NOTAS: Como prometí, aquí ando de regreso y está vez con el onceavo capítulo y, además, una semana antes de lo prometido. Le sigo avanzando y yo sin creerlo xD
Oficialmente estamos entrando por así decirlo el penúltimo capítulo de la primera parte y antes de se preocupen, las actualizaciones siguen tal y como al principio, para que lo tengan en cuenta…
Algo irónico, es que no pensé que esta historia llegaría a tener más de 10 capítulos y ahora estamos en el número 11, el cual quedará con continuación en el 12, más los 2 extras (por el momento) hace un total de 14 capítulos… Aquí en verdad vemos que planeas una cosa y te sale otra xD
Finalmente, antes de comenzar a leer, debo decir un pequeño aviso. En caso de que llegaran a leer esta o alguna otra de mis historias en otro lado, es muy seguramente un plagio. Yo siempre uso el seudónimo "RozenDark" y únicamente público en Amor Yaoi, Wattpad, y AO3. También otorgue el permiso para una traducción al chino y solamente se encuentra en la plataforma/app "LOFTER"…
Esto lo digo, debido a los recientes fallos de Wattpad y que esta misma plataforma tiene una página espejo donde lucran con las historias. Por lo que cualquier cosa, les estaré agradecida si me lo hacen saber. De cualquier manera, en caso de algún otro cambio, les daré el aviso correspondiente :3
En fin, los personajes de One Piece son propiedad de Eiichiro Oda. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son hechas por su servidora.
Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/
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Si alguien analizaba bien al trío de hermanos, podían darse cuenta de cosas que aparentemente eran obvias o tal vez, no eran tan obvias como lo pensaban.
Un ejemplo claro eran las sonrisas. Mientras Sabo quien era el mediador entre las peleas de sus otros dos hermanos sonreía sin problemas y cuando su hermana pequeña hacía algo para alegrar el ambiente. A Ace le costaba demasiado sonreír y si se pensaba seriamente, y solamente lo hacía cuando en verdad sentía euforia o incluso para burlarse de las estupideces que su hermana menor hacía. En cuanto a Luffy, bueno, a ella le costaba más dejar de reír y sonreír, a menos claro, que tuviera miedo, llorara lo que según Ace, hacía siempre o estuviera peleando.
Pero si se pensaba, Ace era el explosivo e impulsivo, e incluso el que no necesitaba de mucho para que lo hicieran enojar. Sabo por otro lado, era más sensato y siempre pensaba antes de actuar, aunque habían cosas que lo hacían enojar con demasiada facilidad. Y Luffy, ella era Luffy.
La más pequeña había aprendido de una manera traumática a reservar su enojo y pensar, aunque sea un poco si su enojo era por algo serio o algo demasiado absurdo. Sin embargo, Luffy también podía enojarse en verdad, a tal punto de perder el control.
Por suerte para sus dos hermanos, ella aún no tenía idea de eso, aunque por ahora, siendo una niña pequeña, su enojo por algo tan tonto era simplemente hacer la táctica famosa de la 'ley del hielo'.
En este caso, el día para el trío de hermanos había iniciado de lo más normal. Como siempre, asaltando a algún tonto, después de todo, el dicho dice, ladrón que roba a ladrón, tiene mil años de perdón y ellos gustaban de aplicarlo siempre.
Luego se aseguraron de tener una buena cacería y dejarle su porción a Dadan. Justo después iniciaron sus batallas.
Y dichas batallas como siempre terminaron con Luffy perdiendo contra sus dos hermanos, lo que llevó al asunto actual.
Ace cómo siempre, comenzó a burlarse de Luffy, solo que está vez metió al tema a Shanks. Ellos sabían que el capitán pirata había salvado a su hermana pequeña, pero no sabían cómo y las consecuencias de haberle salvado la vida a Luffy.
"¡TONTO ACE! ¡SHANKS ES UN PIRATA GENIAL QUE ME SALVÓ LA VIDA!"
Ace simplemente rió con burla, mientras señalaba con presunción a esa tonta hermana suya. "Eso hasta nosotros lo hacemos y debo decir que siempre lo hacemos. Seguramente ese Shanks no es tan genial como lo haces ver".
Y esas simples palabras bastaron para que Luffy explotara. Sabo esperaba que ella comenzará a gritar, para después comenzar a llorar.
