-No entiendo nada de lo que esta mujer dice- sonó la voz de James a un lado de su prima, su hada y su más fiel marinero, corrían detrás de una joven de negros cabellos quién era sirvienta de los Darling, junto a la apresurada muchacha, se encontraban Annie y Benton quienes le seguían con cara de terror.
La chica había irrumpido en casa de los Wayne justo cuando James apresaba el cuerpo de la castaña sobre el sillón, esa hermosa castaña que habitaba en sus pensamientos desde el momento en que la conoció en Nunca Jamás. Aquel beso que en principio fue calmo, se había avivado con forme la pasión de ambos comenzaba a desbordarse, para la molestia de la pareja, James tubo que acomodar su chaleco y su camisa totalmente abiertos mientras Annie subía los tirantes del vestido que él con la boca había derrotado bajo sus hombros para poder acceder hasta sus pechos.
Los fuertes golpes en la puerta les hicieron atender para saber quien llamaba con tal insistencia.
Una mujer aún más joven que Annie pidió que la acompañase cuanto antes a casa de sus señores, la familia Darling. Annie sin entender su preocupación, cuestionó a la joven quién le comentó que la señora Darling le había mandado a traer cuanto antes a la familia Wayne sin dar más detalles al respecto. Cuanto ella y James se encontraban doblando la esquina de la calle, se encontraron con las miradas curiosas del padre de Annie y sus acompañantes quienes se levantaron enseguida de los bancos en los que platicaban animadamente para seguirles enseguida.
-¿Giselle?- levantó la voz Benton extrañado de verla junto a su hija.
-¡Señor Benton, es la señora...el niño no está!- había gritado la joven muchacha al mayor de los Wayne al verles en la esquina.
-¿Qué niño Giselle?- gritó Benton mientras se apresuraba a llegar junto a ellas.
-El joven Victor- excalamó con lagrimas en los ojos la joven llamada Giselle sin dejar de caminar apresuradamente.
-¿Qué le ha pasado a Victor?- preguntó con terror Annie mientras Zarina tomaba del brazo a James haciendo que se atrasara al paso rápido que daban los Wayne junto a Giselle.
-Él y su sombra han venido y cuestionaron a la señora por usted señorita, la señora intentó detenerlos, eran más fuertes...
Annie comenzó a temblar ante las palabras de la muchacha.
-Sabe que estoy aquí- dijo a su padre. No había duda, por alguna extraña razón Peter Pan habría creído que ella se encontraría en casa de los Darling.
-¿Pero porqué con Wendoline? él ni siquiera te ha visto aún- exclamó Benton con preocupación.
-Él sabe que estuvo allá ...en el lugar de donde ellos provienen, la luz y la sombra le acompañaban...le buscaban a usted señorita...pero se han llevado al niño.
El corazón de Annie se detuvo por un instante, eso no podía estar pasando. Entonces comenzó a correr lo más deprisa que sus pies le permitían provocando que todos corrieran junto a ella sin importarles lo que las personas que dejaban a su paso pensaran al verlos correr.
-James ¿Qué ocurre?- interrogó Zarina después de escuchar el diálogo entre la joven y los Wayne.
- No lo sé- contestó con sinceridad el capitán - No entiendo nada de lo que esta mujer dice.
Una luz y una sombra, buscando a Annie. El pirata comenzó a atar cabos tan pronto como su ágil mente reaccionó al shock inicial, sólo había un maldito ser en el mundo capaz de rodearse de tan peculiares compañías, pensó para sí.
Una vez que Giselle abrió con rapidez la puerta de la respetable casa Darling, todos miraron con asombro el estado de ésta. Muebles derrumbados, papeles en el piso, lamparas rotas. Unos llantos en el piso superior sacaron de sus pensamientos al grupo y enseguida se dirigieron hacia arriba.
