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" Estoy entre comitas dobles!" -> dialogo.
' Y yo entre comitas simples! ' -> pensamientos.
Cap 9: Clases y campanas
Anne caminaba enfadada por el pasillo. 'Pero que le pasa a todo el mundo en este lugar. Es que lo que yo quiero no importa! Gandalf se va a enterar!...Esto...Donde está la biblioteca?' Miró a su alrededor buscando algún tipo de letrero o pista que la guiara hacia allí, pero no había nada. 'Volver al comedor está descartado. Después de lo que les he dicho, me da un poco de corte...Que hago?...Mmmm'. En ese momento un elfo apareció por el pasillo. 'Gracias a dios! Alguien!...Mmm...Pero si es...'.
"Silencioso! Me alegro de verte."- le dijo al elfo, que ya había llegado hasta donde ella se encontraba. El elfo hizo una pequeña inclinación de cabeza.
"Mi nombre es Veryan y sí, aunque he pasado muchas temporadas en Lothlorien, ya que es el pueblo natal de mi madre."- dijo con una amplia sonrisa.
Anne puso cara de sorpresa. 'Pero si habla!...Espera, entendió todas las chorradas que dije?'
El elfo al ver su cara de confusión añadió, -"Creo que he respondido a vuestras preguntas en el orden que fueron formuladas, no es así?"-
"Esto..."- empezó Anne. -"Mucho gusto..."- 'Supongo'
Veryan volvió a sonreír. -"Es un placer joven Andraya. Lamento no haber sido más comunicativo en nuestro primer encuentro, pero hay que ser cuidadoso con los extraños."-
"No importa"- le contestó Anne. Aún un poco sorprendida por la cantidad de palabras pronunciadas por el guardia.
"Si no me equivoco, os esperan en la biblioteca."- aventuró Veryan. Anne asintió. -"Os guiaré hasta allí."-
"Gracias, Silenc... Virean"-
El elfo sonrió. -"Es Veryan, pero podéis seguir llamándome Silencioso, si lo deseáis."-
"Mejor, no quiero destrozar tu nombre."- dijo medio colorada por el error, y añadió. -"Y puedes llamarme Anne"-
Una vez en la biblioteca, Gandalf la esperaba tras una mesa llena de libros. Cuando la vio entrar le indicó que se sentara ante él. Pero, tal y como esperaba, la chica se quedó en pie. 'Mmm...Esto va a costar' pensó el anciano.
"No pienso qu..."- empezó Anne, pero fue interrumpida por el mago que la hizo callar con un gesto.
"Primero escucha lo que tengo que decir."- dijo el mago. Tras unos segundos de meditación, Anne se sentó donde Gandalf le había indicado. -"Sé que te resulta difícil creer que eres un mago y más si añadimos que has vivido toda tu vida en un mundo donde la magia es fantasía. Pero, si te demuestro que eres quien digo y el peligro que corres, te quedaras?"- le preguntó, su voz había sonado monótona como si lo hubiese ensayado, pero sus ojos mostraban sinceridad. Anne, por su lado, le miraba sin saber que decir. No quería quedarse, pero si Gandalf estaba en lo cierto y Saruman volvía a intentar algo, quizá esta vez no tuviese tanta suerte. Al ver que la joven no contestaba, el mago añadió, -"Sé que es una decisión dura, y no tengo derecho a pedirte que te quedes. Sólo dame una semana y te demostraré que estoy en lo cierto sobre tu identidad."-
"Y como harás eso?"- preguntó la chica curiosa. 'Es que piensa hacerme la prueba del ADN o algo así?'
"Te enseñaré a usar tu magia. Creo que una semana será suficiente para que empieces ha controlar hechizos básicos"-
"Mmm"- Anne le miró pensativa. -"Y si no resulta?"-
"Te enviaré de vuelta."- dijo el mago, que empezaba sentir que la podría convencer.
"Y que pasa con Saruman?"-
"No te preocupes. En cuanto sepa que no eres quien busca, se olvidará de ti. Entonces...Aceptas?"- Gandalf la miró esperanzado.
'Bueno, y que puedo hacer sino?' -"Esta bien."- Gandalf sonrió, temía que fuese más difícil convencerla. -"Y cuando empezamos?"- preguntó la chica.
