Capítulo 16: Bajo la piel

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Él estaba desconcertado, sintiendo como se le elevaba la temperatura del cuerpo mientras Hermione le guiaba de la mano hacía el balcón que daba para el Este. La chica desplazó una de las cortinas para revelar la puerta hacia la terraza. Le miró sobre el hombro y le dio una pequeña sonrisa antes de alcanzar la perilla y abrir el camino al balcón.

A dos pasos de ella, Harry no tenía idea de porque la chica se detuvo instantáneamente y soltó un pequeño grito de sorpresa, ni tampoco sabía porque le había soltado la mano para cruzar los brazos sobre el pecho.

"Ahem," tosió Hermione dramáticamente, una expresión de picardía en su rostro. Harry escuchó movimiento antes de alcanzar a la chica, solo para ver a Parvati y a Dean, con mejillas brillantes, labios hinchados y cabello alborotado, tratando de parecer como si no se hubiesen estado besando apasionadamente hacía solo unos instantes.

"La fiesta es adentro," dijo en su mejor voz de Prefecta, su rostro demostrando que encontraba la situación embarazosa bastante graciosa, "No se la querrán perder ¿verdad?" Parvati se limitó a mirarle mal mientras que Dean balbuceaba sus disculpas, haciendo lo que podían para arreglar su aspecto. Finalmente, le pasaron por el lado a Harry y a Hermione mientras salían del balcón y regresaban a la fiesta.

Harry estaba a punto de preguntarle a Hermione si había tenido mucho problema tratando de hacer que las parejas se comportarán durante la fiesta, pero se mordió la lengua cuando ella puso sus dedos sobre los labios de él, haciéndole señas para que se mantuviera callado. Apenas tuvo tiempo para registrar su acción cuando, esbozando esa sonrisa extrañamente traviesa, Hermione caminó hacia una de las cortinas que decoraban la terraza y rápidamente la desplazó, revelando la presencia de Seamus y Lavender, quienes habían sido atrapados en la misma peculiar situación que Dean y Parvati momentos antes.

"Obviamente están perdidos," dijo Hermione con facilidad, señalando hacia la puerta, "La fiesta es en esa dirección." Juzgando por las expresiones de alivio en sus rostros, los chicos pensaban que se habían salvado fácilmente. Murmurando cosas que ni Harry ni Hermione entendieron, Seamus agarró la mano de Lavender y comenzó a guiarla fuera de la terraza.

"Oh, Seamus..." llamó Hermione a medio cantar justo antes de que salieran. Tanto Seamus como su acompañante brincaron cuando la escucharon, pero finalmente miraron a Hermione de reojo. "Tienes la cremallera abierta," la chica añadió con expresión seria. Los ojos de Seamus daban la impresión que se le iban a salir de la cara mientras él rápidamente soltaba a Lavender y atendía a su regazo... solo para encontrarse que su cremallera estaba cerrada.

"Te hice mirar," Hermione le guiño el ojo de manera maliciosa a la pareja, quienes estaban tan avergonzados que era obvio que no iban a intentar nada más esta noche. Finalmente les dejaron solos a Harry y a su amiga, permitiéndole a Hermione devolverle toda su atención al chico.

"Eso fue algo malvado de tu parte," dijo Harry, su sonrisa mostrando tanto alegría como orgullo por las acciones de su amiga. Absolutamente adoraba cuando ella decidía mostrar su lado pícaro.

"Trabaja mejor que una ducha fría. ¿No lo crees?" contestó Hermione mientras caminaba hacia la puerta por la que habían entrado y la cerraba, ahogando el bullicio de la fiesta que habían dejado atrás.

Él no sabía si era porque se sentía ansioso y extremadamente nervioso, pero el corazón le comenzó a latir al doble de su velocidad normal tan pronto como escuchó la puerta cerrar con un clic.

"Seguro que sí," murmuró Harry, pensando que una ducha fría no era una mala idea en este momento. Miró en silencio como Hermione se daba la vuelta y caminaba hasta el otro lado del balcón, descansando los codos sobre la barandilla antes de levantar los ojos hacia el cielo.

Imitó sus acciones hasta encontrarse recostado de la barandilla al lado de ella. No se atrevió a mirarle por miedo a que la valentía le fallara nuevamente, así que se limitó a mirar hacia el cielo.

"Hermosa noche. ¿No te parece?" susurró ella con suavidad. Harry miró detenidamente, y estuvo completamente de acuerdo. No había ni una nube que escondiera la noche de sus ojos. El cielo estaba resplandeciente de estrellas, algunas parpadeando un brillo plateado, otras rosa y otras azul, pequeñas en comparación con la luna llena que flotaba sobre ellos y que le dejaba sin aliento.

'Pero no tan hermosa como tú.'

"De verdad que sí," suspiró el chico, su vista desviándose a sus manos. Se sentían inusualmente pegajosas al momento, presas de un sudor frío. Resistió las ganas de limpiárselas del pantalón, conformándose con frotar sus dedos contra la barandilla.

Después de un largo silencio, Hermione murmuró, "Así que... estamos aquí... solos," volteándose para poder observar a Harry de perfil. Un temblor le recorrió la espalda al chico cuando la escuchó preguntar, "¿Qué era lo que me querías decir?

"Cierto," murmuró el ojiverde, tratando de liberar su garganta de un obstáculo imaginario. Se agarró las manos antes de descansar todo su peso sobre la barandilla. "Hermione," comenzó a decir, esperanzado de que el temblor de su voz no fuera demasiado notable, "... como ya sabes, he estado actuando un poco... bueno, un poco extraño esta semana."

"¿Extraño¡Honestamente Harry!" contestó ella. Él observó de reojo como ella arqueaba la ceja en expresión de broma antes de añadir, "Has estado de psiquiatría." El humor en su voz y la sonrisa juguetona en su rostro fueron lo suficiente como para provocar que el chico riera genuinamente.

"De acuerdo, lo admito. Me he comportado medio loco," dijo con una sonrisa dibujada en las esquinas de su boca, luego de que Hermione le diera un suave codazo en las costillas.

La expresión de humor en el rostro de la chica se transformó poco a poco, hasta que los ojos marrón brillaban con simpatía, y susurró, "Sé que tienes algo en la mente."

"¿Te has preguntado qué es?" murmuró él, tratando de comprar tiempo para organizar sus caóticos pensamientos.

'Quizá debí pensar esto un poco mejor.'

'¿Para entonces convencerte de no hablar con ella?'

"Constantemente," contestó ella con la honestidad que tanto la distinguía, "Y tengo la esperanza de que me dirás cuando llegue el momento."

"Sí... yo..." Harry comenzó a decir, cuando se arriesgó a levantar la cabeza y mirarla. No esperaba encontrarla parada tan cerca, ni tener esos ojos penetrantes enfocados exclusivamente en él, y lo distrajo de sus siguientes palabras. Su mente quedó en blanco mientras trataba de recuperar el hilo de pensamiento.

"¿Tú qué, Harry?" Hermione le urgió.

"Yo... yo... ¿y quien se supone que eres?"

Hermione le miró con genuino desconcierto, "Ya me habías preguntado eso."

'¡Maldición!'

"Cierto... cierto... Helena... hermosa bruja... los hombres morían en su nombre... cierto... ya lo sabía," murmuró Harry incoherentemente, levantando sus ojos nuevamente hacia la luna, porque mirar a los pozos de chocolate que eran los ojos de su amiga le hacía sentir mareado y desconcertado.

'Grandioso. Añádele un poco de baba y ella pensará que estas teniendo un derrame cerebral.'

Toda expresión de humor se había esfumado del rostro de Hermione. Crecientemente preocupada por su mejor amigo, él la escuchó preguntar, "No vinimos aquí a hablar de nuestros disfraces¿verdad?"

"No," el chico rió entre dientes, una risa sin pizca de humor, dándose cuenta que la situación sería muy graciosa si él no estuviera en el papel protagónico.

"Harry ¿qué sucede?" ella suplicó en un susurro, "Sabes que puedes confiar en mí para lo que sea¿verdad?"

"Sé que puedo confiar en ti," asintió Harry, tragando fuerte en un intento por aclarar el nudo de su garganta. Con un suspiro, añadió, "Lo he sabido desde... desde el principio."

Más silencio. Esta situación se estaba volviendo cada vez más incomoda para él. Nunca había sido bueno con las palabras, y era aún peor cuando de sentimientos se trataba. ¿Cómo esperaba que esto corriera diferente?

Cuando era un niño, llegó a pensar que "Anómalo" era su nombre y que "Te amo" era una frase que solo se decía en los dramas de la televisión. Nunca le había dicho a una chica que la consideraba "hermosa", que era "agradable" o que le "gustaba".

¿Cómo se suponía que le dijera a quien por casi siete años había sido su mejor amiga que pensaba que era la joven más hermosa del mundo, que era lo mejor que le había pasado a él, y que la quería más que como una simple amiga?

¿Cómo se suponía que le dijera que la amaba?

