Diclaimer: Este fic no es originalmente mío, la historia es de la autoría de Cristina Carvias, yo solo la he adaptado al mundo de CCS, y hablando de ellos, tampoco me perteneces... en fin, nada es mío, todo es prestado XD.
"Un ángel para mí Corazón..."
By Lady Verónica Black.
Capítulo IXLa llegada de tía Sonomi y el resto de su familia, alborotó la casa durante toda la mañana. Además, los preparativos de la boda que se celebraría por la tarde en la pequeña capilla del pueblo habían hecho que todos en la mansión se despertaran muy temprano y con mil cosas que hacer por delante.
Sakura no había podido contener las lágrimas al ver descender a tía Sonomi de la limusina que Shaoran había enviado al aeropuerto para recogerlos. La mujer también estaba profundamente emocionada y la abrazó con fuerza en cuanto la tuvo cerca; pero cuando le toco saludar a su hermana, Tomoyo paso por delante de ella como si nada y la saludo con un frió "Felicidades"; él ultimo en descender del automóvil fue un hombre alto y de cortos cabellos rubios, era Yamato Hanagata, su cuñado… Él ni siquiera la había mirado antes de seguir a su esposa y entrar en la casa. La verdad no lo culpaba por ello, la situación entre ellos había quedado muy tensa antes de irse de Japón...
Resignada a tan incomoda situación cerro los ojos con fuerza y respiro profundamente, intentando darse el valor y temple necesario para llevar su papel a cabo.
Todo esa situación de supuesta felicidad y diversión que traía una boda, y que supuestamente Sakura debía tener y demostrar, era como estar actuando sobre un escenario las veinticuatro horas del día. Además para su familia era una gran sorpresa para todos tal repentino acontecimiento, especialmente para Yamato, quien hasta entonces había estado seguro de ser el dueño de su corazón y el protagonista de sus fantasías más íntimas.
Un poco más tarde, cuando los recién llegados estuvieron acomodados en sus respectivos cuartos en el ala de invitados de la mansión, Tomoyo se coló en la habitación de su hermana mayor. Lo hizo sin llamar, empujando la puerta con brusquedad, como si tuviera todo el derecho de hacerlo. Ese era su comportamiento habitual desde que la había convertido a Sakura en su enemiga número uno. Por alguna razón, y aunque debía ser ella la que se sintiera ofendida y traicionada, Tomoyo estaba resentida con la ojiverde. Quizá temía que algún día Sakura intentaría arrebatarle a su adorado marido. Nada más lejos de la realidad... Sakura creyó que aquella era una oportunidad perfecta para demostrarle que Yamato Hanagata ya no formaba parte de sus sueños, pero al ver la expresión seria y fría de su hermana menor dudo que sus palabras surtieran efecto en ella...
-"¡Quién lo iba a decir!" -el tono de Tomoyo era sarcástico al iniciar la conversación. Se sentó en la cama, apartando con idéntica brusquedad el vestido de novia que Sakura había estirado cuidadosamente sobre esta para que no se arrugara. Sakura se mordió los labios, era más que evidente que Tomoyo estaba realmente furiosa.
-"También me alegro de verte, Tomoyo-chan" -le dijo, esforzándose porque su tono sonara más conciliador que el de su hermana.
-"¿En serio?" -inquirió mientras arqueaba las cejas cínicamente–. "Dime mejor que te alegras de que Yamato esté aquí para ver esta pantomima… ¿Qué esperas que haga, Sakura? ¿Crees que cuando el sacerdote haga la pregunta crucial de sí alguien tiene algo que objetar a esa unión, él se levantará y confesará delante de todos cuanto te ama?"
-"No seas ridícula, Tommy" –la llamó cariñosamente por el nombre con el que se dirigía a ella antes de conocer a Yamato… Antes de que fueran rivales-. "Sabes muy bien que Yamato solo tiene ojos para ti. Se casó contigo, ¿recuerdas?"
-"Sí, lo hizo... Y aún me odias por eso, ¿verdad?"
Sakura se aproximó a ella y en un acto completamente espontáneo, que surgió de lo más hondo de su corazón, la abrazó con fuerza. De repente, Tomoyo era otra vez la niña tierna y frágil que sollozaba en su hombro cuando se caía de un árbol y se manchaba el vestido que tía Sonomi le había pedido que no usara. Sorprendida acarició su cabello con ternura al ver como esta comenzaba a llorar silenciosamente..
