Capitulo 8
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Shizuru llego a su cama y se dejo caer en ella. Había sido un día agotador. Físicamente estaba mal. Nunca se enfermaba y cuando lo hacia se sentía fatal. Tal vez, pensó, era producto de lo que estaba haciendo, sabía que no estaba bien, el utilizar a Takeda para darle celos a Natsuki, y mucho menos estaba bien el engañar a la ojiverde de esa manera, de hacerle creer que la quería. Sin embargo si quería irse del nido Fujino era la única manera posible. Creía que esta era la manera de pagarle a su tía y a su abuelo el recibirla en su casa después de que murió su padre y su madre simplemente se fue sin decir a donde. Maldijo la enfermedad, por lo visto le estaba ocasionando desvaríos. A su celular llego un tono de mensaje, lo saco de su bolsa, introdujo la contraseña y vio las fotos que su tía le ha enviado. Mañana empezara con su teatro, mañana, por hoy, dormirá. Poco a poco cerró sus ojos y se fue quedando dormida.
Mientras tanto Alison seguía en la sala, estaba preocupada por Shizuru. Nos sabía que hacer, si subir e ir y tocar su puerta, llamar al médico para que venga a la mansión. Ir por Alissa. Estaba con sus cavilaciones cuando su padre llego.
-Alison ¿Qué sucede?
-Nada. Shizuru se siente mal y dejo en el centro comercial a Alisa con… esa niña…
-¿Qué? Si será… ¡Shizuru…! ¡Shizuru! -El patriarca Fujino comenzó a gritar el nombre de la ojirubi comenzó a subir las escaleras para llegar a la puerta del cuarto y al tratar de abrirla no pudo, tenía el seguro puesto. Comenzó a tocar con mucha fuerza.
-¡Shizuru! ¡Abre la maldita puerta! -Enojado Fujino bajo las escaleras, al ver que sus gritos no surtían efecto, dispuesto a buscar a las personas del servicio para que abran la puerta, la ojirubi no puede estar tan campante mientras que su nieta esta con esa tipa.
-Papá, dijo que se sentía mal, déjala descansar…
-¿Qué has dicho Alison? No puede estar aquí mientras Alisa esta con ella, ¿Qué no entiendes? Con un carajo ¿Dónde están las del servicio?
-¡Papá! –Alison estaba replicándole a su padre cuando el timbre de la puerta sonó.
-¡Alison abre por lo que más quieras! ¿O que también debo de hacerlo yo? Estoy rodeado de inútiles… -Alison puso los ojos en blanco por las palabras de su padre y fue a abrir la puerta, al hacerlo y ver quién es, mentalmente se arrepintió y maldijo internamente.
-Lo que faltaba… -Alison dijo, fulminando con la mirada a la otra persona.
-Gusto en verte cuñadita… también te extrañe… -No era otra más que la "madre" de Shizuru quien sin pedir permiso o esperar alguna otra reacción de Alison entro a la casa.
-¿Quién es…? –Kotaro pregunto y al momento de ver a su nuera, cambio de expresión, se enojo más. -¡¿Qué haces aquí?!
-Hola suegro ¿Cómo esta?
-Déjate de tonterías ¿Qué estás haciendo aquí?
-¿No es obvio? Vengo a ver a mi hija… -Con todo el cinismo del mundo lo decía.
-Claro y yo soy premio nobel de la paz… No seas ridícula Naomi ¿Ahora qué paso? ¿Qué hiciste? – Kotaro estaba histérico, primero lo de Shizuru y Alisa, y ahora su nuera se aparecía sin avisar.
-¿Necesito hacer algo para venir a ver a mi hija?
-Déjate de juegos mujer y ve al grano ¡¿Qué carajos quieres?! Tenemos un trato y tú no puedes venir aquí cuando…
-Papá…- Alison le decía para llamar su atención, ambos giraron para verla y después desviaron su mirada para ver en la cima de la escalera a Shizuru.
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Hace rato que Alisa se había despedido de Natsuki, su padre paso por ella e irían a cenar ambos. Ambos invitaron a la ojiverde, sin embargo ella no quería interferir con la cena que ambos tenían cada semana, lejos del Señor Kotaro y de la Señora Alison. Natsuki se encontraba en la unidad deportiva cerca de su casa, lanzando tiros a una canasta de basquetbol cuando su celular comenzó a sonar, ella troto hasta donde tenía sus cosas y tomando el aparato con sus manos su corazón salto, comenzó a latir más fuerte, era un mensaje de Shizuru. Le preguntaba sobre su ubicación, y si se podían ver en algún lugar.