"¿Estas bien?" finalmente preguntó Hermione cuando el silencio se volvió intolerable, acercándose más hacia Harry, mostrándole nuevamente que estaba ahí para él.

"Sí... estoy bien," mintió. Y pensaba que todos los Gryffindors tenían que ser valientes... el sombrero de verdad había cometido un error cuando lo sorteó.

"Entonces ¿qué te pasa?" la joven murmuró, descansando su pequeña mano sobre el brazo de Harry.

Y esa fue la gota que colmó la copa.

Los ojos de Harry se posaron en la mano de Hermione. Como cédulas en un rollo de película, una serie de imágenes comenzaron a reproducirse en la mente de Harry, memorias de todas las veces que su amiga había hecho ese gesto inconsciente de aferrarse a él... momentos de miedo, de valentía, de dolor, de alegría, de animosidad, de ternura, de tristeza, de esperanza...

Y momentos en que no había otra razón ni motivo que dejarle saber que no estaba solo.

Y no estaba solo ahora, porque se dio cuenta de que, no importaba cual fuera el resultado de su confesión, ella siempre estaría a su lado.

"Estas sonriendo," ella dijo, placenteramente sorprendida de su súbito cambio de animo.

"Solo estaba... estaba pensando en el pasado," susurró Harry, sus ojos aun posados sobre la delicada mano.

"¿Por qué no empezamos por ahí? Cuéntame en que estas pensando," dijo Hermione, su pulgar ahora trazando círculos sobre el brazo del chico. Sin darse cuenta, él se volteó hasta quedar frente a frente a ella, pero mantuvo abajo su mirada, ya que no la podía apartar de su brazo y de la impresión de la mano de ella, tan pálida y delicada, sobre el oscuro material de su chaqueta.

"Estoy pensando... estoy pensando en la primera vez que agarré esta mano," comenzó a decir Harry, su voz reflejado una extraña calma, como si fuera un simple espectador en esta terraza, y no la razón por la que se encontraban ahí.

"Fue el día en que te encontraron en el pasillo... después que te topaste con el basílico," continuó. Inconscientemente, desplazó su mano derecha hasta que toco la mano de ella con la punta de sus dedos. "Estabas tan fría... tan quieta... como si estuvieras hecha de piedra... como si estuvieras muerta."

La voz le tembló al pronunciar la siguiente oración. "Recuerdo haberte mirado y haber sentido miedo... terror, en realidad... de solo pensar que te había perdido."

Su mano se comenzó a mover por si sola sobre la de ella, sus dedos dibujando tiernas figuras sobre la delicada piel mientras continuaba, "Recuerdo que hubo una noche... donde no podía dormir. Así que tomé mi capa de invisibilidad y decidí ir a dar un paseo por el castillo. Parece que mis pies tenían otros planes, porque me llevaron directamente a ti. Me senté en la cama a tu lado... y nuevamente me agarré de tu mano. Y comencé a llorar..."

Harry la escuchó suspirar temblorosamente, pero era un sonido distante. Su propia voz sonaba a millas de distancia, porque lo único inmediato para él era la brillante piel que sentía bajo la yema de sus dedos, "Me sentí tan culpable, Hermione... culpable por no haber estado ahí para ayudarte... me sentí inútil... inútil porque no podía hacer nada al respecto... y me sentí perdido, Hermione... tan perdido... porque pensé que ya no estabas ahí para ayudarme... para guiarme."

Ella permaneció en silencio, pero era un silencio que decía más que las palabras. La manera en que lo tomaba del brazo, lo agitada de su respiración, la manera en que le temblaba la mano... todo era un testimonio de la emoción que las palabras de él le hacían sentir.

"Y entonces," él continuó, "encontré la contestación al misterio de la Cámara de Secretos en tu mano. Estuviste ahí conmigo, Hermione... aun petrificada... fuiste mi ayudante, mi guía."

Harry finalmente tomó la mano de la joven en la suya, "Y has continuado siendo mi guía, Mione... mi ancla. Estuviste a mi lado cuando pensábamos que Sirius venía a matarme... estuviste conmigo cuando descubrimos que Pettigrew había traicionado tanto a mis padres como a Sirius, y que era un seguidor de Voldemort. Estuviste a mi lado durante nuestro cuarto año... aún cuando Ron dudó de mí... aún cuando tu amigo Viktor competía en mi contra..."

Su voz ya no sonaba como la de un simple espectador, porque palpitaba con evidente emoción mientras las palabras continuaban, "Y estuviste a mi lado en quinto año, cuando me porté como un verdadero estúpido, enojado con el mundo y todos en él por lo que el destino me había impuesto... aún cuando mi propia idiotez llevó a mi padrino a la muerte."

"Harry, no digas..."

"Me has ayudado a lidiar con mi dolor, con mi enojo, con mi culpa... aún cuando tu propia vida ha estado en juego... y cuando no estas de acuerdo con algo que voy a hacer, me intentas detener, y no te hechas para atrás aunque sea tan idiota como para enojarme o tratarte mal... y si eso no funciona, como quiera te quedas a mi lado... como quiera estas ahí para guiarme."

En un gesto subconsciente, Harry levantó la mano de Hermione hasta que la guió a su torso, donde la colocó palma sobre corazón. Sintió como si se rozaran piel contra piel, como si no existiera ninguna prenda de ropa que los separará. Sabía que ella podía sentir como el corazón latía con locura dentro de su pecho, y fue tranquilizador saber que ella no tenía intención de alejar la mano. La sensación fue tan intensa que al chico se le cerraron los ojos, y lo único que pudo hacer por unos momentos fue sentir.

Así era como el se sentía con Hermione... como siempre se había sentido con ella. Con ella, no existían los pretextos, los secretos, ni las mentiras.

Estaba desnudo ante ella. Y no lo hacía sentirse vulnerable, pero seguro.

"Me mantienes honesto... me mantienes vivo," dijo Harry con solemnidad, disfrutando el calor que el contacto con la chica provocaba. Colocó su mano sobre la de ella, que aun descansaba sobre su torso, rodeándola con los dedos y silenciosamente deseando nunca tener que dejarle ir.

"Harry," suspiró Hermione con voz entrecortada, "¿por qué me estas diciendo esto?"

"Porque algo ocurrió esta semana que me ha hecho darme cuenta de algo que me había rehusado a comprender," dijo Harry, ahogándose en emociones y sensaciones que nunca pensó que iba a experimentar.

"¿Qué?" ella preguntó, su mano acariciando el torso del chico de manera inconsciente. El gesto hizo que Harry sintiera como si el abdomen se le prendiera en llamas, y tuvo que aguantarse del deseo de alcanzar con las manos y colar los dedos dentro del glorioso cabello castaño, de acariciar esos labios para ver si en realidad eran tan suaves como aparentaban ser.

Pero no quería asustarle. Lo que sí hizo, gracias a la repentina valentía que le había invadido, fue algo que no había hecho durante toda su confesión: levantó la cabeza y permitió que sus ojos conectaran con los de ella en ese enlace místico que compartían el uno con el otro.

Sus ojos caramelo estaban brillantes de lágrimas, demostrando que ella estaba tan abrumada como él, "Que te necesito... que si no fuera por ti, no estoy seguro de que estuviese aquí."

"No digas eso," ella protestó, sacudiendo la cabeza mientras una errante lagrima le rodaba por la mejilla, el brillo de su piel chispeando más fulgurantemente con el reflejo del agua. Él usó la mano que aún descansaba sobre la de ella para secarla la lágrima antes de que llegara a la esquina de su boca. La joven bajó la cabeza, y él vio como se mordió el labio inferior en ese manierismo característico de ella, intentando recuperar el control de sus emociones.

"Es la verdad," susurró Harry, su otra mano tomándola por la barbilla e inclinándole la cabeza hacía arriba hasta que la miraba a los ojos, "Y me tengo que disculpar por darte por sentado."

"No tienes que disculparte por nada, Harry," ella le discutió, "para eso estamos los amigos..."

"Ese es el problema, Hermione..." Harry respiró hondo antes de continuar "... no eres solamente mi amiga. Eres mucho... mucho más que eso..." Sus ojos verdes se levantaron al cielo, y a los recuerdos de la noche anterior, cuando habían estado volando sobre el campo, cuando ella le había contado la historia de la Luna, cuando no había existido nada más en el mundo que no fuera la chica en sus brazos y lo que ella provocaba en él.

Hermione soltó una nerviosa carcajada, "No seas tonto, Harry..."

"Anoche me contaste la leyenda de la Luna, y como la Luna se sentía sola porque no podía acercarse al Sol... a quien ella amaba... porque él le quemaba," susurró Harry, perdido en el recuerdo, su pulgar ahora acariciando la línea de la quijada de la joven con increíble ternura, "Y dijiste que entendías exactamente como se sentía la Luna. Y recuerdo haberme preguntado anoche quien podría ser tan idiota como para herirte... como para quemarte..."

"... me pregunté quien podría ser tan tonto como para no darse cuenta lo maravillosa que eres... como para no hacer todo lo posible por tenerte cerca..."

