Capítulo 4

Acople:

Despertó ignorante por un minuto. Ignorante hasta que tocó una segunda almohada al lado de su cabeza y se congeló. La realidad la golpeó violentamente. Estaba casada con Severus Snape y la noche anterior la había violado… al menos en su mundo se consideraría así. Ahora, siendo su esposa, en el mundo mágico solo se vería como ella incumpliendo con el contrato matrimonial. Cómo si lo que el profesor hizo fuera algo esperable y lógico...

No tenía derechos, ninguno. No podía huir ni esconderse… En su mesa de luz había una una nota.

"No me encuentro en el castillo. La salida de las cámaras estarán bloqueadas hasta que regrese. En el comedor le servirán todo lo que desee… puede elegir cualquier libro que esté fuera de mi laboratorio"

S.S

Parecía que la carta estaba dirigida a un alumno o a un hijo… o quien sea que no fuera una esposa. Suspiró… esa iba a ser su vida ahora y llorar nuevamente no lo cambiaría. Nada borraba el hecho de que próximamente sería la madre de los hijos de ese hombre despreciable.

Quisiera decir que no le tenía miedo y que se sentía plenamente capaz de enfrentarlo ante cualquiera, pero sería una mentira enorme, ella era una adolescente que ni siquiera había terminado la escuela. No tenía derecho alguno ante el mundo mágico, su dinero había sido transferido automáticamente a la cuenta de él, por lo que no había ningún lugar dónde refugiarse. Snape era uno de los magos más poderosos de la época, reconocido en toda Europa por sus aportes en pociones y su conocimientos en magia oscura, era un duelista magistral, mortífago y en definitiva alguien a quien temer si no estás al mismo nivel.

El salón no tenía mucho más que libros y lugares en los que sentarse, sobre la mesa había un buen desayuno que sinceramente no le apetecía comer.

Al final se decidió por acostarse en el sillón a mirar el fuego en completo silencio, tapada por una manta que estaba allí.

Se maldijo por no haber ido esa misma noche con el director, ahora estaba doblando el pasillo de la mansión Malfoy luego de ser convocado. Antaño había sido un lugar luminoso, ahora todas las ventanas habían sido bloqueadas de luz para que El Señor Oscuro estuviera satisfecho.

Severus! ¡Qué alegría tenerte aquí muchacho! Debemos felicitarlo amigos, Severus se ha casado ayer. Ha realizado el mayoor dee los sacrificios. - siguió siseando a los 4 mortifagos presentes mientras él seguía de rodillas, evitando aún el contacto visual. - Nuestro serio y leal hermano ha accedido a controlar a la sangre sucia ayudante de Potter. Estoy muy conforme Severus, ven… -Le hizo señas para que se levante

Sabía lo que se esperaba de él, así que mira directamente a los ojos de su señor y dejó libremente escapar los recuerdos de la chica llorando en el ministerio y también con una buena dosis de asco y autodesprecio los de la noche anterior. El Señor oscuro pareció alentado y complacido y comenzó a aplaudir riéndose enérgicamente mientras los cuatro mortífagos que estaban allí parecieron entender lo que este hombre había visto renovando vítores y aplausos ante la imaginación retorcida que tenían de los hechos. Seguramente por más macabra que había sido la noche anterior no sería ni la mitad de lo que se imaginaban estos hombres.

Severus le ha mostrado a la sangre sucia cuál es su lugar en nuestra sociedad anoche… es asquerosa sangre sucia siempre se creyó en el mismo estatus que nosotros así que justo que aprenda dónde debe ubicarse. - nuevamente y con base energía los presentes estallaron en carcajadas, sled en momentos como estos se preguntaba a menudo como había llegado a pertenecer a un círculo tan horrendo, no hay que se considerara un santo, había causado contando la noche anterior muchísimos crímenes pero nunca ni siquiera en el auge de sus comienzos dentro de la organización los había disfrutado o se había rebordeado de ellos, en ese entonces nos veía simplemente necesarios para pertenecer.

Casarse fue probablemente la peor de todas las cosas a las que se había visto obligado a hacer... amoldar y abusar de una niña eran cosas que aún siendo mortífago le parecían repugnantes, verse obligado a vivir toda su vida con ella enseñándole y obligándola a seguir sus costumbres, la cultura mágica conservadora,sería cuánto poco una tortura para ambos.

Severus…

Sí mi señor?

Estoy muy complacido contigo Severus, a pesar de tener que estropear tu sangre lo has hecho sin dudar solo porque te lo pedí. Bien hermanos esto es lo que espero de ustedes, son tiempos de guerra y no debemos tener reparos en los sacrificios que hagamos en favor de la causa. Te recompensaré Severus, tus hijos a nuestra vista serán sangre pura. Eres un mago poderoso y estoy seguro que tú sabrás guiarlos por nuestra favor.

