Hola ya estoy de vuelta con otro capítulo espero que les guste y gracias por agregarme en sus historias favoritas y por sus mensajitos aunque cortitos me dan ánimos para continuar con la historia.
Los personajes son de propiedad de Stephenie Meyer solo la historia es de mi autoría.
Capítulo 1. La tía Victoria
En una de las mañanas de 1922 mientras me encontraba desayunando con mi padre, el ruido estridente del teléfono nos interrumpió, mi madre se encontraba ocupada dándole instrucciones a la cocinera para el almuerzo, mi padre fue quien contesto, cuando termino de hablar regreso a la mesa y me pidió afectuosamente.
-Bella hija por favor ve a pedirle a Emily que arregle la habitación de visitas vendrá a visitarnos la prima de tu madre Victoria- En ese momento entro mamá y se quedaron hablando del asunto. Había oído hablar muy poco de ella que había enviudado joven, que vivía en Europa y que no le agradaba a mi madre a pesar de que crecieron juntas por lo que, una vez que le di el recado a Emily regrese a hurtadillas a escuchar.
-Charlie por favor sabes muy bien que no congenio con mi prima- le decía enojada pero con tono de súplica. – No quiero que venga a la casa puede recurrir a cualquiera de la familia.
-Por favor querida- le decía mi padre con ternura- ella me ha contado su situación, necesita nuestro apoyo está un poco mal de salud y el dinero que le dejó su esposo se le está acabando además será momentáneo en cuanto esté mejor tiene un trabajo asegurado de niñera en San Francisco, además no entiendo porque te incomodas tanto si ella fue quien ayudo a que nos conociéramos.
Fue entonces una suposición surgió en mi mente acaso la prima Victoria había tenido algún tipo de relación con mi padre, por eso le molestaba tanto su presencia, la deseche inmediatamente papá jamás lo haría amaba con locura a mi madre, después de aquella corta discusión mamá acepto a regañadientes.
Fue cuando aproveche para entrar- mamá ya me voy a la escuela hoy vamos repasar como si estuviéramos en el concierto estoy emocionada por llegar el chofer me está esperando, además quería pedirte si después de las clases puedo ir a la casa de Alice.
-Claro mi niña. Respondió mamá, a lo que mi padre agrego -pero regresas antes de las 5 de la tarde a esa hora llega Victoria, tenemos que recibirla como familia y darle todo nuestro apoyo.
-Yo sé papi, no te preocupes que el chofer de la familia Cullen me trae como siempre, te prometo llegar a tiempo. Así muy feliz, después de darles un abrazo y un beso en la mejilla a cada uno salí casi corriendo.
Cuando me subí al coche caí en cuenta que prácticamente había acabado la escuela secundaria habíamos aprobado los exámenes finales y el concierto en el que tocaría el violín era una mera formalidad, otro pensamiento cruzó por mi mente cuando sentí el peso del paquete que sostenían mis manos había salido con algo de tiempo, hoy mi mejor amigo Jacob Black cumplía 19 años él era el hijo del mejor amigo de papá Billy Black lo conocía desde que recordaba prácticamente crecimos como hermanos, mamá siempre lo trataba como un hijo y más sabiendo que quedó huérfano de madre ya que ella murió de parto, por eso cuando Jack con apenas 16 años al morir su padre se vio de repente desprotegido con apenas lo justo para vivir mi padre no dudo en ayudarlo en su educación y en lo que hiciera falta esto me lleno de felicidad, Jack sabía que contaba con nosotros que éramos como su segunda familia y por eso era tal la confianza y el cariño que nos teníamos que Alice y Rosalie mis mejores amigas, siempre bromeaban acerca de nosotros que un día revelaríamos nuestros verdaderos sentimientos o que yo ya había encontrado ese príncipe encantado que nos fascinaba tanto imaginar cuando su mamá Esme nos leía cuentos las varias ocasiones en las que de niña tuve que dormir en su casa mientras mis padres viajaban por negocios y las tres hacíamos pillamadas y cosas así, bla, bla, bla les hacía siempre la mímica con las manos. Pero la relación entre Jacob y yo en lo absoluto había salido en ningún momento del cariño de hermanos él representaba el hermano que yo siempre había querido pero que no había podido tener, mi madre quedo muy delicada de salud después de mi nacimiento y mi padre no quería pensar en la posibilidad de que un nuevo embarazo si este resultara en su muerte.
