Disclaimer: Los personajes pertenecen a sus respectivos autores, con excepción de aquellos que he tenido que añadir para darle forma a esta historia.
Una vez que todos estuvieron dentro de la habitación, Salvo cerró la puerta tras de sí al ser el último en ingresar.
-Zarina, como bien recordarás, nuestros trabajos en conjunto con el polvillo azul dieron diversos frutos mientras experimentábamos- comenzó James volteando a mirarla.
Se escuchó un tintineo y el capitán prosiguió.
-Quiero por lo pronto dos cosas, primero que ayudes a Salvo y Leandro a multiplicar el último barril que nos sobra de polvillo, necesito el suficiente para realizar varias visitas en esta ocasión, y por suficiente me refiero a varios barriles grandes, por si incursionamos en Tierra Firme en ocasiones futuras- el hada asintió con la cabeza- y después quiero que durante el recorrido te presentes ante nosotros con tu polvillo de transformación, transformante...o como sea que lo hayas nombrado al final.
La pequeña hada tintineó cerca de él.
-La razón es que es más fácil poder atender varias almas a la vez en lugar de sólo una como suelen hacer las hadas. Como humana podremos hablar contigo decentemente sin necesidad de que repitas lo que dices.
-¿Humana?- dijo Annie enseguida -¿Eres capaz de convertirte en humana?
Zarina tintineó alrededor de James energéticamente, parecía molesta.
-No seas ridícula, tarde o temprano tendrías que contárselo...a tu querida niña perdida.
Annie se acercó a Zarina ignorando las palabras del hombre.
-Zarina... ¿De verdad puedes hacer eso?
Zarina tintineó.
-Vamos querida, muéstranos- dijo James.
Zarina tomo de su bolso un diminuto pedazo de hoja que envolvía un polvillo que brillaba con colores violetas y morados. Tomo un poco de ese polvo y cerro de nuevo la hoja guardándola. Roció el polvo sobre ella y en un instante su tamaño igualó al de la castaña.
Annie y Leandro quedaron maravillados con lo que veían. Ahora y con más detalle podían observar al hada, quien ya no tenía sus alas pues habían desaparecido.
Podían observar con facilidad su cabello castaño sujeto en un moño alto, sus pantalones cafés a juego con su chaleco que cubría un camisón amarillo. Y un par de botas también a juego cafés como su atuendo.
-Zarina...es increíble- dijo Annie sin dar crédito a lo que observaba, era la pequeña hada que la había llevado a nunca jamás, pero sin alas y de su tamaño.
-Vaya- dijo simplemente Leandro mirando a Zarina como si fuera un sueño. La portadora del polvillo se sonrojo al verse centro de atención.
-...hola- dijo simplemente mirando a la mujer de ojos cafés.
Annie extendió una mano para tocar a Zarina y esta le correspondió el gesto extendiendo la propia para tomarse de las manos. Al tocarse ambas sintieron una sensación de conexión increíble.
Era como si estando así juntas, fueran invencibles.
-Sí, sí, si...que conmovedor- dijo Salvo quien recargado en la puerta observaba la escena provocando que las castañas se soltaran de las manos- ahora concédenos el favor de obedecer las órdenes del capitán.
Zarina miro con el ceño fruncido al hombre y cerro los puños.
-Cuando gustes Salvo- le dijo el hada
James observaba atento la escena, mientras Leandro se movilizaba con algo de esfuerzo al no poder dejar de mirar a Zarina.
-¿Ustedes se conocen también?- pregunto Annie cuando Leandro había abandonado la habitación.
-Digamos que Zarina conoce perfectamente a la tripulación casi por completo- dijo James desde su posición.
-Cuando fui su capitán les conocí como la palma de mi mano, se de sus defectos y virtudes- dijo Zarina con voz tranquila, sin embargo sus ojos llameaban al mirar a James. Aún se percibía esa tensión entre ellos.
En ese momento Leandro regreso junto con Truman a la habitación. Cada uno traía consigo un barril grande de madera.
