Descontrol...
Esos últimos días habían sido un completo descontrol. El castillo era un hervidero de chismes y de gente que odiaba a Hermione Snape, quien junto con el apellido había perdido evidentemente cualquier derecho a respeto. La casa Gryffindor era la más afectada en cuanto a resentimiento... solo quedaban sus fieles dos amigos, y aún así era extraño. Ron más amable y demostrativo de lo que había sido nunca, Harry más distante y formal de lo que creía capaz.
Su amiga Ginny la culpó desde el momento uno de su rompimiento con el niño que vivió con quién estaba prácticamente comprometida hasta el día de su propio casamiento con Snape. Harry Potter se había dedicado por completo al estudio de las materias de la escuela y de la etiqueta más antigua sangre pura (practicaban juntos a menudo) se había convertido en un guarda espaldas y como si fuera poco estaba haciendo lo imposible por caerle en gracia a su marido, quien se notaba sorprendido y hasta cierto límite receptivo. Era increíble la importancia que le daba el hombre a la etiqueta y las costumbres más antiguas...
- Hermione creo que debes decirle a Snape que no puedes entrar a la sala común y que estas herida. Tú no estás allí, pero realmente te están poniendo a la misma altura que Voldemort casi ... - No quiso hablar del tema frente a su amigo, pero ambos entendían que casi todo el problema lo estaban armando los Weasley.
- Estoy bien! No quiero que Snape sienta motivos para no dejarme estar en el castillo - dos días antes la joven había sido atacada por un grupo en la torre, liderados por Ginny, lograron un buen par de buenas maldiciones antes que Harry los frenara. Aún así seguía herida y ocultarlo se le estaba volviendo complicado, había logrado que la discreta y leal Luna le curara los cortes de la espalda pero no era curandera y solo pudo asegurarse de prevenir una infección y de que no se abrieran nuevamente las heridas. Si Snape veía eso podría decidir mantenerla aislada o tomar represalias (lo más probable) y realmente no deseaba que la odien aún más.
- Snape va a molestarse... estuve leyendo que...
- Harry lo juro, jamás pensé que iba a decir esto: basta con etiqueta sangre pura, basta con los datos de los libros. No quiero estar en los cuartos suyos más de lo necesario, nunca me lastimó pero le tengo miedo, no ha negado que eventualmente podría hacerlo, si lees con tanta atención esos libros verás que se considera una responsabilidad "corregir" a la esposa y los hijos... reitero, no me ha hecho daño, pero puede y eso me aterra. Si le digo que me han herido y que lo he ocultado va a ser un maldito infierno. Lo tomará personal, se vengará lo sabes, los demás me odiarán hasta que muera, no se detendrán y será peor.
- Voy a hablar con Ginny...
- Ron, sinceramente cuándo tu hermana te ha hecho caso? En especial cuando tú madre cree lo mismo. Me escribió para decirme lo decepcionada que estaba de mi y que no era bienvenida en la Madriguera nunca más. - Las orejas del pelirrojo se tornaron cerca del bordo, evidentemente no sabía cómo lidiar con su familia. Todos los días se disculpaba por el comportamiento de ellos y aún así cada día se sentía más y mas incómoda a su lado. La miraba raro, por momentos había un brillo siniestro cuando estaba con Harry. Su otro amigo también se comportaba muy extraño con Ron, como si estuviera controlandolo a diario... algo en el trío dorado se había roto y no querían admitirlo - prefiero evitar a nuestra casa Ron...Cormac ha estado muy agresivo, no quiero problemas y realmente no quiero a Snape en esto. Es en serio.
- Es mala idea esto - aclaró el niño de cabello negro antes de dejarse caer a descansar - Aún no puedo creer que todo esto esté pasando.
Era cerca del toque de queda cuando emprendió su regreso a los aposentos en las mazmorras, sintió que una mano jalaba su cabello de forma violenta mientras la estrellaban contra una fría pared. Su cabeza golpeó con fuerza por lo que le fue imposible recuperarse o reaccionar velozmente. En un segundo se encontraba aprisionada por un joven corpulento pero que reconoció con horror. Quería gritar aunque se dió cuenta que estaba silenciada y fue allí cuando el pánico la paralizó por completo.