Ya lo veía venir. Luffy apretaba fuertemente sus puños y podía ver desde su posición las lágrimas asomarse de sus ojitos. Sin embargo, para sorpresa de ambos hermanos mayores, ella simplemente aspiro demasiado aire y luego lo liberó de manera escandalosa.
Ace se esperaba los gritos de su hermana pequeña y también los futuros regaños de Sabo con eso, pero ella simplemente miró hacia otro lado con el ceño fruncido y lo pasó de largo, mientras tomaba de la mano a Sabo.
"Sabo-nii, ¿podemos ir a comer ya?"
Sabo se sonrojo con una sonrisa boba en el rostro. Luffy era adorable gajes del oficio de una hermana menor pero ella nunca lo había llamado de esa manera. A ninguno de los dos.
Pudo ver a Ace detrás de ellos y sintió cierto temor al ver la mirada fría y celosa de ese tonto hermano suyo. Supo de inmediato que Luffy había decidido ignorar a Ace, en lugar de pelear con él. Tal vez no había sido tan buena idea darle el consejo de que ignorará a los imbéciles que le dijeran cosas malas o la hicieran enojar, puesto que ahora, Luffy aplicaba aquello a un muy temperamental Ace.
"Con que me ignoras, bien, dos pueden jugar ese mismo juego".
Y Sabo tuvo que contar lentamente hasta diez, cuando su hermana salió corriendo hacia la casa del árbol. Ace estaba siendo demasiado tonto ese día.
"No pienso disculparme con ella, cuando ella empezó todo".
Sabo lo miró con frialdad, mientras apretaba entre sus manos la vieja pipa que aparentemente ese día, serviría para darle unos buenos golpes a la cabeza dura de Ace.
"Creo recordar que fuiste tú él que dijo esas cosas sobre el capitán Shanks" respondió Sabo con seriedad. "Te recuerdo Ace, que, si ese capitán no hubiera salvado a Luffy, tú y yo seguiríamos sintiéndonos solos. También debo recordarte, que, sin ella, seguirías haciendo actos suicidas como ir a bares a hacer esa tonta pregunta a gente que ni siquiera te quiere y conoce como lo hacemos Luffy y yo".
Ace se quedó callado, mientras miraba como Sabo se iba a paso lento. No era tonto, sabía que Sabo tenía tantas ganas de golpearlo y ahora con ese discurso, también él quería golpearse por decirle a Luffy algo tan estúpido.
Comenzó a caminar a paso rápido, hacia la casa del árbol, para poder pedir perdón a su hermana por haber dicho algo tan tonto. Aunque internamente, guardaría para él, que se había sentido celoso por cómo Luffy admiraba en voz alta y una enorme sonrisa a ese capitán pirata.
Nunca, de los nunca, admitirá que sintió celos del aparentemente famoso, Shanks…
Eso jamás lo haría…
Aún si Luffy era tan tonta y necia como para enojarse con él sin saber sus razones…
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"La Inocencia Viste De Furia"
Deuce no sabía en lo que se había metido cuando aceptó custodiar aquella habitación, en aquella isla de la que no hablaría jamás, aunque lo amenazarán. Pero sólo ahora, parado frente a las escaleras que daban a uno de los cuartos de almacenamiento que estaba vacío, es cuando pensaba seriamente en sus palabras anteriores.
"¿En qué diablos me metí?"
Era una fortuna que esos dos no hubieran hecho absolutamente nada durante su regreso y asombrosamente, Lucy había recordado tomar esas dos pastillas para evitar quedar embarazada. Tal vez la había subestimado y la chica sí tenía en cuenta su linaje y lo que traería para ella tener un hijo en esos momentos.
Por supuesto, debió tener en claro que a su capitán y a la chica les había gustado estar jugando de esa manera y que como buenos 'D' amarían la sensación de peligro y problemas, así que decidieron que era buena idea, hacer esa clase de ejercicios en el Moby Dick con tantos ojos y oídos rondando, especialmente los del dúo de mamás gallinas como ahora todo mundo les decía a Thatch y Marco. Y claro, el tonto y buen Deuce era perfecto para el trabajo de vigía en lo que los tortolitos terminaban de jugar.
Para mala fortuna o quizás una señal de que debería poner más de su parte para impedir que esos dos siguieran tentando a la suerte, apareció Izo y no tenía cara de que estuviera muy contento. Tal vez ese mal humor tenía que ver con las manchas de pintura que su kimono del día tenía, lo que lo llevaba a la conclusión de que Thatch y Haruta estuvieron haciendo de las suyas antes de la misión del último mencionado.
