La lluvia caía con extrema fuerza. La tormenta comenzó unos minutos atrás, pero parecían horas. Las carpas que Sakura llevó, quedaron completamente destruidas por el diluvio. Sasuke y Sakura se resguardaban bajo un gran árbol que, en realidad, los empapaba aún más.
-De esta manera nos resfriaremos en horas- dijo Sakura.
-Tengo una idea- hablo Sasuke y a la vez activó el Mangekyou Sharingan y seguidamente dijo- ¡Susanoo!
Un brazo color púrpura, con forma de esqueleto, brotaba del cuerpo de Sasuke. El brazo artificial cubrió a ambos, protegiéndolos de la lluvia.
-Estupenda idea, Sasuke-kun- lo alagó Sakura.
Sasuke se percató de que su compañera estaba temblando de frío. También notó el atuendo que vestía Sakura. Si bien ya lo había visto varias veces, no puso extremada atención. La prenda dejaba al descubierto su vientre, acentuando su cintura y caderas. Además, gran parte de sus piernas y brazos estaban destapados. La chica estaba a punto de colapsar por el frío. Sasuke se dejó llevar por los movimientos de su cuerpo y con su brazo rodeo a Sakura por el hombro, tapándola con su capa negra.
-Seguramente tú seas la que consiga el resfrío primero.
Sakura abrió los ojos, intentando procesar lo que estaba sucediendo. Pero dejo de pensar y disfruto del momento.
-Gracias, Sasuke-kun- dijo, mientras colocaba su brazo en la cintura de Sasuke, acercándose más a él.
Ambos se sentaron en el suelo, recostando sus espaldas en el gran tronco del árbol. Sakura posicionó suavemente su cabeza en el hombro de Sasuke. Sakura reflexionó sobre esa manera de comunicación. Ella sabía que Sasuke no comprendía del todo el uso de la comunicación, cuando se trataba de expresar sus sentimientos con palabras. Era consciente que Sasuke Uchiha manifestaba sus emociones a través de acciones.
Quedaron sucumbidos en profundos sueños y la tormenta se había alejado de los cielos. Sasuke despertó primero, dio un gran bostezo y estiró sus pies. Sin hacer muchos movimientos, quitó cuidadosamente la capa de la espalda de Sakura. Pero se detuvo a contemplar el rostro de su compañera. Recorrió con sus ojos la cara de Sakura, poro por poro, de borde a borde, cada detalle le atraía profundamente. Se ruborizó y a la vez sonrió.
Un poco después, Sakura despertó.
-Vamos Sakura. Debemos reducir el camino.
Sakura asintió y se levantó.
Caminaron largas horas desde la mañana. Pararon varias veces para estudiar las probabilidades de cuáles nuevos peligros podrían acechar al mundo. Pero la claridad del día no era eterna y descendió ante ellos la oscuridad de la noche, que traía a las luminosas estrellas. La penumbra requería de alumbramiento, así que recogieron pequeños troncos para encender una fogata. Sasuke preparó su jutsu Katon y las llamas despertaron con gran furia en los pedazos de madera.
Se acomodaron en la hierba, disfrutando del calor que le otorgaba el uno al otro. Esta vez, Sakura se acurrucó más en el hombro de Sasuke y él acercó su cabeza a la de Sakura. De pronto, buscó la mano de su compañera y con un suave movimiento entrelazaron sus dedos.
En ellos prosperaron sentimientos. De parte de Sakura, el amor que sentía por Sasuke se intensificó a niveles inimaginables. Y en Sasuke algo se rompió. Se rompió aquella barrera que construyó durante años, esa barrera que creía que lo protegía de los sentimientos de los demás y de sus propios sentimientos. Todo ese muro construido a base de dolor, estaba siendo derribado en millones de pedazos. Sasuke necesitaba deshacerse de todo miedo o duda que lo detuvieran, hacer desparecer el peso en su pecho. En su vida se encontró repetidamente con el dolor, teniendo una vida solitaria. Anhelaba cambiar todo y renacer de nuevo. Para eso, quería volver a conocer lo que le fue arrebatado. Necesitaba saber lo que es amor, quería sentir amor y quería que Sakura se lo enseñara. Quería amar a Sakura y que Sakura lo amara.
Una precipitación de Gemínidas cruzaba el cielo y Sakura se dio cuenta, dando un salto para pararse y correr por el lugar con la cabeza hacia arriba.
-Mira, Sasuke-kun, mira que hermosas- señalaba al cielo Sakura.
-Desde una rama de árbol se verían mejor- bromeó Sasuke.
-Tienes razón- dijo Sakura y comenzó a escalar uno de los árboles del bosque en el que se encontraban.
- ¡Sakura, puedes lastimarte! ¡Baja inmediatamente! - ordenó.
Pero la Kunoichi ya estaba sentada en una rama. Sasuke puso cara de decepción, pero se rio. Y a su mente, acudió el recuerdo de la pequeña Sakura escalando árboles en los entrenamientos de Kakashi, con el mejor control de chakra del equipo 7. La voz de su compañera lo sacó de su burbuja de recuerdos.
- ¡Sube, Sasuke-kun! ¡Las estrellas se aprecian mucho mejor desde aquí! - decía Sakura gritando.
Sasuke le hizo una cara de desconformidad que ni el mismo creería. Así que, subió al árbol y se sentó paralelo a Sakura. Contemplaron el magnífico espectáculo que las estrellas tenían preparado para esa noche. La brisa golpeaba delicadamente sus cabellos y rostros, Sasuke detuvo sus ojos en Sakura. El cabello rosa se movía con gracia al compás de la leve brisa, sus ojos verdes brillaban al mirar el cielo, su perfil, su cara, su cuerpo, todo era merecedor de admiración.
Sasuke se acercó más a Sakura, levantando sus dedos a la altura de la frente de la chica y la tocó suavemente con sus dedos. Sakura levantó la mirada hacia los ojos de su compañero. Nacía una mirada silenciosa, sin embargo, estaba completa de emociones.
Sasuke acercó sus labios a los de Sakura, dio un leve respiro por la boca, pero no pudo contenerse más y la beso. El beso fue corto, pero, sus labios se conocieron por primera vez. Al abrir los ojos, Sasuke notó que el rostro de Sakura estaba al rojo vivo.
-Perdón- se disculpó.
Sakura no podía hablar. Pero en cambio, su cuerpo se movía gracias a la fuerza de aquel beso. Colocó sus manos en el rostro de Sasuke y con las yemas de los dedos, le acarició delicadamente las mejillas. Sin dejar de verse directamente a los ojos, Sakura acercó la cara de Sasuke lo suficientemente cerca de ella para entregarle un beso. Aunque este beso era diferente, muy diferente. Sasuke cerró los ojos, Sakura se hacía cargo del momento.
'Bésame' pensó él. Deseaba que los labios de Sakura frenaran el tiempo, que provocarán el aumento de lo que sentía, que ese beso pusiera el mundo al revés. Respondiendo a los pensamientos de Sasuke, Sakura movía su boca como si el mundo se acabara después. Esta era la expresión más viva de lo que sentían sus corazones. Y al terminar las caricias entre sus labios, abrieron los ojos y buscaron sus miradas. Las sonrisas no tardaron en aparecer y con ellas traían una historia de amor que volvía a empezar.
