suficiente como para mostrarle cuanto la había extrañado. Respirando su aroma al tener su rostro enterrado entre los rizos de su amiga, Harry se sintió cálido y tranquilo por primera vez durante ese verano. Dando un paso hacia atrás y sacudiendo la cabeza como para tratar de sacar tales pensamientos de su cabeza, Harry delicadamente haló a Hermione hacia el colchón.

Cuando llegaron a su destino, Harry la empujó suavemente hasta que ella se encontró sentada al borde de la cama. Sin decir una palabra, él se arrodilló frente a Hermione, rompiendo la conexión de sus miradas cuando miró hacia los pies de la chica, lentamente deshaciendo los cordones de sus zapatos. Finalmente le quitó el calzado y los puso a un lado.

Harry no miró hacia arriba cuando sintió la mano de Hermione sobre su mejilla, la misma mejilla que ella había golpeado hace tantas horas atrás. La mano se sentía suave y calida, refrescante y delicada, sobre su piel, y tan tranquilizante como la esencia de murtlap.

"Eres tan buena persona, Harry..." susurró Hermione, acariciando la mejilla de su amigo con ternura. Él cerró los ojos, acercando su rostro aún más a la mano de la chica, dejando que la extraña sensación de seguridad que ese gesto provocaba en él inundara sus sentidos. Ella se acercó aún mas y, con ojos brillantes, dijo, "¿Te das cuenta de cuanto nos importas¿De cuanto te queremos¿De cuanto nos duele verte sufrir?"

Eso lo despertó; quererle era ser sentenciado a muerte. No dejará que nadie más caiga a la eterna oscuridad en su nombre.

Harry la agarró por el antebrazo y la empujó, rompiendo el contacto entre ambos, porque lo que había sido una caricia reconfortante ahora le quemaba. "Buenas noches, Hermione," murmuró entre dientes, levantándose del suelo, y caminando hacia su lugar al lado del hipogrifo.

"Buenas noches, Harry," ella suspiró, su voz pesada con agotamiento y amargura. La chica se acostó en la polvorienta cama y cerró los ojos mientras Harry se sentaba nuevamente en el suelo.

El tiempo pasó como pasa la eternidad en un segundo, donde Harry solo miraba la figura de Hermione, ya entregada a los brazos de Morfeo, capturando mentalmente la manera en que el cabello le caía sobre los ojos, la manera en que el pecho subía y bajaba con cada respiro que tomaba, y el sonido de sus suaves ronquidos.

Él deseaba tanto el caminar hasta la cama y descansar la cabeza sobre el pecho de la chica, escuchar los latidos de su corazón, asegurarse de que estuviera viva y creer, aunque fuera por un segundo, que lo que había pasado en el Departamento de los Misterios fue solo una pesadilla, y que mañana por la mañana, bajaría para desayunar con una saludable Hermione y un feliz Sirius.

Harry cerró los ojos, bajando la cabeza cansadamente. Nuevamente, Harry cayó voluntariamente en el abismo, una eterna fosa donde nada existía. El lugar que había llamado hogar por el último mes.

Un gemido. Un sollozo.

Sin saber cuanto tiempo había pasado, Harry abrió los ojos y miró hacia el colchón, solo para encontrar a Hermione doblada en posición fetal, con las manos sobre el vientre, gimiendo casi imperceptiblemente mientras lágrimas silenciosas mojaban sus mejillas.

El pánico lo agarró de inmediato. "Hermione¿qué sucede?" Preguntó Harry mientras se levantaba, casi cayendo nuevamente al suelo por la debilidad. Caminó lentamente hacia ella, usando la pared para aguantarse, hasta que colapsó sobre sus rodillas frente a ella. Harry alcanzó con la mano y movió el cabello de la chica de su ahora humedecida frente. Sus ojos continuaron recorriendo el cuerpo de su amiga hasta que se dio cuenta de que las manos de Hermione agarraban su estómago como si quisiera atravesar piel y carne y alcanzar adentro.

Finalmente comprendió lo que le estaba sucediendo a su amiga. Era la maldición... el hechizo de Antonin Dolohov.

Hermione abrió los ojos, pero parecía incapaz de enfocarlos en el chico arrodillado al lado del colchón. "Esta bien, Harry... la Señora... ugh... la Señora Pomfrey dijo que... que esto pasaría de vez en... ahhh... de vez en cuando," suspiró la joven con voz entrecortada.