Gracias mi lord, es un honor. Estoy agradecido de que mis venideros hijos, aunque no sean puros, tengan el privilegio de ser vistos así. Es misericordioso mi Señor.

Severus, tú no has traicionado a la sangre, hiciste un sacrificio que merece la garantía de no perder tu orgullo. Cualquier persona que ponga en duda tu estirpe responderá ante mí. Espero quedarme tranquilo joven muy rebelde en cosas no será un problema para nosotros nunca más. - Y aunque su voz y su mirada eran tranquilas no dejaba de verse la amenaza detrás de aquellas palabras.

Mi señor, puede estar seguro de que eso no sucederá, mi joven esposa - torció la boca con una sonrisa cargada de desprecio e ironía- no será un problema. El contrato que firmó… o mejor dicho qué la obligue a firmar, ha sido elaborado a nuestro favor. Lo que no estaba incluido en el contrato puede estar seguro qué mi noble personalidad lo hará. - nuevamente recibió carcajadas y vítores en respuesta de parte de todos los presentes.

El castillo estaba desierto, era ya bien entrada la tarde cuándo por fin pudo atravesar la puerta de sus salas privadas. Aunque la reunión había sido un completo éxito, aún mayor del esperado, sentía que su cabeza iba a estallar, su rostro no mostraba ninguna emoción en particular pero hubiera dado lo que fuera por tomarse una poción y amanecer dos días después. Cuándo llegó el estudio se encontró a la chica dormida en el sillón, aún estaba con el camisón y parecía qué se había dormido del agotamiento de solo llorar, la imagen no era muy alentadora a su futuro, no esperaba felicidad pero esto ...suspiro, un lado de su mente sabía que ella era una víctima y que no existía un solo centímetro de su alma que no le temiera y aunque era lo mejor y evitaría muchos problemas futuros el verla en ese estado le provocaba repulsión, lo molestaba sobremanera.

La comida se había amontonado arriba de la mesa sin que ella probara un bocado, lo cual lo irritó aún más, no podía permitir que se muriera de hambre o enfermera. A parte de ser doble espía, maestro y manejar sus negocios ahora debía ser enfermero.

Luego de observar algunos minutos y no llegar a ninguna conclusión válida decidió irse a bañar y acostarse él mismo un rato antes de hablar con Dumbledore y pasar toda la información que había conseguido durante el día.

Realmente era muy extraño vivir con otra persona, hacía décadas que no compartía casa con nadie y no era un buen cambio. Desde hacía dos días tenía un persistente dolor de cabeza, ya era de noche y la chica seguía dormida cuando salió, posiblemente hacer afrontar el principio de una depresión profunda y sinceramente no tenía herramientas de qué hacer ante eso.

Severus muchacho cómo has estado? No quería molestarte en tu primer día de casados…- intentó sonar jovial pero era muy evidente que estaba tratando de sacar información sobre el estado general de la chica y esto automáticamente hizo que Snape se tensara un poco ofendido.

No diga tonterías director, el señor oscuro me citó durante gran parte del día, se ha mostrado muy complacido con este arreglo. Espera más adelante poder verla en persona, creo que a pesar de su estatus de sangre la considera digna por su poder y su razonamiento para algún plan futuro. - ese era un punto que sinceramente lo preocupaba, aunque su matrimonio no era deseado y la novia no fuera dispuesta él había jurado protegerla y tenerla cerca de voldemort no la ponía particularmente a salvo.

Severus No creo que ella pudiera lidiar con lo mismo que tú ahora, es una carga demasiado grande y la vi muy frágil la última vez…

Albus, no tengo ningún deseo de exponer aún más mi vida o mi trabajo por esta chica, por lo que obviamente tengo planeado enseñarle a defenderse y ocluir su mente. Dilatare esto el mayor tiempo posible.

Muchacho ella no tiene la culpa de todo esto.

Discúlpeme pero no coincido en su totalidad, ella ha sido el cerebro de varios eventos exitosos contra el señor oscuro,se ha expuesto desde que ingresó a la institución y al mundo mágico. En otras palabras, se convirtió en un blanco para acabar con Harry Potter. Casarse conmigo es el mejor de todos los escenarios que podrían haberle tocado, sin embargo no era el mío y yo como siempre... cargo con los errores de los demás. - terminó apático.

Es una niña severus, ella no sabía a lo que se estaba exponiendo, eres su esposo y es tu deber entender eso.

Discúlpeme director, pero mi matrimonio y cómo actuar sobre él es asunto mío. Era su responsabilidad y la de Mcgonagall explicar las consecuencias de ser alguien destacado dentro de una guerra - escupió el maestro de pociones- porque ahora señor, quién carga con los restos de quién un día fue alguien valiente y feliz soy yo.