"¿Qué lo trae por estos lugares… Comandante Izo?"
El nombrado solamente miró a un nervioso Deuce con sospecha. Algo no estaba del todo bien y no había que ser muy observador, considerando que Deuce estaba sudando y reía de manera forzada.
"¿Sucede algo malo contigo?" Cuestionó de brazos cruzados. "Si estás enfermo, deberías ir a que Marco y las chicas te hagan un chequeo. Y respondiendo a tu duda, vi a Ace venir hacía aquí y vine a buscarlo. Su barco y su división están listos para el viaje".
Deuce quiso golpearse la cabeza tan fuerte por haber olvidado aquel detalle. Se suponía que su capitán debía estar alistándose para una nueva misión, no estar encerrado en aquel lugar haciendo de todo con su novia.
"No he visto a Ace por aquí", respondió desinteresadamente. "Tal vez se confundió de persona".
Deuce comenzó a sudar nerviosamente al ver la mirada inquisidora de Izo. Mentalmente se estaba preparando para dar una nueva excusa, pero él mismo Izo alzó sus hombros como si nada.
"Tal vez tengas razón, así que, si lo ves, dile que lo estaba buscando".
Deuce asintió aliviado. "No se preocupe, que apenas lo vea le informaré".
Casi podía respirar tranquilo, mientras se preparaba para comenzar a golpear la puerta con insistencia para que ese par terminará, cuando de la nada, del otro lado se escuchó un fuerte golpe. Y dicho golpe causó que Izo mirara interesado esa puerta.
"¿Qué fue eso?" Preguntó mientras miraba con seriedad al nervioso Deuce.
"¿Eso? ¿Ratas quizás? Tal vez debamos aprovechar nuestra estadía en Water 7 no solo para las reparaciones de los barcos, también para control de plagas".
Deuce supo de inmediato supo que Izo no le había creído absolutamente nada. Sin embargo, antes de decir alguna tontería más, Ace salió de aquella habitación, como si nada con unas cajas en sus brazos.
"Logré encontrar esta caja de vinos. Al parecer no se hizo un buen trabajo para verificar nuestras provisiones".
"¿No que no sabías donde estaba?" Cuestionó Izo, mientras veía a ese par con sospecha.
Deuce rápidamente palmo su frente como si hubiera recordado algo. "Olvide que lo había mandado a buscar… Vino. Es que, nos lo habían pedido…" lleno de pánico miró a ese tonto capitán suyo para que lo ayudara.
"¡Nathan! Dijo que lo necesitaba porque le había pedido un favor a Boris para que le preparará una comida especial. Y no me preguntes para que, no quiso decirnos".
Izo solamente asintió, mientras veía a ese par con demasiada sospecha. Y a lo lejos, pudo ver a cierta personita esconderse sigilosamente en una de las tantas cajas. Tendría que hablar seriamente con esos dos, antes de que Marco y Thatch los descubrieran y causarán un gran alboroto.
Por ahora, haría como que les creía, para que Ace pudiera ir a su misión, así como Haruta.
"Supongo que dicen la verdad", dijo con calma. "Por ahora, Ace ya está listo todo para tu viaje".
Izo vio como esos dos tontos salían a paso apresurado, decidiendo salir justo detrás de ellos. Era una fortuna que Lucy no hubiera insistido en ir con Ace en esa ocasión, aunque era extraña su excusa.
Ciertamente, él no creía que fuera a pasar algo malo…
~..~
Lucy veía como Ace se alejaba junto a Haruta y algunos hombres de la segunda y doceava división. Podía imaginar que el sólo hecho de mandar a dos comandantes a una misión en común, era un riesgo a considerar. Y claro que eso la preocupaba e incluso hacía que tuviera ganas de acompañar a Ace y asegurarse que nada malo le vuelva a pasar, pero algo no se sentía bien en el barco.
Ya lo había hablado con Ace e incluso hizo una breve mención al capitán Pops y a los comandantes, pero aparentemente era la única que pensaba de manera negativa y eso era algo raro en ella.
"¿Qué te gustaría comer hoy, Lucy-chan?"
Lucy miró con sorpresa al comandante chef al no haber notado siquiera que se le había acercado. En verdad estaba demasiado pensativa ese día.
