- No me mires. No me hables. Mejor, haz como que no existo.
- Pero vamos, Jes, no seas tan dura con el pobre crío. Tan solo te ha...
- No me vengas con que es una inocente bromita de crío, porque no me lo trago. El niño este es un pervertido con la mentalidad de un adolescente, por lo menos. ¡Nos ha estado haciendo fotos mientras dormíamos! ¿Puedes creerte eso de un niño de ocho años? Y después, para rematarlo, va y nos echa agua con pintura encima ¡"porque no nos dábamos prisa en levantarnos"!.
- Pero... –intentó protegerse Harry
- Pero nada. Te he dicho que actúes como si yo no existiese.
Entonces Harry levantó la cabeza mirando hacia la puerta. Sirius, Remus y Peter acababan de entrar y Harry enseguida empezó a hacerles señales. Había dos sillas vacías al lado de Jes. Ellos se acercaron.
- ¡Buenos días enano!
- Buenos días chicos. Y no me digáis enano, que ya soy mayor... Podéis sentaros aquí con nosotros, si os apetece.
- Pero Harry, aquí solo hay dos sillas vacías...
- No... hay tres. Sirius, tú puedes sentarte aquí, si quieres. –dijo Harry señalando la silla en la que se encontraba Jes mientras guiñaba un ojo a Canuto. Éste, a su vez, le respondió con una sonrisa cómplice.
- Muchas gracias, pues.
Y, dicho esto, movió un poco la silla hacia atrás, con la chica aún sentada allí y se le sentó encima.
- ¡Aaaahhh! ¿Pero qué haces, estúpido degenerado? ¡Sal de aquí inmediatamente!
- ¿Tú oyes algo, Sirius?
- Nop, nada de nada. –y cogió un par de tostadas con melmelada y se puso a comer tan tranquilo.
Todo el Gran comedor les estaba mirando, incluso los profesores.
- ¡Arg! Está bien, tú ganas. No hace falta que actúes como si yo no existiese, pero por favor, dile al cabeza hueca de Black que se levante.
- Recuerdalo para la próxima vez... SIEMPRE gano. Sirius, por favor,
¿puedes levantarte?
- Es que estoy comiendo...
- Black, has acabado de agotar mi paciencia. ¡Fuera! –le gritó Jes levantándose de golpe, con lo que el chico cayó de culo al suelo ante la atónita mirada de las chicas de su club de fans y, en general, de todo el comedor.
- Harry, eso no está nada bien. Mira lo que has conseguido. –le reprendió Lily.
- Pero Lily, yo solo hice lo que me dijo ella... –le respondió el pequeño poniendo una cara de angelito que ella no consiguió rebatir.
- Anda, vamos, que llegaremos tarde a clase y el profesor Slughorn nos quitará puntos.
- ¿Slughorn?
- Es el profesor de pociones. ¿Sabes lo que son las pociones, Harry?
- Pues claro que lo sé.
- Vale, vale, señor sabiondo... Lily solo preguntaba. –le espetó Jes, aún molesta, mientras Sarah se reía.
- ¿A quién invitarás, Lils?
- Pues aún no lo sé... Pero, en todo caso, puedo ir sola.
- Podrías invitar a Thorn...
- No. Thorn y yo somos tan solo buenos amigos. Muy buenos amigos, pero nada más, y no quiero confundir las cosas. No... creo que iré sola.
- Claro, ahora que no tienes a Potter invitándote a todas horas a cualquier evento posible e imaginabe ni asustando a tus posibles parejas, tampoco vas a ir con nadie... ¿Estás segura que no sabes a quién invitar o es que la persona en cuestión no está aquí? –le preguntó Sarah mientras un interesado Harry las observaba desde la cama de Lily con una extraña sonrisa satisfecha.
- ¿Estás insinuando lo que yo creo que estás insinuando?
- ¿Yo? Pero si yo no estoy insinuando absolutamente nada... Nada de nada. En serio –le respondió Sarah poniendo cara de angelito.
- Sí, ya.
- Podrías invitarme a mí.
Lily se giró. Sarah se giró.
- ¿A ti?
- ¿Por qué me miráis así? Soy un chico... ¿no? Además, Dumbledore te dijo que cuidases de mí. No pretenderás dejarme solito mientras tú te diviertes en la fiesta del profesor este, ¿no? Me han dicho que siempre hay gente importantísima en sus fiestas. ¿Es cierto que vinieron algunos jugadores de quiddich la última vez?
- ¿Quién te ha metido esta idea en la cabeza? –le preguntó Lily encuriosida.
- Pues...
- Fue Black, ¿verdad? Yo a ese le mato, ¡¿como se le ocurre decirle a un crío que vaya a la fiesta con Lily! ¿Qué pretende? Quizá Potter le pidió que vigilase que no se te acercara nadie, que estuvieses intacta para que, cuando él volviese, pudiese seguir a las andadas...
- Pues, ahora que lo dices...
- ¡Yo solo te he pedido que me invitases a ir a la fiesta contigo! –se quejó Harry.
- Pero si tienes solo ocho años... –se rió Jes, entrando en la habitación.
- ¡Ya soy mayor!
- Sí, ya. Muy mayor.
- Aún no sé como acabaste convenciéndome de invitarte a venir conmigo. Nos van a mirar todos...
- Tendrías que estar acostumbrada a ser el centro de atención. Por lo que he visto, casi siempre eres la mejor en clase y todos te halagan... aunque fuera de clase casi no te miren.
- Gracias por los ánimos. Da igual. Diré que no puedo dejarte solo porque me encomendaron vigilarte y que es por este motivo que has venido conmigo. Ni se te ocurra hacer una de las tuyas hoy. ¿Me has oído?
- Sííííííííí –le respondió el pequeño cansinamente.