"¿Qué puedo hacer?" imploró Harry.

"Ven aquí," gimió ella, tomándolo de la mano y halándolo hacia ella. Él brincó sobre el cuerpo de la chica y se acostó de costado al lado de ella, su frente rozando la espalda de Hermione. Harry levantó la cabeza y la recostó sobre su mano izquierda mientras ella llevó la mano que aún tenía agarrada hacia su espalda baja, finalmente soltándola, "Haz presión con tu puño; eso ayuda con los calambres."

Las manos de la joven regresaron a su estómago mientras el chico utilizaba su puño para frotar su espalda baja. Fuera del gemido ocasional, Hermione permaneció en silencio, y, si no fuera por la brillantez de las lágrimas en sus mejillas, él no se hubiese dado cuenta de que estaba llorando.

Harry también quería llorar. Tenía tantas ganas de llorar que se mordió el labio inferior con tal fuerza que pronto la boca de le lleno del sabor metálico de su propia sangre.

Ella estaba sufriendo tanto... y era todo por su culpa.

Lentamente, la crisis de Hermione pasó, y finalmente la chica soltó un tembloroso suspiro y se dio la vuelta, acostándose boca arriba al lado del chico. Sus miradas se cruzaron antes de que los ojos de Harry bajaran por el cuerpo de su amiga y para detenerse sobre su vientre. Recordó esa luz púrpura que le había atravesado justo antes de ella caer. Un temblor le recorrió todo el cuerpo cuando descansó su mano derecha sobre dicho vientre. Pensó que el corazón se le iba a partir en pedazos cuando sintió como los intestinos de su amiga se movían bajo su mano, como una gigantesca serpiente buscando escapar atravesando la suave piel.

Nunca había deseado tan agudamente haber muerto antes de haberla llevado con él aquella noche.

"Lo... lo siento mucho, Hermione... no tengo palabras para... para decirte cuanto lo siento," susurró Harry con voz ahogada.

"¿Por qué?" preguntó Hermione con suavidad, colocando la mano sobre la de él.

"Por no haberte escuchado... por arrastrarte al Departamento de los Misterios... por haber hecho que te aplicaran la maldición... por hacer que Sirius cayera por el velo..."

"Tú no tienes la culpa," interrumpió rápidamente Hermione, levantando la mano que descansaba libre a su lado para acariciar hacia atrás el cabello de Harry, que tercamente se pegaba a su sudada frente.

"¿Por qué no¡Si te hubiese prestado atención, nada de esto hubiese pasado¡Tú estarías bien¡Sirius estaría vivo!" dijo Harry entre dientes, rehusándose ceder ante el deseo de llorar.

"Harry, no puedes..." susurró Hermione, casi sin aliento, apretando la mano del joven en su propia mano.

"¿Quieres saber por que no puedo dormir? ... Porque cada vez que cierro los ojos, veo a Sirius caer... y tengo la esperanza de verlo al otro lado del velo... pero nunca aparece... nunca aparece," interrumpió Harry con voz entrecortada.

Hermione no pudo controlar mas sus emociones, y comenzó a llorar a su lado, momentáneamente incapaz de encontrar las palabras para decirle todo lo que deseaba decir. La mano que él tenía sobre su estómago comenzó a moverse distraídamente, porque ella sabía que, aunque él la estaba mirando, no la veía.

"Aún puedo escuchar la risa de Bellatrix en mis oídos mientras yo sigo llamándolo... y lo llamó... y lo llamó... y él nunca me contesta," continuó diciendo el chico. Hermione aún no encontraba su voz, pero seguía acariciando su cabello y lo que podía alcanzar de su espalda, apoyándolo silenciosamente para que se sacara de adentro lo que lo torturaba.

"Y veo como esa luz púrpura atraviesa su cuerpo," suspiró débilmente, deslizando su cuerpo hacia abajo hasta que su cabeza descansaba sobre el vientre de Hermione. Sintió como los intestinos de la chica convulsionaron bajo su mejilla, y tuvo que cerrar los ojos para evitar que salieran las lágrimas.

