RESPUESTAS A REVIEWS:

J0nas Nagera: ¡Muchas gracias por checar esta historia también! Espero te guste. Ya veremos qué camino toman las chicas, pero de momento, nos adentraremos en el side de Anne. Un abrazo!


"Hotaru"

Capítulo 3:

Sentimientos complicados.


Simplemente deseaba un amor eterno,

parecido a los que se leen en cuentos.

Un príncipe que puede llegar al averno

así le tome la vida en fallidos intentos.

Eso pensé, pero ya pasó de moda,

así que he escrito primero mi oda.

De esa manera sabrás en prosas

todo aquello que mi corazón añora.

Quiero que me amen, así como amo,

y que suspire como yo si le extraño.

Una conexión que parezca el destino,

el hilo rojo que marca nuestro camino.

Pero no estoy sola, no te alarmes.

La tengo a ella, un fuerte gendarme.

Una bella dama ha jurado cuidarme

hasta el día en que puedas hallarme.


¿Su género favorito?

El romance, siempre lo sería. Le parecía hermoso el concepto en que podías encontrar a tu alma gemela, de manera totalmente inesperada, guiada por una extraña coincidencia creada por el universo con el único propósito de hacerte feliz, llenar el vacío que todos los seres humanos llevaban en el pecho. Esa persona que se convertiría en tu mayor confidente, tu hogar, tu paz.

Y como buena apasionada del romance, no podía evitar emocionarse cada vez que sus amigas parecían tener una historia de amor entre manos… Bueno, su amiga, solo Sasha. Extrañamente, nunca había visto a Marcy interesada en nadie que no fuera una consola de videojuegos, un cómic, una serie, un manga, un anime… Todos aquellos que mostraban interés en la pelinegra se enfrentaban a un rechazo seguro, nadie escapaba de la afilada hoja de su mirada condescendiente y su elaborado discurso para finalmente terminar con un: "Pero lo lamento, no estoy buscando una relación".

—¡¿Entonces le dirás que sí?! —gritó emocionada.

—Eso creo, me cae bien y la verdad es bastante atractivo, quizá sale algo interesante de todo esto.

—Me sorprende lo simple que es todo esto para ti, a mí me estresa de sobremanera cuando alguien me confiesa que le gusto—expresó Regina, leyendo las cartas que iban saliendo de los empaques que había comprado.

—Es porque siempre los rechazas, Mar-Mar. No te haría daño probar suerte.

—Dicho de esa manera suena cruel—Marcy suspiró, lamentando no haber conseguido la criatura que le hacía falta en su deck.

—Es un mundo cruel, mejor divertirse, hazlo como Anne, literalmente en este momento está imaginando cómo se llamará mi hijo o hija con Teo.

—Terry es un nombre muy lindo. Imagina, el cabello rubio de ambos y los ojos azules de Sash, sería divino.

—Y al parecer será niño—Sasha sonrió con diversión —. Hace poco se le confesó Raphael, ¿les ves futuro, Anne? —preguntó la rubia, apuntando a Regina.

Savisa elevó la vista, intentando vislumbrar a la pelinegra con el adorable pelirrojo. Frunció el ceño, absolutamente no se imaginaba nada, y no era de extrañar, daba tan por sentado que Marcy lo rechazaría que se sentía incapaz de siquiera imaginar un "tal vez". Aparte, nadie era lo suficientemente bueno para Regina, y si alguien quería ganar su corazón, debía hacer esfuerzos sobrehumanos. Quizá Sasha podía darle la oportunidad al carbón y mirar si se convertía en diamante, era una chica fuerte, podía darse ese lujo, pues casi nunca era algo serio y su corazón estaba a salvo, pero no su Marbles, la persona que llegara debía ser LA INDICADA.

—No, nada, aparte él no tiene oportunidad, mejor hablemos de tu siguiente cita con Teo, ¿a dónde irán?


—No tenemos que hacerlo si no quieres, sé que odias las cosas cursis y todo eso—Anne se removía incómoda en el taxi, no le había dado tiempo de siquiera tomar un suéter, literalmente la pelinegra había llegado a sacarla a empujones de su casa.

—Ese tonto habrá dicho que la película es ridícula, pero no por eso tienes que perderte la premier. Compraste los boletos en la preventa con toda la ilusión del mundo, ¿cómo se atreve siquiera a decir esas barbaridades? No, Anna Banana, vas a tener esta tarde, vamos a mirar esa película, voy a comprarte esa bebida llena de azúcar sabor cereza que tanto te gusta y después iremos a Sky zone, será una cita inolvidable, ya verás.