-Déjenlos en la esquina- Dijo James mientras se dirigía al lugar que les señalaba donde se encontraba una mesa de trabajo, varios instrumentos de laboratorio, frascos y pergaminos.
Zarina siguió a James, mientras Truman y Leandro dejaban los barriles donde les habían indicado.
-Es un placer tenerte de nuevo a bordo capitana- dijo Truman a Zarina
-Ya no soy tu capitana Truman- contestó ella mirándolo
-No me importa, es la costumbre de llamarle así por tanto tiempo- contestó el hombre para sonreír, y haciéndole una reverencia al hada salió de la habitación- espero que su estancia en el Roger le resulte cómoda capitana, el viaje será algo movido- dijo para después desaparecer por la puerta cerrándola tras de sí.
Zarina se sentó en el banco que estaba a la derecha del que James había ocupado. Tomó de su bolso un puñado de polvo dorado y una hoja que guardaba dentro de sí un destello azul.
-Como en los viejos tiempos- dijo James con una sonrisa
Zarina simplemente lo miro con angustia, era evidente que no se encontraba cómoda en esa situación. James al observar el gesto del hada borró todo rastro de sonrisa de su rostro.
-Será mejor que nos pongamos cómodos mientras ellos hacen toda la magia- le dijo Salvo a la castaña.
Annie asintió y junto con el hombre se dirigieron al otro extremo de la habitación donde había una mesa con mapas e instrumentos de medición sobre ella, cada uno tomo una silla y aguardaron sentados. Leandro por su parte al no haber más sillas en la habitación optó por sentarse en el suelo, no quería perder detalle de lo que el hada y el capitán harían.
-Es la primera vez que presenciaran la multiplicación del polvillo- dijo James volteando a mirar a Leandro y a la castaña- presten atención.
Quince minutos más tarde el primer barril estaba lleno y el segundo que estaba conectado a un sistema de hojas y tubos era llenado como el primero.
-Es increíble, polvo de hada infinito- dijo Leandro mirando a Zarina
-No es infinito- contesto Zarina- este polvo depende por completo del polvillo azul, si el azul desaparece todo el polvo dorado lo hará también.
Leandro la miraba prestándole toda su atención.
-Con estos dos barriles tendremos suficiente para el regreso a nunca jamás- dijo Salvo acercándose al barril para observar como terminaba de llenarse.
-Creo que no los he presentado debidamente- dijo James mirando a Leandro y Zarina.
-Él es Leandro, mi mano derecha entre mis mejores hombres, Leandro ella es Zarina, el hada que estuvo a cargo del Jolly Roger por poco más de un año, alquimista del polvillo azul y excelente espadachín.
Zarina miró a James con el ceño fruncido
-Una presentación bastante exagerada- le reprocho el hada
-Jamás te han agradado los halagos- se defendió el capitán
-Un placer Zarina- dijo Leandro extendiendo la mano y llamando la atención del hada quien le miró y después a su mano extendida.
-Una lástima que no pueda decir lo mismo- respondió ella de mala manera y Leandro algo apenado retiro su mano.
-¿Te parece educado tratar así a mis hombres?- dijo James
- No tanto como obligarme amenazando con dañar a Annie si no cumplo tus órdenes.
-No estoy obligándote a nada, solo te persuado- se defendió el ojiazul.
-Vaya manera de persuadir a la gente- añadió Annie desde su silla llamando la atención de todos- amenazándome de muerte para que ella te obedezca.
-¿Ahora estás de su lado?- dijo James algo molesto -Recuerda que esto es para resolver tus asuntos con Pan, sin mi ayuda ya serías presa de los salvajes...o comida de las sirenas.
-Sobre todo eso- dijo Salvo divertido- ahora que te han visto las sirenas y casi te asesinan allá afuera.
Annie no supo que responder ante eso, era verdad. Sin la ayuda de todos ellos habría terminado ahogada en aquel lago por las sirenas.
-Creo que pueden llevarse los barriles, están llenos ambos- dijo James cerrando el segundo barril.
Salvo y Leandro tomaron un barril cada uno y haciéndolos rodar los sacaron de la habitación.
