Capítulo 15
Estaba hecho, así debía ser. Él apreciaba mucho a Ken, no por nada era su mejor amigo desde que eran sólo unos niños. Y aunque sabía que estaba realmente enamorado de Paola, lo de ellos no podía ser, porque había un matrimonio de por medio. Aun así debía conseguir un último recuerdo, y sólo su "Principessa" podía regalárselo.
-Sólo una noche más –pidió Kojiro después de un partido de locales que habían ganado al Milán- Luego de eso no volveré a insistir contigo
-¿Y qué harás después? –se extrañó Paola
-Maki vino a Italia con la selección de softball y he salido con ella un par de veces –confesó él
-Ah... –murmuró ella con cierta molestia
-Y después de analizarlo mucho me he dado cuenta que Ken y tú jamás van a separarse, ni siquiera por un desgraciado como yo -confesó el japonés apenado
-¿Por qué, en lugar de pedírmela a mi, no le pides esa noche a Maki? –preguntó Paola con rabia
-Porque a ella no la deseo como a ti... –respondió Kojiro muy seguro- Piénsalo –le pidió, dándole un súbito beso en la comisura de la boca y alejándose
Después de aquél partido contra el Milán, Ken salió y se encontró con su pensativa esposa. Para festejar su portería imbatida por varias jornadas la invitó a cenar en un lindo restaurante, donde brindaron con vino griego.
-¡Salud! Por los buenos tiempos que se nos vienen –dijo Ken contento
-¡Salud! –contestó Paola, complacida de verlo así
Sin embargo pronto Ken se distrajo mirando hacia el vacío.
-¿Ahora sí me contarás qué tienes rondando en tu mente? –inquirió Paola con cariño
-Estuve analizando algo y quiero que me des tu sincera opinión –dijo él seriamente
-Nop, definitivamente no podemos obligar a Kazuki a que se disfrace de Britney Spears en tu cumpleaños –bromeó su esposa
-¡Oh, rayos! Qué desilusión –fingió Ken siguiendo con la broma- Je, ya en serio
-Dime
-Paola, no sé si tú estés lista, pero creo que yo sí –anunció él enigmáticamente
-¿Listo para qué? –preguntó Paola intrigada
-Quiero tener un hijo... –completó Ken dejando a su esposa boquiabierta- ¿Qué piensas?
-U...¿un hijo? –balbuceó la Wakabayashi asombrada
-Ahá
-Yo...no sé qué decir
-Sólo dime que quieres tenerlo –pidió Ken mirándola con ternura, mientras tomaba sus manos entre las suyas
-Pero ¿y mi trabajo? ¿y tu rutina?
-Eso es lo de menos. No te estoy pidiendo que lo tengamos mañana, pero sí que planeemos tenerlo en un futuro no muy lejano
-Bueno, si es así, como que es inevitable –se sonrojó Paola algo incómoda- Ya que cuando se riega una semillita algo tiene que florecer...
-Jajaja, no te pongas así –rió Ken divertido- Jamás creí que te ruborizaras por algo como eso
-¿Y qué quieres que haga entonces? –se ofendió ella sintiéndose algo tonta
-Sólo dime que sí –pidió su esposo esperanzado
-Sí –repitió ella sonriendo conmovida por la ternura del karate keeper
-Gracias –murmuró él, dándole un beso como muestra de tal agradecimiento
Pasó una semana, Kojiro le estaba dando tiempo a Paola para que se decida sobre su decisión acerca del pedido que él le había hecho. Mientras tanto trataba de no dejarse caer en la tentación de buscarla, pasando más tiempo con Maki, quien para esas fechas se hallaba bastante ilusionada con él, confirmando los sentimientos que desde hace mucho tenía para con el tigre japonés. Claro que no descuidaba sus partidos de softball, en los cuales le iba muy bien y estaban a poco de ser finalistas.
-Toma –le dijo Maki en uno de sus encuentros, entregándole unas entradas- Tú y tus amigos pueden ir a ver la final
-¿Mis amigos? –se extrañó él
-¿Crees que olvidé lo que me comentaste? Ya sé que Ken y Paola están aquí en Turín –anunció la muchacha sonriendo- Y la verdad me gustaría encontrármelos, sobre todo a ella, a quien no tuve oportunidad de conocer aun
-¿Quieres conocer a Paola? –se sorprendió Kojiro
-Ahá, ¿qué tiene eso de malo? Me gustaría hacer buenas migas con la esposa de tu mejor amigo –aclaró Maki abrazándolo con cariño
-Claro...su esposa –murmuró él vagamente, sin corresponder al gesto
-¡Hyuga! –saludó Wilhem contento de encontrar a su compañero en semejante compañía
-Ah, hola Wilhem –saludó él con cierto fastidio
-Buenas tardes señorita, ¿o debo decir señora? Supongo que usted es la Principessa que tanto le roba suspiros a mi amigo –bromeó el holandés, sonriéndole a Maki
-¿Principessa? –repitió ella confundida, mirando a Kojiro- No, creo que se equivoca
-Ella es Maki, una amiga –corrigió Kojiro con enojo
-¡Ups! Entonces creo que metí la pata –dijo Wilhem fingiendo una vergüenza que no sentía- Disculpe usted
-¿De qué Principessa hablan? –preguntó la muchacha picada por la curiosidad, sospechando que la respuesta no le gustaría nada
-Luego te lo cuento... –murmuró Kojiro
-Bien, entonces los veo luego. Fue un gusto Maki, adiós –se despidió el holandés, marchándose
-¿Ahora sí me lo dirás? –insistió la chica mirando ceñuda a su amigo
-Maki, no quiero engañarte –empezó Kojiro apenado- Y por eso debo contarte que estoy en un gran dilema...