Dentro de una de las habitaciones, decorada con un tenue color azul y nubes blancas en las paredes, tan destruida como el resto de la casa, había tres camas, tres camas deshechas con sus sábanas y cobijas regadas por el suelo, una de ellas, junto a la ventana escondía debajo a dos pequeños niños temerosos y junto a ellos, a un costado de la cama situada, una mujer mayor abrazaba a una un poco más joven que ella, la cual, desconsolada lloraba.
-¡Mi Victor...dios mío, mi Victor!- decía la mujer sin dejar de llorar en los brazos de la mujer mayor.
-Jane- llamó Annie a la mujer quien en el acto miró hacia el grupo.
-¡Annie!- dijo ella corriendo hacia la castaña cuando la reconoció -¡Fue Peter! ¡Dios mío Annie te quiere a ti!- sollozó Jane abrazándola con fuerza y temblando.
-¿Qué le ha hecho a Victor?- preguntó Annie intentando sonar lo más tranquila para no alterarla más.
-Su sombra lo ha tomado en brazos y salieron por la ventana- se escuchó la voz serena de la mujer mayor quien aún en el suelo miraba con detenimiento al grupo que acompañaba a la joven y su padre, tan conocidos por ella desde años atrás.
Benton se adentró en la habitación rápidamente para ayudar a la señora a levantarse del suelo.
-Mi querida señora- dijo Benton mirándola -¿Les han hecho daño a ustedes?
-No por fortuna, pero estoy preocupada por mi nieto y de lo que pueda ocurrir allá- y mirando hacia el grupo añadió -Han venido a buscarte Annie, él y la princesa saben que has sido traída a Tierra Firme y que el Capitán Garfio te acompaña.
-¿Princesa?- repitió sin entender en un primer momento.
-Tigrilla...la princesa Tigrilla- dijo Zarina consternada mirando hacia la lejanía del cielo que el gran ventanal permitía ver.
-A ninguno de los dos, pero sobre todo a ella, les hace nada de gracia que James esté en tierra Firme...por ti Annie.
Esto último lo había dicho mirando fijamente hacia los ojos azules de James y él intentando comprender le devolvió la mirada. Los ojos de esa anciana mujer, azules, pero no tan intensos como los suyos le hicieron llegar a su mente varios recuerdos de Nunca Jamás.
-¿Wendy?- dijo él con asombro.
-Hola James- dijo la señora antes de arrodillarse mirando hacia la cama para llamar a sus nietos quienes con absoluto asombro miraban sin parpadear hacia James.
-¡Abuela es él!- se escucho la voz de una niña
-¡Es el capitán Garfio!- exclamó otra pequeña voz, esta vez la de un niño.
En ese momento Jane se separó de Annie mirando hacia el hombre de largos cabellos, tan alto y tan impresionante.
-Ay dios mio- susurró Jane, y Annie comprendió que recién había reconocido al pirata que conoció en nunca Jamás cuando una vez, ella al igual que su madre, había sido llevada por Pan hacia la isla que no existe, aquella isla que en palabras de la misma Wendoline, jamás debió pisar.
Para Annie no fue difícil ponerse en el lugar de la mujer y darse cuenta de la impresión que el hombre estaba causando en ella, tan varonil, con porte, ojos azules y ágiles, una barba cerrada y un bigote que encajaban a la perfección con ese par de gruesas cejas, el largo garfio en su mano derecha dándole ese aire macabro, ese garfio que le había proporcionado el seudónimo por el cual era tan conocido. Notó como ella observaba su largo cabello sujeto en una cola baja que le llegaba a la mitad de la espalda, lo cual dejaba ver a la perfección los aros de oro que atravesaban los lóbulos de sus orejas, esos pendientes de oro tan relucientes como su garfio daban en él un aspecto atrayente, bélico...intrigante. Annie vio todo el recorrido que los ojos de Jane dieron al cuerpo de Garfio, vio su sorpresa, su intriga y también algo más...