-Haremos más polvillo al volver de Tierra Firme- le dijo James a Zarina mientras se acercaba a un mueble de roble pintado de negro detrás de la mesa donde se encontraba Annie. Abrió unas puertas de cristal y extrajo una botella y tres copas.
-Annie, ¿podrías quitar los mapas del escritorio?- dijo con tranquilidad el hombre de rizos.
La castaña obedeció y puso los mapas sobre la cama que era el mejor lugar para poner tantos pergaminos de tales tamaños, se dio cuenta de que eran muy elaborados y tenían diversas marcas. Pudo observar uno de ellos que contenía territorios desde África hasta el archipiélago Malayo, podía visualizar Australia incluso. Debajo de ese mapa observó otro del que no estaba muy familiarizada. Un terreno bastante extenso con diversas islas a su alrededor, no tenía la forma de ningún continente que ella conociera. ¿Sería el mapa de un nuevo país o continente descubierto?, no podía ser ya que el planeta tierra había sido ya mapeado en su totalidad desde hacía años.
-Zarina toma un banco y ven con nosotros, tomemos unos tragos- dijo el ojiazul y enseguida Annie levanto la cabeza de los mapas que habían llamado su atención ante tales palabras. ¿Qué bebieran con él?
-No bebo gracias- dijo Zarina desde su lugar
-No seas aguafiestas, sabes perfectamente que adoras el sabor del Ron- dijo Garfio tomando el lugar que antes ocupara Salvo, y con la mano izquierda se las arregló para llenar las tres copas.
-Yo tampoco bebo- dijo Annie
- Oh Annie, Zarina y yo nos encargaremos de introducirte al mundo del alcohol- dijo con una sonrisa mostrando su blanca sonrisa- Zarina disfruta mucho del Ron, aunque en lo personal prefiero un buen vino, sobre todo a la hora de la cena. Culpa a Florence de ello, antes no bebía ni una sola gota de alcohol, pero me enseñó que no solo el Ron puede servirse a la mesa.
-Han mencionado tanto a Florence, ¿Quién es ella?- dijo Annie.
-¿Van a acompañarme a la mesa o me quedare aquí como un idiota solo?- dijo él con suavidad.
Las mujeres se miraron antes de caminar hacia él, Zarina tomo uno de los bancos y se sentó a un lado de Annie. James le dio una copa a cada una.
-Hace tiempo, cuando no tenía más metas en la vida que robar a barcos de la Marina Inglesa, abordamos un barco que llevaba en particular diversos tesoros. Entre ellos oro y Joyas.
Ambas mujeres prestaban atención a lo que el hombre comentaba.
- Aquel barco con un gran tesoro debió ser resguardado por valientes guerreros, más sin embargo fue muy fácil abordarlo ya que toda su tripulación se rindió tan sólo vernos llegar.
- ¿Qué tipo de cobardes regalan porque si un tesoro así?- dijo Zarina.
-Veo que tu alma de pirata sigue ahí Zarina- le respondió el hombre de rizado cabello- lo mismo nos preguntamos nosotros, no había manera de que el capitán ordenara a sus hombres rendirse sin apenas pelear por defenderse, pero cuando abordamos aquel navío nos encontramos con la sorpresa de que el capitán no había dado la orden. Si no una mujer, Florence. Ella había persuadido al capitán en rendirse, al encontrarme de cara con ella me percate enseguida que no era una mujer común. No solo por su evidente belleza, créanme pocas mujeres son tan bellas como lo es ella.
Annie sintió una pequeña punzada de celos en ese momento, James estaba reconociendo indirectamente que aquella mujer era más bella que ellas dos. ¿Acaso era correcto que ella lo celara de esa forma?, Zarina seguía atenta al relato.
