Diclaimer: Este fic no es originalmente mío, la historia es de la autoría de Cristina Carvias, yo solo la he adaptado al mundo de CCS, y hablando de ellos, tampoco me perteneces... en fin, nada es mío, todo es prestado XD.

"Un ángel para mí corazón..."

By Lady Verónica Black.

Capítulo VI

-"¿Aburrida, señorita Sakura?"

Sakura se volvió al escuchar su nombre y al hacerlo, los caracoles que había recogido de la orilla cayeron de sus manos. Se agachó para recogerlos y Eriol se apresuró a ayudarla en un gesto que rebosaba galantería. Le sonrió con timidez. Llevaba toda la semana evitándolo y ahora le resultaba casi imposible retirarse sin que él se preguntara porqué. Decidió permanecer de pie, silenciosa como una estatua.

-"Gracias" -murmuró sin mirarlo directamente a la cara. En su memoria, las advertencias del señor Li sobre su primo estaban muy frescas y sonaban igual de amenazantes como si el mismísimo Shaoran las estuviese gritando en su oído.

-"¿Le apetece acompañarme al pueblo, Sakura?" -reunió todas las conchas de caracol y las depositó con suavidad en el interior de la palma de la mano de ella, cerrándola después con su propia mano. Sus dedos eran delgados y su contacto cálido. Invitaban a estrecharlos, pero ella sabía que no podía hacer algo así. Aquel demonio podía estar acechando en cualquier recoveco de la playa, dispuesto a acusarla de lo peor solo por aceptar aquella mano amiga-. "Por favor, diga que sí. La abuela me ha dicho que es su tarde libre."

-"Pensaba entretenerme con alguna manualidad y un poco de lectura" -le mostró las conchas que él mismo había recogido, sintiéndose estúpida. ¿Qué clase de excusa era esa? Ni siquiera alguien tan amable como Eriol podía dejar pasar inadvertido el hecho de que ella le rehuía y no molestarse por ello. Añadió de todas formas-. "Mi madre me enseñó cuando era pequeña a engarzar todo tipo de objetos y convertirlos en divertidos collares. Tenía pensado que quizá en alguna ocasión, a Kai Ling le gustaría acompañarme y regalarlos a las niñas del pueblo."

-"Es una gran idea, Sakura" -tiró de su mano libre, arrastrándola hacia la casa-. "Pero no para hoy. Una chica tan bonita y dulce como usted debe buscar distracciones más acordes con su edad, ¿no le parece?"

-"Es que yo…"

-"No aceptaré un no por respuesta" -Eriol ya estaba empujándola con delicadeza por la espalda hacia las escaleras-. "Póngase algo cómodo y salgamos a dar un paseo. Prometo traerla de vuelta a casa antes de que su carroza se convierta en calabaza, ángel de Nana."

Sakura no pudo evitar sonreír abiertamente. Ya se había acostumbrado a que todos la llamaran así. Y la verdad es que le agradaba que lo hicieran. Todos… excepto el arrogante Shaoran Li. Cuando él la llamaba de aquella manera, no había nada que indicase afecto o aprecio en su tono de voz. Cuando él lo hacía, solo había burla y lograba que su piel se erizase a causa de la rabia contenida.

Pero esta vez, era un hombre encantador quien se dirigía a ella de aquel modo que denotaba su naturaleza amable. Así que se sintió incapaz de rechazar su ofrecimiento y corrió escaleras arriba para cambiarse de ropa. Cuando Eriol la vio regresar, ataviada con un sencillo vestido de gasa blanco y unas sandalias, soltó un divertido silbido de admiración. Y aquello fue suficiente para que ella olvidara las palabras de Shaoran y pensara que le esperaba un día de lo más agradable junto a ese amable caballero.