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Shizuru seguía en la cima de la escalera, no decía nada solo observaba a los tres adultos en la sala. Su celular sonó llego un mensaje, ella agarro su teléfono y desbloqueándolo miro que la ojiverde le había contestado. Tecleo unas cuantas palabras y volvió a guardar el aparato. Bajo la escalera, ninguno de los demás inquilinos dijo nada hasta que llego al último escalón, su madre camino para alcanzarla y abrazarla, sin embargo Shizuru no se lo permitió. Alison sonrió un poco, tenia celos de que la ojirubi correspondiera los gestos de Naomi sin embargo no lo hizo. Kotaro miraba complacido la escena.
-Hija ¿Cómo estás?
-Hasta hace cinco minutos estaba bien, solo que comenzaron a gritar mucho por aquí…
-Hija… -Naomi trato de tomar la mano de Shizuru pero la ojirubi la alejo.
-Ahórrate el sermón y la palabrería… necesito dormir pero en esta casa es imposible… -Shizuru comenzó a caminar a la salida, necesitaba alejarse de todos, sentía que se estaba ahogando. Que no podía respirar.
-¿A dónde crees que vas? –Kotaro le pregunto, tenía que decirle sobre Alisa, no podía irse a si como así.
-A ver a mi novia…
-¿Qué? ¿Tienes novia? –Naomi pregunto. ¿De qué se había perdido?
Shizuru no dijo nada mas, salió de la casa Fujino. Estaba enojada con su madre por dejarla por tanto tiempo, no podía pretender que al regresar todo fuera de color de rosa. Comprendía que la relación entre ambas nunca fue buena pero desde que murió su padre la había dejado completamente sola a su suerte. Shizuru recordó ese día.
Inicio del recuerdo.
Era un día nublado, no llovía sin embargo el frio calaba en los huesos. Pero a Shizuru estaba profundamente triste, su padre había muerto días atrás y ahora se encontraba regresando del cementerio. Sakomizu, su fiel chofer la estaba llevando de regreso al hogar Fujino. Al llegar la pequeña niña de unos 11 años aproximadamente abrió la puerta del vehículo como pudo y corrió a la entrada, ahí estaba un taxi esperando por alguien. Al acercarse miro que en la entrada de la mansión estaba su madre, su abuelo y su tía, y que el conductor del taxi estaba metiendo varias maletas a la cajuela. Pensó que eran las cosas de su madre y de ella, que ambas regresarían a vivir a Londres.
-Ah Shizuru… -Su madre le dijo, no esperaba verla.
-Mamá… ¿Ya nos vamos?
-No, tú te quedaras aquí, con tu abuelo y tus tios.
-¿Qué? No… me quiero ir contigo…
-No Shizuru… no vendrás conmigo…
-Pero mamá… no te vayas… no me dejes… -La pequeña se soltó a llorar, y en un impulso se lanzo a su madre para aferrarse a ella con sus brazos, no la quería soltar. -No mamá por favor, no me dejes… llévame contigo… me portare bien… te lo prometo… No hare travesuras… no me dejes mamá… por favor… no me dejes…
-Suéltame Shizuru… es lo mejor… que te quedes aquí…
-No mamá… no… -Shizuru seguía llorando
-Que me sueltes…- Naomi no encontró mejor manera para que la soltara que dándole una cachetada. La pequeña Shizuru no entendió porque su madre le pego, estaba confundida, triste y confundía. Naomi aprovechando la distracción entro al taxi y el chofer inmediatamente emprendió el camino. Shizuru reacciono a los segundos y comenzó a seguir al vehículo, trato de correr pero tropezó cayendo al piso y raspando su rodilla y brazo en el proceso. No hubo palabras de despedida, nadie fue a ayudarle a levantarse, mucho menos a levantarla, a los pocos minutos su abuelo se acerco.
-Levántate, un Fujino no se humilla ante nadie, pero que puedo esperar de una mocosa como tú, una desgracia que nació en mi casa, si no eres una Fujino.
-… -Shizuru seguía sollozando para aumentar el malestar e irritabilidad de Kotaro.
-Cuando termines con tus tonterías tienes que asearte, una de las muchachas del servicio te llevara a la que será tu habitación. Ya deja de llorar… -Kotaro la tomo del brazo que tenia herido e hizo que se parara. –Mira nada mas como terminaste… ¿Ves lo que ocasionas? Me has llenado de sangre ¡Ven!- Su abuelo le grito a la ama de llaves quien inmediatamente fue por la pequeña para llevarla al interior de la mansión.