"Cualquier cosa que Thatchy prepare, sabrá deliciosa", respondió sonriente. "Pero si insistes, quiero mucha carne y algo de chocolate como postre".
Thatch como siempre, llevó ambas manos a su pecho al oír todos esos halagos. "Lucy-chan es tan adorable".
Lucy solamente sonrió divertida de aquel comportamiento. Sin embargo, al ver a Thatch alejarse, sintió esa oscura sensación nuevamente, y a diferencia de las otras veces, esta fue más fría y abrumadora. Miró hacia todos lados con prisa, pero no pudo distinguir a quien le daba ese sentimiento que la mantenía alerta.
Sin embargo, está vez, pudo deducir a quien era dirigido ese aparente rencor. Preocupada miró a Thatch, pero como si nada, el chef seguía sonriendo, mientras caminaba a paso lento hacia la cocina.
"¿Qué demonios…?"
Thatch miró hacia un lado y sintió sorpresa al ver a Lucy agarrada de su brazo. Con sólo ver que sus brazos habían dado varias vueltas alrededor de su brazo, supo que la chica no tenía intenciones de dejarlo ir.
"¿Sucede algo malo, Lucy-chan?" Preguntó suavemente.
Ella simplemente negó, mientras lo miraba sonriente. "¿Puedo ir contigo a la cocina?"
Thatch comenzó a reír, mientras negaba. "Me encanta que estés en el barco y te lleves de maravilla conmigo y mis muchos hermanos, pero aún recuerdo que tú y la cocina no se llevan. También recuerdo que te había vetado de la cocina".
"¡Por favor!" Pidió Lucy, mientras miraba al chef. "Thatchy, te prometo que me quedaré quieta en el comedor, mientras ustedes trabajan. Incluso si huelo algo delicioso, me quedaré quieta".
Thatch cometió el grave error de mirar esos dos ojos castaños que ahora brillaban como los de un cachorro adorable. Ahora entendía las palabras que Ace había mencionado poco antes de perder la memoria.
El chef aprendió que era verdad: Lucy si podía salirse con la suya.
"De acuerdo, pero debes mantenerte quieta o me enojare contigo" respondió completamente rendido.
"¡Está bien!"
Y aun sin soltar al chef, ambos comenzaron a caminar, sin darse cuenta de que alguien veía con odio la escena.
~..~
Desde su asiento, Barbablanca veía con aparente insistencia a la chica del sombrero de paja. Marco a su lado, hacía exactamente lo mismo, mientras de manera sumamente discreta, miraba a todos en el barco.
"¿Crees en su palabra, Oyaji?"
Barbablanca dio un largo sorbo a su jugo, mientras saboreaba con un gesto lleno de reproche no tener su preciado licor. Solo por este día, haría todo lo posible por dejarle el día libre a la chica.
La veía sumamente distraída y, sobre todo, muy pensativa. Y francamente, le preocupaba las palabras que le había dicho.
"¿Recuerdas cuando Ace decidió que era tiempo de conocer algunas cosas de su hermana pequeña? Cuando decidió que confiaba en nosotros, él nos dijo algunas cosas que, según él, deberíamos saber sobre Lucy".
Marco asintió con melancolía. "Lo recuerdo", dijo. "Ella es un imán para los problemas, no importa lo absurdos que puedan parecer. También dijo que era pésima mentirosa aún si le costaba la vida. Pero lo que recuerdo justo ahora, es que Ace nos mencionó esos instintos que, en su mayoría, si ella decía que pasarían, entonces pasarían".
Newgate asintió ahora viendo el mar. "Podría ser que la mocosa tenga de su lado el haki de observación sin saberlo, pero eso queda descartado si nosotros no vemos lo que ella ve".
Marco también había pensado en esa posibilidad, pero como decía su capitán, si ellos no veían lo que ella veía, entonces no era el caso.
Aun así, esos instintos y esa breve advertencia los tenía a ambos completamente preocupados y alerta a cualquier inconveniente. Y aunque no quisiera seguir dando vueltas al asunto, no podía dejar de hacerlo.
Incluso las enfermeras habían hecho mención de ese instinto. Y dicho instinto fue lo que salvó a Iris de morir a manos de esos piratas a los que Lucy había ayudado a derrotar. Así que no podían negar el hecho de que ese instinto, podía tener razones para estar taladrando con insistencia la cabeza de la chica.
"Por si acaso me aseguraré de mantener al tanto a los guardias de la noche, aunque yo no dormiré, considerando todo el papeleo que tengo", avisó con cansancio.
