Hay un recuerdo fugaz y lejano en la mente de Harry. Al pasar los años se volvió más confuso hasta que, finalmente quedó solo un pequeño fragmento. Incluso, logró convencerse a si mismo de que no era más que un tonto sueño.
Unos ojos grises le observaban con deseo en la oscuridad de la noche, miró sus labios delgados y rosáceos, sin poder resistirse unió los suyos y los ajenos en un fogoso beso hasta que perdió por completo sus sentidos.
— ...Harry.
Su piel era tersa, y sus labios más suaves de lo que había pensado.
—Harry.
Entonces se dio cuenta de que no podía separarse, comenzaba a embriagarse en su aroma y sus labios...
—¡Harry!
Despertó sudoroso y jadeante. Era la quinta vez que soñaba con eso... tocó torpemente la mesita de noche dónde logró ubicar sus anteojos, no veía nada. Al ponérselos, se dio cuenta de que su esposa le miraba preocupada.
—¿Qué hora es?—Fue lo único que atinó a preguntar, aún somnoliento y aturdido. Con el ritmo cardíaco acelerado al recordar fugazmente el sueño.
Sabía muy bien que no estaba para nada bien tener esos sueños. Estaba felizmente casado con Ginevra Weasley, tenía tres hermosos hijos.. y no se sentía capaz de traicionarlos, porque les quería con toda su alma. "Es solo un sueño Harry, solo un sueño. Nada de eso realmente ocurrió" pensó.
—Son las ocho de la mañana—Ginny aún tenía esa mirada preocupada—¿Estás bien?
—Sí, estoy bien—Contestó, sentándose en el borde de la cama. Bostezó un poco, y sonrió cuando la pelirroja lo abrazó por detrás, apoyando su barbilla en su hombro para dejar pequeños besos en su cuello, mientras que sus manos bajaban peligrosamente hasta su entrepierna—Será mejor que nos arreglemos, hoy Albus y James partirán a Hogwarts—Se apresuró a decir, antes de Ginny pudiese ir más lejos.
Ginny dejó de abrazarlo, bufando un poco, ella salió de la habitación posiblemente para despertar a los niños. Harry se levantó y se arregló, dándose una ducha rápida. Al salir de la habitación, Lily correteaba por el pasillo con una sonrisa mientras que James trataba de alcanzarla. Albus estaba sentado en el comedor riendo al ver a sus hermanos, y Ginny se encontraba en la cocina, preparando el desayuno. La besó en la mejilla antes de sentarse en la mesa del comedor junto a Albus.
—¿Nervioso?—Le preguntó luego de darle los buenos días.
—Un poco... pero estoy feliz porque veré a Scorpius de nuevo—Confesó, sonriéndole suavemente a su padre—Estoy seguro de que este año Slytherin ganará la copa de las casas.
Scorpius Malfoy era el mejor amigo de su hijo. Claro, en un principio le costó asimilar la noticia pues no podía evitar pensar en un "Mini-Draco Malfoy" petulante que pudiese llevarse tan bien con Albus. Pero tras conocer al muchacho, se dio cuenta de que no era tan malo como pensaba, podría decirse que incluso consideró que era agradable.
—Todo irá bien—Le confortó, regalándole una sonrisa compasiva.
—¡Gryffindor ganará la copa, mocoso!—James, quién cargaba a una sonriente Lily se acercó a la mesa, Albus lo miró mal.
—¿No entiendo porque no le dan una copa a cada casa? Todas trabajan duro, deberían ganar por igual—Se quejó Lily, haciendo un puchero. Se soltó del agarre de James y se sentó en la mesa—Cuándo vaya a Hogwarts me encargaré de cambiar eso—Declaró, sonriendo con suavidad.
—Suerte con eso, cerebrito, aunque le quitarías la emoción—Lily le sacó la lengua a Albus, quién se río un poco.
Ginny hizo aparecer la comida y todos comieron con alegría. Ese día era libre para Harry por lo que no tendría que ir al ministerio, Ginevra se quedaría con él hasta después de ir a despedir a los niños y luego iría a visitar a Luna junto a Lily. Por lo que tendría la casa para él solo, sonrió un poco al pensar en lo tranquila que estaría la casa los siguientes meses, pero un poco triste ante la idea de no ver a sus hijos a diario.
]
En la plataforma nueve y tres cuartos.
—¡Mira Al, tú novio!—Exclamó James burlón, señalando a un chico rubio que se encontraba no muy lejos de la familia Potter-Weasley.
Albus se ruborizó por completo.
—¡No es mi novio!—Chilló avergonzado, el mayor río—¡Papá, James se está metiendo conmigo de nuevo!
El moreno le dirigió una mirada severa a su hijo mayor, la sonrisa de James se borró de inmediato.
—Deja en paz a tú hermano, James—Regañó—No quiero que comiencen el nuevo año escolar peleando...
Pero sus palabras quedaron en el aire, opacadas por un grito de emoción.
—¡Albus!
Scorpius corría hasta el chico con una sonrisa en su rostro. Le costó asimilarlo, porque era idéntico a su padre, a excepción de esos ojos verdes que brillaban con emoción. Su hijo lo recibió sonriente, incluso pensó que se contenía de darle un abrazo ahí mismo.