Harry se dio cuenta que Hermione contenía su respiración, la expresión de sus ojos transmitiendo confusión y duda. Él había capturado su total atención, juzgando en como aún tenia la boca entreabierta por la protesta que había muerto en su garganta tan pronto como él comenzó a hablar de la noche anterior.

"Y me di cuenta que quizás... solo quizás... la contestación a mi pregunta la tenía al frente cada vez que me miraba al espejo," terminó diciendo, bajando la cabeza momentáneamente para evitar que ella se diera cuenta de cómo se le sonrojaban las mejillas.

"Harry¿qué estás – ? " comenzó a decir Hermione, pero su garganta se volvió tan apretada que no pudo continuar. Harry levantó la vista y le miró a los ojos nuevamente.

El chico se encontró parado en el punto final. Las próximas palabras que salieran de su boca determinarían el futuro de su amistad con esta hermosa mujer frente a él. Él le podría dar las gracias por todo lo que ha hecho por él e irse sin confesarle la verdadera profundidad de sus sentimientos. Su secreto sería suyo y solamente suyo, el amor que sentía por ella desterrado a las tinieblas.

O le podría decir que ella era su oxígeno... que vivía y moría por ella... que ella era la Luna para su Sol... que no quería mas nada que acercarle y nunca dejarle ir... que prefería escuchar su voz que cualquier otro sonido en la tierra... que con ella se sentía que podía tocar el cielo sin necesidad de escobas ni hechizos... que su nombre es el primero que viene a su mente cuando se levanta por la mañana y el último que recuerda antes de dormir.

Y decirle que ella le hace creer en todas esas cosas que solo se escuchan en tontas canciones de amor.

Sintió como su corazón se expandió, elevándose fuera de su cuerpo, y se dio cuenta que en realidad no había decisión que tomar.

Ya había cruzado el punto del cual no hay regreso.

"Creo... Creo que te amo."

Su confesión fue simple, sin adorno, pero fue lo suficiente como para que ella exclamara, levantando la mano para cubrir su boca en un gesto de sorpresa. Su reacción hubiese sido divertida si Harry no se sintiera como si las rodillas le fueran a fallar en cualquier momento.

"No... no creo..." aclaró Harry, soltando una pequeña y nerviosa carcajada, "Lo sé, Hermione."

Su voz le retemblaba cuando repitió, "Te amo."

Una solitaria lágrima se deslizó por la mejilla de Hermione, solo para morir en la palma de la mano del chico.

"Y me preguntaba si... si quizás sentías lo mismo por mí."

Por lo que pareció durar una eternidad, no se escuchó otro sonido en el balcón que no fuera el sonido de la agitada respiración de la joven. Ella no se movió, y tampoco lo hizo él. Castaño y verde se encontraron, y no se podían dejar ir, la mirada de él exhibiendo hasta su propia alma y ella... él no podía descifrar lo que veía en la de ella. ¿Acaso era confusión¿Indecisión¿Miedo¿Alegría?

Inadvertidamente, Harry pensó que logró reconocer lo que transmitía esa mirada

Era la expresión de alguien que por primera vez veía a un extraño.

'Porque nunca me ha visto como algo más que un amigo.'

Sintió como el corazón se le quebró en decenas de pedazos.

Dejó caer el brazo, y metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón. Su mirada bajó hasta el suelo, negándose a que Hermione lo viera tan quebrantado.

Así que Ron se había equivocado; Hermione obviamente no lo quería de la misma manera que él la quería a ella. Conociéndola tanto como él creía conocerla, Harry imaginó que ella en el presente se encontraba analizando miles de maneras de decirle 'gracias... pero no gracias' sin hacerle sentir mal.

Si solo se diera cuenta que su silencio le dolía más que cualquier cosa que pudiese salir de su boca.

"¿Sabes? Me puedes decir que me vaya al infierno," él suspiró, "pero por favor, dime algo."

"Es... es... es... estoy... no sé que... no sé que decir..." tartamudeó Hermione.

"Siempre hay una primera vez para todo," dijo en forma de chiste y con una sonrisa nerviosa, pasándose las manos por el cabello en un intento de aliviar el dolor que comenzaba a palpitar detrás de su cicatriz.

Ella no se rió; o no entiendo el chiste, o no lo encontró gracioso.

"Mira, Hermione..." comenzó a decir, mordiéndose el labio cuando notó que se le quebraba la voz, "no espero nada de ti."

Levantó la mirada para ver como las lagrimas bajaban por el rostro de su amiga. Le partía el corazón verla así. "Solo quería... solo quería que lo supieras,"' dijo con sinceridad, esperando que sus palabras la hicieran sentir mejor, "pensé que merecías saber lo que en verdad significas para mí."

Él vio como un violento escalofrío atravesó el cuerpo de la chica antes de que ella se mordiera el labio lo suficientemente duro como para sacar sangre, llevando las manos al rostro para cubrir sus enrojecidos ojos. Hermione se volteó hasta que estaban parados hombro con hombro, pero eso no evitaba que él la pudiese ver sacudir con cada respiro profundo que tomaba en un intento fallido por recobrar el control de si misma.

"Lo... lo... lo siento mucho, Harry..."

"No es la gran cosa," dijo Harry, logrando darle una media sonrisa, instintivamente levantando la mano para descansarla sobre el hombro de su amiga. Dándose cuenta de lo que iba a ser, devolvió su mano al bolsillo antes de que le pudiera tocar. Sabía que el contacto dolería demasiado en este momento.

Que irónico era que lo que él más deseaba estaba al alcance de su mano, pero a un millón de años de su corazón.

"Creo que ya he dicho suficiente por hoy," suspiró Harry, sintiendo un fuerte deseo de simplemente desaparecer de la faz de la tierra, "estaré en cuarto si me necesitas."

Harry se dio la vuelta y comenzó a alejarse de ella. Con cada paso, sentía como el corazón se ponía más pesado, hasta que sintió el cosquilleo de lágrimas en sus ojos. No quería que ella lo viera así, porque sabía que solo iba a conseguir que ella se sintiera peor.

Fuera de eso, nunca debió esperar que esta conversación transcurriera de otra manera. Nunca había tenido pruebas de que Hermione compartiera sus sentimientos, solamente pequeños reflejos de algo que él no podía clasificar.

Pero entonces... ¿por qué... ahora que había confirmado que lo que ella sentía por él no era más que una profunda amistad... por qué le dolía tanto?

'Porque te atreviste a creer.'

Había dado un brinco de fe... solo para terminar cayendo al vacío.

Su mano había alcanzado la perilla de la puerta cuando...

"¡DETENTE!"

La emoción aún era evidente en su voz, pero su orden salió con autoridad, casi desafiante.

Harry si se detuvo, pero mantuvo la mano en la perilla, renuente de voltearse y mirarle, porque ya sentía que las lagrimas le bajaban por las mejillas, y se rehusaba a que ella le viera llorar.

"Date la vuelta."

Sintió como un frío invernal le invadió cada extremidad del cuerpo. ¿Por qué ella le hacía esto¿Por qué no lo podía dejar ir con lo poco que le quedaba de dignidad intacta?

"Por favor."

Harry suspiró débilmente. ¿A quien intentaba engañar? Ni siquiera en las peores situaciones era capaz de negarle algo.

Como un hombre a punto de enfrentarse a un escuadrón de ejecución, Harry soltó la perilla y lentamente se volteó. Hermione aún estaba parada frente a la barandilla, pero esta vez le estaba mirando. Ella temblaba, formando puños con las manos con tanta fuerza que sus nudillos palidecían.

"Lo siento, Hermione," susurró Harry con suavidad, "lo último que quería era hacerte sentir..."

Nunca pudo terminar la oración, ya que en un sorpresivo movimiento Hermione cerró la distancia entre sus cuerpos y le abrazó por la cintura. Apenas tuvo tiempo de procesar esta nueva sensación cuando Hermione escondió el rostro en el pecho de Harry y comenzó llorar. No eran como las lágrimas que había derramado antes, pero sollozos que nacían desde lo más profundo de su alma.

Por unos momentos, Harry no supo que hacer ante esta situación, hasta que finalmente envolvió en sus brazos y la acercó aún más.

"Lo siento, Hermione... lo siento mucho..."

Su propio cuerpo se sacudía con la intensidad del llanto de Hermione mientras sus ojos verdes se levantaban hacia el cielo. ¡Maldición¿Por qué había sido tan estúpido como para seguir el consejo de Ron¿Desde cuando su amigo se había convertido en el Doctor Corazón?

Inconscientemente, besó tiernamente la coronilla de la cabeza de su amiga, dejando sus manos recorrer esa pequeña espalda, haciendo lo imposible por servirle de consuelo. Era una tortura para él tenerla tan cerca... sentir como su cuerpo se moldeaba perfectamente al suyo... impregnarse de su aroma... sentir sus pequeños dedos aferrados a su camisa. Y sin embargo, lo único que le importaba era servirle de apoyo.

Comenzó a menearla como se le haría a una niña asustada mientras le susurraba solo-Dios-sabe-que al oído. Y lentamente... muy lentamente... Hermione se comenzó a calmar.