-Cuando el barco estaba completamente en nuestro poder ella habló conmigo sin mostrar miedo alguno, me entregó esto- dijo sacando de alrededor su cuello un collar del que colgaba una pequeña llave de oro -curiosamente, por muchos años ella había resguardado esto para mí, hasta que llegara el día en que me encontrara para contarme la verdad sobre mi pasado- dijo mientras sacaba el reloj de oro que Annie había visto horas antes -Me dijo que yo debía poseer el reloj al cual debía darle cuerda esta pequeña llave, y de ser así eso indicaba que ella y yo estábamos emparentados. Y resultó ser verdad, cuando ingresé la llave a este reloj pude comprobar que era cierto. Este reloj perteneció a mi padre en vida, a quien jamás conocí, y fue ella quien tenía la llave. En ese momento deje de ser un poco menos solitario. Ahora tenía un familiar de sangre, y la protegería con mi vida de ser necesario.
Annie y Zarina estaban maravilladas con aquel relato.
-Jamás me hablaste de ella- dijo Zarina
- Ella no tiene nada que ver con Nunca Jamás, no había motivo de hablar de ella. Es lo único palpable para mí que me demuestra que hay un mundo lejos de toda la locura de Peter Pan y ese lugar, no iba a permitir que nada de eso se mezclara con ella.
-¿Por qué?- intervino Zarina - ¿Por qué si la amas tanto la dejas envejecer en Tierra Firme?, ¿Porque arriesgarla a morir?
Annie solo podía escuchar atenta la conversación, ahora no le quedaba duda de que ellos dos habían tenido una historia antes de que ella llegara a Nunca Jamás, la manera tan familiar en la que se hablaban, esa supuesta traición de la que habían hablado en cubierta, había muchos misterios aún.
-En principio porque fue su petición, ella conoce sobre Nunca Jamás, fueron varias ocasiones en las que volvíamos a visitarla. Fue su decisión quedarse en el mundo real como le gusta llamarle. Sin embargo tienes razón, no voy a permitir que ella muera y me deje solo de nuevo, y ella lo sabe. Sabe que en algún momento regresaremos por ella. Ese momento llegó.
-A todo esto- interrumpió Annie -aún no sabemos qué parentesco tiene contigo.
-Es mi prima- contestó él.
Los tres se quedaron en silencio un momento, James llevo la copa a sus labios y enseguida hizo una mueca de desagrado.
-No sé qué es lo que tiene el Ron que no lo soporto- dijo con asco
-Siempre fuiste un bebé para eso- se burló Zarina mientras tomaba la copa de Ron y bebía sin hacer ni una sola mueca.
James sonrío complacido al verla tomar y se levantó para hurgar en su mueble una vez más.
Un movimiento en seco alertó a los tres que el Jolly Roger se había elevado por los aires, sintieron como el navío aceleraba su velocidad.
-Así que en este momento nos dirigimos a su hogar, vamos por ella- concretó el hada.
-Correcto, nos dirigimos ahí, después de descansar un poco y de abastecernos podremos ir a Londres. ¿Porque es ahí donde vives cierto? No hay manera de que hayas tratado con los mocosos sin vivir al menos cerca de ellos- dijo él mientras regresaba a la mesa con una botella de vino mirando a Annie.
Annie comprendió que por "mocosos" se refería a Wendy y sus hermanos.
- Así es, vivo a unas cuantas calles de su casa- le respondió la castaña- aunque te aseguro, ya no son unos mocosos.
-¿Qué dices?, no me digas que ahora son adultos- preguntó el hombre con esos ojos azules clavados en ella.
-Pues debo informarte que es así, Wendoline es una dama mayor, al igual que sus hermanos. Todos casados y con hijos.
-Esa Wendoline... ¿es la pequeña Wendy que tanto llamaba la atención de Peter Pan, y daba dolores de cabeza a Campanita?- preguntó con curiosidad Zarina desde su lugar.
-La misma-le respondió James
-Estoy segura de que al llegar a Londres la conocerás, ella y su hija Jane son muy hospitalarias. Además los niños son unos traviesos que se ganaran tu corazón enseguida- comenzó a relatar Annie muy emocionada, Zarina sonreía ante la descripción.
-Alto ahí- cortó James a la parlanchina castaña- ¿Jane y los niños? ¿Hay más mocosos? ¿La niña que vino después de Wendy tiene que ver con todos ellos?