Barbablanca pudo sonreír más calmado. "¿Quiénes están de guardia esta noche?"
"Nathan se ofreció para cubrir el turno de los navegadores, y como siempre, sus fieles compinches, Enzo y Mason lo acompañarán. También estarán Kai y… Teach".
Barbablanca asintió con calma. Por alguna razón, había comenzado a sentir preocupación nuevamente, pero decidió mantener la calma. Marco después de todo, le había dicho que estaría despierto esa noche.
~..~
Ya era de noche y todos se encontraban durmiendo en el Moby Dick. Aunque claro, habían excepciones, como Marco, que estaba en su habitación llenando papeles de su división o los guardias de la noche, que más parecían estar platicando, en el caso de cuatro chismosos.
Y por supuesto, Thatch no podía dormir hasta no ver que su área estuviera completamente limpia y preparada para el siguiente día.
"Comandante, he terminado por hoy".
Thatch asintió con una sonrisa. "No te preocupes Boris, yo me haré cargo del resto".
"No se exceda comandante".
Thatch pudo respirar tranquilo al ver al hombre salir. Siguió en lo suyo y se extrañó de ver que había un cuchillo faltante. Era imperdonable que algo faltara en su área. Él siempre era meticuloso en cuanto el orden de la cocina y comedor y estaba completamente seguro de que habían estado completos cuando los acomodo una hora antes.
"Tal vez estoy estresado y no note al chistosito que se llevó uno de mis preciados cuchillos", se dijo.
No era la primera vez que uno de sus hermanos de tripulación, tomaba cuchillos para tallar figuras de madera. Por supuesto, eso lo enojaba, porque esos cuchillos eran sumamente buenos para la cocina y nada más que la cocina. Sin embargo, decidió dejarlo pasar por ahora, después de todo, ya era muy tarde y había terminado de dejar en perfectas condiciones su preciada área de trabajo.
Así que, a paso calmado, sacó de un gabinete bajo llave, aquel cofre que llevaba a todos lados desde el día que Lucy se lo había dado y lo vio con tanto cansancio desde la mesa en la que lo había dejado en lo que cerraba nuevamente el gabinete.
Siendo sincero, Thatch no sabía qué haría con esa fruta. Había tratado de buscar para qué servía, pero no habían datos sobre la fruta y a este paso, no podría ni comerla o venderla.
"Buenas noches, comandante Thatch".
Thatch repentinamente se llevó una mano al pecho. No había escuchado o sentido la presencia de Teach. Tampoco supo en qué momento había entrado a la cocina.
"Me diste un buen susto Teach" mencionó entre suspiros aliviados.
Por alguna razón, la noche se veía más oscura de lo normal y había comenzado a hacer frío. Tal vez la paranoia de Lucy se le estaba pegando de alguna manera. Aun así, miro al recién llegado con una sonrisa en el rostro, tal vez quería un aperitivo nocturno en lo que hacía guardia.
"¿Se te ofrece algo Teach?" Preguntó con voz jovial. "De ser así, puedes aprovechar que aún no he salido de la cocina".
Teach sonrió mientras veía aquel cofre con demasiada ansiedad. "En realidad, venía a preguntar sobre la fruta… ¿Ya pensaste lo que harás con ella?"
Thatch dejó de sonreír, mientras dirigía una mirada de reproche a aquel terco. "Como dije antes Teach, no sé si venderla o comerla. Aún no sé qué habilidades posee, así que no puedo hacer ninguna de las dos cosas".
"Ya veo…"
Thatch simplemente lanzó un suspiro lleno de cansancio, mientras se disponía a tomar en sus manos el cofre de nueva cuenta.
Fue un breve instante en el que le dio la espalda a Teach, y para cuando pudo virar a ver, sintió una puñalada en un costado de su estómago. Adolorido, pudo ver la mano de Lucy manchada de su propia sangre al haber logrado desviar el cuchillo que le faltaba y a Teach empuñándolo con una mirada llena de odio.
¿Qué estaba pasando en estos momentos?
¿Acaso Teach los estaba traicionando?
No pudo decir algo, debido a que Teach los empujó lejos y él se golpeó fuertemente la cabeza. Thatch sentía que aquel golpe había sido lo suficientemente fuerte, junto con la pérdida de sangre como para que estuviera perdiendo la conciencia, pero quería hacer un esfuerzo para no hacerlo.