Respirando profundamente, él continuó, "Y te veo caer al suelo... como una muñeca de trapo... y sigo escuchando mi propia voz diciéndome que... que estas muerta... que... que yo te he asesinado."

Una lagrima se escapó de su ojo, y más le siguieron, hasta que el Niño-Que-Vivió se encontró sollozando lastimosamente, su cuerpo temblando sobre el de ella, las lágrimas manchando su blanca camisa.

Hermione lo abrazó con fuerza a ella, sus manos acariciando suavemente su cuello, bajando a sus hombros antes de deslizarse por sus brazos. Su propio cuerpo temblaba con la fuerza del llanto del joven cuando él finalmente cedió a las lágrimas que rehusaba derramar desde la muerte de su padrino.

"Y... cuando despierto... ruego a ese Ser Supremo que... que me deje morir... Quiero morir, Hermione... antes de que mi pesadilla se vuelva realidad," susurró Harry.

"Harry, escúchame..." Hermione intentó interrumpirle.

"Porque ya no puedo soportar esto..."

"¡Harry!"

"Mis padres, Sirius, tú... no puedo seguir viendo como la gente que amo muere por mi culpa. Es mejor que yo muera antes," terminó diciendo, dejando un suave beso sobre el vientre de su amiga, un beso que supo a las lágrimas que él mismo había derramado sobre su piel.

"Harry, mírame... por favor, mírame..." dijo Hermione, apretando el agarre que tenía en los cabellos del joven y, con gentileza, halando hasta que logró que él levantara la cabeza. Él continuó su travesía hasta que se encontraron frente a frente, sus rostros apenas a una pulgada de distancia. Ella soltó su pelo y dejó que su mano se deslizara hacia su rostro. La joven le quitó los sucios anteojos, desnudándole el alma. Las delicadas manos continuaron explorando el cansado rostro, sintiendo la humedad de sus lágrimas cuando finalmente acaricio sus mejillas.

Ese tierno gesto ayudo a que Harry se calmara. Finalmente, Hermione dijo, "Lo que le pasó a tus padres no fue tu culpa... tampoco lo que le pasó a Sirius... y mucho menos lo que me paso a mí. ¿Quieres culpar a alguien? Échale la culpa a Voldemort, Harry... a Bellatrix y a Kreacher... a Malfoy y a Dolohov. Pero no te culpes a ti. Para ya de castigarte."

"Pero si fue mi culpa, Hermione... fue por mí que ustedes dos fueron al Ministerio esa noche. Yo fui quien rehusó escuchar a la razón," murmuró Harry débilmente, la mano que había descansado sobre el vientre ahora sobre la cadera de la joven.

"Cometiste un error, Harry. Después de todo, eres humano... como todos," respondió Hermione con suavidad.

"Mi error mató a mi padrino. Y por poco te mata a ti también," dijo Harry sin aliento, perdido en las esferas de color chocolate que ella llamaba ojos. Y pensar que por poco perdía la oportunidad de mirarla a los ojos nuevamente...

Hermione sacudió la cabeza delicadamente, "No, Harry. Tú no hiciste que yo te siguiera... yo decidí seguirte. Sirius decidió ir esa noche." Tomándolo por las mejillas, sintiendo la aspereza de ese rostro que ya no era tan joven, Hermione añadió, "Nuestras decisiones... nuestras consecuencias para enfrentar."

"Pensé que te había perdido, Hermione... No podía pensar... No podía respirar," confesó Harry.

Nuevamente, Hermione sacudió la cabeza y, dándole una pequeña sonrisa, respondió, "No me has perdido, Harry. Estoy viva, Harry... viva... y te necesito. ¡Te necesito! Ron te necesita. Remus te necesita."

"Sería mejor para todos ustedes el que yo muriera. ¿Acaso no entienden? Ustedes serán un blanco si permanecen a mi lado."

Ella se acercó a él hasta que la punta de la nariz rozó con la suya, y, asegurándose de que él fuera capaz de ver la honestidad en sus ojos, Hermione le calló al decir, "Harry, trata de meter esto en tu cabezota... ya no puedo estar sin ti. Es muy tarde. Eres una parte... una parte demasiado importante de mi vida. No existe mi yo sin el , Harry. Ya no puede ser diferente."

