Entre los corales y arrecifes se levanta la primera línea de defensa del reino marino, en ella la comunicación corre rápidamente para llevar al emperador del mar las noticias más importantes sobre la actividad humana, también juegan un papel muy importante para bloquear los ataques terrestres pues los pólipos aparecen o desaparecen para permitir que el salvaje flujo de las oleadas entre a la costa inundando las tierras bajas, causando grandes estragos entre las tropas humanas, por eso constantemente los enemigos vierten grandes cantidades de contaminantes para obligar a los corales a blanquearse y perecer, por suerte para ellos cada día la princesa de las sirena vaga entre sus fieles sirvientes para darles ánimo y curar las áreas petrificadas, ella es poseedora de una poderosa magia sanadora con la cual ha podido proteger su reino.

La última batalla ha dejado grandes daños en los arrecifes provocando la muerte de muchos de ellos, devastada por la escena la bella ondina emergió la noche anterior para declarar su repudio hacia el príncipe de los humanos, uno de los culpables de la muerte de muchas criaturas del océano.

Una voz resuena entre las aguas atrayendo la atención de la nereida de cabellos zarco.

— ¡Akane, al fin te encuentro!, nuestro padre te está buscando, — una ninfa de cabello castaño y cola morada con largas aletas entra en escena.

— ¿Qué sucede, Nabiky? — interrogó la de ojos pardos y verdoso cuerpo.

— El rey está preocupado, tras la batalla de ayer desapareciste y no supimos nada de ti, temimos lo peor, ¡afortunadamente estas sana y salva! — explicó la castaña.

— ¡Siento mucho haberlos preocupado! Pero ayer después de ver lo que los humanos hicieron en nuestro hogar me hizo enfadar sobremanera, como nueva general de las tropas del mar mi deber era presentar mis respetos al hijo del rey de la tierra, quien por cierto también dirige sus ejércitos, si la guerra continuara será mejor que sepa que no habrá piedad ni paz hasta que su especie muera — relato con desprecio la princesa peliañil.

— Es mejor que nos apresuremos, papá quiere hablar con tigo sobre los futuros planes, ¡necesitamos cuidarnos!, apesar de que la guerra lleva muchas generaciones librándose, hacia mucho que la violencia y enfrentamientos no eran tan grandes ni tan constantes como ahora, solo cuando este conflicto comenzó tuvo estos matices pero hoy gracias al Rey Genma que gobierna la tierra, la tiranía se ha desatado nuevamente —, la de aletas verdes apretó los puños y reaccionó con furia ante su aseveración.

Habiendo terminado su labor en los corales las ninfas marinas partieron al palacio de del Rey Soun para escuchar lo que tenía que decirles, mientras tanto en la superficie el príncipe azabache cabalgaba por la periferia de su palacio contemplando la devastación que el último enfrentamiento causó.

— ¡Malditos tritones! Solo saben causar muerte — pensó el joven mientras cargaba entre sus brazos a un venadito herido cuya madre pereció durante la grezca con las sirenas.

Pero la destrucción iba más allá, muchas aves, mamíferos y personas yacen muertos por todo el campo además de árboles y palmeras caídas sin contar las aldeas destruidas e inundadas, ese panorama despertó en el chico un sentimiento de desprecio por los seres marinos.

— ¡Ranma, hijo!, ¿que te ocurre, porque esa cara tan enfadada? — cuestionó una hermosa mujer de negros cabellos y blanca tez ataviada con un vestido azul de gaza.

— ¡Te parece poco la devastación que dejaron a su paso los tritones? — preguntó con molestia el príncipe.

— ¡No me parece poca cosa!, pero igual que tú te sientes deben sentirse ellos quienes también deben lamentar sus pérdidas — comentó con dulzura la joven madre.

— ¡No los defiendas, mamá!, anoche tuve de frente a la general de las tropas del mar, la hija menor del Rey Soun, aunque no pude verla detalladamente por la oscuridad de la noche escuché con claridad su voz, era tan melodiosa y peligrosa como narran las historias, ella no busca paz, busca nuestra muerte, me lo dejó claro con su declaración de guerra — agregó el apuesto hombre.

— ¡Hace siglos que estamos en guerra!, además estoy segura que tu hiciste lo mismo, aceptaste pelear guiado por tu ira, no olvides que la venganza solo genera más dolor — comentó la fémina con seriedad.

— ¡Aveces eres demasiado noble, madre!, sigo sin entender porque te casaste con mi padre que es un ser frívolo que solo sabe infundir temor — se preguntó el joven con curiosidad.

— ¡Aveces el destino nos pone en lugares extraños para cumplir un propósito!, no puedo contradecir a tu padre pero a ti si puedo pedirte que trates de pensar conectando la cabeza con el corazón y así ponerte en el lugar de las ondinas, ellas deben sentir y pensar igual que tú, ¡tal vez pueda existir otra solución que no sea la guerra! Pero debes buscarla — suplicó la madre con fervor.

— ¡No te prometo nada!, ponerse de lado de las sirenas es impensable, aunque yo también deseo que exista otra solución a esto para evitar la muerte de más animales, plantas y personas — inquirió Ranma.

— ¡No te pido que te pongas de su lado, solo que trates de ampliar tu panorama! — sonrió la alegre señora tomando con amor la mano de su vástago, — ¡es mejor que volvamos!, tu padre ya debe estarnos esperando —.

Sin decir más madre e hijo se encaminaron al palacio para escuchar los planes futuros del terrible emperador.

Ya vamos dos días del #mermay2022, espero les esté resultando interesante esta historia y no olviden dejar comentarios, nos vemos mañana.