Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, solo la idea de la historia es mía.
Escrito por: Alcione Yil de Cfiro / RinKo InuKai OJOS TRISTES... LABIOS SABOR PURPURACapítulo 1: Azares del Destino...
Les voy a contar una historia fuera de serie... detalles y momentos que cambiaron mi forma de ver la vida...
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- Buenos días cariño¿hay trabajo para mí hoy? – preguntó un joven de cabellos castaños y mirada picara del mismo color.
- Hola Sanosuke, espera... – dijo una linda joven de ojos verdes buscando en una agenda forrada de piel color negra.
- Hai – el joven asintió, recargo sus codos sobre la barra de madera que le separaba de la linda joven.
- Aquí esta... Sanosuke Sagara... – dijo la chica para sí misma observando grabado el nombre del joven en el papel.
- Ese soy yo cariño... no gastes el nombre – dijo Sanosuke sonriendo picaramente.
La joven lo miró de reojo, una expresión de resignación se plasmo en su rostro
- Nunca cambiarás ¿cierto? -
- Dejaría de ser yo, cariño – dijo el joven con tono sensual.
- Toma – la chica le entregó una carpeta – esta es la dirección en donde tienes que presentarte de smoking antes de las 7:00pm - dijo la joven mirándole.
- ¿ De que se trata... a quien hay que pasear ahora ?... es otro viejo adinerado que cree comprar el mundo con su estúpido dinero – dijo el joven abriendo la carpeta para mirar de que trataba el trabajo.
-Esta vez no Sano... se trata de una joven... a la que llevarás a su boda – dijo la joven.
- La señorita Takani – mencionó para sí mismo el joven de ojos castaños.
- Así es... una joven mimada... que unirá su vida a un Junior – dijo despectivamente la secretaria.
- Tus palabras están cargadas de envidia... cuidado... – dijo Sanosuke acercándose a su rostro, dándole un beso en su mejilla.
La chica suspiro, Sanosuke tenía razón... ella no era nadie para sentir el deseo de tener lo que la joven obtendría después de esa noche... pero no podía negar que sería mejor vida de la que ella tenía... con lujos... cumpliendo sueños... llena de felicidad... con dinero y joyas que bien no eran la felicidad, pero si eran un factor que diera una vida con tranquilidad mental... sin deudas.
Observó salir al joven Chofer... tenía varios años de conocerlo... un joven rebelde... dispuesto a alcanzar retos... y no podía negar que era extremadamente guapo y que disfrutaba de sus halagos, piropos y coqueteos cada vez que iba por su agenda de trabajo...
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- Mi niña... ¿dónde estas? – preguntó una mujer de edad avanzada entrando a una ordenada habitación.
- Aquí estoy nana – se escuchó la voz llena de melancolía de una joven que se encontraba sentada a un lado de la cama, tenía sus brazos alrededor de sus piernas y su cabeza sobre sus rodillas.
- Meg... – la mujer se acercó a la joven hablándole con dulzura – mi niña deberías estar feliz... hoy es el día de tu boda...- dijo la señora sentándose en la cama mirándole con ternura.
-- no hubo respuesta por parte de la chica.
- Vamos mi niña... es el sueño de toda mujer... casarse con un hombre apuesto... formar una familia... - dijo la mujer tocando el hombre de la jovencita.
- No para mí nana – dijo la joven alzando su rostro para encontrarse con los ojos miel de la anciana.
- Meg... sabes que es por tu bien – dijo la anciana.
- Nana... sabes que no lo amo... – mencionó con tristeza la joven, sus ojos se cristalizaban.
- ¡ OH , NO ... ESO NO... no puedes llorar arruinarás tu lindo rostro... no puedes ir a tu boda con los ojos hinchados... – dijo la nana ofreciendo una sonrisa a la joven, brindándole seguridad.
- No me importa... esto es como una pesadilla – dijo la linda joven.
- Pues lo convertiremos en un sueño – dijo la nana con entusiasmo.
- Nana no insistas por favor... prometo no llorar... fingiré ser la mujer más feliz del mundo... pero ya no me digas que esto es un sueño – Meg se puso de pie conteniendo el llanto.
- Meg... sólo busco desaparecer esa tristeza que reflejan tus ojos – dijo la nana
- sabes nana... esto no es un sueño... no puedo despertar, por más que lo intento – dijo la joven sentándose a un lado de la mujer.