Harry no tenía palabras para contestar, y lo único que pudo hacer fue recostar su rostro sobre la mano de Hermione tiernamente. Ella le sonrió entre sus lagrimas y le confesó, "Moriría sin ti, Harry."

Permanecieron así durante algún tiempo, mirándose a los ojos, las lágrimas cayendo sobre el colchón en silencio, compartiendo el dolor y el sufrimiento y la duda que los últimos meses habían traído.

Finalmente lo comprendió. Harry sentía ganas de reír por lo ridículo que había sido... no importa cuanto él los hubiese tratado de alejar, Hermione, Ron y Remus nunca lo hubiesen abandonado.

Pero¿cómo se suponía que él les dejara permanecer a su lado cuando lo único que quería era mantenerlos seguros?

"Lo extraño tanto, Hermione... y solo han pasado dos meses. Por favor, dime como se supone que siga sin él... como se supone que siga cuando sé que todos a los que quiero están en constante peligro," dijo con honestidad.

Hermione suspiró suavemente, sus manos aún acariciando el rostro del joven, y dijo, "Harry, yo no tengo todas las respuestas. Pero encontraremos la manera... juntos."

Él la sorprendió cuando le sonrió. Milagrosamente, él le creía... cuando ella lo decía, verdaderamente creía. Ella secó las lagrimas de su rostro, devolviéndole la sonrisa.

Horas atrás, Harry había deseado poder descansar el rostro sobre el pecho de su amiga, para así poder escuchar el fuerte latido de su corazón bajo su mejilla. En cualquier otro momento, esa acción hubiese sido inapropiada; hubiese significado cruzar un límite que él no estaba listo para admitir, mucho menos para desafiar. Pero en este lugar y en este momento, Harry no encontró razón por la que no cumplir su deseo.

Sus ojos pidiendo permiso, Harry se deslizó hacia abajo hasta que ella se acostó boca arriba, y él descansó su cabeza sobre su pecho, descansando el brazo sobre su cintura. Ah, ahí estaba... latiendo bajo su oído, fuerte y constante. La sonrisa que había aparecido en las esquinas de su boca se hizo más grande cuando él cerró los ojos y dejó que su aroma le arropara.

Sí... su mejor amiga estaba aquí... su mejor amiga estaba viva.

Hermione deslizó sus brazos sobre los hombros de Harry y lo abrazó con fuerza a su cuerpo, una mano acariciando sus hombros, la otra escurriéndose en su cabello azabache, sus uñas frotando su piel. Cuando ella lo escuchó suspirar cansadamente, susurró, "Es tiempo de dormir, Harry. Y cuando despiertes, saldremos de este cuarto... te darás un baño mientras yo preparo unas tortas. ¿Quieres tortas?"

Él asintió sobre su cuerpo, sintiendo como la tensión comenzaba a desaparecer de su cuerpo mientras la mano de la chica se movía sobre su espalda, sus latidos tronando bajo su piel. Su voz era como una canción de cuna, y le estaba invitando a dejarse caer al dulce sueño.

"Y si crees que es lo correcto, quizá podríamos hablar con Dumbledore acerca de dejar que Buckbeak volara una de estas noches. Ha estado encerrado demasiado tiempo," susurró Hermione, demostrando su propio cansancio en su voz.

"Me gusta la idea," murmuró Harry. Una sorpresiva sensación de calma le invadía todo su cuerpo, y sabía que no tardaría en dormirse.

Una pregunta súbitamente apareció en su cansado cerebro, y sabía que tendría que preguntar antes de poderse dormir, "¿Hermione?" Murmuró sobre su piel.

"¿Qué sucede, Harry?"

"¿Por qué?"

"¿Por qué qué?"

Harry apenas podía formar las palabras. La mano en su cabello se sentía absolutamente divina, y esta era la primera vez que prometía que dormiría sin tener pesadillas. Y era todo gracias a ella.

"Por qué estas tú aquí... ¿Por qué no Dumbledore¿O Remus¿O Ron¿Por qué dejaste pasar la oportunidad de tener unas increíbles vacaciones, el único momento que tienes para estar con tus padres, para encerrarte en una habitación con un maloliente hipogrifo y un amigo aún más apestoso?" preguntó Harry con una sonrisa casi imperceptible.