"Pobre Tomoyo", pensó la castaña. Debía ser muy duro para ella vivir con aquella carga en la conciencia. Tal vez por ese motivo, se mostraba enfadada y agresiva, tal vez su enojo y odio no era para con Sakura, sino para con ella misma.
-"No llores, Tommy…" -le susurró-. "Por favor, hermanita, no pasa nada…"
-"Oh, Sakura…" -se deshizo del abrazo para mirarla a los ojos. Sus facciones estaban contraídas por la pena y el arrepentimiento-. "Soy un monstruo… Te fuiste de casa por mi culpa… Te hice tanto daño… Pero no pude evitarlo, ¿entiendes? Amo a Yamato con toda mi alma, y la sola idea de perderlo... no, no puedo… Y ahora, no puedo dejar de pensar que vas a casarte con un extraño y que vivirás aquí… tan lejos de casa… ¡Todo esto es culpa mía! Tía Sonomi nunca me lo perdonará, y tiene toda la razón para no hacerlo. Y vos tampoco lo harás... Me siento tan culpable... todo esto es mi culpa, por favor hermana, perdóname... por favor..."
-"Claro que no, Tomoyo, no digas esas cosas… No tengo nada que perdonarte" -la tranquilizó, comprendiendo cuanto la quería a pesar de todo lo sucedido-. "No es culpa de ninguna de las dos que Yamato y vos se enamoraran. Él y yo.. Bueno, nunca fuimos nada serio... No quiero que pienses más en eso, ¿lo prometes? Solo quiero que volvamos a ser amigas como antes… ¿sí...?"
-"¿Cómo puedes decir eso? ¿Cómo puedes pretender que no me sienta culpable y mal por todo lo que paso? Mírate, Sakura… Ni siquiera pareces feliz en el día de tu boda…Vos no amas a ese hombre. Y él… No, no, y ese Li parece sacado de una película de terror…" -se aferró a ella otra vez, sollozando desconsoladamente–. "Oh, Dios mío… Júrame que no te casas con él por otros motivos que el que lo amas. ¡Júramelo, Sakura-chan!"
-"Te lo juro, Tommy" –aunque le costase todavía creerlo estaba siendo sincera en sus palabras. En realidad, ya no valía la pena seguir negándose a lo obvio... Shaoran Li podía ser arrogante y despreciable en ocasiones, bien, en casi todo momento; pero estaba tan dentro de su corazón que apenas podía entender que alguna vez hubiera confundido el sentimiento que Yamato le inspiraba con el que sentía ahora por ese estúpido arrogante del señor Li. Lo cierto es que ya no estaba segura de que aquel sentimiento hubiera sido amor, tal vez cariño o atracción... La verdad no lo sabía; pero de lo que si estaba convencida era de que el dolor que le había causado Yamato no sería nada comparado con el que sentiría cuando Shaoran Li le dijera algún día que ya no la necesitaba en su vida. No se lo dijo a Tomoyo para no entristecerla aún más, pero ese pensamiento no la dejaba estar tranquila un solo momento, ni siquiera el día de su casamiento.
-"¿Podrás quererme de nuevo?" -los preciosos ojos amatistas de Tomoyo se abrieron y cerraron varias veces, haciendo que las lágrimas corrieran por sus mejillas-. "Ya no puedo soportar que no nos hablemos, Sakura… Te extraño muchísimo."
-"Nunca dejé de quererte, Tomoyo… Eres mi hermana y siempre lo serás" -la apretó contra su pecho y de pronto, aquel día que esperaba fuera triste y sombrío, se lleno de colores y sonrisas. Reconciliarse con su hermana menor era el mejor regalo de bodas que podía haber imaginado tener. Pensó que el Señor Li no había conseguido esta vez salirse con la suya. Si su intención era provocar un enfrentamiento entre ambas, la cosa no podía haber salido más torcida para él... Se lo haría saber en cuanto tuviera la oportunidad y el valor necesario.
-"Sakura, ese hombre… Es terrible incluso cuando no habla… sus ojos... son espeluznantes, sombrios..." -Tomoyo bajó la voz-. "Promete que si no eres feliz, volverás con nosotros a casa…"
Por desgracia, ninguna de las dos se había percatado de que Shaoran estaba de pie junto a la puerta, y las observaba como si en el interior de aquella habitación, las dos mujeres celebraran un aquelarre en el que él era el sacrificio principal.