Sin embargo James no reparó en el asombro con el que Jane le examinaba, ya que estaba más interesado en observar los rasgos maduros de Wendoline Darling, a quien por supuesto, el tiempo no había dado cuartel, las marcas de la edad en su rostro y su cabello ahora emblanquecido eran la viva prueba del porqué hombres y mujeres huían de Tierra Firme en busca de la ansiada eterna juventud.
-No les hará daño mis hermosos, vengan- dijo Wendy Darling haciendo que los pequeños salieran por fin de su escondite sin dejar de mirar con asombro al pirata.
James intentó decir algo a la mujer, buscó en su mente cualquier palabra que le fuera útil para saludarle de una manera adecuada, algo que no delatara su asombro ante como el tiempo cruel había jugado con sus vidas de esa manera.
-Eres tal y como te recuerdo James, y estoy convencida de que estas horrorizado por como es mi aspecto ahora...después de que tú sigues siendo tan joven y tan imperturbable.
-Yo no...- intentó decir el pirata, pero fue interrumpido por Wendy quien habló nuevamente.
-Sé que no teno derecho a pedirte nada, pero él se ha llevado a mi nieto, y tú eres completamente consiente del peligro que él corre ahí...-
-No es como en ese entonces Wendy, él es un niño- intentó calmarla.
-No, sabes tan bien como yo que eso no impide que ese...ese...monstruo pueda...- expresó atropelladamente la mujer con una mirada cargada de desesperación hacia él -¿Qué ha ocurrido contigo Annie? ¿Porqué te busca?- concluyó la mujer mayor mirando hacia la castaña junto a Jane.
-Señora Darling, es una complicada historia...
-¡No hay tiempo para historias Annie!- interrumpió Jane a la castaña quien parecía haberse repuesto del trance en el que se había sumido- ¡mi Victor...mi niño, necesitamos ir por él!
-Claro que iremos por él Señora Brennett- atajó Benton enseguida dirigiendose hacia Jane, quién expulsó una mueca al escuchar el apellido - Cuanto antes partiremos en busca del pequeño Victor.
-Por supuesto- aclaró James mirando hacia Leandro - Necesito que traigas el Jolly Roger a esta casa- le ordenó a su más fiel hombre quien asintió enseguida a su petición.
-Habrá que dar aviso a mis hermanos...- comenzó Wendy
-Mi señora, el mayordomo se encaminó hacia la casa de su hermano Jhon con el cochero en cuánto yo salí de aquí para advertirles lo ocurrido- intervino Giselle detrás de Zarina y Leandro quienes se habían mantenido en silencio observando toda la escena.
-Mi señora, ese niño...Peter Pan, me temo que tanto Annie como yo no hemos sido sinceros con ustedes- dijo Benton con algo de angustia en su voz.
-Algo me imaginaba Benton- contestó Wendy -después de todo me parecía sospechoso que Annie fuera tan insistente en el tema durante años, aunque jamás pretendí forzarte a contarme nada querida- dijo mirando hacia Annie.
-Lo siento tanto, jamás quise perjudicarles...- intentó disculparse la castaña.
-El caso es mi señora- continuó Benton sin darle oprtunidad a su hija de disculparse -que Peter Pan esta relacionado con nosotros de la peor manera en la que pueda verse. Hemos descubierto que mi esposa no murió.
Benton esperó un momento para proseguir mientras que Jane y Wendy hacían expresiones de asombro.
-Ella huyó junto con Pan hacia Nunca Jamás después de vaciar la cuenta donde su difunto esposo y los miembros de su companía me habían confiado sus acciones.
-¿Pero qué dice?- dijo Jane enseguida mirando hacia Benton, James de igual manera se asombró al descubrir a quienes pertenecían partes de lo que la mujer había hurtado.
-Oh Benton, eso es terrible- dijo Wendy aterrada ante la confesión - ¿Ha fingido su muerte por tanto tiempo? ¿La has visto? ¿Cuándo te lo confesó? ¡Habrá que atraparla y entregarla a las autoridades!