"Por favor, no estés triste," susurró Harry, "Nada va a cambiar entre nosotros. Nada."

Una lágrima se liberó de la prisión de la mascara del Fantasma solo para caer sobre la cabeza de Hermione. Quizás fueron sus palabras, o la humedad de la lágrima, pero Hermione finalmente se calmó lo suficiente como para levantar la cabeza y mirarle a los ojos.

"Pero Harry," ella susurró, "tú no entiendes..."

"Si entiendo," le interrumpió el chico, "entiendo que no sientes lo mismo que yo siento por ti... y sé que tienes un corazón tan grande que te sientes culpable por no poder decirme otra cosa."

"Pero Harry..."

"No te sientas mal, Hermione. Por favor," contestó él, sacudiendo la cabeza como niño terco, "Solo quiero... solo quiero que seas feliz. Eso es todo lo que quiero. Y si eso significa aguantar a Roger, entonces tendré que..."

"¿Podrías cerrar la boca y dejarme hablar?"

Él elevó la ceja en una expresión de incredulidad. Ella sonaba confiada y hasta un poco enojada, un total opuesto a la ruina emocional que había sido hacía apenas unos momentos. Harry levantó la vista para ver la inconfundible mirada de determinación de Hermione detrás de esos ojos rojos.

"Oh... está bien."

Respirando profundamente, Hermione se soltó de los brazos de Harry, y con agitación poco característica comenzó a caminar de un lado hacia el otro del balcón, "Primero que nada¿acaso no te he enseñado nada de cómo tratar a las chicas¡Honestamente, Harry! No puedes ir a donde ellas y decirles "Te amo" sin prepararlas antes. ¡Y mucho menos puedes huir después!"

"Err... ¿perdón? Es... es que..."

"Segundo," comenzó, deteniéndose frente a él, más cerca de lo que normalmente estaría, "deja de asumir."

"¿Asumir qué?" preguntó el chico.

Sus ojos castaños se oscurecieron antes de que ella susurrara, "Asumiendo que sabes lo que siento."

Harry estaba demasiado sorprendido como para poder formar palabras coherentes, y solo pudo mirarle respirar agitadamente antes de que ella se diera la vuelta y caminará de regreso a la barandilla. Hermione se secó sus últimas lágrimas antes de recostarse de la barandilla y levantar su mirada hacia la luna.

Él no sabía por cuanto tiempo se habían quedado en silencio, pero pareció durar una eternidad. Se recostó hacia atrás, sobre la puerta, y se limitó a mirarla... su mejor amiga... su cabello cayendo como una cascada sobre la espalda, sus hombros subiendo y bajando con cada respiración que tomaba, la luna reflejada en cada brillo de su piel, con ese traje tan blanco, tan puro. Una visión angelical.

Ella fue quien rompió el silencio, "¿Recuerdas esta mañana¿Cuándo les dije que no podía almorzar con ustedes porque tenía algo pendiente con Roger?"

Harry asintió con la cabeza sin darse cuenta que ella no lo podía ver. Claro que se recordaba; sentía como si le enterraran un cuchillo en el estómago y le revolcaban los intestinos cada vez que pensaba en el beso del que había sido testigo.

"¿Quieres saber de lo que hablamos?" preguntó ella.

"Su... supongo," dijo Harry con sinceridad.

"Le dije que... que iba a venir al baile con él esta noche... pero que era nuestra última cita. Le dije que fue un error comenzar a salir con él desde un principio..." contestó. Suspiró suavemente, apretando las manos como si tuviera frío, antes de continuar, "le dije que no estaba siendo honesta con él... y mucho menos conmigo misma."

Eso capturó toda la atención de Harry.

"Harry, estoy enamorada."

El joven se sintió desconcertado y sin aliento, como si alguien le hubiese propinado un vicioso puño a la boca del estómago. Solo pudo dejar su peso caer contra la puerta y cerrar los ojos mientras las palabras de su amiga hacían eco dentro de su cabeza.

'Está enamorada.'

'Está... enamorada...'

"He estado enamorada de él por tanto tiempo que... que ya no conocía otra manera de existir. Pero él no me quería como yo lo quería a él," continuó Hermione, su voz suave, melódica y cargada de emoción.

"Esperé... y esperé... a que él se despertara un día y me viera por quien soy... la chica... no, la mujer... que estaba dispuesta a darlo todo por él... que lo amaba por quien él verdaderamente es, y no por lo que los demás esperaban de él."

Harry abrió los ojos, sintiendo la humedad de las lágrimas que se escurrían por debajo de la máscara, por sus mejillas y su barbilla. Sorpresivamente, encontró que no se sentía avergonzado de llorar. Ya habían demasiadas emociones en su corazón como para dejar espacio para la vergüenza.

"Y esperé, Harry... esperé por tanto tiempo que perdí las esperanzas," siguió Hermione, "Pensé que era una causa perdida... y pensé que estaba desperdiciando mis mejores años tras un sueño que nunca se volvería realidad."

"Así fue que el lunes... cuando volví de visitarte en la enfermería y entré a mi sala... y me encontré a Roger, todavía despierto y esperándome, pensé... pensé que él me estaba ofreciendo algo que no podría experimentar de otra manera... una oportunidad de sentirme amada... no como una amiga... no como una hermana... sino como una mujer," murmuró Hermione, mirando sus manos como si esperara encontrar algo extraño en ellas.

Luego de unos momentos, volvió a mirar hacia arriba antes de continuar, "Así que decidí darme la oportunidad, y acepté comenzar a salir con Roger, pensando que quizás... solo quizás... me ayudaría a olvidarme de mi tonto sueño... de un amor que no estaba destinado a ser."

Harry no se dio cuenta de cuando sus pies se comenzaron a mover, pero de momento se encontró parado a solo dos pasos de ella, hipnotizado con sus palabras.

"Anoche, Harry... me dijiste que pensará con mi corazón... Y lo hice, Harry... verdaderamente lo hice... y me di cuenta que me había equivocado... en tantas y tantas cosas... Me di cuenta que nunca me olvidaría de él... que nunca me olvidaría de mi sueño... Me di cuenta que nunca dejaría de amarle... y que siempre sería así... aunque tuviera que esperar por él solo un minuto más... o el resto de mi vida."

En medio del dolor, Harry sonrió. Hermione sonaba contenta con su decisión, y si esto era lo que ella realmente quería... entonces él aprendería a estar feliz por ella.

"Si te hace feliz, entonces estaré ahí... esperaré contigo cuanto sea necesario," dijo Harry, pasando una temblorosa mano por su cabello azabache, "Y cuando él se de cuenta, Hermione... porque se dará cuenta... dile que pienso que es el hombre más afortunado en el mundo."

Para su sorpresa, Hermione se rió en voz alta, sacudiendo la cabeza de lado a lado en incredulidad.

"Ay, Harry," ella dijo, volteándose para mirarle de frente. Él se sorprendió por demás al verla esbozando una gran sonrisa mientras recostaba sus codos sobre la barandilla, sus ojos llenos de humor, aun con el brillo provocado por las lágrimas.

"Le podrás decir tu mismo... esta noche para ser más clara," dijo, sonriendo pícaramente. Solo sirvió para confundirlo aún más.

El chico comenzó a balbucear, "Así que... ¿está aquí¿En Hogwarts? Ahem... es Hufflepuff¿verdad¿Es Ernie? Apuesto a que le gustas... ¿o es Dean? Los vi el otro día en el pasillo de Pociones... no es Ron¿verdad? Dime por favor que no es Ron..."

"¡Honestamente Harry!" Hermione dijo después de soltar una carcajada, "Eres el hombre más maravilloso del mundo... pero a veces eres un poco denso."

La joven se incorporó, y lentamente comenzó a caminar hacia él. Harry no se había esperado esto, y encontró que no podía moverse. ¿Acaso estaba enojada¿Se sentía desilusionada de que su mejor amigo no podía dar con la identidad de la persona a quien ella amaba?

"La noche que pasamos juntos en Grimmauld, me preguntaste porque había escogido estar ahí, contigo. ¿Recuerdas?" dijo Hermione cuando se detuvo frente a él. Estaba parada tan cerca que el ruedo de su traje rozaba contra las rodillas de Harry, mirándolo con una extraña expresión en el rostro.

Aún con los ojos y la nariz rojos de tanto llorar, ella era una verdadera visión. Él podía ver claramente los rayos dorados dentro de esos ojos color chocolate, podía contar cada una de las pestañas que les rodeaban, cada pequita que acariciaba sus mejillas. Hasta podía ver la pequeña cicatriz sobre la línea del cabello del golpe que se había dado cuando se había caído mientras jugaba con su papá en el parque a los seis años.

La última vez que sus rostros habían estado tan cerca a propósito fue aquella noche, cuando juntos habían llorado por la muerte de su amigo y el comienzo de una vida que no podrían compartir con él.

Su cercanía ahora tuvo el mismo efecto que aquella noche.

Le calmaba. Le llenaba de paz. Y le daba fuerzas.