Y fue exactamente eso lo que sucedió. Eriol conocía lugares de la isla que ella ni siquiera podía imaginar que existían. Visitaron a muchos vecinos que él llevaba tiempo sin ver a causa de sus largas ausencias. Sakura se sorprendió al comprobar que todos sus viejos amigos lo recibían calurosamente. ¿Cómo era posible que alguien así fuera tan malo como Shaoran le había hecho creer? Sin duda, Shaoran Li no se había tomado jamás la molestia de conocer realmente al hombre que llamaba despectivamente 'primo'. Eriol era la persona más dulce y amable que había conocido. Los niños del mercado se agolparon a su alrededor al verlo llegar. Le hacían preguntas sobre sus viajes, sobre el resto del mundo que tal vez ellos nunca conocerían, sobre las estrellas de cine que frecuentaba y sobre las hermosas mujeres que posaban para sus cuadros… Sakura lo escuchaba embelesada mientras él relataba pacientemente sus aventuras y los pequeños le gastaban bromas y le pedían que les contara más cosas y que les comprara golosinas en el puesto más cercano. Después de un buen rato en el que Eriol ni siquiera parecía cansado del griterío de los niños, la llevó a comer a un restaurante típico de la isla, especialmente dirigido a los turistas. Sakura quiso decirle que aquel lugar era demasiado caro y elegante y que prefería comer algo sencillo que vendían en los puestos de la plaza, pero él la silenció con un guiño y la hizo entrar al establecimiento agarrada de su brazo. El dueño del restaurante lo saludo afectuosamente y les señalo una mesa bastante apartada del bullicio turístico. Erio retiró cortésmente una silla para que ella la ocupara, mirando divertido como la chica se sonrojaba ante aquel gesto.

-"Deberíamos…" -comenzó, pero Eriol levantó su mano para callarla.

-"Sakura, ¿me permite que elija el menú? Este es mi restaurante favorito con mucha diferencia. Y le aseguro que conozco muchos en todo el mundo" -lo hizo con ceremonia, entonando teatralmente el nombre de los platos que venían escritos en la carta en chino, francés, e inglés. En cualquier idioma, la voz de Eriol sonaba como una canción desenfadada que invitaba a reír. Sakura lo hizo sin reparos y él asintió complacido-. "Debería reír más a menudo, Sakura. Se ve preciosa cuando lo hace."

-"Gracias"

-"No hay de qué… Y ahora, bon a petit" -anunció al ver llegar los platos que había pedido. Mientras comían, charlaron de temas muy variados. Sakura puso especial cuidado en no mencionar nada relacionado con el señor Li. No quería que nada estropease la velada, ya que Eriol había tenido el detalle de invitarla a compartirla con él. Sin embargo, el ojiazul no parecía especialmente reacio a hablar de su antipático primo. Para los postres, él ya había tomado la decisión de abordar el tema por propia iniciativa-. "Dígame una cosa, Sakura… ¿Cómo es que el áspero carácter de Xiao Lang no la ha hecho renunciar a este trabajo todavía?"

-"Por favor, señor Eriol…" -le pidió, sintiéndose incómoda.

-"Ah, pequeña, no tenga miedo de contármelo" -Eriol sonrió–. "Se muy bien de que se las da mi querido primo. A estas alturas, ya debe haberle hecho el numerito de señor-tirano-feudal ¿no es así?"

Sakura abrió la boca para protestar, pero él la interrumpió de nuevo.

-"No se preocupe, Sakura. No debe temer. Su secreto se irá conmigo a la tumba" -le palmeó la mano con afecto-. "Pero no permita que Xiao Lang la intimide. En realidad, él no fue siempre así. Antes, los dos éramos muy buenos amigos, ¿lo sabia?"

Sakura no contestó, se limito a mirar el hermoso adorno floral que se encontraba tras el moreno.

-"¿Le han contado porqué nos peleamos mi primo y yo, Sakura?" -bajo su mirada amable, Sakura reconoció por primera vez la misma mirada astuta de Shaoran Li. No podían negar el parentesco que los unía, tal vez físicamente no se parecían pero sin duda tenían rasgos en su personalidad muy similares. Pero entonces, Eriol sonrió de nuevo y Sakura comprendió que fuera como fuera, Eriol seguía siendo muy distinto a ese otro hombre que censuraba cada una de sus palabras-. "Fue después de que May Lai y yo nos fugáramos. Por favor, no se escandalice…"

Él llenó su copa al ver como ella se hundía en su asiento ruborizada por el alcance de sus confesiones.