-No la hemos visto aún, una fuente nos lo ha avisado- contestó el hombre.
-¿Y se fían de esa fuente?- intervino Jane incrédula.
-Completamente- contesto Annie enseguida- uno de los hombres de James tuvo contacto con ella en Nunca Jamas, y los hombres de James son completamente de fiar.
El aludido, asombrado de escucharla hablar de Salvo como alguien digno de confianza después de haber sido amante de Rachel, la miró con admiración. Frente a los demás no desacreditaba la palabra de Salvo, simplemente porque él tenía confianza en su amigo de años.
-Así que Peter Pan fue el causante de tu desgracia querido Benton- intentó entender Wendy.
-En parte, aunque no nos consta que él se haya veneficiado de lo que ella se llevó...-
-¡Por supuesto que lo hizo!- saltó James enseguida - Ese bastardo resguarda un cofre con joyas y objetos valiosos...estoy seguro de que puede ser, si no todo, al menos parte de lo que te robó.
-¿Qué dices?- dijo Annie mirándolo tan sorprendida como Benton.
-He hecho memoria Annie, hay un tesoro que utiliza para sus estúpidos juegos, monedas de oro, joyas y diversos objetos...
-¡Por supuesto!- dijo Zarina mirando a James - El tesoro de la roca calavera, yo también lo he visto, señor Benton sin duda ese tesoro tiene que ser parte de sus riquezas.
-No estoy seguro de que lo sean, pudieron gastarlo todo, ha pasado tanto tiempo...- dijo Benton hacia Zarina.
-¿Y acaso eso importa?- intervino James - Tanto si lo son, como si no, nos haremos de ellas y te las entregaremos Benton.
-Así es- aseguró Zarina con desición - Sin importar si ese tesoro es suyo, lo será sin duda alguna, entonces usted y Annie podran reivindicarse en sociedad.
-¿Crees eso posible?- preguntó Annie a James imaginándose el escenario que Zarina les regalaba.
-Completamente Annie, ese tesoro será suyo- contestó el capitán.
-Y supongo que Tigrilla quien vino junto con Peter, estará en contra no solo de que tomen el tesoro, sino de la venganza que tengas en mente James- dijo Wendy interrumpiendo las miradas que intercambiaban el pirata y la menor de los Wayne.
-No tengo ningún inconveniente en pasar sobre ella y sus guerreros por hacernos del tesoro y del niño que raptaron.
-Una cualidad encantadora del imbécil, raptar niños - concordó Leandro desde su sitio.
-Y para los que caemos en sus palabras, no nos parece un rapto- contestó Wendy- mi pequeño Victor estaba convencido de que iría junto con la princesa de los pieles rojas a rescatar el tesoro perdido, ese que comentan esta en la roca calavera, recuerdo el sitio...y el tesoro.
-Es verdad, cuando tu fuiste a Nunca Jamás por vez primera, jugaste a encontrarlo junto a él- dijo James haciendo memoria.
-Entonces es imposible que ese tesoro sea lo que te ha robado Benton- concluyó Wendy mirándolo- yo soy mayor que tú Benton, es completamente ilógico que ese tesoro te pertenezca.
-Pero sin embrago tiempo después, pudo haber puesto parte de las riquezas de Benton en el cofre cuando las robó con Rachel...y estar entremezcladas con las que ya contenía desde antes- intentó animar Leandro.
-¡Da igual!- dijo Zarina levantando la voz - vayamos por el niño, el tesoro y asesinemos al bastardo.
-Iré hasta donde esté ese mocoso y le haré pagar- dijo James mirando con decisión hacia Wendy.
-¿Y porqué no nos batímos en duelo aquí y ahora apestoso Bacalao?- sonó la voz de un niño desde la ventana.