"¿Cómo podría olvidarlo?" él contestó, sus ojos trazando las líneas del rostro de Hermione como si se las estuviera tratando de memorizar. Aquella noche había sido una de las noches más doloras, hermosas, y catárticas de su vida.

Igual que esta noche.

No estaba preparado para ver como Hermione levantaba las manos y las colocaba sobre su rostro, justo debajo del borde de su mascara, antes de quitársela. La máscara blanca, junto con los anteojos camaleónicos, cayó al suelo con un suave clink, dejándolo completamente expuesto bajo esa extraña mirada.

Harry sintió como los escalofríos le recorrían el cuerpo cuando esas pequeñas manos comenzaron a acariciar su rostro, tiernamente y sin prisa. Se sentía ahogado en las abrumantes sensaciones que provocaban los dedos de Hermione, mientras trazaban cada contorno de su desnudo rostro, primero su quijada, después la punta de su nariz, sus mejillas, la curva de sus ojos... hasta que esos dedos se escurrieron dentro de su cabello azabache, las uñas raspando su piel suavemente.

'¿Por qué... por qué me esta haciendo esto¿Acaso no puede ver cuanto me...'

Inesperadamente, Hermione inclinó la cabeza de Harry hacía abajo, hasta que los labios estaban a apenas una pulgada de los de ella. Él no tuvo oportunidad de tratar de comprender lo que estaba sucediendo antes de escucharla pronunciar esas palabras mágicas.

"Bueno, creo que estás listo para saber la contestación."

Finalmente, los labios de Hermione se encontraron con los suyos.

'Oh... dios... mío...'

Harry experimentó un instante de pura dicha como nunca lo había hecho antes, un instante donde nada más existía en el universo excepto esta mujer. En el momento en que esos labios carmesí tocaron los suyos, los ojos del chico se cerraron. Sus propios brazos rodearon a la joven, una mano posándose en el centro de la pequeña espalda y acercándola aún más hacia él, la otra presionando detrás del delicado cuello, siendo guiado por intuición a tener esa boca lo más cerca posible.

'Calabaza... Por Merlín, sus labios saben a jugo de calabaza...'

Harry sintió un cambio en ella, y le dio miedo que esto... lo que sea que esto fuera... terminara. Justo cuando pensó que Hermione se había dado cuenta de su error y se iba a alejar, ella abrió la boca debajo de la suya y profundizó el beso, su lengua tomando posesión de él como un orgulloso conquistador. Movido por el instinto, él deslizó su lengua, ese miembro de áspero terciopelo, contra la de Hermione, arrancando de ella un primitivo gemido que nunca antes había escuchado proceder de su mejor amiga.

Por un instante, Harry pensó que debía estar soñando, porque la realidad nunca había sido tan buena con él.

'Esto es la verdadera magia', Harry pensó, no el tipo de magia que se logra con complicados hechizos ni movimientos de una varita, pero una clase de magia pura, simple, y dulce, que él no imaginaba podía existir en este mundo.

Sus labios, esos labios que le habían torturado, esos labios que le habían hecho cuestionar y fantasear y soñar y enloquecer de deseo... eran simplemente divinos. Estaban hechos para él, pensó inconscientemente, porque nunca había existido mejor medida.

Harry exhaló, deseándole entregar hasta su oxigeno, deleitándose en la sensación de las uñas de Hermione raspando su piel, sus dedos enredados dentro de su indomable cabello. Sus propios dedos se escurrieron en el de Hermione, seduciéndose con cada sedosa hebra que rozaba contra sus ásperas manos.

'Esta es', pensó el chico. Esta es la recompensa del destino por dieciséis años de miseria.

'Soy yo. Soy yo.'

Porque finalmente, Harry Potter se dio cuenta que Hermione Granger, a quien él amaba como a nadie bajo el Sol, estaba enamorada de él.

En su beso se sintió morir... solo para nacer de nuevo.

Los pulmones ya le ardían por la falta de aire cuando sintió los labios de Hermione despegarse de los suyos. Ya no había ni una onza de miedo en su corazón.

Cuando abrió los ojos, Harry encontró a Hermione con los ojos cerrados, las mejillas sonrojadas, su respiración agitada escapándose entre sus labios entreabiertos. Fue una visión que tuvo el mismo efecto en Harry que el beso que habían compartido, porque lo dejo sin aliento.

Hermione abrió los ojos y le miró a los ojos a través de sus largas pestañas, esbozando una sonrisa algo tímida, una sonrisa que él devolvió sin pensarlo dos veces.

"¿Quedó contestada tú pregunta?" susurró Hermione con voz ronca, sus ojos brillando con orgullo femenino.

Él descansó su frente sobre la de ella, distraído en las figuras reflejadas en esos ojos color café. Sentía que el corazón le iba a explotar de felicidad, pero no podía encontrar las palabras para comunicarle cuanto esto significaba para él.

"En realidad, me distraje por un momento," dijo Harry con una sonrisa de picardía, "¿te molestaría repetírmelo?"

"Que listo eres," susurró Hermione antes de que sus labios se posaran en la esquina de la boca del muchacho. Él no pudo resistir la tentación de capturar su labio inferior y morderlo suavemente. ¡Nunca podrá probar el pastel de calabaza sin pensar en ella! Hermione soltó una risita de niña pequeña por lo que probablemente era la primera vez en su vida, afianzando su agarre del cabello de Harry antes de besarle apasionadamente, logrando que las piernas del chico se volvieran gelatina.

Cuando se había separado, ella miró hacia arriba y no pudo más que reír al ver el desastre que había hecho del peinado de Harry. Recorrió con sus manos el cabello de él en un intento por peinarlo. "Lo siento," Hermione dijo, aun faltada de aire, en un tono que demostraba que no lo sentía en lo absoluto.

"Siéntete libre de revolcarme el pelo cuando quieras," rió Harry, apretando el agarre que tenía sobre la pequeña cintura. No pudo más que aceptar la invitación que esos labios le presentaban, y bajó la cabeza para capturarlos en un suave y dulce beso.

Algún tiempo después, Hermione descansó su frente sobre el mentón de Harry y cerró los ojos, una exhalación de complacencia escapando entre sus labios. Él sabia exactamente como ella se sentía, dejando que los dedos rozaran contra la curva de la columna vertebral, enterrando su nariz entre su pelo, permitiendo que su característico olor a lavanda le embriagase.

Pero había algo que necesitaba saber. Harry casi tenía miedo de hablar por temor a acabar con la magia del momento, sin embargo, sabía que el tema no podía ser ignorado.

"¿Qué pasa ahora?" susurró él. Con los brazos aun rodeando los hombros de Harry, Hermione hecho la cabeza hacía atrás solo lo suficiente como para mirarle a los ojos. Y le preguntó lo que nunca antes le habían preguntado.

"¿Qué quieres que pase?"

"¿Confías en mi para tomar la decisión correcta?" preguntó, entre asombrado e incrédulo.

"Sí," ella asintió con suavidad. Se rascó la garganta antes de continuar, "Harry, no me puedo engañar. Sé que hay cosas más importantes allá afuera esperando por ti. Sé que tienes un destino que cumplir que es más grande que nosotros. Y no quiero ser ni una distracción, ni una carga."

Él sintió como una de sus uñas raspaba con ternura las líneas de su mentón mientras ella dijo, "Así que, si no podemos seguir con esto por ahora, está bien por mí. Tendremos tiempo para ser cuando termine la guerra."

"¿Aceptarías eso?"

"Por supuesto. Sé que vivimos en tiempos difíciles, y que una relación podría ser demasiado para ti en este momento," explicó la joven. Su dedo marcó el contorno de los labios de Harry, una expresión de concentración en su rostro. Respiró profundamente antes de decir, "Pero te diré lo que no aceptaré."

"¿Qué?" murmuró el chico.

"No aceptaré que le des la espalda a esto por miedo," dijo Hermione.

"Creo que eso es algo que debo tener en consideración."

"Mejor considera esto." Ella se mordisqueó el labio inferior antes de levantar la vista y cruzar la mirada con la de él y dijo, "no importa lo que pase desde este momento, siempre estaré a tu lado. Yo ya estoy expuesta al peligro, porque esta es mi pelea tanto como es tuya."

"Eres maravillosa. ¿Lo sabías?" él manifestó con una pequeña sonrisa.

"Lo sé," asintió la joven con encanto, "pero aún no me has contestado la pregunta. ¿Qué tú quieres, Harry?"

Harry no tenía que rebuscar dentro de si para saber lo que quería. Una pequeña voz dentro de su cabeza - que sonaba como la suya - susurraba acerca de los peligros a los que Hermione se enfrentaría si Voldemort y sus seguidores se enteraran de cuanto significaba para Harry... le susurraba sobre el escrutinio de los medios y la falta de privacidad que le había plagado durante toda su vida y que seguramente ahora ella sufriría... susurraba acerca de la profecía que flotaba sobre su cabeza, y si era justo para ella envolverse con un hombre que en cualquier momento tendría que enfrentar una batalla de la que quizás nunca regrese.

