Capítulo 12
Tres días después Paola y Kojiro volvieron a Turín, cada uno en un vuelo distinto de diferente horario. Cuando ella llegó al aeropuerto salía desganada con su maleta hasta que una imagen la obligó a parar en seco: Ken había ido a esperarla (pobecito uu)
-Al fin llegaste –murmuró él contento, corriendo a abrazarla
-Ken... –susurró Paola en un hilo de voz- Qué...¿qué haces aquí?
-Cómo que, vine a recogerte –explicó él con una gran sonrisa
-Pe...pero ¿y tu entrenamiento?
-Pedí permiso por media hora y me lo concedieron –contó su esposo, dándole un beso y tomándola de la mano para salir juntos
El camino a su departamento no pudo ser más largo y silencioso. Ella sentía que la culpa y la vergüenza la carcomían por dentro, mientras él sentía que su pecho no daba más de lo contento que estaba al saberse de nuevo junto a la mujer que amaba. --
Una vez en su departamento ella se fue a sentar al sillón del living, mirando absorta la televisión apagada.
-Te noto de mejor semblante –comentó Ken sentándose junto a ella
-¿Ah sí? –murmuró ella vagamente, sin mirarlo
-Veo que esas vacaciones te sentaron bien
-No me puedo quejar...
-¿Te pasa algo? Pareces molesta –interrogó el muchacho, notando la frialdad de su esposa
-No estoy molesta, sólo cansada –alegó ella, poniéndose de pie
-Será mejor que me vaya a entrenar –dijo Ken algo preocupado, yendo por su bolso
-Que te vaya bien –murmuró Paola abriendo la puerta
-Nos vemos más tarde –se despidió él con una sonrisa, dándole un beso en la mejilla para luego irse
Ella trató de devolverle el gesto, pero no pudo. Luego de cerrar la puerta apoyó la espalda en ella y se deslizó hasta terminar sentada sobre la alfombra, poniéndose a llorar desconsolada.
-¡Qué fue lo que hice! ¡cómo pude hacerte eso!
Al llegar al entrenamiento Ken descubrió que varios compañeros suyos hacían una especie de ronda. Al acercarse notó que todos conversaban con Kojiro, que se había unido nuevamente a ellos.
-¡Kojiro! –saludó Ken contento, dejando su bolso y corriendo a abrazar a su mejor amigo
-Ken... –susurró él en un hilo de voz algo incómodo
-Cómo te fue, ya nos tenías preocupados –bromeó Ken estrechándole la mano- Pensábamos que las vacaciones te gustaron demasiado
-Je, no, no es eso –alegó él balbuceando
-¡A ver, dejen de distraerse y sigan con lo suyo! –ordenó el entrenador, haciendo que sus jugadores retornen a la práctica- ¡Y tú Wakashimazu, apúrate que jugaremos un partido!
-¡Sí señor! –respondió el portero, marchándose a los vestuarios, seguido por la mirada avergonzada de Kojiro, que hacía calistenia en el borde del campo
Cuando el entrenador los organizó en dos equipos para el partido entrenamiento de esa tarde, grande fue la sorpresa para todos al ver a Ken ocupando la portería del equipo titular, lo que llenó de orgullo al japonés. Felizmente sus compañeros estuvieron de acuerdo, porque de sobra sabían cuánto se había estado esforzando, demostrándole a todos que los japoneses no sólo eran buenos delanteros o mediocampistas, sino también porteros.
-¡Hyuga! ¿estás en condiciones de jugar? –inquirió su entrenador
-Sí señor –respondió él vagamente, mirando entre sorprendido y complacido a su amigo en la portería titular
El partido se inició y fácilmente el equipo titular logró dos anotaciones en el primer tiempo, pese a lo aguerridos que se mostraron sus compañeros. Ya en la segunda parte el entrenador decidió hacer un cambio trascendental.
-Lo hiciste bien Wakashimazu –dijo el DT- Pero quiero ver tu verdadera capacidad enfrentándote a nuestros mejores delanteros
-Sí señor –respondió él satisfecho, tomando lugar en la portería de enfrente
-¡Empiecen! –anunció el preparador físico, tocando un silbato
Así que el segundo tiempo comenzó. Sin embargo Kojiro se quedó quieto en la media cancha, mirando detenidamente a Ken en su portería.
-¡Vamos Hyuga, muévete! –reclamó Wilhem corriendo hacia la portería contraria
-Eh...sí –balbuceó él comenzando a trotar
Schester había realizado un magnífico tiro que el portero japonés detuvo con cierta dificultad, demostrando así que su técnica había mejorado mucho.
-Bien hecho, pero deberás confirmar tu mejoría –dijo el alemán, mientras el portero pateaba el balón hasta media cancha
-¡Vamos Kojiro, acércate! –lo desafió Ken con una media sonrisa, despertando en su amigo al retador dormido
-Vamos a ver cuánto mejoraste –pensó el otro japonés
Kojiro recibió el balón y corrió con él hasta la portería que protegía su mejor amigo, se preparó para tirar, su pie estaba por hacer contacto con el balón (ja! Y nieguen que pasan estas cosas en CT XD) cuando fugazmente pasó por su mente una frase que le había dicho Paola "No podemos herir a Ken". Eso bastó para que el tigre japonés se desconcentrara al punto que en lugar de darle al balón, levantó una gran cortina de tierra y césped en su fallido tiro.
-Jajaja, qué pasa Hyuga, ¿muy distraídos hoy? –se burló Wilhem doblándose de la risa, a la par de los demás
-¡Demonios! –pensó él humillado
-¡Hyuga, concéntrate! –exigió el entrenador molesto
-Deberías dejar de pensar en esa mujer y dedicarte a lo que mejor sabes hacer –comentó Gentile burlonamente, pasando junto a él
-Pero cómo... –se sorprendió Kojiro avergonzado- ¡Maldito Wilhem, es un chismoso! –pensó enojado
El partido transcurrió con más errores que aciertos por parte del delantero japonés, a quien excusaron con el hecho de estar saliendo de una lesión reciente. Al finalizar todos felicitaron a Ken por su gran desempeño, sin embargo él parecía estar buscando la aprobación de una sola persona: su mejor amigo.
-¿Mejor? –inquirió Ken acercándose a Kojiro mientras se dirigían a las duchas
-Molesta un poco, pero estaré bien –contestó él sin atreverse a mirarlo a los ojos
-¿Y? Qué te pareció...
-Qué
-Cómo que qué, ¡el partido! Cómo crees que jugué –interrogó el karate keeper
-Bien, pero tendrás que mejorar –alegó Kojiro con cierto desplante, aunque sin saber por qué
-Lo haré, ya verás –aseguró Ken algo desilusionado por no recibir un mejor apoyo
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Hummm...sin comentarios. Al menos en esto ya hay una gran arrepentida uu
