Preparatoria Kurama

Dentro del salón escolar para la materia de Inglés, un hombre alto, apuesto y pelirrojo acomoda sus pertenencias dentro de un mueble mientras una sonrisa siniestra se muestra aterradoramente en su rostro…

Pov Kirinmaru

Mi nombre es Osamu Kirinmaru y tengo treinta y cuatro años de edad, mi infancia fue de lo más normal a lado de mis padres… Osamu Ayame y el que creí que era mi padre, Osamu Koga…

Mi madre se casó joven con mi padre, los dos eran de muy bajos recursos por lo que Koga trabajaba todo el día como conductor de tráiler, y mi madre consiguió un trabajo como sirvienta en una gran mansión de una familia adinerada… desgraciadamente en la horrible familia Ozaki… a la que destruiré…

En aquel entonces, Ozaki Onigumo y su esposa Ozaki Tsubaki vivían solos ya que sus hijos eran adultos y cada uno fue por su lado, por desgracia mi madre era una de las pocas sirvientas jóvenes que había en ese hogar y el maldito de Onigumo se fijó en ella…

Mi madre me dijo, que una noche, la señora Ozaki Tsubaki falleció de un infarto dejando viudo y solo a ese maldito hombre, quien se aprovechó de ello y al día siguiente del fallecimiento de su esposa, el muy cerdo hijo de todas las desgracias… abusó de mi madre… quien pegaba de gritos de ayuda pero nadie la escuchó ya que el muy hijo de puta mando que todos se retiraran de la mansión menos ella… mi madre… quien fue víctima de ese ser miserable que no supo que era guardar luto por la que fue su esposa…

Mi madre pidió su renuncia y al poco tiempo se enteró de su embarazo… yo estaba en camino… siendo fruto de algo terrible e hijo de un ser tan horrible y tan hijo de puta como lo fue Ozaki Onigumo… padre de los grandes empresarios Ozaki Naraku y Ozaki Zero… así es, soy el medio hermano de esas dos personas ya mencionadas y el hijo bastardo de ese cerdo…

Y no me quedaré de brazos cruzados hasta terminar con esas escorias, se que Ozaki Onigumo murió hace mucho tiempo, pero el error que el cometió, ese gran crimen que le hizo a mi madre… lo pagará toda su descendencia, acabaré con cada uno de ellos sin importar las consecuencias, y primero acabaré con el hijo mayor, así es, me refiero a Ozaki Naraku, acabaré con el, con sus dos hijas y desde luego, con su único nieto, quien se que es su adoración y estudia en esta escuela. Es por ello que vine a este lugar, haré una amistad con Taisho Sesshomaru para estar cerca de esa familia y destruirla lentamente, cuando ese día llegue… lo disfrutaré como nunca y mi madre tendrá justicia…

He investigado a esa familia y me he enterado solamente de lo básico, pero hasta eso será de vital importancia, en un inicio estudie la lengua inglesa para poder entrar directamente a una de las sucursales de la empresa Ozaki, por desgracia los puestos de traductores ya estaban ocupados y el único e ideal que había le fue dado a otra persona. Por suerte no todo se perdió, pues con este trabajo de profesor no solo tendré de cerca al hijo de una Ozaki, si no que también tendré a un objetivo para llegar a ellos, y es Taisho Sesshomaru, quien también sufrirá de las consecuencias si se mete en donde no debe…

Fin del Pov.

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Sesshomaru estaba completamente atónito… sentía que su cuerpo no quería reaccionar por alguna extraña razón. Ver a esas dos jóvenes… le traía viejos recuerdos…

Moroha se dio cuenta que Towa junto con su melliza estaban frente a su tío Sesshomaru, así que se acercó a ellas para poder saludar y de paso saber dónde queda su salón de clases.

—¡Tío Sesshomaru, que gusto que lo encontramos!— pero Sesshomaru aún seguía viendo fijamente a esas dos niñas.