-"La madre de May Lai es china como nosotros" -explicó–. "Su padre, era un importante hombre de negocios que emigró a Inglaterra. Cuando Shaoran nos presentó, creí que por fin había conocido a la mujer de mi vida… Pero me equivoqué. Los dos nos equivocamos."

La miró con expresión desconsolada.

-"¿Cree que soy una persona horrible por haberle robado la chica a Shaoran?" -la pregunta estaba hecha en tono serio, pero Sakura advirtió el ligero toque de humor que se escondía tras aquella falsa seriedad-. "No tema decirlo, ángel. En realidad, todos creen que lo soy. Excepto mi querida abuela, para quien siempre seré el nieto adorable que jugaba sobre sus rodillas y la hacía reír."

-"A mí no me parece que sea horrible" -dijo en voz baja y escuchó su risa suave al otro lado de la mesa-. "Y si me lo permite…"

-"Se lo permito, por supuesto" -concedió él de buen grado, sorprendido por el modo en que ella temía expresar su opinión-. "Sakura, yo no soy Xiao Lang. A mí puede decirme lo que piensa. No haré que la despidan solo por tener ideas propias."

-"En ese caso…" -ella levantó la mirada hacia él, turbada por el giro íntimo que tomaba la conversación-. "Creo que cometió un error al hacer algo así. La relación de la señorita May Lai con su primo debió haber sido sagrada para usted. Nunca debió interferir."

-"Estoy de acuerdo con eso... Pero ella me abandonó. ¿No le parece suficiente castigo?" -preguntó, clavando en ella sus ojos de niño grande que se negaba a crecer-. "Shaoran ya ha tenido suficiente tiempo para poder perdonarme."

-"Quizá ya lo ha hecho. Hizo que volviera, ¿no?" –le recordó con dulzura y él asintió-. "Supongo que eso quiere decir algo."

-"Tal vez Xiao Lang no sea tan malvado como pensamos, Sakura" -comentó divertido-. "Tal vez nuestro 'pequeño lobito' sea en el fondo un alma caritativa dispuesta a absolver mis pecados."

-"Tal vez" -Sakura no insistió en ello. No estaba tan segura de que el señor Li fuera todo eso que Eriol había descrito. Pero no se lo dijo para no mermar sus esperanzas de reconciliación.

El resto del día pasó con tanta rapidez que cuando regresaron a la casa por la noche apenas podía dar crédito de la hora que era. Los demás ya se habían acostado y al despedirse de Eriol en el salón, sintió una repentina tristeza por el maravilloso día que habían compartido y que tocaba a su fin.

-"Buenas noches, ángel de Nana" -le susurró Eriol al oído, mientras tomaba una de las manos de la joven entre las suyas y le daba un suave beso en ella-. "No se quede levantada hasta muy tarde o la abuela me regañará mañana."

-"No se preocupe. Voy a buscar algo para leer y me iré a la cama."

-"Buenas noches" -repitió Eriol y bostezó ruidosamente, disculpándose de inmediato-. "Lo siento. Demasiadas emociones para un solo día."

-"Buenas noches, Eriol" -ella caminó despacio hasta la puerta de su habitación, que estaba justo al otro lado del pasillo donde Eriol tenía la suya. Lo oyó bostezar de nuevo en la oscuridad y cerrar la puerta al entrar a su cuarto. Sonrió. Le parecía que entre ellos podía surgir una bonita amistad que nada tenía que ver con las maliciosas insinuaciones de Shaoran Li. Con esa idea que la animaba, entró en su cuarto y se desvistió, sin advertir que a pocos pasos de su puerta, alguien había espiado cada movimiento hecho en el pasillo.

O o o o o O

-"¿Ha dormido bien, señorita Kinomoto?"