Todos miraron hacia la ventana, y ahí sobre el marco de ésta, un niño de no más de doce años, pecoso y pelirrojo les miraba con una desdeñosa mirada.
James y Leandro enseguida tomaron sus espadas ante la provocación del menor, los pequeños niños volvieron a ocultarse bajo la cama mientras Wendy se ponía frente a ellos para defenderles, Florence se acercó hacia Annie para abrazarla en un gesto protector, pero ésta se deshizo de su agarre para encarar al pelirrojo.
-Es a mí a quien buscas- dijo ella con el ceño fruncido. James se interpuso entre ella y Pan, no iba a permitir que se le acercase.
-Así que eres tú- dijo el niño escrutándola con la mirada -la verdad creí que eras más guapa, no sé cómo pudiste tan pronto causar tanto revuelo en Nunca Jamás.
James no se dejó llevar por las despectivas palabras que el niño le daba a la castaña, y a su parecer, a la misma Annie tampoco le había afectado lo que el pelirrojo había dicho.
- Devuélvenos a Víctor- dió por repuesta la muchacha- ¿Qué es lo que quieres de mi?
-Creo que la pregunta es para ti, ¿Qué es lo que buscas de mi?, ¿Porqué me buscas con tanta insistencia? y sobre Victor, creo que él será mi garantía de que nos volvemos a ver...Annie- dijo Peter con una burlona sonrisa hacia ella antes de mirar al curioso grupo reunido en la habitación.
-Eres tan malditamente cobarde ¿Piensas largarte con el crío sin dar explicaciones? Arreglemos esto ahora Pan, como los hombres- dijo Leandro con furia adelantándose a James y chocando su espada con el pelirrojo quien ágilmente se defendió del ataque del pirata. Se batieron en un duelo mientras el grupo observaba, parecía ser que el niño era un buen espadachín, porque a Leandro le estaba costando mantenerlo a raya. En un momento decisivo, James desenfundó su pistola con la mano izquierda apuntando directamente a la cabeza del niño mientras aún se batía en duelo con Leandro.
-No, no lo mates aún- susurró Annie sujetándolo del brazo, entonces James redirigió su tiro y disparó sin miramientos.
El grito de dolor de Pan hizo que Leandro detuviera su cometido, y la alfombra de los Darling se tiño con algo de su sangre.
-Maldito bastardo infeliz, ¿A eso le llamas pelear limpio?- recriminó Pan, desde el suelo donde había caído agarrando el brazo derecho con su mano opuesta intentando detener el sangrado.
-Estoy seguro de que mi reputación como pirata no se jacta de tener entre la lista de características "Pelar limpio", entréganos al niño ahora- contestó James dando un paso hacia el frente, su voz ronca y fría había congelado al grupo que observaba la escena, sobre todo Jane parecía la más asombrada, miraba con sumo asombro alternativamente a Pan y Garfio quienes se sostenían una mirada de odio a tal magnitud que solo podía estar justificada por tantas batallas vividas entre ambos a lo largo de los años.
-Jamás, él es nuestro... y tú también lo serás - dijo el niño mirando hacia Annie con el ceño fruncido.
-Ella jamás será tuya- dijo James sin dejar de retarlo con la mirada.
-Oh, ¿enserio? y supongo que su príncipe encantador impedirá que ella y Victor nos pertenezcan- se burló sonriente el pelirrojo soltando una carcajada.
-¡Deja a Victor en paz!- Gritó Wendy hacia el niño quien la miró, por un momento su risa vaciló, pero no dejó de sonreír.
-Tu, mi estimada Wendy, ya no tienes nada más que ver ni hacer ahora que eres una anciana...sola y acabada.
James apretó los dientes al escuchar esas selectas palabras que el niño había inventado para él cuando se enfrentaban en Nunca Jamás, "anciano, solo y acabado", esas eran las palabras que alguna vez él mismo se había creído, y para él no causaba ningún inconveniente escucharlas hacia su persona, pero el escucharlas hacia Wendy de manera en la que él se burlaba y la cara de sorpresa de la mujer al ser llamada de esa manera despertaron en James unas ganas incontrolables de terminar con el asunto enseguida, no iba permitir que insultara a la mujer.
