Un nuevo comienzo

Por Luz de luna82

Capítulo 11

Tenía más de una hora trotando en el parque, la pobre Candy no pudo dormir esa noche, necesitaba urgentemente sacar todo lo que la ahogaba, primero tenia que encontrar la forma de convencer a James para que él mismo fuera el que hablara con su padre, pero aun asi, tenía que preparar el terreno ella primero con Albert, esa no sería una plática bonita.

Lo que había pasado la noche anterior con André después de la cena la había alterado más de lo que le hubiera gustado, habían acordado Albert y ella al fin hablar de Karen y la plática tomo un rumbo que no esperaba.

-Tu madre por algunos motivos no puede estar aquí con nosotros hijo, sucedieron cosas que por ahora ella no estará, pero tienes que saber que estoy orgulloso de ti y que te amo, te cuidare y que estaré para ti siempre.

-Entonces ¿mi mamá no va a regresar nunca? Su carita mostraba tristeza.

-No lo creo cariño, tal vez después pueda darte más detalles, pero por ahora solo debes de saber que te amo y que nunca haría nada para que estes triste, quiero que confíes en mí, hay gente que quiere vernos triste a veces, pero recuerda que te amo hijo y nunca te lastimaría.

Él y Albert se abrazaron tiernamente sintiendo que esto los había acercado un poquito más, pero André tenía más de una pregunta que hacer.

- ¿Papá puedo tener una mamá que si pueda estar conmigo? Preguntaba con un brillo en los ojos.

-Seguramente cuando tu papi encuentre a una chica especial que quiera ser su esposa te amara tanto y tal vez puedas llamarla mamá, le contesto Candy.

-Sally ¿Tu me quieres mucho verdad?

-Asi es cariño, le contestaba mientras quitaba un mechón de rubio cabello de su rostro.

-Entonces quiero que tu seas mi mamá, dijo muy sonriente el pequeño. -Quiero que me lleves a la escuela, que sigamos cantando, jugando y me des muchos besos, asi me imagino que seria mi mama, solo me gustaría que tu cabello fuera igual al mío, asi amarillo, yo creo que estarías más bonita, además también quieres a mis hermanos, yo quiero una mamá como tú, yo quiero que tu seas mi mamá, ¿anda sí? Por favor. Pedía juntando las manos en señal de súplica.

Candy se enterneció por las lindas palabras del chico, el podía ver muchas cosas que ni ella misma podía reconocer en su persona, adoraba a ese niño, sus ocurrencias eran perfectamente comprensibles, el desde hacía mucho tiempo vio que sus compañeros tenían una mamá y él deseaba lo mismo, asi que no fue raro su pedido, Albert suspiro y apretó una de las manos de Sally que estaba sobre la cama, sonrió por los deseos de su tierno corazón, como se había encariñado tan pronto de esa hermosa mujer, que aunque a veces sentía que le faltaba mucho para conocerla, incluso pensaba que ocultaba algo, no era una idea tan loca como sonaba.

-Cariño eso lo hablaremos en otro momento. De pronto lo sentó en su regazo y le tomo su pequeña cara con ambas manos viendo fijamente sus ojos ¿Confías en mi campeón? Lo pregunto con una voz suave y llena de cariño, que en lugar de parecer una pregunta era una súplica y una declaración al mismo tiempo.

-Si papá, te amo. ¿Mi mamá puede ser Sally? Por favor.

-Eres un digno hijo de tu padre campeón, tu ves las oportunidades y las aprovechas, te amo hijo, ahora a dormir, Sally y yo estaremos aquí para ti ¿de acuerdo?

-Esta bien, soñare que mi mamá es Sally. Se cubrió y en una nada se quedó dormido.

Albert, volteo a ver a los ojos de Candy, tenían un brillo chispeante, era de las cosas que amaba de su trabajo y especialmente de él, la forma tan pura de demostrar el amor por sus hijos era única.

