Capítulo 14

-Te tardaste –comentó el holandés mirando a Kojiro con cierta malicia

-Fui a tomar un poco de aire, no me gustan los lugares cerrados –inventó él esquivando su inquisitiva mirada

-¿Sabes que podía creer de todo, menos el saber que la mujer de tus problemas era conocida nuestra? –confesó Wilhem misterioso, acercándose para hablarle en susurros

-¿De qué hablas? –se sorprendió Kojiro

-Recuérdame no presentarte a mi novia cuando la tenga –se burló el moreno jugador

-No sé a qué te refieres –escupió el japonés fastidiado

-Involucrarte con una mujer casada no es algo del otro mundo –confesó Wilhem con cinismo- Pero que ella sea la esposa de tu mejor amigo, son palabras mayores, compañero...

-Estás equivocado, yo... –trató de alegar Kojiro, muy nervioso al verse descubierto, verificando si los otros no los habían escuchado, pero felizmente así parecía

-No me mientas, que no soy tonto –alegó el holandés con una sonrisita de autosuficiencia- Sólo espero que Wakashimazu no se entere, porque la cosa se pondría fea, y no sólo en el equipo, si eso ocurriera...

-Deja de decir tonterías –reclamó Kojiro, poniéndose de pie dispuesto a irse

-No lo son, tú lo sabes

-Mejor me voy, nos vemos mañana –se despidió el japonés marchándose molesto, seguido por la mirada burlona de su dizque amigo

Mientras, en la otra mesa de interés en este fic XD

-Te he notado muy callada ¿te pasa algo? –inquirió Ken preocupado

-No, no es nada. Es sólo que el cansancio del viaje, sumado a la emoción de saber que al fin lograste tu objetivo, resultó mucha carga para mi –inventó Paola tratando de verlo a los ojos y sostenerle la mirada por más que unos pocos segundos

-Entiendo... –murmuró él- ¿Quieres que nos vayamos?

-Por favor –pidió su esposa, poniéndose de pie

-Ahora te alcanzo –dijo Ken- Pago la cuenta y te veo afuera

Paola asintió y salió primera. Mientras esperaba a Ken fuera del restaurante se topó con Kojiro, que iba de salida. Lo miró fijamente y luego trató de evitarlo. Él se acercó en silencio y se detuvo a unos centímetros de ella, hablando mientras fingía buscar un taxi.

-Ni creas que me voy a rendir así como así –murmuró Kojiro tranquilamente

-Debes hacerlo –contestó Paola, también fingiendo esperar solamente la salida de su esposo

-No lo haré. Cuando yo me propongo algo lo consigo –anunció el japonés mirándola fijamente

-Esta vez no, porque la esposa de tu mejor amigo no es la Copa Mundial –se burló la muchacha retándolo con la mirada

-Para mi la esposa de mi mejor amigo es más valiosa que una Copa –siguió Kojiro sin inmutarse- Y si para estar con ella debo pecar, entonces no me importa quemarme en el infierno

-A ella sí –aseguró Paola- Así que recuerda lo que vivieron, pero no trates de repetirlo

-¿Estás segura que ella no lo quiere así? –presumió el tigre japonés mirándola de arriba abajo con un brillo peculiar en los ojos

Como respuesta la joven acercó sus labios a los de él, y a tan sólo unos milímetros, mientras Kojiro esperaba ansioso el contacto, ella habló provocativamente.

-Quédate con la duda –murmuró Paola- Porque al menos ella tiene con quién desahogar esos deseos reprimidos...

-Kojiro... –dijo Ken apareciendo, mientras su esposa fingía darle a Kojiro un beso de despedida en la mejilla- ¿Ya te vas?

-Eh...sí –contestó él vagamente, tratando de calmar el coraje que sentía dentro ante tales palabras de su ...¿amiga?