Hermione soltó una pequeña carcajada al decir, "¡Honestamente, Harry! Si necesitas que te diga el porqué, entonces no estas preparado para escuchar la respuesta. Algún día te diré, pero no ahora. Ahora, te puedo asegurar que prefiero estar aquí que en cualquier otro lugar."

Ella levantó la cabeza lo suficiente como para dejar un beso sobre la salvaje melena de su amigo antes de susurrar, "Ahora duerme. Mañana será otro día."

"¿Hermione?"

"¿Sí, Harry?"

"Prométeme que estarás aquí cuando despierte."

"Lo prometo... mañana y por siempre."

Los dos adolescentes pronto se quedaron dormidos, cada uno en los brazos del otro, sin darse cuenta de que los ojos amarillos del hipogrifo velaban sobre ellos.


Y ella había cumplido su promesa.

Esa mañana, no intercambiaron palabras mientras le daban de comer a Buckbeak antes de salir de la habitación. Harry se dio una ducha para lavar el sucio de su cuerpo y, para cuando bajó las escaleras para la cocina, Hermione ya había preparado el desayuno y estaba sentada a la mesa con un alegre Remus esperando por él.

Hermione se quedó en Grimmauld #12 hasta mediados de agosto, cuando sus padres regresaron de Toscana. Los dos amigos estuvieron separados por solo dos semanas, y sin embargo, Harry la extrañaba muchísimo. Él se había acostumbrada a sus charlas tarde en la noche en la alfombra frente a la chimenea de Sirius, donde hablaban de todo bajo el sol, desde sus padres hasta su niñez, desde sus planes para el futuro hasta sus deseos y sus sueños, desde la amenaza de Voldemort hasta sus películas favoritas, desde lo que querían conseguir en su próxima visita a Hogsmeade hasta que bruja sería buena para Remus.

A veces, se sentaban en el sofá y se tomaban de las manos mientras las lágrimas le bajaban por las mejillas, y a veces, reían sin parar mientras jugaban ajedrez mágico (Hermione era realmente terrible en ese juego), o solo compartían de un cómodo silencio frente a las ondulantes llamas del fuego. A veces Remus se unía a ellos, y a veces él parecía saber que los jóvenes necesitaban estar solos.

Remus nunca preguntó acerca de lo que sucedió en la habitación de Buckbeak el día en que Hermione llegó, y ellos nunca le dijeron. De hecho, Harry y Hermione nunca volvieron a hablar del asunto, ni siquiera a Ron, ni siquiera entre ellos. Se había perdido en su memoria, como si hubiese sido solamente un dulce sueño.

Pero su relación había cambiado ese día.

Y ahora, dos años después, cuando el niño ya no era niño, pero un hombre joven acariciado por la luz de la luna, las palabras de Hermione aquella noche hicieron eco en su cabeza.

"Si necesitas que te diga el porqué, entonces no estas preparado para escuchar la respuesta."

Fue un apocalipsis... una revelación.

Lo que Harry estaba experimentando en ese momento podía ser comparado con estar parado al aire libre en un día soleado y sentir como le caía un rayo encima.

Porque mientras miraba su reflejo en los ojos de Buckbeak, Harry se atrevió a pensar que Ron quizá tenía razón.

Se atrevió a creer que quizá Hermione también estaba enamorada de él.


A/N: Bueno, no sé si todavía hay gente leyendo esta historia, pero por si acaso, me disculpo por haber tardado tanto. Parece que la musa se ha decidido rebelar contra mí, y le ha cogido odio a esta historia y a su contraparte inglesa. Pero él que persevera triunfa, así que espero que esto haya sido de su agrado.

¿Le gustó¿Lo detestan¡Déjenme saber lo que piensan!

Personalmente, es mi capitulo favorito de toda la historia. Va a dedicado a los verdaderos amigos, quienes tienen el trabajo de decirte la verdad aunque no quieras escucharla (re: Ron). Muchísimas gracias a Lidia y Elena, cuyas palabras se ven reflejadas en las palabras de Ron.

Para esos a quienes les gustan los datos, Hermione llegó a casa de Sirius el 13 de julio. Pasaron alrededor de 33 horas encerrados en el cuarto.

Ahora, a contestar a quienes espero que sigan leyendo:

Ophelia Dakker: hehe es que me gusta dejarlos en suspenso. ¡Pero este lo deje mejor¡Bye!