Shizuru se dejo guiar por esa mujer, paso al lado de su tía quien no la miro solo desvió su vista hacia otro lado. Comenzó a llover lentamente, ese día Shizuru decidió sepultar sus sentimientos junto con su padre, no permitiría que nadie los conociera para que no la lastimaran.
Fin del recuerdo.
Y ahora comenzaba a llover como en aquella ocasión. Un vientecito helado la hizo titiritar, camino, necesitaba salir de ahí cuanto antes. No quería estar un minuto más en esa casa, sentía que se estaba ahogando, eran las lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos. No quería llorar, eso la hacía sentir más débil de lo que ya estaba. Saco su celular y marco un número.
-Hola… ¿éstas disponible?
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Natsuki se encontraba en una cafetería, estaba feliz, Shizuru le había mandado un mensaje diciendo que se verían ahí en media hora, había llegado hace cinco minutos y aun faltaba para que se cumpliera la media hora. Se sentó en una mesa cerca de la ventana para ver cuando la ojirubi llegara. Una mesera se acerco a ella para pedirle su orden. Ella prefirió esperar a Shizuru. Para tener ocupada su mente saco un libro de su mochila y continúo con su lectura. Los minutos comenzaron a pasar, lentamente pues cada minuto miraba la pantalla de su celular, la media hora paso y después el reloj siguió su marcha, ella trataba de calmar su mente, de concentrarse en las páginas del libro que tenía enfrente pero no podía, una sensación de pánico se apodero de ella. Pensó que a Shizuru le había sucedido algo más grave, en el centro comercial se había sentido mal, pensó que ya estaba bien cuando la invito a la cafetería pero puede ser que se haya complicado su situación. Natsuki trataba de no pensar que la había dejado plantada.
Se repetía que tenía que ver con su estado de salud. Miro de nueva cuenta su celular, ya había pasado hora y media desde que llego a la cafetería. Está enferma, repetía en su mente. Tomo su celular, lo desbloqueo y en la pantalla aprecio el número de contacto de Shizuru, se debatía en si llamarla o no, en si sería prudente enviarle un mensaje de texto. Decidió entrar al whatsapp y ver los mensajes que tenía, abrió la conversación vacía que tenia con Shizuru, le escribió algo a los pocos segundos se arrepintió y lo borro, algo la hizo ver los estados de los contactos y ahí la miro. Estaba con otra compañera de la empresa, parecía que estaban en un bar. Shizuru tenía fotos con dicha persona y la otra también tenia fotos con Shizuru desde hace unas horas hasta hace unos minutos. Se sintió mal. La había dejado plantada por irse con otra a tomar alcohol. Se sintió terriblemente mal. Ahora no sabía qué hacer, el libro hace tiempo que quedo sobre la mesita del café, tenía ganas de llorar. La había dejado plantada.
Su cara reflejaba su tristeza, la cual no paso desapercibida para la mesera que la atendió. La chica estaba por terminar su turno, su encargada le había dicho que le pidiera amablemente a la persona que no hubiera pedido nada que se retirara o pidiera algo, pero ella no se animo. Ahora se debatía en si acercarse y decirle. O dejarla sola, parecía que comenzaría a llorar en cualquier momento.
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-¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo!... Si… –Una animada Shizuru le gritaba a su amiga junto con otras personas que habían conocido en el bar.
-Ahora te toca Shizuru… -La ojiverde se disponía a tomarse su trago cuando su amiga la interrumpió. -Mira… mira... Mira… Shizuru el papasote que viene…
-A ver… Wow… bombón a las tres en punto…
-No… viene para acá… actúa normal…
-Hola…
-Hola ¿Qué tal? –Shizuru decía. El muchacho se acerco a donde se encontraban e invito a Shizuru a bailar quien inmediatamente acepto. Su amiga aprovecho para tomarle otra foto, ahora con el muchacho y lo subió como estado a su whatsapp con el comentario de "nueva presa". Tomo varias fotos en donde se miraba a Shizuru que bailaba provocativamente con él.
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Natsuki tenía ganas de llorar, ahora miraba que su querida Shizuru estaba con un muchacho y que bailaban muy pegados, ella no podía competir contra eso. Sintió que sus ojos se aguadaban, no quiera llorar ahí, en esa cafetería.
-No sé cual le guste así que le traigo de vainilla y de chocolate para que elija… -Tan ensimismada estaba que no sintió cuando la mesera se acerco a la mesa con una charola, sobre la mesa dejo dos pequeños platos con rebanadas de pastes así como dos tazas de café capuchino.