Pero había otra voz haciendo eco en su cabeza, una voz fuerte y llena de resolución. Era la misma voz que le había animado toda la semana a confesarle a Hermione lo se sentía... una voz que había estado escuchando por mucho tiempo dentro de su cabeza, que le había salvado múltiples veces de hacer lo incorrecto en el peor momento.

La voz de ella.

Una voz que ahora le reafirmaba que finalmente había encontrado eso que por tanto tiempo había buscado... una persona que le amara, una persona que está dispuesta a estar a su lado en las buenas y en las malas.

Finalmente había encontrado un hogar.

Y por primera vez en su vida, Harry no conocía el dolor, ni el rencor, ni el miedo, ni la desesperanza, ni la culpabilidad.

Solo conocía el deseo de su corazón.

Tomó el rostro de la chica entre sus manos con afecto, sus pulgares acariciando suavemente el arco de las mejillas, y bajó su cabeza hasta que sus ojos estaban al mismo nivel.

"Quiero que seas... mi novia," comenzó a decir Harry, dejando un suave beso sobre su frente, las manos deslizándose delicadamente desde las mejillas hasta los hombros.

"Quiero que seas... mi prometida," añadió, besando las mejillas con ternura, saboreando la sal de una lagrima que había escapado de sus ojos café. Sus manos lentamente se escurrieron por los finos brazos, sintiéndola temblar bajo sus dedos.

"Quiero que seas... mi esposa," él le susurró al oído, justo antes de dejar otro suave beso sobre la punta de la pequeña nariz, dejando que sus brazos la agarraran por la cintura y atrayéndola hacia él hasta que no entraba ni el aire entre sus cuerpos. Solo entonces dejó que sus ojos bajaran por el rostro de Hermione y se posaran sobre sus labios, sintiendo como el deseo invadía su cuerpo.

"Quiero que seas... quiero que seas la madre de mis hijos..." dijo, reclamando los labios de ella como suyos en un beso con tanto sentimiento como si fuera el último.

Sus labios finalmente la dejaron ir y nuevamente encontró sus ojos prendados sobre los de él. ¡Por Merlín¿Acaso ella no tenía ni la menor idea de lo que le provocaba cada vez que le miraba así? Las lágrimas corrían libres por las sonrojadas mejillas de Hermione, pero Harry no dudaba que eran lágrimas de felicidad, porque ella esbozaba una sonrisa que podía iluminar la noche.

"Y si tengo que morir... quiero morir de viejo, en los brazos de la mujer con quien he compartido toda mi vida," concluyó Harry, descansado su frente sobre la de ella, desechando los últimos fragmentos de la mascara que él había utilizado para disfrazar sus emociones desde que tenía memoria, sus ojos verdes gritando cuanto la amaba y cuanto la necesitaba.

Hermione se tapó la boca con la mano para cubrir sus sollozos, sintiéndose delirar con la pasión que veía en esos ojos y la comprensión de que ella era la causa.

"Así que, primero lo primero," susurró Harry, secándole las lagrimas con la palma de su mano, "Hermione Granger... ¿me harías el honor de ser mi novia?"

Las esquinas de la boca de Hermione se levantaron en una sonrisa coqueta mientras levantaba las manos y enredaba sus dedos entre los cabellos de Harry, halándolo hasta que sus narices se tocaron.

"¿Qué crees?"

Hermione le dio otro de esos besos que Harry pensaba que solo se veían en las películas, entregándose en cuerpo y alma con cada caricia de sus labios y cada roce de sus manos.

Ni en sus más excéntricos sueños se hubiese podido imaginar que Hermione fuera tan apasionada.

'Mi Hermione.'

Ella le besó suavemente en las esquinas de los labios antes de mirarle a los ojos, su alma desnuda a la vista del joven. Y entonces, dijo las palabras que Harry había soñado con escuchar durante toda su vida.

"Te amo, Harry."

'Me ama.'

'ME. AMA.'

Sus labios descendieron hambrientos sobre los de ella mientras ese único pensamiento hacia eco en su cabeza. Su revelación no le sorprendía tanto como el hecho de que le creía.

Ay, si un dementor se atreviera atacar ahora, se encontraría con una gran sorpresa, porque Harry Potter era el hombre más feliz del mundo, y conjuraría un Patronus tan poderoso que nadie podría contra él.

"Gracias," susurró Harry honestidad cuando sintió los dedos de ella jugueteando con el cabello de su nuca.

"¿Por qué?" murmuró Hermione, haciéndole cosquillas en la piel con su aliento.

"Por no perder la fe en mí," rió el chico, "en nosotros."

"¿Qué puedo decir? Tengo una debilidad por amigos de ojos verdes, que a veces son un poco densos y a veces un poco locos," bromeó la chica de buena gana.

"Que suerte la mía," dijo orgulloso, acercándose para robarle otro pequeño beso. Ni siquiera él podía creer que hacía menos de una hora no era más que un tonto tartamudo tratando de encontrar las palabras correctas para decirle a esta chica lo que sentía, y ahora se sentía mas seguro de si mismo que nunca antes.

Otro maravilloso efecto secundario de sentirse amado.

"No puedo creer que estemos haciendo esto," dijo Harry, dejando un rastro de suaves besos desde la barbilla hasta el hombro de la chica. Escuchó un sonido como una mezcla entre un gemido y una risa, pero no supo si provenía de ella o de él, "especialmente considerando que acabas de botar a cuatro personas de aquí por hacer lo mismo."

"Ya había esperado lo suficiente. Además," Hermione murmuró roncamente, un sonido que provoco que electricidad recorriera las extremidades de Harry, "¿qué hay de divertido en ser Prefecta si no puedo abusar de mi autoridad de vez en cuando?"

"Amen," él susurró, mordisqueando la piel de su hombro. Estaba hambriento de ella, y sentía que nada iba a ser lo suficiente como para aplacar su deseo.

"Harry," gimió la chica, un poco de despecho colándose en su voz, "odio tener que ser la que diga esto, pero... ya es hora de regresar."

"¿Por qué?" dijo, poniendo carita de perrito triste, "pensé que nos podíamos quedar aquí un rato más... o para siempre."

"Ya llevamos tiempo fuera de la fiesta," dijo Hermione, sus brazos rebelándose contra sus palabras al aferrarse de él con fuerza, "Le dije a Roger que no tardaría en volver."

Sintió como la tensión le invadía el cuerpo en contra de su voluntad, más por hábito que por miedo. Se relajó en su abrazo cuando esa voz en su cabeza le recordó que era a él a quien ella amaba, no a Roger.

Sin embargo, no podía dejar pasar la oportunidad para embromarle, "Ah. No llevamos juntos ni quince minutos y ¿ya te vas corriendo a los brazos de tu ex-novio?"

"¡Honestamente! Se supone que le ayude a velar que los estudiantes se comporten," dijo Hermione, golpeándolo juguetonamente en el hombro, "¿Sabes que? Roger fue lo suficiente dulce como para decirme hoy que era obvio que estabas enamorado de mí... solo que aún no te habías dado cuenta."

Harry levantó la cabeza lo suficiente como para leer la expresión en su rostro, y se sintió alegremente sorprendido al ver que ella le estaba diciendo la verdad. Eso explicaba porque Roger le había pedido que sacara a Hermione a bailar, sin mencionar la extraña mirada que le había lanzado a Harry cuando ella se había excusado de la fiesta.

Vaya. De verdad que se había equivocado en su impresión del Ravenclaw.

"Le erigiré un altar," sonrió Harry, dándole un beso en la frente con ternura, "pero por más que le agradezca su fe en mi, aún no tengo ganas de volver a la fiesta cuando podemos quedarnos aquí y..." Terminó la idea al acariciar el labio inferior de la chica con su pulgar.

Ella tembló bajo su ministrar, pero consiguió regalarle una sonrisa traviesa antes de decir, "Ya tendremos el resto de nuestras vidas para eso, Señor Potter."

Ahora le llegó el turno de temblar a él, porque esas palabras guardaban promesas de besos arrancados, caricias y roces a escondidas, y susurros de devoción para toda una vida.

"Busca tus anteojos que es hora de volver... ya quiero volver a bailar con mi Fantasma," dijo Hermione, utilizando su dedo índice para limpiar el pintalabios de los labios de Harry.

"Más te vale," bromeó Harry, desatándose de entre los brazos de ella sin muchas ganas y volteándose, sus ojos ahora recorriendo el suelo en búsqueda de sus anteojos. Encontró la máscara blanca en una esquina de la terraza, y se dobló para recogerla. Pero no veía los anteojos en ningún lugar. Rogó porque no se hubiesen caído por encima de la barandilla antes de recordar que les había aplicado el hechizo desilusionador. Arrepintiéndose ahora del hechizo, se puso de rodillas y de manos en el suelo, y comenzó a dar palmadas sobre el en un intento por dar con ellos.

Un silbido de apreciación alcanzó sus oídos, y Harry miró sobre su hombro para ver a Hermione, una mano sobre la perilla de la puerta y la otra sobre la cadera, observándole con un extraño brillo en los ojos.