Towa y Setsuna se sentían raras e incomodas ante la mirada seria de aquel profesor, extrañamente también se sentían familiarizadas con ese ser. Towa pensó en que su hermana menor se parecía demasiado a ese profesor, pero desechó esa idea loca en su cabeza, una sensación muy linda la invadía, una muy extraña… era como abrazar a un ser querido como su madre, sentía la necesidad de abrazar a ese hombre albino con orbes tan parecidos a los de ella y a los de su hermana…

Setsuna no se queda atrás también, una sensación indescriptible pero no desagradable se formó en ella e incluso… muy en el fondo de su corazón… comenzó a sentir un extraño sentimiento hacia ese hombre… un sentimiento de hermandad y familiaridad… como cuando su madre la abraza o le regala un tierno beso.

—Eh… Tío Sesshomaru ¿Me escuchó?— interrumpió Moroha al ver que había una rara tención. Al final de cuentas, el albino miró a su sobrina un tanto aturdido.

—El salón en donde se encuentra el grupo 2-H está en la planta de arriba a la izquierda…— contestó distraído.

—¡Gracias tío Sesshomaru!— vociferó la azabache regalándole una reverencia al mayor. De igual forma Towa y Setsuna lo hicieron.

—Gracias… Sensei…— dijo Towa y Sesshomaru solo asintió.

—No es nada… ya vayan a clases…— respondió desviando la mirada. Setsuna solamente le regaló otra reverencia.

El trio de chicas se apresuró a llegar al que sería su salón de clases, nerviosa, Moroha tocó la puerta del aula esperando una respuesta. A los pocos segundos una profesora muy atractiva las atendió, regalándoles una mirada severa y cruzada de brazos. Las tres chicas solo se reverenciaron pidiendo disculpas por llegar tarde.

—¡No lo volveremos hacer, somos nuevas!— vociferó Towa muy apenada. La profesora solo negó con la cabeza.

—Muy bien, solo por esta vez se los pasaré, es el segundo año que atiendo este grupo y el director dijo que hay alumnos nuevos en este año— la mujer se hizo a un lado para que las chicas pudiesen pasar —Adelante, tienen suerte que aún no he dicho nada importante.

Las tres jóvenes asintieron con la cabeza y entraron a su salón de clases, sintiéndose raras al ser nuevas y conocer quienes serían sus compañeros de clases. La profesora muy amablemente las presentó antes los alumnos, varios murmuraban lo hermosas que eran las mellizas, y desde luego Moroha, quien admiraban por ser una Taisho y una genio a su corta edad.

Las primeras clases continuaron con mucha calma, las mellizas aún seguían pensando en ese extraño profesor de la mañana, ese raro sentimiento aún permanecían en sus corazones, ese sentimiento de hermandad y familiaridad no las dejaba concentrarse del todo en sus primeras clases, todo era totalmente extraño, y aún más al saber que ese hombre era el tío de su nueva amiga Moroha…

Por otra parte, en el salón de matemáticas, Sesshomaru atiende a sus alumnos de primer año, explicándoles los temas que verán en un futuro junto con los criterios de evaluación, al terminar, hizo que los jóvenes de nuevo ingreso copiarán lo que había anotado en el pisaron, mientras eso sucedía, Sesshomaru tomo asiento y se recargó en la mesa mientras se tocaba el tabique de la nariz…

—"(Esas niñas… se parecen tanto a…)"— negó con la cabeza, desde la mañana al ver a esas dos jóvenes no ha podido concentrase como debe, pues sus rostros y esa extraña sensación de familiaridad nunca lo ha sentido hacia alguien desconocido… ni mucho menos con su propio hijo Hakudoshi. —"(Al parecer son amigas de Moroha o compañeras por lo que entendí. Eso quiere decir que van en el mismo salón, y casualmente le daré clases a ese grupo… es extraño pero… me siento feliz… está extraña familiaridad que tengo hacia ellas no es normal)" —pensó con un sentimiento indescriptible. —"(También ese tal Osamu Kirinmaru… hay algo en ese profesor que no me gusta… espero que no se un dolor de cabeza)".

—¡Taisho-Sensei ya acabamos!.

—¡¿Taisho-Sensei?!.

Los alumnos continuaban hablándole al albino quien aún seguía sumergido en sus pensamientos, cuando se percató, se puso inmediatamente de pie y continuo su clase, muy distraído que las otras veces…

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Las primeras clases acabaron con rapidez y ya era receso, el momento tan esperado de todos los alumnos para almorzar o hacer alguna actividad deseada. Moroha junto con las mellizas salieron al patio de la escuela para sentarse bajo un árbol y disfrutar de sus alimentos con mucha felicidad.