-"No sufra, señora Hanagata" -la voz de él denotaba su irritación ante las palabras que acababa de escuchar-. "Tiene mi palabra de que si eso ocurre, le devolveré a su inocente hermana de una sola pieza."
-"¡Señor Li..." -Tomoyo se sonrojó, avergonzada. Sakura simplemente encogió los hombros ya acostumbrada a sus comentarios groseros. Y no quiso decírselo pero le pareció que aquel había sido casi amable dadas las circunstancias- "...no puede ver el traje de la novia antes de la ceremonia! ¡Afuera, ya!"
Tomoyo salió corriendo por la habitación, cerrando la puerta en las narices del hombre. Pero no la cerró lo bastante rápido para que Sakura no percibiera la dureza en la mirada de Shaoran. Ahora, ese hombre tenía un nuevo motivo para despreciarla.
-"Genial..." –pensó Sakura sarcásticamente, mientras hacia una pequeña mueca con sus labios.
O o o o o OLa ceremonia se había celebrado en la más estricta intimidad. La familia Kinomoto, Nana, los empleados de la casa y unos pocos vecinos curiosos que se preguntaban quién era la mujer insignificante que abandonaba la iglesia del brazo del atractivo Xiao Lang Li. Había pronunciado un "Sí" que sonaba atemorizado e inseguro, pero él por su parte lo había dicho con determinación, una determinación que emanaba de todo su ser. Una determinación que la había sorprendido gratamente. Después, se habían reunido en el amplio jardín de la mansión donde se había preparado una especie de fiesta privada. Nada ostentoso, ya que así lo había pedido Sakura expresamente. No deseaba convertir aquella boda en un acontecimiento social. Y no deseaba ver como desfilaban ante ella un sinfín de desconocidos que se preguntaran porqué alguien como Shaoran Li había escogido como esposa a alguien como ella. En realidad, no deseaba más hipocresía que la que aquel enlace suponía en sí mismo. Por ello, se alegró cuando todos se retiraron a sus habitaciones apenas anocheció. Estaba cansada de sonreír y de fingir que todo estaba bien, cuando lo único que quería era que aquello terminara cuanto antes. Se desvistió rápidamente y se puso uno de sus viejos camisones a propósito. Se soltó el cabello de aquel moño que le oprimía la nuca y se lavó bien la cara con agua bien caliente antes de meterse en la cama.
Rezaba con toda su alma porque su aspecto fuera deplorable.
Echó una ojeada a su alrededor. Su nueva cama… Se sintió extraña entre aquellas sábanas de seda blancas que Kai Ling había colocado en honor de los recién casados. Cerró los ojos, consciente de que en cualquier momento el Señor Li podía aparecer. Él lo había dejado bien claro… Esperaba que cumpliera especialmente con ese deber. La pregunta que ahora la torturaba era, ¿estaría a la altura de sus expectativas? No tuvo tiempo de pensarlo ya que Shaoran había entrado sigilosamente al cuarto y se desvestía con perversa lentitud junto a la cama ante el mudo asombro de la ojiverde.
Se despojó del saco, la corbata y la camisa. Lo oyó reír cuando ella, adivinando que los pantalones seguirían la misma suerte que el resto de las prendas, se apresuró a apagar la luz de la lámpara que estaba junto a su lado de la cama. En la oscuridad, pudo escuchar el sonido de los pantalones al caer al suelo. No quiso pensar en ello mientras sentía como el colchón se hundía bajo el peso del cuerpo de su ahora esposo. ¿Estaba completamente desnudo? Se mordió los labios, nerviosa y excitada al mismo tiempo ante su pensamiento. La pierna ligeramente velluda de él rozó sus tersos muslos al moverse e instintivamente hacia donde ella se encontraba, para luego cómodamente acurrucarse en su lado del colchón. Fingió que dormía, controló su respiración y apretó con fuerza los párpados.
-"¿Señorita Kinomoto?" -la voz de él era un murmullo ronco muy cerca de su oído. Shaoran se había girado hacia ella y mantenía un codo apoyado sobre la almohada. La observaba casi maravillado por la forma deliciosa con que ella se proponía ignorarlo-. "No pretenderá que crea que se ha dormido en nuestra noche de bodas, ¿verdad?"