-Acaba con esto James, después de todo ese bastardo arruinó la vida de Annie y del señor Benton, una bala en su cráneo y no nos costará mucho rescatar a Victor en Nunca Jamás, sabemos en donde está la guarida de ese malnacido- había dicho Zarina desde su sitio con la espada fuertemente agarrada a la mano izquierda.
La tentadora propuesta de Zarina provocó que James soltara una pequeña risa ronca mirando a Pan como un tigre a su presa, la mente de Zarina, tan ágil y parecida a la suya la había hecho llegar a la misma conclusión que él, muerto Pan, parte del problema se solucionaba. No sería una tarea tan difícil rescatar al pequeño Víctor de la isla una vez que asesinaran al engendro.
-Que curioso que digas eso tú presisamente Zarina - comenzó el niño mirándola desde el suelo - tú que acudiste a la tierra de las hadas cuando este bastardo estuvo a punto de asesinarte...cuando te traicionó .
-¡Calla! ¡Cállate!- expresó James hacia el niño cuya mirada estaba clavada en Zarina quien parecía algo aturdida, sabía perfectamente que había tocado una fibra sensible en el hada.
-¿Qué con eso imbécil?- soltó el hada una vez que se repuso del momento.
-Bueno, que no encuentro coherencia en que alguien como él, tenga como compañera a alguien a quien a conciencia utilizó para sus retorcidos planes y la deshecho en cuanto le fue un estorbo...-
-¡Cierra la maldita boca, no hables de lo que no sabes!- exclamó James con furia.
-...cuando obtuvo lo que quiso, intentar asesinar a un hada tan talentosa como tú. Tu potencial puede ser utilizado de maneras extraordinarias Zarina - terminó Pan ignorando las palabras de James.
-¡Déjala en paz!- levantó la voz Leandro apuntándolo con su pistola, la cual había sacado de su funda desde el momento en el que Pan se había atrevido a dirigirle la palabra a Zarina.
Zarina miraba con el ceño fruncido hacia el niño, y James fue completamente consiente del dolor que reflejaban sus ojos a causa de los recuerdos.
- Sólo mírate, eres del tamaño de una mujer humana, ningún hada jamás ha logrado lo que tú haz hecho, tus dotes como alquimista del polvo son increíbles, me parece que tu talento se desperdicia a lado de Garfio.
James rogaba internamente porque Zarina no hiciera caso a lo que muy ciertamente Pan reclamaba, después de todo, él la había traicionado.
-No caigas en sus provocaciones Zarina- dijo Florece.
-Yo elijo de qué lado estar- soltó con decisión el hada - y en este momento me encuentro del lado de Annie y del niño que has raptado, ahora deja de desviar el tema inicial y entréganos a Víctor o juro que no te daremos cuartel.
-Que hada tan estúpida eres, no me extraña que Campanita se logrará escabullir tan fácilmente en tu reserva de polvo alterado y un manual que nos ha sido de mucha ayuda para entender qué color realiza que cosa...y en qué cantidades.
-¿Cómo te atreviste a ponerle una mano encima a mis cosas? ¡Estaban perfectamente escondidas!- saltó Zarina con terror de saber el peligro de que su polvo cayera en manos equivocadas e ignorantes.
-¡Y claro que lo estaban!, nos costó algo de trabajo encontrarlas sí, pero jamás creí que sería tan fácil hacernos de ellas cuando no había ningún mecanismo que las protegiera de manos ajenas.
Un destello dorado apareció junto a Pan quien sonriente le miró.