-mi niña ... yo –
- Desde que mamá murió siento que vivo una pesadilla... hace años que he dejado de soñar ... – dijo Megumi interrumpiendo a su nana, dejando correr con libertad una lagrima de sus ojos, el trayecto de está se marco en su mejilla.
La nana con su mano limpió la lagrima suavemente, tomando con delicadeza el rostro de la joven.
– Eres una mujer muy hermosa... heredaste los bellos ojos de tu madre... el día que ella se casó... estuve con ella en todo momento... fue la mujer más bella y llena de alegría... sé que hubiera estado feliz de verte vestida de novia y con una sonrisa en los labios... –
- nana... muchas gracias... por estar a mi lado – dijo la joven echándose a llorar en el regazo de la anciana.
- Llora mi niña... se libre... ya verás que las lagrimas te hacen más fuerte... ya verás que tu matrimonio con el joven Shinomori... es lo mejor que te puede pasar... – dijo la nana pasando su mano por el cabello de la joven.
- No sé nada de ese joven... no le conozco... no sé sus gustos... no conozco sus intereses... sólo conozco superficialidad... es el hijo del mejor amigo de mi padre, quiere que me case con él para fortalecer su amistad... ni siquiera se como es... la última vez que lo vi, él tenía 13 años y yo tenía 8 años – dijo la joven.
- Mi niña... el joven Shinomori es muy apuesto, es un caballero, él te amará mi niña... te respetará y con el tiempo sabrás muchas cosas de él – dijo la anciana intentando convencer a Megumi de que lo mejor que le podía pasar era unir su vida a ese hombre... aunque ni ella misma estuviera convencida de que eso fuera cierto.
- Siempre pensé que me casaría perdidamente enamorada... amando a un hombre que correspondiera a mis sentimientos... sabes nana, es una pena que a mis cortos 20 años sea una famosa diseñadora de modelos de novia... con el seudónimo de KITSUNE y que el vestido de mi boda no lo haya confeccionado yo... por que no sentía que fuera un momento especial... ayudo a cumplir los sueños de otras mujeres... sin embargo el mío no se llevará acabo – dijo Meg incorporándose mirando a los ojos a su nana con determinación...
Ese día uniría su vida a un hombre al que no conocía... y no amaba... pero eso no le haría infeliz... por el recuerdo de su madre que sería el espejismo de una mujer enamorada... aunque de ello dependiera la verdadera felicidad.
- – la anciana quedó en silencio... no tenía las palabras de consuelo para decir a la mujer que desde su nacimiento hasta ahora había visto crecer y madurar tras las pruebas de la vida... unas dolorosas y otras placenteras...
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- ¿Qué tal amigo... tienes trabajo hoy? – preguntó un joven de edad semejante al joven castaño.
- Hola Tsuna... si hoy me toca llevar a una niña rica a su boda... y después me tocará llevarla a la recepción en compañía de su esposo – respondió el joven castaño.
- No entiendo como no te aburres de ese trabajo Sanosuke... todas las noches es lo mismo, tienes que andar llevando personas poco amables a todos lados – dijo Tsuna bebiendo de su refresco.
- sólo me gusto... es todo... aparte es la primera vez que me toca llevar una limosina decorada para una boda – dijo Sanosuke abriendo una hielera para sacar un refresco de lata.
- Pues suerte amigo – dijo Tsuna saliendo de la cocina – Hasta cuando seguirás viviendo en este departamento... – preguntó Tsuna sentándose en un sofá negro forrado de piel.
- hasta que me saque la lotería o encuentre una mujer con la que quiera casarme y se queje de nuestro nido de amor – el joven dejó escapar una carcajada...
- Conociéndote... lo más probable es que busques sacarte la lotería... aunque igual y sigas viviendo aquí por unos 10 o 20 años más – dijo Tsuna mirando de reojo a su amigo que salía de la cocina con el refresco en mano.
- Sólo tenemos 23 años Tsuna... hablas como si tuviera 40... aparte no entiendo por que lo dices... si del vecindario soy el joven más solicitado y asediado por las mujeres... hablas por envidia – dijo Sanosuke dejando caer su cuerpo en el sofá donde se encontraba el joven de cabellos negros de largo hasta los hombros.
- Sabes que eso no es verdad... yo tengo a mi lado a Sayo y sabes que sólo espero que deje ese trabajo de recepcionista en la agencia de limosinas para hacerla mi mujer... pero es igual de terca que tú... no entiendo que le ven a ese trabajo... tú como chofer y ella como secretaria – dijo el joven.
