Hace ya un tiempo atrás...
"¡quieres más perra!"
Se oyen gritos y abucheos en los patios del colegio, causas comunes que surgen de las peleas incontables en las que de alguna u otra manera estaría involucrada la señorita Noceda.
"sigue hablando... no he terminado contigo"
Cada vez que lo piensa parece que su vida es una cuesta donde ella sin importar cuanto luche siempre ira rodando hacia abajo, ya sea por sus malas decisiones, malas notas, o malas prácticas socioeconómicas. Pero ¿debería haber algo a lo que ella, Lucia Noceda, ¿pueda sentir orgullo? Tal vez, pero no hay que poner su estatus de chica ruda como algo a tomar en cuenta, aunque para una chica de 17 como ella a veces la haga sentir orgullosa.
Ahora con un poco de sangre escurriendo por su mejilla, Lucia se apunta a terminar con el pleito número tal con el que su jornada estudiantil daría fin. Solo bastó un poco de enfoque y concentración, un par de esquinazos después le dio la libertad de lanzar un derechazo que envió a su contrincante al suelo. Unos se lamentaron y otros celebraron mientras que ella no sabía que sentir al ver a esa chica que la había insultado estar serena en el piso del lugar.
A todo aquello ya ni siquiera sabe porque peleaban, ya parecía más un simple deporte que una acción desesperada por mantener su honor. ¿que si aquella chica la insultó? sabe que se lo merecía, todas y cada una de sus palabras eran acertadas.
"Buena pelea Noceda" alguien dijo y todos los presentes callaron de inmediato "¿ya has tenido suficiente por hoy, o tengo que esperar a que noquees a tu próximo contrincante?"
Lucia lanzó una maldición y se giró lentamente para ver un nuevo problema avecinarse, allí se topó con una mujer mayor que a través de sus lentes le lanzaba una mirada desaprobatoria "antes que nada, ella empezó" dijo Lucia apuntando con el dedo a la chica tendida en el suelo a quien nadie se le ocurrió prestar ayuda.
"no quiero excusas, a mi oficina ¡ahora!" sentencio la dama siento esta la directora del colegio.
Lucia agachó los hombros y tomando sus pertenencias se marchó hacia donde se le ordenó para recibir un sermón que seguro la fastidiará "si señora..."
Dia tras día mientras los segundos pasan y las memorias del ayer mueren lentamente, los pasos que da no parecen llevarla a ninguna parte. ¿tiene algo de culpa? ¿quién sabe realmente? que aquella chica moribunda jamás dejaría su cuerpo para pasar a la eternidad, que sea el destino el mismo que ponga precio a su vida y determine el final de la misma.
Eso a veces quiere creer, pero a veces también recuerda que siempre ha sido una idiota y fanfarrona, una completa holgazana que todo le chupa un huevo, además, ¿para que esforzarse en ser agradable? si ese papel ya lo cumple a la perfección su pequeña hermana Luz.
Todos dirían lo mismo, que aun siendo hermanas son tan distintas, que mientras una es todo un amor, la otra es una maldición hecha mujer. Pero lo que muchos ignoran es que esconde su realidad familiar, aquella al actual ven con ojos de alegría puede cambiar.
"Maldición esto me va a matar" sosteniendo su brazo izquierdo un tanto adolorido, Lucia se abrió paso a su casa, humilde morada familiar "no hay nadie aun, tal vez así es mejor. Me da tiempo para curar mis heridas así mamá no me regañará por ello"
Aunque dijo que curaría sus heridas ella no hizo nada de eso, con tan solo acercarse al sofá su cuerpo lo reclamó y se tumbó desparramada sobre él "verga estoy hecha mierda" se dijo mirando lo sucio y maltratado que estaba su uniforme del colegio "puah, esto es un asco" echó la cabeza hacia atrás y permitió que sus ojos quedaran en la oscuridad, un poco de paz no le vendría nada mal.
Pero su paz es opacada cuando de la nada la puerta principal fue desbloqueada.
Luz hace presencia y Lucia lo sabe por el tono alegre de su voz, no abre los ojos hasta que escucha el timbre inocente de una chica que sacude sus memorias. Entonces su enfoque es mayor cuando al abrir los ojos ve a su hermana para frente a ella y al lado el interés romántico de Luz, Amity.
