Capítulo 16

Momentos después Paola entró en su habitación, donde encontró a Ken abrochándose la camisa del pijama.

-Perdóname –murmuró ella avergonzada- No debí tratarse así

-No importa –devolvió él con cierto enojo, descubriendo su cama

-Sí que importa –replicó Paola, poniéndose de rodillas sobre su cama- A veces exagero en mis reacciones y te trato mal sin querer

-De veras no importa –alegó Ken, con un toque de dulzura en la voz, mirándola conmovido

-Lo siento, soy una estúpida –dijo ella, recostándose a su lado para abrazarlo

-No, el estúpido soy yo, que siente celos –admitió su esposo

-¿Celos? –se extrañó Paola mirándolo inquisitivamente

-No puedo evitarlo, aunque él sea mi mejor amigo, no deja de ser otro hombre en tu vida –continuó Ken, sobresaltando a Paola, que se apartó de él

-De qué hablas –murmuró ella nerviosamente, colocando un mechón de cabello que le caía en la cara por detrás de su oreja

-Durante todo este tiempo él ha pasado más tiempo contigo que yo, que soy tu esposo –explicó él melancólico- Y no puedo evitar sentir celos

-Tus celos no son infundados –replicó Paola tratando de parecer serena

-Sí lo son, porque recuerdo que cuando estuvimos en colegio a él también le gustabas –aclaró Ken mirándola fijamente

-¿De dónde sacas eso? –bufó Paola con ironía, poniéndose más nerviosa

-Me di cuenta sin necesidad que él me lo confirme

-Pero ahora soy tu esposa –alegó ella tratando de sonreír

-Y qué, eso no quita que puedas atraerle...

-Deja ya de atormentarte con eso, que no sé por qué sacaste a comentar –pidió Paola, inclinándose para besarlo

-Sé que puedo sonar ridículo, pero no puedo evitarlo

-No eres ridículo, eres el hombre más tierno y considerado que he conocido –murmuró ella conmovida (cursi ¬¬)

-Y tú eres la mujer más noble y buena que el cielo me ha podido dar...

Día siguiente, domingo. La final del campeonato mundial de softball se realizaría en horas de la tarde. Japón se enfrentaría a Estados Unidos. Paola tenía cero ganas de ir a ver a Maki, y peor, acompañada de Kojiro. Así que aunque puso mala cara toda la mañana, Ken no se dejó convencer y después del almuerzo que compartieron en su departamento, fueron a dar encuentro a su amigo, quien ya esperaba en las afueras del estadio.

-Creí que no vendrían –comentó Kojiro mirando disimuladamente a Paola, quien tenía cara de pocos amigos

-Pues Paola iba a desanimarse, pero la convencí de que sería divertido –replicó Ken sonriente

-Espero que valga la pena –comentó ella con malicia- No vaya a ser que las americanas le den una paliza a tu amiguita

-Ella es muy buena, créeme –alegó el tigre japonés divertido al reconocer en ella los más puros celos

-Es muy buena, o está muy buena –bromeó Ken, provocando que Kojiro ría fingidamente y Paola lo mire con enojo

-Qué comentario tan machista –dijo su esposa fastidiada

-No te enojes, por ejemplo tú para mi eres y estás buena –dijo el karate keper divertido, abrazándola- ¿O tú que dices Kojiro?

-Tienes razón –murmuró él , apretando los dientes

-¿Entramos? –dijo luego Ken

El trío ingresó y descubrieron que tenían muy buenos asientos.

-Ya quisiera saber lo que hiciste para lograr tan buenos lugares –comentó Paola sarcástica, sentándose entre Kojiro y Ken

-¿Quieres que te lo cuente? –se burló él en el mismo tono

-Ya van a empezar otra vez –dijo Ken poniendo los ojos en blanco- ¿Podrían por hoy dejar sus ironías?

-Si no era ironía –se defendió su esposa

-Lo mío tampoco –alegó Kojiro- ¿En verdad no quieres saberlo?