—¡Buen provecho señoritas!— exclamó Moroha muy emocionada.

—¡Buen provecho!— contestaron las mellizas al mismo tiempo. La azabache quedó impresionada al ver lo hermoso que estaba decorado el obento de sus amigas.

—¡Qué bonito y delicioso se ve!— alagó muy impresionada. Las mellizas sonrieron.

—Mamá lo hizo— respondió Setsuna.

—¡Que lindo, igual la mía hizo mi obento!.

—Sorprendente, creí que al venir de una familia adinerada pues…— Towa se rascó la cabeza un poco nerviosa —Ya sabes… alguien más te lo haría— Moroha río ante las creencias de su amiga.

—Como crees, mi familia es muy humilde, no nos gusta tratar así a la gente. Y cuando mamá no puede, papá lo hace y cuando el no puede yo lo hago.— confesó.

—¡Es genial que hagan eso!— dijo Towa. Setsuna ignoraba todo y seguía disfrutando de su comida, aunque admitía estar a gusto, pues ese tipo de pláticas nunca fallan en la mesa cuando está con su hermana y su parlanchina madre —Cuando mamá no puede, Setsuna y yo nos turnamos para prepararlo, es genial el trabajo en equipo.

—Si, tienes razón Towa.

Las jóvenes seguían platicando de cualquier cosa mientras disfrutaban de su rico almuerzo, desafortunadamente, una visita inesperada arruinó aquella convivencia armoniosa en donde las jóvenes seguían conociéndose y tratándose con confianza sin saber porque. Hakudoshi, quien llegó con sus típicos y rebeldes amigos, apareció ante las chicas con un porte de supremacía.

—Baya enana, así que pudiste entrar en mi escuela— exclamó Hakudoshi con un tono sarcástico e irritante. Sus amigos que más bien parecían delincuentes, solo se reían ante los comentarios que hacía su líder.

—Hmph…— expresó Moroha molesta —Chicas— llamó dirigiendo su mirada con las mellizas —Vámonos, aquí apesta a malandro, debe ser porque este tonto…— señaló con su dedo pulgar a Hakudoshi —Y sus amigos que no se bañan en un mes están aquí.

—¡Ja! Tan payasa como siempre enana— respondió el albino con una sonrisa burlona, mientras que sus amigos solo miraban a la azabache con enfado ante su comentario —A parte de grosera mal educada, ¿Que se puede esperar de la hija de una pobretona cómo tú madre Moroha?— ante ese comentario de mal gusto, la azabache se acercó más a su irritante primo con intenciones de golpearlo, pero Towa la abrazó desde atrás impidiéndolo.

—¡Estúpido cara de perro, el único aquí que no tiene educación y es un vago eres tú Hakudoshi!— escupió con repulsión sus palabras —¡A veces pienso que ni siquiera eres hijo de tío Sesshomaru, pero cuando recuerdo quién es tu madre todo tiene sentido cara de marrano!!.

—¡Basta Moroha!— vociferó Towa, conteniendo las ganas que tenía de golpear a ese chico.

Hakudoshi solo reía ante las palabras que decía su prima, le encantaba hacerla enfadar. Setsuna quien miraba expectante todo ese espectáculo, se acercó lentamente hacia el albino y cuando estuvo cerca, el le regaló una mirada llena de seducción al tener a semejante chica tan atractiva.

—Hola linda, soy Taisho Hakudoshi, mucho gusto— jamás en su vida se había sentido tan atraído por una chica, era la primera vez que Hakudoshi se sentía tan tonto al estar frente a una.

—No pregunté tu nombre— y sin más rodeos, Setsuna le brindo una bofetada que a todos dejó impresionados —Eres un mal educado, si en estos momentos no te vas, iré ahora mismo a la dirección.— Hakudoshi miraba con rabia a Setsuna, admitía que esa chica era impresionante, nunca nadie se había atrevido a eso, pero ella…

—Niña estúpida, me las pagarán las tres…— dijo el albino para comenzar a retirarse lentamente junto con sus amigos, pues si iba a dirección su sentencia ya estaba firmada.

—Hmph… que niño tan más irritante…— expresó Setsuna de mala gana.