Y sus ojos vagaron por el andén hasta encontrarse con aquellos grises. Draco Malfoy se acercaba a paso lento pero confiado, pudo reconocer cierto nerviosismo en su mirada y como se tensaba al darse cuenta la mirada insistente del auror sobre él.
—Malfoy—Saludó por mera cortesía una vez estuvo cerca.
—Potter—Y la mirada de Draco viajó expectante hasta su hijo. Scorpius hablaba con Albus y parecía haberse olvidado de todo lo que los rodeaba. Lily apretó suavemente la mano de Harry y el moreno la miró curioso.
La mejillas de su hija estaban rojas y no despegaba su mirada de Draco. Oh no, no podía ser.
—Es muy guapo—La niña habló lo suficientemente alto como para ser oída por el rubio mayor y su hermano James, que tuvo que luchar fuertemente con el impulso de burlarse de ella ahí mismo.
Draco, que vestía una túnica negra elegante y pulcra, y tenía esa postura formal y segura de sí mismo. Sonrió levemente mirando a la pequeña y luego a Harry, que parecía completamente avergonzado por el comentario de su hija.
—Lo siento, ella no sabe lo que dice—Se excusó rápidamente el auror, Lily le apretó aún más la mano por ello, susurrando por lo bajo un: "Claro qué sé lo que digo, papá"
—Descuida—Miró a lo lejos a Ginevra, que hablaba con Ron y Hermione—Aunque encuentro realmente ofensivo lo que dices, Potty—Tantos años sin verse, tantos años sin llamarlo de esa manera se le hacía extraño y nostálgico. Harry le miró entre abriendo un poco su labios, donde pronto se formó una sonrisa.
—Entonces afrontalo, Malfoy—Respondió, con cierta burla en su tono de voz.
No podía evitarlo, no podía. Era la costumbre, por más maduro que fuese en ese momento, no podía dejar de actuar así frente al rubio, aunque era diferente. De alguna manera todo era diferente, ya no eran los niños y adolescentes que en el pasado se odiaban a más no poder, habían formado sus respectivas familias y sus vidas. Eran unos hombres hechos y derechos.
—Hola, Malfoy—Ginny miraba al rubio fijamente, mientras tomaba la otra mano disponible de su marido. Harry le sonrió a su esposa, ella no despegaba sus ojos de Draco, como si desconfiara de él.
—Ginevra—Saludó, seco.
Y evitó mirar a la pareja, clavando su mirada en su hijo. Scorpius tomó la mano de Albus sonriente, haciéndolo avergonzar y lo jaló hasta los mayores.
—Scorpius, deberías entrar ya—Le recordó cuando el menor estuvo frente a él, el niño hizo un puchero leve—A no ser que quieras perder el año.
—No pensé que estuvieras tan desesperado en deshacerte de mí, papá—Se burló, Draco le miró serio, no le había hecho gracia en lo absoluto—Lo siento..—Dijo rápidamente, bajando la mirada.
Pero levantó la mirada para encontrase con la de su padre cuando este acarició su cabello, y a pesar de saber de primera mano que Draco no era un exclusivo fanático de las muestras de afecto en público, le abrazó escondiendo su rostro en su hombro.
—Te voy a extrañar—Susurró para que solo Draco le escuchase. El Malfoy mayor sonrió levemente por ello, importándole poco la mirada de Harry sobre él en esos momentos, y respondió con un "Yo también te extrañaré"—¿Siempre?—Preguntó Scorpius, dejando de susurrar y separándose de su padre.
—Siempre—Respondió con tranquilidad.
Scorp sonrió por ello y se marchó junto a Albus para entrar al expreso de Hogwarts. Severus tardó menos en despedirse de sus padres y hermana, por ello, las burlas de James hacía Hyperion no se hicieron tardar dentro del tren.
Ginevra y Lily se despidieron de Harry sonrientes, antes de desaparecer de la estación. Dejándolo solo junto a Draco. Ambos adultos miraban por donde se había marchado minutos atrás el expreso, con un aura melancólica.
—Ya ni te reconozco—Mencionó Harry de repente, mirando al hombre a su lado. Analizando sus facciones, sorprendentemente seguía viéndose igual a como cuando eran jóvenes, seguía igual de delgado y su estatura era la misma, a excepción de su rostro cansado y detalles ligeros que le hacían ver menos jovial y más maduro. Sí no lo conociera, pensaría que no tenía más de veinticinco años—El gran Draco Malfoy, ablandado nada más y nada menos que por Scorpius Malfoy... tal vez un poco más de entusiasmo y sentimento, y podrías llegar a ser un perfecto Hufflepuff—El moreno sonrió divertido, mofándose.
—Oh, qué te den por culo Potter—Le hizo una seña obscena con su dedo medio, sonriendo petulante antes de aparecerse.
—¿Por qué siempre quieres tener la última palabra?—Dijo entredientes el auror, como sí Malfoy estuviese aún ahí.
Bufó antes de aparecerse en Grimmauld Place, esa tarde, por sexta vez seguida, tuvo el dichoso sueño con aquella persona que no lograba reconocer.
