Crítica a una vida cotidiana

Capítulo 4: El día más extraño de mi vida (Honor a Ernesto Sabato)

En la sala de clases estaba conversando con Andrés sobre las diferentes maneras de resolver el problema de que la función del interés compuesto que teníamos como ejercicio de prueba estaba malo. Era imposible que en el problema te dijera que era con interés compuesto y que en el resultado diera lo de interés continuamente compuesto. Bueno como lo dije era verdad y mis teorías ciertas, el profesor me felicitó y otra vez todos me miraron con un gesto de repugnancia o por lo menos eso sentí. Al fin sonó el timbre y era el turno de la clase de orientación. Por supuesto algo nuevo hubo, no podemos hacer exactamente lo mismo por durante 240 de los 365 días del año. El profesor nos dijo que debíamos estar en parejas ya que habría un examen sorpresa, pero que él las escogía, bien no me tocó con el más perdedor de la clase, pero aún así quería estar con alguien más competente.

-Parece que la suerte nos unió-dijo Débora con una mirada inocente.

-"Por supuesto que nos unió, no sé por qué me habla si no tengo intenciones más allá de terminar con este trabajo"-pensé pero luego le dije-si, debe ser una casualidad

-Bien, necesito que escribas esto y terminaremos-dijo Débora.

-¿Tan rápido?-pregunté como anonadado-¿Qué hiciste?

-Nada, solo escribí lo que está en la pizarra y lo redacte lo mejor que pude-dijo Débora.

-Creo que está bien-dijo leyendo el papel.

Ahora que lo pienso era la primera vez que le hablaba a Débora, claro la había visto en clases de gimnasia, pero nunca le había hablado por eso pensé que no era competente. Leí una y otra vez lo que decía sus escritos, me parecían de un ser distinto al de un ser humano, como sea, finalmente estaba próximo a terminar la clase.

-Lo terminamos-me dijo-estoy muy feliz por eso.

-Claro-sonreí.

-Bueno tengo que decirte que antes te veía sólo como un sabelotodo-me dijo con una liviana sonrisa y me enojé-pero ahora veo que eres muy simpático y casi un ídolo.

-Eh, gracias-dijo un poco avergonzado por los halagos.

Bien las clases habían finalizado para lo que yo había destinado escribir, ahora se preguntan por qué este tipo escribió esto, bien porque quiero exponer al mundo mi vida, algo un tanto melancólico que me surge cada día. ¿Algo tonto, puede ser, pero ahora me siento tranquilo de que lo mostré con toda serenidad como se debe. ¿Ahora, ahora a terminar con el día agotador en un juego de fútbol como todos los días.