Sintió las luces encandilarla por debajo de los párpados, al mismo tiempo parecía flotar en una nube donde los sonidos llegaban tenues y apagados. Quería quedarse así aunque lentamente por momentos era más y más consciente de su entorno. Por momentos las voces tomaban alguna clase de significado y las palabras llegaban algún lugar alejado de su cerebro, dos hombres estaban hablando, al parecer muy concentrados, de vez en cuando alguna de las frases estaba destinada a dejar pendiente una discusión que jamás término de llegar.

- realmente estuvo muy cerca severus...

- usted cree que no me doy cuenta de eso? creo que soy realmente idiota, no me culpe de la inoperancia de sus tutores anteriores. siempre le dije que no eran adecuados.

- No seas así severus, ellos realmente la aman. - El joven profesor hizo una mueca y un ruido con la lengua despectivamente demostrando su desaprobación ante el comentario. - de todas formas tienes una larga experiencia en magia oscura, no deja de sorprenderme que no te hayas dado cuenta en ningún momento.

- dada nuestra situación, Albus, no me ha llamado la atención que ella no se viera radiante, sinceramente no me defino como el sueño de su vida, ni ella es el mío. - escupió- no la conozco lo suficiente como para ver las sutiles diferencias en su salud. llevamos casados literalmente 2 días, de los cuales me he ausentado la mayor parte del tiempo para cumplir mi rol como espía. - aunque sus palabras fueron contundentes se lo notaba muy incómodo y sorprendido ante la fuerza de voluntad de la chica qué se mantuvo sin quejarse. También estaba preocupado de que necesitara cuidados que le obligara a relegar sus obligaciones tanto en la guerra como su situación financiera, gran parte de él estaba furioso de que se quedara la chica con una familia que supuestamente le amaba tanto pero no pudieron notar absolutamente nada... ni siquiera el malcriado de Potter... nadie había notado que se estaba muriendo! Se preguntó por un segundo si no sería ella el eslabón invisible del trío, aún siendo el cerebro de cada situación airosa a través de los años.

- Qué pasó? - a penas surgía sonido de su lastimada garganta. Un ataque de tos la arremetió hasta casi desmayarse de nuevo.

- no se mueva señorita granger, está cursando la recuperación de un residual de la maldición que le profirieron en el ministerio en la última de sus excursiones. -si no se hubiera sentido tan mal se habría sonrojado o a lo sumo le habría bajado la mirada, pero simplemente se desplomó nuevamente en la almohada para seguir durmiendo, el agotamiento la había vencido. Ambos hombres siguieron hablando mientras esperaban que ella volviera a despertar y por el momento decidían cómo seguir desde allí.

- pensé que estaba curada. - se disculpó débilmente.

- las artes oscuras no funcionan así Granger, cuándo se le dio el alta para irse de la escuela se la colocó con unos tutores (en su caso los Weasley) para que pudieran supervisar con conocimiento y experiencia, dado que son una familia mágica el avance

de una probable recaída de los síntomas de la maldición de la que fue víctima. Es realmente notorio que no se dieran cuenta ni me informaran sobre sus cambios físicos y emocionales en estos tiempos. Parte de sus responsabilidades ante nuestra unión implicaban arduos chequeos médicos... destine recursos suficientes para que no les implicara perjuicio alguno.

- ellos no tienen la culpa, yo no avisé y aparte con la noticia de esto supongo que asumieron que solo estaba triste... - aún no podía coordinar muy bien sus ideas y se encontró con frases inconexas al comunicarse con el profesor, aunque sorprendentemente no le dijo nada al respecto.

- usted es joven e ignorante con respecto a lo que se encuentra fuera de los límites académicos de la escuela. No tiene conocimiento sobre nuestras costumbres, nuestra cultura ni lo concerniente a nuestra salud ante un ataque de magia negra. Proviene de una familia no mágica, y aunque le guste creer qué leyendo los libros dentro de la escuela a su disposición, tiene toda la información necesaria para desenvolverse fuera de la institución, eso es falso. Si fuera tan simple esta guerra no tendría lugar y la frase sangre sucia carecería de significado. Se la colocó con tutores mágicos específicamente por su seguridad física. Usted es una persona de interés en esta guerra, debió estar vigilada minuciosamente en especial al ser menor de edad. He reportado esto ante el ministerio...

- No! No quería causarles problemas! Fueron muy amables.