Sakura contuvo el aliento y cerro más fuerte sus ojos. Pero no movió un solo músculo.
-"No se ha puesto su camisón nuevo" -comentó él, en el fondo divertido por la situación. Estaba convencido de que tarde o temprano, ella cedería a sus deseos. La cuestión era que no estaba seguro de querer que las cosas fueran de aquel modo. Se había dicho mil veces que si ella prefería soñar despierta con Eriol o con aquel imbécil de Hanagata, no era su problema. Había decidido que la tomaría de cualquier manera, aunque ella estuviera pensando que él era otro hombre. Sin embargo, al verla allí, temblorosa y encogida como un conejito asustado… Parecía tan frágil, tan desvalida, que se sintió despreciable y ruin-. "¿Esta será su estrategia a partir de ahora, señorita Kinomoto? ¿Ignorarme?"
Como ella no respondía, Shaoran pegó su cuerpo al de ella, sintiendo como se estremecía al contacto de su costado con su pecho.
-"Dígame, ¿lo será?" –insistió, y ella volvió por fin el rostro, comprendiendo que no lo engañaría por más que fingiera no escucharlo. Shaoran la miró fijamente, dejando que sus ojos recorrieran cada línea de sus delicadas facciones. La frente despejada y tersa con unos rebeldes mechones castaños, los ojos verdes brillantes por el miedo, la nariz pequeña y erguida, la boca… Se detuvo más detenidamente en los labios femeninos, reprimiendo el impulso de apoderarse de ellos sin pensar en nada más. ¿Qué haría la educada señorita Kinomoto ante eso, pensó. ¿Lo abofetearía? ¿Saltaría de la cama para enfrentarse a él? O por el contrario, ¿respondería dócilmente a sus caricias y se entregaría sin reservas? Era difícil contenerse mientras ella lo miraba con aquella expresión digna y resignada, retándolo a que se comportara como el bruto insensible que le había demostrado que era.
-"No sé de que me habla" -contestó ella en voz baja.
-"¿No lo sabe?" -su tono era sarcástico. Rozó con los dedos la tela de aquel camisón que la cubría de pies a cabeza-. "Sakura, ¿se ha propuesto estar espantosa para enfriar mi pasión?"
-"Claro que no…"
-"Esta mintiendo" -atajó con repentina brusquedad-. "Pero le diré algo, Sakura Kinomoto… Al verla con ese camisón horrible, solo puedo pensar en lo mucho que disfrutaría quitárselo y ver que hay abajo."
-"No habla en serio."
-"Claro que sí, querida flor."
Ella tembló al sentir nuevamente sus dedos bajar por su cintura, al final de esta apoyo toda la palma de la mano sobre la sinuosa curva y la deslizo por sus caderas al tiempo que elevaban la prenda lentamente."
-"Basta, señor Li… Por favor…"
Shaoran se detuvo. Una parte de él deseaba llegar hasta el final, deseaba borrar de una vez por todas el recuerdo de cualquier hombre que hubiera puesto sus manos sobre ella. Pero aquella mujer… Intuía que no era como las demás. Sabía que si hacía algo así, ella no se lo perdonaría jamás. Y quizá no le importaba que lo hiciera. Entonces, ¿qué era lo que lo frenaba en realidad? Frunció el ceño, disgustado consigo mismo por aquella debilidad que nunca había sentido hasta conocerla.
-"Sakura, creo que ha llegado el momento de… Tranquila, mujer, solo creo que ya deberíamos, ya sabes..." -comenzó a decir, pero calló cuando descubrió el temor en los ojos de ella-. "Simplemente tutearnos, cariño… Será más convincente si dejamos de tratarnos como dos extraños, ¿no te parece?"
-"Está bien, señor Li…" -aceptó ella, exhalando un suspiro de alivio cuando él se alejó para tumbarse boca arriba en su espacio de la cama.
-"¿Te parece bien que empecemos a practicar esta noche?" -preguntó Shaoran con cierta ironía-. "Yo seré Shaoran y tú serás Sakura… Mi dulce y virginal esposa. Quien parece dispuesta a todo con tal de que aparte mis manos de ella, ¿o me equivoco?"
-"No… No se equivoca…" -titubeó, consciente de que él se estaba esforzando por mantener la calma-. "Es que yo… No estoy preparada aun, señor Li."