Anne no pudo evitar sonreír con ternura al mirar las mejillas infladas, llenas de indignación de su mejor amiga. No se sentía como si apenas hacía unas horas se hubiera peleado con su novio, Marcy sabía cómo levantarle el ánimo con acciones tan sencillas, tan perfectas… La conocía de pies a cabeza.

—Absolutamente prefiero tener una cita contigo que con "ese tonto"—repitió entre risas mientras tomaba su mano —. Entonces, estoy a tu cuidado —susurró, mientras recargaba su cabeza en el hombro de la chica.

El rostro de Marcy se calentó debido a la sangre que se acumuló en sus mejillas, todo su interior estaba hecho un caos y su corazón no callaría lo feliz que era en ese momento. Llevó una mano a su pecho intentando repetir que no era gran cosa. Anne siempre había sido cariñosa. No había ninguna intención extra en sus dedos entrelazados.

Esa tarde fue grandiosa, la película fue tan buena que incluso hablaron de ella cuando fueron a comer banderillas, definitivamente el giro trágico de los eventos había sido una sorpresa refrescante entre lo meloso que podía resultar el largometraje. Marcy estaba hirviendo en creatividad y Anne, encantada por los mundos que podía crear la mente de su amiga en cuestión de minutos, la escuchó con atención. En un punto la pelinegra se forzó a detenerse, cosa que Savisa le regañó, pues contrario a lo que pensaba, no le aburría en absoluto escuchar sus ideas, gracias a eso, pasaron todavía dos horas más en el restaurante, tiempo que les faltaría para ir a su última parada anunciada. No importaba, podrían salir otro día, sí, quedarían para la siguiente semana.

—¿Entonces qué opinas de viajar a Beach City el siguiente viernes? —dijo Paul, mientras metía sus cosas en el casillero.

—¿Este viernes? Bueno… quizá no pueda…

—¿Qué? ¿Por qué? Hace mucho que no salimos juntos, pensé que te alegraría la idea—expresó, confuso.

—Claro que me gustaría, pero… ya había quedado para salir, y no puedo cancelar.

—¿Con quién?

—Marcy.

—Cielos, ¿es en serio? Últimamente sales más con ella que conmigo, ¿segura que estás viendo a tu amiga y no a alguien más?

—No, espera, ¿por qué me preguntas eso? No es justo—Anne frunció el ceño, indignada.

—Cine, cena, teatro, paseos, comidas, me cancelas por ella, ¿no crees que es demasiado? Me estoy sintiendo solo en esta relación, ¿sabes? —recriminó.

Anne bufó con indignación, ¿cómo se atrevía? En su momento atendería a sus demandas y buscaría mejorar, creyendo que definitivamente, tal vez, estaba haciendo algo mal, pero ya era demasiado, siempre intentaba tomar en cuenta su opinión en las discusiones. Hoy, sin embargo, había alcanzado su límite. Ella estaba poniendo todo y él se dedicaba a recibirlo, pedir más cuando se sentía poco amado y enojarse cuando le daba demasiado. No más.

—Quisiera recordarte que siempre a quien invito primero es a ti, y tú me rechazas porque no te gustan las películas románticas, no podemos ir a cenar juntos porque eres vegano y cada que como carne me haces comentarios pasivo-agresivos, me dices que no quieres salir a pasear al parque porque es demasiado simple o porque hay demasiadas personas, ¿cuántas veces te has quejado cuando vamos a ver una presentación de k-pop? Te encargas de recordarme a cada minuto que no te gusta esa música, que crees que es ridícula pero que "lo haces por mí", ¡gracias por tu sacrificio, entonces! Una de cal por las que van de arena, ¿te sorprende que pase más tiempo con mis amigas? Entonces no me trates como si me estuvieras haciendo un favor al salir conmigo.

—Podrías al menos hacerme sentir que quieres que hagamos cosas juntos, al primer "no" que te digo, solo me dices que está bien y te vas con Wu o con Sasha.

—¿Entonces qué quieres que haga? Cuando te insistía te enojabas… Ya no sé qué hacer para ser una buena novia, hacer o no hacer algo te molesta de todas maneras…

—Si eso es lo que piensas entonces hay que terminar, total, no necesitas un novio si ya tienes a Wu para tratarte mejor que yo, es eso a lo que te refieres, ¿o no?

—Es por esto que no llegamos a ningún lado, siempre que peleamos me amenazas con dejarme.

—Bueno, no es una amenaza, terminé con esto.