Sé muy bien Severus los errores que he cometido con ella y contigo, pero no se puede deshacer esto, si ella logró huir se que podría convertirse en un gran apoyo para ti en esta tarea tan larga y delicada… un gran apoyo para la orden.

Mi esposa no participará de ninguna manera activa en esta, ni en ninguna guerra, quiero que eso quede claro. En cuanto a su presentación en sociedad haré lo posible para dilatarlo lo máximo posible hasta que pueda ocluirse. No cuente con ella como herramienta en esta guerra.

Nunca quise decirte eso Severus…lo sabes…

Se perfectamente lo que quiso decir director, ella es mi esposa, se hará lo que yo permita con ella y eso no incluye que se convierta en espía ni participe activamente en ninguna lucha donde su vida quede expuesta. - no espero que el director respondiera, sabía que no estaba conforme con su respuesta pero no iba a ceder y su derecho cómo marido iba más allá del poder que tenía el hombre mayor.

"Come"

Severus Snape.

No sabía cómo sentirse al respecto cuando encontró la carta a su lado al despertarse y leer que solo dijera eso. Realmente no tenía hambre y no había sido capaz de comer en las últimas dos semanas. Sabía perfectamente que estaba demasiado delgada y que se le notaba mucho, aunque era algo humillante que su marido se lo dejara por escrito. No podía comer aunque quisiese así que decidió levantarse y bañarse, quería sacar de su alma todo lo que había pasado.

Era realmente extraño que ya hubieran pasado 24 horas y desde la noche no lo había visto ni una sola vez, así que no sabía qué tan malo sería cuándo interactuaran. No quería verlo, no sabía cómo afrontar y a otra noche idéntica la semana entrante, la sensación de su cuerpo encima del suyo, el aliento agitado y la imposibilidad de sacarlo fuera de sí misma, era una impotencia aterradora verse así de atrapada, indefensa e incapaz de elegir algo tan íntimo como una pareja sexual, también estaba al tanto que él tampoco quería pasar por ese momento y tener que hacer algo tan desagradable pero aún así el control siempre lo tuvo él. Fué él quien la sometió aunque fuera por deber... - el agua caía de manera constante sobre su espalda lastimando su piel por las altas temperaturas, aunque al parecer su cuerpo no era consciente de ello. Necesitaba deshacerse de cada rastro de su esposo de sí misma. Sacarlo de su sistema y de su cerebro.

De golpe sintió las habituales señales de las náuseas y corrió hacia el sanitario llegando justo. No era competencia contra el profesor, no tenía fuerza física ni mágica para luchar contra él. Si Snape quería que algo se haga, se haría como había pasado la noche anterior. Sí creía que no debía hacerse no se haría, aunque ella realmente lo quisiera.

Su opinión, sus gustos y sus deseos ya no eran relevantes para nadie. Sus padres estaban en Australia sin recordar haber tenido una hija, ajenos al sufrimiento en el que estaba metida...en el que estaría inmersa el resto de su vida. Sus amigos si bien estaban fatal y muy preocupados por ella y su futuro, seguirían con sus vidas, eran hombres y ambos eran sangre puras, jamás se toparian con ninguno de sus mayores temores. Jamás serían una víctima aún más increíble, si quisieran podrían ser victimarios. Ginny aunque era mujer, era sangre pura, hija de sangre puras y la ley que le había condenado a ella para casarse con Snape no le afectaba, no podrían pasar la sin su firma y su consentimiento. Sus padres tampoco consentirían jamás semejante atrocidad. Nadie de su círculo podría entender lo que estaba viviendo.

Ahora ni siquiera tenía su varita, Snape se la había quitado apenas habían salido del ministerio,asegurando que al ser menor de edad no iba a poder usarla de todas formas y como no tenía la confianza para esperar que eso se cumpliera prefería conservarla, también aclaró que no iba a tener una esposa con problemas legales ni mucho menos expulsada de hogwarts.

Se puso una de sus varias túnicas nuevas, pero azul oscuro rígida que le llegaba debajo de las rodillas. Molly le había explicado que las brujas, en especial del círculos sociales altos o aquellas que siempre crecieron entre magos, utilizaban ese tipo de ropa, túnicas y vestidos… básicamente no usaban pantalones. Así que aparte de su vida perdió su ropa y gran parte de sus pertenencias, porque dicho por la bruja mayor el profesor le podría dar y le iba a brindar pertenencias nuevas.

Durante esas semanas se dio cuenta qué Ginny casi nunca usaba pantalones y Molly no lo había hecho jamás desde que la conoció, nuevamente evidenciando el poco interés que había mostrado por la cultura real fuera de la escuela, sobre el mundo mágico.

