Capítulo 4
Odio a Wufei
"Odio, odio porque no cumplió las promesas que te hizo,
odio porque no sientes tus ojos de tanto llorar,
odio porque tu corazón roto es tu emblema,
odio...solo odio
odio, pero odio porque le amas
más de lo que creíste posible."
Caminando con paso lerdo y sin sentido, viendo como tienda tras tienda pasaba ante sus ojos sin siquiera mirar, sin siquiera sentir, sin siquiera respirar...Miraba los aparadores de las grandes tiendas sin siquiera ver...su mirada perdida en la inmensidad de la nada y su corazón latiendo pesadamente...¿por qué se sentía así, después de todo...el echo de que esa promesa fuese echa y rota no debía de significar demasiado para él...es decir, por qué sentirse solo, cuando desde un principio, sus ilusiones no debían haber sido puestas en ese individuo.
Se detuvo un segundo frente a una tienda de mascotas, posando sus ojos en un bello pájaro de color amarillo, con perfectas manchas turquesas sobre sus ojos, que hacían parecer que fuesen parte de sus óvalos...pero solo era una ilusión.
Ese era él, con alas para volar a la distancia que él deseara...pero...siempre encerrado en una jaula que no le permitía siquiera cantar...
Ese era él...solitario, aburrido de todo y la nada carcomiéndole de a poco...
Mas, después de aquello...sus ojos se posaron sobre un pequeño bultito que había bajo la jaula del canario. Algo tan pequeño, de color negro y peludo...un hermoso gatito negro...que con insesante ganas, trataba y trataba de saltar para llegar hasta el canario...utilizando sus garras, sus patas, su cola y hasta sus orejas, para poder escalar y llegar al fin donde se encontraba su presa...pero...a cada tanto, resvalaba y caía golpeándose fuerte en el piso...era a pensa un bebé...un pequeño gatito que ni siquiera sabía caer de pie...
Y su mente trajo hasta si la imagen de Wufei...y no supo por qué, pero sus mejillas se tiñieron de rosa y sus manos temblaron...no supo a ciencia cierta por que fue que ese pequeño reflejó de aquel fuerte guerrero vino a él en ese segundo, pero en su interior, en su mente perdida en la magia de un momento, sintió cláramente como ese pequeño, era él...fuerte, autosuficiente, pero en el fondo, un pequeño gatito que con cada intento de caer de pie, se daba fuerte contra el suelo, sin remedio...sin siquiera poder defenderse...de un dolor inesperado, y a la vez...la sucesión lógica de una acción...
Pero no¡basta de pensar en ello, él estaba molesto con ese chino irresponsable, no por el simple echo de que se hubiera olvidado de su acuerdo, no por el simple echo de que prefiriera salir a una misión casi infantil en vez de cumplir su promeso, no, no era por ello, si no que estaba que echaba humo por las orejas solo, y simplemente, por el insignificante echo de que no fue capaz de decírselo de frente y tuvo que ir el mismo Heero, "Soldado perfecto" amo y señor de la guerra y la verdad, a decirle simplemente "No va a venir, anda en misión..."
Diablos, por un instante pudo sentir claramente como su rostro se volvía rojo de la ira y sin quierer, pateó suavemente el concreto bajo el aparador en señal de enfado. ¡Qué se había imaginado, era un estúpido de sobremanera, un incosecuente y bastante introvertido chico, pero eso no le daba derecho a ofrecerle una disculpa por la cancelación ¿no?...
y de pronto, cayó en cuenta de lo que estaba pensando, y sin querer, ser reprendió mentalmente por su estúpidez...aclaró la mente, debía ser objetivo, no por que él estuviera interesado en Wu, el chino también lo estaría...
Y fue cuando un pensamiento aún más poderoso le golpeó fuertemente el corazón contra el pecho, dejándole un bahío que no pudo explicar...sintióse mareado y apoyando su mano contra el muro, susurró suavemente..."¿Estoy interesado en Wufei?"
Sus manos apretaron con fuerza las bolsas de compra que cargaba, y abriendo los ojos desmesuradamente, guió su vista hasta una de ellas en especial...
Dentro de aquella se hallaba una fina tela de seda color negro...¿por qué la había comprado, ni el mismo se daba una respuesta, ya que en verdad no hallaba una coherente en su cabeza. Hasta que cerrando los ojos, se dio por vencido, y aceptó...aceptó lo que le hizo temblar desde la punta del cabello, hasta el dedo pequeñito del pie...a él, comenzaba a gustarle de sobremanera el chino aquel, de semblante serio y carácter huraño.