El chofer Peter me saco de mis meditaciones –señorita hemos llegado- gracias- respondí muy emocionada este también era el primer día de Jack en el hospital de propiedad del doctor Carlisle Cullen trabajando como enfermero, además de esta propiedad la familia Cullen contaban con acciones mayoritarias en el principal Banco de la ciudad y en el que hace poco trabajaba Emmett alternándolo con sus estudios de finanzas.
Entre saludando a la recepcionista, era una de las amigas de mi madre – Buenos días Maggie, sabe dónde se encuentra Jack. -En el cuarto de casilleros me dijo –gracias. Respondí mientras me dirigía directamente a aquel lugar. Cuando entre él estaba entretenido arreglado su casillero así que me acerque sigilosamente -feliz cumpleaños le dije mientras le daba un cariñoso abrazo y separándome le extendí mi regalo. – Gracias, Bella mi querida hermanita, sabes tus dos locas amigas me dieron sus regalos ayer y Alice dijo que era para no hace mal tercio. Y ambos rompimos a reír- Alice nunca va a dejar de imaginarse cosas. Le dije aun entre risas.
-Recuerdas como en su cumpleaños 17 emparejo a Rosalie y a Emmett. Dijo Jacob.
-Claro que sí, aunque los dos se gustaban desde antes solo necesitaban una ayudadita y por supuesto Alice no iba a dejar pasar la oportunidad. Le dije con una ligera sonrisa. – Y ahora que recuerdo si no me apresuro voy a llegar tarde al repaso y la que va a necesitar ayuda voy a ser yo. Después de darme uno de sus acostumbrados abrazos de oso y desearme suerte salí de allí.
Llegue a la clase y claro Alice ya estaba esperando expectante para que le contara que había pasado-Alice pierdes tu tiempo ya deja en paz esta historia.- Le dije mientras me ubicaba en mi lugar y tomaba mi violín en ese instante paso Jessica Stanley con uno de sus acostumbrados comentarios venenosos.-no te puedes esperar hasta que estén solas para que comentes los detalles escandalosos del "regalo" que le hiciste a tu amiguito. He hizo un señal de hastío al final, me llene de tanta rabia por sus constantes insinuaciones que si no fuera porque Alice me contuvo le habría dado lo que se merecía.-No le hagas caso- me dijo, con sus acostumbradas sonrisas risueñas- solo te tiene coraje desde que Mike Newton mostró interes por ti y no por ella, lo que quiere es provocarte. Respire profundo tenía razón si reñía podrían suspenderme del concierto que se aproximaba, era una de los cosas que disfrutaba tanto como respirar, pero me molestaba mucho su actitud dado que yo sabiendo lo que ella sentía por Mike le había hecho saber cordialmente a este que jamás habría algo entre los dos y aun así ella se enojó conmigo y no paraba de hacerme la vida imposible cada vez que podía.
Una vez en casa de Alice después del almuerzo resolvimos repasar nuestras lecciones, aunque para el recital faltaba menos de una mes y pronto tendríamos unos días de vacaciones, mientras entonábamos la melodía del concierto para violín N° 3 de Mozart yo en mi violín y Alice en su violonchelo me di cuenta de lo bien que me sentía siempre en aquella casa, me encantaba percibía el mismo amor y protección que en la mía. Absortas en la práctica no nos dimos cuenta cuando Esme entró su rostro reflejaba una gran tristeza
-¿Qué te sucede mami?- Le pregunto Alice con angustia todo lo relacionado con su madre la alteraba más de la cuenta.
-Hija, es tu abuelo está muy grave tenemos que irnos pronto a verlo.