La voz de ligeramente grave la sobresaltó. Se volvió con su vaso de jugo de tomate en la mano y lo miró con una súbita expresión de culpabilidad que no pudo reprimir. Nuevamente, él estaba furioso por algo, podía leerlo en su mirada. Y para variar, ella parecía tener la culpa. Así que no se molestó en aumentar su ira, consciente de que su respuesta, fuera cual fuera, no sería de su agrado.

-"¿Jugo de tomate? ¿Para la resaca?" -insistió con sarcasmo mientras apartaba una de las sillas para tomar asiento muy cerca de ella-. "Veo que no ha perdido el tiempo, señorita Kinomoto. Se ha dado mucha prisa en desobedecer mis instrucciones con respecto a Eriol."

-"¿Me prohíbe ser sociable con su primo, señor Li?" -Sakura trató de no parecer enfadada, aunque lo estaba realmente. Él no dijo nada. Entrecerró los párpados, quizá valorando la posibilidad de despedirla inmediatamente sin darle la oportunidad de defenderse-. "Para su información, señor Li, anoche solo tomé dos copas de vino durante la cena. No estaba ebria, si es lo que insinúa. Yo rara vez bebo, y mucho menos me emborracho."

-"Para su información, señorita Kinomoto" –imitó su tono de voz y se inclinó sobre la mesa, pasándole una servilleta que ella tomó con dedos temblorosos para limpiar los restos de jugo de sus labios-. "Solo me preocupaba por su salud. Pero ya que lo dice, considero que dos copas de vino son más que suficiente para que alguien, que afirma no beber, pierda la cabeza."

-"No se a donde quiere llegar, señor Li."

-"¿No lo sabe?" -él arqueó las cejas–. "Se lo diré entonces... Lo que quiero saber, mi querida flor, es si mi primo Eriol logró conquistarla finalmente. ¿Fue así? ¿Se siente como si flotara en una nube y sueña con la próxima vez que la invite a salir? No se engañe, señorita Kinomoto. Eriol no es de los que se quedan. Se marchará y le romperá el corazón, créame. Y a pesar de que se lo he advertido, para usted siempre seré el villano y Eriol el chico inadaptado al que nadie comprende."

-"No es cierto" -replicó en voz baja.

-"¿No me considera un villano?" -preguntó con fingida sorpresa.

-"No es cierto que yo imagine cosas sobre el señor Eriol" -aclaró, con las mejillas teñidas de rubor-. "Usted lo tergiversa todo para incomodarme."

-"¿Y lo consigo, señorita Kinomoto?"

-"Sí."

-"Eso me gusta."

-"Disfruta humillándome, ¿no?" -Sakura iba a dar media vuelta y regresar junto a Nana, que la esperaba en el jardín. Pero Shaoran apresó su muñeca al pasar junto a él y la obligó a permanecer inmóvil, mientras la estudiaba detenidamente con su mirada astuta.

-"No tan rápido, querida. Aún no hemos terminado nuestra conversación."

Por suerte, Eriol irrumpió en la cocina en ese momento y Shaoran soltó su mano con brusquedad, saludando con un movimiento de cabeza al recién llegado.

-"Buenos días, Sakura… Qué sorpresa, Xiao Lang" -Eriol era lo bastante inteligente para darse cuenta de que ella se alegraba de que los interrumpiera-. "No pensé que estuvieras en casa, primo."

-"¿Esperabas que desapareciera solo porque has decidido conceder unas migajas de tu tiempo a tu olvidada familia?" -la pregunta se traducía en una velada amenaza que Eriol prefirió ignorar.

-"También me alegro de verte, Xiao" -Eriol sonrió y le guiñó un ojo a la joven que observaba la escena-. "En realidad, temía que regresaras a tus negocios para evitar mi compañía."

-"Alguien tiene que ganar el dinero que malgastas con tus excesos, primo" -fue un golpe bajo, directo al orgullo de Eriol, quien se limitó a encoger los hombros con indiferencia-. "Por cierto, he vuelto a recibir noticias de ese casino, el que juraste sobre la tumba de mi tío no volver a visitar, ¿recuerdas? He dado instrucciones a mi contable de que realice la transferencia esta misma mañana, si es que te interesa saberlo."