-"Shaoran" -le recordó con impaciencia-. "¿No lo estás? ¿Y cuando calculas que lo estarás, querida? Dime una fecha… Por supuesto no tiene que ser exacta. Algo aproximado… ¿Un par de días, una semana, un mes…?"
Sakura no contestó y Shaoran apretó las mandíbulas contrariado.
-"¿Algo más que eso… un año tal vez?" -lo había preguntado con rabia contenida y Sakura se cubrió la cara con las manos, esperando que él se durmiera pronto y dejara de acosarla con sus demandas-. "Está bien... Por esta noche, me portaré como un caballero. Pero te advierto, Sakura, que no tengo intención de hacer voto de castidad simplemente para hacerte feliz. Así que resuelve tus conflictos emocionales cuanto antes. Y cuando creas que estás preparada, házmelo saber. Será un placer para mí cumplirte con mis deberes conyugales, te lo aseguro."
-"¿No va a…?"
Shaoran se volvió hacia ella un momento. La boca entreabierta de ella atrapó su mirada sin remedio. La besó con pasión, soltándola de inmediato al notar como su cuerpo menudo se tensaba al recibir la repentina y fiera caricia. Acalló como pudo la voz de su conciencia, que no cesaba de gritarle lo insensible y bruto que había sido.
-"No, no voy a tomarte por la fuerza, ¿satisfecha?" -rugió, ignorando a duras penas el hecho de que ella estaba allí, en la misma cama, a su lado… Debía haberse vuelto loco al pensar que Sakura Kinomoto era alguien a quien podría dominar. ¿Cómo iba a hacerlo si ni siquiera podía dominarse a si mismo mientras la imaginaba compartiendo su cama semidesnuda?–. "Procura dormir, ¿de acuerdo?"
-"Usted…tú…" -se corrigió al escuchar otra vez el sonido ronco que provenía del hombre-. "¿Estás enfadado?"
-"¿Enfadado?" -soltó una carcajada desagradable-. "Esa no es la palabra, querida. Pero no querrás escucharla, créeme. Lastimaría tus puritanos oídos de niña bien educada."
-"Yo…"
-"Duerme bien, Sakura" -ordenó. Y ella obedeció, a sabiendas de que si no lo hacía, solo lograría enfurecerlo aún más, si es que eso era posible-. "Buenas noches."
O o o o o OSakura lo observó con disimulo. Shaoran repasaba los documentos que su asistente acababa de traerle de la empresa. Estaba aparentemente concentrado en su trabajo, por lo que ella podía mirarlo sin temor a que él hiciera algún comentario desagradable o jocoso sobre su repentina curiosidad. Solo había pasado una semana desde que contrajeran matrimonio y ya se sentía como su auténtica esposa. Claro que él había mantenido su promesa de no tocarla y eso había contribuido a que ella viera por fin su lado más humano. Por otro lado, le preocupaba que llevara todo el día encerrado en su despacho. No había querido interrumpirlo cuando los demás se habían sentado a la mesa para almorzar. Y Shaoran había sido muy amable el día anterior al ofrecer a Yamato su coche para que llevara a Tomoyo, a tía Sonomi y a ella a conocer la isla durante la tarde. Sakura se mordió los labios con nerviosismo. Ni siquiera se atrevía a tutearlo tal y como él le había pedido que hiciera. En la intimidad, él seguía siendo el señor Li, alguien sin corazón que jamás comprendería los sentimientos que hacía aflorar en ella… Entonces, ¿era posible, solo posible, que Shaoran estuviera haciendo todo aquello por ella y no solo por quedar como el perfecto anfitrión ante sus invitados? La tristeza la invadió al pensar que su familia partiría en unas horas y que entonces, otra vez estaría sola.
-"¿Sucede algo, Sakura?" -la voz de él la sobresaltó. Shaoran había levantado la mirada de sus papeles y la observaba con el ceño ligeramente fruncido-. "¿Nana está bien?"
-"Sí… muy bien" -lo tranquilizó con una temblorosa sonrisa-. "Ahora mismo está en el jardín con tía Sonomi. Ella y Tomoyo están intentando introducirla en el peligroso mundo del póquer mientras esperan que llegue el taxi que hemos pedido."
Shaoran echó una ojeada por la ventana. Nana aplaudía ruidosamente al ganar una vez más la partida de cartas.