—¡Así es, tío Sesshomaru ya le debió dar un alto y mandarlo a la escuela militar para que se aplique porque ni consuelo de su madre tiene!.

—¿Entonces ese chico fastidioso es hijo de…?.

—Si Towa— interrumpió la azabache —El profesor de hoy en la mañana es mi tío Sesshomaru y ese tonto es su hijo. No se parecen en nada…

—Ya entiendo…— respondió Towa.

Las tres jóvenes volvieron a sus lugares y tomaron sus obentos para seguir desayunando, aunque un poco disgustadas por el visitante inesperado e irritante de Hakudoshi. A final de cuentas el almuerzo fue muy ameno, faltaba poco para comenzar la siguiente clase, la clase de matemáticas…

Las jóvenes tomaron sus cosas para guardarlas y entre risas comenzaron a caminar hacia el que sería su salón, está vez ya no explorarían la escuela como en la mañana, pues eso les quitaría tiempo y llegarían tarde nuevamente. Al momento de llegar al salón, solamente había dos alumnos, uno de ellos aún almorzaba y el otro jugaba en su teléfono celular, cuando vieron a las tres jóvenes entrar al salón, de inmediato se sonrojaron, eran muy bonitas…

Towa se sentó en la banca que estaba a lado de la ventana, Setsuna a un lado de ella y Moroha del mismo lado que Towa pero en frente de ella debido a su baja estatura.

—¿Quién será nuestro profesor de matemáticas?— era una pregunta que rondaba la cabeza de Setsuna, no conocía a los profesores de ahí, pero la curiosidad nunca falta.

—Ah…— exhaló Moroha —Es mi tío…— Towa se sorprendió.

—¿El padre de Hakudoshi, el dueño de la empresa "AutosTaisho"?.

—Si, el mismo Towa…— Moroha no estaba muy animada, era extraño que un familiar te diera clases…

—Que nervios…— susurró la albina, ni siquiera era nervios lo que sentía… era algo indescriptible… —Falta poco para que inicie la clase. Iré al baño primero— anuncio a su hermana y está asintió.

—Está bien, si inicia y aún no vienes yo le avisaré al Sensei…

—Gracias Setsuna.

La albina salió corriendo del salón en busca de algún baño cerca, pues no quería tardar mucho, mientras buscaba distraída y caminando hacia atrás, accidentalmente chocó con alguien, debido al fuerte impacto, Towa perdió el equilibrio y estaba por caer, cuando un fuerte y fornido brazo varonil la sostuvo de la cintura impidiendo su caída.

—¿Se encuentra bien señorita?...— preguntó aquella voz varonil y sensual…

Towa mantenía los ojos cerrados y los fue abriendo lentamente, al hacerlo, visualizó unos hermosos orbes verdes y seductores que la miraban con intensidad. Por primera vez, la albina experimentaba una extraña sensación, algo que nunca en su corta vida le pasó, hasta ahora…

—Eh… yo…— no sabía ni que decir. De inmediato recupero la postura y se alejó sin ser brusca del profesor, el fuerte rubor en sus mejillas eran notorias.

El pelirrojo sonrió al darse cuenta que otra alumna hacia eso, no se molestaba, simplemente le parecía gracioso el hecho de que las alumnas a su corta edad se sintieran atraídas por un hombre maduro como el, era extraño y chistoso. Obviamente el no se siente atraído por mujeres jóvenes y ni mucho menos por estudiantes, así que no habría problema alguno.

—¡Disculpe!— Towa en seguida dio una reverencia, realmente se sentía tan apenada y tonta —¡No volverá a pasar!— Kirinmaru sonrió.

—No se preocupe señorita— el pelirrojo la tomó de los hombros haciendo que se enderezara. Towa lo miró con sus grandes orbes dorados —También fue mi culpa, iba distraído y no me percate que venía, hmph…— sonrió de lado —Quizá los dos tenemos la culpa….

—Si…— contestó muy distraída y perdida en esa mirada penetrante…

Extrañamente, Kirinmaru no despegaba su verdosa vista con los hermosos orbes dorados de Towa, no sabía porque, pero comenzaba a sentir una rara atracción por esa hermosa niña que está frente suyo. Detallándola mejor, pudo darse cuenta lo hermosa que es, si su cabello fuese más largo, lo sería aún más. Ambos seguían perdidos entre sus miradas, Towa por instinto reaccionó y movió su cabeza de un lado a otro, negando que no puede sentirse así por un profesor.