-"Gracias..." -esta vez, el rostro de Eriol había perdido todo su color. Sakura sintió compasión por él y por el modo en que Shaoran lo avergonzaba en su presencia. Comprendió de pronto que quizá la visita de Eriol obedecía a otros motivos que nada tenían que ver con el bienestar de Nana. Aún así, lo compadeció. Shaoran Li no tenía derecho a rebajarlo de aquella manera-. "Haré que recibas el dinero en cuanto…"

-"Ya sé. En cuanto vendas uno de tus cuadros" -atajó con sequedad. Durante un instante, su expresión se suavizó al clavar los ojos en su primo-. "No quiero que me devuelvas el maldito dinero, Eriol. Pero no toleraré que arrastres nuestro apellido por los casinos de medio continente como si fuéramos vulgares estafadores. ¿Lo has entendido?"

-"Perfectamente" -Eriol apenas levantaba la vista del suelo al hablar-. "No tendrás que volver a preocuparte de eso."

-"Eso espero. Porque pienso hablar de esto con la abuela si es necesario. Ya me conoces." -se acercó a la puerta y la miró antes de salir-. "En cuanto a usted, señorita Kinomoto…"

No terminó la frase. Maldijo entre dientes y desapareció. Sakura tomó aire, aliviada. Eriol estaba sentado, con la cabeza entre las manos y una expresión abatida que la conmovió.

-"Lo siento mucho…" -comenzó, pero él agitó la cabeza, indicando con ello que nada de lo que dijera lo haría sentir mejor.

-"No se preocupe, Sakura" –el ojiazul suspiró mientras hacia una mueca-. "La verdad es que Xiao Lang tiene derecho a estar furioso. Esa gente… Los del casino, ¿comprende? No es la primera vez que mi primo se ve implicado con ellos para liquidar mis deudas. Y eso lo pone de un humor de perros."

Sakura se mordió los labios con nerviosismo. No estaba segura de querer escuchar aquel tipo de confesiones que solo concernían a la familia. A fin de cuentas, ella no era más que una extraña y el señor Li había puesto mucho cuidado en dejarlo bien claro.

-"No me mire así, Sakura…" -pidió Eriol con tristeza-. "No soy un jugador… Es solo que… Bueno, a veces un hombre hace muchas tonterías para impresionar a una mujer. ¿Me cree, verdad?"

-"Le creo, pero…"

-"¿Pero?" -él parecía dispuesto a escuchar cualquier consejo que viniera de ella.

-"En su lugar, trataría de utilizar mis otras virtudes para conseguir ese propósito" -se atrevió a decir y añadió, feliz porque Eriol la escuchaba con atención-. "Eriol… Ya se que apenas lo conozco. Pero usted parece un buen hombre. Amable, simpático y sensible... Y muy atractivo. Y por lo que se, también un excelente artista. Todo eso debería bastar para que una mujer se sintiera orgullosa de que se interesara por ella."

-"¿Usted estaría orgullosa de alguien como yo? ¿Sin oficio ni beneficio… la oveja negra de la familia?" -preguntó maravillado y más animado por sus palabras.

-"Lo estaría si lo amara, Eriol" -puntualizó, rezando porque él no interpretara aquello como una invitación a cortejarla.

-"Es una buena chica, Sakura" -él acarició su mano y al hacerlo, Sakura supo que no había nada erótico en su caricia, sino puro cariño de hermandad. Se alegró. No quería provocar más situaciones desagradables con el arrogante señor Li-. "Me pregunto porqué sigue aquí."

-"Por Nana" -contestó con una sonrisa-. "Y por Kai Ling y los demás… Todos han sido cariñosos conmigo y me siento muy agradecida de ello."

-"¿Y Xiao Lang? ¿También por él?" -inquirió con suspicacia.

Sakura no contestó. Shaoran Li no la necesitaba. No necesitaba a nadie. Aún así, pensó que en parte él también era un motivo para quedarse. Era un reto levantarse cada mañana y demostrarse a sí misma que era capaz de sobrevivir otro día sin que Shaoran la aplastara con su arrogancia.