-¡Taxi! –gritó Paola, y al sentirse ignorada echó un chiflido que no tenía nada que envidiarle a ningún hombre en el estadio XD, logrando que un taxi se detuviera- Ya nos conseguí un medio de transporte –anunció contenta

-El aire libre te sienta bien –comentó Ken complacido al notar que la joven se encontraba más animada

-Es que aquí fuera hay cosas que motivan a cualquiera –dijo ella tranquilamente, mientras Kojiro la miraba de reojo con enojo

-¿Vienes con nosotros? Podemos compartir el taxi –dijo su amigo, mientras su esposa se subía al automóvil

-No gracias, puedo caminar o buscar otro –contestó Kojiro- Ustedes váyanse

-Bien, entonces nos vemos mañana –dijo Ken, entrando tras su esposa- Adiós

-Adiós... –murmuró el tigre japonés viéndolos irse

Los días pasaron (ustedes imaginen qué cosillas pudieron pasar a partir de eso O:P): Kojiro se la pasaba pensativo y algo molesto, evitando compartir charlas o bromas con sus amigos, ya que casi siempre contenían algún tema referido a mujeres. Había ido algunos días al departamento de Ken a almorzar o cenar con él y su esposa, claro, invitado por su mejor amigo; tratando de pasar por alto sin reaccionar el hecho de verlos demostrándose amor mutuo con diferentes detalles; y tratando de desahogarse en las sutiles y disimuladas caricias que le hacía a Paola, o en algunas ocasiones en que logró robarle un beso mientras nadie los veía. Por su parte Ken había estado menos obsesivo con los entrenamientos, pero no descuidaba el seguir mejorando, gracias a lo cual tenía más tiempo para compartir con Paola. Ella, por su parte, cuando estaba con Ken fingía nuevamente una tranquilidad y alegría que no tenía, ya que cuando se hallaba sola se volvía a deprimir y desesperar por la situación que ella misma se había creado en torno a su esposo y Kojiro. Sabía que debía olvidarse del viaje a Córcega, pero por más que intentaba no lograba hacerlo, una y otra vez venían a ella los recuerdos de las caricias y los besos del moreno jugador en su piel, sintiendo ocasionalmente deseos de volver a estar con él; desquitándose entonces cuando estaba con Ken.

Un día, a tanta insistencia de Wilhem, bastante fastidiado Kojiro negó que la mujer con la que estaba fuese Paola, diciendo que aquella era su "Principessa" y que así le gustaba que le diga, por lo que no le revelaría el nombre. El holandés tardó en convencerse, pero el tigre era muy astuto y lo consiguió; encontrándose entonces con el dilema de la curiosidad de su amigo. Sin embargo evadirlo se le hizo más fácil una vez que su objetivo fue conocer a la "Principessa del japonés" y deslindar a Paola de toda sospecha relacionada con él.

En una de las tantas conversaciones, y sin querer, Ken escuchó los relatos de Kojiro acerca de un corto pasaje de sus vacaciones con esa mujer. Al notar que él lo había estado escuchando el delantero no supo qué cara poner para no delatarse a sí mismo; pero felizmente su amigo no indagó sobre nada, sólo dijo "Ten cuidado, su esposo podría enterarse". Ciertamente a Ken le había dolido algo el saber que su mejor amigo no le hubiese contado tal secreto, pero creía también que sus motivos tendría, y que quizá estos eran simplemente que Kojiro se encontraba avergonzado de contarle algo semejante.

Eran ya casi dos meses de fingir y fingir. El campeonato se había iniciado y Ken, Kojiro y la Juventus se encontraban viajando de cuando en cuando para cumplir sus partidos en el interior de Italia. En la mente del portero había una idea que lo tenía suspirando y que no quería contársela a nadie, ni siquiera a Paola. Kojiro había intentado, de varias maneras, el conseguir que Paola desistiera de su propósito de alejarlo de ella, pero era sumamente difícil.

Sin embargo la ayuda le llegó de una forma impensada: la selección de softball de Japón se hallaba en suelo italiano y Maki, ni tarda ni perezosa, fue en su busca. Cuando él la vio se sintió complacido de volver a reencontrarla y tuvieron algunas salidas que podrían catalogarse como de simplemente amigos. Pero Kojiro, al considerar el tipo de relación que parecía unir a su mejor amigo y su esposa, comprendió que al fin la derrota más triste de su vida pudo haber llegado y lo dificultoso sería admitirlo. Aunque esta vez no estaba solo, sabía que con sólo unas palabras podía convencer a Maki de iniciar una relación con él, por más cruel, injusto y desgraciado que sonara, ¿pero qué podía hacer? Esa relación podía ser el refugio más propicio para su dolor.

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¿Quién sabe de dónde salió Wilhem tan perspicaz y maloso?

Casi lo olvido: gracias a Samael por corregirme sobre la correcta escritura de "Principessa" nn (además suena bonito...)