- Es un trabajo honrado... bien pagado... sobre todo las propinas... en unos años más y podré comprar mi auto y poner un negocio, donde yo sea mi único jefe... - dijo Sanosuke
- Pues suerte en tu sueño – dijo Tsuna mirándole – Ojalá también pronto sientes cabeza... te hace falta enamorarte... sé que eres el joven más codiciado... pero de que sirve que todas las mujeres te deseen... si tú no tienes una en especial a quien desear y amar – dijo Tsuna poniéndose de pie, dirigiéndose a la salida del departamento.
- la encontraré amigo... lo juró – dijo Sanosuke cerrando sus ojos echando la cabeza para atrás, debía prepararse para su trabajo... faltaban unas cuantas horas para ir a recoger a la novia a la puerta de su casa.
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- Estas seguro de que es lo correcto – preguntó un anciano a un hombre de edad intermedia.
- Lo estoy – respondió el hombre llevando su cigarro a sus labios... luego dio una bocanada.
- ¿ completamente? – preguntó nuevamente el anciano – recuerda es tu única hija... no estoy seguro de que Tokio hubiera estado de acuerdo con este matrimonio -
- Ella no esta aquí... Megumi debe comprender que no voy a vivir eternamente y quiero dejarla en buenas manos – respondió el hombre
- Saito... toma en cuenta que esa señorita de la que hablas es mi nieta... la hija de mi única hija... no permitiré que sea infeliz de por vida... si ella no quiere casarse ten por seguro que seré el primero en apoyarla... – dijo el anciano mirando desafiante a su yerno.
- lo sé... ya he hablado con ella... y esta de acuerdo – dijo Saito con firmeza.
- Eso espero... hace 22 años apartaste a mi querido tesoro de mi lado... y no me opuse... deje que fueras su felicidad... la percibía tan feliz... llena de vida... muy enamorada... pero sabes... es algo que no percibo en mi pequeña Meg... sus ojos reflejan tristeza – dijo el anciano.
- Okina, no haría nada que lastimará a mi hija... ella será feliz – dijo Saito mirando a través de la ventana los hermosos rosales que su esposa plantaba cuando vivía.
- Algunas veces actuamos como amos de las vidas de nuestros hijos... como si fueran esclavos... espero no te equivoques... ojalá tengas razón y lo que haces sea la felicidad de mi niña – dijo Okina dirigiéndose a la puerta para girar la perilla y salir del despacho.
El Hombre de cabello negro abrió sus ojos, había recordado la conversación que había sostenido semanas atrás con su suegro... el padre de la mujer a la que había amado más que su vida... estaba seguro de que lo que hacía era por amor a su hija... no estaba dispuesto a perderla... ni mucho menos dejarla sin protección... se convencía en silencio... en acto relajante para él encendió un cigarrillo para desaparecer todo rastro de ansiedad... Megumi sería feliz... aunque eso le costará la vida... su hija sería muy feliz... no había mejor hombre para esa tarea que el hijo de su amigo... El joven Shinomori sería un buen esposo para su valioso tesoro...
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- Has quedado preciosa mi niña – dijo la nana observando el reflejó de Megumi por él espejo.
- Gracias nana...- dijo la joven observándose, el brillo de sus ojos marrones había desaparecido...
La joven Takani vestía un hermoso vestido de seda blanco que hacía juego con su piel de porcelana, el corte superior era estraple con varillas que delineaban las curvas de la joven, con una falda circular con semi-vuelo, unos zapatos blancos con bordes plateados, parecido al los de la parte superior del vestido, su rostro maquillado naturalmente y en sus labios un color púrpura que resaltaba la sensualidad de sus labios y la tristeza de sus ojos por la ausencia del brillo de estos. Su cabello azabache caía suelto como cascada tras su espalda, cubierto por un fino velo de tela delgada blanca con detalles plateados que brillaban al reflejo de la luz, sostenido por una pequeña tiara plateada... una hermosa pintura al óleo de una bella triste reflejada en una elegante mujer.
- No habrá mujer más bella en todo la Iglesia que tú mi niña... serás el centro de atención- dijo la anciana observándole de pie a un lado del ventanal de su recamara que daba directo a los jardines.
Megumi observaba como el sol se despedía del día, ocultándose entre las nubes, desvaneciendo su forma en tonos cálidos, anaranjados...