-"¿Posaría para mí, ángel? Quiero pintarla… Tengo que hacerlo. Acabo de descubrir que usted será mi musa de ahora en adelante. Hermosa, tranquila, dulce…Como una hermosa criatura que no pertenece a este mundo. Diga que sí, por favor Sakura..."

La castaña negó con la cabeza, ruborizada por su petición.

-"¿De qué están hablando mis dos jóvenes preferidos?"

Sakura ladeó la cabeza para mirar a Nana. Caminaba hacia ellos, apoyada en su elegante bastón de marfil y al llegar junto ella la abrazo con su brazo libre.

-"Abuela" –Eriol la besó con efusividad en las mejillas–. "Intento convencer a la señorita Sakura para que sea mi modelo."

-"¿En serio?" -la anciana la estrechó contra su hombro.– "¿Y ha dicho que sí, verdad?"

-"Aún no, Nana. Esperaba que me ayudaras a convencerla."

-"Ángel… Tienes que hacerlo. Serás su obra maestra. ¿No es cierto, Xiao Lang?"

Sakura quiso que se la tragara la tierra al comprobar que él había seguido a Nana y escuchaba la conversación a escasos pasos de ellos. Sus ojos castaños la fulminaron al tropezar con los de ella.

-"Sin duda, Nana" -comentó con ironía-. "El Louvre estará orgulloso de reemplazar el retrato de la Mona Lisa por el de la señorita Kinomoto."

-"Qué tonto eres, Shaoran…" -Nana le pellizcó la mejilla y él esbozó una sonrisa seca, expresando con ello la alegría que le producía la noticia-. "Qué cosas dices… Nuestra Sakura es tan bonita que esa Mona Lisa se moriría de envidia, ¿no crees?"

-"Si tú lo dices, abuela…"

Sakura enrojeció de vergüenza. Era evidente que él se burlaba y que la consideraba demasiado vulgar para merecer que Eriol perdiera su tiempo con ella. Tal vez por esa razón, decidió que aceptaría. Para demostrarle que no en todo podía manejarla.

-" Eriol, será un honor posar para uno de sus cuadros" –dijo con voz firme-. "Si realmente cree que puedo servir."

-"¿Bromea?" –Eriol pasó junto a ellos, emocionado y feliz por lo fácil que había sido vencer su resistencia inicial-. "Empezaremos hoy mismo. El mundo se rendirá a sus pies cuando haya terminado."

Shaoran también se retiró. Pero antes de hacerlo, se aproximó con disimulo para susurrarle algo al oído.

-"La veré en la cena, señorita Kinomoto. Es decir, si sus nuevas obligaciones se lo permiten" –había una velada amenaza en el modo en que lo había dicho. Sakura ya se arrepentía de haber aceptado. Pero al ver la alegría con que Nana le hablaba de las excelentes cualidades de Eriol como pintor, trató de no pensar más en ello.

O o o o o O

Sin embargo, no lo vio durante la cena. No porque sus obligaciones no se lo permitieran, sino porque Sakura había sido muy convincente al excusarse ante todos argumentando que tenía un terrible dolor de cabeza. En parte era cierto. La sesión de posado para el retrato de Eriol la había dejado exhausta. Permanecer tanto rato quieta como una estatua no era tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta que ella nunca había sido una persona que gustara de la pasividad. Por otro lado, no deseaba encontrarse en la mesa con la mirada acusadora de Shaoran. Aunque no lo podía evitar eternamente, prefirió esperar a que todos estuvieran acostados para ir a la cocina en busca de una taza de leche caliente. La ayudaría a conciliar el sueño, pensó, mientras sorbía lentamente en la oscuridad del salón. Se había sentado sobre la alfombra, con los pies encogidos en el estómago y la espalda apoyada contra el sofá de Nana. Cerró los ojos durante un instante, disfrutando del silencio y de la paz que le proporcionaba la oscuridad.

-"¿Agotada, señorita Kinomoto?"