- Yo te amaba... realmente estaba dispuesto a mezclar mi sangre contigo aunque mi familia tuviera sus reservas... después de todo eres inteligente y eso se considera genético Herms mis padres lo habrían aceptado, después de todo no somos los Malfoy... pero hacerle eso a mí hermanita... no lo puedo dejar pasar por alto. - es una cuestión de honor, sabes- Esperaba poderte seducir, habría sido mejor, pero bueno, de todas formas después de esto el murciélago te sacará de la escuela y tu vida se arruinará como arruinaste la de nuestra familia. Por fin saldríamos de la pobreza, dejaríamos de ser la burla de las otras familias sangre pura- La mirada enloquecida de Ron la dejo en estado de shock, todo lo que había dicho era real, Snape los miraba enojado desde el comienzo de clases y había tenido que jugarle que no habria nada entre ellos... que jamás lo humillaría. Estaban en el pasillo principal de las mazmorras, cualquier Slytherin podría verlos en una situación comprometedora; en el mejor de los casos los vería su marido... iba a golpearla lo sabia. Aunque nunca lo habia hecho sabía que una humillación pública en un lugar lleno de mortífagos e hijos de mortífagos era un motivo mas que válido a ojos del hombre para ejercer violencia física sobre ella y después de eso estaría confinada indefinidamente... eso teniendo en cuenta que Ron no haga lo que suponía quería hacer... desconocía el alcance de ello... estaba loco! porque Snape la lastimaría a ella, pero ante sociedad tendría derecho de matar a Ron! Dejar a su familia en la calle y más. Si no lo mataba Snape, lo haría Harry, quién mostraba un profundo y reciente desprecio por esa familia, no pondría un galeón más para sacarlos de los problemas autogestionados
Sintió, incapaz de moverse debido al hechizo, a Ron desabrocharse el cinturón mientras ella yacía como muñeca de trapo contra la pared, su respiración agitada por el miedo, las lagrimas cayendo mientras su mirada se posaba fija en la esquina de un techo, rogando que ningún estudiante pasara y al mismo tiempo que alguien frenara eso. A penas podía respirar entre el llanto y el hechizo debilitante. No entendía porqué su vida se había convertido en algo tan miserable pero realmente deseaba que concluyera. No tenía a nadie... estaba sola en un mundo en el que era ciudadana de 3ra, con apenas más derechos que un elfo doméstico, sin familia de ningún tipo y casada con un hombre que si bien no era lo peor que podría sucederle dadas las circunstancias, distaba mucho de ser su anhelo...
La posición de Ron cambió y pudo sentir para su horror como le desaparecían las bragas, necesitaba hacer algo pero no podía moverse, gritar ni mucho menos defenderse.
- Sería una pena que nos viera alguna serpiente y le vaya con el chisme a tu señor esposo. - Sin que pudiera resistirse vió con horror como se rodeaba el cuello con sus brazos, quien la viera no se daría cuenta de que ella estaba atrapada, parecerían dos jóvenes superados por las hormonas.
El whisky de fuego atravesó cálidamente su garganta llevando una sensación reconfortante a su cuerpo. Sobre el extremo del salón colgaban las dos túnicas de gala para la noche siguiente. Sería un evento importante y si bien confiaba que la chica no hiciera nada estúpido tenía dudas de que pasaría por alto el señor oscuro la presencia de la joven...
Era tarde, el toque de queda se había quedado atrás hacia 10 minutos; cosa extraña, ella le tenia el miedo suficiente para no cometer errores estúpidos cómo esos. Si alguien la veía tan tarde sola o con alguno de los mocosos que le hacían de escolta personal se hablaría... Suspiró profundamente para calmarse, trataba de recordarse a diario que era una adolescente y que era nacida muggle, pero era complejo, su crianza no ayudaba. Cuando pasaron cinco minutos adicionales decidió salir en en su búsqueda, quizás unos comentarios desagradables la harían razonar.
Cuando abrió la puerta el frío penetrante de las mazmorras lo invadió mientras insultaba su desgracia... hacer rondas sin hacerlas.
"...Se que lo estás disfrutando... vamos, eso me gusta! ... "
Perfecto! adolescentes hormonados, lo que necesitaba para finalizar un día largo y tedioso. Giró directamente de frente hacia una escena para la que no estaba preparado, su insolente y jóven esposa estaba a punto de mantener relaciones sexuales con el chico Weasley a plena vista en un pasillo de las mazmorras! a la vuelta de sus propios aposentos. La tensión de las últimas semanas, los traumas de su adolescencia y la escena en sí misma lo llevaron la límite, uno que no sabía que estaba dispuesto a cruzar.