- Se puede – tocaron la puerta y una voz masculina se escuchó venir detrás de está.
- Adelante -
La puerta se abrió para dar paso al padre de la novia, quien le miraba asombrado por la belleza que su hija había escondido bajo su angelical y tierno rostro, sabía que su hija era bella, pero ese momento era una hermosa muñeca vestida de novia que se podía admirar por horas dentro de una caja de cristal...
- Eres hermosa cariño – dijo Saito acercándose a su hija... la abrazo con delicadeza y tras mirarle por unos minutos detalladamente beso con ternura su frente.
Meg fingió una sonrisa... la actuación iniciaba a partir de ese momento... no había marcha atrás... todo estaba listo... a cada minuto que trascurría se convencía de que no era un sueño y que debía enfrentar su realidad, miró a su padre convencida que a partir del día siguiente viviría bajo la responsabilidad de otro hombre que no fuera él... le dolía despedirse de su hogar... extrañaría cada rincón de su casa... cada detalle de ese lugar que le traía agradables y desagradables recuerdos...
- Te quiero papá – dijo Meg sintiendo el cálido beso en su frente... – estoy lista -
- Y yo te quiero a ti mi hermosa Meg... mi pequeña Kitsune – dijo el padre con tristeza... sabiendo que después de ese momento a solas con ella... después ya no le pertenecería a él su cariño... si no que tendría que compartirla con alguien más...
- Mi señor me iré con usted a la iglesia – preguntó la anciana intentando no ser imprudente y romper la escena.
- Así es Nana... te iras conmigo... el Chofer de la Agencia llegará en unos 10 minutos para llevarse a mi princesa – dijo Saito mirando a la nana.
- Esta bien Señor... ya estoy lista... cuando usted diga nos marchamos – dijo la anciana.
- Entonces que esperamos... debemos llegar antes de la novia... recuerda nana... la novia es la que debe hacerse esperar... no los invitados – brindó una sonrisa a su hija – Nos vamos cariño, te estaremos esperando en la Iglesia... tu abuelo esta en la sala esperándote para entregarte al Chofer... se encargará de dejarte sana y salva en esa limosina – dijo Saito ofreciendo su brazo a la anciana para ayudarle a bajar los escalones y tomar camino a la Iglesia.
- Que les vaya bien – dijo la joven despidiendo con su mano a su padre y nana...
Las dos personas salieron de la habitación para llegar a su destino antes de la joven.
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- Buenas tardes Señor, vengo a recoger a la señorita Takani – dijo el joven de ojos castaños.
- Buenas tardes muchacho, así que tú serás el encargado de llevar a mi nieta hasta la Iglesia – dijo el anciano mirándole... analizando al joven de arriba abajo.
- Así es señor, Sanosuke Sagara, es un placer – dijo Sanosuke haciendo una reverencia y luego extendiendo su mano al anciano.
El anciano estrechó su mano.
– Muy bien muchacho, soy Okina Tsukino, el abuelo de la novia –
- Entiendo señor – respondió Sanosuke.
- Bueno muchacho entra para que puedas ayudar a mi nieta a salir de esta prisión – dijo el anciano.
- Prisión... – pensó desconcertado el castaño – yo lo llamaría castillo, fortaleza, pero no prisión – siguió diciéndose en silencio...
El joven entró a la mansión de la familia Takani, para encontrarse con la visión más bella de toda la historia... una Diosa vestida de seda que le miraba fijamente a los ojos, una hermosa mujer estaba parada frente a él con una mirada triste y unos invitantes labios color púrpura, los cuales deseo probar... la miró con sumo detalle guardando en su mente la escultura de la joven.
- Bueno muchacho parece que te has quedado paralizado, ya lo sé... mi nieta es una belleza... tiene de donde heredarlo – dijo Okina extrayendo de sus pensamientos al joven castaño.
- Oh, claro Señor Okina... su nieta es muy hermosa... una Diosa – esto último lo pronunció solo para el mismo.
Megumi se sintió incomoda por la insistente mirada del joven... un hombre alto de edad semejante a la de ella... delgado de estatura alta, vestido de smoking... con impecable presentación y con una cinta roja en su frente entre sus cabellos que le daban un toque de chico rebelde... sonrió inconscientemente... si su padre le viera estaba segura no le dejaría que ese joven le llevase a su boda... sólo por ese detalle, agradecía que su abuelo se estaba haciendo cargo.