Y ese mismo pensamiento, le hizo sonreír con amargura...ya que una pregunta se formó en su mente, haciéndole comprender la magnitud de su error.
¿Y ahora...como puedo seguir siendo su amigo...sin...?
Abrió por fin sus ojos, y observó con detalle al pequeño gatito que aún, tras cada caída, seguía saltando e intentando llegar al canario...si tan solo la relación entre el y Wu fuese así...
pero no lo era...por que a cada paso que el intentaba acercarse a ese guerrero, la vida, las misiones, o el mismo Wufei, hacía hasta lo imposible para que fracasara...un intento fallido, un posibilidad perdida en medio de tantas otras...como la del día de hoy.
Sus ojos se llenaron de lágrimas perdiéndose en su vacío, que parecía más negro y frío desde que había puesto sus ojos e intentado que su corazón sintiera, por Wufei...y aquel sentimiento de vacío y abandono, se transformó en su caballito de batalla, para de una vez, erradicar de su cuerpo, de su mente y su corazón, lo que hasta ahora había logrado sentir por el último descendiente de la casta del Dragón...desde él día de hoy, comenzaría a alejarse y hasta a odiar a Wufei, todo, absolutamente todo, para no sufrir en un momento en el que ya no resistiera, el rechazo del chino...sip, esa sería la mejor opción ahora, antes de que aquel sentiemiento en su corazón, se transformara en amor...
La llegada hasta el instituto fue letana, su corazón acongojado por la desición que había tomado parecía volverse tristeza física, ya que ni sus piernas lograban avanzar rápido debido a su tormento. Vacío, una vez más quedaría vacío y sin esperanzas...pero , era lo mejor, era la respuesta obvia y necesaria a un problema que solo en su cabeza se formó...por que, para que tener esperanzas...
Alzó sus ojos turquesa hacia lo que eran los dormitorios, el día casi se iba y él, no entendía aún por qeu era que sus ojos, al comprender la magnitud de su futuro, habían comenzado a arder...ardía, y dolían, casi nublándose al final, cuando ya había podido dar alcance a su dormitorio...
Odiaba ser así, tan frágil...tan vulnerable, tan consciente de sus sentimientos... por qué debía ser así, por qué, y mientras más se lo preguntaba, hundido en su cama, con la cabeza escondida en la almohada, sus lágrimas se desataron y se odió aún más...al darse cuenta, que esa debilidad, ese don que la madre naturaleza le había dado, era la principal razón que le separaba del prototipo ideal que había imaginado en su cabeza para el chino...en su loca carrera por saber...por entender...por esperanzarse...
De pronto, su mente cuajó en impotencia... y por fin se rindió. Rendido, total y vergonzosamente... pero al final de cuentas, listo para seguir adelante. Vacío, y sin esperanza alguna.
Con enfado secó con fuerza las gotas saladas de sus ojos, y su ceño se frunció aún más al darse cuenta que su corazón, ahora desconectado de su mente, no le permitía cesar el flujo de lágrimas...
"otra debilidad incomprensible" dijo con una sonrisa indecifrable en los labios, para terminar caminando hacia el baño para labar su rostro.
bbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb
Minutos más tarde la puerta del baño se abría, el rostro del áraba en calma, sus ojos llenos de una impotencia y tristeza casi increible, pero serio, tranquilo, y frío... no más sentimentalismos tontos. no mas ideologías imposibles... Por fin había terminado de entender todo...
Tomo aquella bolsa de papel donde descansaba aquel traje de seda negra que, en su inconciencia total de lo que le llevaba hacerlo, había comprado...para quien?. si, para el mismísimo ser que le había abandonado hoy y que, rendido en total cuenta, había decidido odiar de ahora en adelante...no por despecho...no por que le hubiera lastimado...no, simple y llanamente, odiaría a Wufei...por que era imposible que aquel, le amara alguna vez.
Abrió la puerta y con paso seguro caminó hasta el que fuera antiguamente el refugio esperanzado de su corazon, fijando sus ojos calmos en la puerta de madera suspiró con fuerza...
entrecerró los ojos y sacudió la cabeza, que aún con el cabello mojado, salpicó gotas casi invisibles al aire perdiéndose aquellas en seguida. Su mano se alzó casi por inhercia y dio tres golpes secos en aquella puerta...
Nada, no hubo respuesta alguna... de seguro, uno, todavia no regresaba de misión, o dos, estaría en la ducha aseándose después de ésta. Volvió a dar tres golpes secos, como dándole una oportunidad a la nada de que le contestara... pero, nuevamente la respuesta fue silencio... y tranquilo como había caminado hasta ese lugar, dio media vuelta y comenzó el camino de retorno hacia su recámara.