La voz de Shaoran la sobresaltó y se apresuró a ponerse en pie, buscando con la mirada el lugar de donde provenía aquella voz. Vio el resplandor del fuego con el que él encendía un cigarrillo y tragó saliva al descubrir lo cerca que estaba de ella. Su sombra se recortaba junto al amplio ventanal y Sakura entrecerró los párpados para verlo mejor, ayudada ahora por la luz de la luna que se filtraba tras las cortinas.

-"Ser la musa de alguien como Eriol no es tarea fácil, ¿no?" -se burló al ver que ella no respondía. Sakura enrojeció a causa de la vergüenza, pero se alegró de que él no pudiera percibirlo en la penumbra.

-"Eriol tiene mucho talento, señor Li" -replicó en voz baja-. "Estoy segura de que incluso con una modelo vulgar como yo su trabajo no será mediocre."

-"No he mencionado la palabra vulgar, señorita Kinomoto" -se volvió hacia ella y al hacerlo, esta vez pudo distinguir mejor su rostro a la luz. Su expresión era severa al mirarla-. "Pero en cualquier caso, tiene razón. Incluso tratándose de usted, Eriol hará que parezca encantadora."

-"Será mejor que me vaya" -murmuró, desalentada ante el hecho evidente de que aquel hombre nunca la trataría con más respeto del que había mostrado hasta ahora.

-"¿Porqué no se queda un rato, señorita Kinomoto?"

-"¿Para que siga burlándose de mí?" -se atrevió a preguntar y escuchó su risa suave como respuesta-. "Gracias, pero creo que no."

-"¿No le parezco un buen conversador, Sakura?" -su tono era sarcástico–. "Ya veo que no. Quizá sea porque me compara continuamente con mi adorable primo. O quizá se esté preguntando en qué momento de nuestras vidas él se convirtió en el hombre apuesto y galante que conoce, mientras que yo solo soy un tipo arrogante que despierta su rechazo. ¿Me equivoco?"

-"Solo quiero irme a descansar" -replicó, consciente de que él se había aproximado demasiado al pronunciar las últimas palabras.

-"Pero yo no quiero que se vaya, señorita Kinomoto" -la retuvo, interponiéndose en su camino y observándola fijamente mientras exhalaba una larga bocanada de humo-. "Quiero que seamos amigos, ¿tan difícil le resulta comprenderlo?"

-"Usted no desea que seamos amigos" -lo corrigió con voz débil-. "Solo quiere que todos le rindan pleitesía."

-"¿Y porqué eso le molesta tanto, mi querida flor?" -él se reía de nuevo en su rostro-. "Todos lo hacen. ¿Acaso se considera diferente al resto?"

-"No. Pero usted no compró el derecho a pisotear mi dignidad cuando me contrató."

-"¿No lo hice?" -Shaoran arqueaba las cejas, lo que le confería un aspecto realmente aterrador-. "Es probable entonces que tengamos que revisar algunos puntos de ese contrato, señorita Kinomoto. Porque, para su información, le diré que en esta casa soy yo quien da las órdenes. Soy yo quien decide en qué ocupa su valioso tiempo. Y por supuesto, soy yo quien paga cada minuto de ese tiempo."

-"En ese caso, le sugiero que informe de ese detalle al señor Eriol" -Sakura apenas podía contener las lágrimas de rabia al hablar-. Ya que no deseo que ni él ni yo derrochemos mi tiempo y su dinero en algo que parece disgustarle tanto."

-"Descuide, señorita Kinomoto. Lo haré en cuanto tenga ocasión" -él se apartó para que la joven pudiera pasar a su lado. Pero la llamó antes de que abandonara el salón-. "Señorita Kinomoto… No sufra demasiado, ¿quiere? Dejaré que mi primo termine su retrato."

-"¿Ha cambiado de opinión, señor Li?" -inquirió con un hilo de voz, con las manos temblorosas apretadas alrededor de la cerámica de su taza de leche vacía.