- Nos vamos – dijo Meg extendiendo su mano, Sanosuke la tomó ayudándole a bajar el último escalón llevándola hasta donde estaba su abuelo.
Okina abrazo a su nieta y besó ambas mejillas de la joven como si de un saludo europeo se tratará.
- Te quiero mi niña... te ves como un ángel – dijo el anciano con lagrimas en los ojos.
- También te quiero abuelo – sonriendo y besando la mejilla arrugada de su abuelo.
- Muchacho cuídala mucho... es mi mayor tesoro... te mataré si algo le pasa – dijo el anciano recuperando su postura.
- Lo haré Señor... le aseguro que la señorita llegará a su destino – dijo Sanosuke ofreciendo su bazo a Meg para acompañarle a la limosina.
La llevó hasta el auto, le abrió la puerta y le ayudo a entrar, una vez de que se aseguraba que todo estaba bien... entro en el coche y se acomodo en el asiento del piloto y se dispuso a echar en marchar el auto.
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- Me alegro que en unas horas ya vayamos hacer parte de la familia – decía un hombre de cabellos negros largos que sostenía en una coleta baja, vestía un traje de frag (estilo pingüino).
- Yo también amigo... será lo mejor que hemos decidido... unir la vida de nuestros hijos, Shinomori tu esposa se ve preciosa – dijo el otro hombre como un cumplido.
- Lo sé Saito, mi Okon es preciosa... anda muy emocionada por la boda de nuestros hijos – respondió el hombre.
- Seijuro¿ sabes dónde esta Aoshi? – preguntó una mujer de cabellos castaños recogidos en un moño alto.
- No mi amor... debe andar por allí platicando con sus amigos antes de que llegue la novia y de inicio la ceremonia... sabes que tenía muchos años de no verlos, tal vez con Himura o Yukishiro – respondió el hombre.
- Hay ese hijo mío... estoy nerviosa... – dijo Okon distraída buscándole con la mirada.
- Tranquila cariño... no eres tú quien se va casar... eso déjalo para los novios... sabes talvez nuestro Aoshi ande con Misao – dijo Seijuro besando la mejilla de su mujer.
- No lo creo, ya estuve con ella... y dice que no le ha visto... que desapareció desde que llegaron – dijo la mujer.
- Ya saldrá de su escondite para cuando llegue la novia para ocupar su lugar – dijo Seijuro mirando a su amigo.
- Como digas amor, seguiré saludando a los invitados – dijo Okon marchándose.
- Mujeres... se preocupan por insignificancias – dejó libre una sonrisa dirigiendo sus palabras a su amigo.
- Ahora sólo falta la llegada de mi hija, espero que tu hijo no ande perdido – dijo Saito.
- Ni lo pienses – dijo Seijuro
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- Es la primera vez que me encuentro con una joven que se va casar y se encuentra en profundo silencio – decía Sanosuke mientras mantenía la vista fija en el camino y de vez cuando le miraba a través del retrovisor.
Megumi se encontraba ensimismada en sus pensamientos que las palabras del joven le cayeron de golpe y atrajeron su atención.
- ¿perdón? – dijo la joven mirándole curiosa.
- No quise molestarla... mi intención era ayudarle a relajarse – dijo Sanosuke encontrándose con su mirada marrón, pero le llamaba mucho la atención que fuera una mirada triste.
- Esta bien, sólo pensaba... ¿ya pronto vamos a llegar? – preguntó Megumi.
- así es, en unos 5 minutos podrá estar lista para entrar del brazo de su padre y ser entregada a su futuro marido – dijo Sanosuke con una sonrisa.
- Hai – Megumi bajo su vista clavándola en sus manos, que estaban entrelazadas sobre su regazo.
- Disculpe... ¿acaso dije algo malo? – preguntó el joven castaño.
- No es nada – dijo Megumi conteniendo sus lagrimas.
- puedo preguntarle algo, señorita Takani – dijo Sanosuke mirándole por el retrovisor.
- Dígame – dijo Meg aún en la misma posición examinando sus manos con su mirada.
- ¿Acaso usted no quiere casarse? – preguntó Sanosuke con gran interés sin quitarle la vista de encima, sin perder el control del camino.
- ¿Por que lo dice? – dijo Meg en voz baja... casi quebrándose.
- Es que sus ojos son diferentes a las de otras mujeres que están a unos cuantos minutos de contraer matrimonio... es como si sufriera... – dijo Sanosuke.