Tenía que ayudar a Lucy contra ese maldito traidor…
~..~
Lucy abrazaba fuertemente sus dos muñecos, mientras miraba con insistencia su preciada foto en la mesita de noche de su pequeña habitación. Agradecía que le hubieran dado una habitación para ella, al menos para poder seguir ocultando cosas que Ace ya no recordaba y no había mencionado antes de perder la memoria.
Aun así, habían momentos en los que se sentía sola. Y aunque la habitación no era tan grande, no podía evitar aquella sensación de vacío. Especialmente en esa noche en particular.
Por alguna razón sentía que algo no andaba bien y no entendía porque sentía que algo malo le pasaría a Thatch.
Negó rápidamente, mientras apretaba el agarre en sus muñecos y cerró fuertemente los ojos. Lo mejor era tratar de dormir y olvidar esa sensación.
Sin embargo, apenas cerró los ojos, la imagen de Thatch siendo apuñalado por la espalda, fue lo que la hizo levantarse apresurada y salir corriendo hacía la cocina.
Por alguna razón, los guardias nocturnos no se encontraban cerca, pero no tenía tiempo suficiente para perder tratando de encontrarlos. Corrió con todas sus fuerzas hacía donde sabía que estaba el chef y cuando por fin pudo entrar a la cocina, supo que no impediría del todo que hirieran a Thatch.
Al menos logró desviar el cuchillo a una zona más fácil de curar y con menos riesgos de muerte. Aún si eso le costó una herida en la mano.
"¡¿QUÉ LE IBAS A HACER A THATCHY?!"
Teach no pudo evitar dirigirle una mirada llena de odio a la chica. Esa mocosa no solo había encontrado la fruta que por tantos años estuvo buscando, sino que además se la dejo a un incompetente como regalo y ahora, cuando estaba a punto de tomar lo que era suyo por derecho, se interponía.
"Iba a quitarlo de mi camino y comerme la Yami Yami No Mi", respondió el hombre con desdén.
Lucy sintió la ira correr por su torrente sanguíneo al oír esa patética excusa. Ese maldito no solo se atrevió a hacerle daño al chef, también estaba traicionando a toda esa tripulación que se trataban entre ellos como una familia.
Ella estaba furiosa y claro que iba a darle una paliza a ese traidor. Pero fue demasiado lenta como para prever el siguiente movimiento del hombre y resultó en ella y Thatch siendo disparados lejos.
"¡THATCHY!"
Lucy no sabía más que lo básico para limpiar y vendar heridas, pero sabía que la herida en el vientre del chef era de cuidado si no se trataba. También le preocupó ver su frente sangrar debido al golpe en la cabeza y más cuando el chef quedó completamente inconsciente.
Vio con odio a Teach, quien poco a poco se acercaba. Sin embargo, decidió no darle gusto cuando pudo ver un poco alejada de ella el cofre con la fruta que ese traidor tanto quería y rápidamente estiro su brazo y lo agarró. Justo a tiempo o esa fruta estaría en manos equivocadas.
"Será mejor que me entregues ese cofre" advirtió Teach con odio.
Lucy solamente le dio una mirada llena de desdén, mientras sacaba lentamente la fruta del diablo. "¿Tan importante es para ti? Capitán Pops, Thatchy y todos en esta tripulación te quieren y respetan como un miembro de su familia… ¿Por qué los traicionarías de esta manera? ¿Tan importante es esta maldita fruta…?"
Teach por su parte, comenzó a reír por tan patético discurso. "Niña, ese siempre ha sido mi plan", respondió con burla. "Ese vejestorio es tan estúpido al creer en esas tonterías de la familia. Yo solo lo utilice para obtener esa fruta y así, adueñarme del poder y territorios de Barbablanca. ¡Yo soy Barbanegra! El futuro Yonko que se convertirá en el futuro rey pirata".
Lucy lo vio completamente enojada. "¡TÚ NO SERÁS EL REY PIRATA!" Espetó con furia. "¡YO SOY LA MUJER QUE SE CONVERTIRÁ EN EL REY DE LOS PIRATAS!"
Teach sintió la ira fluir. No iba a tener contemplaciones con la mocosa. La eliminaría ahora mismo…
"¡VOY A MATARTE!"
Lucy sonrió, mientras le lanzaba lejos el cofre cerrado. "Es todo tuyo".