"¿quieres que traiga el botiquín?" como si fuera de rutina Luz le pregunta, Lucia solo asiente mientras su hermana se resigna "podrías por lo menos hacer un esfuerzo, tenemos visitas"
"oh si, la chica algodón de azúcar" Dijo Lucia incorporándose un poco para enfocarse mejor en Amity quien hizo un puchero por su comentario "perdone su majestad que no me inclino ante usted, pues como podrá ver, estoy malita"
Que se puede decir de ellas, aparte de Luz y su madre, la única persona que le ha llegado a caer verdaderamente bien es Amity. La chica cabeza de algodón de azúcar, cuya belleza ha cautivado el corazón de la joven Luz.
"fingiré que no oí eso" dijo Amity y se sentó a su lado en el sofá mientras Luz se iba a por el botiquín "¿te resultó difícil esta vez?" preguntó estudiando con cuidado aquellas heridas que la chica tiene.
"no realmente" dijo mientras desviaba su atención por donde Luz se había ido, como si se estuviera cerciorando de que su hermana ya no esté a la vista "ya es una tradición para mi"
"meterte en problemas por cualquier tontería, vaya tradición" dijo Amity riendo, pero se contuvo al ver lo seria que estaba Lucia "bueno... admite que no es genial buscar peleas"
Siempre se lo han dicho y siempre le agota la paciencia, sin embargo, Amity tiene lo suyo además de un cuerpo exquisito a sus 15 años, motivo por el cual la tolera.
Pero entonces es que cae en cuenta que todo lo que hace es basura, podría desistir y dejar las cosas en orden, pero le gusta esa línea prohibida y emocionante que significa estirar su mano y posarla en las piernas suaves de Amity, una vez más, el interés romántico de Luz.
"yo te diría que no es genial seguir dándole esperanzas a mi hermana solo para estar conmigo batata" Dijo mientras subía su mano por la pierna de la chica sumergiéndola bajo la falda de esta sin que ella se lo impida.
"te quejas ahora Lucia, luego de ¿cuanto?... ¿seis veces?" respondió Amity ahora alejando la mano atrevida de Lucía, no con asco, si no que con sumo cuidado "¿es ahora cuando debería sentir algún remordimiento? pero ¿no deberías ser tú la que ponga el orden aquí?" cuestionó con algo de sentido común que claramente carece.
"jaja" rio sin ganas Lucia mientras la joven se le acercaba con una sonrisa coqueta en sus labios "Soy basura, eso es algo que ya he asimilado hace mucho tiempo" respondió mientras volvía a posar una mano en las piernas de Amity.
"que curioso que lo digas" Amity puso la mano sobre la de Lucia inclinándose un poco para depositar un beso en la mejilla de la chica mayor "haremos una sesión de estudio y dormiré aquí esta noche, será la primera vez que podrás tenerme por más tiempo"
Amity se inclina y atrevida captura los labios de Lucia en un acalorado beso, mismo que se intensifica mientras sus mentes se nublan y la lujuria se hace cada vez más presente. Mientras la Noceda menor observa desde lejos, sintiendo como su pecho se estruja y su corazón cae en pedazos, aun así, se traga sus lágrimas aclara la garganta y vuelve atrás un par de pasos hasta que los muros opaquen su visión de aquella escena "¡Lucia no encuentro el alcohol! ¿Lo has visto?" Pregunta dando tiempo a las mentirosas para que se separen y al entrar en la sala finjan que solo hablan como si nada.
"Desde el momento que la conocí en la biblioteca pública, sentí en mi pecho esa sensación particular, pero me estaba engañando a mí misma, engañada por mi propio corazón. Amity... creí que había una chica dulce y tierna dentro de esa mascara redundante, pero siempre vi a la misma Amity.
Muchas mentiras... las que me dijeron, las que yo misma me decía, solo existe en una fantasía... ahora todo debe pasar ¿verdad Marcy? aun si ellas nunca me lo dicen, si siguen mintiéndome lo único que debo hacer es sonreír... pero me es difícil Marcy... Ayúdame Marcy"
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