Mientras seguía trotando analizaba, ¿Mamá? Ser mamá de unos niños hermosos y amorosos, entendía que James estaba un poco perdido, pero sabía que era un joven de nobles sentimientos además Albert lo había educado bien, lo convencería de hablar con su padre y asi estrechar lazos, pero ¿cómo podría pensar en un futuro con alguien? No podía ofrecerle nada, ni siquiera un nombre real, un pasado, una verdadera identidad, era una locura, no podría involucrase con nadie, aunque no le desagradara la idea de André, Albert era el sueño de cualquier mujer, era amoroso, de buen corazón, no sabía en qué condiciones había adoptado a James, pero eso mostraba la clase de hombre que era, no podía dejar de lado su atractivo, vaya que aun la hacía sonrojarse, tenía una sonrisa que iluminaba la habitación donde estuviera, no lo había visto hacerlo muy seguido, pero cuando lo hacía era algo digno de admirar, sus hermanos eran un amor con ella y sobre todo con sus sobrinos, vaya que se estaba encariñando con ellos, pero ¿cómo podría arrastrarlos a una mentira que ella misma odiaba?. Por eso salió a correr muy temprano, no podía lidiar con tantas cosas.

Regreso a la mansión y supo que Albert estaba ahí, decidió ver de una vez por todas el tema de James, esperaba que no estuviera tan ocupado o peor aún, de mal humor.

-Albert ¿puedo pasar? Tocaba la puerta del despacho levemente, con un mal presentimiento en cada golpe, seguramente era lo que tenía que hablar con él, ese tema era delicado y la tenía nerviosa.

-Pasa Sally, entonces abrió la puerta y jamás imagino ver a la persona que estaba ahí. George.

-Palideció, parpadeo un par de veces, lo vio unos segundos después esperando que no fuera un sueño y que por alguna razón no lo estuvieran confundiendo, pero ese porte, cabello negro, bigote pronunciado y ojos aun mas negros, no tenían igual, era su único amigo, el comandante Johnson.

-Pasa Sally, quiero presentarte a mi amigo George Johnson, él vive en Atlanta, George ella es la nana de mis hijos, Sally, que por casualidad se apellida igual que tu amigo. Y asi los presentaba, ellos se vieron a los ojos y pudieron comunicarse, fingirían que no se conocían, en serio odiaba las mentiras y esta era una grande.

-Mucho gusto Sally, ¿asi que eres la mujer que al fin acepto hacerse cargo de los tres hijos de mi amigo?

-Si son unos niños asombrosos, y de ahí en mas no pudo seguir hablando con él.

George jamás pensó en encontrársela precisamente en casa de Albert, se conocían hace muchos años, él en circunstancias difíciles tuvo que mudarse a Atlanta, pero nunca perdieron contacto, hace 6 años Albert lo apoyaba con cosas legales que tenia en ese momento el bigotón con su exesposa, fueron momentos muy difíciles, pero fueron inseparables en una temporada.

George había estado en la vida de sus tres hijos, sabía cuál era la situación de cada uno, el que el fuera parte de la policía le iba a ser útil a Albert en este momento y por eso lo mando llamar, necesitaba blindarse contra Karen, esa mujer no le haría daño a su hijo.

-Sally háblame por favor a lo que has venido, dijo Albert dejando de lado la plática con George.

-Yo creo que es mejor que venga en otro momento, es algo delicado y quiero hablarlo tranquilamente.

-George es de mi completa confianza, asi que dime, no tengo ningún secreto con este hombre.

Pero yo si tengo secretos hacia ti…

Candy no podía seguir en el mismo espacio que George, sentía que cualquier palabra iba a delatarla y no quería decirle una mentira mas a Albert al respecto, era mejor que saliera.

-Albert lo hablaremos por la noche si te parece bien, ahora tengo que irme, disculpa que te molestara, Señor Johnson, un placer.

-Adelante señorita, un gusto, se estrecharon la mano y Candy huyo, los latidos de su corazón eran tan fuertes que no podía respirar, tomo un poco de agua y recibió a Clara que acababa de llegar.