—Pero, Paul, tenemos que hablar…

El chico no esperó, solo siguió caminando, dejando a Anne con las palabras atoradas en la garganta. No entendía por qué siempre terminaba así, ¿por qué todos sus novios se molestaban tanto cuando se trataba de Marcy? ¿Acaso era una especie de competencia de egos? Su amiga no esperaba ganar nada, solo la quería, la trataba con cariño porque la apreciaba, ¿era tan difícil entender eso? No les costaba nada escucharla como lo hacía Marcy, no les costaba nada mimarla como Marcy, no se les iba a agotar el amor por decirle cosas lindas como lo hacía Marcy, no pedía siquiera que dejaran todo tirado por ella, pero si su mejor amiga, que ni siquiera tenía sentimientos románticos por ella, podía ser tan dulce y atenta, ¿por qué ellos solo se dedicaban a quejarse de la pelinegra?

En fin, ¿quién necesitaba a alguien así en su vida? Le dolía, claro, se había enamorado genuinamente de todos y cada uno de ellos, pero no estaba sola, tenía a sus amigas, y la persona que no entendiera el lazo tan fuerte que compartía con ellas no la merecía.

Aun así, no dejaba de arder y quemar su pecho… No quería ser una carga para nadie, pero sabía que no había mejor cura para su corazón destrozado que el cariño de sus amigas… Las dulces palabras de Marcy, su mirada llena de comprensión y ternura, sus brazos protectores y cálidos. El solo pensamiento de la pelinegra le dio un poco de consuelo.

Sí, si la tenía, podía librar esa batalla, la búsqueda de su verdadero amor.


Quizá era la universidad, pero sentía que una gran brecha se había formado entre ella y la pelinegra. No podía identificar bien cuál era la raíz del problema, pero últimamente casi siempre se enteraba por Sasha de los planes de Marcy.

El webtoon, la poesía, los campamentos, su licencia de conducir… Sentía que Regina se estaba convirtiendo en alguien que no conocía, y eso provocaba un lastimero sentimiento de soledad.

Probablemente no estaba pasando tanto tiempo con ella, y bueno, era su culpa, lo admitía. La universidad le absorbía mucho tiempo, y los fines de semana generalmente salía en citas, aunque nada oficial de momento, solo eran chicos que la invitaban a comer, mirar una película o alguna actividad entre amigos… Generalmente perdían el interés en ella después de tres encuentros. Tenía la ligera sospecha de que solo buscaban sexo; bien, estaban en esa etapa, ya nadie buscaba o soñaba con el amor verdadero, solo querían alguien con quién pasarla bien, pero, aunque se tardara diez años más, aunque la llamaran "anticuada", no se rendiría. Encontraría a su alma gemela y solo se entregaría a esa persona.

… Pero en algún punto del camino, había priorizado su búsqueda de su media naranja sobre su amistad con Sasha y Marcy, cosa que la hacía sentir como una completa tonta. Era normal que sintiera que ya no conocía a sus amigas, si solamente las veía 2 horas al día, 3 si tenían suerte y solo para mantener el contacto. Ellas estaban en el mismo edificio, compartían más, y así como Savisa dejaba de insistir a quienes no mostraban interés, seguramente ellas también se darían por vencidas después de que las rechazara tantas veces, y ella lo habría provocado.

La última vez que tomó la iniciativa para verse, fue cuando rompió con su último novio… y fue solo a Marcy… en plena madrugada…

Bien, estaba decidido, por un tiempo dejaría de lado la misión de buscar al amor de su vida, no había prisa, el destino se encargaría de poner a esa persona en su camino. Se dedicaría a reconectar con sus amigas.


Bueno, sí, parecía que se había perdido de mucho. Sasha era tan popular como siempre, pero contrario a sus antiguas memorias de la reina rompecorazones Waybright, ahora no parecía que la rubia "dejara pasar lo que tenía que pasar". Se notaba más centrada, quizá era lo que llamaban "madurez", esa aura adulta que estaba adoptando su amiga la hizo sentir como una niña pequeña. Claramente Savisa ya no era la chica extremadamente soñadora y sin carácter que reconocía de su adolescencia, pero tampoco podía decir que su "yo actual" superara por una abismal ventaja al de hacía un año o dos. Lo mismo podría aplicar con Marcy, quien no solo sí hablaba con sus compañeros de clase y se desenvolvía con destreza en su ámbito, también parecía tener una amiga cercana que ella no conocía.

Quizá demasiado cercana…

Investigó un poco sobre aquella chica, tener amigos en todos lados hacía que su red de información fuera variada y certera.