Por reflejo, Teach fue directamente hacía el cofre. Sonrió victorioso, mientras lo abría, pero en lugar de que la fruta lo recibiera, solo había vacío.
Con furia, miró a la chica al escucharla reír y lo que vio, hizo que se le helara la sangre. Esa mocosa no se atrevería a hacer tal cosa ¿o sí?…
"Esto le pertenece a Thatchy, no a ti" dijo con una sonrisa suave. "Este poder que seguramente es asombroso, debe pertenecer a alguien asombroso, ¿no…?"
Teach comenzó a correr para impedir aquello, pero como si fuera cámara lenta, vio como la mocosa metía entera la fruta por la que tantos años aguantó a esa tripulación justo en la boca de un inconsciente Thatch.
El chef apenas despertó al sentir que se ahogaba y con demasiado esfuerzo terminó por tragar lo que sea que le habían metido a la boca. Un sabor totalmente asqueroso y con el mareo y las heridas que dolían, terminó por dejarlo nuevamente inconsciente.
Era oficial, Thatch ahora era el verdadero usuario de la fruta Yami Yami No Mi.
"Ahora no podrás hacer nada con esa fruta".
Lucy no pudo reaccionar a tiempo, cuando sintió la herida profunda en su espalda. Y al maldito traidor no le bastó con apuñalarla por la espalda, sino que además retiró con saña el cuchillo.
Sintió como la agarraba de su cabello y la acercaba a su rostro…
"Dime algo mocosa, ¿te creerán si dices algo sobre esto? Después de todo, yo pertenezco a esta tripulación desde hace años y tú apenas llevas unos meses".
"Thatchy les dirá la verdad…"
Teach solamente comenzó a reír, mientras haki de armamento comenzaba a rodear su puño libre.
"¿Ace recuerda acaso?" Preguntó con burla. "También puede ser que Thatch despierte cuando yo esté demasiado lejos y para ese entonces, será demasiado tarde…"
Y Lucy no tuvo tiempo para decir algo al respecto, cuando sintió un fuerte golpe en la cabeza. Ese tipo era fuerte, tanto como un comandante, pero aparentemente ella también había sido engañada y ahora sentía que de poco en poco perdía la consciencia.
Pudo ver como entraban los guardias del turno nocturno, pero por alguna razón, solo veía como Teach y ellos movían sus labios y pasados unos minutos la miraban con lo que parecía rencor…
Pudo sentir como la alzaban sin delicadeza y la alejaban de Thatch…
Y después, ya no supo nada más…
~..~
Marco, Namur, Vista e Izo veían con gran preocupación a su capitán. Barbablanca no parecía contento con todo lo que le habían contado. Pero Teach lo había visto todo y había llegado justo a tiempo para salvar la vida de Thatch.
Aun así, dio la orden de mantener a Teach encerrado en la cabina de la tripulación. Por desgracia, Lucy debía permanecer en el área destinada para los prisioneros.
La chica había despertado, pero solamente pedía a Thatch. Sin embargo, debía permanecer allí encerrada para evitar que alguno de sus otros hijos hiciera algo en contra de la chica, sin saber toda la verdad.
"Por ahora lo único que nos queda es esperar a que Thatch despierte y rogar para que recuerde lo sucedido y a su atacante".
No era algo que quisiera hacer, pero no podía desconfiar de la palabra de uno de sus hijos con más tiempo en la tripulación, sobre las de una chica que apenas había llegado hacía poco. Aun si tenían la palabra de Ace antes de que perdiera la memoria.
Por lo pronto, debía mantener a la chica alejada de la tripulación hasta entonces, en especial con el alboroto de sus demás hijos que solo buscaban venganza de manera impaciente. Aun así, mantendría vigilado a Teach…
"¿Y si resultase culpable?" Cuestionó Namur con seriedad.
Barbablanca solamente cerró los ojos, mientras soltaba un largo suspiro. "Entonces deberemos actuar y juzgar al verdadero traidor".
El resto de los comandantes sintió temor de que aquella situación se convirtiera en una realidad. No querían que ninguno de los dos fuera culpable, pero solamente Thatch tendría la última palabra.
Aunque todos lo sabían, sea cual sea la respuesta, les dolería demasiado saberla…
"Por ahora, será mejor que traten las heridas que Lucy tenga y la mantengan vigilada para evitar que sus hermanos cometan alguna tontería".
