BUeno aki esta el segundo capitulo...en este se supone ke esta describiendo o lo esta viviendo tomoyo o lo ke sea...en el proximo sakura y asi espero ke le entiendan bueno aki esta... por cierto los personajes no son mios si no de clamp

Capitulo 2

-Oye Shyaoran¿No sabes que tiene Sakura? Es que últimamente se ha comportado muy extraña conmigo-

-Y no solo contigo Tomoyo, también conmigo, pero no me quiso decir-dijo con una mirada de impotencia y desesperación,-sabes que la quiero pero…me pregunto si ella…todavía me quiere-

-¡Oh! Vamos no seas tan duro contigo, ni con ella, tal vez solo esta pasando por un mal momento- dije intentando parecer preocupada aunque la verdad me moría de celos por saber que el podía besar sus labios y tenerla entre sus brazos.-No te culpo, pero debes tranquilizarte, habla con ella ya veras que todo sale bien-

-Tal vez…-

-Bueno nos vemos después ahí va mi maestra-

-Adiós-su voz sonaba triste.

-Hola Sakura-le salude con una sonrisa que pronto se desvaneció al ver su ara de tristeza, siempre que ella estaba triste, algo muy común en los últimos días, se me iba el alma a los pies y me sentía terrible,-¿Qué tienes?-.

-Ah hola Tomoyo-dijo esbozando una leve sonrisa-es que no voy muy bien en química que digamos-

-¡Ah es eso! Si quieres yo te puedo ayudar al fin que soy buena en química-dije sonriéndome- entonces ¿Qué dices?

-Si claro-dijo sonriéndose un poco-oye ¿has hablado con Shyaoran?-

-Si estaba un poco triste-dije recordando la conversación de hacia un rato-¿Por?

-No es que no quiero que sepa que voy mal en química otra vez, no le digas nada ¿Sí?-dijo en tono de suplica a lo que no puedo resistirme.

-No te preocupes no le diré nada, eso te lo dejo a ti, entonces nos vemos a las cuatro en mi casa ¿Sí?-dije mientras me daba la vuelta y me dirigía a mi salón, me sonreí…la iba a tener para mi toda la tarde.

-Si a las cuatro.-

Estaba demasiado impaciente por su llegada, no quería cometer una estupidez, por que si no podía tenerla entre mis brazos y probar sus labios prefería ser solo su amiga, tenerla cerca como amiga, que tenerla solo como un recuerdo.

Estaba embarcada en mis pensamientos cuando escuché el timbre, mi corazón se aceleró sabiendo quien estaría del otro lado de la puerta esperando por mi, no pude evitar sonreír y me paré en seguida, me apresuré a abrir la puerta y ahí estaba, hermosa como siempre, con sus cabellos castaños recogidos en una coleta que le daba un aspecto sensual, con sus esmeraldas dirigidas hacia mi, su nariz respingada y sus labios rojos, delgados pero demasiado tentadores, baje la mirada hacia su cuello, luego un poco mas abajo hacia sus pequeños pero firmes pechos, me detuve más tiempo del que hubiera sido conveniente en esa parte de su cuerpo, seguí bajando hacia sus delgadas caderas, perfectas simplemente perfectas, en ese momento deseé que su piel blanca no estuviera cubierta por la blusa roja que traía puesta, la misma que solo hacia acentuar su figura, no pude evitar sentirme como si estuviera frente a un ángel, sus piernas largas tampoco pasaron desapercibidas para mi pero sus pantalones de mezclilla cubrían todo lo que yo deseaba ver.

-Hola, pasa¿Trajiste tus cosas para estudiar?-dije mientras nos dirigíamos a la sala.

-Si ni modo que para que vendría sin traer mis cosas-dijo sarcásticamente, mientras ponía sus cosas en el suelo y se sentaba un una silla.

-¿Y por donde empezamos?-"¿que tal por besarte?"Pensé mirando sus labios con ensoñación.

-Mmmm no se que tal por las ecuaciones de oxidación-reducción y electroquímica-dijo mientras pasaba las hojas de su cuaderno delicada pero rápidamente.

-Esta bien, mira solo tienes que…-sus labios me parecieron insoportablemente apetecibles en ese momento, me acerqué lentamente acortando la distancia entre su boca y la mía, casi tanto que podía escuchar su respiración.

-Err… ¿Tomoyo?-escuché que me llamaba distante, aparté la mirada de sus labios y me recriminé en silencio por lo que había estado apunto de hacer.

-¿Quieres agua?- dije intentando no parecer demasiado obvia de mi turbación.

-Mmmm…bueno-.

