Todos tenían un semblante serio mientras leían la portada de El Profeta.

MUERE KLAUS BIGGS POR

MALDICIÓN IMPERDONABLE.

Klaus Biggs, profesor de defensa contra las artes oscuras de la escuela Hogwarts de magia y hechicería, falleció el día de ayer en su hogar a las afueras de Yorkshire, tras un ataque del creciente grupo terrorista que dice estar bajo el mando de "La Heredera", presuntos ex-mortífagos encargados de los recientes ataques a muggles, mestizos y al ministerio de magia del Reino Unido. Esta lamentable muerte, sólo nos hace pensar en cuál es el motivo de este peligroso grupo y su siguiente objetivo... ¿Hogwarts, tal vez?

¿Podemos considerar que nuestros hijos están a salvo?

¿Qué está haciendo el ministerio?

Harry Potter arrugó el periódico, rompiéndolo en el proceso. Se sentía muy molesto, toda la división de aurores también estaban molestos por ese bochornoso artículo.

—Señor Potter.—Llamó con cierto temor su asistente,—Tengo lo que me pidió.—Harry le dirigió una mirada fugaz, mientras observa como el aprendiz dejaba una carpeta enorme y repleta de documentos en su escritorio.—Todos los registros de los mortífagos involucrados en la primera y segunda guerra mágica.

Le agradeció y le pidió que se retirará de su oficina, este asintió nervioso, todavía siendo un poco torpe frente a su jefe, dejó a Harry sólo en su oficina.

Soltando un lago suspiro, tomó la carpeta y la abrió, revisando meticulosamente cada documento, agradeció que su asistente se había tomado la amabilidad de organizarlo por familias ya que le facilitaba más el trabajo. Estuvo durante largas horas leyendo y anotando lo que le parecía relevante, hasta que se topó con un expediente en particular.

Era de la familia Black, era sobre Bellatrix Lestrange, de soltera Black.

"—Desapareció durante varios meses. Según el testimonio de su hermana Narcissa Malfoy, de soltera Black, se mantuvo recluida en el que era en ese momento el centro principal de reuniones de los mortífagos, Malfoy Manor, hasta unas semanas antes de la batalla de Hogwarts por el señor tenebroso, por quién tenía una lealtad inquebrantable. Motivo del recluimiento desconocido."

"—Rodolphus Lestrange, cónyuge de Bellatrix, también desapareció durante ese periodo. Última vez visto antes de ir a Azkaban: La casa de la familia Rowle."

Harry detuvo su lectura y buscó entre los archivos ese apellido, cuando por fin lo consiguió, buscó todo el registro familiar, hasta que se topó con algo que llamó su atención.

"—Al señor y la señora Rowle se les ofreció una gran cantidad de oro para que cuidarán de una niña que había quedado huérfana tras la guerra, a quién llamaron Delphini Rowle, esta cantidad de dinero fue ofrecida por Rodolphus Lestrange."

Se levantó de repente de su escritorio por lo que acababa de leer, Rodolphus fue quién atacó a Draco, diciendo que su ama necesitaba algo que él poseía, el giratiempo. Quién le dijo a Narcissa Malfoy sobre La Heredera y el supuesto regreso de Voldemort. Esta tal Delphini Rowle ¿Tenía algo que ver con todo esto?

Tomó esos papeles y salió de su oficina, el ruido de su puerta abriéndose alertó a sus compañeros de trabajo, quiénes miraban a su jefe con respeto para luego seguir trabajando en sus respectivas investigaciones. Salió rápidamente de la oficina de aurores, sintiendo urgencia de reunirse con Hermione para ver qué opinaba ella al respecto.

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Hermione miraba a su mejor amigo mientras esté le explicaba la situación, luego leyó los documentos que Harry le entregó. Después de unos minutos meditando, dijo:

—Tal vez nos estemos acercando a la culpable Harry.—El moreno asintió,—Y su objetivo es Malfoy, es obvio luego de que intentase no una, sino varias veces robarle.—Era verdad, durante ese periodo de tiempo, varios mortífagos trataron de lastimar nuevamente a Draco, por suerte, Harry había ordenado a varios subordinados que protegieran al rubio.

La idea de que la vida de Draco y Scorpius corría riesgo no le agradaba, le enfurecía. Hermione notó como Harry se tensaba frunciendo el entrecejo y apretando su puño, y pensó que era una reacción peculiar, ella podía notar que ahí había algo más, pero Harry siempre fue muy denso con sus sentimientos como para darse cuenta.

—¿Leíste El Profeta hoy?—Preguntó de repente Hermione.

—Sí, lo leí,—Respondió el moreno, suspirando.