-"En absoluto. Pero no quiero frustrar su recién descubierta faceta de musa inspiradora" -se burlaba nuevamente-. "Aunque antes, pretendo arrancarle una promesa, señorita Kinomoto."

Sakura no dijo nada. Esperaba que él lanzara algún otro comentario desagradable que la haría llorar irremediablemente.

-"Prométame que lo único que mi primo se llevará de usted cuando se vaya será ese maldito retrato" -la miró con sus ojos brillantes y astutos mientras apresaba su mano y tironeaba de ella hasta casi tenerla sobre su cuerpo.

-"No comprendo…"

-"Solo diga que lo promete" -ordenó Shaoran y en esta ocasión, su expresión se había vuelto casi furibunda, por un momento pudo ver un ligero destello de desesperación y tristeza en sus facciones-. "Vamos, señorita Kinomoto. Solo es una pequeña promesa, luego la dejaré irse a su cuarto."

-"Lo prometo… Se lo prometo, pero deje que me vaya…"

-"Está bien"- la soltó con brusquedad, pero con una extraña sonrisa en sus labios-. "Corra a su cuarto, ángel de Nana. Sueñe cuanto pueda con el idiota de mi primo… Pero mañana, la dura realidad no habrá cambiado para usted. Porque, para usted señorita Kinomoto, yo soy la dura realidad. Yo soy su única realidad, mi primo para usted sola será una linda fantasía, un sueño irrealizable."

Sakura no quiso escuchar más. Huyó tan rápido como sus pies se lo permitieron y se encerró en su habitación. El corazón le latía desenfrenadamente y aún sentía el contacto de aquellos dedos sobre su piel. ¿Por qué le había pedido algo así? ¿Qué extraños pensamientos cruzaban la mente de Shaoran Li al hacerle una petición como aquella? Ni siquiera tenía valor para pensarlo, aunque eso no era lo que más la preocupaba. Lo peor era aquella sensación, aquel hormigueo en la boca del estómago y aquel ardor en la mano que él había apresado sin ninguna delicadeza para retenerla. ¿Qué significaba? Cerró los ojos, espantada. Shaoran Li no era nadie, no era nada para ella… Entonces, ¿porqué no podía dejar de pensar que, de alguna manera, él si la consideraba una de sus propiedades?

Continuara...

Nota de la Loca de la Autora:

Holas! Bueno hoy seré breve porque ando con el tiempo justo y aun tengo que revisar un par de detalles de otros fics (hay q aprovechar el tiempo libre que tengo en paz en la computadora). Este capítulo es uno de mis favoritos, no solo porque adoro a Eriol, sino porque me encanta la faceta celosa de Xiao, porque ya no queda duda de que el hombre esta celoso... ¿o no? Y como todos sabemos, un hombre celoso es capaz de cualquier cosa porque la chica este solo con él... Ya veremos que planes tiene la retorcida mente de este hombre, porque si sigue por este camino dudo mucho que logre algo bueno con la pobre señorita Kinomoto...

Nos vemos pronto, un beso gigante! Y muchísimas gracias por sus reviews!

Att. Lady Verónica Black-.

Avances del Próximo Capítulo:

..."Claro que estás demasiado ciego para ver eso.. Estás demasiado ciego para ver algo que es obvio hasta para las plantas, Xiao Lang." ... "Pero podría llegar a enamorarme de ti. Sería muy fácil amarte, dime que si, por favor"... "Le diré que esta noche realmente parece un ángel de verdad, señorita Kinomoto, esta preciosa"... "Le estoy pidiendo que sea mi esposa, Sakura Kinomoto"...

Jajajaja! El próximo capí esta infernal! Si fuera ustedes me pondría a escribir muchos reviews! Si me hacen feliz con esto voy a adelantar la actualización una semana! Jajajaja chan chan cha chan... ¿quiénes se casaran? Jejejee XD

"Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Los Merodeadores (salvo la rata apestosa ¬¬)! ¡¡Los hombres más tiernos y sexys que hay!"

¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS…!

PD: Soy mala, lo se... Pero igual los quiero! Feliz Año Nuevo a todos!