—¡Eh… lo siento!— dio otra reverencia, esta vez para despedirse —¡Tengo que irme!— y sin esperar la respuesta del profesor, Towa se marchó a toda prisa y con el corazón palpitando más de lo normal.

Kirinmaru solo miró con el seño fruncido a aquella joven albina, admitía que era hermosa y sus ojos eran tan llamativos, tenía una chispa alegre y energética… sin duda debía saber el nombre de aquella muchacha…

—¡No!— dijo Kirinmaru negando con la cabeza —No seas idiota Kirin, estás en esta escuela para poder realizar tu venganza, no para romantizar estupideces— habló para si mismo. Debía mantenerse con la mente fría y calculadora.

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Después de correr lejos de aquel misterioso profesor, Towa se detuvo en uno de los pasillos del edificio escolar, las ganas de ir al baño se le había ido desde hace un rato, su corazón palpitaba más rápido de lo usual, era como si hubiese corrido un maratón pero… ese sentimiento… nunca antes lo había experimentado hacia un hombre o algún muchacho de su edad…

—Que linda mirada...— confesó para si misma, la imagen del pelirrojo se hizo presente en su mente, el le estaba sonriendo y mirando con esos penetrantes orbes verdes. —Ah…— exhaló frustrada —Ni lo pienses Towa… el es un profesor… mamá… dijo que no es correcto— recordar las palabras de su madre hacia que Towa se sintiera tan mal, pues constantemente se los recordaba, era extraño pero parecía un trauma…

Flashback…

—¡Towa! ¡Setsuna!— llamó la castaña con severidad, y sus hijas la miraron atentamente —¡No es correcto meterse en problemas, a menos que las provoquen o se metan con ustedes, deben de defenderse! ¡Y lo más importante!— suspiró —¡No dejarse seducir por algún profesor, hay algunos profesores que no pierden el tiempo en jugar con los sentimientos de las alumnas, y más si son ingenuas. No es correcto tener una relación con un profesor, siempre hay que tener una distancia con ellos y ser cuidadosas! ¡¿Entendieron?!.

Fin del Flashback

Towa no entendía el por qué su madre siempre le advertía a su hermana y a ella sobre las feas intenciones de algunos docentes, a escuchado casos en donde alumnos y profesores tienen un romance, claro que es mal visto pero muchas veces es porque si hay amor y no simplemente un juego. De todas formas siempre tomara en cuenta los consejos de su madre, admite que ese extraño profesor le llamó la atención, cosa que nunca le ha sucedido con ningún muchacho, no obstante será cuidadosa y simplemente lo tratara con el debido respeto que se merece…

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Después de arreglar algunos asuntos con el sub director de la escuela, Sesshomaru camina tranquilamente con dirección a su salón de clases, cómo es de esperar, varias jovencitas de distintos grupos que pasan por ahí, miran sonrojadas al apuesto profesor Taisho, todos en esa institución le tienen mucho respeto y algunos miedo, pues Sesshomaru es alguien duro de carácter y cruel en sus enseñanzas, son raros los alumnos que reprueban con el.

Finalmente el albino llega a su aula escolar que le fue asignada para enseñar la difícil pero detestable materia de matemáticas. Al ingresar al salón con la típica mirada fría, todos los alumnos de segundo año que se encontraban platicando se fueron corriendo a sus asientos y tragando con dificultad al ver aquel majestuoso hombre.

—Buenas tardes— saludó secamente mientras se aproximaba a su escritorio, buscando en su gaveta un gis blanco.

Mientras buscaba el diminuto objeto, por casualidad, su mirada se alzó y pudo visualizar a su sobrina y a un lado de ella estaba esa joven castaña de la mañana. Sus ojos se abrieron con sorpresa, y al encontrar el gis para escribir, inmediatamente buscó su horario, dándose cuenta que le tocaba a tender el grupo H.