Me fui a la cocina y sentí sus pasos detrás de mi, serví el vaso de agua con mano temblorosa, sólo esperaba que no se hubiese percatado de mis intenciones, aunque pensé que el que no se diera cuenta de lo que había estado apunto de hacer, era o muy inocente o estaba ciego, y ella no era ninguna de las dos cosas. Le di el vaso con la mano aún temblorosa, su mano rozó la mía, levanté la mirada, y no lo pensé dos veces, aprisioné sus labios contra los míos, soltó un quejido de, supongo yo, sorpresa, mientras sentía sus suaves labios y los rozaba levemente con mi lengua, lentamente mis labios se separaron de los suyos, y al abrir los ojos, noté en su mirada un dejo de pasión y deseo, mucho deseo, puse mi mano por su cuello y me acerque a sus labios con la intención de besarla de nuevo cuando sonó su celular, quité mi mano abruptamente de su cuello, nuestras miradas se encontraron de nuevo, su expresión de confusión no había cambiado, pero ahora había algo mas, había ternura y quise pensar que también amor, su celular dio otro timbrazo y lo contesto.

-¿Bueno?-dijo con la voz entrecortada.

-…-

-¿Qué quieres?-dijo un poco molesta.

-…-

-Estoy estudiando en casa de Tomoyo ya te había dicho que iba a venir-

-…-

-Bueno adiós-colgó-lo siento era Shyaoran-. No pude evitar una mirada un tanto celosa al escuchar su nombre.

-Oye…yo lo…siento-

-¿Por qué?-dijo intentando no darle mucha importancia, pero no sabía hacerlo muy bien.

-¿Cómo que por que?-dije algo molesta, hubiera preferido mil veces que me golpeara, que me dijera que no quería volver a verme, pero me dolió mas que hubiera hecho como si nada hubiese pasado,- por lo del…del…del beso.-

-ah si eso…no tiene importancia-dijo poniendo el vaso contra sus labios, me acerque.

-¿no tiene?-dije dando un paso al frente, haciendo que retrocediera.

-N…no…no tiene-tartamudeo, y dio otro paso hacia atrás, chocó contra el mueble, me acerqué más, hasta estar a casi un palmo de su rostro.

-Entonces ¿Porqué tartamudeas?-la voz que salía de mis labios ya no era la misma, ya no era yo, la pasión y el deseo ocupaban y destrozaban todos mis pensamientos coherentes, pase una mano por su cintura acercándola aún más a mi, su cuerpo se tensó al contacto con el mío, mi mano libre subió para desatar el listón que ceñía su cabello haciendo que cayera sobre sus hombros, atraje su cara hacia mi, ni ella ni yo teníamos ya el control de nuestro cuerpo, vi sus ojos una vez más antes de cerrar mis labios entorno a los suyos, pude sentir su agitada respiración, el palpitar de su corazón en sincronía con el mío que estaba igual de desbocado que el de ella, abrí su boca con mi lengua y no opuso resistencia alguna, y por primera vez probé su boca, su sabor, por fin era mía, mi sueño se estaba haciendo realidad, el beso se profundizo aun más y nuestras lenguas se buscaban y exploraban cada rincón de nuestras respectivas bocas, coloco una mando en mi mejilla, la abrasé mas fuerte aun, no quería que el beso terminara aún pero el aire empezaba a faltarme, separé mis labios para respirar y le di un leve beso en sus labios, y así hubiéramos seguido de no haber sido por que Sakura me separo de ella con un leve empujón.

-Tomoyo…yo-yo…no se que…que me pasó-su voz era entrecortada y su respiración estaba agitada.

-Ni yo lo siento no se lo que pasó por mi mente…en esos momentos.-

Pretendimos estudiar toda la tarde, aunque yo revivía cada instante los momentos en que sus labios estaban unidos a los míos, unidos con tanto amor, pasión y ternura que escalofríos recorrían mi espalda al recordar ese momento, y deseaba que se repitiesen un millón de veces más.

-Tomoyo, me tengo que ir ya es un poco tarde.-

-Ah… ¿Te acompaño a tu casa?-

-No, no esta tan lejos yo camino.-El ambiente estaba cargado de tensión.

-Te acompaño a la puerta.-Le ayude a recoger sus cosas y después caminamos hasta mi puerta, ella iba delante mío así que pude observar sus caderas y también sus piernas y el lugar en el que estas perdían ese nombre. Me despedí de ella sintiendo un gran vacío al cerrar la puerta, sabía que la vería hasta el lunes.

Subí a mi cuarto y me recosté pensando en ella, cerré los ojos y me quedé dormida.