KiraLevana: Hehe gracias por dejarme saber que leías esta historia. Me alegra mucho que te guste. Y no te preocupes que no ha terminado. Espero que te haya gustado este capitulo. Acerca de tus preguntas... bueno, ya pronto se te contestaran.

Kaziro: Haha ¡pero si Roger es un primor! Todo el mundo odia al pobre. Así que ¿también visitas Portkey¿Cuál es tu user all�?

Norely: Saludos Norely. Aquí tienes un poco más de explicación de porque lo que Harry sentía era real, y no gracias a la "poción." Gracias por las lindas palabras.

Hikari Takaishi Y: Gracias a Dios que no tenías mucho que decir hehehe. Niña, te he extrañado mucho estos días. Vamos a empezar con un abrazo y un beso. Hehe me alegra mucho que sientas la pesadilla de Harry en carne y hueso, no porque me gusta hacerte sufrir, sino que quiero que entiendan que no es nada fácil para Harry (y que por eso él le hace las cosas mas difíciles a los demás) A la verdad que le tengo lastima a los compañeros de cuarto de Harry ¡llevan años siendo despertados por los gritos del ojiverde¿Neville osito de felpa lleno de fiereza? Mujer, no había encontrado mejor manera de describir a mi niño bello. Hehe Me gusta tu interpretación del sueño... ya veremos si resulta ser verdad o no. Bueno, para ser clara, quizá los mortifagos me reprochen si mato a VoldyMoldy. Hehehe sigues con lo del sueño. No, Hermione no se le apareció en la cama a Harry. La razón del sueño se hará más clara pronto, y prometo que todas tus preguntas serán contestadas. Hahaha estoy segura de que estarias dispuesta a abrazar a Harry aunque estuviera todo vomitado. Ha, no me imagino porque no le crees lo de "No estoy enamorado" (re: conozco todo de tus neuronas obsesionadas H-Hr). Ha! Creo que fuiste la unica persona que notaste el detalle de Colin. ¡Bien por ti chiquilla¿QUÉ¿QUÉ TU TAMBIEN DESEABAS QUE A ROGER LO PICOTEARAN ESA MAÑANA? Le voy a robar una palabra a Lidia: HALAAAAAAAAAAAAA! Mi pobrecito chico tan incomprendido. Para decirte la verdad, mi escena favorita del pasado capítulo fue cuando ella le tomó la mano debajo de la mesa. Creo que mucha gente no se dio cuenta de lo mucho que ese gesto significa. Hehehe ¿quién no quisiera meterle mano al pelo de Harry? Ya vez que en este nuevo capitulo hay por lo menos dos instancias de ellos. Haha nada invade mi mente. Y si, menciono mucho el titulo ya que tiene muchísimos significados, todos aplicables a esta historia. Hahah ¿Por qué te hago llorar de esa forma? Ay beba, creo que es que tienes un corazón demasiado grande. Me alegro que te haya gustado el beso de Hr/Roger (Hikari: Hey! Yo no dije que me gustó!). Hehehe espero que el desquite no sea con Cho en La Otra Mitad. Hahaha ¡Te puedo asegurar que lo que le pasa a Draco no tiene nada que ver con cierta pelirroja! Ya veras. Ya quedó contestada la pregunta de que fue lo que le di a Harry. O.o ¿Baños? Yo nunca hable nada de baños, pillina! Ay niña, como me gusta alterar tus neuronas. ¡Hasta pronto! TQM!

Rowan Mayfair¿Sabes algo? Acabo de captar que tu nombre viene de una de las Mayfair Witches de Anne Rice. Como me gusta. Eres bienvenida de volver cuando quieras. Me alegra que te haya gustado el capítulo. No fue muy popular que digamos. ¿Te gustan las historias que van a paso de tortuga respecto al H/Hr? Entonces te recomiendo La Ultima Profecia de Dama-blanca. Hehe Ella nos hace sufrir mucho. Bueno, aunque siempre recomiendo que practiquen el ingles por eso de ser bilingüe, te digo sinceramente que la historia se lee mejor en español. Es más... como decir... más emotiva. ¿Hermione con Buckbeak? Hahaha después que no sea ni con Hagrid ni con Dobby, estaré tranquila. Estoy de acuerdo contigo... aunque mi preferencia es el H/Hr, si la historia esta bien contada, me gusta. Awww, gracias por tus lindas palabras. Se aprecia de corazón. ¡Saludos a ti también!