Hellen Lewis, una chica enérgica y carismática, al parecer se le conocía por enamoradiza. Cada tanto la gente se enternecía ante las muestras de afecto que la castaña daba a sus objetivos, y aunque casi siempre la rechazaban, no se daba por vencida tan fácil. El perfil de personas que le gustaban no era negociable, casi siempre eran chicas intelectuales y tranquilas… Era una mala combinación que su tipo fuera exactamente todo lo contrario a ella, pues ese tipo de chicas preferían mantener un perfil bajo, y tener a alguien claramente popular revoloteando a su alrededor no debía hacerles la vida más fácil. Todos le advirtieron lo mismo: "Si tiene la vista puesta en Marcy, entonces sus días de paz han terminado".

Ilusos.

Quien estaba acabada era esa chica. En todos los años que llevaba de conocer a Regina, nunca, pero en verdad, NUNCA la había visto aceptar a nadie, y por más encantadora que fuera Hellen, su amor estaba destinado al fracaso. Una desconocida sensación de satisfacción llenó el pecho de Anne, se dijo que era porque al menos así estaba segura de que, en el momento en que Mar-Mar tuviera la intención de salir con alguien, esa persona definitivamente sería para ella.

¡La historia de amor perfecta! Y de las que más le gustaban.

… Aunque algo no se sentía bien. ¡Diablos! Debía dejar de intentar acaparar a Marcy para ella sola, no podría hacer eso cuando la pelinegra tuviera novio o novia, era hora de crecer y dejar de lado sus sentimientos infan-… ¿Por qué Marcy estaba tan tranquila recostada en las piernas de Lewis?

Es decir, también lo hacía con ella, ¡pero se conocían desde que tenían seis años! Era natural tener esa clase de confianza.

Sus ojos conectaron con los de aquella usurpadora y solo entonces, al cambiar su expresión a sorpresa, se dio cuenta de que tenía el ceño fruncido. El duelo de miradas duró poco, Marcy le enseñó algo en el celular a Hellen e inmediatamente su contacto se rompió… y de alguna manera Anne sintió que había perdido.

No quiso darle demasiadas vueltas al asunto, eso se dijo mientras contaba cada pedazo de manzana bañada en miel que la castaña ponía en la boca de Marcy.

No debía darle importancia, se repitió mientras se preguntaba qué era tan malditamente aterrador como para que Hellen tuviera la acaparadora necesidad de abrazarse del brazo de su mejor amiga mientras miraban quién sabía qué cosa. ¡Lo que más la sacaba de quicio era que a la pelinegra ni siquiera parecía importarle la cercanía! Nunca lo permitió con nadie más, ¿por qué con ella sí?

Lo que más la molestaba era que cada vez que se encontraban, Hellen alzaba la mirada para verla con una expresión que no sabía muy bien cómo interpretar. Algunas veces más, ni siquiera hacía falta que supiera que ellas estaban ahí, simplemente sentía que estaba en el campo de visión de alguien, y al elevar la vista para encontrarse con dicha persona, ahí estaban. Siempre ocurría durante su cambio de clases, y no era como si pudiera acercarse a demostrarle a esa principiante lo que de verdad era tener una conexión con su Marbles, pues la mayoría de las veces siempre había una valla o era un lugar que requeriría que diera toda la vuelta a la explanada. Justo en esos momentos odió estar en un área diferente.

Igualmente, ni siquiera quería conocerla, de vista ya le caía mal. Pero no era una persona grosera, si algún día Marcy la invitaba, usaría la oportunidad para barrer el suelo con ella.


—Bueno, no se conocen, pero lo harán—La pelinegra puso su mano en la espalda de la castaña —. Chicas, ella es Hellen —Oh, claro que la conocía, y seguramente ella también lo hacía —. Hellen, ellas son Anne Boonchuy y Sasha Waybright.

—Así que tú eres la famosa Hellen—Elizabeth fue la primera en hablar —. ¡Mucho gusto! Ya te he visto por aquí y por allá con Mar-Mar. Finalmente nos conocemos.

—¿Mar-Mar? —La invitada frunció los labios en señal de curiosidad.

—Ah, sí, no puedes conocer a alguien por tanto tiempo sin ponerle apodos, ¡o sin esperar que pisotee tu imagen delante de tu nueva amiga! —Marcy hizo un mohín con indignación.

—Vamos, Marbles, sabes que me amas.

—Tú también me amas, ¿verdad, Elizabeth? —sentenció la pelinegra mientras se alejaba lentamente sin dejar de mirar a los ojos a la fiera de cabello dorado.

—¡Ven aquí, Regina Wu!

—¡No~!