—"(Está esa joven… ¿Y la otra?)"— disimuladamente buscaba con la mirada, y al no encontrarla simplemente lo ignoró. —Muy bien— habló llamando la atención de todo el grupo —¡Es el segundo año que atiendo este grupo, así que no habrá necesidad de explicar las reglas que tengo ya que son las mismas. Se que hay alumnos nuevos pero ustedes pueden hacerles conocer las normas. Lo único que les daré, serán los criterios de evaluación!— tomó el gis blanco y comenzó a anotar en la pizarra. Al terminar nuevamente miró a sus alumnos —¡Copien todo lo que dice ahí, es de vital importancia, si tienen alguna duda háganmelo saber!.

—¡Si Taisho-Sensei!— contestaron todos al mismo tiempo.

Sesshomaru se fue a sentar a su lugar para luego sacar una lista en donde estaban los nombres de sus alumnos. Por otra parte, todos los jóvenes seguían muy callados y escribiendo todo lo que estaba anotado en la pizarra.

—¡Nara Ikki!.

—¡Presente Taisho-Sensei!.

—Miyamoto Sara.

—¡Presente Taisho-Sensei!

—Taisho Moroha.

—¡Presente!— respondió con un poco de pena. Sesshomaru miró de reojo a su sobrina y solo negó con la cabeza. Después de pasar con tantos nombres, al fin pudo llegar al de ellas…

—Yamanaka Towa…— pero nadie respondía —¡Yamanaka Towa!.

—¡¡Presente!!— respondió al fin la fémina quien estaba parada en la entrada de la puerta. Sesshomaru frunció el ceño con incredulidad.

—"(Yamanaka… ese apellido es como el de ella)"— pensó —¡Señorita Yamanaka ¿Por qué viene hasta ahora?!.— preguntó con seriedad. Towa solo se reverenció.

—¡Disculpe, es que fui al baño!— fue lo único que dijo para luego enderezarse y mirar aquel frío profesor con un poco de miedo.

—Entiendo. Pasa, espero que esto no se vuelva a repetir…

—¡Si!— sin más, la albina ingreso dentro del aula y fue directo a su lugar. Sesshomaru decidió ignorar y siguió con lo suyo.

—Yamanaka Setsuna…

—Presente— contestó con su característica seriedad. Sesshomaru miró a esas dos niñas, se sentía tan familiarizado…

Al terminar de pasar lista, el albino continuó con su clase, explicando y dando a conocer sobre la materia y los temas que se manejarán durante todo el siclo escolar. Todos estaban muy atentos a la clase, pues dejar ir algo importante que dice Taisho-Sensei era como la misma muerte…

Al terminar todas las clases, Sesshomaru ya estaba a fuera del edificio escolar y abriendo la puerta de su auto para poder ir a su hogar, en todo el día su mente se mantuvo distraída y ocupada por pensar tanto en esas dos jóvenes, juraba que había algo en ellas… pero no sabía que…

—Papá…— Sesshomaru miró al frente topándose con la mirada lila y seria de su hijo.

—¿Qué sucede Hakudoshi?— preguntó.

—Ya no pienso seguir yéndome contigo en ese auto… ¿Por qué no mejor llamas un chófer personal para mí?, Es ridículo que me vean contigo en ese carro…— Sesshomaru rodó los ojos, la tonta y soberbia actitud de su hijo le cansaba.

—Muy bien— abrió la puerta de si auto y entro en el mientras bajaba la ventana —Respetare tu decisión, entiendo que te avergüenzas, así que puedes irte caminando Hakudoshi. Podrás hacer un poco de ejercicio y si te cansas puedes irte llamar un taxi o irte en un bus.— sin más, Sesshomaru arrancó su auto dejando a Hakudoshi lleno de rabia.

—¡Maldito anciano!— gritó el joven albino, sabiendo que su padre no lo escucharía —Tu y esa mujer son un asco… ahora entiendo porque nunca les he importado… solo soy producto de tu error Sesshomaru…

Mientras Hakudoshi seguía maldiciendo a su familia y su suerte, un hombre que se escondía en las sombras pudo escuchar perfectamente toda la conversación de padre he hijo, y también oyendo las palabras y groserías del joven albino. Sonrió malévolamente y se acercó hasta el para tomarle del hombro.

—¿Eh?— preguntó incrédulo Hakudoshi al sentir esa mano grande en su hombro izquierdo.