El jardín marchito por la época en que estaban, hacían ver el atardecer aún más melancólico y desolado que de costumbre, con su corazón pequeño y su alma fragmentada, el rubio se detuvo por un segundo en una de las banquetas de la pequeña plazuela en medio del jardín, donde se dividían los senderos que guiaban a una u otra ala de los dormitorios.
Sus ojos viajaron hasta el cielo anaranjado, casi negro ya y una sonrisa conformista apareció en sus labios en último arrebato de melancolía... sumergiéndose en su pena, olvidando todo a su alrededor... todo mientras el último rayo de sol se marchaba.
"Quatre..." se oyó de pronto en medio del vacío y el suave susurro del viento, quebrantando su ensoñación. "Quatre" volvió a repetir aquel chico de ojos sesgados y cabello negro frente a el como tratando de decirle un millar de cosas simplemente con llamarle.
"Quatre yo..."
El rubio le observó con mirada indecifrable, mas sin perder su tristeza ahora innata... sonrió con pesades y simplemente, puso la bolsa de papel frente a él para que Wufei la viera, luego, solo desvió camino y comenzo a andar hacia su habitación...
El chino comprendió enseguida que el rubio estaba molesto...no, molesto era poco, Q-chan estaba más que enojado por su actitud...pero, Diablos! debía entender!
No se había ido por que quisiera, no había faltado a su encuentro por que si, estaba en misión, no era algo que pudiese dejar por ir a pasear por ahí con alguien!...
mentiroso escuchó en ese momento en su mente... y apretó los dientes mientras caminaba para poder alcanzar al rubio...
Si, debía aceptarlo...debía hacerlo. Esta misión era algo sencillo... esta misión que decidió hacer, era propia de Yui, propia del Soldado perfecto, y él...aterrado, si, por que estaba aterrado, había decidido tomarla para no tener que enfrentar la realidad de que... temía estar a solas con el rubio por que sabía, no podría controlar más sus acciones...
Mas, gracias a ello, ahora estaba en este graaaaaan lío.
Tomó entonces el paquete que Quatre había dejado ahí para él y poco menos corrió dándole alcance al rubio antes de que saliera totalmente del jardín.
"Te estaba hablando, por que me dejas con las palabras en la boca!" reclamó tomando al rubio de un brazo y jalándolo; deteniéndole en seguida, tratando de calmarse y hacer que el árabe le mirara.
Quatre guiò sus ojos sin expresión hacia los negros de Wufei y simplemente dijo...
"no tengo tiempo ahora para ti..." terminó soltándose del agarre de Wufei y dando vuelta, partió nuevamente, dejando al chino descolocado y sin saber que decir...o hacer.
La mano de Wufei tembló cuando se dio cuenta que... ese, al que había detenido, el que dijo aquella frase tan fríamente y despectiva... no era el Q-chan que el espero encontrar...con el cual sabía que podía disculparse, con el cual...tenía la certeza de estar abanzando hacia algo...
Entonces...?
Sus ojos comenzaron a arder sin saber por que... no quería aceptarlo...no quería...pero al ver a Quatre actuando así...era como volver a tras...al tiempo aquel en el que estaba en sombras...
En el tiempo aquel en el que Quatre...era Winner...y él, no era más que Wufei. El chino que combatia en el equipo y nada más...
Qué había ocurrido... no lograba entender...pero saber que nuevamente, estaba en el punto de partida... le hizo doler el alma...
Continúa...
N/A: waaaaaaaa jajajaja. Desilución, jajaja todas creían que haría una tarde super kawai con Q-chan y Wufei y que se enamorarían y terminarían haciendo cositas en su habitación?
waaaaajajajaja, que ingenuas! si hubiese sido asi, esto no sería un Angust.
Bien, no se me aceleren, no siempre será todo gris y negro... ya pondré algo de rosa en el próximo capitulo. Es más, es posible que haga una o dos cosillas por ahi. . . U sholo no me presionen.
Gracias por seguir leshendo... jajaja... un bexo al amor de mi life (aunque ya no este conmigo), a mi hija monchi ninda! (es una gata, no sabe leer, pero me vale madres, yo la saludo igual) y a mi amigo Trowa, que sin su insistencia casi criminal, no habría seguido escribiendo esta cosa.
Un bexo para Faby, quien es la dueña de este fic. y uno para mi inseparable Alex, que por fin tengo a mi niña de vuelta conmigo. no te olvides de mi, que te queeeeero mucho corazon.
Y a los demás...shiiii, tamen losh kero. penro shi me eshtiendo mash, abuyiré.
Saludos
Seiryu D'Baltazor.
