Capítulo 9

El atrevido volteó a ver para saber quién osaba detenerlo, pero tuvo que levantar la mirada algunos centímetros para toparse con la fiera mirada del tigre japonés.

-La señorita le dijo que la soltara

-Kojiro... –susurró Paola incrédula en un hilo de voz

-¿Y quién eres tú para entrometerte? –lo espetó el otro chico

-Alguien que te partirá la cara si no lo haces –amenazó Kojiro

-Está bien, no me gusta la violencia –argumentó el otro, sabiendo que un escalofrío de miedo le recorrió el cuerpo- Pero ya nos veremos, preciosa –añadió dirigiéndose a la germano japonesa

-Ni en tus sueños –gruñó Paola, mientras el tipo se iba

-¿Estás bien? –inquirió su amigo mirándola preocupado

-Sí, pero ¿qué estás haciendo aquí? –preguntó ella desconfiada

-No creerás que te vine siguiendo –bufó el muchacho divertido, pero la mirada de reproche de Paola lo indignó- ¡Estás loca o qué! Yo no soy un fanático tuyo ni nada por el estilo para hacer semejante cosa

-¿Entonces?

-Casualidades de la vida –dijo Kojiro simplemente, acomodándose sus lentes de sol- Por cierto, tienes mucho pegue

-Ya cállate, o a quien pegue será a ti –amenazó Paola, reiniciando la marcha

-Linda gorra –opinó su amigo, viendo divertido que en ella Paola había puesto un papel a manera de advertencia

-Si lo quieres saber es mía, no se la quité a Ken –explicó ella

-No me refería a la gorra en sí, sino a la nota –replicó Kojiro, caminando junto a su amiga

-Ah, la nota –murmuró la muchacha vagamente, despegando el papel que tenía su gorra

-"Mujer casada: no molestar" –leyó Kojiro divertido quitándole el papel de las manos- ¿La advertencia también va para mi?

-Tú que crees –alegó Paola de malas pulgas, mirándolo por encima de sus gafas

-Y dale con esa actitud negativa –replicó el japonés- ¿Qué acaso no habíamos hecho las paces?

-Psss, cambia "las paces" por "el amor" y la cosa sí sería complicada–susurró Paola más para sí XD

-¿Qué dijiste? –preguntó Kojiro curioso

-Nada, nada, no me hagas caso –pidió ella sonrojada con un gesto de la mano

-Vamos Paola, quién te dice y es el caprichoso destino quien decidió juntarnos aquí...

-¿Juntarnos? Simplemente coincidimos –aclaró Paola

-Siempre a la defensiva ¿nunca más creerás en mi?

-No me confundas, si vine hasta aquí fue para descansar y pensar

-¿Y crees que yo no?

-Mira Kojiro... –trató de decir Paola

-Mira Paola, nosotros somos y siempre seremos amigos ¿no? Entonces tratemos de pasar estos días de "coincidencia" como eso, y ya –resolvió su amigo tranquilamente

-Ok, está bien, tienes razón –admitió ella cruzándose de brazos mientras se detenía frente al elevador

-Entonces ¿compañeros de viaje? –preguntó Kojiro sonriéndole mientras extendía una mano

-Compañeros de viaje –devolvió Paola con el mismo gesto, estrechando su mano

-Está como quiere... –escuchó decirle a su amiga a una chica que pasaba junto a ellos, mientras miraban sin vergüenza a Kojiro

-Resbalosas –gruñó la Wakabayashi, mirándolas con odio

-¡Qué bien! Además de compañera de viaje me gané una hermanita menor celosa –comentó el tigre japonés entretenido, rodeando a su amiga por los hombros

-¿Celosa yo? –replicó Paola indignada, mientras ambos se subían al ascensor- ¿Y de ti? ¡por favor!

-Admítelo, porque yo admito que me molestó ver a ese tipejo molestándote –confesó Kojiro seriamente, mientras la puerta del elevador se cerraba, llevándolos sólo a ellos

-¡Ja! Un Kazuki más moreno y más alto que el otro –ironizó Paola

-Jajaja, ¿así me ves?

-Así y peor –alegó su amiga con una sonrisa

-Pues yo te veo mejor... –devolvió Kojiro sin querer con una sonrisita, mirando a la muchacha de arriba a abajo

-¡Pervertido! –exclamó Paola ofendida y sonrojada percatándose recién que sólo traía su traje de baño, obligando a su amigo a voltear- ¡Tonta de mi que en el apuro dejé mi toalla en la silla ésa!