-Mamá en cuanto me avisaron en el Banco vine lo más pronto que pude ¿cómo están? Las interrumpió Emmett acompañado de Rosalie que apresurado entró y les dio un abrazo a las dos en señal de protección y Rosalie hizo lo mismo luego me saludo a mí apresuradamente por seguir apoyando a su novio y yo que me sentí incomoda observando el dolor ajeno decidí que era momento de irme, con timidez en mi hablar les dije.- yo siento mucho lo de su padre creo que es mejor que me vaya.
-Bella, hija lo siento tanto, que el chofer te lleve a tu casa. Me dijo Esme sollozando, después de despedirme de todos y darle consuelo a Alice me fui a casa.
Debió ser tal mi cara de preocupación y desconsuelo cuando llegue a mi casa que mi madre me pregunto-¿Hija que te sucede? –a mi nada mami es el abuelo de Alice parece que está muy grave, que puede morir me siento mal por Alice y su mamá se veían tan desoladas yo no supe cómo ayudarlas. Abrazándome cariñosamente y con una voz dulce que emanaba su amor maternal me reconfortó.-Mi niña esas son cosas que pasan y ni tu ni yo podemos impedirlo estoy segura que ellas van a estar bien, ningún dolor es eterno con el tiempo se hace tolerable, así que tranquila y ve a descansar un poco que tu padre ya fue a recoger a Victoria yo te aviso cuando lleguen sí. Asentí y me dirigí a mi cuarto me sentí afortunada por tener una madre tan cariñosa como ella. Dos horas más tarde mi madre me despertaba. –Ya levántate hija ahora si está por llegar tu padre- si enseguida mami. Le respondí más relajada, sentada en la sala junto a mi madre espera expectante por conocer a la prima Victoria, mi madre se pasaba ansiosa los dedos entre sus cabellos con la mirada perdida, no entendía lo que le preocupaba.
La puerta se abrió habían llegado, mi padre entró primero cargado con dos maletas y se dirigió a dejarlas a la habitación de huéspedes la siguiente en entrar fue una mujer hermosa con el cabello largo, ondulado y pelirroja sus ojos azules eran idénticos a los de mi madre a pesar de que era un año menor que ella aparentaba aún menos, en cuanto nos vio se acercó y nos dirigió una mirada afectuosa.
-Hola, Renée querida prima gracias por recibirme en tu hogar. Le dijo muy afectuosa dándole un beso y un fuerte abrazo en seguida se acercó a mí y dándome un beso y un abrazo similar a los que les proporciono a mi madre -Tú debes ser Isabella, verdad. Me dijo con una afectuosa sonrisa- Sí bienvenida es un gusto que estés aquí, prima. Le dije, papá había pedido que la recibiéramos amablemente y no había razón para no hacerlo. –Si deseas puedes decirme tía tu madre y yo crecimos como hermanas. Me dijo entusiasmada.
Durante la merienda actuó con naturalidad nos habló de su vida con su esposo en Londres de la tristeza que le causo su muerte, felicito a mi madre por la hermosa hija que la vida le había dado ya que ella no fue bendecida con ese regalo, había trabajado como enfermera en un asilo de ancianos, su enfermedad, su próximo trabajo en San Francisco; durante toda la plática mi madre la miraba cautelosamente. Una vez en mi habitación repase los acontecimientos del día había sido uno largo lleno de emociones, necesitaba descansar y en cuanto cerré los ojos me dormí.
Desde aquellos acontecimientos, pasaron cinco días mi tía se había acoplado bien al diario de la casa siempre gustosa ayudando en lo que podía a pesar de la insistencia de mi padre de que no era necesario, decidí que mi preocupación relacionado con ella y mi madre ya no tenía ningún fundamento debieron ser roces que ya quedaron atrás ahora mi inquietud era saber cómo estaba mi amiga Alice y su familia con Jacob y Rosalie no supe mucho ellos sabían casi lo mismo que yo, pensando en todo esto el teléfono sonó asustándome conteste casi sin animo.
-Familia Swan.