- Expelliarmus! - En un segundo Ronald Weasley volaba hacia el extremo del pasillo. No llegó a darse cuenta que la jóven recien en ese momento realizó algún sonido o movimiento, pero sí la vio llorar y mirarlo con pánico. No se detuvo a observarla, ella sabía lo que haría quizás antes de que él mismo fuera consciente. La golpeó fuerte en el rostro lanzándola al suelo de piedra, sin esperar a que se recuperara la levantó violentamente por el brazo.
- Weasley, no voy a matarte puntualmente porque soy tu profesor, pero considerate expulsado de mis clases. Tu familia puede esperar noticias mías. - El joven palideció no había pensado en el dinero de Snape ni que legalmente podría afectar financieramente a su familia. Un gasto que no se podrían permitir... quería decir algo, pero no supo qué. Hermione lloraba en claro dolor, pero se las ingenió para mirarlo con profundo odio.
- Tú vienes conmigo. - No le dirigió ni una mirada, ni una palabra. Ella tampoco, solo lloraba. El odio lo invadía... cómo se atrevía la mocosa a llorar cuando era él quién había sido humillado. Después de haberle dado la libertad que ninguna mujer tenía en su ámbito... No le importaba Dumbledore, las clases se habían terminado para la chica. Si alguien hubiera visto eso podría haber tenido repercusiones incluso dentro de su lugar como espía. La empujó con fuerza dentro del salón antes de volver a poner y mejorar las protecciones de los aposentos. - Vas a ir a nuestra habitación ahora y me darás tiempo suficiente para calmarme. - Parecía un animal acorralado, que no se atrevía a moverse- YA! - Tiró el vaso de whisky en el fuego provocando una explosión al tiempo que gritaba, esto pareció encender su instinto de auto preservación y salió corriendo donde le había dicho. Cuando escuchó la puerta del cuarto cerrarse suspiró refregandose el rostro... la había golpeado, sí. Pero a partir de allí no estaba seguro de cómo proceder... no se imaginaba castigando de ninguna manera a la joven; al mismo tiempo si El Señor Oscuro veía ese recuerdo en la chica y el no había hecho nada su posición se vería en peligro, habría sospechas.
Quizás no debió tirar el vaso de whisky.
Ahora que se ponía a pensar, la chica no había gritado o se había siquiera movido hasta que él atacó al chico y sabía que ella lo había visto antes de atacar al jóven... por otro lado ella era adolescente pero no era idiota, era extraño que hiciera esa escena a plena vista y en ese lugar.
Por otro lado la escena era demasiado intensa oara alguien que era virgen hasta el día de su matrimonio incluso viviendo con el mismo joven con el que lo estaba engañando recientemente.
Abrió violentamente la puerta provocando que la joven se arrinconara aún más en la cabecera de la cama sujetándose las piernas mientras temblaba. Había dejado marca en el rostro de la chica, debería quizás sentirse mal por ello pero habría mentido al decir que sí lo sentía. A decir verdad dada la situación se podría considerar extremadamente medida su reacción aunque dudaba que ella comprendiera eso.
- Vas a decirme ahora exactamente lo que pasó. Bebe esto. - Le tendió un vial con un líquido transparente, veritaserum ; cuando ella lo vió palideció por completo, de por sí eso era un buen indicador de lo que había hecho. - Sabes la dosis. Bebe ahora. - Su voz no daba pie a discusión, iba a obligarla si era necesario. Tomó el vial y temblando vertió 3 gotas en su lengua; automáticamente se sintió flotar en una nube placentera similar al imperius.
- Cuántas veces a parte de esta cometiste adulterio Hermione. - Su voz era imnótica, tranquilizadora. Deseaba contestar...
- Nunca.
- Esta fue entonces la primera vez que haces algo con cualquier persona desde nuestra vinculación?
- Si. - Algo no le cuadraba, lo que vió fue demasiado intenso para la niña virgen con quien se había casado. Dado que podía asegurar que anteriormente no había ocurrido.
- Fue voluntario de tu parte, Granger? -
- No... - Los puños se cerraron involuntariamente. La ira estaba llegando a niveles que no sentía desde que era un Mortífago de convicción. Iba a matar al mocoso... empezaba a realizar las conexiones. El lugar, la hora...
- Por qué lo hizo? - Pareció intentar luchar con la poción pero la había ejecutado él mismo, jamás lograría hacerlo. - Por qué lo hizo, Granger?