-No te lo tomes así –trató de replicar el chico, sabiendo que había metido la pata

-Ni se te ocurra voltear a verme Kojiro Hyuga, hasta que no llegue a mi habitación y me ponga más ropa que la que llevo ahora –amenazó su amiga

-Pero si ese traje de baño es muy decente pese a ser de dos piezas... –trató de arreglar él con inocencia- De tu cuerpo desnudo cubre casi todo...

-¡Ya cállate! –gritó Paola desesperada, apretando una y otra vez el botón con el número 8

Cuando llegó al piso indicado Paola se bajó rápidamente, seguida por Kojiro.

-Por cierto que no te estoy viendo –aclaró él, cubriéndose los ojos con las manos mientras dejaba entre sus dedos una pequeña rendija para ver por dónde iba

-¡Deja de seguirme! –exigió Paola, sacando de debajo su gorra su tarjeta magnética para abrir la puerta (miren qué ingeniosa me salió XD)

-No te sigo, yo también estoy en este piso –alegó Kojiro, sacando su tarjeta del bolsillo derecho de sus shorts y abriendo la puerta de al lado XD- ¿Nos vemos en la cena?

-Si traigo más ropa, tenlo por seguro –dijo la muchacha, entrando en su dormitorio

-¡Ay Paola! Nunca cambiarás –pensó, exhalando con más tranquilidad

A la hora de la cena Kojiro esperó pacientemente a que Paola apareciera en el restaurante del hotel. No hubo terminado de mirar por quinta vez hacia la puerta, cuando ella apareció vestida de forma casual y sencilla.

-Hola –saludó ella cuando estuvo junto a él

-Hasta que llegas –devolvió su amigo, parándose para recorrerle la silla

-Qué amable, creí que los caballeros se habían extinguido –bromeó ella, sentándose

-Creí que tu esposo era todo un caballero –comentó Kojiro tomando asiento nuevamente

-Je, no lo saqué a conversación porque creerías que soy demasiado fastidiosa cuando hablo de él –replicó Paola desviando la mirada- Admiro y adoro a Ken, así que a veces exagero con lo que digo y no paro de hablar de él, sobre todo cuando no está conmigo

-Tiene suerte –comentó Kojiro mirándola profundamente

-Yo tengo suerte –corrigió ella mirándolo- Él es un santo conmigo: me tiene la paciencia de una madre, el amor de un esposo y la amistad y confianza de un amigo...

-Je, parecemos dos criminales arrepentidos que ensalzan a su víctima –bufó Kojiro con ironía

-Tienes razón –corroboró ella bajando la mirada

-No tienes por qué ponerte así, estamos aquí juntos, pero no estamos haciendo nada malo –recordó el muchacho

-No puedo evitarlo –admitió ella en un susurro

-Tú lo amas, él a ti y yo soy amigo de ambos, ¿así es la cosa, no? –añadió Kojiro con cierto desánimo

-Ahá

-Entonces no te sientas mal, que nunca he oído de nadie que termine en el infierno por compartir unos días de vacaciones con un amigo o amiga

-A Ken le daría mucho gusto saber que, casualmente, también estás aquí, –comentó Paola

-Pero no se lo digas –pidió él rápidamente

-¿Por qué no? –se extrañó la chica

-Porque alguien más puede enterarse y venir a fastidiarme. Ya sabes, la prensa y todo eso me desagrada por completo –explicó Kojiro algo tenso

-Está bien, pero se lo contaré al regresar

-Como quieras... –aceptó él encogiéndose de hombros

Esa noche cenaron mientras conversaban de otros temas relacionados con el Toho, sus amigos y la selección; evitando nombrar y tratar por mucho acerca de Ken. En realidad simulaban ser una pareja común y corriente de viejos amigos que acababan de encontrarse después de mucho tiempo, y prácticamente lo eran.

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Por cierto, no crean que es plagio si descubren que ciertos comentarios no coinciden con la otra versión XD El caso es que me di la libertad de poner comentarios (valga la rebusnancia) un tanto más fuertes y sinceros en esta versión nn

Además ¡son humanos! Y no creo que después de casarte el gusto por la gente del sexo opuesto desaparezca ¬¬