Aiosami: Que bueno que te haya gustado el pasado capitulo. Hehe es bueno ver que otra persona notó el detalle del agarre de mano debajo de la mesa. Nos vemos pronto, Aiosami.

Flaka-Potter: haha otra que odia a Roger. ¡Si el chico es bello! Hehe Nadie me lo comprende.

Monik¡Que bueno que te gusten los pensamientos de Harry! Tienes razón; él verlo tratarse de convencer a si mismo que no esta enamorado es de lo más gracioso. Muchos besos!

Lilyem: Bueno, a veces tardo poco, a veces tardo mucho... cuanto me tome controlar a la rebelde musa. Ha¿ese tipejo? Supongo que hablas de Roger¿verdad¿El besito que les debo? Awww... ¿quieres otro besito entre Roger y Hermione? El baile vendrá pronto, ya veras. Un beso para ti tambien linda.

HermyPotter15: No te preocupes por no haberme escrito antes; la mayoría no lo hace. ¿Es la esfera lo que se robaron del museo? Bueno, no puedo contestar eso aún ¿no¿Mataré a Hermione? Ha, no tires la computadora a la basura que después no puedes leer Profecia. Tienes muy buen ojo: si algo se ve demasiado bueno, entonces no es verdad. Ya ves que en este capitulo Harry acepta la realidad de la situación. Aww, no me odies a Roger, que el chico es muy bueno. Ademas, besa bien (Sara se cubre de la lluvia de tomates que viene sobre ella) Ya sabras pronto de que fue lo que Hermione le dijo a Roger. Pero tienes buen ojo. Heheh Hermione no le encuentra doble sentido a las palabras de las chicas porque no todo el mundo piensa en doble sentido. Hahah ¿Harry va a ir al baile? Bueno¿que tu crees¿Draco mal de amores? Mmm... ya verás. Ya ha sido contestada tu pregunta de la poción¿verdad? Ha¿hacer bebitos¿Qué Hikari a contaminado a todos¡Es una conspiración!

Atery: Gracias por sacar tiempo para dejarme un mensaje Aterí. Me alegra mucho que te guste.

Candy Granger: hehehe a veces es peor no preguntar. Awwww ¿no te gusto el beso de Roger/Hermione? Heheh pero si el chico besa bien.

Catalina: Aw, gracias por las lindas palabras Catalina. Me alegro que te guste. Hahaa ¿Quieres un beso? Bueno... todo lo bueno llega a su tiempo. En mi humilde opinión, lo que hubo en este capitulo es mas poderoso que un beso. Chao!

Saga: Hehehe no estes tan seguro sobre Hermione... la chica puede sorprenderte. Leed entre líneas. Gracias por leer.

Lizet: En ascuas... me gusta esa palabra. Supongo que significa "a la expectativa" ¿no? Hahah ¿la mala de Hermione? Bueno, Hermione pistas da... que él sé de cuenta es otra cosa. –wink-

Ayda Merodeadora: Ha, sorry por no actualizar muy de seguido. Yo solo soy un poco cruel, no mucho. ¿Te la leíste de una sola vez? Wow. Me alegro que te guste. LOL Otra que se une al club de "Muera Roger". ¿Eres de Barcelona? Tengo muchos amigos por allá. Yo soy de Puerto Rico, pero crecí con la música de Mecano. Pero no, no falta mucho para el final del fic... como tres o cuatro capítulos no más. ¡Mucho gusto en conocerte guapa! Espero que este capitulo te haya gustado también. ¡Un beso!

Gabriela Luthien Black: No te preocupes por no leer el capítulo antes... lo que me hace feliz es que lo lograste leer. ¡Eso tambien me pasa a mí! Chau!

Lara-chan: Bueno, la poción si funcionó... lo que no funcionó fue la poción de amor. ¡Finalmente lo admitió!

Anónimo: Me disculpo por tardarme tanto, pero tengo una vida algo alocada... a veces interrumpe con mi habilidad de actualizar. Espero que como quiera disfrutes de leerla.

Bueno, gente, me despido... que Dios los bendiga.

Paz,

Anasazi