- Es por los nervios... no todos los días contrae matrimonio una mujer – dijo Meg controlando el nudo que se formaba en su garganta.
- No lo creo... disculpe mi atrevimiento... pero su mirada es triste, sus ojos reflejan dolor... su mirada no es la de una mujer enamorada – dijo Sanosuke parando el coche justo enfrente de la Iglesia.
- ... – Meg guardó silencio... el joven tenía razón... temía que las personas que asistieran a la boda se dieran cuenta o que ella no pudiera contenerse más y toda su actuación se viera abajo.
- Señorita Takani hemos llegado a su destino – dijo el joven castaño volteando a verle, la joven a un se encontraba con su rostro inclinado hacia enfrente, con su vista clavada en sus manos... movía sus dedos a manera de jugueteo.
- La novia ha llegado – dijo el abuelo de Meg.
- Okina por fin llegaste... - dijo el padre de la novia al anciano.
- venía detrás de la limosina... debía cerciorarme de que mi nieta llegará sana y salva a su boda – respondió el abuelo.
- Bien iré por ella – dijo Saito.
- Espera a que el chofer la ayude a bajar y te la entregue – Okina le detuvo jalándole del brazo – recuerda la novia tiene permitido llegar tarde -
- Esta bien – dijo Saito de pie en el escalón superior que estaba a unos cuantos metros de la entrada a la Iglesia.
- Meg, ha llegado nana – dijo Okina mirando a una anciana que había caminado hacia ellos.
- Lo sé, vine a recibirla – dijo la anciana.
- Cariño, Megumi ha llegado – dijo Seijuro mirando a su esposa.
- Que bueno amor... pero sigo sin encontrar a Aoshi... – dijo Okon.
- Ya te lo dije debe estar por allí... igual esta dentro de la Iglesia... ya conoces a nuestro hijo – dijo Seijuro abrazando a su esposa.
- Lo sé... ni en su propia boda... – la mujer fue interrumpida a causa de los gritos que se empezaban a escuchar...
- ¿Qué ocurre ? – preguntó el hombre.
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Sanosuke estaba dispuesto a salir del coche cuando la mano de la joven le detuvo, le había tocado el hombro.
- Dígame – dijo Sanosuke volteando a verla.
- No quiero bajar... no me quiero casar... por favor lléveme lejos de este lugar – dijo Meg alzando su rostro con lagrimas corriendo por sus mejillas con libertad.
- Pero... – Sanosuke no creía lo que veía, ni mucho menos lo que había escuchado... ¿qué debía hacer?..
- Por favor... no voy hacer feliz... por más que mi nana y mi padre lo digan... no lo amo... necesito de su ayuda... necesito de usted... – dijo Meg con su voz quebrada.
- Esta bien... agárrese de lo que pueda... que le prometo que la sacaré de aquí y no podrán alcanzarnos - dijo Sanosuke encendiendo el auto nuevamente para salir de ese lugar lo antes posible, tendría que salir lo más rápido que fuera posible para no ser alcanzado y que no dieran con la joven hasta que ella quisiera...
- Gracias – susurró Megumi sintiéndose aliviada.
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Hola Chicas que les pareció este capítulo... Vienen muchas sorpresas para el siguiente capi... que si recibos muchos comentarios de su parte estaré subiendo para el martes... si no tendrán que esperar más días ya que debo dedicarme a los fics de Inuyasha, mis lectoras de esa serie me piden que actualice al momento de ya...
Les agradezco a Arcasdrea, (Gracias por tus comentarios amiga) shysie(espero te guste este comienzo amiga) gabyhyatt (Hola... no he visto la pelicula de esos actores... pero espero que este capitulo te encante... gracias por dejar siempre tus reviews... sin falta) Aiko1504 (gracias por las bellas palabras de aliento que me dejaste... me sonrojas... espero te guste este capi) MONIKA-DONO(gracias por las felicitaciones... sigue leyendo que vienen muchas sorpresas) Lara (Espero que sigas leyendo y que sea una trama de tu agrado) Arashi Shinomori (Hola nita... cuantas preguntas... gracias por leerme... solo puedo decirte que sigas leyendo que esto cada vez se pondrá muy ininteresante... TQM), Un besote a todas y espero que me dejen aunque sea una linea que diga si les gusta o no... acepto sugerencias.
Las chicas Kazuko... este fic es para ustedes... disfrútenlo...
ONEGAI REVIEWS
Atte: Alis Chan... Orgullosa miembro Kazu