-Así es, Jane es hija de Wendy- confesó Annie mientras observaba curiosa como el hombre abría los ojos con sorpresa- ...además Jane tiene dos niñas preciosas, y sus primos son guapísimos.
James la miraba sin parpadear.
-¿Todo bien?- preguntó Zarina al hombre después de un momento en el que no articulaba palabra.
- Vaya qué pasó bastante tiempo- dijo el hombre mirando su copa - podría jurar que fue hace medio año cuando vi a esa niñita revolotear en Nunca Jamás, y ahora incluso ella es madre ahora.
-Así funciona Nunca Jamás James, es tan impredecible como tu humor- dijo Zarina con una ceja levantada. Eso llamó la atención del capitán quien río ante el comentario.
-Salud entonces...por toda esta locura- contestó el hombre al hada y chocaron copas, como muchas veces en sus viejos tiempos.
-Ahora soy yo a quien le gustaría saber un poco más sobre ustedes dos- dijo Annie aún con su copa intacta entre sus manos.
-¿Y qué es exactamente lo que quieres saber?- contesto James en el momento en que el navío perdía velocidad.
-¿Hace cuánto se conocen? ¿De qué traición hablan?
Zarina miro a la castaña lanzando un suspiro.
-Nos conocemos desde hace bastante tiempo Annie, debes de saber que Zarina y yo somos mucho más mayores de lo que crees- contestó el capitán.
-¿Qué tanto es bastante exactamente?-pregunto curiosa
Garfio y Zarina se miraron pensando la manera de explicarse mejor.
-Creo que te llevarías una gran sorpresa Annie- dijo el hada
-Oh por favor, no me traten como una niña. Soy completamente capaz de…
En ese instante una sacudida los tomo por sorpresa.
-Tierra- escucharon gritar a lo lejos a uno de los hombres del capitán.
-Creo que dejaremos esta conversación pendiente-contestó James levantándose de su lugar para dirigirse hacia fuera de sus habitación- prepárense para descender- les dijo antes de dejarlas solas.
-Ni piensen que dejare pasar por alto la manera en la que evitan hablarme sobre ustedes.
-Tranquila, habrá tiempo para platicarte sobre eso- le dijo Zarina levantándose también - hay muchas cosas aún que ambas debemos platicar, pero antes debemos conocer a la famosa Florence que trae vueltos locos a todos estos hombres ¿No crees?.
Annie en silencio asintió, sabía perfectamente que insistir no la llevaría a nada
Una vez que ambas mujeres salieron de las habitaciones del capitán comprobaron que ya no estaban en nunca jamás. Se encontraban navegando sobre aguas con un azul más claro y frente al majestuoso barco, se podía admirar que estaban por llegar a las orillas de algún lugar.
Salvo se acercó a las muchachas mirando hacia aquellas tierras.
-Pronto pisaremos tierra firme, es decir el mundo real- les dijo
-Jamás he venido- contestó Zarina mirando la inmensidad de aquellas tierras.
-Bueno, yo tampoco- le dijo Annie y ambas compartieron una amistosa sonrisa-…al menos no a esta parte de tierra firme.
-Ah, ya veo que ha nacido una tierna amistad por aquí - se burló Salvo llamando la atención de las mujeres- en parte me tranquiliza que ustedes estén aquí, ya que Florence se nos unirá. No me gustaría verle aburrida entre solo hombres. Aunque más que acostumbrada está a tratar bastardos como nosotros. Pero estando ustedes dos aquí será más ameno para ella.
-No somos sus bufones para divertirle- dijo Annie al hombre
-No, no lo son. Pero son mujeres, y eso es más que suficiente para estar tranquilo en que ella estará más cómoda. Se llevará bien con ustedes, ella es una mujer de noble corazón, es quien nos mantiene cuerdos cuando todo va mal.