"Enseguida, o es que tenias otros planes?"- preguntó Gandalf sonriente. Anne rió, por primera vez ante el mago blanco. Había ido con la intención de discutir con él, pero la propuesta de éste la había convencido. No es que quisiera quedarse, pero si le demostraba que se equivocaba de persona, todo se arreglaría. 'Y si no se ha equivocado de persona?...Claro que se equivocan!' Ahora que estaba un poco más calmada, echó un vistazo a la biblioteca. Era una amplia habitación del segundo piso, cuyos ventanales, por los que entraba una gran claridad, daban a los jardines. Estaba llena de mesas, dispuestas en paralelo. Las paredes estaban completamente llenas de estanterías, en realidad ni siquiera se veía la pared, todo eran estanterías, y estas (como era de esperar) estaban ocupadas por numerosos libros. Volvió su atención al mago, cuando éste empezó a explicarle lo que tenía pensado para ella. Gandalf le enseñaría los principios básicos para controlar su magia, mientras que Lord Elrond le explicaría la historia de la Tierra Media desde sus orígenes. A Anne no le agradó mucho la idea de largas horas escuchando viejas batallitas, pero Gandalf insistió diciéndole que era necesario para comprender a las distintas razas y la situación actual entre ellas. Las clases se realizarían o en la biblioteca o en el despacho del señor de Rivendell, y le ocuparían todo el día.
"También deberías aprender a hablar élfico, aunque eso lo dejamos para más adelante."- continuó Gandalf, -"lo que so que sería útil es que aprendieras a montar, por si acaso."- Anne abrió la boca para protestar. 'Que tenían que ver los caballos con hacer magia?' Pero el mago continuó sin dejarla expresarse. -"Creo que Veryan será un buen maestro, es uno de los mejores jinetes del reino."- añadió. 'Al menos alguien amigable' pensó la chica.
Una vez Gandalf acabó de exponerle sus nuevas ocupaciones, empezaron con la primera lección: el origen de la magia y la llegada de los magos a la Tierra Media. Por el titulo parecía interesante, y para sorpresa de la joven, lo fue. Para cuando Gandalf acabó ya había anochecido, así que ambos se dirigieron a sus habitaciones.
Los días siguientes pasaron rápidos. Bueno, las clases con Lord Elrond y sus interminables divagaciones sobre linajes y guerras, se hacían un poco pesadas. Anne era incapaz de recordar todos los nombres de reyes, altos elfos y demás personajes, y siempre los confundía. Además su tono de voz era tan monótono que siempre acababa adormilada. Al menos, las clases del mago eran más entretenidas. Gandalf era bastante dinámico en sus explicaciones y siempre tenía anécdotas curiosas o divertidas que contarle cada vez que parecía que ella perdía interés por la clase. En cuanto a las clases de equitación, resultó ser una completa incompetente sobre un caballo, pero Veryan no desistía en su empeño de enseñarle a montar. El elfo resultó ser muy agradable y muy dado a largas conversaciones, tanto que Anne pensó que Silencioso no era exactamente un apodo que le hiciera justicia, 'mas bien debería llamarle Charlatán' pensó entre risas.
Por las mañanas se levantaba a primera hora y al anochecer eran los últimos en llegar al salón. La mayoría de días cuando llegaban ya no quedaba nadie. No había vuelto a ver a Guimli, Legolas ni Aragorn desde el desayuno del día siguiente al concilio, cuando se despidieron de ella, ya que iban a pasar unos días vigilando las fronteras del reino donde se habían vuelto a ver orcos.
Anne empezaba ha estar cansada del ritmo al que la llevaban y comenzaba a despistarse más a menudo durante las clases. Por otro lado, tanto Lord Elrond como Gandalf parecían un tanto desconcertados, ya llevaban cinco días de clases y la chica aun no había conseguido hacer ni el hechizo más simple. Simplemente no avanzaba, estaban como el primer día. Esa tarde Gandalf alargó la clase todo lo que pudo, o todo lo que Anne le permitió. Estaba convencido de que no se había equivocado de persona, no entendía porque la chica no conseguía hacer magia. Por su lado, Anne sólo pensaba en irse a la cama. Estaba cansadísima y en cuanto llegó a su habitación, cayó rendida en la cama. 'Parece mentira lo que cansa aguantar a ese par todo el día!'
A la mañana siguiente, Anne simplemente no podía levantarse, así que no lo hizo y se quedó allí tumbada hasta que Lord Elrond se cansó de esperarla en su despacho y mandó a alguien a buscarla. Una doncella la despertó, no sin llevarse un par de gritos por parte de una adormecida Anne.
'No voy a poder soportar mas lecciones!' pensó Anne, mientras se vestía. 'Creo que hoy paso.' Salió de su habitación, tras coger un par de manzanas para comer por el camino, y se dirigió a los jardines. 'Con un poco de suerte encontraré algún rinconcito tranquilo donde poder dormir un rato más.' Pensó esperanzada. Así que unos diez minutos después de inspeccionar la zona, encontró un pequeño claro a los pies de una preciosa cascada. Se sentó sobre el césped, bajo un árbol, y escuchando el suave sonido del agua al caer, se durmió.