- Fueron negligentes, Granger! Estuvimos semanas firmando los papeles de nuestra unión, como mencioné envié el dinero suficiente para que se encarguen de absolutamente todo, incluyendo su salud. No fui informado de que usted corría un riesgo. Si algo le sucedía a dos días del matrimonio todos asumirian que fui yo.

- Querida, lamentablemente Severus tiene razón, te coloque con ellos personalmente y en específico en una familia mágica para que estuvieras completamente a salvo, el hecho de que fuiste maldecida por sortilegio tan potente no nos pasó desapercibido. Les ha pedido que te cuiden y estén al pendiente de cualquier residual... Estoy seguro de que no le hicieron con mala intención, porque ellos te aman, pero Severus como tu esposo y guardian tiene la obligación de reportar esto a las autoridades. Yo mismo hablaré con ellos más tarde y lo podremos solucionar.

No tenía nada para decirle ni a él ni a Snape. Estaba muy decepcionada y angustiada de haber sido ignorada de una manera tan abismal. Por lo que ya habían dicho los dos hombres las señales debieron ser muy claras y todos, o al menos ellos dos habían contemplado la posibilidad de que presentará secuelas al acontecimiento del ministerio. Si se lo ponía a pensar habían seguido muy de cerca a Ron durante el verano, lo cual demostraba que todo ese cariño por ella era bastante superficial.

No fue muy consciente de lo que estaba tomando hasta que sintió un sueño abrasador. El profesor de pociones la había medicado para que pudiera descansar y por primera vez desde el comienzo de ese infierno, se sintió agradecida de dejar de pensar y sumergirse en la apacible oscuridad.

Se despertó con un hambre que no había sentido en semanas y noto qué podía sentarse sin dificultad e incluso pudo relajar sus músculos. La habitación estaba tranquila, al parecer era de tarde o de noche no estaba segura... se sobresalto al ver al hombre con un libro en la mano, sentado a su lado en una silla mirandola apreciativa mente... como si estuviera sopesando si una bomba fuera o no explotar. Era increíble la capacidad de concentración de ese hombre.

- Tienes mejor semblante, eso es bueno, mandaré a traerte algo de comer.

- Disculpe pero porque está usted aquí? - estaba sorprendida de encontrarlo a su lado cuidándola. Noto como suspiraba antes de contestar:

- Usted, Srita Granger, le guste o no es mi esposa. Su bienestar físico es mi responsabilidad y yo tomo todas mis responsabilidades muy en serio.

- Comprendo. De todas formas sé que no desea estar aquí conmigo perdiendo su tiempo, supongo que debo agradecerle entonces las molestias que se ha tomando. - era realmente muy incómodo deberle algo al hombre. Odiarlo y verlo como un monstruo era más fácil que contemplar la idea de su humanidad y la perspectiva de varios lados de su personalidad, quizás no todos malos.

- No. No debe agradecer atención médica, ni la comida o cualquier cosa que necesite Granger. Es verdad que puedo no ser una persona agradable y que no desee estar compartiendo su vida conmigo, Yo tampoco lo hago, pero le repito que es mi responsabilidad y planeó cumplirla hasta que muera a lo mejor de todas mis posibilidades.

Hubiera querido contestarle algo pero tan pronto cómo terminó de hablar él salió por la puerta a buscar algo o simplemente salió quedando sola por varios minutos contemplando el hecho de que quizás en alguna parte de su alma, la de él, no fuera por completo imbécil. Debía haber alguna parte al menos considerada, después de todo había llamado un médico, se había preocupado lo suficiente para denunciar en el ministerio lo que él consideraba una negligencia, una falta grave hacia un menor. Podría decir con seguridad que él no la deseaba muerta al menos.

- Casi mueres... - nuevamente se sobresalto al escucharlo, estaba apoyado sobre el marco de la puerta con ambos brazos cruzados, era tan silencioso como una sombra y perturbadoramente bueno para no llamar la atención. Tenía un porte propio de la aristocracia de las películas muggles de época. No sabía si la estaba regalando o posiblemente exponiendo un hecho, así como tampoco sabía que esperaba él que ella respondiera.

- Lo se... - dijo torpemente- en realidad si hubiera muerto usted sería libre... - dejó flotando la frase y observó con asombro la indignación del hombre mayor.

- Me habría dejado morir Granger? - Desde la puerta la observó con atención pero le dió espacio para contestar.