-"Me iré a despedir de ellos enseguida" -anunció, cerrando su carpeta y encendiendo un cigarrillo. Por un momento, Sakura creyó ver un atisbo de comprensión en sus ojos. Claro que enseguida, supo que estaba equivocada al escuchar su próximas palabras-. "Supongo que los echarás de menos. En especial, a ese cuñado tuyo que no ha dejado de mimarte todo el tiempo y comerte con la mirada sin ningún tipo de disimulo."
-"Lo que dice no es verdad" -Sakura apretó los puños, furiosa. ¿Por qué se comportaba así? Yamato había sido muy correcto durante toda su estancia en la isla… ¿Lo había sido? Las dudas la asaltaron. ¿Y si él tenía razón? ¿Y si Tomoyo regresaba a casa con la impresión de que ella había hecho algo para despertar el interés de su esposo? Se dijo que por fortuna, Yamato no era tan retorcido como Shaoran.
-"¿En serio?" -Shaoran arqueó las cejas-. "Lamento que estés triste, querida. Pero la verdad, es que ese tipo no te merece. Si te amara, no se hubiera quedado de brazos cruzados mientras otro coloca una alianza en tu dedo, ¿no crees?"
-"Yamato es feliz junto a Tomoyo" -replicó, con las mejillas teñidas de rojo por la rabia-. "Y no tiene ningún derecho a hablar así de él… No lo conoce, no sabe nada de él, ni de mí… Yamato solo hizo lo correcto."
-"Tienes razón. No lo sé" -sujetó su mano para evitar que huyera al jardín junto a los demás-. "Pero te diré algo, ángel… Un hombre de verdad lucha por lo que ama. Hasta un tipo despreciable como yo, sabe algo tan elemental."
-"¿Cómo podría…? Solo se quiere a sí mismo" -le recriminó, dolida por sus palabras.
-"Es posible" -aceptó, sonriendo con expresión maliciosa-. "Pero yo te tengo como mi esposa y él no. ¿Captas la diferencia entre los dos, querida?"
-"Sí…" -se soltó con brusquedad, frotándose la muñeca-. "La diferencia es que Yamato nunca me trataría como si no le importaran mis sentimientos."
-"Ya lo ha hecho, Sakura" -Shaoran señaló el vehículo que en ese momento se estacionaba frente a la casa, y se volvió hacia ella-. "Eligió a Tomoyo y no a ti. Será mejor que nos demos prisa. Tu príncipe azul y su séquito se marchan."
Sakura corrió hacia el jardín, abrazando a Tomoyo con desesperación y tratando de controlar los sollozos.
-"Vamos, Sakura… No llores" -Tomoyo la besó en la mejilla-. "Te prometo que vendremos a visitarte pronto… Y tú y Shaoran podéis venir a vernos cuando queráis…"
-"Te quiero mucho, Tomoyo…"
Dejó que tía Sonomi y ella entraran en el taxi, mientras Yamato terminaba de guardar el equipaje en la parte trasera del auto. Después, estrechó su mano con brevedad. Pero al hacerlo, él la retuvo más tiempo del necesario. Sus ojos se encontraron con los de ella.
-"Ven con nosotros" -le pidió, acercando su rostro al de ella-. "Por favor, Sakura" – la miro un instante a los ojos y rozo sus labios brevemente con los de ella. Sakura se apartó, avergonzada y temerosa-. "No puedes ser feliz aquí."
Shaoran se encontraba a escasos metros del auto, observando la 'peculiar' situación que se daba a unos pasos delante suyo.
-"No…"
-"Nosotros somos tu familia, Saku…" -había pronunciado su nombre como solía hacerlo antes de que él y Tomoyo se comprometieran. Se odió por ser tan débil, por rendirse a la tentación de un recuerdo que ya no era más que eso… Un hermoso recuerdo de algo que jamás había sido amor.
-"Y yo soy su marido, Hanagata. Así que ella se queda conmigo" -el tono de Shaoran era helado. Se interpuso entre ellos y paso uno de sus brazos de forma posesiva por la estrecha figura de la castaña, miro fijamente a los ojos del hombre y con un resentimiento bastante notable estrechó con excesiva fuerza la mano de Yamato-. "Vuelva con su hermosa mujer y ahórrenos esta penosa escena, ¿quiere?"
