-… y entonces, mi amigo y yo fuimos a comer y luego… - Reíto guarda silencio se ha dado cuenta que una de sus compañeras no le presta atención, voltea a ver a su otra compañera quien alza los hombros y mueve su cabeza preguntando qué sucede.

-Shizuru… ¿estás bien?

-…

La ojirubi no dice nada, ni siquiera a escuchado a Reíto, solo escribe en su computadora. Quiere olvidar la plática que tuvo con su abuelo, sin embargo todos sus intentos son en vano, lleva escribiendo lo mismo más de media hora, no es capaz de terminar un párrafo pues pierde la coherencia, lo borra y vuelve a comenzar.

-¡Shizuru! -Reíto ha alzado la voz y tal parece que ha surtido efecto pues logra que Shizuru gire su cabeza y lo vea.

-¿Qué sucede…?

-Eso mismo nos preguntamos ¿Qué te pasa?

-Hoy has estado más rara de lo normal, bubuzuke ¿Qué te dijo tu abuelo para que te pusieras así?

-No… yo…

Shizuru se quedo sin habla, giro su rostro para ver la pantalla de su computadora y suspiro, sonido que fue escuchado por sus compañeros de oficina. Tomo el teléfono y marco una extensión, en menos de un minuto colgó.

-Iré a la oficina de Youko.

-Sí, claro. –Reíto dijo y Haruka solo movio su cabeza de forma afirmativa. Shizuru miro el reloj en su computadora.

-Es hora de almorzar... pasare por el comedor ¿quieren algo?

-No… gracias. –Reíto regreso su atención a la computadora.

-Yo sí, me traes…

Shizuru estaba por salir de la oficina cuando una voz, muy conocida por los tres, la detuvo. ¡Shizuru! Ven a mi oficina. -No era otra más que su tía.

-Voy…

Shizuru miro la puerta de la oficina de su tía abierta y entro, Alison le indico que cerrara la puerta y tomara asiento.

-Necesito que organices las carpetas, son un desastre y también ocupo que vayas al almacén y me traigas…

Alison comenzó a anotar en un vale de salida de material cosas que ocupaba para que Shizuru fuera por él. Su tía se aprovechaba de su posición, ya que podía mandar a cualquiera de los muchachos a su cargo pero siempre mandaba a Shizuru.

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Shizuru iba con sus pensamientos, cabizbaja, muy raro en ella y no se daba cuenta que a lo lejos venia la causante de su conflicto interno. La muchacha de ojos verdes caminaba hacia su oficina, cuando a lo lejos miro a Shizuru y a propósito intento caminar más lento para prolongar la vista de tan bella mujer.

Un secreto, Natsuki Kuga tiene uno, desde que la conoció le gusta, desde la primera vez que se sentó en la misma mesa que ella supo que estaba perdida, le gusta Shizuru, pero no se atreve a decirle, se conforma con verla, con escucharla, con ser su compañera.

Shizuru siente una mirada sobre ella, alza su vista y se encuentra con un par de ojos verdes y una sincera sonrisa, la ojirubi sonríe más por compromiso que por quererlo, acción que no pasa desapercibida por Natsuki.

-Hola Shizuru…

-Natsuki…

-¿A dónde vas?

-Al almacén… mi… -Shizuru sacude sus cabeza. –La señora Alison me mando por unas cosas.

-Oh, qué bien.

-Huy sí, no sabes cómo me encanta ir por sus mandados…

-Jajaja

Natsuki ha aprendido a conocer el lado sarcástico de Shizuru y mientras sonríe, la ojirubi mira detalladamente a su interlocutora. La observa detenidamente, ve sus facciones. Es guapa, no hay duda de ello, tiene unos bonitos ojos, sin embargo no entiende que tiene su prima en la cabeza para decirles a su abuelo y a su madre que quiere conquistarla. Además su prima ¿como la conoce? ¿Desde cuándo? a su cabeza llegan muchas preguntas y no hay respuesta.

-Shizuru ¿Estás bien?

Sus pensamiento la traicionan, Natsuki la ve, intuye que algo le sucede ya que se le queda viendo fijamente, acción que hace encender sus mejillas y para disimular gira su rostro, aun así sigue sintiendo la mirada de Shizuru sobre ella.