Señorita Granger… - el profesor había entrado en la habitación sin que se diera cuenta, se quedó helada mirándolo expectante sin saber qué decir.

Si le hablo, señorita Granger, espero una respuesta verbal.

Lo siento - sintió que se ruborizada de la vergüenza, le estaba hablando como a una estudiante y aunque lo era, también era su esposa!

Traerán la cena, baja. - No dijo nada más seguro dejándola enojada y preocupada.

El profesor ya estaba comiendo cuando bajo, sobre lo que aparentemente era su lado en la mesa se encontraba un plato de aspecto delicioso de carne con papas y ensalada. Realmente quería comerlo pero no podía, ya comenzaban las náuseas de nuevo.

Señorita Granger, creo recordar que le puedo ya varias veces que coma. Usted no va a morir de hambre solo porque mi presencia no le agrada.

Era tan desagradable, no veía posible un futuro en el que al menos se toleraran. Tenía muchas ganas de llorar de impotencia.

Es que no puedo comer - por primera vez en 2 días le estaba mirando fijamente - no puedo comer - repitió -todo lo que como lo vómito luego.

Usted lo hace adrede, Granger? - no se atreva a mentirme. - ella no iba a hacerlo, pero el tono de amenaza era un recordatorio constante de lo peligroso que era el hombre.

No le estoy mintiendo, hace semanas que estoy así, pero desde que comenzamos con esto está peor… la señora weasley estaba molesta conmigo por mi aspecto y en los lugares de ropa lo dijeron… - mientras hablaba decidió mirar la pared, porque los ojos del hombre eran muy intimidantes.

La medingama del castillo no se encuentra aquí en verano, llamaré a otro para que venga aquí ahora. Vaya a acostarse hasta que llegue. No puede vivir sin comer Granger y no tendré a una chica medio muerta en mis cámaras.

No hace falta, estoy bien… - se sentía una molestia por causar problemas en su primer día en ese lugar. No quería médicos ni que la mandara a la cama como a una niña.

Voy a decidir yo lo que es necesario o no, señorita Granger.

Pero… Estoy bien. - Era frustrante, él ni siquiera se había parado. Ella no necesitaba un médico, sólo necesitaba paz!

Le repito, por si no comprendió la naturaleza de nuestra unión, si algo es o no necesario solo lo determino yo. - dijo el hombre con voz peligrosa levantándose de la silla. -No le estoy pidiendo su opinión y mucho menos su permiso. Le estoy ordenando que se retire a nuestras habitaciones y se recueste hasta que la vea el medingamo.

Quería replicar, era tan humillante su trato hacia ella. No podía tolerarlo. Pero estaba de pie cerca de ella, no podía encontrar la voz para contestarle. Sintió cómo se le llenaban los ojos de lágrimas y se maldijo mentalmente.

¡Ahora Granger! - El que levantara la voz la hizo reaccionar y salió corriendo hacia la habitación. Luchando con el miedo y la frustración.

La vio salir corriendo asustada y suspiró… no actuaba como una mujer sangre pura, siquiera estaba con una mujer. Era una maldita niña que debería ser tratada como una maldita niña, y aún así debía follarla una vez por semana.

Estaba indignado de que los doctores de la chica esos estúpidos Weasley fueron tan descuidados y no lo hubieran hecho atender antes por un profesional, como mínimo el debió ser informado de la situación. Por Merlín le había mandado suficiente dinero para eso y para lo que fuera que necesitara. En cambio esa mujer había decidido cambiarlo el guardarropas a la chica, sinceramente el lugar acá ya hubiera tenido la cabeza para elegir todas esas cosas.

Agradecida que nos hubiera presentado al ministerio con un andrajosa moggle, pero la salud era una prioridad… era la obligación de sus tutores mantenerla en buen estado hasta que llegara a él.

Mi señor, las pociones que mandó a buscar …- dijo el elfo con reverencia.

Gracias Doris. Voy a ver a la señora, si llega el medingamo sirve de algo de tomar y búscame.

Sí señor.

No estaba preparado para encontrar la desmayada en el piso inmóvil. Por un segundo pensó que estaba muerta aunque luego la vio respirar superficialmente.

Doris! Busca ahora al medingamo!

Corona está chido la criatura desapareció mientras una chica en la cama mientras comenzaba estabilizarla maldiciendo por no haberse dado cuenta antes obligar locutores anteriores a realizar un control médico antes de la boda. Si la chica moría ahora todos pensarían que él la había matado y esto no ayudaría a la orden porque el señor oscuro la deseaba para planes futuros y tampoco se ayudaría a sí mismo.

Severus! Qué pasó?!

La encontré asi…