-Yo no… no pedí nada… -Natsuki dijo en voz baja, la mesera no hubiera escuchado si no estuviera ya sentada frente a Natsuki. La chica le sonrió gentilmente.
-Lo sé… yo invito… termine mi turno y…
-No necesito su lastima… -La chica intuyo que la Natsuki le diría algo sobre que no le tuviera lastima por que la dejaron plantada, y decidió adelantarse, ese no era el motivo por el cual se acerco a ella.
-Solo quiero invitar a una fan como yo….
-¿Cómo, qué? No entiendo…
-El libro que está leyendo… no es común ver a alguien a quien le gusten los versos de Sor Juana… a mí me gustan y veo que a usted también…
-Yo… perdone… -Natsuki agacho su cabeza estaba apenada. Pensó que la muchacha se acerco a ella por lastima, no por el libro que trataba de continuar leyendo.
-No se preocupe, me llamo Sara… mucho gusto. -La rubia extendió su mano a Natsuki, la ojiverde levanto su rostro y acepto el apretón de manos.
-Mucho gusto Sara… soy Natsuki… -Sara vio por primera vez el verde mirar de Natsuki y sonrió.
-¿Cuál prefieres Natsuki? ¿Chocolate o vainilla? O compartimos, mitad y mitad…
-Yo… mitad y mitad está bien…
-Perfecto. Así que ¿Si te gustan los versos de Sor Juana Inés de la Cruz? O ¿solo estas intentando ser una de esas chicas únicas y detergentes?
-Jajajajaja Yo… normalmente leo sus versos junto con el diccionario, pero hoy lo olvide… así que no se cómo clasificarme…
-No eres tan detergente…
-¿Te parece…? -
-Solo un poco…-
Natsuki sonrió con ganas, la compañía de Sara la estaba haciendo olvidar su decepción del día.
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Un nuevo día llego y con él las responsabilidades de cada una. Natsuki despertó en su casa, a pesar de que Shizuru la dejo plantada, en la cafetería conoció a Sara, una chica muy amable y divertida, intercambiaron números telefónicos, no había sido tan malo después de todo. Por su parte para Shizuru era un mal despertar, bebió demasiado y la cabeza le estaba doliendo. Eso sumado al dolor del cuerpo que tenía desde ayer la estaba incomodando mucho, tenía que ir al médico. Se encontraba en casa de su amiga, reconoció su cuarto por lo menos no paso la noche con un desconocido. Por lo menos bailo con su estereotipo de hombre perfecto: alto, moreno y barbón… y se había olvidado del mundo, de su madre, abuelo y tía. Cayo en cuenta de algo, se maldijo también olvido su cita con Natsuki.
-Shizuru pensé que no te despertarías hasta más tarde.
-¿Qué hora es?
-Las nueve…
-Ya es tarde…
-Hey cálmate… hoy es Sábado y no trabajamos.
-Por un momento lo olvide… pero tengo que ir al médico.
-Sí, no dejaste de sudar en toda la noche. Creo que tuviste fiebre.
-¿crees que si me tomo una pastilla me recupere? Después de todo el alcohol que tome ayer…
-No sé, no soy médica, háblale a la doc, a ver que te dice.
-Tienes razón.
-Bueno alístate, preparare el desayuno.
-Gracias.
-No hay de qué. Ah tomate estas pastillas para la cabeza.
-Si…
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-Buenos días. –Naomi entraba al comedor de la mansión Fujino, donde ya se encontraban Kotaro, Alison y Alisa listos para desayunar.
-Buenos días. –Los tres contestaron al unisonó.
-¿Dónde está Shizuru?
-No durmió en casa, supongo que durmió con su novia. –Alison respondía.
-¿Qué novia? –Alisa pregunto sin querer.
-Ayer salió dijo que se vería con su novia. Pensé que tu sabias algo hija –Alison le dijo, quería decirle que era Natsuki sin embargo no se animaba.
-No mamá, no se sobre la novia de mi prima…
-Es una muchacha que trabaja en la empresa, Natsuri, Nat algo se llama… -Kotaro lo decía sin despegar la vista del periódico, ya estaban sirviendo el desayuno.
-¿Natsuki?
-Sí, creo que sí. –Kotaro lo dijo al momento de dejar el periódico de lado para ver la expresión de su nieta. Sonrió, Alisa estaba contrariada. Sonrió, su plan estaba marchando sobre ruedas.