- Bienvenida, Lily, te esperábamos. ¡Oh! ¡Y el pequeño Harry...! ¿Qué haces aquí, muchacho?
- Lily...
Pero la chica le interrumpió.
- Verás, es que Dumbledore me encomendó cuidarle y como no podía dejarle solo, me lo he llevado. ¿Pasa algo? –preguntó la chica con fingida inocencia.
- ¡Oh! Así que era eso... No, tranquila, no pasa nada. Muy bien, pasad, pasad.
En cuanto cruzaron el umbral de la puerta, los cuchicheos no se hicieron esperar. A Lily le pareció entender algo como "claro, como no pudo convencer a ningun chico, viene acompañada de un crío... claro, el único que haría caso a una estúpida rara e inadaptada como esta... es lógico"
De todos modos, no parecía que todo aquello afectase demasiado a Harry. El niño, consciente o no de lo que sucedía, le cogió la mano y se dirigió feliz hacia la mesa dónde se encontraban las bebidas y la comida.
- ¿Quieres tomar algo? –le preguntó como si realmente fuesen dos adolescentes en una fiesta y no un niño con su canguro.
La chica, haciendo caso omiso a lo que decían los otros, sonrió viendo lo "mono" que estaba Harry y asintió con la cabeza. Lo cierto es que el niño se veía adorable con aquella túnica de gala verde y el pelo arreglado. Aceptó gustosa el vaso de cerveza de mantequilla que él le alargaba.
- ¡Remus! –gritó él de repente, sobresaltando a Lily, que prácticamente tuvo que hacer malabarismos para evitar que le cayese el vaso al suelo.
Cuando se giró, pudo ver a Harry abrazando a Lupin.
- Hola, Lily.
- Hola Lupin, hola Sarah.
Su amiga la saludó, sonrojándose bajo la mirada de "tienes algo que contarme" de Lily. Lo cierto es que Lily sabía que Sarah acudiría a la fiesta de Slughorn porque alguien la había invitado pero, curiosamente, a la chica se le había olvidado por completo mencionar el nombre de su acompañante.
Por suerte, al cabo de un rato el acompañante de Lily empezó a pasar desapercibido. Bueno, lo cierto es que lo más correcto sería decir que Lily empezó a pasar desapercibida, como siempre. Harry seguía en su salsa, saludando a uno y a otro con sonrisas encantadoras que podían con todos y todas. Pero, al contrario de lo que creyó su acompañante al principio, el niño no se movió de su lado en ningún momento. Se quedó haciéndole compañía mientras ella conversaba con Lupin y Sarah.
Más tarde Slughorn presentó a algunos de sus exalumnos famosos y triunfadores.
- ¡Lily! ¡Lily Evans! Ven, quiero que conozcas a alguien –la llamó el profesor. Los murmurios no se hicieron esperar. Lily era la premio anual, pero aun así, muchos no olvidaban que era una "rara inadaptada".
- Este es Sharion Skiirth, trabaja en el ministerio investigando hechizos. Sabe mucho sobre hechizos de magia antigua, ¿sabes?
Después de un largo rato de presentaciones a uno y otro, Lily consiguió llegar hacia atrás, ayudada, por supuesto, por Harry, que alegó "tener que ir al baño". El niño le dio la mano en todo momento, y Lily notó su tensión cuando Amos Diggory, un chico que ya había salido del colegio y había podido combinar su trabajo para asistir a la fiesta, se le acercó a saludarla.
De repente, Harry empezó a comportarse de forma extraña, tratando de llamar la atención –SU atención, para ser precisos – de cualquier forma. Mientras ella conversaba con Amos, Harry empezó a tirar de su manga. Después se puso a sollozar. Parecía... ¿celoso?
- ¿Qué te pasa?
- ¿Quién es ese? –le preguntó Diggory, medio riendo, medio curioso. Harry le respondió frunciendo el ceño y con una mirada prácticamente asesina.
- Soy Harry.
- ¿Harry?
- No sé exactamente qué le pasó, pero Dumbledore me pidió que, como premio anual que soy, le cuidase.
- Bueno, pero eso debe ser sencillo, ¿no? Quiero debcir... tienes una habitación casi para ti sola.
- En realidad la tendría para mí sola, porque Potter no está, pero preferí quedarme en Gryffindor con mis amigas. Allí es dónde he estado siempre y allí me apetece acabar mis días en Hogwarts...
- ¡Lily!
- ¿Qué? –preguntó ella, cansada de oírle y preguntándose si no sería realmente que el crío estaba celoso... pero ¿celoso de qué?
- Quiero ir al baño.
- Está bien... Ya nos veremos, Amos.
- Nos vemos.
Mientras salían, Amos pudo ver como el niño se giraba y le hacía muecas con la cara, sonreía y cogía aún más fuerte la mano de la chica.
En la fiesta no pasó nada más que sea necesario mencionar, excepto la extraña e inexplicable desaparición de Remus Lupin y su acompañante, que nadie volvió a ver hasta el día siguiente.
Cuando se fueron a dormir, Lily no pudo evitar admirar la placideza con que Harry dormía a su lado, acurrucado y con una expresión tranquila y serena que no parecía la propia de un niño de su edad.
- Lily... Lily, por favor, solo... –murmuró en sueños.
Y la chica se durmió oyendo su nombre en boca del otro, abrazándole ligeramente y con una extraña sensación en el estómago.
¡Holaaaaaa! Sí, lo sé, he tardado como un año en actualizar... Lo siento. Si tengo muchos reviews trataré de actualizar en pocos días, pero claro, todo depende de la inspiración que tenga. ¡Pasaros también por mis otros fics! El único, a parte de este, que voy a continuar es thestrals, es el próximo que aktualizaré a no ser que éste reciba más reviews.
khye