Lo empujó con fuerza hacia el interior del vehículo y agitó su mano hacia el interior dándole la orden al chofer para que emprendiera camino. Sakura permaneció un buen rato en el camino de grava frente a la mansión, viendo como las personas a las que más quería se alejaban de su nuevo hogar. Al cabo de unos minutos, Shaoran volvió a rodar su cintura posesivamente y la condujo al interior de la casa. Nana los siguió pasos atrás con una ligera sonrisa en su arrugado y sabio rostro, al llegar al pie de la escalera dijo que estaba cansada y que prefería cenar algo ligero en su cuarto. Le dio un beso a cada uno antes de retirarse. Sakura esperó con resignación los reproches de Shaoran mientras veía a Nana subir la escalera.
Shaoran se dio la vuelta y con su brazo aun en su cuerpo analizó la expresión de la mujer. El rostro inexpresivo, la barbilla erguida con altivez y los labios apretados y sin color… ¡Maldito Hanagata! Había sido un idiota por preparar aquel estúpido reencuentro con su familia; creyó que así ella disfrutaría más su enlace, pero... ¡Mierda! ¡Estúpido Hanagata!
-"¿Aún lo quieres?" -preguntó con frialdad.
-"No" -Sakura fue más sincera de lo que hubiera querido. No deseaba que él conociera los secretos de su corazón y los aprovechara para herirla aun más. Pero no le hacía ningún bien a Tomoyo inventar una historia de amor que no existía. Shaoran Li era capaz de cualquier cosa con tal de demostrar quien era el amo-. "Nunca lo he amado en realidad. Aunque durante un tiempo, pensé que sí."
-"Pero has permitido que te bese delante de todos enfrente de… tu hermana. ¿Acaso no tienes escrúpulos?"
-"Solo ha sido un pequeño beso de despedida" –replicó-. "Pero ya que lo menciona, me sorprende que alguien como usted se atreva a…"
-"Será mejor que no sigas, querida" -Shaoran la apuntó con el dedo, amenazante.
-"¿Qué piensa hacer, señor Li?" -Sakura se armó de valor, comprendiendo que era su oportunidad para hacerlo ver que no toleraría más sus humillaciones-. "¿Mandarme a la cama sin cenar?"
La expresión de Shaoran se endureció.
-"Ya veremos si eres tan valiente… cuando la puerta de nuestra habitación se cierre esta noche, señorita Kinomoto" -sentenció antes de apretar ligeramente su cintura y dejarla sola en el recibidor. Sakura supo que acababa de cometer un terrible error al provocarlo.
Ahora no tenia alternativa...
Provocarlo había sido un error... y Shaoran le haría pagar su error esa misma noche.
Esa noche en la cama de ambos.
Continuara...
Nota de la Autora:
Buenas! Cómo les va? La verdad no me he tardado tanto como de costumbre, no? O si? Pero bue, no se acostumbren mucho a esto... ( a menos q tengan el plan de dejarme más reviews que antes jeje XD). Pero como siempre ando corta de tiempo así que seré aun más breve que siempre. Quiero saber que opinan de todo lo que sucedió, léase: a) reconciliación con Tomoyo b) conocimos a Yamato c) ¿cómo será de ahora en más si SS estan casados? d) qué creen q pasara en la camita de ambos esa noche? Habrá castigo? (jujuju yo quiero que Xiao m castigue, ustedes, no?) e) para aquellos atentos... que opinan de esos cambios en Shaoran? (los que no lo notaron vuelvan a leer el capítulo atentamente!). Quiero saber que opinan ehh, así que manos a la obra y pónganse a escribir reviews! (Aunque sean cortitos no importan!)
Cuídense mucho, un montón de besos de chocolate para ustedes!
Att. Lady Verónica Black.-
Avances del Próximo Capítulo:
... "Está ebrio"...
..."¿En serio te tragaste esa historia de mi gravísima enfermedad?"...
..."¿Que te ame?"...
..."¿Cuánto tiempo estarás fuera, Xiao Lang?"...
Se que los avances son más cortos que los anteriores, pero hoy los quiero dejar con la intriga y que sus mentes empiecen a delirar sobre lo que pasara... JuaJuaJua soy re malvada, no?
"Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Los Merodeadores (salvo la rata apestosa ¬¬); Los hombres más lindos y sexys que hay!"
¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS…!