-Ehm… Si, solo es la señora Alison y sus pedidos…

-Esa señora… bueno nos vemos

-¡Vas a salir a comer! -Más que una pregunta suena a afirmación, Natsuki sonríe.

-Si me lo pide de ese modo… sí, lo que ordene capitana, sus deseos son órdenes. –Natsuki dice mientras realiza un saludo militar y comienza a caminar.

-Jajaja… Payasita… nos vemos…

Por un momento Shizuru olvida sus conflictos internos y solo se concentra en Natsuki, en reír con sus ocurrencias. Natsuki la mayor parte del tiempo se muestra seria, muy seria y Shizuru sin notarlo esta sonriendo al ver el lado bromista y ocurrente de la ojiverde. De pronto llega un pensamiento, sin proponérselo su mente comienza a imaginar el cómo sería su vida, no completa pero si en un futuro próximo, al lado de una mujer y no cualquier mujer sino de Natsuki. Shizuru sacude su cabeza tratando de desechar esos absurdos pensamientos y sigue su camino.

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Shizuru regresa a la oficina de su tía, le entrega lo que le pidió y está a punto de salir cuando de pronto.

-¿Qué has pensado de lo que dijo mi padre?

Alison pregunta de manera sorpresiva, Shizuru le da la espalda, lentamente se gira y ve que su tía centra su mirada en ella.

-¿Lo harás?

-…

-Cierra la puerta Shizuru…

La ojirubi hizo lo que se le pidió y se sentó frente a su tía, la imponente Alison, pasaron varios segundos en los cuales ninguna decía nada, solo se miraban. Alison fue quien rompió el silencio

-Shizuru… yo…

-¿Por qué yo?

-¿Cómo?

-¿Porque mi "abuelo" me pidió a mí que haga… eso?

-La verdad no lo sé, yo lo único que sé es que a tu prima, a mi hija le gusta esa… tipa… ¿entiendes como me siento? ¿Qué una hija mía, que mi Alisa…?

-¿… sea lesbiana…?

-No… eso no me importa… lo que no puedo creer y se me hace una completa estupidez es que le guste esa… muchacha… de tan baja categoría… tan simplona… una mosca muerta que no está a nuestro nivel. Alisa es mucha mujer para ella… es como comparar a la más bella flor con… la peor de las escorias…

Shizuru estaba sorprendida, por un segundo lo reflejo en su rostro más su careta se recompuso para evitar que su tía viera a través de ella, no es que pudiera hacerlo, no la conoce. Shizuru no puede creer lo que le dice Alison… algo en su interior se enciende, es coraje por la manera en la que se refiere a Natsuki. Es cierto es una muchacha simple, pero su tía no tiene derecho a juzgarla y sobajarla de esa manera.

-Ayúdanos a salvar a tu prima… aparte de lo que mi padre te ofreció… yo… firmare los papeles para que recibas la herencia de tu padre…

-… -Shizuru mira a su tía, su rostro no expresa nada.

-Te lo prometo… solo ayúdame.

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De la oficina de su tía Shizuru salió muy pensativa, la situación ahora tenía otros matices, su tía realmente estaba preocupada por la situación de su prima, le ofreció liberar la herencia de su padre. Sonrió al recordar a su progenitor, no había nada mas importante para Shizuru en el mundo que tener la herencia de su adre en sus manos y poder irse del dominio de los Fujino. Meditabunda se dirigió a la oficina de Youko, necesitaba desahogarse con alguien y quien mejor que con la doctora. Necesitaba aclarar sus ideas.

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-Sí que están desesperados…

-Si… ¡y yo también! Youko, no sé qué hacer… dime… ¿Qué hago? una parte de mi no quiere hacer eso, a mi me gustan los niños, no las niñas pero por el otro lado… aaaaah no se.

-Shizuru cálmate y siéntate por favor, que me estas poniendo nerviosa- -Shizuru estaba caminando de un lado a otro en la pequeña oficina, se sentó, estaba nerviosa y el movimiento de sus pies la delataba.

-Mira… lo que yo veo es que…

-… -Shizuru estaba expectante, necesitaba que la orientaran.