"¿Qué te traes entre manos?" preguntó Harry, evidentemente divirtiéndose con la expresión en el rostro de ella.

"Solo disfrutando de la vista... y no estoy hablando de la noche estrellada," sonrió Hermione.

Una de sus manos dio con los anteojos justo antes de que entendiera el significado de esas palabras. Se ahogó con su propia saliva mientras se levantaba del suelo. La risa de la chica era tan contagiosa que no pudo más que reírse también.

"Nunca he visto este lado suyo, Señorita Granger," dijo Harry cuando finalmente comenzó a caminar hacia ella.

"Te sorprendería saber cuanto te falta por ver," ella contestó, guiñando el ojo. Cuando él finalmente la alcanzó, tomó su mano derecha y la levantó hacia su rostro, plantando un pequeño beso sobre sus nudillos. Ella afirmó el agarre de sus manos mientras él miraba los dedos entrelazados, su sonrisa cambiando lentamente a una expresión de meditación. Un silencio prosiguió, pero no se sentía incomodo, sino natural.

"Tengo miedo," él confesó, su mirada aún sobre las manos, "Nunca he estado en una relación... No quiero... no quiero cometer un error y perderte... no como mi novia... y mucho menos como mi mejor amiga."

"Yo tampoco he estado en una relación, Harry," dijo Hermione, levantando su mano libre y descansándola sobre la mejilla del chico, "pero te amo. Aprenderemos juntos. Y además, no importa lo que pase entre nosotros... siempre seré tu mejor amiga."

"Te amo. Y nunca me cansaré de decírtelo," dijo Harry, su voz cargada de emoción, antes de besar nuevamente sus nudillos.

"Y nunca me cansaré de escucharte decirlo," contestó Hermione antes de acercarse a él y besarlo en los labios una vez más.

Sí. Definitivamente esto era algo a lo que se iba a acostumbrar.

Ella le regaló otra de esas sonrisas que le aceleraban los latidos del corazón antes de voltear la perilla y abrir la puerta...

Solo para que cuatro cuerpos cayeran al suelo, uno encima del otro. Bien por ellos que el objeto blanco, grande y peludo fue el primero en caer, porque disminuyó el impacto para los demás.

"¿Hace cuanto que nos estaban espiando?" Hermione preguntó mientras Neville ayudaba a Ginny y a Luna a levantarse.

"¡Lo suficiente como para saber que soy diez galeones más rica!" Ginny dijo con felicidad mientras se levantaba de sobre Ron, quien aún estaba boca abajo en el suelo. La pelirroja fue directamente hacia Harry y Hermione y les dio un abrazo que por poco los envía al suelo.

"¿Acaso tiene algo que ver con esa apuesta que hiciste con Lavender y Parvati después de que Harry y Cho terminaran?" dijo Hermione, con una expresión de sabelotodo en el rostro.

"¿Sabías de eso?' preguntó Ginny, sus orejas poniéndose tan rojas como su cabello de la vergüenza.

"Claro que lo sabía," Hermione asintió, sonriendo segura de si misma, "Y espero una donación de 10 galeones para P.E.D.D.O."

"La tendrás," Neville rió, descansando su brazo sobre los hombros de Ginny antes de darle una amistosa palmada en el hombro a Harry, "haré de ella una mujer honesta."

"No me simpatizan," Ginny embromó, sacándole la lengua a los tres. Una serie de vulgaridades alcanzaron sus oídos, y miraron hacia abajo para encontrar a Luna tratando de levantar a Ron El Conejito Blanco del suelo.

"¿Alguien tiene una cámara?" preguntó Harry, sonriendo genuinamente mientras Neville y él ayudaban a Luna con Ron.

"¡Ya era hora! Pensaba que me iban a dejar allá abajo," dijo Ron tan pronto cuando se encontró parado.

"Eso te pasa por ser un metiche," replicó Hermione, tomándolo por la nariz.

"¡Ay¡Eso duele!" gritó Ron. Ella le dio un último apretón antes de soltarlo, oportunidad que él aprovechó para decir, "Solo quería asegurarme que a Harry no le diera otro ataque de idiotez aguda y terminara metiendo el pie en la boca."

"Me alegra informarte que parece haberse recuperado," Hermione dijo, justo antes de que Ron se le acercara y le diera un húmedo beso en la mejilla.

"Me alegro mucho por ti," le susurró Ron al oído cuando ella le abrazó con fuerza. No tuvo ningún problema en devolverle el abrazo.

"Y tú," continuó Ron, dándole su atención a Harry cuando Hermione le soltó, "más vale que recuerdes que el que seas mi mejor amigo no significa que no te patearé el trasero si la haces llorar."

"Ya te dije antes: no aceptaría menos," sonrió Harry, ofreciendo su mano a Ron para un apretón de manos. Ron miró la mano de Harry, y finalmente la tomó, sorprendiéndolo al halarlo hacia él y abrazarlo cariñosamente.

"Mereces conocer lo que es ser amado," susurró Ron antes de soltar a Harry y tomar a Luna de la mano.

"Esto es una noche para la historia," dijo la hermosa rubia, abrazando simultáneamente a la nueva pareja.

Harry no le prestó atención a lo que comenzaron a hablar después. Las voces se escuchaban muy a lo lejos mientras miraba a su Hermione... su mejor amiga... su novia... hablando animadamente con las dos chicas. Sus ojos nunca habían brillado tanto, su sonrisa nunca tan ancha. Habían pasado años desde la última vez que la había visto tan feliz.

"¿Cómo se siente?" preguntó Ron, descansado su peludo brazo sobre el hombro de Harry.

"Como si estuviese en el cielo," contestó Harry, dándole a Ron una palmada afectuosa.

"Oigan. El último acto está a punto de comenzar," dijo Neville, mirando la fiesta desde la puerta.

"¡No podemos perdernos esto!" chilló Ginny, tomando a Hermione de la mano y arrastrándola hacia la puerta. Hermione a su vez tomó a Harry del brazo, halándole junto con ella, regalándole una sonrisa.

Esta relación era nueva... pero la necesidad de estar juntos definitivamente no lo era.

Harry dejó que Hermione le guiara nuevamente a la fiesta, una sonrisa atontada permanentemente plasmada en su rostro. La idea de que una persona muy diferente a la que había salido regresaba al baile se coló en su cabeza.

Ya no estaba nervioso. Ni perdido. Ni solo.

Finalmente había encontrado la pieza que le faltaba.

Finalmente estaba completo.

Poco conocía él que el universo era un sistema en equilibrio.

Que en la noche mágica en que su sueño se volvió realidad...

También lo harían sus más aterradoras pesadillas.


A/N:

Este capítulo va dedicado con todo mi amor a quienes me dan la fuerza y el apoyo que me sostienen: a Lidia, Elena, Flor, Mane, Glendy, Rafael y Tito. Los quiero más de lo que las palabras puedan expresar.

Espero que el clímax de la historia de amor representado en este capítulo no los haya decepcionado. Me encantaría saber que piensan sobre él.

Gracias a todos y cada uno de las personas que comentaron el capitulo anterior:

Pipu-Radcliffe: Hehehe ¿Aun te parece que Harry llegó tarde? Llego justo a tiempo.

Arissita: No sé... pero me dio la impresión de que te gustaba El Fantasma de la Opera. Hermione dijo lo que dijo del Fantasma porque yo también pienso así. Pienso que ya se te aclararon las dudas sobre la relación entre Roger y Hermione. Acerca de Helena de Troya... la Helena del libro me cae mucho mejor que la Helena de la película, porque la del libre fue literalmente secuestrada por Paris, y en realidad no lo amaba. ¿Y sabes? Luego de la caída de Troya, Helena regresó con Menelaus y juntos tuvieron una hija. ¿Sabes como se llamaba la chica? Te daré una clave... empieza con H y termina con ermione.

Potter5: Y si... Harry tuvo el valor para declarársele. Lindo¿no?

Ayda Merodeadora: LOL Espero que ya Roger te caiga bien, porque hasta a Harry le agrada. ¡Les dije que el muchacho era una dulzura!

Nyissa: LOL ¿Angustiada? Eso es demasiado. Pero esta vez no me tardé mucho. Luna, Hermione y Harry están preciosos... pero nadie tan lindo (y cómodo) como Ron. Besos para ti.

Billiwig: Ya sabes que le dijo Harry y que contestó ella. Así que... ¿sigo siendo mala malota? Así que ¿Malfoy esta actuando rarito? Mmm... quizás es que esta constipado. ¡Otra fan del Fantasma! Yo pienso igual... pienso que Raúl si le ofrecía su amor y su lealtad, pero el Fantasma le ofrecía todo... TODO... era un amor con pasión, que lo que pienso es que era demasiado fuerte para ella aguantar.

Hibari: Aww, gracias por dejarme un mensajito aquí después de haberme dejado en ingles. ¿Verdad que se disfruta mas en español en ingles? Aun no se porque, excepto que en español suena más poético. Un beso.

