Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de Assilem33, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from Assilem33, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

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5. Bella Cullen

—¡Agu! —grita Everly cuando Harold y Henrietta atraviesan la puerta al amanecer—. ¡Feguiz Navidad!

De acuerdo, en realidad son las ocho de la mañana, pero cuando tienes un marido que te besa bajo el muérdago toda la noche, seguramente estarás un poquito cansada.

—¿Cómo está mi señorita? ¿Qué le trajo Santa a mi niña?

Joder con Harold, es demasiado dulce.

—Santa no se comió las galletas —explica, y Harold me mira con ojos acusadores. Sé lo que dicen esos ojos: la jodiste, mujer.

Y qué, me olvidé de comerme las galletas, ¡demándame! Viviré con la culpa por el resto de mi vida.

—Hola, querida —saluda Henrietta.

—Hola, ague. ¡Estoy enojada con Santa!

—Estoy segura de que el estómago de Santa estaba lleno a reventar. Entrega regalos a millones de niños en todo el mundo. Son muchas galletas, querida.

Harold gruñe.

—Podría haberse comido una maldita galleta más. No es difícil comer galletas.

¡Jodido Harold, es un idiota!

—Me encantan las galletas. Mm —saborea ella, frotándose la barriga.

—A todo el mundo le encantan las galletas. Le enviaré una carta a Santa. Él me escuchará —explica Harold.

¡Por el amor de Dios, Harold, cállate!

Henrietta golpea a Harold en el pecho antes de abrazarme.

—Feliz Navidad, querida.

—Feliz Navidad.

—Vamos, enséñale a tu viejo lo que te trajo ese vejestorio.

Everly agarra la mano de Harold y lo lleva a la sala de estar, la pobre Henrietta sigue detrás de los dos socios en crimen.

—Oye, mamá —llama Edward—, alguien te está buscando.

Me doy la vuelta para ver a mi pequeño Forrest alcanzándome, lo agarro de Edward y beso su linda cara.

—Pawpaw —dice, frotándose los ojos.

¡Por supuesto! A mis hijos les encanta Harold.

Edward apoya su mano en mi trasero y besa la cabeza de Forrest antes de darme una palmadita y seguir el sonido de la voz de Everly.

Le doy a Forrest un vasito con su leche y se lo paso a Harold.

—Nena —dice Edward, asomándose por la ventana—. Tu papá está aquí.

—¡Chawlie! —dice Everly emocionada, haciendo que Harold se ponga celoso.

¡Hilarante!

—Es el abuelo Charlie, Ev —amonesta Edward.

—Harold, le has enseñado algunos malos hábitos —reclama Henrietta.

—¿Yo? No es mi culpa que yo sea el abuelo y él sea Charlie.

—Pawpaw —dice Forrest, abrazando a Harold.

—Así es, chico. Soy tu pawpaw.

Abro la puerta principal antes de que mi papá llame. No es una persona muy alegre, más como el Grinch, pero viene cada Navidad para saludar y darles un regalo a los niños.

Nunca viene a cenar, y se va de aquí rapidísimo. Desde que mamá nos dejó, odia la Navidad. Ella tiene la culpa de que me haya perdido toda esta alegría navideña durante más de la mitad de mi vida.

—Hola, papá.

—Bells —saluda, besando un lado de mi cabeza.

No Feliz Navidad para él.

—¡Agu Chawlie! —grita Everly, es una gritona—. Mira, tengo una muñeca.

—Será mejor que la cuides bien.

Ella asiente.

—Soy una buena mami.

—Solo pasé a dejar estos regalos. Voy a casa de Billy para tomar una cerveza.

Es un poco temprano para tomar cerveza.

—¿Estás seguro de que no quieres quedarte?

—Estoy bien. Envía mis saludos a esa familia tuya.

Acaricia la cabeza de Everly y besa mi mejilla antes de caminar por la acera de regreso a su camioneta. Everly lleva su regalo a la sala de estar, y Edward se acerca detrás de mí, sus brazos se envuelven alrededor de mi pecho, sus labios se presionan contra mi mejilla.

—Él vendrá —asegura.

—Cuando el infierno se congele.

Edward se ríe.

—Vamos a desayunar. Creo que Harold va a empezar a comer cartón si esperamos más.

—No te equivocas —replica Harold.

—¡Harold! —regaña Henrietta—. Dales su privacidad.

—Si quieren privacidad, no inviten a los invitados.

—¿Los invitamos? —susurro, mirando a mi chico caliente.

—Todos los años, nena.

Beso sus labios sonrientes y me suelta.

—Vamos, Harold, puedes freír los huevos —llamo.

—Siempre tengo los trabajos de mierda —se queja, pero lo escucho levantarse.

—Esa boca —espeta Henrietta.

—No digo esas palabras, agu —explica Everly, haciendo reír a Edward.

—Cocinas todo el tiempo —le digo.

—Exactamente. Estoy de vacaciones. —Envuelve un brazo alrededor de mi hombro y me lleva a la cocina—. Ahora, sobre las galletas...

Jodido Harold.


Algo bueno salió de ahogarse en el restaurante de los Henderson, ya que los visitan con regularidad y es otro par de abuelos para los niños Cullen. Vemos que Charlie sigue con la misma falta de espíritu navideño que tenía Bella cuando conoció a Edward, ahora ya sabemos de dónde salió Bella así. ¿Qué opinan de Charlie y los Henderson?