Marco repentinamente sintió preocupación. Lucy apenas se despertó pudo ver y escuchar las palabras que todos los que la creían culpable. Desde entonces, ella simplemente se sentó en su celda, mientras abrazaba sus rodillas y veía con seriedad hacía la salida.
Admitía que verla actuando de esa manera, era como volver a ver al Ace desconfiado que habían conocido hacía años. Lo peor era que no permitía que le curen las heridas, que, según ella, no eran graves y no necesitaban tratamiento.
Y luego estaba la insistencia por saber cómo estaba Thatch. Ella literalmente le dio a elegir, y debía decir el estado de Thatch o de lo contrario, no se dejaría tratar médicamente.
Y claro, luego la mocosa tenía que cambiar de parecer y ahora debían hacer un milagro con Thatch para que ella se dejara curar…
"No prometo nada, pero lo intentaré…"
Y sabía que sería un trabajo demasiado complicado de cumplir.
~..~
Ace y Haruta daban órdenes de aquí para allá para mantener estable el barco. Una tormenta había llegado de manera repentina, sacudiendo el barco con tanta violencia.
Era como si el mar estuviera furioso o alguna especie de aviso…
Y por alguna razón, Ace no podía estar del todo tranquilo. Algo le decía que había pasado algo malo…
"Lucy, más te vale no meterte en problemas…"
Y esperaba que su novia no hiciera lo contrario. Pero, aun así, seguía aquel sentimiento desolador.
Esperaba que no hubiera pasado nada malo…
~..~
Sabo había recibido una herida no tan profunda, debido a su reciente distracción. Koala incluso le había regañado por haber sido tan imprudente, pero en lugar de escuchar a la chica, Sabo veía distraídamente el cielo nublado…
"Se acerca una tormenta…"
Para sus compañeros en la misión había sido un aviso del clima, pero Sabo lo había dicho por aquella sensación de desolación…
Algo había pasado a alguien, pero no tenía idea de ¿qué o a quién?...
Esperaba que fuera alguna cosa absurda y poder seguir con su reciente misión, pero algo le decía que no podría estar al cien por ciento ese día…
~..~
Lucy sentía demasiado dolor en la herida que tenía en la espalda. Por supuesto, no es como si lo fuera a decir. No era tonta, pudo ver y oír como por palabras de alguien tan falso, todos en esa tripulación la despreciaban.
Tampoco los culpaba o les guardaba rencor, después de todo, apenas y la conocían. Sin embargo, le enojaba que nadie quisiera decirle el estado de Thatch.
En su lugar, solamente la miraban con desdén y le dejaban una pobre ración de comida y agua, que ni siquiera se había molestado en ingerir…
Tenía hambre, sed y se sentía enferma, pero debía aguantar hasta que Thatch despertará y dijera la verdad. Así que, por ahora, se atrevería a desconfiar de todo lo que le dieran y mantenerse inusualmente callada…
"Estar sola duele más que cualquier herida…"
Una y otra vez se repetía aquella frase como un mantra. Era una terrible verdad y solo en esos momentos sentía que la tristeza que tanto se esforzaba por ocultar en lo más profundo de su corazón, gritaba insistentemente para que la dejara salir…
Y sin saberlo, algo inusual sucedía en su habitación. Justo en la taza de sake que ella había utilizado para hacer el juramente con sus hermanos, había comenzado a formarse una pequeña fractura.
Tal vez no sea algo alarmante por el momento, pero sin duda alguna era una señal de que cosas malas comenzarían a pasar…
Continuará…
~°ɞ°~ღ~°ɞ°~
NOTAS: Y eso ha sido todo por este capítulo. Si les gustó, les agradecería que me lo hicieran saber con sus lindos comentarios :3
Al fin se le hizo justicia a Thatch y ahora él es el dueño oficial de la habilidad de la fruta 'Yami Yami No Mi', al menos en mi historia :D
Pero está teniendo un precio demasiado alto…
No se enojen con esos pobres ilusos. Hay que recordar que Teach (aunque un ser doble cara y un actorazo de primera) llevaba años con los Piratas de Barbablanca y Lucy es alguien a quien acaban de conocer, así que…
Próximo capítulo: "La Inocencia Viste De Sinceridad", donde los piratas de Barbablanca aprenden que las caras conocidas no siempre se conocen del todo y que Lucy no puede mentir, aunque su vida peligre…
En fin, nos leemos pronto…
Chau chau (^3-)/