Todo había salido bien, tristemente los padres de Clara no quisieron saber nada de ella, eran la comidilla del pueblo porque ella escapo, además su esposo estaba en la cárcel y una parte era culpa de ella, a pesar de todo lo sucedido con Clara, el los tenia contentos con la cantidad de cosas que les compraba, los padres de Clara no la aceptaron de vuelta, ahora tenía su casa en su pueblo natal para ella y su hijo, pero el reproche de todo el pueblo, aparentemente ella había sido la villana y no su esposo, no podía creer como todos le habían dado la espalda, quería vender la casa, el divorcio ya estaba en proceso, y liberarse de todo ese maldito infierno después de todo. Decidió regresar por Tobby y afortunadamente la gripe ya estaba curada, aunque ahora no tenia dinero ni a donde ir, aunque seguramente en el refugio le darían posada por unas noches.

-Sally, te agradezco tanto que hayan cuidado de mi pequeño, lo veo muy contento, pero tengo que buscar un lugar en donde vivir y un trabajo digno, ahora que mi esposo está en la cárcel no hay forma de que me moleste, le dieron muchos años.

Archie entraba a la cocina, que era donde ambas mujeres estaban, Esther estaba ocupada cocinando, pero estaba al tanto de todo.

Candy presentaba a Clara con Archie, -Señora un gusto conocerla, le decía galantemente como siempre, besando la mano de la chica, ella sin estar acostumbrada se sonrojaba y bajaba la mirada, Candy rodo los ojos conociendo perfectamente las tácticas conquistadoras de ese don juan.

-Disculpen señoras, pero no pude evitar escuchar su platica, Clara ¿te gustaría trabajar aquí con nosotros? Hablare con Albert para que considere darte un trabajo si estás de acuerdo.

-Si señor, claro que sí, me gustaría mucho. Pero usted no me conoce, ¿Cómo puede hacerme una oferta? Preguntaba ella con un poco de decepción en la voz.

-Si Sally confía en ti, no hay nada que preguntar, para tu tranquilidad Albert te hará una pequeña entrevista, no creas que es tan fácil de convencerlo en dejar entrar a nuevas personas a la intimidad de nuestro hogar, ¿Qué dices? ¿Te interesa?

-De acuerdo, hablare con el señor Ardlay, le agradezco mucho señor Archie.

-Nos veremos mas tarde, de esa forma al final del día Clara termino como ayudante de Esther en la casa, también ayudaría a Candy con los niños cuando ella tuviera cosas que hacer, Clara iba a ser un alivio para las dos mujeres, ya que lidiar con 6 hombres no era nada sencillo.

Después de la cena Candy dejo a Albert y a Stear que durmieran y arroparan a los niños, no había asimilado que George hubiera estado en la casa, no tuvo oportunidad de hablar con él, Clara estaba en la cocina esperándola, cuando se dio cuenta el ya se había marchado, quería hablar con él, que pequeño era el mundo caminaba por un parque cerca de la mansión, se sentó y de repente vio como James bajaba de un lujoso auto conducido por un joven que nunca había visto, ocasionalmente James llevaba a Charlie que era uno de sus mejor amigos a realizar tareas en la casa, pero a ese muchacho nunca lo había visto, le grito al chico para que no entrara a la casa y lo acompañara al parque, era hora de hablar.

- ¿Cómo estás? ¿Qué tal las practicas?

-Todo normal Señorita, contestaba en tono de aburrimiento. - ¿Necesita algo?

- ¿Qué te parece si me llamas Sally primero? Necesitamos hablar de lo que sucedió en el invernadero James.

-Lo sé, sé que me va a decir que soy muy tonto por hacer lo que hago. Contestaba con los dedos entrelazados entre sus piernas separadas.

-Sabes bien que no pienso que sea asi, ¿es verdad lo que me dijiste? ¿Lo haces por gustarle a una chica?

-Ella fuma y dice que solo los que son verdaderos hombres lo hacen, a mí me gusta mucho Sally.