-Quiero conocerla, me he quedado impresionada en que James tuviera escondido un secreto así, estar cuidando y resguardando a un familiar tan celosamente- dijo Zarina
-James puede ser un hombre muy duro consigo en ocasiones, pero es gracias a Florence que, al igual que el resto de nosotros, no cae en desesperación o se transforma en un total desalmado. Sí, somos piratas pero antes de eso fuimos hombres, y Florence nos mantiene con los pies en la tierra, ella nos hace recordar que incluso dentro de nosotros… aún hay humanidad.
-Eso es hermoso- dijo Annie conmovida por las palabras del hombre.
-Prepárense para el descenso- dijo el pirata mirando alternativamente a las muchachas, se le veía un poco incómodo de haberse confesado y sin más se retiró.
-Bueno, creo que ahora más que nunca quiero conocerla- se expresó el hada cruzándose de brazos mirando a Salvo alejarse.
-¿De verdad no son unos desalmados?- le preguntó la mujer al hada.
-Es algo un poco complicado de responder Annie, durante el tiempo en el que fui su capitana fueron los más tontitos y agradables humanos que jamás conocí, claro eso hasta que me traicionaron e intentaron asesinarme para obtener el polvillo azul- de sinceró el hada mirando a su compañera con el ceño fruncido.
-¿Es verdad?, James... ¿Estuvo a punto de matarte?
-No te miento Annie, y es por eso que te pido que actúes con cautela, ellos podrán mostrarse amables contigo ahora, pero si es que formas parte de sus siniestros planes no dudarán en deshacerte de ti...y de mí.
-Pero aun así no puede hasta que tomé una decisión respecto a Peter- dijo Annie casi para si en voz baja.
-¿Has podido enfrentarte a él?
-No, no le he vuelto a ver.
-Bueno, entonces ¿Cuál es el verdadero motivo de regresar a tierra firme?
-A parte de venir por Lady Florence, el regresar a mi casa.
-¿Qué, pasa? ¿Te has rendido?
-No, solo voy por el diario de Rachel. Ahí puede haber información útil para seguir avanzando.
-¿Avanzar hacia dónde?
-No lo sé Zarina, cada vez me convenzo más de que venir a remover las aguas entre todos ustedes tal vez no fue una muy buena idea, temo por tu vida, la mía…y ahora que les llevare a todos ustedes a mi casa y mi padre los vea…
-Annie, cuando sepas por fin la verdad. ¿Lo matarás?
-Yo...no me imagino matando jamás a nadie. No entiendo por qué todos esperan eso de mí. Es decir; la desgracia que hemos tenido que vivir mi padre y yo tiene mucho que ver con él estoy segura, quiero entender las razones de Rachel para hacernos tanto daño…pero ¿Matar?, no lo sé… no soy capaz - contestó Annie cabizbaja.
-Me da gusto escuchar eso, no creo que haya necesidad de matarlo por algo que no hizo- confesó el hada mirando hacia el puerto que ya se veía cerca.
-¿A qué te refieres?
-La culpa de la desgracia de tu familia fue por culpa de tu madre, no de él.
-Pero estoy segura de que cuando lo conoció todo cambio para ella, y que fue por quedarse en Nunca Jamás que nos abandonó en la miseria.
Zarina miraba con tristeza a la castaña intentando comprender sus sentimientos. Y detrás de ellas recargado en la pared James las observaba con detenimiento, al escuchar la conversación entendió que no solo Annie quería saber más acerca de su pasado, estaba reconociendo a si mismo que él estaba tan interesado como ella y que por ende le ayudaría a llegar al fondo del asunto.
El Jolly Roger tocaba el puerto mientras los colores rojizos y naranjas anunciaban el ocaso, la tripulación estaba lista para descender al encuentro de Florence.
Muchas Gracias por leer!
Gracias por darle una nueva oportunidad a esta historia a pesar del tiempo que tardo en actualizar. En lo personal me emociona la idea de que Florence esté a punto de aparecer en la historia, es un personaje que me enternece el corazón.
La historia de nuestro apuesto capitán poco a poco va saliendo a la luz y la de Annie no tardará en seguir mostrando pistas.
Feliz año nuevo a ti que lees estás líneas, y gracias una vez más por permitir que esta historia toque esas sensibles fibras en tu corazón.
Genna Lotto
