Sumary: Lily, James y Sirius compartían un vínculo más allá de la comprensión. Poseían un inmenso poder que los hacía ser especial y diferentes de los demás magos y brujas. Su poder era foco de atención, despertando miedo, envidia y avaricia en los demás seres mágicos. En medio de una época llena de guerra, caos y destrucción, la amistad, el amor, la magia y el vínculo tan profundo que comparten, será luz en medio de toda aquella oscuridad.


Disclaimer: Esta historia está basada e inspirada en los libros de Harry Potter, de J.K. Rowling, como también, de los libros de Brandon Sanderson, específicamente la saga "Mistborn", de su gran universo "Cosmere". En otras palabras, todo el sistema de magia en este fanfiction no es obra de mi imaginación, sino que les pertenece a las maravillosas mentes de los autores recién nombrados. Para aquellos que no conocen los libros de Brandon Sanderson, se los recomiendo completamente, específicamente la saga Mistborn, la cual es una de mis favoritas.

SPOILER ALERT: Esta historia contiene spoiler de la saga Mistborn. Si no la ha leído aún y desea hacerlo, debo advertirle que en esta historia podría encontrar información respecto al sistema de magia de la primera trilogía de la saga Mistborn de Brandon Sanderson.


Autor Comment: Siempre he sido muy buena lectora, desde que tengo uso de razón me interesé en los libros, desde siempre los he disfrutado y han sido parte de mis días, sin embargo, nunca antes exploté mi lado artístico en el aspecto de la escritura. Empecé algunas historias, pero nunca antes me inspiré tanto en una como con este Fic.

Desde que leí la saga Mistborn, me gustó muchísimo su sistema de magia y me imaginé un mundo mágico donde se mezclaran este tipo de magias, específicamente en el Wizarding World, en la época de los merodeadores y JILY, cuya pareja siempre ha sido mi debilidad, al igual que la amistad de Sirius con James y Lily.

Esta historia está ambientada en la década de 1970, en Reino Unido. El mundo mágico está marcado fuertemente por la sociedad y tiempos oscuros se acercan, con la amenaza de guerra de uno de los magos oscuros más poderosos de todos los tiempos. Lily, James y Sirius vivirán su adolescencia y juventud en medio de todo el caos, abarcando una realidad cruda.

Este fanfic está catalogado como "M" debido a que contiene lenguaje inapropiado, consumo de drogas y sexo explícito. Mi intención es no ofender a nadie ni atentar con la inocencia de ningún lector, por lo que dejo esta advertencia.

Cabe mencionar que en esta historia no estarán los personajes de la saga Mistborn, sólo será utilizado su sistema de magia y algún que otro aspecto.


The first time in Hogwarts.

Cuando Lily Evans fue totalmente consciente de que podía hacer magia, fue cuando tenía 7 años. Su madre ya sabía que Lily era una bruja poderosa, ya que desde que era un bebé realizaba magia. Cosas imposibles e impresionantes sucedían cuando Lily lloraba o se reía.

La madre de Lily, Rose Evans, se quedó paralizada en asombro y terror cuando se dio cuenta que su hija podía hacer magia, luego se quedó maravillada y orgullosa del poder de su bebé, por esta razón, jamás la trató de forma diferente e intentó ocultarlo lo mayor posible ante el mundo muggle.

Cuando Lily creció y se dio cuenta de que podía hacer cosas diferentes a los demás, muchas dudas surgieron, su madre no tenía respuesta para ella y Petunia, celosa de sus habilidades, no hacía más que hacerla sentir mal. Sin embargo, cuando su familia decidió mudarse a Londres, fue cuando sus preguntas por fin tuvieron respuestas, cuando conoció a Severus Snape.

Fue increíble y maravilloso saber que existía todo un mundo de personas como ella, que iría a una escuela de magos y brujas en un hermoso castillo y podría dedicar su vida usando su magia. Severus le proporcionó la mayor información posible antes de ir a Hogwarts, sin embargo, su amigo jamás podría haber sabido que ella no es una bruja común y corriente, y debido a esa razón, tendría que tomar clases especiales.