-Bella, amiga soy Alice. Me dijo por teléfono. –Alice te llame con el pensamiento, como estas. Le dije su voz reflejaba calma, seguramente la situación con su abuelo no había pasado de un susto. –Bien, regresamos hoy mismo, mi abuelo falleció lo estamos tomando con serenidad era algo que ya se veía venir su enfermedad ya no daba para mucho tiempo aunque no todo son desgracias, recuerdas a mi primo Edward que vivía con el abuelo ahora con su muerte está planeando venir a vivir con nosotros y seguir sus estudios de medicina en Chicago ¡no es increíble!
–Sí Alice, es genial. Le dije fingiendo interes.
–Bueno entonces nos vemos pronto tenemos que ponernos al día con los repasos del recital y otras cosas, chao amiga. Me dijo aunque su tono de voz aun no recuperaba su acostumbrada energía.- Chao, cuídate. Le conteste y colgó.
El nombre de Edward hizo eco mi mente agobiándome después de que coloque el teléfono en su lugar, no tenía una buena impresión de él lo había conocido cuando éramos niños y venía a pasar las vacaciones con sus tíos, cuidaba mucho de Alice como a una hermana, mamá me había recomendado que fuera amigable pues se había quedado huérfano de padre y madre cuando apenas tenía 3 años y vivía con su abuelo aunque al principio congeniamos muy bien, empezó a portarse cortante conmigo desde que percibió mi amistad tan cercana con Jacob me hacía sentir como si fuera algo incorrecto por ser de clases sociales diferentes, me aislaba de los juegos entre Alice, Rosalie y él esto me enojaba tanto que a pesar que no quería contrariar a mis amigas siempre terminábamos discutiendo quien se creía para tratarme de ese modo, esto continuo cada vez que venía hasta que cuando tenía 15 años Jacob se dio cuenta de lo que sucedía y por defenderme se pelearon Esme intervino y después de una larga platica con Edward, este se disculpó conmigo y con Jacob con una falsa cordialidad o al menos eso percibimos los dos, ese fue mi limite yo no sería la manzana de la discordia para más disgustos de aquella familia y decidí no visitar a Alice cuando Edward estuviera de visita era lo mejor no quería perder mi amistad con ella, en los años siguientes después de aquel episodio Edward había tratado de ser nuevamente mi amigo, yo resolví tratarlo simplemente con cortesía en las pocas ocasiones que nos encontrábamos por causa de Alice, la última vez que lo vi había sido en mi cumpleaños número 17 hace casi un año mis padres me habían organizado una gran fiesta con mis amigas más cercanas, para mí extrañeza Edward había venido se me acerco y me dio una pulsera de regalo preciosa con las iniciales de mi nombre y me invito a bailar no estaba pasándola mal luego de unos minutos escuche cerca de mí una voz conocida pidiendo bailar con la cumpleañera –¡Jacob!. Grite emocionada y le regrese una mirada de disculpa a Edward este no demostró enojo y se marchó, después de mucho bailar y divertirme con mi mejor amigo mientras iba al baño y pasaba cerca del balcón de mi casa oí una conversación entre Alice y Edward que escuche a escondidas. -Gracias por llevarte bien con Bella y no pelear con Jacob, aunque no entiendo cuál es tu problema. Le decía Alice.
-No hay ningún problema con eso, en realidad lo que no puedo tolerar es su afecto por Jacob. Le respondió Edward, yo no quise escuchar más y volví a la fiesta, eso basto para que me quedará claro que cualquier tipo de amistad con él no tendría sentido porque sabía que sencillamente trataba de quedar bien con su familia por respeto a la amistad con la mía y esa falsedad prefería no tolerarla.
Ahora que Edward vendría a vivir de forma fija me ponía muy triste pensar que el aislamiento voluntario de la casa de Alice seria permanente, nunca entendería por qué pensaba de ese modo si su familia más cercana no sufría de prejuicios con relación a ese tema, ¿quién o qué había influenciado para que actuara de ese modo? esa interrogante era la razón por la que continúe dirigiéndole cordialmente la palabra, en mi corta edad había aprendido que todos se merecen el beneficio de la duda, en aquella ocasión yo preferí no resolver ese enigma y dejar de pensar en ese problema, hasta ahora que no dejaba descanso a mi raciocinio.