—Hace un rato hablé con McGonagall, Harry...—Dijo con suavidad, su amigo la miraba expectante, esperando que continuará, la luz de la chimenea los iluminaba a ambos, mientras se escuchaba de fondo el sonido suave del agua que emergía de una pequeña fuente que había en la oficina.—Quiere que tomes el puesto del antiguo profesor Klaus Biggs.

Harry, no se tomó muy bien aquello, quién casi de inmediato se opuso a la idea.

—No hay nadie más capacitado que tú para cumplir con este puesto Harry.—Dijo con franqueza la primera ministra de magia.

—Pero... ¿Y mi trabajo en el ministerio qué?—Cuestionó el moreno, sintiéndose un poco presionado.

—Podríamos hacer algunos ajustes... Ser más flexibles contigo, podrías entrar y salir de Hogwarts cuando quisieras, y así podrías cumplir con ambas responsabilidades...—Trató de convencerlo.

El moreno se mantuvo en silencio por unos largos minutos, y Hermione comenzaba a temer que Harry rechazara por completo el puesto de trabajo.

—Sí acepto este empleo, nadie aparte de McGonagall puede enterarse.—Dijo de repente—Por lo menos hasta que oficialmente comiencen las clases.

—Confío en ti Harry, lo sabes.—Hermione le regaló una sonrisa, la cuál Harry regresó gustoso.

Entonces el moreno revisó su reloj de mano, y al darse cuenta de la hora que era, se levantó del sillón.

—Debo retirarme Mione, nos vemos después.—La mencionada lo miró un tanto confundida por el apuro de Harry, aún así respondió un "Sí, claro, nos vemos después" y lo dejó marcharse de su oficina.

Una vez afuera de la oficina de la primera ministra, se apuró para salir del ministerio, pues no quería hacer esperar a Malfoy, quién posiblemente lo estaba esperando en el Caldero Chorreante. Muy en el fondo esperaba que así fuera, y sus latidos estaban acelerados debido a aquel pensamiento. Pero esa emoción era normal entre amigos ¿Verdad?

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Albus Potter el curso anterior le había robado a su hermano mayor James la capa de invisibilidad que su padre le había regalado el primer año de Hogwarts, con esta capa solía escabullirse junto con Scorpius y Rose en el colegio. Era un objeto muy útil, y su hermano juraba que lo había perdido y no se atrevía a decirle a su padre, pues le había jurado que cuidaría de esa reliquia tan valiosa e importante.

Nunca pensó que la usaría con otros motivos más que ese. Hasta que Scorpius Malfoy le enseñó, un día de agosto, antes del regreso a clases un collar dorado en forma circular con un reloj de arena en medio, preguntándole sí sabía que era. Lo había visto con anterioridad, en uno de los libros de Teddy antes de que esté se graduará de la academia de aurores. Era un giratiempo.

—¿Cómo lo conseguiste?—Le preguntó a su mejor amigo, todavía sin creer lo que veían sus ojos.

Escuchó atentamente como el rubio había descubierto por error el objeto.

—Escuché una vez de Teddy que todos fueron destruidos, hace mucho tiempo.—Albus mencionó, para luego explicar qué es.—Básicamente sirve para viajar en el tiempo, pero está limitada a máximo veinticuatro horas en el pasado, pero según algunos modelos fueron modificados para poder viajar más lejos en el pasado.

Scorpius abrió los ojos, y una idea cruzó su mente, a pesar de ello, no lo dijo en voz alta.

—Pero es peligroso, ya que sí se altera el pasado se pueden crear líneas temporales alternas.—Terminó de explicar Albus. Notó como los ojos de su mejor amigo brillaban, y supo que estaba pensando en algo que todavía no se atrevía a compartirle. Honestamente, Albus sentía que lo conocía como sí fuese su hermano. —Tienes algo en mente ¿Verdad?

—Al, ¿Y sí no intervenimos... Sólo observamos?—Preguntó el rubio de ojos esmeralda, —¿No habría ningún cambio, verdad?

—No sé Scorp... ¿No te da miedo que algo salga mal?

—Sólo quiero ver al abuelo...—Respondió con un hilo de voz,—Quiero saber cómo era como para que padre lo odiara tanto..

Sí algo no le gustaba a Albus, definitivamente era ver a Scorpius al borde del llanto. Por lo que lo rodeó con sus brazos en un abrazo, al cuál su mejor amigo se aferró, sollozando en su hombro.

—Sólo quiero volver a ver a mi madre...—Dijo con voz rota.

A pesar de aquel deseo, ese día, ni los siguientes, no utilizaron el giratiempo.