—Tranquilo Muchacho… ¿Te gustaría hablar un rato?.

—¡Hmph… no tengo nada de que hablar con usted!...— expresó con brusquedad el joven alejándose de ese hombre, quien sonrió de lado y sacó una bolsa pequeña con un contenido misterioso y blanco.

—¿Ha no?— preguntó mientras le enseñaba esa bolsa llena de polvos blancos…

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Casa de la familia Yamanaka.

Dentro que aquel acogedor hogar, una mujer hermosa y castaña tararea una linda canción mientras cocina con mucho amor, esperando con ansias el regreso de sus hijas de su primer día de clases.

—¡¡A Towa y Setsuna les encanta esta comida, estarán muy felices!!— expresaba Rin muy feliz. Amaba tanto consentir a sus hijas.

Muestras la castaña seguía cocinando con mucho entusiasmo, las puertas de su hogar se abrieron dando paso a dos jóvenes hermosas, se trataban de las mellizas, quienes al ver a su madre corrieron hacia ella y la abrazaron desde atrás repletándola de besos.

—¡Ya estamos en casa mami!— vociferó la castaña menor mientras abrazaba con mucho amor a su madre.

—¡Nos fue de maravilla y conocimos a una nueva amiga!— dijo Towa mientras recargaba su cabeza en el hombro de si madre.

Rin se dio la vuelta y les regaló un tierno y maternal beso a sus hijas, quienes gustosas lo recibieron y se sonrojaron, pues su madre era tan linda y les llenaba de ternura. Rin se sentía muy afortunada de tener a dos lindas hijas como ellas, tan responsables y cariñosas.

—¡Me alegro mucho que en su primer día les haya ido tan bien!— vocifero —Vayan a cambiarse, la cena ya está lista, les hice lo que más les gusta.

—¡¡Si!!— contestaron ambas al mismo tiempo.

Towa y Setsuna subieron a sus nuevas habitaciones y comenzaron a cambiarse de ropa, mientras que Rin las esperaba con una sonrisa y preparaba la mesa, al terminar, se recargó en la barra de la cocina, mirando todos los rincones en el que nuevamente vuelve a ser su hogar.

Pov Rin.

Es tan nostálgico ver está casa después de tantas cosas… mis abuelos vivieron aquí desde que se casaron y yo venía de visita con mis padre y cuando ellos murieron… mi abuela Kaede me trajo aquí a vivir con ella… pase toda mi infancia y adolescencia llena de recuerdos en este hermoso lugar… abuelita, te juro que lo cuidare con mucho cariño y esfuerzo… está casa es una reliquia llena de recuerdos… ahora me toca a mí vivir aquí junto con mis hijas…

Fin del Pov.

El teléfono celular de Rin comenzó a sonar sacándola de sus pensamientos, inmediatamente reviso para ver de quién se trataba, era un número desconocido, frunció el ceño y atendió la llamada para saber de quién se trataba, quizá algún desconocido que se habrá equivocado…

—¿Diga?— preguntó esperando una respuesta, pero solo se escuchó una risa coqueta.

—Perdona si te espanté hermosa, soy Bankotsu— Rin sonrió al escuchar esa voz tan coqueta y familiar.

—¡¡Ban, que gusto!!— respondió muy emocionada —¿Cambiaste de número?.

—Así es, ya era necesario hacerlo, ¿Cómo va todo por allá hermosa?, ¿Algunas dificultades?.

—Claro que no, todo marcha de maravilla, mis hijas acaban de regresar de la escuela, les fue muy bien en su primer día.

—Me alegra mucho escuchar eso, aunque…— por unos segundos Bankotsu quedó pensativo, no sabía si hacer esa pregunta o no…

—¿Qué sucede?— Rin se asustó de inmediato, el silencio de su amigo le llenaba de terror —¿Las cosas van bien por allá?, ¿Acaso le pasó algo a la boutique?.

—¡¡No, claro que no!!— respondió enseguida, no le gustaba alarmar a su amiga —Las cosas marchan muy bien aquí, pero Rin… el… ¿No lo haz encontrado, verdad?— el peor miedo de Bankotsu era eso… saber que su amada castaña algún día se enfrentaría al padre de sus hijas, y es por ello que estaba muy en contra que Rin viviera en Tokio.