Lily jamás olvidaría aquel día. Fue justo después del banquete de bienvenida. Estaba muy triste por la reacción de su amigo Severus al ser elegida en Gryffindor. No conocía a nadie, se sentía muy insegura y sola sin Severus. El banquete ya estaba finalizando, los alumnos se paraban de sus mesas a saludar a compañeros de otras casas y otros ya salían por las anchas puertas del gran salón.

En ese entonces, un alumno mayor se acercó a ella y le tocó el hombro con una mano. Lily se volteó completamente para observarlo, era un alto pelirrojo con rostro amable, cargado de formalidad. Tenía una broche dorado en su capa que decía "Premio Anual".

- Bienvenida a Hogwarts, Lily Evans. - dijo, con una sonrisa cordial. - Mi nombre es Hendrick Prewert, Premio Anual. El Profesor Dumbledore desea hablar con usted, por favor si es tan amable de acompañarme.

Lily asintió, conmocionada. ¿El Profesor Dumbledore?, ¿Por qué querría hablar con ella?, ¿Estaba en problemas?, ¿La expulsarían su primer día en Hogwarts?. El terror se apoderó de ella, empezó a mirar hacia todos lados, buscando a Severus. Había tanta gente y no podía enfocar con claridad entre tantos rostros desconocidos.

Luego de haber avanzado unos metros entre la multitud, el premio anual se acercó a dos chicos de su misma casa y año, dirigiéndose a ellos con las mismas palabras que a Lily. Se relajó un poco al ver que no sería la única, pero sintió desconfianza y recelo al reconocer a los dos chicos que estaban en el tren molestando a Severus. ¿Habría sido culpa de ellos?.

Hendrick los guío hacía el fondo del gran salón, donde estaba la mesa de profesores, la cual se encontraba vacía, cada profesor se ocupaba de su respectiva casa y responsabilidades. Siguieron caminando hacia una puerta al costado izquierdo de la mesa de profesores, justo a la altura de la mesa de Slytherin. Nuevamente buscó a su amigo, sin resultados.

La puerta llevaba a una escalera y un pequeño pasillo que desembocaba en un amplio salón de reunión. Hendrick les indicó que tomaran asiento mientras esperaban al director.

Los dos chicos no paraban de hablar entre ellos emocionados, mirando de vez en cuando a Lily con mucha intensidad, la cual a su vez, les enviaba miradas asesinas. ¿Por qué la miraban de esa manera?, ¿Sabían algo que ella no?.

En ese momento las puertas se abrieron y entró con paso lento pero elegante, uno de los magos más poderoso de todos los tiempos. Albus Dumbledore.

Vestía una larga túnica que hacía contraste con su pelo canoso, unos lentes de medialuna escondían unos ojos azules cargados de amabilidad.

- Bienvenidos a Hogwarts, mis queridos alumnos. - dijo con una voz suave, mirando atentamente a cada uno de los chicos. - Hendrick, esto no tomará mucho, ¿podrías esperar afuera hasta que termine? Para que los escoltes a la sala común.

- Por supuesto, Profesor Dumbledore. - dijo Hendrick con absoluto respeto y formalidad. Saliendo rápidamente por la puerta.

Dumbledore jamás dejó de mirarlos, mientras tomaba asiento cerca de ellos.

- Muy bien, queridos alumnos, se preguntarán por qué los he llamado para hablar con ustedes privadamente. - dijo mirando a James y Sirius, con una chispa de diversión en sus ojos. Ellos parecieron notarlo por lo que sonrieron también y compartieron una mirada cómplice. - Están aquí porque ustedes poseen un poder especial, diferente de sus compañeros, por lo que deberán tomar clases particulares, de las cuales yo seré su profesor.

A Lily casi se le cayó la mandíbula por la impresión. ¿Era esto una broma?, ¿Por qué Severus jamás le habló de esto?. Dumbledore pareció notarlo, por lo que la miró directamente y sonrió amablemente.