- No... realmente no. - Aún despreciándolo como lo hacía, no lo habría dejado morir y ambos eran conscientes de eso.

- No soy un buen hombre, pero no tengo interés ni deseo de que usted muera.

-Es difícil adivinarlo en realidad...

- Usted es una niña a la que vi crecer, una adolescente en la actualidad... jamás he mirado mas allá de las asignaciones a ninguna jóven menor de edad o que fuera mi alumna. Ha expresado con bastante claridad su desconsuelo ante esta unión y quisiera recordarle que nuestra situación es similar. Nunca me he sentido atraído por la unión conyugal, Granger... mi situación no es tan distinta a la suya y de haber elegido habría buscado una mujer adulta cuyos intereses y cultura fuesen compatibles conmigo. - Estaba muda de la sorpresa ante la sinceridad del hombre quien al parecer había perdido el interés de atacarla, al menos por el momento - Aún así quisiera que note que su sumisión absoluta es necesaria para la causa, no para mí. Es el Señor Oscuro quien desea verla humillada, no yo. Mi lugar en las filas no puede perderse, lo entiende...

- Si... - Se odiaba por sentir las lágrimas de frustración al contestarle, pero lo que decía era cierto, Snape era muy importante en la guerra.

- Usted está estudiando, Señorita Granger, eso debería ver que no busco su infortunio como objetivo de vida. - Lo miró irónicamente y con desagrado chasqueando la lengua- En mi posición se espera que mi esposa no estudie ni trabaje, es algo que me hace ver mal a mí. En mi círculo la mujer es de la casa...

- Eso es horrible.

- Eso, Señorita Granger, es parte innata de nuestra cultura más antigua. Puede no estar de acuerdo, por eso usted sigue estudiando.

- Usted no perdió nada... - fué a penas audible y sus ojos nunca subieron para mirarlo.

- Perdí lo poco que consideraba íntegro en mí. Estoy obligado por ley mágica a forzarla y mantener encuentros sexuales periódicos de forma permanente ... nunca tuve como ideal de vida unirme por la eternidad hacia alguien que me desprecia y a quien veo llorar cada vez que compartimos espacio.

- No es lo mismo. - aún estaba aterrada, pero la ira la estaba nublando. - No estamos en la misma situación. Usted tiene el control... no tengo oportunidad de elegir cuándo salir o realizar cualquier actividad básica que antes a pesar de ser menor sí podía decidir. Perdí a mis amigos, ellos corren peligro por estar cerca mío... pero realmente no tendría opción alguna, tener amigos hombres es algo que lo haría quedar mal y usted peor aún, odia especialmente a mis amigos. Ya no podré dormir en la torre y disfrutar del tiempo que me queda en la escuela... como dijo son sus aposentos. Mis amigos no están incluidos.

- Profesor usted dice que perdió la humanidad o integridad que le quedaban, pero yo lo perdí todo. Me humilló y firme la certeza de que jamás conoceré ni tendré oportunidad alguna de disfrutar o elegir un encuentro. - En esta parte su voz y sus ojos mostraron la profunda angustia que la atrapaba. Puede golpearme y no ha negado que eventualmente podría hacerlo...! No tengo mi varita mágica y podría, si así lo considerara usted, retenerla para siempre. Nadie diría nada. Usted es un riesgo para mí, es físicamente más grande, mi profesor y uno de los magos más poderosos de la generación y actualmente del país sin olvidar que mis cuentas fueron transferidas a usted y no tengo recursos propios ni siquiera para comprar comida. - finalizó con un nudo en la garganta aterrada de la reacción que podría tener el hombre aunque su mirada era inteligible.

- Señorita Granger, no tengo solución para sus demandas. Ya le expresé mi profundo desprecio a nuestra mutua obligación marital y dentro de los límites que no me dejan al descubierto como espía le dí la posibilidad de estudiar y socializar... Su sumisión es culturalmente esperable en nuestra sociedad y en mi posición prominente como sangre pura y como espía... usted es, a los ojos de todas las personas mágicas una "sangre impura" muy afortunada y debo exigirle que en público así se mantenga... aquí simplemente no haga nada que la ponga en peligro, prometí protegerla y eso haré. Con respecto a mi edad, mi posición, mi género y mi poder no tengo ninguna respuesta. - No esperó que ella se recuperara para replicar y salió velozmente del cuarto para tomar un vaso o dos bien cargados de alcohol.