-¡Tú!- dijo Zarina hacia el hada que se acercaba a la herida del pelirrojo -¿Cómo fuiste capaz de tomar lo que no te pertenece?- dijo acercándose lo más posible hacia ellos, tanto; que James obstruyó su camino con el brazo que sostenía su pistola para evitar que se acercara lo suficiente como para que Pan pudiera hacerle daño desde su posición en un descuido de ella.
El tintineo del hada dio a entender que le expresaba algunas palabras al hada pirata quien frunció el ceño y arrugó la nariz en un gesto desaprobatorio.
-Eres una estúpida, ¿Cómo que nos seguiste?- dijo Zarina.
Un nuevo tintineo provocó en ese momento que ella levantara las cejas
-¿Desde el Salón Turquesa?- mencionó con asombro Zarina alarmando al grupo por la noticia, Campanita, la inseparable amiga de Peter Pan había seguido sus pasos desde el momento en que habían llegado a Londres.
Wendy miró a su hija con confusión quien al igual que ella, no podía seguir la conversación como el resto, ya que evidentemente no sabían de lo que hablaban.
Sin embargo Annie y James estaban asombrados de no haberse percatado jamás de haber sido seguidos desde aquel sitio. Y James en lo personal se recriminó a si mismo el haber sido tan estúpido como para no haber sido más precavido.
-Campanita ha seguido su rastro desde aquél sitio lleno de prostitutas, ¡vaya que clase de amiguitas te encantan Garfio!, nada lejos de la realidad que vives entre los burdeles de Nunca Jamás...desde entonces y junto con lo que las sirenas nos han contado, nos hemos enterado de algunos datos bastante interesantes siguiéndolos- dijo Pan mirando hacia James quien mantenía la mandíbula apretada - Y ahora, mientras llevamos la información necesaria a oídos que la necesitan, debemos encargarnos de que ustedes dos... - dijo mirando alternativamente hacia Annie y James-... pero sobre todo tú...- añadió clavando la mirada en el Capitán- no intervengan mientras tanto, y me aseguro de que ustedes no cometan alguna estupidez llevándome a Víctor hacia Nunca Jamás- terminó señalando con su espada al resto del grupo.
James, previniendo el peligro empujó con el brazo a Zarina en dirección de Wendy, justo en ese instante el pelirrojo pareció tomar algo de su bolsillo y miró con una malvada sonrisa hacia Annie.
-Salúdenme a Neville, estoy seguro que estará encantado de verlos...o al menos a sus huesos hechos polvo- dijo aventando un puñado de polvo color marrón hacia la castaña, quien en acto reflejo se cubrió con sus brazos. James dio una zancada hacia ella para protegerla de que el polvo no la tocara, con el corazón desbordado y un escalofrío recorriéndole al escuchar el nombre de Neville de los labios del pelirrojo. Cuando alcanzó a tomarla por el brazo tirando su pistola al piso para poder traerla hacia sí, todo a su alrededor se tornó oscuro.
No podía ser posible, Pan jamás habría sabido nada sobre Neville de no haberlos estado siguiendo, ese recuerdo que únicamente se lo había confiado a Annie, ahora estaba en posesión de su eterno enemigo.
¡Hola!
Y es así como tu peor enemigo puede utilizar información que te pertenece en tu contra. ¡Así que tengan cuidado!
Nuevos personajes han aparecido en este capítulo, y el retorno del niño que nunca creció junto a su inseparable hada no han causado más que problemas a nuestros protagonistas.
¿Alguien recuerda a Wendy Darling y a su hija Jane? Claro que sí, por lo menos a Wendy. Por supuesto que James jamás la olvidó, y ha quedado tan sorprendido de como el tiempo ha corrido tan a prisa en Tierra Firme como Wendy de verlo en compañía de los Wayne.
Y yo...bueno, yo estoy sorprendida de que sigan esta historia después del tiempo que pasó sin actualización. Espero que este capítulo les haya despertado intrigas, como lo hizo conmigo.
¡Gracias por leer!