-¿De qué tipo?
-Estoy enamorado –confesó él mirándola a los ojos, notando la nube de tristeza que apareció de repente en ella
-¿Ah sí? –balbuceó ella bajando la cabeza
-Así es. Pero estoy tratando de olvidarme de ella...
-¿Y por qué? –indagó Maki mirándolo esperanzada ante tal confesión
-Porque es casada –finalizó Kojiro seriamente
Maki se quedó perpleja sin saber qué pensar acerca de semejante confesión.
-Eh...bueno...yo...
-Sé que es inmoral, pero fue inevitable
-Al menos estás tratando de dejarla –lo consoló ella, tomándolo de la mano- Ya ése es un paso importante
-Gracias por entender...
-No tienes por qué –murmuró ella acercándose a él- Además, yo puedo ayudarte a olvidarla... –añadió besándolo
Él la correspondió, y aunque suene cruel, trataba de imaginar que aquella no era Maki, por lo que la pasión del beso aumentó súbitamente, sorprendiendo a la japonesa que se alejó agitada.
-Espera, no te apures –pidió sonrojada
-Discúlpame, yo... –trató de explicar él
-No tienes que disculparte –dijo Maki acariciándole la mejilla con cariño- Yo también tengo muchas ganas de estar contigo más íntimamente... –aclaró, besándolo delicadamente en los labios
Llegaron al departamento de Kojiro, donde siguieron acariciándose y besándose apasionadamente. En un momento de ésos Maki terminó sin la blusa, desabrochando el pantalón del chico, que no dejaba de besarla. Kojiro separó su rostro unos instantes del de ella para contemplarla, y grande fue su sorpresa cuando los ojos castaños de Maki se transformaron de repente en unos ojos verdes, y su cabellera pasó a ser de castaña oscura a negra: miró sorprendido a la mujer que estaba con él y vio a Paola, que le sonreía provocativamente. Maki quería continuar, pero Kojiro se apartó.
-No puedo... –murmuró el delantero, arreglándose la ropa
-¿Por qué? –inquirió Maki curiosa y algo avergonzada
-No quiero hacerte eso –aclaró Kojiro pasándole la blusa- No sería justo
Maki asintió comprensivamente. Se vistió, le dio un beso en la mejilla y luego se marchó, dejando al tigre japonés desesperado y confundido.
-¿Por qué no puedo tenerte a ti Paola? –murmuró desolado, tomándose la cabeza con ambas manos
Al día siguiente Kojiro llegó con Ken y le dio un par de entradas.
-Maki espera que tú y Paola vayan a verla –anunció su amigo vagamente
-¡Vaya, gracias! Aunque no sé si sea bueno
-¿Por qué?
-Jaja, en cuanto la vea, Paola empezará a bromear sobre su relación –aclaró Ken divertido
-O se molestará –susurró Kojiro más para sí, cayendo de pronto en cuenta que la situación podía ser un empujoncito a su favor en cuanto a la decisión de la germano japonesa
-¿Qué dijiste?
-Nada, no me hagas caso –dijo el tigre japonés, de pronto de mejor ánimo
El entrenamiento aquél fue para recordarlo: desde hacía mucho tiempo que Kojiro no mostraba esa entrega y energía en el juego, además de bromear con sus compañeros y darle a Ken algunos cuantos consejitos. A todos les pareció una actitud extraña, menos para su mejor amigo, que se alegró por él.
Al llegar con su esposa Ken le dio las buenas nuevas.
-¿Y dices que Maki nos regaló estas entradas? –inquirió Paola intrigada
-Ahá, parece que quiere conocerte –contó Ken, sirviéndose un vaso de jugo- Yo creí que ya se conocían
-Sólo de vista. Recuerda que ella apareció muy pocas veces en el Toho –recordó ella, mirando con recelo las entradas
-Pues no sería mala idea que después del partido los cuatro salgamos a alguna parte –anunció Ken animado
-¿Cuáles cuatro? –indagó su esposa algo fastidiada
-Tú y yo; Kojiro y Maki –aclaró el muchacho extrañado
-No hay un "Kojiro y Maki" –alegó Paola de mal humor- Ella es sólo su amiga, ¿o acaso Kojiro no nos lo ha repetido una y otra vez?
-¿Por qué te enojas? –se extrañó Ken- Mira que si a esta altura del partido vas a sentir celos de amiga...
-No estoy celosa –aclaró ella rápidamente, frunciendo el ceño
-Pues no parece –dijo su esposo divertido- Además ¿qué te preocupa? Maki es una buena mujer y sé que el capitán estará en buenas manos con ella...
-¡Ella jamás va a estar con él! –exclamó Paola alterada- ¡Esa mustia no se lo merece!
-¿Qué te pasa? –se enojó Ken ante tal reacción- Hablas como si estuvieras muy celosa de él, como si fuera...tu novio o algo así
-No digas estupideces –lo espetó la muchacha- Yo estoy casada contigo y él es nuestro amigo
-Qué bueno que aun recuerdas esa diferencia –replicó el muchacho, marchándose molesto hacia su habitación
-Pero qué hice... –pensó Paola preocupada, suspirando
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Aunque no parezca (XD) no tengo nada en contra de Maki, pero es la única que se podía meter en el embrollo ya sea para liarlo más o solucionarlo de una vez nn
Me gusta la pareja Kojiro – Maki, pero no sé si en este fic salgan bien librados --