-Me lo imagino, cariño es fácil y complicado a la vez, pero tienes que saber algo, la mujer que realmente vale la pena, es la que te valora por lo que eres en este momento, no la que quiere cambiarte porque ella considera que eres inadecuado, sabes en mejor dejarla pasar si ella no reconoce al hombre tan lindo que eres.

-No me conoces Sally, seguía con la nube gris encima.

-Vivo contigo James, y aunque no hablemos mucho te observo y eres un chico genial, eres muy inteligente, guapo y eres lindo con tus hermanos, ¿Qué crees que no me doy cuenta de cómo los cuidas y los proteges como hermano mayor? con Dilan eres amoroso y con André muy paciente, a pesar de que a veces no encontramos de donde apagarlo por su gran energía, eso es cariño James, te gusta tu auto nuevo, digo a quien no, ¡esta genial! que cuando te propones algo te esfuerzas por conseguirlo, te gusta comer todo excepto las zanahorias, que cantas cuando nadie te ve, cariño, sé que la chica de la que realmente te enamores te vera tal cual eres, un hombre con hermosos sentimientos en toda la extensión de la palabra.

El chico sonrió, era cierto todo lo que decía. -Pero no es solo eso Sally, los chicos del equipo dicen que soy mojigato y eso no me gusta.

- ¿Te gusta mucho el futbol? Preguntaba Candy curiosa.

-La verdad es que no, yo estoy ahí por que Ann esta en las porristas y bueno…

-Lo entiendo, ¿Qué es lo que te gusta jugar?

-Sally a mi lo que me gusta es el violín, me apasiona, creo que los deportes no son lo mío la verdad.

-Cariño creo que estas en el lugar equivocado, mejor busquemos un buen maestro de violín para que explote todo el potencial que seguramente tienes, sabes, me encanta tocar el piano, tal vez si te vuelves bueno te proponga que hagamos un dueto eh, ¿Qué te parece? Decía mientras le daba un pequeño golpe en el hombro.

-Me encantaría la verdad, sabes Sally escuche lo que le decías a Dillan el otro día, ¿Qué significa eso de "encontrar a una mujer que te haga querer ser mejor"?

-Eso significa James, que esa mujer con su amor te hará querer ser mejor, porque cuando amamos, queremos que nuestro ser amado sea la mejor versión de sí mismo, te impulsara con amor y paciencia a que triunfes y quieras buscar más y viceversa.

-Lo he pensado mucho y tienes razón, tengo que hablar esto con mi padre, pero por favor no ahora, sé que estaré castigado mucho tiempo, pero agradezco que no me guste el asqueroso aroma del cigarrillo.

-Bien, James esto no puede esperar, habla con él mañana, ahora te ruego que te olvides de ese horrible vicio, James es mejor asi, tienes que enfrentar las consecuencias de lo que hiciste, a tu padre no le gustara nada, pero es mejor siempre decir la verdad y que lo sepa por ti, él te ama mucho y yo estaré contigo si asi lo quieres.

-Créeme que encontraras una chica que de verdad vea el chico maravilloso que eres, no importa lo que piensen los demás de ti cariño, mereces alguien que te quiera, que de verdad te quiera, eso mi querido jovencito lo conocerás con el tiempo, por ahora a cambiar lo que, si podemos, si no quieres jugar futbol, déjalo, me encantara escucharte practicar en casa el violín.

El muchacho suspiro, -Gracias Sally, pero creo que es mejor que esto lo enfrente solo, mañana lo hare.

-Bien vamos a casa, tu padre ya debe estar marcándote al celular, quiero pasar a la cocina, Esther hizo un pastel de chocolate para chuparse los dedos.

-Caminaban hacia la puerta de entrada cuando Candy vio a alguien recargado en un vehículo negro, cuando pudo ajustar su visión por la poca luz que había en la calle lo reconoció, George.

Continuara…

Bien comadres, aquí les dejo y espero que lo disfruten de verdad, ¿qué creen que le quiera decir George a Candy? ¿Qué les pareció el cap.? ¡Nos vemos hasta la próxima, un gran abrazo!