- Señorita Evans, me imagino que debe sentirse muy confundida. Al ser de familia muggle, todo el mundo mágico es nuevo para usted y me imagino que debe ser abrumador. Sus compañeros provienen de familias mágicas, por lo que entienden un poco mejor la situación. Déjeme que le explique. - Lily se sonrojó cuando sintió la mirada de los presentes en ella. Estaba demasiado nerviosa y ansiosa por entender lo que estaba pasando. Tragó saliva y asintió, concentrando toda su atención en el anciano mago al frente de ella.

- En el mundo existen diferentes tipos de seres con magia; magos, brujas, criaturas mágicas, híbridos, entre muchos más. En cuanto a los magos y brujas, existen diferentes tipos, según el poder que posean. Es decir, existen aquellos que poseen poderes especiales, de los cuales pertenece una minoría de la población mágica. Estos son considerados "Soulsting" y "Soulborn". - Dumbledore pausó, y Lily notó como James y Sirius sonreían, emocionados. - Los magos y brujas considerados como Soulstings y Soulborn poseen la capacidad de utilizar Alomancia; un poder mágico que se obtiene a través de la absorción de metales en diferentes estados de su materia. En otras palabras, el usuario de Alomancia, denominado "Alomancer", al ingerir en su cuerpo cierto tipo de metal, extrae un poder de acuerdo al metal ingerido.

- Existen 10 diferentes tipos de metales alomanticos descubiertos oficialmente. Los alomancers "soulsting", pueden procesar y utilizar un solo tipo de metal. Sin embargo, los alomancers "Soulborn" son capaces de utilizar todos los tipos de metales. - Dumbledore pausó nuevamente, mirando a los ojos a cada uno, detenidamente. - Ustedes, mis queridos alumnos, son Soulborns. Lo que los hace ser muy especiales, ya que son muy escasos los seres humanos que poseen esta capacidad mágica. Es más, hace muchos años no había un alumno Soulborn en Hogwarts. El hecho de que sean tres, de la misma edad y por lo que veo, de la misma casa, es una casualidad magnífica en el mundo. - Les sonrió ampliamente, realmente emocionado.

Lily no cabía en sí de asombro. ¿Que ella era Soulborn? Jamás había escuchado ese término antes, en sus largas charlas con Severus sobre el mundo mágico, ni tampoco lo había visto en ninguno de los libros que le pidieron para Hogwarts, los cuales los había leído todos. Lily vió de reojo que sus compañeros de curso la miraban anonadados. Al parecer, no se esperaban que hubiera otra persona como ellos.

- Por esta razón, mis queridos alumnos, ustedes tomarán clases particulares conmigo, ya que, al igual que ustedes, soy un mago soulborn. - continuó Dumbledore. Sonriendo - Muchos creen que son muy jóvenes para recibir este tipo de entrenamiento, pero como el hecho de ser Soulborn es una condición de nacimiento, creo que deben comenzar sus estudios mágicos, junto al estudio específico de sus poderes especiales. - Pausó un momento, dándole un aspecto solemne. - Debo decirles, o más bien sugerirles, que mantengan su condición de soulborn en la mayor confidencialidad posible, debido a que realmente existen muy pocas personas en el mundo con estas cualidades, muchos temerán y envidiaran su poder, por lo que no pasarán desapercibidos, llamarán la atención de todos los medios, como también, de personas con malas intenciones que quieran aprovecharse del poder que poseen.

- Yo sé que es algo difícil pedirle a alguien de su edad que mantengan discretamente algo de esa magnitud, pero lamentablemente tiempos oscuros se acercan, hay que ser precavidos. No les estoy pidiendo que no compartan su condición de soulborn con nadie, sino que sean extremadamente cuidadosos en quién decidan confiar. - Dumbledore los miró atentamente a cada uno de ellos, posando sus ojos un poco más de tiempo en Lily, la cual creyó ver cierto destello de preocupación, pero antes de poder interpretar mejor su mirada, Dumbledore centró sus ojos en los dos chicos. - Les pido, por favor, que cuiden y apoyen a su compañera. Necesitarán del uno al otro. - añadió, retomando su sonrisa amable y cordial. - Quizás no lo piensen de esta manera en estos momentos, pero es extraordinario que puedan tener compañeros con sus mismas cualidades.