Cuando despertó, el sol ya estaba bien alto y su estómago le informó que ya había pasado la hora de la comida. Así que se sentó con las piernas cruzadas y se comió la segunda manzana. 'Paso de ir a por nada más. En cuanto ese par me encuentren me encierran en la biblioteca.' El escondite que había elegido era bastante bonito, rodeado de árboles y silencioso, sólo se oía la cascada y el canto de los pájaros, y de vez en cuando alguna ardillita bajaba a beber del riachuelo.
"Que haces aquí?"- preguntó una voz tras ella.
"Aaaa!"- Anne pegó un bote del susto y se giró, con una mano sobre su corazón. -"Casi me da un infarto!"- dijo al rubio elfo que tenía delante.
"Lo lamento."- respondió Legolas, medio riendo. -"Las pisadas de los elfos son casi inaudibles"- comentó.
'Presumido!'. Anne se limitó a respirar hondo, para calmar su corazón y volvió a la misma posición en que estaba sentada antes de que cierto elfo le diera un susto de muerte. El elfo en cuestión levantó una ceja. -"Aun no me has dicho qué haces aquí?"- volvió a preguntar.
"Hago campana"- dijo la chica, sin moverse ni mirarle.
Legolas parecía desconcertado, -"Campana?"-
"Sí"- Anne le miró. -"Campana, novillos o como sea que lo llaméis aquí."- Al ver que el elfo seguía con cara de no comprender añadió: -"Me he tomado el día libre"-
Legolas puso cara de comprender, -"Me parece que no has informado debidamente a Gandalf ni a Lord Elrond."-
"No lo he hecho? Vaya, se me ha debido olvidar."- le dijo Anne con voz inocente. Legolas sonrió. -"Que pasa? No vas a ir a chivarte?"- le preguntó la chica. -"Estoy en los jardines...sin permiso...Soy casi una proscrita"-
" Han estado buscándote toda la mañana y al ver que no estabas en el gran salón a la hora de comer se han preocupado de verdad."-
"Y te han enviado a buscarme?"-
"Si"-
"Me vas a obligar a volver?"-
Legolas puso cara de estar pensándoselo unos segundos y acto seguido se sentó a su lado. Anne le miró sorprendida. 'Que hace?'
"Bonito lugar"- comentó el elfo. -"Sabía que estarías aquí."- Anne puso cara de 'Por supuesto elfo presumido!'. Legolas, al ver su expresión, sonrió. -"Sabía que estarías aquí, por que sé lo mucho que te gustan los lugares altos, así que supuse que te encontraría cerca de la cascada."- Anne levantó ambas cejas, con asombro 'Como sabe eso?' -"Se puede saber mucho de alguien con solo observarlo."- añadió. -"Y aunque no me creas, te conozco mejor de lo que piensas."-
"Cierto, acertaste con lo de bruja"- Legolas hizo una pequeña mueca.
"Lamento lo ocurrido."- Anne le miró sorprendida 'Se está disculpando?', los ojos del elfo eran más cálidos de cómo los recordaba y su expresión más amigable. -"Pero las circunstancias en las que nos conocimos fueron muy extrañas."- Anne se limitó a suspirar y volvió su vista hacia la cascada. No tenía ganas de pensar en ello. Porque eso la llevaba a pensar en su mundo y no quería ponerse triste. Respiró hondo, intentando deshacerse de esos pensamientos. Legolas se dio cuenta del cambio en el humor de la chica e intentó cambiar de tema.
"Que tal las clases?"-
Anne le miró, 'En serio le interesa?'.-"Fatal!"- dijo la joven. -"Es imposible aprenderse todos esos nombres de elfos y lugares y guerras"- siguió, gesticulando con sus manos. -"Por no hablar de los hechizos que Gandalf quiere que recite. Son imposibles de pronunciar! Y el caballo! Nunca conseguiré que me haga caso. Resumiendo, más os vale que yo no sea el supuesto mago, porque si lo soy, estamos listos!"-
Legolas la miró pensativo. -"Entonces, aun no has hecho magia?"-
"Nada de nada, cero, cerito!"- dijo Anne. -"Y creo que Gandalf empieza a impacientarse"- añadió en tono confidente. -"Ayer no me dejó irme hasta pasada la media noche. Y pretendían que hoy a primera hora estuviese en el despacho de Lord Elrond! Al igual!"- Legolas sonrió. La chica parecía realmente molesta por el hecho de que el mago no respetara sus horas de sueño.