HermyHarry33: Hola, Mely. Me alegra mucho que te guste la historia. Bueno¿cuántos capítulos son? Después del que acabas de leer, hay dos más. A mi me parece que la verdadera pareja canon es H/Hr, por eso es que creo tanto en ella. Originalmente iba a ser otra canción (Mas y Mas de Robi Rosa), pero me puse a pensar en Eres de Café Tacuba y la verdad es que le caía como anillo al dedo.

Kirlatan: Mmm... ¿sabes? Puedes ser que tengas buena intuición, pero ya sabes que la conversación se dio como Dios manda. Gracias por las palabras de apoyo.

Asuka: Hehe lamento haberte dado el susto, pero te aseguro que Red lo voy a terminar. Haha ¿mi historia es muy cute? Bueno... veremos que dices el próximo capitulo. Pero Harry esta para comérselo a besos a veces¿verdad? Heheh Ahora que Hermione tiene permiso, pobre del chico. Un abrazo.

PruePotter1¿Yo¿Una brujita bien mala¡Que va! Aquí la traviesa es Hermi. ¿Un cacao mental? Sabes que por poco escupo el refresco cuando leí eso. ¡Es que me ha hecho una gracia! Tienes muy buenas preguntas, y no te preocupes... se contestarán a su tiempo.

Graciela: Hehe no los iba a dejar con el "bichito".

David: Hola David! Estoy loca por poder hablar contigo en MSN, pero en estos días he estado fuera de la oficina. Me alegra mucho que te guste tanto el capitulo 14, porque también es mi favorito. Estoy de acuerdo contigo, lo que paso en el capitulo 14 nace de la amistad sincera, no del amor pasional. Pero de los mejores amigos vienen los mejores amores. ¡Me alegra que te guste Ron! Si, a veces creo que algunas personas se olvidan de que ellos son tres, y que son mas fuertes en la unión. Ay, y gracias por lo que dices que te hago sentir lo que siente Harry, porque eso es lo que mas me cuesta, pero es lo que mas me gusta y por eso le pongo mucho empeño. Es lindo saber que el empeño no es en vano. Y que bueno saber que nunca pudiste odiar a Roger. ¡Es que es un primor! Haha te prestó a Buckbeak cuando quieras... pero un ratito no más.

Calipso: Ha. ¿Asi que te gusta el Harry seductor? Bueno, es que no le duró mucho al pobre después de ver la clase de mami tenía al frente. Harry será muchas cosas, e inseguro es una de ellas. (Y, como dice Hermione, a veces es un poco denso). Y créeme, si Hermione le hubiese estado mirando cuando dijo eso, si se hubiese derretido, pero la chica estaba de espalda. Y te complací, porque no hubo nada pero nada que interrumpiera la conversación. ¡Espero que te haya gustado!

Marcela: Me alegra mucho que te haya gustado. Espero que también te agrade este capitulo.

Caelius: Aw, me alegro que te haya gustado la historia; he tratado de infundir un poco de humor a la historia, orque de verdad que la situación de "Harry se toma una poción de amor" se presta para comedía, pero el argumento principal de la historia es bastante oscuro. Heheh Ron entiende que cuando se ama a alguien, uno esta dispuesto hasta hacer el ridículo. Dejame decirte que tienes un muy buen ojo para los detalles, pero prefiero contestarte toda pregunta al final de la historia, para así no arruinarte nada. Ha, tu explicación de Roger / Hermione es casi la misma que la chica le da a Harry en esta conversación. ¡Eres profeta! Un beso para ti también. Espero que te haya gustado.

Esmeralda: Me alegro que te hayan gustado tanto los capítulos anteriores. Lo que dijiste de Roger ya te has dado cuenta que no esta lejos de la verdad. El chico es muy padre, lo que pasa es que Harry estaba tan celoso que no veía eso. Lo de lo otro... bueno, vamos a dejar que el tiempo conteste. Hahahah creo que con eso ultimo que me dijiste estarás bien contenta con este ultimo capitulo. ¡Vive l'amour!

Lara-chan: Ya como ves, Harry se atrevió a decirle.¡Y que clase de recompensa tuvo!

ElenGrantter: Hehe tienes razón. Grantter suena mejor que Pogran o Granpo. ¿Sabes? Elena es el nombre de alguien a quien quiero un montón. A veces da problemas para colgar historias, así que no me sorprende que te haya dado problemas. A mi tambien me los da, especialmente esta nueva versión de que tiene mas bugs que todas las anteriores juntas. ¡No te des por vencida! Gracias por las lindas palabras. Me alegra mucho que te guste la historia.

Aiosami: Como todo el mundo ama al conejito. Sobre Draco... la contestación a tu pregunta será revelada pronto. Sobre el pensamiento de Harry, el dijo "les diera" cuando habla de la oportunidad porque hablaba de él y ella, y se refiere a una oportunidad para él y ella ser una pareja. Espero que eso conteste tu pregunta.

KiraLevana: Heheh me alegra que la historia te permita relajarte de los estudios. Y no te tienes que ir al capitulo de ingles que esta vez no me he tardado tanto. Y acerca de Roger, después de leer este capitulo¿quedo contestada tu pregunta¡El chico es fenomenal!

Hecate-san¿Verdad que lo del disfraz fue verdaderamente lindo de parte de Ron¡Eso es un amigo! Acerca de la cicatriz, bueno... el chico de verdad que tiene mucho estrés. Veremos si algo mas sucede. Ha¿asi que el hecho de que Draqui no habia molestado al conejito te dice que tiene algo raro entre manos? Hahaha bueno, quizas estaba demasiado distraído con las muestras de cariño de Pansy. ¿Aun crees que Roger quiera dañar la relación entre H/Hr¡El chico se merece un altar¡Un altar! Hehhe hasta la próxima.

Lizet: Me alegra que te haya gustado, y esta vez no me tardé tanto.
Andrea Sumeragi: Hola Andrea. Primero que nada¡no te golpees! Yo sé que la vida es ocupada y si no se puede, pues no se puede. Me alegro que me hayas dejado saber en el pasado capitulo. Bueno, le tomo 14 capítulos sacar la cabeza del trasero, pero finalmente sabe que esta loco, loquito por Hermione. Y lo mejor es que... ya sabe que ella tambien lo esta por él! Que bueno que te gusta la frase de "No hay un yo sin ti" porque es importante para los próximos capitulos. Ha, me alegra que te hayan gustado los disfraces, aunque Ron se la come. Hehe lo del plan de seductor funciona solamente si uno esta seguro de si mismo, y Harry es muy vulnerable para que eso funcionara. ¡Que bueno que ella es su fuerza! Y creo que Roger, que antes no te desagradaba tanto, ahora se ha ganado tu amor ¿verdad? Haha "no llamar la atención" cual de dos los mas excuseros. ¡Que bueno que Goyle se ha ganado tu ira, porque se la merece! Ha, bueno, para decirte la verdad, Hermione tiene plena conciencia de que alguno de las cosas que dice pueden ser malinterpretadas, pero es que la chica es medio pillina. Acerca de tus preguntas: -¿Cómo puedes dejar justamente ahí el capítulo? Hehehe porque soy cruel. -¿Para cuando el otro capítulo? Para ahora. -¿Sabes lo cara que van a terminar saliendo mis consultas con el cardiólogo con finales con tanto suspenso como ese? LOL Consulta a Glendy… quizás les den un descuento de 2 por 1. ¡Cuídate mucho!

Sofi-Potter: Ah, lo de la tardanza entre capítulos no lo hago a propósito, sino que a veces la realidad es un poco caótica. Gracias por dejarme saber lo que piensas de la historia. Espero escuchar nuevamente de ti.

S. Lily Potter: haha no llores. Espero que la espera haya valido la pena. Haha lo de los boxers fue un detalle para que esa gente traviesa como tú disfrutaran de la imagen. Lo de "piensa como mago" esta inspirado en el comentario que Ron le hace a Hermione en SS/PS (o es al reves?) que siempre me ha parecido gracioso. ¿Harry con lentes de contacto¡Jamas! Y ya ves que no tenías nada de que preocuparte, porque Voldy no interrumpió la conversación en el balcón. Sobre lo de Malfoy... tendrás que esperar. Ha ¿pero porque no querías que Ron fuera el conejito? (LunaGryndyBuck!) si se ve completamente adorable. ¿Otra que se ofrece a golpear a Goyle? Vaya, el chico necesita un guardaespaldas. Y creo que tu pregunta sobre Roger ya ha quedado contestada. Hehe Harry es que es medio mal pensado, pero se lo echamos a los hormonas juveniles. Y ¿quién te dijo que no te iba a gustar el capitulo 17? Tsk tsk... por ahí hay un soplón.

Olga Saiz LaFuente: Gracias. Espero que también te guste este capítulo.

Kazumi Potter: Hehe no los deje así por tanto tiempo. Espero que te haya gustado.

Con cariño,

Anasazi

PD. Parte de la confesión de Harry esta basada en la escena climática de Mulder/Scully de la película de Los Expedientes X.