- Por supuesto, Profesor Dumbledore, puede contar con nosotros. - dijo el chico de pelos alborotados, parándose de pie y haciendo un saludo militar. El otro chico de ojos claros lo imitó rápidamente. - no permitiremos que nada le suceda a nuestra compañera. - añadiendo ambos al unísono.

Lily se sonrojó violentamente y Dumbledore rió entre dientes.

- Esta es la actitud que esperaba de ustedes. - dijo, con un brillo en sus ojos que Lily no supo cómo interpretar. - Bueno, mis queridos alumnos, eso sería todo por hoy. Mañana nos volveremos a encontrar para darle detalles de nuestras clases, cuando comenzarán, lugar, horario , entre otros tipos de información. - musitó, poniéndose de pie. Rápidamente Lily lo imitó, ya que era la única que permanecía sentada. Con un elegante gesto, Dumbledore se despidió y salió por una puerta al fondo del salón, en el extremo opuesto a la puerta por donde había entrado.

Lily estaba tan anonadada que se quedó mirando fijamente el lugar por donde había salido Dumbledore. En ese momento, los dos chicos se cruzaron en su campo de visión, dirigiéndose directamente a ella. Era el chico del pelo negro alborotado y ojos color avellana.

- Mucho gusto, mi nombre es James Potter. - dijo con un tono travieso, esbozando una amplia sonrisa, a la vez que extendía su mano para saludarla. Lily tomó su mano devolviéndole el saludo, sintiendo como una chispa de electricidad recorría su mano. Se soltaron de las manos rápidamente y James se revolvió el pelo con la otra mano, sonrojándose levemente.

- Lily Evans. - dijo tímidamente, sonrojándose aún más. El chico de ojos grises y pelo negro liso dió un paso hacia ella y saludó, ladeando la cabeza ligeramente en un gesto elegante.

- Sirius Black, es un placer conocerte. Jamás imaginé conocer a otra persona Soulborn, aparte de James. - dijo, con un marcado acento inglés aristocrático, de forma muy educada, mirándola intensamente con sus ojos grises. A Lily se le revolvieron las tripas. Estos chicos lograban hacerla sentir nerviosa.

- Es un gusto también. - respondió Lily más bien por educación. Se sentía muy nerviosa, cansada y confundida.- Pero no tengo la menor idea lo que es ser Soulborn, ni siquiera se qué tipo de poderes puedo hacer realmente. - murmuró, bajando la mirada, mientras jugaba con sus manos nerviosamente.

En ese entonces, antes de que alguno de los chicos pudiera replicar, entró el Premio Anual y les pidió que lo siguieran para escoltarlos a su sala común. Durante el camino fue diciéndoles las reglas de toque de queda, horarios de desayuno, almuerzo y cena, ubicación y contraseña de la sala común, como también, las reglas de la competencia de casa y los castigos pertinentes, entre otras cosas, por lo que no tuvieron tiempo para seguir su conversación.

Lily se distrajo mirando maravillada los pasillos de Hogwarts, sus escaleras, estatuas y cuadros que se movían y hablaban. Se relajó considerablemente mientras caminaban, diciéndose a sí misma que nada malo podría pasar mientras estuviera en este mágico castillo. Una vez que llegaron a la sala común, el premio anual se marchó.

Dentro de la sala común había mucha actividad; los alumnos charlaban, reían y jugaban en la amplia sala común de Gryffindor, con una amplia chimenea con fuego crepitante, diversos sillones, mesas y estantería de libros, todos con temática de colores rojo y dorado, los colores de la casa Gryffindor. De vez en cuando se podía apreciar el símbolo del león grabado en los muebles y adornos. Lily estaba maravillada, era un lugar muy acogedor.