Paola lo miró con enojo, mientras Ken le suplicaba con la mirada que no empeorara el mal humor de su esposa. El partido comenzó (no sé nada de softball, así que ni idea sobre cómo se anotan las puntuaciones ni nada por el estilo ), con cierta ventaja técnica de las americanas, pero con mucha garra de parte de las japonesas que eran lideradas por Maki.

-¡Qué fuerza tiene en el brazo! –exclamó Ken aplaudiendo, después de ver un lanzamiento especialmente fuerte que efectuó su compatriota

-Por algo es la capitana –alegó Kojiro complacido, aplaudiendo también

-Ahora vengo, voy al baño –anunció Paola con fastidio, tratando de pasar delante de Kojiro para llegar a las gradas de salida

Al regresar se hallaban en un pequeño receso (¿hay recesos en el softball:?, bueno, ya qué). Ken se ofreció a ir a comprar unos refrescos, dejando a Paola y Kojiro en un incómodo silencio.

-Pareces celosa –comentó él tranquilamente, fingiendo interés en ver las indicaciones del entrenador japonés a sus dirigidas

-¿Y celosa de qué o quién? –preguntó Paola fingiendo demencia

-De Maki –aclaró él campante, mirándola con sorna

-¿De quién? –bufó ella incrédula

-Niega que te molesta el interés que ella muestra por mi y el que yo le doy inevitablemente –la desafió Kojiro, aproximando su rostro al de la muchacha

-Lo niego –aseguró Paola triunfal

-A veces te desconozco –murmuró Kojiro con enojo, separándose de ella- Te comportas tan fría, manipuladora e insensible, que pareces otra

-Manejar las emociones puede ser una gran ventaja cuando lo necesitas –replicó la germano japonesa- Y más cuando las intenciones de alguien son tan evidentes

-¿Qué intenciones? –inquirió el tigre japonés intrigado

-Las de buscarse una amiguita con quien provocarte celos –explicó Paola sin mirarlo- Pensando que así logrará su objetivo

-Créeme que no se quedaron en intenciones –aseguró Kojiro, tomándola del rostro y obligándola a mirarlo

-Suéltame –murmuró ella molesta

-Suéltala –pidió Ken, apareciendo de pronto, sobresaltando a ambos

Kojiro la soltó y trató de parecer sereno, mientras Paola se sobaba disimuladamente las mejillas.

-Sus juegos irónicos están llegando al extremo –comentó el karate keeper ceñudo, una vez que volvió a su asiento- Dejen de comportarse como niñitos caprichosos y odiosos

-Discúlpame –dijo Kojiro tranquilamente- Es sólo que a veces olvido que Paolita, por más que sea mi amiga, no debe conseguir sacarme de mis casillas –añadió con sarcasmo

-Discúlpate con ella no conmigo –alegó Ken

-Perdóname Paola –murmuró el tigre japonés

-No tienes que disculparte, sólo estábamos jugando –contestó ella con una sonrisa fingida, dándole luego un beso a su esposo- Gracias por defenderme –añadió regalándole una sonrisa, mientras Kojiro apretaba los puños

El partido al fin terminó (digo al fin, porque ni modo que me ponga a relatar algo que ni sé cómo empieza XDD) y Kojiro junto a sus amigos se dirigieron al sector donde las jugadoras debían salir luego de cambiarse en los vestuarios.

-Gran triunfo, en verdad son las mejores –comentó Ken, mientras Paola hacía pucheros de disconformidad, ya que todo el partido, extrañamente, había hecho porras por Estados Unidos XD

-¿Verdad que sí? –corroboró Kojiro, evitando desternillarse de la risa al ver la cara de su amiga

-¡Kojiro! –exclamó Maki contenta, después de buscarlo insistentemente entre la multitud de curiosos, fans y reporteros

-Maki... –murmuró él sonriendo, sin esperar que ella se abalanzara sobre él para besarlo, consiguiendo ser presas de muchos flashes

-Me parece que aquí termina el denominativo de "amigos" –comentó Ken divertido, mientras Paola los miraba con rabia

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Ok, ok, táchenme de ignorante pero no de mentirosa ¡no sé nada de softball! Y la verdad ni me interesa, porque si es como el béisbol ¡aburre! No por nada me gusta el mejor deporte del mundo nn (y no, no es el ajedrez XDD)