-Hazlo, ayuda a tu tía, a tu abuelo, total no pierdes nada, ganaras mucho… te darán la libertad que tanto ansias para que te largues y nunca más los vuelvas a ver…

-… pero…

-Por Natsuki, ni te preocupes. Es muchacha no sabe ni en donde pisa, es una completa despistada. Puedes hacerle creer a tu tía, a Fujino y a todo el mundo que te gusta y ella ni en cuenta. También lo que puedes hacer es hablar con ella, convencerla de alguna manera para hacerle creer a todo el mundo que son algo ustedes dos, y ya, en dos tres semanas a tu prima se le pasa y se encapricha con alguien más y todos felices y contentos.

-No creo que Natsuki se preste para algo así.

-Entonces aparenta que tratas de conquistarla, créeme ni se dará por enterada, es medio… tonta para que no suene tan feo.

-Tienes razón… es un poco lenta…

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-Hola

Una sonriente Alisa saludaba a una Natsuki pensativa, que llevaba la vista en el piso y a punto estuvo de checar con la rubia.

-Ah, hola

-¿Cómo estás?

-Bien… ¿y usted?

-También bien, ya te dije que me digas Alisa, no me trates de manera tan formal. -Natsuki solo sonrió.

-Bueno con permiso

-¿Puedes ayudarme? Yo… no encuentro la oficina de recursos humanos

-Claro, es por aquí. -Alisa Fujino Sears sonríe de oreja a oreja, de nueva cuenta pudo acercarse a la ojiverde.

-Gracias… por lo del otro día… termine con el…

-¿Cómo? –Natsuki no entendía, detuvo su andar y miro a Alisa.

-Gracias Natsuki.

-No hay de qué. –La ojiverde sonrió recordando a que se refería Alisa, la manera en que se conocieron ellas dos.

Días antes….

Natsuki se encontraba en el estacionamiento del centro comercial, esperando a una de sus amigas con quien había quedado para ir al cine, cuando una pelea llamo su atención. Ella por lo general ignora ese tipo de situaciones pero la escena capto su atención. Era una pareja, una chica rubia y un tipo que a primera vista es un presumido.

-Alisa… súbete.

-No, yo quiero quedarme. Vete tú si quieres.

-No me voy a ir sin ti, súbete al auto, te llevare a casa. -El se acerco y la tomo del brazo

-No. Suéltame.

-No te soltare, soy tu novio y aras lo que yo diga ¿entendiste?

-Suéltame…, me estas lastimando.

-Suéltela…

Una voz hizo que ambos voltearan, Alisa aprovecho para soltarse del agarre de su novio y corrió para colocarse tras de Natsuki

-¿Quién demonios eres tú? Piérdete… Alisa ven…

-No… - El trato de acercarse pero Natsuki se puso de manera protectora entre él y Alisa

- Ella dijo que no

-La escuche imbécil… quítate que no porque seas mujer pienses que me detendré. Ella es mi novia y puedo hacer lo que quiera.

-Valiente hombre eres… respeta lo que ella quiere, si no quiere irse contigo no la obligues

-Mira… - Él la barrio con la mirada… -Vete, te doy… -Saco la cartera y de su interior saco unos billetes que le mostro a Natsuki.

-Esto es suficiente para que te compres algo decente… no puedo creer que dejen entrar a gente como tú a este lugar… -El le aventó los billetes en la cara. -Ten y lárgate.

Natsuki tenía sus manos echas puño, por la fuerza que estaba haciendo estaban temblando del coraje que sentía. Suspirando se relajo, se agacho y junto los billetes que a sus pie se encontraban. Poniéndose de pie, entendió la mano con el dinero hacia el tipo prepotente quien la vio desconcertado.

-Se le cayeron… joven… el dinero no crece… no es semilla para que lo ande dejando en el piso, guárdelo lo puede necesitar.

-Tengo suficiente dinero, el que no te puedes ni imaginar pordiosera.

El agarro los billetes, los arrugo con su mano y se los aventó de nueva cuenta a Natsuki quien cerró sus ojos y en cuanto los abrió le dio tremendo puñetazo al muchacho quien no se lo esperaba y termino en el selo con un labio roto y el orgullo herido.

-Gracias…

-De nada… Alisa.

La sonrisa de la rubia se hizo más grande, su corazón comenzó a latir más rápido y sintió que se lleno de un calor desconocido al escuchar su nombre en la voz de Natsuki.