Tal como esperaba, Marcy y Sasha parecían tener una relación tan fuerte como siempre. Anne pensó en lo mucho que las había descuidado. Lo compensaría, en verdad lo haría, ellas siempre la comprendieron y estuvieron ahí a su lado, incluso continuaban insistiendo en salir juntas alguna vez. Savisa infló el pecho con orgullo, había rechazado una cita para ese fin de semana para planear un día con sus mejores amigas, oh sí, si el príncipe llegaba, tendría que aceptar que Sasha y Marcy iban primero, si no, no quería nada.

Su corazón lloró un poco, sabía que, si se enamoraba de un chico que no quisiera a sus amigas, le costaría mucho terminar con él, pero lo haría, como que se llamaba Anne Savisa Boonchuy que lo haría.

Lo que no esperó fue que Marcy llevara a Hellen. La famosa Hellen, alias, la roba amigas, esa semana les había estado hablando de ella para prepararlas para ese encuentro, estaba segura, si la chica de cabello alborotado no proponía la salida, seguramente lo haría Regina. Miró de soslayo a la intrusa… Llevaba un precioso vestido verde olivo en tonalidad pastel que favorecía mucho su largo cabello castaño quebrado y su envidiable figura. Bien, era bonita, su Marbles no se merecía menos.

—¿En qué carrera estás? —preguntó para intentar llenar el silencio que se había creado gracias a la ausencia del dúo W. ¿Hasta dónde había perseguido Sasha a Marcy? ¡Cielos!

—No hace falta que me hables, sé que no te agrado.

—¿Perdona? Estoy intentando ser amable.

—No lo intentes, te sale fatal. Te he visto con ganas de arrancarme la cabeza durante la última semana, ¿me dirás que no es así?

—No te estaba mirando de ninguna manera, simplemente… estoy cuidando a mi amiga —Anne infló el pecho con indignación —. ¿No crees que eres demasiado melosa con ella? La gente lo puede malinterpretar.

—¿Qué van a malinterpretar?

—Pues… que quieres algo más con ella.

—No me molesta, todos lo saben, ella también.

El alma de la chica de cabello alborotado cayó al piso al escuchar esas palabras. ¿Ya se le había confesado? ¿Entonces qué hacía ahí? ¿Acaso Marcy le había dado una oportunidad? ¿Por qué? ¿Qué tenía ella de especial? Muchas personas lo habían intentado antes, ¿qué estaba ocurriendo con su amiga? ¿Por qué no le había platicado nada? ¿Por qué ahora quería salir con otra persona? ¿Era porque se había enfocado demasiado en encontrar un novio? ¿Qué clase de superpoder tenía esa chica?

—Vaya, parece que te acabo de decir que tienes cáncer…

—No, yo solo… ¿qué son ustedes dos entonces?

—Somos amigas, me rechazó.

—Ah… lo siento —dijo, sus labios querían esbozar una sonrisa, pero se esforzó por mantener una expresión de empatía.

—Lo sabía —Hellen miró con los ojos entrecerrados a Savisa —. Eres un libro abierto, me sorprende que ella no se haya dado cuenta.

—¿De qué hablas?

—Dime algo Anne, ¿te comportas así con todos los pretendientes de tus amigas?

—¿Qué? No me conoces, ¿eso qué tiene que ver?

—¿También sientes celos de los que se enamoran de Waybright?

—Te lo dije, nuestras niñas nos esperarían sin moverse ni un centímetro —la voz de Sasha se escuchó detrás de ellas, entonces, Anne no pudo responder ni procesar la pregunta. El dúo problemático había vuelto, saldo casi blanco; la rubia traía a Marcy a rastras… No importaba cuantos años pasaran, el deporte seguía sin ser lo suyo.

—¡Ustedes dos! ¿Hasta dónde fueron? —reclamó Savisa.

—Le dimos la vuelta al centro comercial, alguien sujete a Regina, se nos está yendo.

Anne se acomodó el bolso para poder ayudar a Mar-Mar, pero Hellen fue más rápida y, con delicadeza, pasó el brazo de la pelinegra por sus hombros.

—Pobrecita, ¿por qué corriste tan rápido si sabes que no te hace bien? —la reprendió.

—Vi al señor oscuro… a los ojos, ¡estaba… detrás de mí! ¡Sauron iba por mi alma!

Anne sonrió ante la comparativa de su convaleciente amiga.

—Tú quédate con Marcy un momento mientras Anne y yo vamos a comprar una botella de agua, andando, Anna Banana.

—Sí…

No pudo reclamar siquiera para quedarse con Marbles, una desconocida segunda derrota atravesó su corazón, y no solo eso… En su mente, las palabras de Hellen resonaron e hicieron eco por el resto de la tarde.

"¿Te comportas así con todos los pretendientes de tus amigas?".

"¿También sientes celos de los que se enamoran de Waybright?".