- ¡Esto es genial! - exclamó James. - ¡es mucho mejor de lo que papá me contó! ¡estoy tan feliz de estar en Gryffindor! - hizo un gesto de triunfo, sonriendo ampliamente.

Sirius rió e imitó el gesto triunfal de James. - Mi madre estará furiosa cuando se entere que fui seleccionado en Gryffindor - dijo Sirius, riendo aún más fuerte. James rió también, acercándose a Sirius, a la vez que palmeaba su espalda en un gesto amistoso.

Lily rió entre dientes. Los chicos la miraron y sonrieron ampliamente.

- ¡Qué bueno que tú también estés en Gryffindor, compañera soulborn! - exclamó James.

- ¡Baja la voz! - siseó Lily, frunciendo el ceño, mirando hacia a su alrededor. Al parecer nadie había reparado en ellos. - Recuerden lo que dijo Dumbledore, debemos mantener esto en confidencialidad. - dijo Lily, mirándolos a los ojos alternadamente. Ambos se pusieron serios y asintieron. - Además, aún sigo muy confundida respecto a todo esto, pero estoy segura de que no quiero que nadie sepa. Por favor, necesito que me prometan que guardarán el secreto. - añadió Lily, mirándolos intensamente.

- Puedes contar conmigo, Lily Evans. - dijo James, mirándola a los ojos con aspecto solemne, acercándose ligeramente a ella. - Te lo prometo. - dijo, con un brillo en sus ojos que Lily jamás fue capaz de olvidar.

- Yo también. Lo prometo. - murmuró Sirius. Lily desvió sus ojos verdes a los grises, los cuales se notaban sinceros. - es mejor que nos llevemos bien, ya que al parecer tendremos muchas clases juntos. Tú también debes prometernos que guardarás el secreto. – agregó.

Lily pareció salir de una ensoñación al oír la última frase de Sirius. Mañana sería su primer día de clases y debería preparase para ello. Ya tendría tiempo para satisfacer su conocimiento respecto a su condición de "Soulborn".

Asintió y se sonrojó ligeramente, a pesar de lo que había pasado en el tren con Severus, le parecía que los dos chicos frente a ella eran personas bastante decentes. En ese momento pensó que quizás, solo quizás, podría formarse una real amistad entre ellos con el paso del tiempo.

- Lo prometo. – declaró. - Muchas gracias, chicos. - dijo Lily, bajando la mirada para ocultar su sonrojo. - Me retiraré a mi habitación, estoy cansada. Hasta mañana. - dijo, levantando su mirada y sonriendo dulcemente. Se despidió con un gesto de la mano y volteó para dirigirse a la escalera de la habitación de las chicas.

- Hasta mañana. - replicaron ellos, al unísono. - Descansa, Lily Evans. - añadió James en voz baja, esbozando una pequeña sonrisa. Quizás pensó que no lo escucharía, pero Lily lo escuchó y su corazón se aceleró rápidamente, sintiendo retorcijones en el estómago. Realmente esos chicos la hacían sentir muy, muy nerviosa.

Lily no sabía en ese entonces, que acababa de conocer a las personas más importantes de su vida. A sus eternos compañeros, fieles al vínculo que los uniría tan profundamente por toda la eternidad. Tampoco supo en ese entonces, que ambos chicos se quedaron viendo como desaparecía por las escaleras, hasta que James rompió el silencio.

- ¿Sabes qué? Creo que algún día me casaré con esa chica pelirroja. - declaró con determinación. Sirius lo miró y se largó a reír. - Buena suerte con eso. - respondió Sirius. Ambos rieron, mientras buscaban un asiento vacío para jugar ajedrez mágico y cartas explosivas.

Ellos tampoco podrían saber en ese momento, que se convertirían en hermanos de alma, por el resto de sus vidas.