—No… claro que no…— Rin sabía que su amigo era muy sobreprotector con ella, agradecía mucho tener alguien así pero… a la vez se sentía mal, pues ella nunca ha podido aceptar los sentimientos de el…

—Entiendo… Rin— volvió a llamarla —¿No crees que deberíamos hablar sobre nosotros?— del otro lado de la llamada, Rin abrió sus ojos sorprendida, sabía por dónde quería ir su amigo…

—¿Sobre nosotros?— volvió a repetir esa pregunta, fingiendo no saber de qué hablaba.

—Por favor Rin, somos amigos desde hace mucho tiempo…— exhaló —Somos más que eso Rin… hemos hecho cosas que los amigos nunca hacen… ¿No crees que… deberíamos darnos una oportunidad…?.

Rin no sabía que responder, era cierto, ambos han hecho cosas estando fuera de una relación, se han acostado, pero solo era eso, ya que hacer el amor era algo completamente distinto, lo que ellos tenían solo era más que placer y solo para quitarse el terrible estrés que sentían en su momento, solamente fueron dos veces en las que estuvieron juntos…

Rin sabía los sentimientos de Bankotsu hacia ella, y se sentía mal por eso ya que tristemente, ella no ha podido sentir algo especial por el… y es por ello que no le ha dado una oportunidad.

—Bankotsu…— llamó un poco apenada —Este tema no deberíamos discutirlo en el teléfono…

—… Comprendo…— Bankotsu no siguió insistiendo, no quería incomodarla —Me tengo que ir… hablamos después…

—Esta bien…— y sin más, ambos colgaron la llamada al mismo tiempo. Bankotsu se sentía mal, pues siempre quiso tener algo con Rin, pero ella al parecer no quiere nada con el… y no la presionaría.

Cuando la castaña dejo su móvil a un lado de ella, exhaló cansada y con un poco de frustración, se sentía mal al no poder corresponder a los sentimientos de su buen amigo porque si… ella lo mira como un buen amigos aunque se hayan acostado en dos ocasiones, pero solo era eso… algo que no significaba nada y el lo sabía muy bien…

Después de pensar un poco, y de terminar de poner la mesa, Towa y Setsuna bajaron muy bien vestidas con sus piyamas puestas, les encantaba estar muy cómodas dentro de casa. Rin agradecía que sus hijas se tardarán mucho en cambiarse de ropa, pues sería incómodo que la escucharán hablar con Bankotsu.

Las tres mujeres comenzaron a disfrutar de los exquisitos alimentos del día, ninguna habló, pues el apetito de las gemelas y las pocas ganas que tenía Rin les impedía charlar mientras comían, era una costumbre pero está vez no lo harían.

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Mientras tanto, Sesshomaru seguía conduciendo su auto con dirección a su casa, mientras conducía, no podía dejar de pensar en esas dos jóvenes alumnas que conoció hoy…

—"(Es extraño… la familiaridad que tengo hacia esas niñas no es normal… dicho sentir nunca lo he experimentado ni con mi propio hijo, y cuando las vi… fue algo tan indescriptible, incluso sus apellidos… son como los de ella)"— negó con la cabeza —"(Debes de estar loco Sesshomaru, solo es una simple coincidencia…. Ella… ella nunca la podrás ver… seguramente debe de estar casada y con una familia...)"— pensar en ese hecho le dolía tanto el alma —"(Mi Rin… desearía por lo menos verte tan solo unos segundos y admirarte… quizá a estas alturas ya se habrá olvidado de mi…)".

Sesshomaru prefería no pensar más en ello, pues con el pasar del tiempo, el trató de olvidarse de ella, pero nunca podo, fue todo lo contrario, cada día su amor hacia ella crecía más y más, a escondidas trató de localizarla pero nunca pudo… se sentía tan mal por ese hecho. Quizá, si las cosas hubiesen sido distintas, ambos estarán juntos, felices en un hogar cómodo y llenos de hijos… pero eso nunca pasó…

—Rin…

CONTINUARÁ…

Si el capítulo te gustó, que bien me alegro mucho ;)

Una disculpa por ilusionarlos hace algunas horas pero ya estamos aquí y con nuevo capitulo, espero que lo hayan disfrutado, nuevas cosas se avecinan