- Me dijo que quería que se entere así me sacaba de la escuela y mi vida se arruinaría como yo arruine la de ellos. - Se quedó lívido, había sido manipulado con éxito por un Weasley. Había castigado y drogado a su esposa quien casi había sido violada. No solo había fallado cumpliendo su rol como protector y cabeza de familia sino que estaba sometiendo a la jóven a una droga ilegal. - Ron sabía que me lastimaría y que me confinaría lejos de todo.
- Por qué asume que arruinaste la vida de su familia?
- Harry terminó con Ginny cuando pasó lo de la maldición. Dijo que ella solo lo quería por el dinero y la fama... pagó la multa por reciprocidad de todas las veces que fue recibido y cuidado en la Madriguera pero no va a regresar.
- Venganza entonces... Hay algo que me hayas estado ocultando?
- Si. - La observó atentamente sorprendido, no creería que se atreviera en realidad a ocultarle algo. - Qué me ocultas Granger?
- Fui atacada en la torre... estoy herida. - Gruñó, era estúpida la mocosa. Sacó el vial con el antidoto y se lo hizo beber, luego de unos segundos volvió su expresión de pánico.
- Quiero que me muestres tus heridas y me digas específicamente quién y qué te hicieron. Pensé que estaba implícito, pero tienes prohibido ocultarme información.
Hermione Granger estaba agotada cuando terminó de explicarle todo a Snape, también le aclaró que Harry le había dicho varias veces que debería decirle sobre la situación.
Mientras esto ocurría había tenido que quitarse la ropa para mostrarle las heridas, lo hizo llorando y por supuesto pareció no importarle a su esposo, curó esas heridas y las que él mismo había ocasionado en su rostro.
- No voy a pedirte disculpas porque en la situación que te encontré esa es la reacción mínima que puedes esperar de mí si se te ocurre alguna vez hacer algo tan estúpido. Debería castigarte por mentirme sobre tu salud, pensé que luego de tu primer semana aquí había quedado más que clara la importancia de tener seguimiento y atención médica ... mañana no irás a clase hasta que te recuperes y pueda garantizar una seguridad mínima... yo ahora voy a ir con el director, van a expulsar al chico o mañana tendrá un blanco de los mortifagos en su cabeza. Acuéstate a dormir, mañana será un día largo. - Sin decir más salió dejándola sola en la fria habitación, sin ningún dolor físico pero con el alma rota. Su esposo la había golpeado y seguiría haciéndolo... cómo decía su mamá si hay una primera siempre habrá una segunda y eso jamás cambiará. Claro que su madre hacía alusión a huir de alguien violento a la primera, lo cual no era su caso.
Mientras la calma iba invadiendo de a poco su mente (seguramente Snape había deslizado un calmante junto a los analgésicos) razonó que todo podría haber ido mucho peor... Snape podría no haberla salido a buscar y Ron habría terminado lo que empezó; podría haberla visto algún alumno Mortífago, lo que habría realmente obligado a Snape a reaccionar peor y probablemente el chisme hubiera sido más jugoso que la realidad... había tenido la mejor suerte posible. Con ese último pensamiento se durmió.
Estaba sorprendida, lo primero que vió Hermione Granger al despertar fue una copia del profeta con la foto de Ronald Weasley siendo escoltado por aurors fuera del castillo, iba esposado. Detrás iba su madre llorando y su padre con una mirada decepcionada hacia su hijo. En un extremo lejos, sin ni siquiera los rasgos claros estaba inconfundible Severus Snape, supervisando la operación. Dejó el profeta para ver una carta de Harry... aparentemente iba a prestar apoyo mediático si era necesario a Snape para que encerraran a Ron... Era todo una maldita locura, Harry y Snape tolerandose...
- El chico está fuera de la escuela, pero debo recomendarte que no circules sola... hay muchos idiotas Gryffindor planeando cosas estúpidas. Draco Malfoy no es una garantía absoluta, pero debo pedirte que si notas algo extraño y él está cerca le avises. Encontrará la manera de ponerte a salvo... - El corazón se le disparó al verlo, la noche anterior no había ayudado a que le tomara confianza...
- Harry... harry va a hacer una tontería. Está muy molesto ..
- Ya hablé con el Señor Potter. Descansa, saldremos a las cinco. - Voldemort, hoy pasaría la gran prueba. Debía concentrarse.
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