"Que has visto de Rivendell hasta ahora?"-
"Mmmm"- Anne meditó unos segundos, aunque la respuesta era bastante fácil. -"Mi habitación, el salón, la biblioteca, el despacho de Lord Elrond, los establos y donde se celebró el concilio"-
"No has visto mucho."- dijo el elfo. -"Quieres que te enseñe la ciudad?"-
Anne puso cara de sorpresa. -"En serio?"- Legolas asintió. -"Si! Me encantaría"- 'Espera un momento. Crees que es una buena idea irte de paseo con el elfo psicópata?...' Le miró con atención. 'No va armado...Mmm'. Y se puso de pie de un salto. -"Vamos!"-
Pasearon por los jardines y los alrededores del palacio, mientras Legolas le iba explicando que era cada lugar. Visitaron los jardines, la armería, la herrería...Legolas parecía un guía turístico. Llegaron a la zona de entrenamiento, donde un grupo de elfos practicaban con el arco y otros con las espadas. Anne se paró a mirar, impresionada por la rapidez y precisión en los movimientos de los guerreros. En ese momento, uno de ellos tumbó a su oponente con un rápido movimiento y le colocó la espada en el pecho. Todo efectuado con gran elegancia, hay que añadir.
Legolas había estado observando a la chica mientras está miraba el combate. Y sonrió al ver la expresión de asombro en su cara cuando el elfo cayó derrotado.
"Ui! Eso ha debido de doler."- dijo Anne, con cara de dolor.
Legolas sonrió. –"No sabes pelear"- afirmó, más que preguntó.
"No. Ni me interesa aprender."- dijo, volviendo su atención al príncipe.
"Ya recuerdo, pacifista"-
"Exacto!"- le miró risueña. 'Vaya, pero si es capaz de ser amable y todo...Igual no es el mismo y este es su hermano gemelo bueno...o puede que tenga doble personalidad...o ...'
"Ocurre algo?"- le preguntó Legolas al ver que ella seguía mirándole.
"Nada!"- y centró su atención en la zona de tiro.
Cuando ya habían recorrido todo el exterior, entraron en el palacio. Donde el elfo le enseño varias salas y balcones. El palacio era muy grande y lleno de largos pasillos, de no ir acompañada haría rato que se habría perdido. Tanto los pasillos como las salas tenían las paredes decoradas con bonitos murales, que según le contó Legolas, representaban hechos pasados. El elfo se paró ante una de las puertas. Anne le miró sorprendida. Legolas se limitó a hacerle un gesto para que entrara.
"No pienso entrar ahí"- se limitó a decirle. Anne reconoció la puerta ante la que se encontraban enseguida. Era el despacho del señor de Rivendell.
"En algún momento tendrás que decirles que has vuelto"- dijo el elfo.
Anne puso expresión pensativa y asintió. -"Está bien"- y le miró entrecerrando los ojos. -"Mmm"- empezó la joven. -"Gracias por el paseo."- Legolas hizo una leve inclinación de cabeza en modo de respuesta. -"Me alegro que hayas venido tú y no tu hermano gemelo psicópata"- añadió con una sonrisa juguetona. Legolas la miró sorprendido primero y después le dedicó una leve sonrisa. -"Nos vemos luego"- y se fue. 'Vaya, no me lo puedo creer! He pasado la tarde con el principito y no me ha amenazado!...Igual se ha dado un golpe en la cabeza mientras ha estado fuera?'
Anne abrió la puerta del despacho lentamente y asomó su cabecita. Ahí estaban sus dos profesores favoritos, mirando hacia ella y no parecían muy alegres.
–"Hola!"- dijo Anne, alzando una de sus manos. –"Como va eso?"-
Ambos la miraban serios. –"Donde has estado?"- dijo Lord Elrond.
–"Por ahí. Visitando Rivendell."-
Ahora fue Gandalf quien habló.–"No nos sobra el tiempo, y puesto que hemos perdido un día entero, es justo que ampliemos el plazo un día más"-
–"QUE!"- dijo la chica. –"Ni pensarlo! Estaba cansada, si no me hubierais forzado tanto no habría tenido que tomarme un día libre! Además la noche pasada acabamos la clase muy tarde, eso no cuenta?"-
Ambos la observaban pensativos y, tras intercambiar una mirada entre ellos, Gandalf continuó. –"Si recuperas esta noche lo que no has estudiado durante el día, nos lo pensaremos."- le dijo, con la voz mas risueña, como solía ser habitual en él.
–"Está bien"- dijo Anne. La perspectiva de quedarse allí otro día no le agradaba nada. –"Que he de hacer?"-
–"Leer este libro y hacerme un resumen para mañana."- dijo Gandalf, señalando un enorme libro de aspecto antiguo pero bien conservado. Anne abrió sus ojos como platos. 'No conseguiré leerlo entero ni en mil años!...Pero hay que intentarlo.' Y, resignada, asintió. Cogió el libro y salió de la habitación.
–"Crees que es una buena idea?"- preguntó el señor de Rivendell al mago.
–"Es lo único que nos queda por intentar."- contestó éste, con una pequeña sonrisa.
